Y ASÍ FUE COMO ME ENAMORÉ DE TI
Capítulo 4: Revelando nuestro amor
Remus quedó pasmado, se dio vuelta lentamente y con algo de temor. . . para encontrarse con una risueña, aunque sonrojada Susan. Ambos se miraban a los ojos, el licántropo estaba avergonzado, y ella también, aunque se mostraba feliz. Ninguno separó la unión visual, incluso no notaron la escabullida de Sirius a la habitación de los de 6to año.
- Sus -
Remus no alcanzó a decir nada, los labios color carmesí de Susan lo besaban con dulzura, haciéndolo estremecer. Los delicados brazos de la muchacha rodeaban el cuello del tímido chico, mientras que él permanecía quieto.
- ¿Cómo pudiste pensar que me alejaría de ti, Moony? ¡Sí sabes que te adoro! – le susurró al oído.
- Sus. . . tenía miedo de. . . de perderte – Remus se calló al recibir un fuerte abrazo de Susan.
- Mi Moony. . . eres tan dulce – le sonrió con una ternura que derritió a Remus por dentro.
- ¿Me perdonas? – dijo mirándola a los ojos, aquellos ojos grises.
Susan se acercó a los labios del licántropo lentamente, con las mejillas teñidas de rojo. Ahora le daba algo de vergüenza besar a Remus, pero él le ayudó. . . Susan dejó de ver aquellos ojos dorados, ya que él, entrecerrándolos, se acercaba a ella con timidez. El beso comenzó con un roce de labios, un roce ansiado por ambos.
Labios con labios, cuerpos juntos, era una sensación jamás sentida así por ninguno de ellos. Remus la besaba con dulzura, a un ritmo, siguiendo los latidos de su corazón. Él estaba sentado en el sofá frente a la chimenea, y Susan estaba sentada sobre sus piernas, abrazada a él, sin querer soltarlo nunca más.
Un sonido hizo que se asustaran y separaran de pronto, parecía que la fiesta había acabado ya, porque las personas se iban a sus salas comunes.
Remus le sonrió con complicidad, y metió su mano bajo el sofá, sacando una delgada capa que parecía escurrirse por los dedos. La capa invisible de James. Tapando a Susan, que rió divertida, y a él mismo se escondieron en una esquina, esperando a que todos se fueran a dormir.
- Creo que Moony desapareció – se oyó decir a Peter.
- No lo veo en la Sala. . . tal vez se fue a las Mazmorras – dijo con tono pícaro James, todos rieron.
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- Creo que pasó el peligro – dijo apareciendo Remus, mientras que le sonreía a Susan.
Susan tiró la capa a un lado con algo de impaciencia, se la había amarrado a la mano, y se acercó a Remus. Aunque sus labios ya se estaban aprendiendo a conocer, y sus corazones ya sincronizaban el palpitar, sus mejillas respondían a cada beso, a cada roce, demostrando un poco la vergüenza que sentían al besar.
Susan se separó un poco para decirle "Moony. . . por ahora mantengámoslo en secreto. . . ¿sí?" El licántropo asintió, sonriéndole.
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El sol salía para despertar a los estudiantes que aún estaban en la cama para compensar el sueño perdido la noche anterior. Sus ojos dorados se abrían lentamente, acostumbrándose poco a poco a esa luz. Sonrió al recordar, Susan y él sentados frente a la chimenea, aún con sus vestidos de gala. . . hace ya un mes. . .
FLASH BACK
- ¿Y Remus? ¿Te arreglaste con Sus? ¿Entendió? – me dijo un muchacho de cabello negro azabache, mientras salía del baño con solo una toalla en la cintura - ¿Haz visto mis gafas? -
- Acá están James ¬¬ - dijo Peter, mientras asomaba la cabeza por el baño y le lanzaba los lentes.
- Gracias Peter, ¿y qué dices Moony? –
- Pues dijo que guardaría el secreto, aunque se enfadó un poco – dije algo nervioso, había prometido no contarle a los muchachos nada de lo que había ocurrido.
FIN FLASH BACK
- Oye Moony, ¡ya levántate vago! – dijo James tirándose sobre la cama de Remus y saltaba.
- Oh vamos camarada James, madura – dijo Sirius, pero sonrió - ¡¡El que llega último hace la cama de los cuatro!! -
Los ocho Gryffindor estaban en el patio de Hogwarts, descansando un rato. Sirius y Samantha estaban apoyados en un árbol, estos tenían una relación hace poco. Alanis estaba en el césped jugando naipes con Peter, este solo perdía. Lily y James estaban en otro árbol un poco más lejos, James tenía una mano apoyada en el tronco de dicho árbol, junto a la cara de Lily, que tenía sus manos en la cintura de James. Era algo raro, ellos no eran novios ni salían, pero lo parecían, hasta las sonrisas eran de un par de enamorados.
