Título: Lágrimas
Clasificación: R, totalmente, AU (Alternate Universe) no todo lo que paso en los libros sucedió igual aquí. No hay Arwen, y Haldir no murió, gracias a los Valar. MPREG totalmente, (Varón embarazado) así que no te gusta, por favorcito, NO LO LEAS
Advertencia: Contiene SLASH es decir, relación hombre / hombre, mas bien hombre / elfo. Si no te gusta tal tipo de género, favor de buscar otro mas apropiado a tu gusto.
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R. Tolkien y/o NewLine Cinema. Con excepción de los desconocidos (Auril, Lassel, Aldelas, Serima, Ossmar, Amdum Daguel y Lassiriel) que salieron de mi linda cabecita. Escrito sin fines de lucro, no ganaría nada ni pretendo ganarlo así que nada de demandas por favor.
La canción "Epiphania" es interpretada por Staind
Cap. 38 Conclusión
Legolas salió, con paso firme a caballo, esperando no fuera tarde para que Aragorn le llevara demasiada ventaja, no dejaría en sus manos a su bebé, no sin hablar sinceramente con él, no entendía lo que le molestaba, no sabía el por que de su reacción. Tal vez cuando montaban a caballo, Aragorn supo del accidente y consideró que no podría cuidar de Auril. Legolas amaba a su esposo, y esperaba hacerlo entender.
El joven guardia también había avanzado mucho, llegó a ver al rey pasar sin ser visto y se adelanto un poco mas. Se dio cuenta de que Elessar llevaba solamente a su hijo junto a él, le extraño que el elfo no fuera a su lado, entonces, ¿Era cierto que todo había terminado entre ellos? Así lo suponía por que el elfo le había abandonado, y Elessar tenía poco tiempo de llegar al bosque ¿Se llevaría sólo al mocoso a Gondor? Había visto a Haldir iniciando su camino, tuvo la precaución de no ser visto por el rey quien sólo llevaba a Auril al dar un rodeo por el bosque, y ahora el elfo estaba un poco más detrás del grupo de soldados Gondorianos.
- ¡Daguel! ¿Qué es lo que haces aquí? – preguntó Legolas apaciguando a su caballo
- Esperando a mi rey. – respondió el joven tan fresco
Legolas palideció, pero no le demostró esta mengua en su carácter al guardia, Daguel llevaba la bata azul de Aragorn, entre sus manos. La reconocía.
Daguel se dio cuenta de la situación, por que observando los ojos del elfo, sonrió ante tal triunfo, el fuego de los celos debía quemar al príncipe por dentro y eso le divertía.
- Y como ha olvidado la bata en nuestra habitación, he venido a traérsela. – añadió el jovencito acariciando la ropa con la palma de su mano, mirándola con anhelo.
- Pero... ¿Cómo...?
- ¡Ah! ¿No lo sabía,... su alteza? – fingió el joven sorpresa - Elessar sólo ha venido por el bebé, como yo no puedo hacer ese tipo del trabajo... –dijo Daguel fingiendo tristeza en su voz para luego añadir con maldad en sus ojos - ... y como usted, ya le hizo el favor.
- ¡Cómo te atreves, a decir eso, alimaña! Mi hijo no se criará contigo. – espetó Legolas sacando su arco
- Lo siento, su alteza. Eso le decide el rey, y si algo me sucede, Elessar estará muy enojado con usted, eso puedo asegurárselo.
Legolas estuvo a punto de disparar a Daguel en el pecho, pero tuvo que bajar su tiro, Daguel se inclinó y se retiró. Si Aragorn había llegado tan rápido como se había ido, seguramente sería por que alguien le esperaba fuera de palacio. Aragorn... ¿volvería con Daguel? ¿Educarían a Auril juntos? ¿Por eso es que se llevaba al bebé? ¿Por eso es que no quería llevarle con él? ¿Aun le amaba? Aun y después de todo lo que ambos sufrieron, Aragorn amaba a Daguel. Legolas no se dio tiempo de pensar en ello, no quería por que sabía que le iba a doler.
El joven había desaparecido, salió a caballo sin dirección fija. Legolas recapacitó, prefirió primero buscar a Elessar, exigirle explicaciones, si el bebé estaría al cuidado de Daguel nunca le dejaría tenerlo, Auril no sería criado por semejante ser.
Los hombres de Gondor seguían en silencio a su soberano, a un rey que triste y meditabundo llevaba a su hijo en brazos. No le querían ver así, ellos sabían que dejaba atrás al elfo, pero no sabían por que, si tanto le amaba, por él había hecho los cambios en Gondor, lo único que reconocían era que su soberano, estaba triste, por que no llevaba a su lado a la pareja por la que volvía, como lo pensaba al llegar allí.
Aragorn vacilaba, por una vez que había dicho "Pa", Auril siguió con decir "da", una y otra vez, se detenía unos momentos y le daba un poco de agua, al poco tiempo, el bebé volvía a repetirlo, como si extrañara ya a su adar. Los ojos de Aragorn se empañaban cuando veía que el bebé estaba a punto de llorar y hacer un puchero. Pataleaba y se retorcía, no le gustaba que le llevaran así a caballo, sólo Legolas le sostenía de la manera correcta y el bebé lo sabía.
- ¡Da! … ¡Da!
- Papá… Papá… -repetía Aragorn con insistencia a pesar de lo mucho que su corazón le dolía.
- Da… ¡DAAAAA! – gritó Auril empezando a impacientarse.
El rey lo abrazó, lo puso contra su pecho mientras uno de sus hombres tomó las riendas del caballo. El jefe de guardias, Masul, era quien guiaba al caballo del rey. Observaba al pequeño, y escuchaba como repetía esa frase, supuso que llamaba a su otro padre.
- Parece que el bebé esta impacientándose, su majestad, y aun no llega el anochecer.
- Ya se calmara, sigue adelante.
Aragorn dio al pequeño un caramelo, sólo un poco, no lo dejo en sus manos por que podía morderle y atragantarse con él. Después de eso, presento al pequeño el osito de felpa que había traído para él. Auril se entretuvo un rato, pero de cuando en cuando amenazaba con aventarlo.
