Hola! Aquí estoy de nuevo. Quiero agradecer a todos los que me dejaron reviews….que son hartos si pienso que estoy recién empezando a escribir fics. Ahora los voy a responder:
Adriana Camats: Solo gracias.
Miki: Que lind@ eres ^ ^. Aquí estoy continuándolo!! También gracias por el review en mi poema.
Sophie Lupin: ¿Por qué me zarandeas? Prometo que en capítulos futuros revivirán viejos tiempos….
Remsie: Calma, calma…se responderán todas tus dudas en este capítulo. Gracias!!
Nemis2: Mi betaaaaa!!! Por Internet eres mas blanda que en vivo y en directo No me odies….
Moony girl 2: Me subiste el ánimo!!!! No como una personita que si está leyendo esto sabrá que me refiero a ella.
Monogui: Tú siempre tan ocurrente…No es broma gracias por el review y sube tu nuevo fic!
Gran Selene: Me siento….muy honrada claro…y con respecto a la venganza…es cierto que es dulce, aunque a mi me de lo mismo.
Blair84: Intento seguir la historia….pero tengo mis momentos de bloqueo en los que no puedo escribir ni una palabra. Gracias por tu review!!! Y ya sabes…..lo que te estoy pidiendo hace 2 semanas…anda a apoyarme al cosplay!!!!
Y ahora….
Capítulo 2: Atrapado con mi licántropo favorito.
- No estamos atrapados, verás que con una pala saco toda la nieve, Padfoot.
Media hora después…
- Sirius, creo que estamos atrapados.
- Te lo dije…
- Si, lo que sea. Ahora dime que vamos a hacer, tenemos que ir a trabajar.
- Tendremos que quedarnos aquí- a Sirius empezaba a gustarle la idea- No creo que nadie vaya a la oficina hoy. Además, sigue nevando.
Ambos entraron a la casa y se fueron cada uno a su rincón. Para Remus, una tortura. Para Sirius, una oportunidad.
A la hora de almuerzo, volvieron a encontrarse. Moony no podía ocultar su incomodidad, mientras que Sirius tomaba y fumaba, como siempre, en su manía de mantenerse delgado. Ese era el momento preciso que tenían para hablar. Remus no podría ocultarse en su trabajo o decir que era muy tarde y que tenía que irse a dormir.
- Tenemos que hablar- dijo Sirius despacio pero firmemente.
-¿Sobre que? Mira que yo tengo que ir a ordenar mi habitación, es que en estos días no he podido dedicarme a eso y tu sabes que…
- ¡Basta! Llevamos dos semanas viviendo juntos y todavía no logramos hablar.
-¿Sobre que?
- No te hagas el tonto, Moony, te conozco muy bien. Me refiero a lo que pasó entre nosotros seis meses atrás.
Remus se levantó de la silla y se fue a posar al marco de la ventana.
- Sirius, yo no quiero hablar de eso. Fue muy terrible para mí.
- Pero es necesario; ahora es cuando. Se que quedaste muy dolido cuando…bueno…
-¿No querías decir las cosas de frente? Dilo, si eres tan valiente, ¿O no?
- Remus, tranquilo- Sirius intentó acercarse a él, pero Remus se subió al sillón y lo indicó con el dedo.
- ¡Cuando tu me engañaste! ¡Me engañaste con Camilla!
- ¿Cómo sabes su nombre? Tu no….
- Si, yo la conocía.
Remus se bajó del sillón y se volvió a ubicar junto a la ventana.
- ¿Cómo? Yo nunca te la presenté.
- Tú no eres el centro de mi vida social, Sirius. Aunque no lo creas, el mundo no gira alrededor tuyo. Ella trabajó conmigo en el ministerio, por unas semanas y después se fue.
- Moony, yo no sabía.
-¡Cállate! Ahora voy a hablar yo. Camilla era….agradable. Y bonita, a todos en la oficina les gustaba….
