CAPÍTULO 8: EMPAREJAMIENTO

Alentar el apareamiento puede ser bastante frustrante para el ecuestre... un semental en ocasiones parece insistir en su propia elección de pareja, frustrando los cuidadosos planes del caballo pretendiente para el apareamiento incluso cuando rechace la selección de parejas a su disposición... En ocasiones un animal vigoroso rechazará aparearse sin ninguna causa aparente. El único remedio en tales casos es la paciencia, mientras que el castigo es inútil...

Domando al Caballo: La guía del jinete.

"¿Kasumi?"

"¿Otra charla, Akane? Oh, bien. ¡Hace mucho desde la última vez, temía que tu vida se hubiese vuelto aburrida!" rió delicadamente Kasumi, cogiendo la caja para el té, y permitiendo entrar a su hermana en la habitación.

"Así pues, ¿Qué ocurre ahora?" preguntó Kasumi, una vez que la puerta estuvo cerrada y ellas estuvieron sentadas con tazas de té. "¿Va todo bien en el colegio?"

"Oh, el colegio va muy bien." Akane fijó su mirada en el fondo de la taza. "Es mucho mejor que el Furinkan. Incluso Ranma lo cree así. Ella – él no lo admitiría, pero le gustan los profesores, y adora la gimnasia. Sus notas han mejorado, y las mías se mantienen."

"¿Ella?" incitó Kasumi con delicadeza.

Akane se maldijo a sí misma por el desliz. "Por amor de dios, no se lo menciones a Ranma. Se enfadaría de veras." Reflexionó. "Quizás ése sea parte del problema."

"Él no se ha comportado contigo de forma inapropiada, ¿Verdad?"

Akane rió con amargura. "No. No lo ha hecho. Y definitivamente ése es parte del problema. Él me mira como... como a alguien especial, pero yo prácticamente tengo que levantar un gran cartel para conseguir que me abrace o bese, y él no podría ir más lejos de eso en absoluto."

Kasumi sorbió su té. "¿Es eso tan malo? Después de todo, aún no quieres casarte."

Akane se sonrojó. "No estoy hablando de eso. Definitivamente quiero ser, ser virgen cuando nos casemos, y si él sabe lo que le conviene, también lo será. Pero a veces apenas si puedo mantener mis manos lejos de él, es tan... tan..." Akane se rindió. "De cualquier modo, si él se siente de esa manera conmigo, lo está escondiendo muy bien."

"Oh." Kasumi pareció vagamente avergonzada. "Algo de eso es probablemente culpa mía."

"¡¿Tu CULPA?!" Akane la interrumpió, acalorada. "Qué – tu no harías – "

Kasumi agitó sus manos. "Nada inapropiado, te lo aseguro." Dijo rápidamente.

Akane se desinfló. "Bueno, ¿Entonces qué?"

"Como estaba diciendo, algo de eso es culpa mía, y tengo una buena idea del resto. Bien, hace meses, cuando se hizo bastante claro que Ranma sentía algo por ti – deja de mirarme como un pececillo de colores fuera del agua, Akane, y permíteme terminar. – Hace algunos meses, tuve una charla con Ranma acerca de ti." Kasumi se detuvo para ver si Akane tenía alguna otra interrupción que ofrecer, pero Akane todavía parecía estar conmocionada, así que continuó. "Le conté que tú probablemente reaccionarías de mala manera si él realizaba, er, avances físicos contigo, y que él debería dejarte marcar el ritmo en eso."

Akane encontró su voz. "Bien, ¡¿Por qué demonios le dijiste eso?!"

"Dios mío, estás sonando más como Ranma-kun todo el tiempo." Recalcó Kasumi. "Le conté eso porque era verdad. Probablemente todavía lo sea."

Control, control, Pensó Akane. Diga lo que diga. No. Pegues. A Kasumi.

Kasumi tomó el silencio, dando o recibiendo chirridos de dientes, como un permiso para continuar. "Escúchame, hermanita. ¿Recuerdas antes de que Ranma viniera?¿Aquellos chicos estúpidos que te atacaban cada mañana?"

"¡Si!" profirió Akane.

"¿Qué habría pasado si uno de ellos te hubiera derrotado?"

"Um... en el mejor de los casos, podría haberse tomado la licencia de... de tomarse libertades, y si fuese lo suficientemente bueno para derrotarme, habría una posibilidad de que no pudiese hacer mucho al respecto. En el peor de los casos..." Akane se estremeció. "No quiero pensar en ello. Es por eso que peleaba tan duro, y les hacía tanto daño. Estaba muerta de miedo."

"Y cuando vino Ranma, y fuiste súbitamente prometida a un chico que era tan bueno que no le podías siquiera pegar a menos que él te dejara..."

Akane vio hacia dónde se estaba dirigiendo Kasumi. "¿Estás diciendo que estaba asustada de Ranma?"

"No exactamente. Temías perder el control. Un miedo muy razonable, bajo tales circunstancias. Pero empezaste a confiar en Ranma cuando se hizo evidente que nunca usaría su superior destreza para forzarte, y que siempre te protegería de cualquier otro. Un muchacho admirable, mostrando su rectitud."

"Sip." dijo Akane soñadoramente.

"Yo simplemente se lo expliqué, en términos ligeramente distintos. Él entendió inmediatamente. En realidad, pareció bastante aliviado. Y después viniste con esa idea de 'Domar Caballos', y resultó obvio que querías tomar, y mantener, el control de tu relación con Ranma, la cual está en completa consonancia con las tradiciones más sutiles de nuestra cultura, siempre que nunca, jamás dejes que los hombres de la familia lo sepan."

Akane alzó la mirada a la sonrisa ligeramente pícara de Kasumi. "Pero eso significa que siempre tendré que tomar la iniciativa. Nunca sabré si él realmente quiere..."

Kasumi sacudió su cabeza. "No, no. Tú tienes el control. Debes soltar tanta rienda como desees. Tan sólo no la arrojes, porque si pierdes el control, tendrás miedo, y entonces te pondrás furiosa, y alguien terminará herido... y entrenar con Ranma-sensei te ha conferido gran destreza en las artes letales."

"Estás asustándome, Kasumi." Dijo Akane quedamente.

"Bien. Te sugiero que hables de ello con tu sensei."

Akane se estremeció y asintió.

"Ahora, respecto a la segunda parte, debo ser directa. Ranma está muy confuso respecto a su sexualidad, por excelentes razones. Mis libros se refieren a los transexuales ordinarios como confusos, y por Dios, ¡Ellos sólo lo hacen una vez en la vida! El pobre Ranma-kun es afortunado si cambia de sexo sólo una vez en un día."

"¿Confuso?"

"Oh, si. Ésa es una razón para él de reprimir en su mayor parte su sexualidad. Como resultado, su impulso sexual parece disminuido. No responde a estímulos tales como ver a una chica desnuda de la manera en que lo haría un chico de su edad. Él sólo, bueno, lleva a cabo los movimientos paso a paso, haciendo lo que a él le habían contado que debía hacer."

Akane pensó acerca de eso. "Ése es Ranma, cierto." Concordó. "¿Qué puedo hacer al respecto?"

"Bueno, para empezar, debes dejar de llamarle pervertido, y debes dejar de castigarle cada vez que muestre cualquier cosa que tan siquiera pudiera parecer ser un impulso sexual." Dijo secamente Kasumi.

Una cegadora luz pareció estallar sobre Akane. Docenas de incidentes dieron vueltas a través de su mente, cada uno implicando al menos a una jovencita de diverso entusiasmo, y todas ellas terminaban en dolor de un tipo u otro para Ranma. "Oh, de verdad que he sido una idiota." Respiró. "Le he ENTRENADO. Justo como dice el libro. Sólo que esta vez no lo pretendía. Oh, maldición."

"Justamente." Dijo Kasumi. "Pero mira el lado positivo. Es una buena cosa que el Neko-ken no haya afectado su sexualidad, o tendrías verdaderos problemas."

Akane rió, entonces pensó acerca de eso y dejó de reír abruptamente.

"Una cosa más." Kasumi se puso bastante rosada y bajó la mirada hacia sus manos. "No soy una profesional." Dijo despacio, escogiendo las palabras con gran cuidado. "No creo que haya profesional alguno que pueda saber qué hacer con Ranma. No te lo estoy recomendando, tenlo en cuenta. Podría hacer más mal que bien, no lo sé. Pero no tendrías que descartar la posibilidad de... de hacer, ah, avances con Ranma en... en su forma femenina."

Akane miró a su hermana a los ojos. Ella no dijo nada. No tenía que hacerlo. "Ah." Dijo cuidadosamente Kasumi. "Ya veo."

Akane se sonrojó profundamente. "No soy una..." explicó precipitadamente. "No me siento, um, de esa manera con las chicas. Sólo... sólo con Ranma. En ocasiones. En cierto modo."

La expresión de Kasumi se esclareció. "Oh. Bien, entonces. Si eres honesta con él y contigo, todo debería salir bien."

"Eso espero." Murmuró Akane. "Esto no se siente bien."

"Quizás desees hablar con tu sensei acerca de esto, también."

Akane y Ranma entraron corriendo en la casa de los Tendo, riendo, y se detuvieron para sacarse sus zapatos. Akane corrió escaleras arriba para ponerse su gi, mientras Ranma se dirigió a la cocina. Kasumi la encontró con la tetera en la mano. "Intenté detenerles." Dijo Kasumi en voz baja. "Pero no quisieron escucharme. Lo siento, Ranma-kun."

Ranma tomó la tetera lentamente. "¿Detener qué?" preguntó cautelosamente.

Kasumi lució turbada. "Nuestros padres." Dijo, retorciendo una esquina de su delantal. "Date prisa y cámbiate." Achuchó a Ranma hacia el baño. Ranma fue, mirando hacia atrás por encima del hombro.

Ranma entró en la sala principal un par de minutos más tarde, vistiendo su gi. Soun y Genma estaban sentados en la parte más alejada de la mesa, luciendo severos. Ranma puso sus puños en sus caderas. "A ver, ¿Qué pasa?" preguntó en un tono desafiante.