El rey recordaba como había llegado al reino, con todas esas esperanzas, con el amor que tenía a Legolas, con el deseo de abrazarle nuevamente. Ahora regresaba con sólo uno de ellos, sólo con su hijo, y Legolas había quedado atrás. Y ya le extrañaba, por que Auril no dejaba de decir "da", por que aun olía el aroma del príncipe, por que nunca le había dejado de amar y nunca lo haría. Poco a poco se alejaba de él, sin verlo nunca mas, todo por que sus celos enfermizos no le permitían doblarse ante él, todo por que Legolas había estado con Haldir, le dolía en el corazón. Ahora Legolas parecía no recordar nada, como había dicho su padre, pero eso no le hacia olvidar a él. Y de Haldir no tuvo conocimiento, si recordaba o no, no le importaba, si hubiera muerto esa noche, hubiera sido muy feliz con la noticia, pero prefirió no preguntar por él para no decepcionarse con la respuesta.
Aragorn quería regresar, abrazar a su elfo y decirle cuanto le amaba, decirle que le deseaba a su lado y en su pecho aun llevaba el anillo de bodas que le ofrecería. El rey pasó saliva. Nada estaba saliendo como se esperaba.
Se dio por vencido. Nunca debió renunciar a Legolas, le amaba y no podía evitarlo, le amaba tanto como a su misma vida, sin él, su vida no tendría sentido. Estaba a punto de ordenar que regresaran cuando noto la tristeza en su bebé. Auril empezaba a sobreponer su tembloroso labio inferior sobre el superior, señal de inminente puchero, indicio inequívoco de futuro llanto.
- ¡Oh! Auril – dijo Aragorn abrazándole, con lo cual hizo que el bebé entrara en sentimiento y llorara tanto, como sus pulmones le permitían.
- ¡Señor! Un jinete se aproxima – dijo un soldado de la vanguardia.
Aragorn levantó la vista, alguien se acercaba a toda prisa, podía ser un mensajero recién llegado de Thranduil pero no podía saberlo, debía proteger al bebé.
- ¡Alto!- ordenó Aragorn levantando una mano – Lleva a Auril dentro - indicó a uno de los soldados que conocía era padre de familia
El soldado tomó al lloroso Auril y se metió con él en la carroza, trato de que no llorara más el bebé entreteniéndolo con el caramelo que le dio el rey.
Para sorpresa de Aragorn se trataba de Haldir, que en carrera se había topado con el grupo. El rey frunció el ceño por que le disgustaba su presencia.
- ¿Qué es lo que necesitas Haldir? ¿A que es lo que vienes a mí? Si ya tuviste lo que deseabas, ¿Por qué interrumpes mi camino? ¿Para burlarte de mí?
Aragorn estaba furioso, pero no le impidió ponerse a la cabeza de su grupo para intimidarle.
- Te equivocas, me menosprecias cuando no sabes mis intenciones.
- No veo que otra cosa te trae aquí, sino para echarme en cara tú triunfo.
- ¡Eres un idiota Aragorn! Si me dejaras explicarte…
A la palabra "idiota" los hombres de Gondor se pusieron alerta, presentando sus lanzas y llevando otros la mano a sus espadas.
- ¡Mide tus palabras Galadrim! – advirtió el rey
- ¿¡Qué no entiendes que Daguel ha llegado hasta aquí!? – gritó Haldir desesperado – Y no creo que con buenas intenciones
- ¿Qué dices? – preguntó Aragorn
Ahora a la palabra de "Daguel" los soldados murmuraban entre ellos, formando una línea protegiendo al rey y prestos a escuchar sus indicaciones. Sabían que el joven guardia había sido desterrado del reino, en sus cabezas había rumores de reclamos y rechazos.
- ¿Estas seguro? – preguntó Aragorn acercándose un poco mas al Galadrim
- Él mismo fue quien arrojó su navaja con la intención de matarme… pero no creo que yo sea su objetivo.
- ¡Legolas!
Haldir frunció el ceño, ¿por qué la repentina preocupación del rey?
- ¿Están seguros contigo? ¿No es cierto? – preguntó Haldir - Será mejor que regresen al palacio, yo seguiré buscándole.
- Mis guardias se encargaran de ello, tu puedes seguir tu camino.
- No eres mi señor para ordenarme, ahora lo que se debe de hacer es ver por la seguridad de Legolas y el bebé a palacio, o haz que regresen como gustes.
- Legolas… Legolas no va conmigo…
- ¡Pero escuché llorar a Auril! – exclamó Haldir
- Sí… Auril…
Los ojos de Haldir se abrieron tan grandes eran, no podía creerlo.
- ¡Pero como pudiste! ¿Lo dejaste después de todo lo que ha pasado?
- ¡Él ya no es sólo mío!
- ¿Y por eso ha bajado su valor para contigo? ¿Por eso le has dejado de amar?
- ¡Pero debió pensar en mí!
- Y claro que pensó, él no quería hacerlo, no quería, por ti y Auril lo hizo, sino, ya estaría muerto, ¿es lo que querías? ¿Muerto pero tuyo?
- No... yo no quería que muriese, pero él...
- Él te ama a ti, si fuera cualquier otro igual te hubiera dolido.
El ceño de Aragorn se frunció, ¿Cómo era posible que Haldir recordara? Pero algo de cierto había en su corazón, si Legolas hubiera estado en brazos de otro hombre, mortal o inmortal, cualquiera de ellos, no hubiera sentido menos celos.
- ¿Acaso ya no le amas? – reclamó Haldir sacándole de sus pensamientos, jalando las riendas de su caballo, quien estaba demasiado ansioso con la carrera
- Con todo mi corazón… - declaró el rey evadiendo su mirada para luego fijarla en los ojos verdes del Galadrim - ¿Pero tú no has olvidado esa noche? Creí que…
- Olvídate de eso ahora, Daguel anda suelto, y no muy lejos… Es posible que vaya tras Legolas…
- No, no lo dejaré… ¡No dejaré que le ponga una mano encima! – declaró Aragorn furioso nuevamente
- Debe de estar cerca, si yo escuché a Auril y él iba delante de mí, no sé como es que no le viste.
