Hi! Respuestas a los reviews:
Remsie: ¡Eres tan lind! Me alegro que te haya gustado. Es cierto que el poema es cursi, pero esa es la gracia. Se supone que Sirius es un pésimo poeta. Y la manta es celeste, de lana, con las iniciales de harry en rosado en una esquina
Aguila Fanel: Estoy continuando!!
Aiosami: Gracias por tu review. Déjame un mensaje explicándome por qué no te gusta mi visión de los marauders, por que yo la encuentro bastante común, se parece a la de la mayoría de las de otras personas que escriben fics.
Aquí va el penúltimo capítulo!!!! Enjoy it.
Capítulo 4: Cambio de planes.
Sirius tardó un buen rato en llegar a la casa de James y Lily, cuando tocó la puerta ya era de día. Fue la pelirroja quién salió a abrirle. Ya estaba levantada y limpiaba lo que había quedado de la noche anterior.
-¿Sirius?- le dijo extrañada- ¿Qué haces aquí tan temprano?
- Vine a hablar con ustedes.
- Bueno, pasa. ¡James! ¡Ven rápido!
Sirius entró en la casa y se sentó, mientras Lily sacaba a James de la cama. Prongs apareció en la salita de estar a medio vestir, con unas enormes ojeras.
- ¿Padfoot?- dijo en un bostezo- ¿Qué haces aquí tan temprano? (Nda: Es increíble cómo los matrimonios llegan a parecerse tanto que acaban diciendo las mismas cosas….XD)
- Necesito hablar con ustedes. Es sobre lo del encantamiento fidelius.
- ¿Qué pasa?-preguntó Lily.
- Es que pensando en lo de ser su guardián secreto, bueno, yo también soy auror y el innombrable me conoce.
- ¿Y cual es el punto?-preguntó James.
- Pensé que podrían decirle a Wormtail que fuera su guardián. Él es un simple secretario en el ministerio, Voldemort nunca sospecharía.
- Tienes razón- opinó Lily- ¿Tu que crees, James?
- Es una buena idea, el pequeño Peter es de toda mi confianza, hablaré con él hoy mismo.
Sirius contempló a la feliz pareja. James abrazaba a su esposa con ternura y le daba besos en su pelo rojo. No se que voy a hacer si algo les pasa pensó. Luego se acordó del plan que tenían. Peter tenía una buena guarida y ningún mortífago lo conocía, pero…Aunque James confiara ciegamente en él, no era segura que fuera de fiar. Wormtail podría ser el espía que Dumbledore creia que había entre los del ministerio. Ya estaba decidido: Lo vigilaría para estar seguro. Eso si, el cambio de planes no se lo diría a nadie, ni siquiera a Remus.
Esa tarde, otra inquietud se sumó a su lista de problemas: Aunque él no fuera realmente el guardián secreto, debía ocultarse por que Voldemort igual iría tras él. Lo que más le complicaba era tener que separarse de Moony.
- ¡Hola Padfoot!- le dijo Remus cuando llegó.
- Hola Moony- respondió cerrando la puerta.
Se dieron un breve abrazo y se sentaron en el sillón.
- Emmm…Moony, tengo que decirte algo.
-¿Qué cosa? ¿Les pasó algo a Lily y James?
-No, no es eso. Es que, como soy el guardián de los Potter, tendré que ocultarme en algún un lugar seguro. No puedo permitir que me encuentren, menos si tú estás conmigo.
Por un minuto, pareció que Remus no lo escuchaba. Después lo miró a los ojos, abriendo mucho los suyos, que trataban de aguantar inútilmente las lágrimas.
-¿Separarnos?- dijo casi sin voz- ¡No quiero!
- Trata de entender, Moony, es por tu propia seguridad. Si Voldemort me encuentra….
Remus abrazó a Sirius con fuerza, sin tratar de oprimir su llanto.
- ¿Pero dónde te vas a ocultar?- le preguntó Remus sollozando- ¿No puedo esconderme contigo?
- No puedo decirte, no es seguro para ti. Tampoco puedes esconderte conmigo.
Al contrario de lo que Sirius pensaba, Remus no lo bombardeó con pretextos para que lo dejara ir con él. Sólo se limitó a secarse las lágrimas y abrazarlo más fuerte. Después de un rato, Sirius se desprendió de él.
- Moony, voy a ir a empacar un poco de ropa, me marcho ahora mismo.
Una hora más tarde, Sirius viajaba en su moto hacia su escondite, después de una breve y triste despedida en la que Moony se había quedado mirándolo en la puerta de la casa, abrazado a una de las camisas que había decidido no llevarse. La imagen del licántropo con los ojos llenos de lágrimas sería la última que Sirius tendría de él por mucho tiempo.