"Sé respetuoso, chico." Le dijo Genma. Ignoró la expresión disgustada de su hijo. "Hemos notado que últimamente has estado llevándote mucho mejor con tu iinazuke."

El sentimiento de zozobra de Ranma fue confirmado por las siguientes palabras de su padre. "Es el momento de planear otra boda."

"¡Y una mierda lo es!" replicó Ranma. Cruzó sus brazos y miró enfurecido a los dos hombres. "Habéis estado lejos de mi cuello desde la última boda, pero debí imaginar que era demasiado bueno para durar. ¿Por qué simplemente no podéis dejarnos en paz?"

"¿No quieres casarte con mi hija, Ranma-kun?" preguntó Soun en un tono bajo y amenazador. Ranma comenzó a responder en su forma negativa habitual, pero sencillamente no pudo obligarse a sí mismo a mentir. Intentó responder de forma afirmativa, pero tampoco pudo expulsarla; fue demasiado como admitir la derrota.

Ranma sintió una mano en su hombro y bajó la mirada hacia los ojos de Akane. "¿Quieres que me encargue de esto?" preguntó quedamente. Ranma asintió agradecido. Akane cambió su mirada hacia su padre. "Él quiere casarse conmigo." Dijo llanamente. "Y yo quiero casarme con él. ¡CALLAROS!" chill sobre el inicio de las celebraciones. Volvió el silencio. Akane asintió satisfecha a la expresión atónita de su padre. "Ninguno de nosotros está preparado aún. Nosotros decidiremos cuándo estaremos preparados, y entonces os lo diremos. ¿De acuerdo?"

"Pero, Akane, sólo queremos lo mejor para vosotros." Empezó Soun en una forma que él consideraba conciliadora. Ranma se encogió, anticipando una explosión.

Akane cerró los ojos y tomó una gran inspiración. Alzó la vista a Ranma, leyendo ¡Ve a por ellos, marimacho! en sus ojos, y miró de vuelta a su padre. "No, tú quieres lo que es mejor para el Musabetsu Kakuto. Tan sólo tienes suerte de que lo que tú quieres y lo que nosotros queremos esté en la misma dirección. Todo lo que tenéis que hacer es esperar un poco."

Soun pestañeó. "Pero, ¿Por qué? Acabas de decir que queréis casaros - "

"Dije que aún no estábamos preparados." Interrumpió Akane. "Él no está listo para ser un marido. Yo no estoy lista para ser una esposa. Necesitamos más tiempo."

Soun y Genma se miraron el uno al otro y se encogieron de hombros, desconcertados. Miraron de nuevo a la desafiante pareja. "Podéis trabajar eso una vez estéis casados." Dijo Genma confidencialmente.

"¡Si, claro, como tú, por ejemplo, Papá!" explotó Ranma. Akane le dio un codazo.

"Como dije la última vez, " dijo Soun, todavía intentando sonar razonable, "nosotros sólo aplazamos otra boda hasta que resolvieseis vuestras diferencias y os librarais de cualquier, ah, enredo. Evidentemente, habéis resuelto vuestras diferencias..." Sus ojos se estrecharon. "Tú te HAS librado de aquellas otras chicas, ¿Verdad, Ranma-kun?"

Ranma se encogió y puso su mano detrás de su cabeza. "Uh, en cierto modo... bueno... la cuestión es, ellas, uh..."

"No." Resumió Akane quedamente, mirando al suelo.

La cabeza-demonio de Soun apareció. "¡¿QUÉ?!"

Ranma se mantuvo en sus trece. "¡Hey, no es tan sencillo!" protestó. "Kodachi, puedo ignorarla sin más, ¿Pero qué ocurre con Shampoo y Ukyo? Nos comimos el trofeo de Shampoo en su aldea, y la derroté dos veces – ¡Aún cuando no supiese lo que estaba haciendo, sigo atrapado con eso! - El tarado de mi viejo hizo una promesa con Ukyo y su padre, y se llevó su yatai, y sigo atrapado con eso!"

"¡CÁSATE CON AKANE!¡NADA MÁS IMPORTA!" Tronó la cabeza-demonio de Soun.

Ranma pareció insoportablemente frustrado y metió sus dedos en los oídos. Jeez, desearía tener esa cosa con la que Kasumi le pincha...

Akane se puso enfrente de Ranma y extendió sus brazos. "¡Detente, padre!" La cabeza de demonio se retiró. Ranma sacó sus dedos de las orejas y suspiró.

Genma ajustó sus gafas en lo alto de su nariz. "Sabía que fue un error dejarte ir a ese colegio de chicas." Le dijo a Ranma. "¿Cómo puedes dejar que tu iinazuke te proteja de tus responsabilidades? Es buena cosa que tu madre no pueda ver en qué se ha convertido su alguna vez varonil hijo."

Ranma se puso blanco y avanzó un paso. Genma retrocedió ante la furia en los ojos de su hijo, pero antes de que pudiese prepararse para defenderse, Ranma se había ido, dejando un amplio agujero en el shoji.

"Oh, genial." Dijo Akane con fuerza. Miró enfurecida a los dos hombres. "He empleado MESES en él, y acabáis de arrojarlo todo por la borda en un par de minutos." Elevó un dedo a Soun. "Voy a ir a intentar arreglarlo. Mantente condenadamente lejos de esto." Volvió una mirada de absoluto desprecio hacia Genma. "Varonil, ¿Eh?" Su voz bajó a un fiero susurro. "¿Sabe Nodoka-sama lo que haces aquí?" Ignoró el abyecto encogimiento de Genma y miró a Kasumi, que estaba revoloteando en el umbral con los nudillos blancos. "Hermana... deséame suerte." Corrió tras Ranma a través del shoji.

Genma miró a Soun, cuya cabeza había vuelto a su apariencia normal, dándose mutuamente una mirada de conmoción. "Bien, podía haber ido mejor." Remarcó cautelosamente

"¡Padre, Oji-san!¡¿Cómo habéis podido?!" Soun y Genma levantaron la mirada hacia el rostro angustiado de Kasumi, y lentamente se dieron cuenta de la magnitud de su error. Kasumi se dio la vuelta y desapareció dentro de la cocina. Reapareció un momento después. "Estoy demasiado furiosa para cocinar. La cena será arroz y agua." Dijo fríamente. Desapareció de nuevo.

Soun rompió a llorar.

Akane brincó al techo del dojo. Ranma estaba allí, de pié con los brazos cruzados, mirando al sol poniente con una expresión austera en el rostro. Su pelo estaba siendo ligeramente azotado por la brisa. Era una pose tan típicamente varonil que Akane tuvo problemas para suprimir una risita. Entonces tuvo una buena vista de sus ojos, y su diversión se desvaneció.

"Odio mi vida." Dijo quedamente.

"¿Toda ella?"

Los ojos de Ranma golpearon en los de Akane por el tono de su voz. Se sobresaltó. "Nah. No quise decir eso. Si no fuese por ti, me habría ido de aquí hace tiempo."

"Bueno, eso es algo." Se sentó a su lado en el tejado y abrazó sus rodillas, contenta de estar usando los pantalones del gi en vez de la falda del uniforme. "Es la única vida que tienes, Ranma. Odiándola no conseguirás nada bueno." Él suspiró, pero no dijo nada. "Siento lo de nuestros padres." Dijo ella. "Me pillaron desprevenida."

"Si que lo hicieron." Titubeó. "Lo hiciste muy bien allí dentro."

"Bueno, tú peleas mejor que yo. Yo hablo mejor que tú. Parece justo."

"Supongo."

"Ellos no pueden hacer que nos casemos hasta que nosotros queramos si permanecemos unidos, así que no te preocupes por eso."

"Si tú lo dices."

Akane se giró y alzó la vista hacia él. La expresión de su cara... "Esto es más grande que lo que acaba de ocurrir ahí abajo, ¿Verdad? Más que la boda, más que nuestros padres, más que tu maldición, ¿Puede que incluso más que nosotros?"

"Uh... uno por uno, no, pero todo junto, quizás." De repente Ranma se dejó caer para sentarse a su lado en el tejado. "Akane, necesito contarte algunas cosas, y necesito que me ayudes, porque si simplemente se las dijese a ellos, tú te pondrías completamente desquiciada, y eso es lo que no quiero que ocurra."

Los ojos de Akane se abrieron de par en par. "Guau. Éste es un método nuevo en ti."

Ranma sonrió socarrón. "Bueno, no puedes decir que no haya aprendido alguna vez de mis errores." Se tranquilizó. "Lo que ellos estaban diciendo... antes de que papá dijese, uh, lo que dijo... era como si ellos tuviesen esta bonita jaula completamente preparada y estuviesen dándome empujones para meterme dentro."

Akane frunció el ceño. "¡Bien, si casarte conmigo es una jaula - !"

"¡Maldición, esto es de lo que estaba hablando!" interrumpió Ranma. "¡No dije lo correcto, y ahora estas enfadada!"

Akane se tranquilizó a sí misma. Maldición. Tiene razón. "Lo siento. ¿Qué estabas diciendo?"

Ranma la escrutó con cautela antes de continuar. "Quiero decir, ellos tienen ése futuro donde nos casamos, y comenzamos a dar clases en el dojo, y tenemos algunos niños, supongo, y... y eso es todo."

"¿Qué, no es eso suficiente?"

Ranma gesticuló desesperado. "Es sólo que parece un poco, no sé, vacío."

Akane sonrió repentinamente. "Oh, ya veo cuál es el problema. No tienes imaginación, Ranma."

"¿Huh?" él la miró, enfrentándola.

"Claro. Mira, si fueras a decir algo como eso acerca de tu futuro justo antes de venir aquí, sería algo como 'vas a ser prometido con una linda chica y a vivir con su familia durante un año mientras vas a la escuela'. Ni una palabra ahí acerca de espíritus, monstruos, excesivas prometidas, setenta y siete clases distintas de artistas marciales, profesores locos, Taro, La Dinastía Musk, Ryugenzawa, El Monte Fénix... ¿Debo seguir, o estoy haciendo entender mi punto de vista?"