- No hemos visto nada. – dijo Aragorn dolido por sus actos, enseguida se volvió atrás y ordenó – ¡Traigan a Auril conmigo!, no confío cuando no está cerca de mi.
- ¡Señor! – gritó un soldado asomando la cabeza por la carreta - ¡El príncipe Auril no está!
- ¿Cómo que no está? Si le acaban de llevar… -dijo Aragorn acercando su caballo a la carreta - ¿Dónde está el guardia que le llevó?
- Con la garganta atravesada de lado a lado. No le oímos gritar. – dijo el guardia
- ¡Cómo es posible! Son veinte guardias ¿y no se dieron cuenta que alguien se lo llevaba? ¡Estúpidos!
- Señor, con la llegada del Galadrim, con las noticias… - dijo uno de los soldados preocupado
- Yo sólo vi a otro guardia señor… - añadió otro sobresaliendo de entre las filas - salía con el bebé, pero creí que iba con usted cuando llegó el elfo. Después ya no supe de él
- ¡Diablos! Si algo le pasa a Auril… ¡Dispérsense!
Daguel ya estaba lejos, no tanto para no alcanzarle a caballo, pero lo suficiente para despistarle, volvía sus antiguas ropas de soldado Gondoriano a su bolsa de viaje, había vuelto al camino, pero no tan cerca de él, pudo ver que Legolas no iba con él, así que debía estar buscándole. Ahora el niño que llevaba, no era una molestia ya. Estaba flácido en sus brazos sin presentar resistencia.
"¿Ahora donde estará ese maldito elfo? Mi plan no funcionará si sigue vivo… ¡Puede darle otros mocosos como este!"
Aragorn seguía buscando, a pie como buen montaraz, sabía que Daguel era un buen explorador, que tal vez ya había reconocido esas tierras cosa que él no. Seguramente tendría un escondite, algún recoveco donde ocultarse. Su Auril estaba en sus manos, su bebé indefenso. Su primero hijo, amor de Legolas y suyo. Sino hubiera sido tan tonto, tan celoso, sino hubiera partido así como así. Si Legolas estuviera a su lado, el bebé no hubiera llorado, llamando la atención, no lo habría descuidado dejándole en manos de otro, no… No estuviera con Daguel.
También Legolas corría peligro si Daguel estaba por los alrededores, no dudaría que le mataría, que le haría trizas su hermoso rostro antes de arrancarle el corazón. Daguel era inteligente, pero Legolas no estaría en desventaja en un combate limpio, mano a mano, pero teniendo al bebé, estaría a su merced.
- ¡Daguel! – gritó Aragorn después de una hora de búsqueda - ¡Regrésame a mi hijo! ¡El bebé no tiene nada que ver en esto!
Nadie respondió, Daguel no estaba dispuesto a entregar al pequeño o tal vez ya era demasiado tarde, tal vez Auril estaría desangrándose, con el cuello roto, con herida en su pecho, con hormigas subiendo en su cuerpecito desvalido. Aragorn empezó a desesperarse.
- ¡Daguel, si le llegas hacer daño al pequeño…! ¡No sabes lo cruel que puedo ser!
Nuevamente silencio pero seguían buscando.
- Devuélvelo sano y salvo y te perdonare la vida… ¡Daguel!
El rey cayó de rodillas. No se escuchaban "Da" en el viento, ni siquiera un "Pa" el bebé ya habría hecho ruido, llorado al encontrarse en manos ajenas.
- ¡Aragorn! – exclamó Legolas llegando con su caballo apresurado. - ¡Aragorn!
- ¡Legolas!
Legolas vio que los hombres se encontraban buscando, había visto varios en su camino buscando algo o alguien. Su corazón se inquietó al ver al rey de rodillas, sin Auril en sus manos.
- ¿Dónde está Auril? – preguntó Legolas frenando su caballo
- ¡Legolas! – repitió el rey palideciendo.
- Tu… - titubeó Legolas, pasando saliva - ¿Tu pensabas volver con Daguel?
- No… ¡Nunca! – exclamó Aragorn cien por ciento seguro
- ¿Y Auril…? ¿¡Dónde está Auril!? ¡Responde!
- Daguel…Daguel se lo ha llevado…
El caballo de Legolas salió disparado, sin hacer caso a los llamados del Rey, tenía que encontrar a su hijo, él mejor que nadie conocía su bosque. Aragorn subió rápido al suyo para seguirle, no iba a perder a los dos seres que más amaba en el mismo día.
- ¡Legolas! ¡Legolas!
En otro lugar, muy cerca del río, un joven guardia se enfundaba en una bata color azul, y hablaba a un cuerpecito inmóvil tirado en el piso. No se veían movimientos, las rocas y arbustos de la orilla, ocultaban al bebé de la vista de los demás.
- Mira, mira, lo que me ha regalado tu padre… ¿No es linda? – dijo Daguel mientras Auril estaba tendido en el suelo, sin dar ninguna respuesta.
Daguel llevaba la bata azul del rey, la bata que había tomado como recuerdo de su encuentro con Aragorn en la bañera. Sus noches las había pasado a su lado y ahora la llevaba en señal de triunfo, ciñéndola una y otra vez en su cintura.
- Él me dijo que me amaba… En el campamento… Tu padre es todo un Hombre…
Auril boca abajo, con su brazo derecho bajo su pancita, sin los zapatitos de piel que llevaba al salir.
- Tú debes de saberlo… No puedo negar que eres su hijo… Eres tan lindo…
Daguel se acercó al pequeño, poniéndose en cuclillas junto a él, acariciando su cabello y comparándole con el de él. Le tomó en sus brazos, para sentir su suavidad. Era como un muñeco de porcelana como había oído que algunas princesas usaban para jugar
Pero al develar sus orejitas, puntiagudas y sonrosadas la sonrisa se le esfumo del rostro, ese rasgo del elfo no le gustaba, no le gustaba nada. Torció su boca con disgusto.
- Pero estas orejas no me gustan… Te verías mucho mejor si las recortó un poco… - señaló sacando su daga afilada – No tienes la culpa de ser un fenómeno, y yo te ayudare en eso...