Susan y Remus estaban uno junto al otro de vientre, conversando. Su relación era un secreto, a excepción de para Sirius, que era el único.
"No sé por qué no podemos ser como novios comunes y corrientes. . . aunque esto le da un aire más misterioso e íntimo. . . pero verla así, mordiéndose el labio inferior como con preocupación mientras juega cortando el césped con los dedos. . . esos dedos, esas manos. . . son mías. . . jamás había sentido algo así"
"Me está viendo. . . ¿qué hago? Lo amo tanto pero tengo tanto miedo. . . jamás me había sentido así. ¿Estará bien todo lo que siento? ¿Seré responsable? Mis padres siempre han dicho que los novios en la escuela no son buenos. . . ¿tendrán razón?"
Inesperadamente Remus se dobla un poco para besarla. No aguantó tanto tiempo sin el contacto de esos suaves y carmesíes labios. La amaba, muchísimo, ¿cómo no se había dado cuenta? Era su mejor amiga, la chica con que estudiaba, con la que hablaba, con quien conversaba. . . a quien amaba en secreto, tal nivel de secreto que ni él lo había descubierto. Pero la necesitaba, y mucho. Ella asustada lo miró a los ojos, ese gris que contrastaba con tal fuerza con sus mejillas rojas, sus ojos dorados amaban aquellos grises, no podía separarse de ellos. Los dedos de Remus se entrelazaron con los de Susan, que aunque parecía algo nerviosa, respondió el gesto. Estuvieron mucho rato así, parecía que nadie lo había notado. ¿Error. . .?
- ¿Vamos al Comedor? Tengo hambre – dijo Peter algo enfadado mientras Alanis con una sonrisa guardaba sus cartas. Remus y Susan saltaron soltándose.
- Oye Sussy – dijo Sirius quedándose atrás, solo ellos dos escuchaban – Moony me ha dicho que no están tan acaramelados como en el principio. . . ¿es cierto eso? – Ella lo miró algo dudosa, pero la insultó este comentario. Se fue apresurada dejando a Sirius solo, y pasó a los demás excusándose que tenía que ir a ver a la Profesora McGonagall.
- ¡¿QUÉ LE DIJISTE QUÉ?! – gritó Remus.
- Se lo dije, ¿y qué? No me gusta que sea así -
- ¡¡Se ha de enfadar mucho!! – Remus estaba pálido, Sirius podía ser muy idiota algunas veces.
- ¿Y? Se supone que te quiere mucho, ¿o no? – dijo Sirius, algo enfadado.
- Claro que lo quiero – una voz sensual se escuchaba en la puerta. Susan estaba de pie en la entrada a la habitación de los chicos de 6to año – Sirius, déjanos solos por favor -
- De acuerdo. . . – dijo algo impresionado Sirius, y salió del cuarto, aunque no pudo reprimir el voltearse a verla por completo.
Susan cerró la puerta y se apoyó frente a ella. Suspiro. Un silencio extraño se apoderó del ambiente, mientras la mirada de Remus se posaba en el cabello negro de Susan preguntándose por su actitud extraña.
- ¿Sus? ¿Estás enfadada por lo que el bobo de Sirius te dijo, no? ¡Discúlpalo! Es un -
- No digas más Remus – lo interrumpió – creo que tiene razón Sirius. . . ya no te presto atención -
- . . . – Remus se quedó en silencio, era algo cierto, pero lo que menos quería era hacerla sentir mal.
Los labios de Remus sorprendieron un poco a Susan, que no dudó en continuar el beso. Se sentía un poco mal, quería llorar. . . amaba tanto a Remus y él era tan paciente. Ella no quería decírselo a nadie, él lo acepto. . . ella no quería ratos de pasión con él, él lo acepto. . . y ahora lo dejaba solo. Su corazón estaba apretado, había un nudo en su garganta, él hacía tanto por ella, ¿pero y ella? ¿Le devolvía de la misma manera?
Susan se separó de los labios de Remus y se tapó los ojos con las manos, su fortaleza había flaqueado. Las lágrimas cubrían sus mejillas, marcando un camino por su suave piel.
Remus se asustó. De pronto había comenzado a llorar. Mataría a Black si ella lloraba por lo que le había dicho.
- Susan. . . ¿ocurre algo? – dijo lento Remus - ¿mi niña? – se acercó y la abrazo.
- Perdóname Remus, lamento no darte todo lo que quieres, lamento dejarte solo, lamento no decirle al mundo lo nuestro, lamento ser así – decía entre lágrimas Susan, sus manos continuaban tapando su rostro.
- Sussy, no digas eso – la abrazó y besó en la frente – yo te elegí, además no me pidas disculpas por eso. . . Sus, mírame cuando te hablo – con delicadeza le tomó las muñecas y le miró el rostro.
