Hola!! Aquí está el último capítulo de mi fic. Me tuve que dar a mi misma ánimo de subirlo, por que me llegaron sólo 2 reviews en una semana, lo que me deprimió mucho. Por cierto, gracias a leila diggory y remsie (ellas fueron las dos que me dejaron reviews)

Y ahora…..tantantan….

Capítulo 5: El Dolor de Moony.

La noche en que Sirius fue a esconderse, Remus sintió que a medida que la moto con su conductor se alejaban, se alejaba también su sangre, su aliento y su fuerza. Nunca había amado tanto a Sirius, de hecho, nunca había amado a nadie más. Abrazado a una de sus camisas, evocaba los paseos en moto, cuando aferrado a su cintura, con la cara aplastada contra su túnica y el pelo alborotado por el viento, imaginaba volar sobre un dragón alado. Atrás quedaban los problemas, la cuenta regresiva para la próxima luna llena, los miedos ocultos. Sólo existían los dos, volando con destino incierto…. Tenía mucho temor de lo que pudiera pasar.

Pasó los siguientes días entre el trabajo y su casa, tratando en vano de averiguar el escondite de Sirius. La noche previa a la muerte de Lily y James fue luna llena, por lo que ese día se quedó en cama, sin nadie que le curara las heridas. Esa noche durmió profundamente, tuvo un sueño muy extraño.

Estaba en una playa, el atardecer. Alguien que él quería mucho había muerto, pero no podía recordar quien. Estaba con Sirius, que se despedía de él porque iba en busca de la persona muerta. Se introducía en el mar, que estaba tibio y calmo, y nadaba hasta perderse de vista. Él se sentía más solo que nunca, un desamparo terrible. Entonces veía a James, que intentaba sacarse la túnica para tirarse al mar y acompañar a Sirius en la nueva aventura. Finalmente no lograba sacársela y se tiraba vestido al agua. Al ver a sus amigos perdiéndose en el horizonte, él también quería nadar y entraba corriendo en el agua. Comenzaba a nadar, al principio todo iba bien, pero cuando llegaba a la parte más honda comenzaba a ahogarse. Sentía como si algo lo tirara desde el fondo, haciéndolo tragar litros de agua. Cuando se veía completamente sumergido y miraba hacia el cielo, se aterraba. No una, sino seis lunas llenas giraban sobre su cabeza, como si se burlaran de su desgracia. Intentaba gritar para que alguien fuera a salvarlo, pero no lograba articular palabra. Las lunas parecían acercarse, crecer hasta volverse amenazadoramente gigantes. Entonces, cuando estaban casi aplastándolo, despertó sobresaltado. El sudor lo empapaba y sentía una extraña angustia que no lo dejó volver a dormirse. A las siete se levantó y fue a la cocina a prepararse su habitual chocolate caliente. Sin fijarse en lo que hacía, preparó también una taza de café cargado. Sólo después de que la hizo, recordó que Sirius ya no estaba con él. Mientras veía el café enfriarse, se sintió más solo que nunca.

A las ocho, Remus salió a buscar "El Profeta". Cuando vio con grandes letras rojas El innombrable ha sido vencido, sintió como un grito de alegría salía de su estómago y llegaba a su garganta. No se detuvo a leer la bajada de la noticia, simplemente tiró el diario y fue corriendo a vestirse. Iría al ministerio, seguro que estaban todos celebrando felices. ¿Quién lo habría vencido? Quizás Dumbledore o algún otro mago importante. Seguro que Lily y James estarían ahí celebrando, también Peter y Sirius. Ahora podría vivir una vida tranquila junto a Padfoot, serían tan felices…

Cuando llegó al ministerio, la entrada estaba atiborrada de gente. No visualizó a sus amigos, solo algunos conocidos. Dumbledore estaba en un rincón, conversando con algunos magos importantes. Se dirigió hacia él y se estrecharon las manos.

-¡Dumbledore! ¡No puedo creerlo! ¡Vencimos a Voldemort!

- Si, Remus. Cuéntame, ¿Cómo estás?

- ¿Qué como estoy! ¡Muy bien! Mejor que nunca…. ¿Haz visto a Sirius? ¿A James, a Lily, a Peter? Pensé que estarían acá.

- ¿Cómo? ¿No sabes que…?

-¿Qué cosa?

-Ven, Remus. Tenemos que hablar.

Dumbledore llevó a Remus al fondo de la habitación, dónde habían algunos sillones. Se sentaron frente a frente, pero Dumbledore evitó mirarlo a los ojos.

- Remus, ¿Qué acaso no leiste el diario hoy?

- ¡Si lo hice! Decía en grandes letras rojas "El innombrable ha sido vencido". Me vine de inmediato para acá.

-¿Pero leíste lo que venia después?

- La verdad, estaba tan emocionado que no se me ocurrió.