Acarició la orejita de Daguel con ella, una y otra vez, buscando el punto donde rebanarle de un solo tajo, le había conseguido dormir con un tipo de alcohol. Pasó la navaja por las orejitas de Auril, cortando levemente sólo para hacerle sangrar, el bebé abrió sus ojos al dolor, empezó a llorar y a mover sus manitas. Daguel disfrutaba, en unos momentos mas se desharía del engendro tirándole de una patada al río rápido, había llegado al punto en que nada le importaba, si perdía la vida no se iría solo, y Auril era quien mas seguro le acompañaría, no reparo ni siquiera en que su madre se avergonzaría de él, pero ya muerto, ¿qué importaba?.
- ¡Daaa! ¡Daaaaaa! – gritaba una y otra vez el bebé, por que le dolía mucho y no sabía dónde estaban sus padres, le habían dejado y tenía miedo - ¡Da! ¡Daaa!
Auril pataleaba y se movía, le ardía cuando la navaja le tocaba, la sangre ensuciaba sus cabellos dorados y su rostro se había puesto rojo de tanto llorar. Hubo un momento en que contuvo tanto su respiración que parecía ahogarse.
- ¡Daguel! ¡Aléjate del niño! – advirtió Legolas apuntando a Daguel con su arco.
- ¡Oh! ¡Ha llegado el príncipe del cuento!
- ¡Suelta al niño!
- Lo soltare… hecho pedacitos… ¿Te atreverías a dispararme? ¿quieres jugar tiro al blanco, elfo? –preguntó Daguel mientras acariciaba al pequeño con su daga lentamente, haciendo su pequeño cuello sangrar un poco.
- ¡Daaa! – gritó Auril al escuchar la voz de su adar, buscándolo con sus manitas
- ¡Deja al bebé en paz! – gritó Legolas, con el corazón demasiado agitado como para disparar, su bebé estaba en peligro, moviéndose constantemente y no deseaba fallar.
- Dispara – sonrió Daguel pasando a Auril de brazo en brazo, no dando la oportunidad a Legolas de encontrar un punto libre. – Dispara elfo, ¡quiero ver como te retuerces cuando veas a tu hijo atravesado por tu propia flecha! ¡Anda!
Legolas titubeó, no dudaba de su habilidad, ni un momento, pero era su hijo lo que estaba en juego, era Auril quien servía de blanco. Daguel se hallaba demasiado cercano al río, balanceando al bebé tomándole de una de las piernas.
- ¿Qué pasaría si tiro al pequeño? – preguntó el joven desquiciado sonriendo
- ¡No, Daguel! No te atrevas a pensarlo,¡no te salvaras de mi furia, maldito!
Daguel asomó rápidamente su cabeza por la orilla, había rocas filosas y el río no se veía nada amigable. Con una caída, el bebé quedaría estrellado y sus restos flotarían un poco para que su padre elfo pudiera verlo.
- ¡Hay tantas rocas! Sería una lástima que el pequeño cayera
Por primera vez Legolas dudaba en el tiro, era seguro que el pecho de Daguel sería atravesado, pero el guardia estaba tan cerca del río que caería con seguridad llevándose a Auril consigo. Una sombra se aproximaba por su lado, pero Legolas no quiso reparar en ella para no advertir al jovencito con su mirada, en cambio Auril volvió sus ojitos llorosos a las rocas de su lado, alargando sus manitas por ayuda.
- Ir... ir... – sollozó Auril
- ¡No vas a ir a ninguna parte, monstruo! Tal vez al río, ¿eso quieres? – preguntó Daguel zarandeándolo.
- ¡Daaa!... ¡Pa!... ¡Ir! – lloraba el bebé, sintiendo sus orejitas arder, Daguel había sido muy cruel al pasar su filo por ellas
Haldir aprovecho el momento para tomar al joven desprevenido, impulsándose contra él, Auril cayó de sus manos y con el impulso se fue acercando a la orilla. Haldir trato de ir por el bebé, pero Daguel aun cerca le dio un puñetazo en la mejilla, Legolas tomó a Daguel por debajo de los brazos alejándole. El Galadrim se impulso para agarrar a Auril, que ya caía al río, le alcanzó a tomar por la piernita, subiéndole poco a poco, sosteniéndose él mismo de unas ramas secas que quedaban esparcidas.
Daguel furiosamente descargó su enojo contra el Galadrim que le frustraba sus planes, si estaba impedido de manos, le arremetió de patadas, una de ellas alcanzo su cabeza, Haldir cayó acompañando al bebé, sin hacer mas ruido que el silbar del aire. El ruido de caballos se acercaban y Legolas trataba de ir a asomarse al río, pero Daguel aun tenía fuerza, las ultimas que sacaba de su desesperación.
Aragorn llegó a su vez, casi cayendo del caballo por la velocidad con que cabalgaba.
- ¡Maldito Daguel! - dijo Aragorn tomando a Daguel por el cuello - Si algo le pasa a mi hijo…
- ¡Elessar! – exclamó Daguel asombrado – Yo…
- Aragorn el bebé, Auril cayó junto con Haldir.
- ¡Por Elbereth! Legolas yo…
- Yo me encargaré de este maldito…
Aragorn miro al elfo, nunca dudaría de la fuerza de su hermoso elfo, Daguel no pasaría un buen rato. El rey se lanzó al río sin importarle las consecuencias, no sería más rey si perdía a su hijo frente a su amado.
- ¡Elbereth…! – gritó Legolas al ver como su Aragorn se tiraba al río también.
Hubo silencio, se escuchaba el agua correr como siempre, y su corazón latía tan rápido que después de unos momentos creyó que pararía por completo. Legolas estaba furioso y triste a la vez, terriblemente angustiado por los tres, no pudo acercarse por que la alimaña seguía oponiéndose, presentándole aun resistencia.
- Ahora que me deshice de tu engendro, nada más me faltas tú... ¡elfo aberrante! – señaló Daguel sosteniendo la navaja aun con sangre de Auril
- ¡Maldito! Nunca creí que pudieras ser tan vil
- Seguramente mi señor Elessar sobrevivirá... dudo mucho del otro elfo, cayó inconsciente y para este momento debe de estar ahogado...