"Uh..."

"Mientras nos casemos y vivamos y enseñemos en el dojo y criamos niños, estoy segura de que irán a ocurrirnos todo tipo de cosas distintas. Quiero decir, mira el mes pasado. Aquellos divertidos monjes del Tíbet, creyendo que Mousse era un lama, o llama o algo, reencarnado, Taro intentando sobornar a Happosai para que le diese un nuevo nombre con la ropa interior de una diosa - ¡Chico, ella estaba desquiciada! Fue buena cosa que su hermana fuese tan agradable. – Ése idiota tratando de ganar el corazón de Konatsu, y Nabiki tuvo ese plan para vender fotos de tu forma masculina... oh, y tu madre compró un hornillo arrocero encantado. No, eso fue el mes anterior, ¿No?"

Ranma agitó sus manos. "Lo cogí. Oh, tío, y pensaba que ahora tenía problemas..." tomó su cabeza con las manos.

"¿Problemas? Se llama Vida, Ranma. Tú no eres un chico ordinario, y no vas a tener una vida ordinaria. Esto es así, y ahora también es la mía, y puedes odiarla si quieres pero yo preferiría disfrutarla, y desearía que tu también lo hicieses."

"No me siento de esa manera." Murmuró Ranma a sus rodillas.

Akane suspiró frustrada, después tuvo una idea. "¿Recuerdas cuando Shampoo me golpeó con el tsubo depresivo, y me dijiste que lo considerara como un combate?¿Recuerdas cuando te mencioné acerca de ganar tu combate ying-yan creando tus propias reglas? Siempre te adaptas, Ranma. Nunca te he visto en una situación que no pudieras resolver eventualmente, a veces volviéndolo todo boca-abajo. ¿Qué te cuesta adaptarte a tu propia vida?"

"Uh..."

"Hey, acabo de verte usando la Técnica Secreta Saotome con nuestros padres. Además, funcionó."

Ranma sonrió por fin. "Supongo que lo hice. No hay manera de que vaya a usar el Tigre Caído."

Akane rió y palmeó a Ranma en la espalda. "Vamos, estamos faltando a nuestro entrenamiento." Se levantó, se paró en el tejado y saltó abajo. Ranma la siguió, aún preocupado.

Akane retrocedió fuera de alcance y observó a Ranma con preocupación. "¿Qué?" demandó Ranma, enderezándose desde su postura de guardia.

Akane giró su dedo gordo del pié en el suelo del dojo. "Estás completamente fuera de tu centro, Sensei."

Ranma hizo una mueca. Desearía poder decir que está equivocada. "Sigue bullendo en mi cabeza." Admitió.

"¿Quieres hablar de ello?"

"¡No!" dijo Ranma automáticamente. Akane esperó. "Uh... quizás."

Akane miró alrededor. Las puertas del dojo estaban cerradas, y ella estaba bastante segura de que ninguno de sus padres se atrevería a mostrar sus caras por algún tiempo. Ella se arrodilló en el centro del suelo. Ranma titubeó, después se sentó a su lado, mirando hacia el otro lado. "¿El asunto de la 'hombría', de nuevo?" preguntó Akane quedamente.

"Algo así." Ranma no la miró a los ojos. "San Herebeke está muy bien, pero aún estoy preocupado acerca de ser una chica demasiado tiempo. No lo sé. De verdad que cada día agradezco cuando el agua caliente me causa efecto y me transformo de vuelta."

Akane mordió su labio. "Yo también." Con gran atrevimiento, sacó su mano, la deslizó a través de la solapa del gi de Ranma, y tocó su pecho. Su carne tembló bajo su mano. Ella alzó la mirada a los ojos de Ranma. ¿Miedo? "¿Cuál es el problema, Ranma?"

La boca de Ranma hizo una mueca. Mantuvo su voz baja. "No me siento realmente masculino cuando haces eso." Confesó.

Akane frunció el ceño, dolida. Retiró su mano. "Bueno, disculpa por decepcionarte." Empezó. "Quizás si Shampoo - " se detuvo. Ranma estaba sacudiendo su cabeza.

"Gaah." Ranma frotó su cabeza con las manos. "Otra vez te lo estás tomando todo a mal. Olvídalo." Empezó a levantarse. Akane empujó fuerte con el dedo detrás de su rodilla y de repente él se sentó de nuevo.

"Lo siento, Ranma. Te escucharé."

Ranma la miró. "Bueno..." suspiró. "Mirá, ¿Qué debería hacer un 'hombre entre los hombres' cuando tú, uh, me tocases de esa manera? Supongo que abrazarte, besarte, ponerte tumbada en el suelo, y... uh..." se sonrojó.

Akane se estaba sintiendo un poco acalorada. "Entonces, um, ¿Por qué no lo haces?"

Ranma esbozó una media sonrisa. "Quieres decir, ¿Aparte de porque no quisiera ser pateado a través del techo?" perdió su sonrisa. "Además no estaré a punto para hacer nada de eso a menos que esté seguro de que tu también quieres." Él estaba esforzándose visiblemente por encontrar las palabras, y del mismo modo, se rindió visiblemente. "No lo sé."

Akane se estiró y tocó de nuevo el pecho de Ranma. "Ranma... Estoy segura de que cuando llegue el momento, serás lo suficiente masculino para mí." Tomó aliento y mantuvo firmemente sus ojos en el suelo. "Sabes que ése momento no llegará hasta que estemos casados. Pero... si quieres ser más, um, físico... no me importa." Ahora mismo, mi pelo podría inflamarse.

Hubo un momento de tenso silencio, y entonces Ranma soltó una corta, infeliz risa. "Necesito contarte un sueño que he tenido la semana pasada. La noche anterior a esa vez que viniste por detrás mía y me abrazaste y yo salté sobre el dojo." Hizo una pausa. "Yo estaba... estábamos empezando a ponernos, uh, físicos, y miré arriba, y el techo había desaparecido, y ahí estaban ellos: Happosai babeando, nuestros padres con fans vitoreando, mi mamá con una katana, Nabiki con una cámara y una grabadora... y Shampoo y Ukyo y Kodachi. Y yo estaba como congelado, y tú me miraste y dijiste..." Ella le sintió estremecerse. "No puedo decirlo. No quiero pensarlo jamás. Pero fue horrible."

Para entonces Akane tenía ambos brazos alrededor de Ranma. "No diré cosas como ésas nunca más." Le dijo a su hombro. "Lo prometo."

Ranma la palmeó cuidadosamente en la espalda. "No lo has hecho." Dijo. "No en la realidad. No sé por qué lo hiciste en el sueño." Suspiró de nuevo. "De cualquier modo... miré abajo y yo era... era una chica."

Akane se sobresaltó. "Ouch. Tampoco puedo decirte que sencillamente estés siendo un tonto. Yo también estoy cansada de toda esa gente vigilándonos. Y puedo ver como tu maldición arruinaría tus sentimientos, um, de ése tipo hacia mí."

Buena cosa que no mencioné a P-Chan. "Sip, Akane..."

Akane le soltó y le miró. La expresión de Ranma mostraba que de nuevo estaba esforzándose en encontrar las palabras. "¿Qué es?" incitó con delicadeza.

"Yo, yo me siento, uh, de ésa manera respecto a ti, no obstante. Me he sentido así desde hace mucho tiempo."

Akane le miró fijamente, los ojos muy abiertos. "¿Te sientes?¿Te has sentido así? Entonces, por qué nunca..."

Ranma se sonrojó. "Las cosas son tan complicadas, incluso sin la maldición. Era tan embarazoso, o... mmm... no bienvenido, o incluso peligroso. Por eso no pude. Por eso no lo hice. Intenté muy duro no pensar siquiera en ello."

La perspectiva de Akane experimentó un rápido reajuste. ¡No te asustes!¡Control!¡Kasumi estaba equivocada! Y eso significa... "No bienvenido." Susurró con timidez.

Ranma se relajó un poco. "Todavía es embarazoso y peligroso." Dijo irónicamente. "Pero supongo que principalmente necesito que digas claramente que está bien. No hay manera de que mi madre vaya a pensar que eso es masculino."

"De verdad que me estoy cansando de esa palabra." Suspiró Akane. "¿No puedes ser tan sólo, bueno, tan Ranma como puedas y olvidarte de la 'hombría'?" Ella supo tan pronto como lo dijo que no le haría ningún bien. Está demasiado preocupado por su imagen como para pensar en su concepto de sí mismo.

Ranma sacudió de nuevo su cabeza. "No mientras mi mamá continúe teniendo una katana, no puedo."

"Estaré muy contenta cuando sea la única que tenga que decidir si eres masculino ó no." Murmuró Akane.

"Creo que quizás yo también lo sea." Dijo Ranma muy quedo.

Akane se retorció repentinamente en los brazos de Ranma. "¡¿En serio?!" le tiró hacia atrás, se subió encima suya, y le besó extasiada. "¡Oh, Ranma!"

"¿Ves? Ahora, si yo hubiese hecho eso, habría sido masculino." Explicó Ranma cuando recuperó el aliento.

Akane sonrió, demasiado contenta para estar ofendida. "O habrías salido volando."

Ranma sonrió desde el suelo. "Marimacho."

Akane se sentó y le examinó. "Ranma, si tú quieres, podemos casarnos tan pronto como desees."

"Yo, uh..."

Akane suspiró. "O no." Observó a Ranma desinflarse un poco. "Mi padre tenía razón en una cosa, no obstante. Necesitamos arreglar lo de las otras chicas primero. ¿Puedes hacerlo?"

"Uh... no lo sé."

"Eso significa no." Consideró Akane. "Dijiste que podrías simplemente ignorar a Kodachi."

"Sip. Y tú podrías derrotarla fácilmente si tuvieses que hacerlo. Ukyo... se lo debo. No puedo darla lo que quiere, pero la debo algo. No sé el qué, no obstante. También puedes derrotarla, a menos que ella te ponga en desventaja. Shampoo es realmente peligrosa. Podrías ganarla si tuvieses suerte, o si ella tiene un mal día, pero ella todavía es un poco mejor, uh, mejor luchando, que tú."