- Mira, el innombrable fue hasta la casa de los Potter anoche. Mató a James y a Lily, pero Harry está vivo. Trató de matarlo, pero solo logró hacerle una cicatriz en la frente. Ya sabes quién desapareció, seguramente perdió todos sus poderes o muri

Remus asimilaba las palabras de Dumbledore una a una, como si comiera bombones, pero no bombones deliciosos, sino con un amargo sabor. ¿Lily y James muertos? ¿Voldemort vencido por el pequeño Harry? Comenzó a sacar sus propias conclusiones: Si Voldemort había encontrado a los Potter, era por que….por que Sirius los había delatado. Era imposible.

- Dumbledores, esto es imposible- dijo con la cabeza llena de contradicciones- Si Voldemort los delató, fue por que su guardián secreto los delató y su guardián era…

-Sirius. Lo se, es difícil de de comprender. Y eso que aun no te he contado todo.

-Esto es demasiado irreal, no puede estar pasando…

-Anoche, Peter Pettigrew, tu amigo de Hogwarts, persiguió a Sirius Black y lo encontró en un callejón. Sabía, al parecer, lo que Sirius había hecho, por que los testigos dijeron que gritaba cosas del tipo "como pudiste" y delator". Luego, Black mató a Peter y a otros trece muggles que por ahí pasaban….

Remus no lograba relacionar lo que le contaba Dumbledore con la realidad. Era todo demasiado imposible, Sirius no podía haber hecho todo eso, no podía… El anciano tomó "El Profeta" y le mostró una foto de Padfoot en el callejón. Estaba de pie, reía mientras echaba la cabeza hacia atrás, el suelo a su alrededor estaba lleno de cadáveres. Dumbledore le dio palmaditas en el hombro y le susurró palabras de aliento.

- ¡Quiero verlo! Dumbledore, déjame verlo. ¿Dónde está? ¿Está aquí?

- Tranquilo, cálmate. No puedes verlo, podría ser peligroso. Estamos hablando de un asesino…

- ¡No es un asesino! ¡Es Sirius! Esto es una mentira…

- No, Remus. Lamento decirte que no. ¿Recuerdas que yo sospechaba que había un espía entre nosotros? Creo que ya descubrimos quién era.

- Es mentira, es mentira- un nudo en la garganta de Remus cortó la frase.

- Escúchame, es la verdad. ¿Quieres pruebas? Por ahí guardamos el dedo de Peter, fue el mayor trozo suyo que pudimos encontrar. ¡Resígnate, por favor!

Remus ocultó la cara entre las manos. No quería que todo eso fuera verdad, ¿No podía acaso estar teniendo una pesadilla? Una larga pesadilla que tarde o temprano acabaría, cuando despertara abrazado a Sirius entre tibias mantas. Dumbledore lo hizo levantarse y lo envió a su casa en un auto del ministerio.

A pesar de que solo había vivido con Sirius los últimos dos meses, todo en la casa se lo recordaba. Desde la vieja poltrona de cuero dónde habían dormido abrazados hasta las fotografías que tapizaban todo el lugar, en las que salía Sirius en diferentes edades y situaciones. Se acercó a la chimenea y tomó su foto preferida, en la que estaba con James, Peter y Sirius en el lago. ¿Qué edad tendrían en ese tiempo? 14 o 15, no más que eso. Habían sido… tan lindos tiempos… Todo había cambiado mucho. Remus habría hecho cualquier cosa por volver en el tiempo, cuando Sirius todo lo resolvía con unas palabras y un beso…

El tiempo retrocedió varios años en la mente del confundido licántropo, hasta detenerse en una tarde de invierno cuando tenía dieciséis años. Corría por pasillos desiertos, solo, acomplejado. Sus motivos: Minutos antes, Sirius lo había tomado por sorpresa mientras iba a la biblioteca y le había dado un beso. Ya ninguno de los dos reprimía sus sentimientos y procuraban amarse a escondidas de todos, sólo Peter y James lo sabían. Ni él ni Sirius se dieron cuenta que, mientras se abrazaban ansiosamente tras una estatua, un alumno de segundo año de Hufflepuf se acercaba caminando tranquilamente. Solo se percataron de su presencia cuando el pequeño dejó caer sus libros y dio un gritito. Desprendieron sus labios rápidamente y lo miraron. Sirius lo tomó por un brazo y le dijo duramente que no le revelara la verdad a nadie, mientras que Remus se quedó inmóvil, contra la pared. Cuando el niño logró safarze  del enojado Padfoot y lo miró, Remus salió corriendo.