- ¡Cállate!
- Y la cosa esa que tienes por hijo, estará hecha pedacitos, pedacitos regordetes salpicando todo el río... ¡Qué asco!
El príncipe nunca había sentido tanto odio, nunca por nadie a tal grado de querer asesinarlo con sus propias manos. Daguel rió, Legolas soltó el arco, y dejó caer la flecha, sacó sus dagas gemelas, tan rápidamente que dejo de reír el victimario.
- ¡Oh! ¿Moriré indefenso? ¿Dos dagas contra una? ¡Eres un cobarde, elfo afeminado!
- No necesito estas para terminar contigo, mis manos bien que lo harán. – respondió Legolas tirando sus dagas lejos de los dos.
Tanto Daguel como Legolas quedaron frente a frente. El joven respiraba con furia, tenía miedo y no podía ocultarlo, pero deseaba terminar con todo de una vez, vivo o muerto todo terminaría para él, pero no dejaría este mundo sin llevarse una tercera víctima, a quien más odiaba por ganarle el corazón del rey. Pero era un elfo, que había combatido con Orcos, Uruk – Hai y otras bestias de Sauron, quien no había errado el tiro a un Nazgul. ¿Cómo podría ganarle alguien como él? ¿Un simple y joven muchacho impulsado por un terrible odio? Si no podía matarlo, al menos se alegraría de trazar una cruz en ese hermoso rostro tan amado del rey.
Legolas no pensaba mas que rescatar a su bebé, Aragorn pudo salvarse si logró evadir las rocas, oraba por ambos y Haldir... también pedía en silencio por que el Galadrim estuviera con vida.
- ¡Morirás aquí elfo! – dijo Daguel levantando su daga, él no la había soltado.
Legolas no respondió, estaba listo par terminar con él, pero quería que el joven diera el primer paso. Daguel se aproximó, dispuesto a que su filo marcara al elfo, una profunda herida, que ni con su sangre élfica fuera capaz de sanar completamente,
El príncipe lo agarró de su brazo, y con el mismo impulso que llevaba le hizo volar sobre su cabeza, cayendo Daguel de espaldas, con ese mismo ímpetu el guardia usó sus piernas para tirar al elfo a su vez, pero Legolas era muy ligero, cayendo y poniéndose en guardia casi inmediatamente. El joven soldado no hizo más que tirarse a sus pies, clavándole la daga en su pierna, Legolas cayó, tomo a Daguel por el rostro y con la rodilla golpeo su barbilla escuchándose como sus dientes golpeaban unos con otros, el chico no se dejaba. Si había combatido un dragón, ¿cómo no podría con un elfo? Por una parte y otra se tiraron golpes, Legolas sacaba todo el odio y desesperación que sentía.
- ¡Maldito! Si Auril muere...
Daguel rió, igual dando un golpe y recibiendo otro más fuerte. Por fin, Legolas cansado, descargo su puño contra la cara sangrante del muchacho, lo cual le hizo perder el conocimiento. No tuvo ánimo para asesinarle, tomó su navaja y la aventó lejos de su mano inmóvil.
Limpiándose el rostro se acercó al río, le dolía su pierna pero no le prestaba atención, aunque la herida era profunda no era de cuidado, por suerte la vena principal no había sido dañada. No veía nada, temblaba, las rocas estaban allí, golpeadas por el agua. No había rastros de ninguno de los tres, seguramente la corriente les había arrastrado. Su corazón latía, nunca en su vida tuvo tanto miedo como en ese momento.
- ¡Cuidado! – escuchó Legolas a sus espaldas.
Giró y vio a Daguel corriendo en su dirección, dispuesto a caer ambos al río. Legolas se hizo a un lado, impulsándose aun con mucho dolor por su pierna herida, Daguel cayó, pero no tuvo el valor de ver como su cuerpo crujía al contacto de las piedras, sólo escuchó un grito y luego un sonido seco.
Los guardias de Gondor habían llegado, seguidos de Thranduil con sus hijos a un lado, Masul les había prevenido de podían necesitar su ayuda para localizar al príncipe Auril. Legolas les vio y sus lágrimas querían escapar, por que no encontraba a nadie, no tenía respuesta.
- Ya les buscan hijo... – declaró Thranduil
Pero Legolas no tenía consuelo, no quería hablar y fue a tomar uno de los caballos.
- Hermano, tu herida, debemos atenderla. – sugirió Lassel acercándosele
- No me importa, yo estaré bien... –dijo Legolas con voz ronca, tenía algunos golpes pero con la furia en su sangre ya no los sentía.
- Pero Legolas...
El príncipe subió al caballo y fue a seguir la corriente del río en busca de sus seres queridos. Su vida no tendría sentido sin su hijo ni su esposo, por Haldir lloraría su amistad y arrojo, una vida tan plena se perdería.
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Your words to me just a whisper
Your faces so unclear
I try to pay attention
Your words just disappear
Todo estaba tan oscuro y nada se escuchaba. Sentía calor y la cabeza estaba a punto de estallarle. Una gran pesadez se adueñaba de su cuerpo, algunos murmullos, en su vida había estado tan mal, solamente esa vez que llegó por un milagro a Cuernavilla, sólo esa vez recordaba sentirse así de abatido.
- ¿Aragorn? – se escuchó una voz a su lado. La voz más melodiosa que podía recibirle al mundo de nuevo.
El rey abrió sus ojos, poco a poco, aguzando su mirada a la luz terrenal, giro la cabeza a la derecha encontrándose a un elfo rubio a su lado. Tenía un golpe en su hermoso rostro, y tristeza en su mirada, pero cuando se dio cuenta que había despertado la luz volvió por un instante.
- ¿Cómo te encuentras? – preguntó nervioso el príncipe
- ¿Qué ha pasado? – preguntó Elessar con voz seca
- ¿No lo recuerdas?
- No... pero parece que... me duele todo el cuerpo... ¡Por Elbereth, Legolas! ¿Qué te sucedió?