La confundió con un ángel. Su rostro estaba algo sonrosado, mientras que sus grises ojos brillaban con fuerza. Su cabello tapaba una parte de su cara, mientras que ella miraba hacia un punto en el espacio. No podía despegar los ojos de ella, sus labios ligeramente abiertos le provocaban acercarse.
Susan se sorprendió al sentir su frágil cuerpo siendo rodeado por los fuertes brazos de Remus, que en ese momento le besaba la mejilla con dulzura.
- Susan, no llores más – le susurró antes de acercarse a besarla.
Ella solo se dejó llevar. Un nuevo sentimiento nacía en su corazón, mientras los labios de Remus la besaban con más sensualidad. Un poco de vergüenza se asomaba por las mejillas de Susan, ¿qué era esa sensación? ¿qué querría decir ese sentir?
Remus se sintió algo extraño, Susan parecía estar muy enamorada de él, lo que hacía que él sonriera. Sus besos se volvían más apasionados, los labios de Susan eran mordidos por el licántropo con necesidad, y Remus se sentía orgulloso al sentir la respiración algo agitada de Susan.
- ¿¡Qué estoy haciendo!? – pensó Susan y se separó brusca de él.
No podía mirarlo a la cara, tenía mucha vergüenza. ¿Qué hacía? ¿A qué estaba jugando? Ella no era así. Sus manos por un momento habían estado bajo la ropa de Remus, algo que ella no había planeado hacer.
Remus la miraba con dulzura, mientras sentía sus propias mejillas algo tibias. Se acercó a ella y la tomó de las manos, soltó una risita al intentó de Susan de desviar su mirada, ella era tan especial. Juntó su frente con la de ella, susurrando una canción que había oído hace un tiempo, y que siempre que la oía se acordaba de ella. . .
- ". . .Cuando me acuerdo de ti, la magia echa a volar y así, no te siento tan lejos, cuando me acuerdo de ti, y luego de caer vencido, sólo sé que te quiero. . . cuando me acuerdo de ti. . ." -
Los labios de la muchacha callaron los de Remus, quien no dudó en continuar el beso. Susan se desató su larga y elegante capa negra, quedando solo con un vestido ajustado negro, el cual resaltaba sus curvas y mostraba gran parte de su espalda. La pasión y el deseo de nuevas sensaciones los guiaban, mientras que se besaban con dedicación. De pronto todo fue rápido, sintió el peso de Remus sobre ella; estaban tirados sobre su cama. Las manos de Susan temblaban, mientras que miraba fijo los ojos dorados de Remus. Él le sonrió con una dulzura extraña, a la vez provocativa. . . la que ella no resistió.
Suspiros, respiraciones agitadas, amor infinito. . . solo se ocuparon de no saltarse las normas puestas por ellos mismos. Besos, caricias, palabras furtivas, todo sucedía así. . .
- ¿¡SUSAN!? – un grito detuvo sus besos, asustándolos.
Lily, James, Peter y Alanis estaban en la puerta de la habitación, mirando con sorpresa y asombro a la pareja que aún no reaccionaba. Susan de pronto miró a Remus, y le dijo con los labios "Haz como si no importara".
Se levantó y se arregló un poco la ropa y el cabello, mientras se ponía la capa. Remus no dejaba de verla, se veía muy bien sonrojada, algo nerviosa y desordenada. Los ojos grises de Susan se encontraron con los de Remus, y se acercó a él, le dio un besito corto y susurró "te veo en veinte minutos abajo" y se fue, pasando por entre sus silenciosos amigos. Apenas ella salió del cuarto, Remus se metió al baño a ducharse.
Susan entró a su cuarto, no había nadie. Se metió al baño y se dio una rápida ducha. Se miró al espejo, se veía una bella chica de 16 años, con el cabello mojado y sonriendo. Se secó el cabello con magia y se vistió con un chaleco cuello alto y una faldita corta. Se volvió a maquillar, pero más leve, un brillo labial rosa sencillo. Abrió la puerta. . . todos estaban allí.
- ¿Susan? – le dijo Lily, comenzando a hablar - ¿qué fue todo eso? -
- Yo lo explico – dijo una voz ronca en la puerta, tras los demás, era Remus – Susan y yo somos. . . – no, era una promesa, no podía decirlo.
- Novios – completó Susan.
Nadie parecía sorprendido, incluso Sirius, que había llegado recién, tenía una gran sonrisa en el rostro.
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Un desayuno apurado y sombrío se llevaba a cabo aquella mañana, con bullicio, nerviosismo y mezcla de tristeza y alegría. Miradas de nostalgia al lugar. . . el último día en el castillo. Una mano apretó la suya por bajo el mantel, lo que hizo que ella se volteara. Aquellos ojos, aquella sonrisa, era lo mejor de todo lo que había logrado conseguir aquel año, ese muchacho, ese corazón tan cálido, aquel que le regaló los mejores momentos de toda su vida, aquel al que amaba con todo su ser.