Sirius recordó, tiempo atrás, cuando la había conocido. Fue una noche otoñal. Remus había tenido que quedarse hasta tarde en la oficina por que un matrimonio de apellido Longbottom había llegado con graves secuelas de tortura y necesitaba mucha atención. Él no tenía nada que hacer, así que se fue al "Cabeza de Puerco", dónde siempre había gente extraña que mirar. Había un grupo de magos jugando pocker y Sirius decidió unirse a ellos. Creía haberlo olvidado, pero no fue así. Las horas pasaron volando y los pocos galleons que llevaba consigo se multiplicaron. Una pequeña multitud se aglomeró alrededor de la mesa en la que estaba. Los mejores jugadores del lugar lo retaron, pero ninguno pudo vencerlo (Nda: Estaba con bueno suerte ese día ok?). Cerca de las tres de la mañana, cuando ya no quedaba casi nadie en el local sin haber intentado ganarle, una persona encapuchada salió de un oscuro rincón de la taberna. Se sentó frente a él y con una voz de ultratumba le dijo Te reto. Sirius lo enfrentó, por supuesto. Tuvo más suerte que nunca, le salió un fool de reyes. Humillaría al contrincante misterioso, al igual que a los demás. Posó sus cinco cartas sobre la mesa con expresión triunfante y encendió un cigarro.
-Fool de reyes- dijo arrogantemente.
Hubo un murmullo general de aprobación. El misterioso extraño no vencería a Sirius Black.
-Fool de ases- le respondió el retador.
Todos los que estaban en la taberna contuvieron la respiración. No podía ser. ¡El encapuchado había ganado! Sirius, al darse cuenta de su arrogancia y posterior derrota, se levantó y fue hacia la puerta. Cuando estaba a punto de cruzar el umbral, se detuvo sobresaltado.
- ¡Hey, tú!- le gritó el encapuchado.
Sirius se dio vuelta y lo enfrentó. Entonces, ocurrió algo inesperado. Su retador se bajó la capucha y resultó ser una bonita joven de cabellos negros y rasgos finos.
- Tómate algo conmigo- lo invitó la mujer.
Sirius y la chica se sentaron en una mesa apartada y se miraron a los ojos.
-Una cerveza de manteca- pidió Sirius.
-¡Nada de eso! Es bebida de niñitas. ¡Una botella de vodka por favor!
Sirius se quedó mirando extrañado a su acompañante.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó.
-Camilla, ¿Y tú?
-Sirius Black. Me impresionaste bastante.
-Eso no es nada. Invítame a jugar cacho y ahí te daré una verdadera paliza.
-Eres bastante arrogante….
-Mira quién habla. Hace diez minutos te creías el mejor jugador de pocker del mundo.
Las siguientes dos horas se les fueron en conversar de la vida. Sirius no se daba cuenta como Camilla le llenaba su vaso una y otra vez mientras que ella apenas tomaba del suyo. Cuando el sol salió, ya estaba completamente borracho. Lo que pasó después no lo supo nunca con certeza, pero al día siguiente despertó en un lugar desconocido con Camilla durmiendo a su lado.
-¿Qué pasó?- gritó, lo que hizo que ella se despertara- ¿Dónde estoy?
-Sirius, ¿No lo recuerdas? Estás en mi casa.
-¿Qué cosa? Ni siquiera se cómo llegué aquí.
-Piensa un poco, por favor. Mira en que situación estamos.
Sirius miró alrededor de la cama en la que estaba acostado y vio su ropa tirada por el suelo.
-¡Dios mío! –Dijo Sirius- ¡Me acosté contigo!
-Así fue, amor. Ya verás como más tarde recordarás todo acerca de nuestro pequeño "idilio".
- Tú no entiendes, yo soy gay.
-¡Ja! Que buena broma. El hombre con el que estuve anoche no tenía nada de gay.
-No, es que en verdad lo soy –Sirius se levantó de la cama y comenzó a vestirse- Incluso tengo una pareja.
-Pero Sirius, anoche me dijiste que me amabas.
-¡Estaba borracho! Ahora tengo que irme. ¿Qué hora es?
-La una y media.
-¡La una y media! ¡Adiós, tengo que ir a trabajar!
Sirius salió corriendo de la casa de Camilla y le costó un buen rato ubicarse, ya que estaba bastante lejos de la suya. Se fue directo al ministerio e intentó trabajar, pero no logró concentrarse en toda la tarde. Esa noche, cuando llegó a su casa, se llevó una gran sorpresa.
-¡Camilla!-gritó al verla sentada en el sillón de la salita de estar- ¿Qué haces aquí?
-Tenía ganas de verte- respondió ella.
-¿Pero cómo supiste adónde vivo? ¿Y como entraste?