Akane sintió irradiar un calor completamente diferente. "¡¿En serio?!" respiró. "Guau."

Ranma se sentó y la miró, sorprendida. "Claro. Pensé que lo sabías. Eres muchísimo mejor de lo que eras antes de que empezara a entrenarte. Pero no quiero pelear con ninguna de ellas." Fijó la mirada en sus manos. "Quiero ser su amigo. Especialmente de Ukyo."

Akane palmeó su espalda. "Lo sé." Quieres ser amigo de todos, y difícilmente alguien lo es de ti, pensó. "Bueno, tu padre te metió en éste lío... quizá tu madre pueda sacarte de él."

"Quizá." Ranma sonaba dubitativo.

"Bien, vayamos a hablar con ella y veamos si tiene alguna idea."

"¡Akane-chan!¡Que agradable de tu parte pasar por aquí!" dijo alegremente Nodoka. "¡Vamos, siéntate!" Hizo un gesto hacia la mesa de la sala principal de los Saotome y se fue a la cocina. Akane se arrodilló a un lado de la mesa. Ranma se sentó cerca de ella, pareciendo nervioso. Nodoka regresó en un minuto con una tetera y tazas y se arrodilló frente a ellos. "Y bien, ¿Cómo van las cosas?" preguntó una vez que el te hubo sido servido.

Akane y Ranma se miraron el uno al otro. "Complicadas."dijo Akane con tacto. "De hecho, es por eso que estamos aquí." Miró alrededor. "Um, ¿Está el Tío Saotome por aquí?"

"No, querida, está fuera." Dijo Nodoka. "¿Había algo para lo que querríais verle?"

Akane titubeó. "Bueno, de hecho - "

"Lo que Akane no, uh, le quiere decir a él," interpuso Ranma. "es que éste lío es culpa de Papá y no queremos restregárselo por la cara mientras intentamos arreglarlo."

"¿Es eso, Akane?"

Akane mordió su labio y asintió. "Esperábamos que pudieses ayudarnos a encontrar una solución. Nadie más ha podido."

Nodoka los examinó. "Bueno, debo decir que estoy honrada por vuestra confianza, y estoy tan contenta de que Ranma esté finalmente llevándole sus problemas a su madre, pero, ¿Cuál es exactamente el problema?"

Akane y Ranma se miraron fijamente el uno al otro durante largo rato. "Bueno, ayer nuestros padres nos dijeron que ya que nos hemos estado llevando mejor era tiempo para otra boda." Empezó Akane. "Y nosotros les dijimos que queríamos casarnos el uno con el otro pero que aún no estábamos suficientemente preparados. Ellos querían que nos casáramos inmediatamente. Hubo, um, una discusión. Fue bastante acalorada."

"Ya veo." Dijo Nodoka. Sorbió de su copa de té y la dejó. "Y por supuesto vuestras razones eran suficientemente buenas como para pasar por encima de los deseos de vuestros padres."

Akane titubeó. Naturalmente que ella habría de verlo de esa manera.

"Oh, sip." Dijo Ranma. "¿Recuerdas la última boda?"

Nodoka hizo una ligera mueca. "Fue un poco animada, ¿Verdad?" admitió.

"Fue tan animada que nadie terminó casado." Dijo llanamente Akane. "Una razón para ello fue Happosai y un barril de agua del Nyannichuan. La otra razón es aquella con la que necesitamos ayuda. Shampoo, Ukyo y Kodachi."

"Ésa son tres razones." Puntualizó Ranma, servicial. Akane le miró enfurecida.

"Sigo sin comprender cuál es el problema." Dijo Nodoka. "Ranma, te casarás con Akane-chan. Tus otras novias simplemente tendrán que aceptarlo."

"Eso me gustaría." Dijo Ranma. "En primer lugar, Shampoo cree que ya soy su marido, porque según las leyes de su pueblo si un hombre extranjero la derrota, ella tiene que casarse con él. Bueno, la derroté en su aldea porque papá y yo nos comimos el premio del torneo en el que ella participaba, así que tuve que derrotarla para ganar el torneo." Ranma inspiró profundamente. "Entonces era una chica, así que ella intentó matarme, pero cuando vino aquí descubrió que en realidad era un chico, y la derroté de nuevo por accidente, así que ella tiene que casarse conmigo, pero no podía porque estaba prometido a Akane, aunque Shampoo era bonita y Akane no era nada bonita - ¡Ow!"

Nodoka estaba masajeando sus sienes. "Prosigue."

Ranma frotó su muslo, escrutó a Akane con cautela y tomó otra inspiración. "El viejo de Ukyo y el mío hicieron un trato. Tú sabes acerca de eso. Cogimos su yatay y la abandonamos, maldita sea. El Honor dice que yo – nosotros – debemos algo a Ukyo, pero no puedo casarme con ella. No quiero casarme con ella." Ranma bajó la mirada. "Ukyo no sabe esto, no obstante. Ella cree que simplemente me caso con Akane por causa del compromiso."

"Pero en realidad tú no la mentiste, ¿No?" preguntó ansiosa Nodoka. "Ella sencillamente saltó a conclusiones y tú no la corregiste."

"Eso creo, en cierto modo." Dijo Ranma, pero no levantó la mirada de sus manos.

Nodoka se relajó. "Bueno, entonces todo está bien." Hizo una pausa. "¿Tienes alguna cosa mas que añadir a lo que ya sé de acerca de Kodachi?"

"No creo. Ella es inofensiva la mayor parte de las veces si no hueles sus flores o comes su cocina." Ranma no entró en detalles. "Shampoo es peligrosa, y simplemente no se rinde. Ukyo es agradable, casi siempre, pero a veces olvida que lo es, y es muy buena con ésas espátulas. Sólo tratar de deshacernos de ellas me causará moratones, quizás algo peor, y quizás Akane termine herida, sin mencionar muros y tejados y ésas cosas."

"Hmm." Nodoka tomó otro sorbo de té y echó un vistazo a Akane. "Bueno, sé qué deberías hacer, pero no estoy segura de que Akane-chan quiera oír esto."

"Uh..." Ranma vió la perdición en la expresión de Akane. "No voy a tratar de mantener secretos con Akane, así que debes simplemente decirlo sin más, mamá."

Nodoka se encogió de hombros. "Muy bien, querido. No hay necesidad de 'deshacerse' de ellas. Puedes mantenerlas como concubinas. Un auténtico hombre entre los hombres debería ser capaz de satisfacer a más de una mujer..." Ella ignoró los cabellos que surgieron de la cabeza de Akane y el topetazo mientras Ranma caía hacia un lado, perdida en visiones del futuro:

Nodoka sentada charlando con Kodachi sobre un té estilo inglés, sosteniendo un pequeño niño con coleta en su regazo mientras que, más lejos, una niñera mecía una cuna. El niño agarraba ávidamente un pequeño bokken con un lazo atado alrededor. En la pared había una foto enmarcada de Ranma en esmoquin y Kodachi en traje de noche, con Ranma agarrando un codo de Kodachi.

En la habitación superior del Ucchan's, Ukyo sostenía un niño en sus brazos para que Nodoka le arrullara. En la pared había una foto enmarcada de Ukyo tras la parrilla, sonriendo a Ranma, quien estaba sentado en frente de la parrilla, sonriendo a la cámara, y levantando dos dedos.

Nodoka se arrodillaba para dar una muñeca a una niña con el pelo corto y morado mientras Shampoo daba vueltas en círculos a un niño bebé. En la pared del Nekohanten había una foto enmarcada de Ranma en una postura de guardia, desnudo su torso y sonriendo con gravedad.

"¡Oh, cuántos nietos!" susurró alegremente Nodoka, mientras Akane rechinaba sus dientes y agarraba a Ranma por la coleta para arrastrarle de nuevo a la posición de sentado. "¡Ow!" empezó él, pero la mirada furibunda de Akane le calmó instantáneamente.

Los ojos de Nodoka se reajustaron. "¿Eh?¿Algo va mal, Akane-chan?"

"Nada, tía. Nada en absoluto. Tendremos que hablar más acerca de esto en otra ocasión. Ahora mismo, tengo cuestiones que, um, discutir con mi prometido. Si nos disculpas." Akane se puso en pié; dado que todavía le tenía cogido por la coleta, Ranma también se levantó forzosamente.

Nodoka les condujo fuera de la casa, saludo en despedida, y les observó salir corriendo calle abajo. Sonrió tiernamente mientras se giraba para entrar de vuelta. Oh, Akane, serás tan buena para él.

"No te hagas ilusiones." Gruñó Akane cuando estuvieron fuera de alcance de oído de la casa Saotome.

"¿De qué demonios estás hablando? ¡Tú fuiste la que querías llevarla el problema a mi madre! Suena como que ella tiene suficientes ideas como para andar de un sitio para otro..." Akane se detuvo. Ranma continuó por un segundo antes de notar que ella ya no estaba a su lado, e hizo un brusco giro en "U" sobre un poste ligero para reencontrase con ella. Su cabeza estaba agachada mientras la alcanzaba. "Jeez, Akane, avisa cuando vayas a pararte... hey, ¿Cuál es el problema?"

"Bueno, ¡¿Cuál CREES que es el problema?!" Ranma no podía decir si su voz era sacudida por lágrimas reprimidas o por furia, y se apartó un poco de ella por si acaso. Mal movimiento. "Así pues, sencillamente vas a HUIR de tus CONCUBINAS, ¡¿Huh?!¡Tu MADRE dijo que eso era 'MASCULINO', así que vas a DEJAR a tu ES-ESPOSA completamente sola!"

Ranma miró alrededor desesperadamente e hizo gestos para hacerla callar. "¡Argh!¡La gente nos está mirando!" Otro mal movimiento.

"Qué, ¿No estoy siendo lo suficientemente DISCRETA para ser una buena esposa?¡HEY, TODOS, ESTE TÍO TIENE TRES CO-CONCUBINAS Y NI SIQUIERA SE HA CASADO AÚN!" entonces vinieron las lágrimas. "¡¡BAKA!!" ¡WHAM! Akane se recobró de su posición de golpeo y voló hacia su casa, llorando.