Sirius no se movió de su escondite por varios días, quería que Voldemort le perdiera el rastro. Finalmente, la noche del sábado, decidió salir para vigilar a Peter y se dirigió a su guarida. El lugar era….no se podría decir que agradable. Cuando Sirius entró y se dio cuenta que Peter no estaba allí, se quedó en blanco por un momento. Luego reaccionó y se dirigió a la casa de Lily y James. Mientras andaba a toda velocidad en su moto, se repetía todo el tiempo lo mismo Cómo pude ser tan tonto, como pude confiar en él. Era un largo trecho, se demoró bastante. Cuando por fin llegó, lo que temía se materializó frente a sus ojos. Ahí estaba, la misma casa que había visitado una semana antes para el cumpleaños de Harry, pero esta vez estaba completamente destruida. Sirius se acercó corriendo, dejando su moto tirada. Se metió entre los escombros y llegó hasta dónde antes estaba la salita de estar. Ahí estaba el cuerpo de James, si, de su buen amigo Prongs. Tieso y pálido como un fantasma, costaba reconocer a su alegre compañero de travesuras. Se acercó aun más, hasta arrodillarse a su lado y tomarle la fría mano. Le quitó los anteojos y después, lentamente, le cerró los ojos. Con ese simple acto, Sirius se sumergía en lo que sería la nueva realidad: Su mejor amigo muerto. Al darse cuenta de lo ajeno que sería para él el mundo sin Prongs, quiso quedarse ahí para siempre, pero entonces, escuchó ruidos en la habitación…parecía…¡El llanto de un niño! Sirius se levantó rápidamente y entró a la pieza, desde dónde se escuchaba el llanto. Lo primero que vio fue el cuerpo de Lily inerte en el piso, con su largo pelo rojo cubriéndola como una cortina. Inmediatamente subió la mirada y vio a una persona muy grande que tenía a Harry en los brazos. De inmediato reconoció a Rubeus Hagrid, el guardabosque de Hogwarts y buen amigo de Dumbledore. Hagrid de dio vuelta y también lo reconoció, como el amigo de James. Le dijo un par de frases de aliento, las que Sirius respondió moviendo la cabeza de arriba abajo. Aunque apenas conocía al semigigante, corrió a abrazarlo.
Hagrid estuvo consolándolo unos momentos, hasta que Sirius se calmó y pudo hablar.
- No puedo creerlo- dijo Hagrid mientras mecía a Harry en los brazos- ¡El innombrable ha caido! ¡Ha caido enfrentándose a un pequeño de un año!
-Siempre pensé que este sería el día mas feliz de mi vida. Sin embargo, es uno de los más tristes.
- Se que nada de lo que pueda decirte ahora te consolará, pero trata de estar tranquilo.
- Hagrid, quiero que me des a Harry. Soy su padrino, me corresponde cuidarlo ahora.
- Lo siento, no puedo. Tengo órdenes de llevarlo con sus tíos muggles, la hermana de Lily. Los…creo que se apellidan Dursley.
- Pero soy el padrino, es mi derecho.
- Lo siento mucho Sirius, en serio. Después puedes hablar con mi jefe para que te deje llevártelo. Ahora tengo que irme.
Al ver que Hagris andaba a pie, Sirius le ofreció su moto, de cualquier forma ya no la necesitaba. Tenía un propósito claro: Seguirle la pista a Wormtail y acabar con él.
Finalmente, esa noche dio con él en un oscuro callejón.
-¡Tú! ¡Desgraciado, como pudiste!- gritó Sirius apenas lo vio.
Peter no respondió a los múltiples insultos de Sirius. Comenzó a correr por todo el callejón mientras el otro lo perseguía, intentando tomarlo por la túnica. Saliendo del callejón, habían bastantes muggles que caminaban de un lado a otro y que parecían no darse cuenta de lo que ocurría. Peter se detuvo, los miró y desoués se dio vuelta y sin mirar a Sirius, gritó:
-¡A Lily y a James, Sirius! ¡Cómo pudiste!
Sirius no entendía lo que pasaba. Peter parecía acusarlo de lo que él mismo había hecho. En ese minuto, varios de los muggles que por ahí pasaban se dieron vuenta a mirar la escena. Peter volvió a darse vuelta para mirar a los muggles y los mató a todos, con un solo maleficio, un maleficio que Sirius jamás había pensado que sabía hacer. Se sentía petrificado, no podía hacer nada para evitar que Peter siguiera matando. Cuando por fin Wormtail bajó la varita, Sirius contaba trece muggles muertos. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, Peter se cortó un dedo de la mano, se convirtió en rata y saltó a las alcantarillas. El pequeño Wormtail actuó rápido. Sirius comenzó a reir maniáticamente, no podía creer lo que había pasado. Estuvo en eso un buen rato, hasta que comenzaron a llegar las autoridades, que obviamente, con el dedo de Peter, los trece cuerpos y la risa de Sirius, creyeron que él era el culpable de todo. Sirius se calmó, trató de explicarlo todo, pero no le hicieron caso. Lo esposaron y lo llevaron hasta el ministerio, dónde lo interrogaron sin cesar durante casi tres semanas, sin lograr que él se confesara culpable de algo que no había hecho. Nunca le permitieron tener un juicio, tampoco lo dejaron comunicarse con Remus. Lo atormentaba el hecho de que Moony estuviera pensando que él era el delator de los Potter y el asesino de toda esa gente. Por eso, trataba de no pensar mucho en él, aunque era inevitable. Finalmente, cuando se cansaron de interrogarlo sin obtener las respuestas que queríamn, el 26 de Agosto los mismos aurors con los que antes trabajaba lo llevaron a la que sería desde entonces su nueva casa: Azkaban.
Próximo capítulo (y último)….."El dolor de Moony"
Creo que el título lo dice todo….dejen review!!!