- Día triste, no lo crees? Le dijo con una sonrisa.
- Así es – dijo ella, algo triste.
La noche anterior el director había dado un discurso muy bello, entregó premios por calificaciones, alumnos destacados y la casa ganadora. Ese día debían darse prisa, mirar por última vez los alrededores de la Escuela, pasear por el jardín ir a las aulas a ver si se quedaba algo, ordenar las cosas y marcharse.
Paseaba de la mano con ella por el patio, hasta llegar junto al sauce boxeador.
- Le debo mucho a este árbol – dijo de pronto Remus – si no lo hubieran plantado yo no estaría aquí, y tal vez ni siquiera te hubiera conocido. . . - miró a Susan, sonriéndole.
Susan le sonrió y abrazó fuerte. Él le dio un beso en la frente, y al escuchar el llamado de Hagrid, se marcharon a los carruajes.
El camino a la estación de Londres muggle fue callado, más bien triste. Remus miraba por la ventana, mientras que Susan iba apoyada en su pecho, dormida. Lily, James, Peter y Alanis estaban allí también, mirando revistas y conversando algunas cosas que habían pasado aquel año.
La marcha se hizo larga, todos bajaron del tren. El que más aprisa se marchó fue Peter, mientras que Lily y Alanis, que eras vecinas en un barrio muggle, se despedían de los chicos.
- ¿Sus? – dijo Remus, mirándola con cariño.
- No quiero irme Moony. . . – dijo con tristeza y un leve rubor en sus mejillas.
- Sussy, nos veremos muy pronto, lo más probable es que en unas dos semanas, además nos queda el próximo año también, no? – le dijo con una sonrisa y poniéndose frente a ella.
- ¿Acaso no me extrañarás? -
- ¡No digas eso! Te extrañaré cada momento que pase. . . es más, ¡ya te extraño! – rió Remus, logrando sacarle una sonrisa a Susan - ¿puedo despedirme de ti, amor? – se sonrojó al decir esa palabra, aún no se acostumbraba a decirla.
Susan lo rodeó con los brazos, y él la tomó de la cintura. Se acercaron hasta juntarse en un dulce beso, un acto que demostraba todo el amor que sentían el uno por el otro.
- Te amo – le dijo ella.
- Y yo a ti. . . – respondió Remus, abrazándola fuerte. Luego de un momento se separaron, y con una última sonrisa, se despidieron.
Él se va lentamente, junto con un hombre alto, su padre. Repentinamente este se devuelve corriendo y le entrega una rosa roja a Susan, y susurra "nos vemos" y se va.
- Hija, ¿quién era él? – dijo una mujer muy guapa, de largo cabello negro y ojos grises.
- Él. . . – Susan miró por donde Remus se había ido – él es la persona que más quiero. . . -
- Vamos a casa – un hombre alto le sonrió a Susan, con ojos verdes, llevando la maleta de Susan.
Al llegar a casa, Susan sube a su cuarto con cansancio, y al llegar a la puerta, se encuentra con una bella Lechuza color café, con la punta de las plumas más oscura. . . sonríe, aquel no iba a ser un verano tan normal como ella creía. . .
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Eso había sido ya hace años, 19 años. Remus había sido el novio perfecto, un año, dos años más de relación, pero la distancia había matado aquel amor, fue demasiado fuerte para el frágil corazón de Susan. Aún recordaba aquel día en que la invitaron a la boda de James y Lily, no había podido ir, estaba demasiado ocupada con los problemas con el Ministerio. Al bautizo de Harry. . . no había querido, no tenía la fuerza para ver aquellos ojos dorados otra vez.
- ¿En qué se ha transformado mi vida?. . . – dijo Susan, sentada frente a una lápida: Lily Evans, la señora Potter. Hace ya años que cada vez que se cumplían años de la muerte de su mejor amiga, iba vestida de negro, con un gran ramo de rosas rojas - ¿Crees Lily. . . que volveré a ver a Remus? –
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¡HoLa! Primero q todo lamento el retraso, ¡¡enserio!! Pero no había podido escribir hace mucho, ya sea por falta de tiempo como de inspiración uu Ojalá q les haya gustado este capi, a mi me gustó, lo comencé a escribir hace tiempo, pero lo terminé hace como una semana
Bueno, ¡solo espero q les guste!
¡Saludos!
¡¡DEDICADO ESPECIALMENTE A CLAU DE SNAPE Y A ANVI SNAPE!!
MerodeadoraChii
Miembro de las RON4EVER
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Gracias por los reviews del otro capi ¡los adoro! Así q les agradecería q me mandaran su opinión de este capi, ¡ACEPTO TODO! Gracias.