Ranma se sentó derecho en el reciente cráter, sacudiendo su cabeza para ahuyentar a los pajaritos, y echó un vistazo a la gente que pretendía no estar mirando. Guau. Olvidaba lo buena que era su derecha... Suspiró, sacudió de nuevo su cabeza por un motivo diferente, y subió a los tejados. Conocía la ruta que Akane tomaría; Acaban de dejar un surco en la acera.

Akane dobló corriendo una esquina que no podía ver claramente y fue derecha a un par de brazos. "¡Déjame IRME!" Brazos fuertes.

"No te vas a ir." Dijo cansadamente la voz de Ranma en su oreja. "Estate quieta." Se sintió a si misma recogida contra el pecho de Ranma, y entonces él saltó, y la calle se empequeñeció, y luchar por liberarse ya no fue mas una buena idea. Tejado. Salto. Tejado. Salto. Árbol. Pausa. En algún lugar de allí los brazos de ella habían encontrado el camino alrededor del cuello de él, y en realidad estaba en una posición muy buena para estrangularle con un buen beso, pero por algún motivo no se sentía de esa manera.

"Supuse que esto iba a ocurrir." Dijo Ranma, aún con el mismo tono cansado en su voz. Comenzó a desenredarse a sí mismo de Akane, pero los brazos de ella se estrecharon, informando a la diminuta parte de Ranma Saotome que sabía algo de mujeres que cogerse aún era una opción. Entre otras cosas. Ajustó su posición en la rama del árbol y aguantó pacientemente las lágrimas mojando su fina camisa.

Finalmente Akane sorbió y se retiró ligeramente. "Entonces, acerca de la idea de la Tía..."

Ranma torció la boca disgustado. "Apesta." Dijo llanamente. "Kuno estaría detrás mía todo el rato con una katana de verdad, Shampoo nunca se arreglaría con menos de un 'tai-tai', y..." su voz se detuvo un instante y Akane empezó a preocuparse de nuevo. "Mierda, espero que no se lo sugiera a Ukyo," reanudó Ranma. "Porque creo que ella se decidiría por eso."

Akane esperó, pero no parecía que fuese a decir más. "¿Eso es todo?¿Qué hay de mí?" Trató de poner filo en las palabras, pero de algún modo salieron lastimeras. Ella se apartó un poco más lejos y alzó la mirada a Ranma, quien estaba dando una excelente imagen de un chico que preferiría estar en casi cualquier otro sitio.

"Mazos." Soltó abruptamente. "Mesas, shinais, sartenes, muros, suelos, techos, linternas de piedra... uh..." Akane buscó su rostro. No era necesariamente la respuesta que había estado esperando, pero tendrían que bastar. Sonrió un poco y de nuevo descansó su mejilla en el pecho de Ranma. Whew. No puedo creer que esta vez dijese lo correcto.

"¿Qué... que hay de ti?" dijo Akane, amortiguada por la camisa.

"Uh... mira, me imagino que eso sería tal y como es ahora, excepto que fuese peor, y no creo que pudiese vivir peor, y estoy condenadamente seguro de que no lo disfrutaría."

"¿No lo harías?" dijo Akane, seductora. "Tan sólo piénsalo... cuatro chicas, todas tratando de superar a las demás por tus atenciones..." Ella lo dijo medio bromeando, pero repentinamente se encontró a sí misma sentada en la rama del árbol con Ranma de pié a cuatro pasos de distancia.

"Déjalo ya, Akane." Dijo toscamente Ranma. "Puedes seguir llamándome pervertido, pero no lo soy, y tu lo sabes. ¡Ni siquiera sé si quiero a UNA chica!¡No hay manera de que vaya a probar con cuatro! Oh, mierda." Ranma palmeó sus manos sobre su boca y miró a Akane con ojos desorbitados. Akane le miró, después puso su frente en su mano y sacudió la cabeza. Sus hombros estaban temblando. Ranma se atrevió a esperar que se estuviera riendo. Lo estaba.

Ranma se relajó, puso sus manos detrás de su cabeza, y alzó la mirada al cielo, manteniendo un ojo en Akane. Akane se levantó, dio un paso lejos de la rama del árbol, y le dio un ligero puñetazo a Ranma en el estómago. "¿Qué voy a hacer contigo, Saotome?" dijo Akane tiernamente, y le abrazó.

Ranma dejó caer torpemente sus brazos alrededor de los suyos. "Uh... no lo sé. Supongo que tendrás que pensar en algo. ¡WHAAAA!"

"¡KYAAA!"

¡Crash!¡Crash!Thump.

"Oof."

Ranma estiró la cabeza fuera de los arbustos y se inclinó para darle una mano a Akane. "Mañana, trabajaremos el equilibrio." Dijo severamente mientras la incorporaba sobre sus pies.

Akane miró hacia abajo, pero estaba sonriendo. "Hai, sensei." Su pié se desprendió, colgó y retornó, y Ranma cayó de nuevo en los arbustos. Por alguna razón Akane cayó también.

"¡Ahh!¡Tú, nada bonita, apártate – no!¡Waa!¡Waha!¡Paraaa!"

"¡¿Aquí?!¡¿Tienes cosquillas AQUÍ?!¡Oh, ahora vas a ver!"

"¡Basta ya!¡Wah!¡No estoy bromeando!¡Wahaha!Mmmpph"

Risitas.

"No es divertido. ¿Cómo te sentirías si empezase a buscar TUS cosquillas?"

"... atrévete." Los arbustos crujieron. "Mmm..."

"Aquí no, ¿Eh?¿Qué tal por aquí?"

"Mmmmmm. Oh, Ranma..."

Los arbustos dejaron de crujir. Se oyó un suspiro. "¿Cuánto tiempo quieres posponer la boda, esta vez?"

"Bueno, eso depende. ¿Cuántas chicas quieres, esta vez?"

"Maldita sea. Lo supe tan pronto como dije que lo había estado oyendo durante meses... Una. Sólo una."

"Respuesta correcta... compañero. ¿Me rascas un poquito más?"

Ukyo entró dentro del Nekohanten como un pistolero entrando dentro de un saloon hostil. El efecto fue arruinado cuando nadie se volvió para mirarla. Apartó su paraguas cerca de la puerta y examinó el vacío restaurante."¿Hay alguien en casa?"

Mousse salió de la cocina. "¿Uno?" inquirió, parpadeando miope mientras se acercaba.

"Bueno, de hecho, he venido a ver a Shampoo." Dijo Ukyo.

Mousse asintió. "Toma asiento." Gesticuló al exceso de sillas disponibles y regresó dentro de la cocina. Shampoo salió un momento después.

"Recibí tu mensaje." la contó Ukyo. "¿Qué sucede?"

"Necesitar hablar." Dijo Shampoo, sentándose en la mesa de la esquina de enfrente. "Disculpar por pedir tu venir aquí, pero..." colgó un dedo hacia la tarde lluviosa de afuera.

Ukyo rió entre dientes. "Sip, puedo ver cómo eso podría ser un problema." Dijo ella, apoyando su espátula gigante en la mesa y sentándose frente a Shampoo. "Entonces, ¿Qué es tan urgente?¿Ran-chan tiene otra cita con Kodachi?"

Shampoo la disparó una mirada disgustada. "No recordarme. No, no cita. ¿Tu ver mucho a Ranma?"

"No, maldita sea. No desde que empezó a ir al San H. Entra en el Ucchan's cada una o dos semanas, eso es todo, y normalmente con Akane. ¿Y tú?"

Shampoo agitó tristemente su cabeza. "No. Él no venir a Nekohanten."

"Bueno, ¿No puedes ir a verle? Estás de un lado a otro mucho mas que yo, no vas al colegio, y teniendo a Mousse y Cologne para llevar este lugar – " Ukio se dio cuenta repentinamente de que estaba enfureciendo a su rival y se detuvo.

Shamppo no lo notó. "Yo intentar ir escuela Kodachi. Ellos más listos que cabeza palmera. Ellos mandan factura Nekohanten. Segunda vez, Bisabuela ordenar a mi no ir allí." Ukyo rió disimuladamente, pero nuevamente Shampoo no lo notó. "Yo ir Tendo Dojo. Mujer agradable decir Ranma no estar. Yo ir casa de Ranma. Madre de Ranma decir lo siento, acabar de irse. Yo no encontrar. Eso pasar muchas veces. Esta época de lluvia, también. Tú sabes acerca de Ranma y gato..."

"Pero." Consideró Ukyo. "Entonces, ¿Qué está pasando?"

"Yo no saber. Esperar que tú saber. Si tú no saber, yo – nosotras tener gran problema."

"No lo sé." Admitió Ukyo. "Él va a San H como chica, con Akane. Está durmiendo en casa de su madre. Qué ocurre entremedias, no estoy segura."

"Él en el dojo después de colegio." Dijo Shampoo. "Él entrena con Akane. A veces comer donde los Tendo, a veces en casa. Estudia con Akane. Yo veo en ventana."

Ukyo y Shampoo se miraron la una a la otra. "De acuerdo, tenemos un gran problema." Dijo Ukyo.

"Akane." asintió Shampo, sus miedos confirmados.

"No puede ser." Declaró Ukyo, pero su voz fue menos segura que sus palabras. "Él sólo revolotea a su alrededor porque sus amigos y los de ella le hacen hacerlo."

Shampoo se encogió de hombros. "Quizás. Una vez yo ir lugar Tendo y mujer agradable no estar. Padre Tendo hacer cabeza-demonio a mí. Otra vez yo intentar entrar en Dojo cuando Akane y Ranma en él y padre de Ranma me atacó." Se estremeció.

"¡¿Genma te noqueó?!"

Shampo se estremeció de nuevo. "Peor. Él me ABRAZ". Como niño. Su barbilla toda rasposa. Fue horrible. Yo no intentar eso de nuevo." Se recompuso. "Madre de Ranma agradable, no obstante. Ella me gusta. Ella dice a Ranma 'ser bueno con Shampoo'."

"Sip, Nodoka-sama es dulce. También es agradable conmigo. Cómo se casó con un perdedor como Genma, Nunca lo entenderé."