'Cause it's always raining in my head
Forget all the things I should have said
Aragorn se dio cuenta de que la pierna del elfo permanecía vendada, habían recortado sus mallones y dejaba a la vista el resto de su blanca piel. Estaba sentado en una silla junto a la cama, y la pierna izquierda fue lo primero que divisó, estuvo apunto de protestar pero el haberse erguido tan repentinamente le hizo darse cuenta de que él no estaba mejor de salud.
So I speak to you in riddles
´Cause My words get in my way.
I smoke the whole thing to my head
and feel it wash away
Legolas sonrió, se acercó a la cama y dijo tranquilamente:
- A pesar de que ya te lo había mencionado, cada vez que caes de un barranco... Luces Terrible.
Aragorn sonrió aunque al hacerlo sintió lo hinchado de su rostro, pero recordó su encuentro con el elfo en el abismo de Helm. Era graciosito su elfo. Pero alguien faltaba allí.
- ¿Auril? ¿Dónde está Auril?
'Cause I can't take anymore of this,
I want to come apart,
or dig myself a little hole
inside your precious heart
Tenía el presentimiento, que los golpes de Legolas y los suyos propios no eran los únicos. Acertó a escuchar en esos momentos dos golpecitos en la puerta, Legolas respondió. Entró Lara llevando en brazos a un elfito vendado. Sollozando por que a través de los vendajes se escuchaban raras las voces. Tenía su pierna y un bracito envuelto en vendas. El pobre Auril la había pasado mal al caer, no tanto como se esperaba, pero tuvo la suerte de ser rescatado. Las heridas de sus orejas no dejarían cicatriz, había sangrado mucho pero era normal por ser la cabeza, gracias a su sangre élfica y a que las cortadas no habían sido tan profundas, sus orejitas no conservarían el desdichado recuerdo. En cuanto a su cuerpo, estaba lleno de algunos golpes, y contusiones.
'Cause it's always raining in my head
Forget all the things I should have said
Aragorn no corrió con tanta suerte. Tenía su pierna fracturada pero con el tiempo sanaría, un par de costillas también resultaron dañadas, y él mismo lo comprobaba al respirar.
- ¡Daaa! – exclamó Auril moviendo su manita libre. Tenía lágrimas aun en sus ojitos, le habían dado a beber una solución que calmaría al dolor pero igual estaba molesto, era agria y le habían obligado a tomarla.
Legolas le recibió en sus brazos, sentado por que no quería caer con el niño de pie. Lara se inclinó ante el rey había despertado. Examino sus vendajes rápidamente, por que tenía poco de haberlos cambiado, sonrió.
I am nothing more than a little boy inside
That cries out for attention,
though I always try to hide
- Al fin despertó, su majestad. – dijo la curadora - Ha estado inconsciente desde ayer y temíamos un golpe grave en la cabeza.
- ¿Qué ha sucedido? – preguntó el rey tratando de obtener una respuesta de la curadora que nada añadió, giro su cabeza en busca de Legolas - ¿Y bien?
- ¿En serio no recuerdas nada? Debieron ser los golpes, pero es raro.
- No recuerdo ni como llegué al Bosque Verde. Sólo recuerdo que me dirigía para...
Los ojos de Legolas se llenaron de lágrimas, estaba viendo los de Auril, y escuchando a Aragorn, habían pasado tantas cosas extrañas y tristes. Daba gracias a los altísimos por que todo había terminado, con alegrías y tristezas. Thranduil y Lord Elrond entraron a la habitación después de llamar dos veces.
Cause I talk to you like children,
but I don't know how I feel
But i know i´ll do the right thing
If the right thing is revealed
Ambos estaban complacidos con el despertar del mortal, pero en la mirada de los señores elfos había un poco de duda, el mortal parecía tranquilo, sin recordar los hechos misteriosamente, ni siquiera su deseo de llevarse a Auril después de la liberación de Legolas. Le explicaron lo que había sucedido, tratando de no poner énfasis en su disgusto al salir del palacio.
Cause it's always raining in my head
Forget all the things I should have said´
- Daguel… - murmuró Aragorn evitando la mirada de Legolas
- Así fue…
- Ese maldito loco, muchacho. Perdóname Legolas
Legolas sonrió.
- Siento también... la pérdida de Haldir, nunca podré agradecerle…
- Ambos estamos en deuda, creo que Auril también. – declaró Legolas mientras su bebé agitaba su manita como opinando - Ahora estamos juntos, Aragorn, gracias a él.
- Lo sé…- asintió Aragorn para tomar un suspiro y agregar - Pero no entiendo... ¿Cómo es que quería yo llevarme a Auril sin mi esposo? – preguntó Aragorn, después de tomar un poco de agua que le ofrecía Lara. - ¡Es absurdo! ¡Yo quiero a los dos!
Thranduil estuvo a punto de abrir la boca para hablar pero fue Lord Elrond quien habló primero.
- Será mejor que olvides eso, no te empeñes en recordar el pasado doloroso, nada pueden tener más claro, ambos, ahora libres y ahora unidos. ¿Seguirán adelante con su separación?
- No – respondieron los dos al unísono, para encontrar su mirada.
Legolas se acercó un poco a Aragorn, poniendo a Auril a su lado, el bebé se asombro de ver un rostro tan desfigurado encima de él.
- Auril, hijo mío.
- ¿Pa?... papa...
Aragorn sonrió, Auril había dicho su primera palabra completa, aun antes de ada o adar. Luego el rostro del bebé se volvió triste, tal parecía que desconocía a su padre por un momento y le asustó. Auril lloró.
- Da... Da... – pedía agitando su mano para que su adar le reconfortara
Legolas le tomó.
- No tengas miedo, pequeño mío. Es tu padre, ¿te asustó su cara fea?
- Pa... – repitió el pequeño sollozando en sus brazos
- ¡Ha dicho papá! –exclamó Aragorn jubiloso.
- No, dijo papa... un tubérculo... – aclaró Legolas
- No es cierto, ha dicho "pap" antes que "ada"
- Mentira, no sabes distinguir los acentos. – arguyó el elfo herido en su orgullo
- El bebé tampoco, y me llamó a mí... ¡no a ti! – rió el mortal triunfante
- ...