Camilla caminó hacia dónde estaba parado Sirius y se posó a pocos centímetros de él.
- Tengo mis contactos- le dijo con su tono arrogante y sensual.
- Verás, yo ya te dije hace unas horas, yo….yo soy gay.
- ¡Déjate de cuentos! Ahora veremos si eres gay….
Camilla tomó a Sirius por la túnica y le dio un apasionado beso. Después le dio otro, otro y otro. No se dieron cuenta como terminaron rodando por el suelo y Sirius no se acordó que existía una personita de nombre Remus Lupin, sólo se dejó llevar. Habrían terminado igual que la noche anterior de no ser porque la puerta se abrió de golpe y aparecieron James, Lily con Harry, Peter y Remus, que al parecer venían con la intención de quedarse a cenar, porque traían los brazos llenos de bolsas con comida. Aquel fue uno de los minutos tan tensos que se puede cortar el aire con un cuchillo de carnicero. La primera en reaccionar fue Camilla, que se paró del suelo y se presentó.
-Hola a todos, me llamo Camilla.
-Hola- respondieron los visitantes, menos Remus, que tenía la mirada fija en la alfombra.
-Camilla, mejor ándate-le dijo Sirius.
Ella hizo lo que le ordenaba, no sin antes intentar darle un beso, que fue evitado por Sirius con un movimiento de cara. Después, cuando ya se había ido, fue Lily quien tomó la palabra.
-James, Peter, será mejor que nos vayamos. Creo que Sirius y Remus necesitan hablar a solas.
Los tres salieron llevándose a Harry y toda su comida. Remus hizo un ademán de irse, pero Sirius lo detuvo.
-Remus, por favor…
-Déjame
-Por favor, no llores…..Se que soy un estúpido.
-Sirius, esto se acabó. No me busques. No me llames. No intentes visitarme.
-¡Pero déjame explicarte todo!
- No hay nada que explicar. Me voy.
Remus salió del departamento y comenzó a bajar las escaleras, haciendo caso omiso a las súplicas que Sirius le hacía mientras lo seguía. Cuando llegó a la entrada, hizo un movimiento con la varita y el autobús noctángulo apareció. Se subió rápidamente, sin mirar a Sirius, quien se había arrodillado en la vereda y comenzaba a mojarse por una torrencial lluvia que acababa de empezar.
Ese había sido, en esencia, su breve "amorío" con Camilla. Poco a poco, la mente de Sirius regresó adonde su cuerpo se encontraba, en el comedor de la casa de Moony.
- Remus, quiero explicarte como fue- le dijo- Fue todo muy….circunstancial.
- ¬¬ No sabes todo lo que sufrí, me sentí tan tonto…
-No Moony, no digas eso. Yo fui un tonto, por dejarme llevar por ella. ¿Tú serias capaz de perdonarme?
Remus se paró junto a Sirius y le acarició la mejilla con el pulgar.
- Y tu…. ¿Nunca más la viste después de esa vez?
-¡No! ¡Nunca, lo juro! Ella me buscó, pero yo le dije que no lo hiciera más. Yo te amo, Moony.
Remus se acercó a Sirius con la timidez de un primer encuentro, pero mirando esos profundos ojos que ya conocía de memoria. Le dio un casto beso en la boca y después se aferró a su delgado torso con fuerza. Te eché de menos dijo en un susurro casi inaudible. Entonces, poco a poco se aflojó el nudo que envolvía el espíritu de Sirius desde hacía seis meses y pudo reencontrarse con el amor de su vida en medio de la soledad de la tormenta de nieve.
Ay Remus, miel y sombra, Remus papel de arroz, Remus luz mañanera, Remus temiendo a la luna llena. Remus espuma marina, rumores de bosque, flautas tocando una misma melodía. Y tu pelo de arena…. Déjame volver a conocerte, después de tanto tiempo, que tu beso estuvo cargado de promesas (Nda: El momento poético del fic)
Esa tarde, después del reencuentro, Sirius y Remus se juraron amor. El primero se sintió libre de culpas y perdonado y el segundo calmó por fin sus temores y dudas. Se sentían tan felices en el aislamiento, ojalá nunca llegara el sol, que derretiría toda la nieve y los obligaría a salir de su refugio.