"Él hacer hijo fuerte." dijo Shampoo con firmeza.

"Supongo." Concordó reluctante Ukyo. "Aún así - " sacudió su cabeza. "Olvídalo. Entonces, ¿Por qué me estas hablando de esto?"

"Nosotras trabajar juntas cuando cosas mal de veras, ¿Si? Creo que cosas ahora mal de veras." Shampoo se mantuvo callada y pensativa con cierto resentimiento. "Akane y Ranma demasiado cerca. Él no insulta, ella no pega. Muy mal. Sólo una cosa buena, Ranma no gusta en verdad chicas todavía - "

"¡¿Qué demonios estas diciendo?!" interrumpió Ukyo. "Por supuesto que a Ran-chan le gustan las chicas. Él no es un pervertido."

"No, no." Shampoo agitó una mano. "No pervertido, sólo no hombre aún. Todavía chico."

Ukyo la miró en desacuerdo. "Tonterías. ¿Por qué crees eso?"

Shampoo se encogió de hombros. "Yo probar. Yo frotar contra él, tentar con mi cuerpo. Él no excitarse."

Ukyo gruñó sonoramente. "De todos los engreídos, arrogantes..."

"No conocer palabra." La mirada enfurecida de Shampoo indicaba que había percibido algo de su significado, no obstante.

"¡Mira, sólo porque no esté siguiéndote A TI con la lengua fuera, no significa que no se sienta de ésa manera con NINGUNA chica!"

Shampoo la escrutó. "¿Cómo tú saber?¿Él poner excitado por ti?"

Ukyo se sonrojó. "No exactamente, pero... Mira, estoy segura, ¿De acuerdo?"

"Hmpf. Ningún joven resistir este cuerpo. Pero incuso cuando yo ir a la cama de Ranma en la noche, sólo perder sueño y hacer entrenamiento – pero de tipo equivocado." Shampoo lució frustrada.

Ukyo reprimió una sarta de deseadas palabras y contó hasta diez. "Ran-chan no es exactamente un joven ordinario, ¿Sabes?" apuntó finalmente Ukyo. "Quizás la maldición le hizo... no sé... más exigente."

Shampoo consideró a Ukyo por debajo de sus cejas. "Yo casi pensar tú insultar. ¿Tú creer que Ranma elegir pechos-planos, caderas-grandes, pelo-corto desperdicia-comida? ¿Sobre ESTO?" Shampoo gesticuló hacia sí misma.

"¡Podría hacerlo, si la amara!" pronunció impulsivamente.

Shampoo y Ukyo se miraron la una a la otra en el reverberante silencio. Finalmente Shampoo zozobró un poco. "Si tu tener razón, muy muy grande problema."

Ukyo aun estaba reprendiéndose a sí misma por decir algo que ni siquiera quería pensar. "Sip. No he podido salir antes porque he tenido que llevar el Ucchan's, y no quería ir tras él de la manera en que tú y Kodachi lo hacéis, pero ahora..." se puso en pié, agarrando su espátula. "Iré a hacerle – hacerles. – una visita y ver cómo están las cosas. Volveré y te diré."

Shampoo atrapó la muñeca de Ukyo mientras ella pasaba. "Tú no luchar Akane."

Ukyo bajó la mirada hacia ella. "¿Qué?"

"Yo advertir. Tú luchas Akane, tú pierdes. Ranma entrena Akane. Ranma entrena Akane bien." Shampoo soltó a Ukyo.

"¿Estás loca? De ninguna manera voy allí a luchar. Nos vemos." Ukyo puso su espátula en su espalda, recuperó su paraguas, y caminó fuera del Nekohanten.

Shampoo se quedó sentada donde estaba, pareciendo preocupada. No notó a Mousse retirándose fuera del alcance del oído y yendo de vuelta a la cocina.

La Bisabuela cometió un error. Pensó Shampoo. Ranma aprende demasiado deprisa. Ella creía que estaba enseñándole técnicas... pero Ranma aprendió cómo enseña ella. Ahora está enseñando a Akane, y a ésas chicas de la escuela, como un maestro. Sus dedos se cerraron con fuerza. ¡El es cuatro tesoros! ¡Guerrero, amante, padre, y maestro!¡No puedo perderle!¡No puedo!¡No contra ELLA!

Ukyo debe estar equivocada. No es posible que Ranma pueda estar ya preparado para una mujer. ¿Cómo podría él querer a una mujer y no quererme a mí? No obstante, las palabras de Ukyo habían resquebrajado la concha de sus alegres presunciones, y permitieron que un nuevo y horripilante pensamiento se infiltrara. ¿Y si... espíritus de mis ancestros, y si él ya ha yacido con ella, y es por eso que ahora son tan cercanos?¡Oh, dioses, él ha estado resistiéndome como lo haría un marido fiel!

Shampoo miró al exterior de la puerta principal, maldiciendo a la lluvia que la impedía estar con su amado, y trató de ignorar la terrible desesperación que estaba brotando dentro de ella: el miedo a que ella quizá ya lo hubiese perdido.

Mousse se deslizó afuera por la puerta trasera del Nekohanten, desplegó su paraguas, y se apresuró a través de la lluvia. Se detuvo en un teléfono público, cogió el auricular, produjo una moneda, la introdujo en la máquina, y marcó un número memorizado.

Un bastón alcanzó delante suya y oprimió con delicadeza el interruptor en forma de gancho antes de que Mousse escuchara el primer sonido.

"Esta vez no, chico." Le dijo Cologne. "Ha sido divertido e instructivo, pero ya ha durado suficiente tiempo. Es hora de terminar con esto, de una forma o de otra."

Como era su costumbre, Kasumi entró en el dojo donde Akane y Ranma estaban entrenando, usando su gi y llevando una bandeja con bebidas y aperitivos. Dejó las puertas abiertas para dejar entrar el frío, húmedo aire y el sonido de la lluvia, se movió hacia una esquina, dejó la bandeja en el suelo, y se arrodilló para observarles.

El dojo retumbaba con kiais, el chasquido de carne contra carne, los topetazos de cuerpos contra la madera. Ranma y Akane saltaban, pateaban, daban puñetazos y giraban el uno alrededor del otro en una muestra de agilidad y agresividad que los ojos de Kasumi tenían problemas en seguir. Lo que podía ver la confirmaba que había mucho del Mutsabetsu Kakuto que ella desconocía.

De repente, sin una palabra o señal aparente, su danza cambió; el ritmo seguía siendo rápido, pero los ataques eran levísimos más que brutales, y los sonidos en el dojo eran carcajadas, risitas, y ocasionales chillidos. Kasumi sonrió y continuó observando atentamente cómo jugaban, brincando casi hasta el elevado techo y rebotando en las paredes, pero nunca desviándose hacia la esquina donde ella estaba sentada.

Entonces se detuvieron, a una distancia de dos metros y encarándose el uno al otro, y por un momento Kasumi creyó que se inclinarían el uno frente al otro. En vez de eso, ambos dieron un paso adelante, entrelazaron sus manos a la altura de los hombros del otro, y las descendieron por sus costados. Ranma inclinó su cabeza hacia abajo y tocó con su frente la de Akane, y así permanecieron en silencio.

El silencio fue roto por un sollozo ahogado y el golpe del cartón contra la madera. Akane y Ranma giraron sus cabezas y vieron a Ukyo de pié en el porche, sosteniendo un paraguas. Una caja de okonomiyakis yacía olvidada en el suelo bajo su paralizada mano derecha. Su rostro estaba pálido. Dejó caer el paraguas, dando vueltas, y se desvaneció en la lluvia.

Ranma ni siquiera maldijo. Miró a Akane. Akane leyó sus ojos. "Ve." Dijo rápidamente. Ranma estrujó sus dedos por un instante y después salió del dojo precipitadamente. Akane le vio cambiar mientras la lluvia le golpeaba. Ranma apretó el cinturón de su cintura en mitad de un salto y se fue.

"Espero que hicieses lo correcto." Dijo Kasumi.

Akane se giró y echó a andar. "Yo también lo espero." Meneó su cabeza. "Pero estoy segura de que no dejarle ir no habría sido lo correcto."

Ranma esprintaba a través de la lluvia, maldiciendo las tejas mojadas, pero ganando terreno rápidamente a Ukyo, quien se estaba moviendo como si no pudiese ver con claridad. Ukyo abandonó la calle. Ranma la siguió. "¡Espera, Ucchan!" llamó.

Ukyo desenfundó la espátula de su espalda y giró en círculos. Ranma esquivó el borde afilado mientras cortaba peligrosamente hacia ella. "¡Tú, estúpido bastardo hijo de perra!" chilló Ukyo. "¿Cuándo ibas a decírmelo, eh?¿Cuándo?" Atacó a Ranma de nuevo, y de nuevo Ranma evadió. "¡Se supone que tienes que elegirme a mí, maldito sea tu diminuto y negro corazón!" Una y otra vez la espátula golpeaba sólo gotas de lluvia. "¡Dijiste que era la más bonita! Dijiste que era... ¡Para de retorcerte y déjame machacarte como la cucaracha que eres!"

Ranma siguió esquivando, tratando de mantener a Ukyo lejos de los inocentes transeúntes. "Lo siento muchísimo, Ucchan - "

"¡¡NO ME LLAMES ASÍ, MENTIROSO DESPRECIABLE Y SIN HONOR!!"

Ranma se calló y comenzó a encajar golpes, evitando cuidadosamente el filo de la espátula. Los golpes oscilantes de Ukyo se volvieron más y más lentos. Finalmente se hundió sobre sus rodillas, dejó caer la espátula y enterró su rostro entre sus manos. Ranma se acuclilló en la acera cercana y escuchó los desgarradores sonidos.

Finalmente Ukyo alzó su cabeza y miró a Ranma. "¿Qué demonios haces aquí todavía, imbécil?" dijo sin aliento.

Ranma destruyó los golpes de sus ojos. "Estoy aquí para que tú me golpees. Estoy aquí para que tú me insultes. Estoy aquí para cualquier cosa que quieras decirme. Te debo todo eso."