Legolas tomaba la mano de Auril, quien quería retirar sus vendajes de su oreja, el ruido tenía un eco extraño y no le agradaba. No quería pensar en la probabilidad de perder a su hijo, ni mucho menos a su esposo, pero si Aragorn se lo quería llevar, todo su dolor volvería, aun y con perdidas, tenía que enfrentar nuevamente ese dolor.
- Pero yo puedo llamarte a ti,"amor" ¿no, es cierto? – preguntó Aragorn poniendo una mano sobre la rodilla desnuda del elfo.
- ¡Aragorn! – sonrió Legolas por que su padre estaba presente y le hizo sonrojar. Aun no habían hablado y el rey ya se estaba tomando consideraciones, claro que le agradaba y su corazón bailo.
- ¡Oh, lo siento! Su majestad... – dijo Aragorn volviéndose al rey Thranduil – Sé que no es el momento, tal vez no es una ocasión correcta, y mi aspecto no es muy agradable... además que no me siento muy bien y...
- ¡Por favor! Aragorn, ¡Dilo de una vez! – exclamó Lord Elrond desesperado con tanto rodeo.
Aragorn se apoyó en uno de sus codos, por que aun le molestaban sus costillas. Miro al rey de los elfos con seriedad y Legolas contenía el aliento. Auril también dejo de sollozar, parecía que el bebé también estaba en espera de escuchar a través de sus vendajes.
- Mi señor Thranduil, sé que mis acciones no tiene perdón, pero sabe usted cuanto amo a mi... a Legolas y a mi hijo Auril, si como dice mi padre no hay mas impedimentos para nuestra unión... ¿Podría aspirar a tener a Legolas, nuevamente como esposo? ¿Reconsideraría otorgarme el perdón, su majestad?
Thranduil no estaba muy conforme, su semblante era serio y tenía el ceño fruncido, no quería que su hijo ni su nieto sufrieran nuevamente. No cuando le quedaba poco tiempo para partir a las Tierras Imperecederas.
- Yo no tengo por que otorgarte mi perdón, yo no fui víctima del pasado, Elessar, sólo deseo que mi hijo y nieto sean felices, y si ellos consideran que la felicidad la pueden alcanzar a tu lado, que ellos decidan, yo les apoyare por que les amo.
- Gracias, su majestad – dijo Aragorn inclinando con respeto su cabeza, a pesar de que permanecía en cama - ¿Legolas?
Legolas estaba tan nervioso como si fuera la primera vez, Auril miraba a su adar esperando también respuesta.
- ¿Sí?
- ¿Deseas ser mi esposo, nuevamente..., amor?
El príncipe paso saliva, Auril empezó a agitar su mano sana, como apurando a su adar a responder. Los ojos de los cuatro estaban posados en él.
- Aragorn... yo...
Se hizo de nuevo el silencio, Lord Elrond miró a Thranduil quien permanecía impasivo, sin expresar preocupación, Elessar estaba a la expectativa.
- Tal vez necesites tiempo, tal vez... – titubeó Aragorn tratando de no escucha una negación.
- No... no...
El corazón de Aragorn tembló, ¿no? Legolas se dio cuenta y reafirmo.
- Sí... ¡Sí!
- ¿Sí?
- ¡Sí!
Aragorn se inclinó hacia Legolas, no le importó que sus costillas se quejaran, ni que su pierna doliera, el príncipe hizo lo mismo, y se fundieron en un tierno beso. Auril quedo atrapado entre los dos y se agitaba, movía su manita para que se acordaran de él, le podían asfixiar si no se separaban.
Elrond empezó a hablar, dándoles un sermón a los dos, mientras Auril sollozaba, le dolía su pierna, Thranduil advertía como la mano de Aragorn no se retiraba de la pierna herida del elfo. El mortal se enteró, que en anhelo de salvar a Auril, Haldir había perdido la vida, posiblemente ahogado, Legolas se entristeció, lo sabía por que él mismo había encontrado a su esposo a un lado de su hijo, Auril llorando de dolor y Aragorn inconsciente. Uno al lado del otro. Pero de Haldir no había señas, ni ropas, sólo sangre, que podía mezclarse con la de Auril o la de Aragorn, o la del cuerpo innerte del joven guardia, el Galadrim no había sobrevivido y ambos le sentían, el cuerpo debía de llevárselo el río rápido. Los celos y rencor que Aragorn sintió alguna vez se desvanecieron con el perdón, le admiraba y le dolía su partida.
Ahora estaban juntos los tres, la familia empezaba nuevamente con un integrante más, todo dolido y amoratado. Aragorn una vez que estuvieron solos, derramo lágrimas, por que amaba a su elfo y a su hijo, y ya no podía soportar la soledad del reino sin ninguno de los dos. Legolas también lloró, por que había anhelado tanto ese momento, por que su razón para existir volvía a brillar pero habían pagado un precio muy alto, su amigo Galadrim que no tenía la culpa de los acontecimientos había fallecido, además no tendría cara para decirle a Serima que su hijo había muerto. Ya lo debía de saber la señora cocinera, cuando su padre había sido portador de la tragedia, Ossmar le brindo sus brazos para confortarle. Los elfos de Lorien, los señores del país, serían informados por un escrito de Thranduil.
Auril también lloró, por que veía a su ada con lágrimas en los ojos, y le dio mucha tristeza, Legolas no tuvo mas valor para llevarlo y lo colocó a un lado del rey, quien acercándose le dio un beso en la frente, Auril lloró mas, por que su papá también estaba triste y a la vez feliz. Estuvieron así un rato, con dolor en sus corazones, por las perdidas, por el pasado, por lo que pudieron perder en sólo unos minutos, uno recordándole con plenitud, otro con miedo a que se repitiera su infierno. Pero las lágrimas sirvieron para lavarles, las manchas de celos y rencor, las traiciones y abandonos, todo empezaría de nuevo, felices los tres de enfrentar nuevamente la vida juntos.