Estaba aterrado. Su relación era secreta, era…algo incorrecto. Antes de que los descubrieran, el pequeño "idilio" se hallaba en el limbo de las cosas que no se nombran; por lo tanto pueden desvanecerse a voluntad. Después de escuchar a Sirius gritándole al niño: ¡No quiero que le cuentes a nadie sobre esto! Tomó conciencia acerca de lo que estaba pasando. ¿Qué era el "esto" del que hablaba Padfoot? Había comenzado como un juego entre amigos, una cercanía mayor a la usual entre hombres. Sin darse cuenta, comenzó a mirar a sus amigos con otros ojos. Ojos de mujer pensó después. Pero no, eran los ojos del Remus Lupin de siempre, solo que…algo había cambiado en ellos. Y fue correspondido, sin duda alguna. Tal como le ocurriría a Sirius años mas tarde, él también sintió la necesidad de plasmar lo que sentía en una hoja de pergamino. ¿Cuándo empezó todo esto? Talvez ayer, o desde el día que te conocí. Te veo envuelto en un halo de luz plateada, de amores sin futuro. O quizás no…quizás vuelva a sumergirme en el oasis de tus ojos, en la noche eterna de tu pelo y en el marfil de tu piel, prometiéndome inútilmente que será la última vez.

Remus se refugió en el armario de escobas y se quedó ahí. No contó el tiempo que pasó encogido en él, quizás fueron horas. Cuando empezaba a quedarse dormido, la puerta se abrió despacio y Sirius apareció lentamente. Primero su cabeza, luego sus manos delgadas y finalmente su cuerpo, envuelto en una oscura capa.

- Moony, no sacas nada con quedarte aquí encerrado- le dijo arrodillándose a su lado- Además, no tienes que preocuparte…. Puse en su lugar a ese niño.

- Sirius, ese pequeño no hizo nada malo. Somos nosotros los que estamos mal, esto no está bien…

- ¿Por qué? Yo te quiero, tu me quieres…

- Es que lo nuestro no tiene futuro, no hay espacio para nosotros…en ninguna parte.

Sirius miró a los ojos a Remus. Tomó su mano y se la puso sobre el corazón. Aqu dijo sonriendo. Entonces, se besaron dulcemente.

- Tenemos que salir de aquí- sugirió Sirius- Son casi la una de la mañana.

- No quiero, voy a vivir aquí.

-En ese caso, me quedaré contigo.

- ¡No! Contigo no, ni muerto.

Remus soltó una carcajada y salió, seguido por Sirius. Todo se había arreglado, el mundo volvía a girar….

En cambio, para el Remus adulto todo era distinto, no sabía que creer. Por una parte, el amor de su vida, el valiente auror y el noble amigo. Por otra, el traidor, el espía y el asesino. Contradicciones, contradicciones y más contradicciones. Lo que más lo perturbaba era que, si es que en verdad Sirius había hecho todas esas cosas, ¡El había estado enamorado durante años de un completo extraño! Necesitaba ir al ministerio y mirarlo a los ojos una vez, entonces quizás podría descifrar la verdad….Pero no podía. Nunca se lo permitirían. Esa noche, haciendo conclusiones, se resignó a perderlo. Lo que no sabía era que, no muy lejos, alguien le escribía una carta. No de despedida, sino más bien como una súplica, una petición de las que solo saben hacer los que han amado.

Para Remus J. Lupin.

Querido Moony:

Desde que te conocí, cuando ambos teníamos apenas 11 años, haz sido alguien especial para mí. Si bien es cierto, mi mejor amigo siempre fue James, pero tu haz sido mucho más que un amigo. Como bien ya sabes, me costó bastante enfrentar que estaba enamorado de ti, cuando tenía solo 16 años. A ti te costó mucho más, pero eso es otra historia.

En realidad, te escribo para decirte lo mucho que siento todo lo que pasó y sobre todo, lo mucho que siento no haber podido explicarte la verdad antes de que me encerraran aquí. Ahora debes estar pensando terribles cosas de mi, que yo delaté a Lily y James, que maté a Peter y a otras trece personas. Mi querido Moony, todo eso es mentira. No te lo había dicho, pero finalmente Peter fue el guardián de los Potter, él los delató y mató a la gente. Él fingió su muerte y me culpó a mí. Excelente plan, ¿no? Nunca hubiera pensado que el pequeño Wormtail tendría tan buenas ideas….

Bueno, espero que ahora tengas todo claro. Para terminar, quiero decirte que te amo mucho, ojalá nunca me olvides porque yo nunca lo haré. Trata de ser feliz, amor mío, por favor. No se porqué te escribo esto si se que nunca lo leerás, en fin. Cuídate en luna llena, no llores por mi, no vale la pena que por este tonto derrames tantas lágrimas de tus ojos dorados, esos preciosos ojos que me gustaron desde la primera vez que los vi.

Con amor,

Sirius Black

FIN

Ah! Que triste! Bueno, espero que les haya gustado este fic. Es el primero que termino, así que estoy emocionada. Gracias a todos los que me dejaron reviews, por favor dejénme un comentario, me hará muy feliz. Lean mis otros fics!