Ukyo sacudió su cabeza. " Tú me debes mucho, muchísimo mas que eso. Tú me debes a ti. Tu viejo bola de sebo me lo prometió, maldito sea ese vagabundo salteador de caminos y maldito sea mi padre por ser un estúpido ingenuo y maldita sea yo por creerles a ambos, o a ti."

"No puedo entregarme a ti, Ucc... Ukyo."

Ukyo rió amargamente. "Sip, puedo figurármelo, después de lo que acabo de ver. La elegiste a ella. Después de todo, la elegiste a ella. Después de todas la mentiras, después de todas las protestas, después de todos los contratiempos, después de todos los okonomiyakis gratis, después de diez horribles años y uno bastante bueno, la elegiste a ella." Pegó un puñetazo contra el pavimento, no lo suficientemente fuerte como para romperlo. "Ayudé a Shampoo a arruinar tu boda porque pensé que habíais sido atrapados en ella por vuestras familias. Realmente creí que ninguno de los dos lo quería. Pensé que te estaba haciendo un favor. Pensé que si era agradable, paciente, entonces finalmente verías que yo era la mejor para ti, y me elegirías, y el honor sería satisfecho, y seríamos... seríamos felices."

"Ukyo..."

"Me gustaría saber algo ¿Cuándo la elegiste?¿Cuánto tiempo hace?"

Ranma zozobró. "No sé. Mucho tiempo. No lo supe por mí mismo hasta Jusendo, cuando estábamos en China, justo antes de la boda. No supe que ella me quería hasta hace un par de meses, antes del primer día que empezamos a ir al San Herebeke. De verdad que lo siento."

"Ahórratelo." Dijo Ukyo cansadamente. Suspiró. "Así que así es como suena la verdad. Meses. Antes de la boda. Mucho tiempo. Debí haber sabido que algo ocurría cuando ellas no te echaron a patadas del San Herebeke el primer día. No te vi mas por el colegio, y aquellos días no venías demasiado al Ucchan, y yo sabía que estabas en el dojo por las tardes, así que dejé a Konatsu atendiendo la tienda y te traje un aperitivo y así poder ver cómo estabas... estabas.. ¡¿Por qué no me lo dijiste?!"

"No quería herirte - "

"¡¿Herirme?!" interrumpió Ukyo. "¿Qué demonios te crees que es esto, un picnic en el parque?¡Ahora me has herido más de lo que lo habría hecho si me lo hubieses contado entonces, y si me lo hubieses contado entonces no me hubiese dolido más, así que lo ÚNICO DE MÁS que has ganado por no contármelo entonces son unos cuantos okonomiyakis, para TI!"

Ranma inclinó su cabellera mojada por la lluvia. "Sip, supongo."

Ukyo le miró. "De verdad que siento como que me gustaría seguir golpeándote un poco más."

"Yo también." Ranma no levantó la cabeza. "Sigo debiéndotelo, Ukyo. No puedo casarme contigo, pero si hay algo que pueda hacer para restaurar tu honor sin tocar el de Akane, espero que me lo hagas saber, porque he intentado pensar en algo, y no he podido... pero sé que no podría haber pensado en todo."

Ukyo gruñó. "No voy a pedirte que te rajes la tripa." Se detuvo. "No le haría eso a Akane. Ella siempre ha sido más agradable conmigo de lo que esperaba, mencionando que te teníamos entre nosotras. Intenté odiarla cuando os vi a los dos en el dojo, pero... pero no pude. Era tan apropiado. Simplemente lo quería para mí misma. No hubo manera de que pudiese creer que tuviera ninguna oportunidad en absoluto, después de ver eso." Ukyo se levantó temblorosa. "Así que vuelve con ella. Yo... esperaré un poco más. Quizás recobres la sensatez. Quizá yo lo haga. Quizá algo terrible ocurra, y estés contento con una prometida de repuesto."

Ranma levantó la mirada, conmocionado. "Ukyo, no quiero que te hagas eso. Tú mereces - "

"No se trata de lo que tú quieras, Ranma. Nunca más." Interrumpió Ukyo. "Voy a hacer lo que yo quiera." Recogió su espátula y se marchó caminando. Ranma observó la erguida figura de Ukyo disiparse entre la gris cortina de la lluvia, y estuvo agradecido de que las gotas de lluvia descendieran por sus mejillas.

Ranma subió con pesadez los escalones del porche del dojo y se detuvo, no queriendo empapar de agua todo el suelo de madera. Akane y Kasumi estaban sentadas puertas adentro, mirándole. Akane dejó su taza y se incorporó precipitadamente. "Ranma, tienes un aspecto horrible." Dijo Akane, abrazándola a pesar de sus ropas empapadas.

"Me siento horrible." Dijo con voz muerta.

"Estás helado." Dijo Akane, retrocediendo y examinando a Ranma. "Estás herido. Déjame meterte en un baño caliente e iré a por el botiquín y podrás contarme cómo fue..."

Ranma agitó su cabeza. "Ella sabe lo que somos. Se lo tomó mal. Estaba realmente cabreada al principio de venir aquí. Sabe que queremos casarnos, pero dice que va a esperar de todas formas. Nos culpa a mi y a papá, no a ti." Se volvió. "Me voy a casa. Te veo mañana."

"Ranma, espera, estás helado, estás herido - "

Ranma habló sin darse la vuelta. "También Ukyo y no se lo merecía y yo sí. Te veo mañana." Repitió, y se fue.

Akane estampó su pié en el porche seco. "¡Honestamente!"

"Él necesita que le dejes irse de nuevo, Akane." Dijo Kasumi. "Su conciencia no le dejará que le consueles ahora."

Akane miró a su hermana con fastidio. "Bueno, por supuesto. Puedo ver eso. Es sólo que... ¡Oooh!" Estampó su pié de nuevo.

Kasumi movió la bandeja a un lado y se levantó. "Bueno, ya que aún te sientes enérgica, quizás podamos entrenar un poco. Puedes enseñarme algunas de las cosas que Ranma-kun te ha estado enseñando." Sugirió serenamente.

Ranma se despertó bruscamente en mitad de la noche. Algo estaba abriendo su ventana. Algo que se movía justo como... "¿Akane? Tú no estás aquí para, uh..."

Akane se rió una vez en la oscuridad, sin alegría. "Me gustaría. Levántate, rápido. Creo que esta vez Shampoo intenta matarme de verdad." Ranma ya estaba en su cómoda, poniéndose sus pantalones usando técnicas de velocidad Chinas. "Ella irrumpió en mi habitación. La repelí y la eché fuera. No quería que destrozase nuestra casa." Ranma planeó fuera de la ventana y se balanceó sobre el tejado. Akane le siguió.

"Así que la trajiste aquí. Genial." Ranma miró alrededor. La lluvia se había detenido hacía horas, y Orión fulguraba en un cielo claro. Sus alientos creaban bocanadas de niebla en el aire helado. Él escatimó una mirada al desgarrado pijama de Akane, pero ella no parecía estar herida.

"¡Maldita sea, estaba asustada, Ranma!¡Si Mousse no hubiese aparecido y enredado las cosas, ellas podrían haberme atrapado antes de que pudiese huir!"

"¿Ellas?"

"Cologne estaba con ellas."

Algo muy frío se materializó en el fondo del estómago de Ranma. "Oh. Oh, mierda."

"…Sí. Y sangre. Y quizá lágrimas. ¿Qué demonios hacemos ahora?"

"Esperaremos a que aparezcan y las llevaremos lejos de aquí, así no destrozarán MI casa ni herirán a mi mamá buscándonos, entonces patearemos sus culos, compañera. Campo de batalla... hah. Descampado, por las vías de tren, al norte. ¿Lo conoces?"

"Eso creo."

"Bien. Si nos separamos, nos encontraremos allí." Ranma dejó de girarse. "Allí están." Akane sintió aumentar las pulsaciones de su aura, mas fría que la noche invernal. "Preparados... ¡Ya!" ella fue a toda velocidad a través de los tejados, y supo que Ranma estaba justo detrás suya.

Akane se descolgó del último tejado y corrió hasta el campo de batalla escogido. Se detuvo en el punto apropiado y se volvió. Ranma se giró con ella. Ellos vieron a Shampoo saltar al suelo y avanzar acechante, llevando sus bomboris. Akane adoptó una postura defensiva, la mano izquierda adelantada y la derecha atrasada, y sintió a Ranma a su izquierda, imitándola. Ella se concentró y su aura flameó cálida contra su piel. La sintió fluir contra la de Ranma. El aire, caldeado en un lado y enfriado en otro, comenzó a circular entre ellos. Él no está pensando en empezar un Niryu Totsu Ha, creo. Bien. Ella no creía que su concentración fuera lo suficientemente elevada para el Golpe de la Embestida de los Dos Dragones que habían estado practicando.

Cologne y Mousse se detuvieron a veinte metros de distancia. Shampoo se acercó. Ella se detuvo a diez metros de distancia y observó incrédula. Sus entrenados sentidos la dijeron que estaba encarando a un oponente con cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas – y un corazón. Su rostro se deformó y gritó algo en Chino.

Mousse comenzó a avanzar y encontró su camino bloqueado por el bastón de Cologne. Gruñó y empezó a empujarlo todo lo largo que era. El bastón se movió y su brazo derecho se quedó rígido y flácido. Mousse se detuvo y miró a Cologne, pero ella no le estaba mirando a él.

Shampoo recuperó su japonés. "¡Ése es MI sitio con Airen!" gritó ella. "¡Sólo YO luchar al lado Ranma!¡Tú robarlo a las Joketsuzoku, tú MORIR!¡Ranma MÍO!"

Akane no dijo nada. Ella sabía que no tenía por qué hacerlo.