()()()()()FIN()()()()()
Mil gracias todos por los reviews, se les quiere y aprecia un montón. Sólo queda el epílogo. ' Aquí agradezco sus amables y reviews y respondo.
BlazeVein.- El reyecito se arrepintió, igual iba a volver con el elfito.
Abysm.- ¡Poecito Haldir! :'(
Forfirith.- Gracias por tus palabras, al fin y te enteras quien murió y quien sigue adelante. Snif.
Fedia.- Jejeje creo que tenía manía contra el pobre elfo, pero al final se cobró todo lo que le debían. Creo.
Bishoujo- Hentai.- Al menos ya no nos preocuparemos por Daguel, pobre Serima, es triste perder a un hijo, por malo que haya sido.
Arima-Chan.- ¿Haschariel? Ok, la tendré presente. ¿Yo? ¿Cruel? Para nada.
Laripochi.- Todo un alboroto se armo con Daguel, snif. Pobre muchachito testarudo.
Nina.- Espero y no te haya defraudado con el capítulo, mil besos a ti por ser mi conciencia, ¡mil gracias! ¡Me haces pensar y eso es bueno! Jejejeje… ¡pero no seas dura! Broma Gracias.
Daniela Bloom.- Eso si, mi Legolas es un elfo machito de pelo en pecho, así que igual no iba a rogar al mortal, le pondría un hasta aquí, pero de a ver a como nos toca, nomás que no hubo oportunidad. Besos.
LittleMy.- Gracias por tus palabras de "apoyo" al pobre, celoso y orgulloso reyecito.
Dirthy.- Bueno, Legolas no le iba a rogar si sabía de Daguel, allí mismo le daba un "hasta aqu" al reyecito, estuviera o no acompañado de sus soldaditos. Siento no dejarle con Haldir, aunque creo que se lo merecía el Galadrim.
Txiri.- Daguel hizo un desastre para todos, pero creo que ya pago sus culpas.
Akhasa.- Perdona no tener nombrecitos de niña. Los empezare a buscar y haré una encuesta para el epílogo, ¿te parecer? Besitos a las dos.
Shanna.- Buena, esta termina y empiezo otra pero serán como dos capítulos o tres ya casi le termino.Mil gracias.
Alym.- Ya termino y creo que no hice sufrir demasiado. Besos
Nesimelle.- ¡Ay! Mi Haldir, snif… lo siento mucho por él.
ZacMalfoySnape.- ¿yo mala? La mala fue Ayesha con el pobre elfo. Ya, el reyecito igual se iba a regresar.
Iona.- Al fin Aragorn recapacito, no podía irse sin su elfito. ¡Si! La historia la dejaron dos personajes, snif… Triste.
DianeGreenleafMalfoy.- snif, ya ves, tenían que morir, al menos Haldir pudo retirarse por una buena causa.
Marla515.- Gracias por dejar un review, snif, si, pobre Haldir, creo que es difícil por que Legolas sólo quiere al mortal, snif.
Burbuja.- Oh! Mi niña, siento mucho no terminarla antes, hasta el viernes tuve tiempo e inspiración, por que sino tengo esta ultima no hago ni avanzo nada. Besos a ti y a Lisabi.
Monce.- Bueno, creo que tanto el pobre de Haldir y Daguel salían sobrando, y ya no quería verlo sufrir al pobre, espero no convertirlo en martir.:-S
Azalea.- Creo que de tristeza no muere el Galadrim, snif.
Ayesha.- Ya te imaginaba con antorcha en mano pidiendo por la dignidad y orgullo del pobre elfo, al menos ya se desquito. Prometo ya no hacerlo tan rosita, le haré crecer pelo en pecho. Besos y felicidades por slasheaven!
Angad666.- ¿Aragorn? No, era mas orgullo por que el elfito ya no fue sólo suyo, mas que por otra cosa, igual se iba a regresar con el elfo a disculparse. ¡Sí! Te recomiendo 100% TKP, por que está hermosísima. Mas en inglés, yo soy un fiasco para traducir.
Any.- Gracias por la foto! Espero saber pronto de ti. Si, Aragorncito se sentía pésimo, pero creo que ya todo paso. Besos.
LaraEternalAnjiru.- Bueno, mas o menos acertaste, pero lo que estaba en juego eran las orejitas de cierto elfito indefenso. Snif. Aragorn se arrepintió de sus actos. Espero no lo metas a la cápsula por favor. ¿Quién estaba en la mente de Legolas? Upps! ¿Nariel?(AU)
Kel.- Regularmente necesito de ánimos e inspiración, y toda la semana tuve tanto trabajo que no tuve tiempo. Aragorn actuó en un impulso de orgullo y celos, mezcla muy mala, pero en el camino se iba arrepintiendo. Al fin sabes como termina todo. Era claro que al pobre de Haldir le tocaba sufrir, y por Daguel, el niño ya se había salido de lo normal. Besos y gracias por el apoyo en el fic. ¡Un abrazo fuerte!
ReikoNoriko.- ¿Continuación? Jejeje… Ya hay precuelas…jajaja... no sé si continuación.Mil besos para ti y para Velia, por cierto pregúntale por favor, para cuando lo de mi Hana/Rukawa
Gracias a todas: BalrogofAlthena, KeaLangrey, Erusel, EmphySeki, Reina Varda, Nienya, Myrem (que me dejo como 13 reviews en el mismo capítulo 2), Legolas12, Eruve, YersiFanel, LuthienCalafalas, LudraJenova, FabiChan, Darkhikki, Nurigu, Eruve(Aura), PrinceLegolas, Carmenchu, Free, Mercy4ever, Velia, Irisxz, Aguila Fanel, Niphredwen, Ceili-Boy, Tere, Beth Malfoy, LaurëAlcalime, Sara, Integrachanreiji, MelianWB, Rusaki, Marina Mortensen, Diane, Tari Tinuviel, SaoriMakimashi, Ezra, Paola, Vilnya, Milita de Bloom, Mystis spiro, Foxy Prateada, Mery, Grillo, Janendra, Hyocam, Lili Celeste y a todas las personas que leyeron y no dejaron huellita por este fic. ¡Mil gracias!
¡Un epílogo y nos vamos.!