Lamentablemente, ese momento llegó después de tres días y tuvieron que volver a trabajar. La vida retomó su ritmo normal, aunque las noches adquirieron un gusto diferente, mezcla de chocolates y amor profundo. Sirius andaba con cara embobada, no lograba concentrarse en nada que no fuera Remus. Le escribía pequeños poemas en el día y cuando llegaba se los ponía debajo de la almohada, le compraba kilos de chocolates, incluso le permitió sacar algunas fotos suyas para que tuviera un poco de espacio para sus libros. Por su parte, el licántropo lo retribuyó invitándolo a compartir su habitación, lo que le significó quedar reducido a un espacio mínimo. A pesar de los sacrificios, fueron las semanas más felices de la vida de ambos, que se vieron interrumpidas por un repentino viaje de Remus.
- Padfoot, será solo por unos días- le dijo a Sirius, que se aferraba a él con una seria intención de no dejarlo partir.
-No, no, no. No quiero que te vayas. Te acabo de recuperar.
-Si yo tampoco quiero irme…. Pero es necesario. Cerca de Liverpool, Voldemort atacó a una familia entera. Mató a los padres frente a sus dos hijas. A una le hizo tantos cruciatus que está en coma y la menor está tan asustada que no habla, debo ayudarlas.
-¡Tu siempre tan bueno!
-Es mi trabajo…
-Bueno, anda. ¿Cuándo partes?
-Mañana a primera hora.
-¡Entonces aprovechemos esta noche! Apaga la luz.
Sirius y Remus rodaron por la alfombra entre muchos besos felices. Al día siguiente, Moony se fue muy temprano y Sirius partió al trabajo, como siempre. Ese día, cuando llegó a su casa (Más bien la casa de Remus) se sintió muy vacío. Comió algo rápido y se acostó. Las sábanas tenían un tenue aroma a chocolate. Estiró la mano y la posó sobre el lado en el que Moony dormía: Estaba frío. Había olvidado como era dormir solo, sin tener un tibio cuerpo por compañía. No logró conciliar el sueño, así que se fue a la cocina y se dispuso a escribir otro romántico poema a su enamorado. No sabía que le pasaba últimamente con la poesía, le gustaba mucho escribir lo que sentía con bonitas palabras….en fin. Estaba tratando de describir la delicada curva de las pestañas de Remus cuando sintió fuertes golpes en la puerta. Fue a abrir, extrañado de que alguien viniera, por que la casa estaba a kilómetros de cualquier forma de vida y tapada por grandes árboles.
-Hola Sirius –quién tocaba la puerta era ni más ni menos que Camilla- Que sexy te ves en pijama. Yo traigo el mío y organizamos una pijamada.
-¡Camilla! ¿Cómo supiste dónde estoy?
-¿Se te olvida que también soy auror? Todos sabían del ataque en Liverpool y que Remus se iris para allá. Encontrarte no fue muy difícil, todos saben que está viviendo con él.
-Bueno, quiero que te vayas.
-Sólo vengo a hacerte una visita amistosa, déjame pasar.
-¡No!
En ese minuto, Remus, Que había vuelto antes de lo previsto, llegaba a su casa. Al ver a Sirius hablando con Camilla en la puerta, se escondió detrás de un árbol con el corazón oprimido.
-Camilla, ándate-dijo Sirius- yo estoy enamorado de Remus y no quiero hacerlo sufrir.
Algo cambió en la actitud de Camilla. Su postura corporal, generalmente altiva, cambió a encogida y cabizbaja.
-Si tu lo dices….-dijo- Yo solo quería que lo pasáramos bien un rato. Chao.
Dicho esto, se puso su capucha y se fue. Remus salio de su escondite detrás del árbol, poniéndose a la vista de Sirius.
- Hola- le dije mientras se le acercaba- Pude volver antes, no me necesitaban tanto como pensaba.
- Moony…
- Tranquilo, escuché todo. Mejor entremos, está haciendo frío.
Sirius pudo respirar tranquilo. Abrazó a Remus y juntos entraron en la casa. En ese minuto, podría haber llenado muchos cuadernos con poemas de amor, pero se dedicó a abrazar a su licántropo favorito en medio de sábanas con olor a chocolate y almohadas con cabellos color arena.
Continuara….
Por fin!!! Fue un largo capítulo, tengo los dedos acalambrados de tanto escribir. Ojalá les allá gustado y ya saben…submit review!!