Shampoo luchó por controlarse y habló a Ranma, tratando de sonreír. "Airen. ¿Por qué elegir ella? Yo mejor luchar. Yo mejor cocinar. Yo más bonita. Yo amar más tiempo. Ella todo el rato pegarte, hablar malo a ti, envenenar a ti." Respiró con dureza, empañando el aire. "Airen, tu venir China ahora. Siempre buena comida, siempre buena pelea, nosotros tener muchos niños hermosos. Yo hacer a ti muy, muy feliz toda tu vida." Respiró de nuevo. "Hacerte mujer de Joketsuzoku, no hombre Joketsuzoku, tú tener pri-vi-le-gios de mujer, tú aprender muchas cosas secretas."

Ranma habló, su voz muy triste. "No puedo hacer eso, Shampoo."

La falsa calma de Shampoo se rompió. "¡¿POR QUÉ?!" berreó. "¡¿POR QUÉ LA ELIGES A ELLA?!"

Akane sintió el encogimiento de Ranma. "No lo sé." Dijo él. "Pero yo soy suyo."

Akane vio el cambio de postura en Shampoo, y suprimió un repentino goteo de miedo mientras se percataba de lo que eso significaba. Entonces vio a Ranma deslizarse en frente suya. Ella sintió el cambio en el aura de Ranma mientras Shampoo se abalanzaba, y con una certeza inmediata y cristalina supo lo que Ranma estaba a punto de hacer, y chilló "¡NO!". Ella combinó suavemente con el barrido de su pierna y el golpe de su puño, desviando un bombori de paso, y percibió la confusión de Cologne.

Shampoo resbaló como si no tuviese huesos hasta detenerse en el césped marrón y permaneció tumbada. Su bombori rodó lejos. Ranma se agachó, temblando casi imperceptiblemente, aún embalado en una invisible concha de frío, entre Cologne y Akane.

Cologne ignoró a Ranma y habló a Akane. "Tienes el corazón de una Joketsuzoku." Dijo tranquilamente. Miró a Ranma. "Y una excelente influencia en tu pareja."

Mousse se dejó caer sobre sus rodillas cerca de Shampoo y la hizo rodar con su brazo izquierdo. "Está viva." dijo con asombro. Sus gafas fulguraron. "Yo creí - ¿Que ocurrió?"

Cologne suspiró. "Estúpido cegatón. Aprende ahora si alguna vez aprendes algo en tu miserable vida. Ella hizo algo fatalmente estúpido. Intentó matar a Akane con Ranma de por medio. Ahora mismo estaría muerta de no ser por Akane… por lo que te doy las gracias." Añadió para Akane.

"Claro." Murmuró Akane. "No hay problema." No estaba cerca de relajarse. Se movió cerca de Ranma y sintió cambiar su postura para acomodarse con ella. Cologne los observó y agitó su cabeza con admiración. "¿Y ahora qué?" Preguntó Akane, tratando de no sonar aterrorizada.

Cologne se encogió de hombros. "Shampoo ha fallado." Miró a la forma flácida que era Shampoo, ahora sujetada tan bien como podía manejar Mousse con un sólo brazo. "Falló en el wooing, falló en el combate, y lo peor de todo, falló en el juicio. Ah bueno, quizás haya aprendido algo cuando se despierte. Las noticias de Ukyo no me sorprendieron demasiado." Consideró a Akane. "Por ahora, nos la llevaremos a China. Si obtiene algo de sabiduría, quizás regresemos."

Cologne gesticuló hacia Ranma, pero continuó hablando a Akane. "Le quería a él y a sus hijos para la tribu, pero ahora creo que te quiero a ti y a los tuyos también. Si te hartas de Japón, seréis bienvenidos para unirnos a nuestra aldea, por lo que has sido, por lo que eres, y por aquello en lo que te podrías convertir."

El aura de Akane se desvaneció de asombro. Sintió la de Ranma titilar. Encontró su voz. "Um, sólo por curiosidad, ¿Cuál es la ley de Joketsuzoku para dos mujeres que quieren el mismo hombre?"

Cologne sonrió. "El concilio las castiga por crear alboroto acerca de algo tan trivial."

"¿Y si ellas siguen sin resolverlo?"

Cologne amplió la sonrisa. "Hay una espada muy larga. Su nombre, para ti, sería 'Troceahombres'."

Akane trató de adivinar la historia extranjera. "¿Y la mujer que derrota al hombre en vez de, uh, trocearle, le consigue?"

"Oh, no. Eso sólo funcionaría una vez. No, nosotras tan sólo cortamos al hombre por la mitad. Es mucho mas simple de ésa manera."

Akane la miró en desacuerdo. "No soy un inmigrante." Murmuró Ranma.

Cologne agitó la cabeza. "Vosotros los jóvenes. No tenéis sentido del humor en absoluto. Era una BROMA, hijito." Saltó sobre Mousse y golpeó ligeramente su hombro. Mousse flexionó cuidadosamente su brazo derecho, ocultó los bomboris de Shampoo en su manga, después cogió a Shampoo y se puso en pie. "Llévala al Nekohanten." Ordenó Cologne. "Te seguiré en un minuto."

"Gracias." Dijo Mousse a Akane y Ranma. "Por... Gracias. Os deseo toda la felicidad juntos." Se inclinó ligeramente sobre Shampoo, se giró y se alejó.

"Ranma." Dijo Cologne. Brincó mas cerca y entornó los ojos hacia él. "He disfrutado enseñándote, y vigilándote. Te daré un consejo que nadie de tu edad suele seguir: no te tomes la vida demasiado en serio, ¿Eh? Es conveniente."

"Gracias." Dijo Ranma. "Uh... Eres un viejo murciélago, pero un viejo murciélago estupendo."

Cologne graznó. "Tú, diablo de pico de oro. Si fuera cincuenta años más joven..." Ignoró el estremecimiento de Ranma y se giró hacia Akane. "Recuerda lo que te dije, Akane. Creo que nos volveremos a ver." Brincó detrás de Mousse.

Akane la vio marcharse, después se giró hacia Ranma y le abrazó más fuerte. Él respondió el abrazo. "Volvamos a casa." Dijo ella tranquilamente.

"Claro. ¿Tu casa o la mía?"

"Tú, diablo de pico de oro."

"Gaah."

"A la mía. Probablemente estén muy preocupados. Con suerte, tu madre ni siquiera sepa que te has ido." Empezaron a caminar, cogidos del brazo. "¡¿ Qué demonios ibas a hacer, matarla?!"

"Tú estuviste allí. Escuchaste a Cologne. Ella iba a matarte. No la iba a dar ninguna oportunidad." Ranma titubeó. "Gracias por detenerme, compañera."

Akane estrujó su brazo. "Me alegro de haber podido."

"Yo también." Ranma torció la boca, inquieto. "No puedo andar. Tengo que correr o me volveré loco."

Akane suspiró y le dejó ir, reluctante. "De acuerdo - ¡Eek!" Ranma la había recogido en sus brazos y ahora la sostenía meciéndola contra su pecho. "Caliéntame, baka." Dijo ella. Ranma sonrió, la besó rápidamente, y saltó sobre los tejados.

"¡Whee!"

"¡No soy una montaña rusa, maldita sea!¡Deja de agitar los brazos en el aire!"

Ranma puso a Akane sobre sus pies en el exterior del edificio de los Tendo. Ellos permanecieron de pié y escucharon durante un instante los lloros y lamentos provenientes del interior de la casa iluminada, después Akane sacudió la cabeza y se dirigió a la entrada. "Uh, Akane..."

Akane se giró. "¿Hm?"

Ranma lamió sus labios, nervioso. "Uh, me estaba preguntando si... quiero decir, quizá sea hora de casarnos."

Akane se puso rígida y dio un paso en frente de Ranma. "Sabes lo que voy a decir, Ranma." Susurró intensamente. "Sabes lo que quiero oír. Dilo. Dilo bien."

Ranma mordió su labio inferior y asintió despacio. Cerró los ojos. De nuevo, Akane sintió la fría caricia del aura de Ranma. Los labios de Ranma se movieron silenciosamente. De pronto su aura era cálida, casi caliente. Ranma abrió sus ojos y miró en los de Akane. "Akane Tendo." Dijo cuidadosamente. "Te quiero. ¿Te casarás conmigo?"

Akane sintió sus manos en la camiseta de Ranma, pero sus ojos nunca abandonaron los de él. "Ranma Saotome, te quiero." Dijo ella. Su aura flameó, invisible, tan cálida como la de él. "Por ése motivo, y no por promesas u honor, estaré encantada de casarme contigo." Se puso de puntillas y le besó, tierna y amorosamente. Los brazos de Ranma se cerraron en torno a ella. Briznas de vapor comenzaron a alzarse en torno a ellos desde el mojado suelo.

Akane se retiró sobre sus pasos, descansó su mejilla contra el pecho de Ranma, y deslizó sus brazos alrededor de su cintura. "Quiero ir a algún lugar donde nadie pudiera encontrarnos." Le dijo al hombro de Ranma. "Pero supongo que mejor deberíamos entrar y decirles que seguimos vivos... y algunas otras cosas."

"Sip... Yo también lo creo. ¡Oh, Jeez, mañana tenemos exámenes!"

Akane no pudo ayudarle. Ella se rió. Tras unos instantes, Ranma se unió a ella. Aún riendo entre dientes, él abrió la puerta, la sostuvo para ella, y la siguió dentro.

FIN DEL EMPAREJAMIENTO

GLOSARIO DE TÉRMINOS:

Hai = Si

Sensei = Maestro

gi = kimono de entrenamiento

baka = tonto/a

Oji-san = Forma cariñosa de referirse a tu tío

Onsen = Manantial natural de agua caliente

Kunoichi= Ninja hombre disfrazado de mujer

Nurseman = Vikingo en inglés

Smorgasbord = Buffet Sueco

Shoji = delgadas paredes corredizas de madera y papel de arroz

Canard a l'orange = Pato a la naranja

Tako = pulpo en Japonés

iinazuke = prometida, en japonés.

Tsubo = Variación de la acupuntura que implica masajear puntos de acupuntura.

Shinai = Espada de bambú que se emplea en las competiciones de Kendo.

Kiai = Grito que acompaña a la ejecución de ciertos golpes y técnicas en varios tipos de artes marciales, con objeto de que el estudiante aprenda a generar y transmitir el sentimiento necesario para ejecutarlos correctamente.