Yaaaaaaa sé, no hay excusa para justificar el tiempo que he dejado abandonada mi historia, simplemente…Perdón _U, es que….aaaahhh la principal razón por la que esto estuvo ausente fue: no tenía conexión ;_; sisisisi ya sé, hay ciber cafés…pero…u_u mmm la neta tuve (y tengo) problemas de tipo…mmm…estúpidos!! digo, sentimentales… y creo que no acabaré antes de que termine el invierno pero bueno, haré el intento.
Espero que les siga gustando esta fumada mía n_nU
Capítulo 8
Shadow of Doubt
Algunas cuantas horas después de la inusual llegada de Yugi a la tienda de juegos, debido a la hora ya que acostumbraba a llegar mucho después por razones obvias: la escuela, el pequeño duelista experto estaba descansando tranquilamente en su cuarto con la cortinas cerradas y las luces apagadas, la luz de la fría mañana apenas podía notarse dentro de la pequeña recámara, él, aún vestía el uniforme azul marino de la escuela y estaba recostado sobre la cama, aún tendida, no había hecho falta una sábana que cubriera su delgado cuerpo ya que su cuarto era cálido y el muchacho parecía no tener frío a pesar del clima en el exterior, eso sin mencionar que el espíritu del faraón milenario se encontraba muy cerca de él, sentado a su lado como hace tan sólo un día atrás, con la diferencia de que, en esta ocasión no se veía presionado por el tiempo ni por la escuela ni por tener que despertar a Yugi tan bruscamente, hecho que, según el espíritu, había desencadenado todo el resentimiento por parte de Yugi hacia Yami, pero nuevamente no sabía que se equivocaba.
Yami estaba sentado al lado de Yugi, acariciando su rostro suavemente con el dorso de su mano sin mirarlo, con la atención perdida en algún punto de la habitación, cerrando los ojos de vez en cuando y cabeceando, bostezando a ratos y retirándose las lágrimas que su aparente sueño y cansancio le obligaban a derramar, en esos instantes era cuando más lamentaba tener esa mala costumbre de preocuparse de más, ya que de no ser así no hubiera pasado toda la maldita noche con los ojos completamente abiertos mirando el techo de la sala de la tienda de juegos, pensando en una posible respuesta a la tan intrigante cuestión de los mil millones de dólares "¿por qué Yugi se enojó conmigo?", respuestas que iban desde "Se enojó con uno de sus amigos, reprobó a alguna materia" hasta "se enojó por que no soy rival para él en ese extraño juego ;_;" y después de obtener una respuesta "mas o menos" coherente se le venían a la mente mil soluciones para hacer que su pequeño compañero de duelos recuperará el brillo en su rostro, su felicidad.
Pero para su alegría, en esos momentos todo era paz para él y su protegido, posiblemente ese amargo episodio de sus vidas ya había terminado con el final feliz que Yami esperaba tanto, finalmente le había confesado a Yugi lo que éste sentía por él y aunque el joven Motou no le respondió claramente, al menos no aún, tampoco se había enojado todavía más ni lo había golpeado ni…en pocas palabras, su reacción no había sido negativa y quizás la notable y presente timidez en el pequeño había evitado que éste dijera un posible "yo también te amo Yami"…aunque…también podría significar que Yugi no dijo nada por no hacer sentir mal al milenario faraón o tal vez esa sumisa reacción fue un "déjame pensarlo" o chance y,……
Ym: aaaaaahhh -_-U- suspiró desganadamente al sentirse aún más presionado al pensar en tantas respuestas a la reciente reacción de su luz, tanto pensar le generaba un fuerte dolor de cabeza seguido por una fuerte sensación de sueño y cansancio…
Yami decidió apartar su mente de ese recuerdo tan fresco que tenía, de él y Yugi, abrazados no hace mucho tiempo, sobre el piso de la cocina, ambos llorando y el más pequeño de los dos con la mirada perdida en el infinito…una escena que no vivía todos los días…
El faraón experto en duelo de monstruos no lo sabía pero, existía otra posibilidad presente en el destino, la cual enunciaba que "ese" amargo episodio que ambos, él y su protegido, vivían, apenas comenzaba, que aquel intenso dolor por el que ambos pasaron era sólo y únicamente "la punta del iceberg".
Yami comenzó a quedarse dormido aún acariciando suave y lentamente el rostro de Yugi cuando de repente algo le hizo sobresaltar…
-¿A qué crees que se deba?- escuchó Yami, muy silenciosamente casi como un susurro que se lleva el viento.
Examinó minuciosamente la habitación con la mirada, cada rincón, casi decidido a ponerse de pie en el instante, prender las luces y buscar el origen de aquel extraño ruido, aunque prefirió quedarse inmóvil en donde estaba, esperando a escuchar algo parecido de nueva cuenta…
El tiempo pasó y no escuchó nada, volvió a acomodarse en la cama junto a Yugi…ese último suceso había hecho que su corazón casi saltara aunque seguía mostrando un temple firme y seguro de si mismo.
Decidió no dormirse, algo no estaba bien, se preocupaba de más y posiblemente hasta inventaba problemas imaginarios sin solución alguna aparentemente pero…no había dejado de ser intuitivo y cauteloso, por alguna razón, sentía que algo le decía que no se durmiera, que no descuidara a Yugi, ese simple sentimiento le preocupaba todavía más, se sintió estúpido al desear por unos instantes que el abuelo de Yugi regresara de quien sabe donde diablos estaba, odiaba admitirlo pero, estaba asustado y no sabía por qué, lo peor de todo era que la oscuridad de la habitación, la soledad de la casa y el hecho de que Yugi estuviera durmiendo más a parte el que quizás no había persona alguna en muchos metros a la redonda debido a que eran horas de escuela y trabajo…nada de eso ayudaba mucho a la actual situación de Yami.
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Mientras tanto, en la escuela de Domin
J: Y …¿cómo creen que este Yugi?
Tr: Parecía algo desganado
J: ¿Y cómo no iba a estarlo? Esa clase si que aturde a cualquiera ¬¬
Tr: No Joey…no fue por eso- el más alto del grupo comenzaba a preocuparse nuevamente por su amigo.
En respuesta, el rubio únicamente se encogió de hombros, suspirando y mirando el oscuro cielo a través de la ventana del aula.
J: Tristán… ¿qué fue exactamente lo que le pasó a Yugi?
-Tu deberías saberlo ¿no?, supuestamente eres su mejor "amigo"- se escuchó una conocida voz justo detrás del muchacho de ojos marrones, haciendo énfasis justamente en la palabra "amigo".
J: Bueno, y a ti que más te da???!!!!- exclamó casi gritando, al mismo tiempo que giraba su cuerpo en dirección hacia donde se encontraba el multimillonario dueño de Obelisk.
Tr: Ya van a empezar -_-U- dijo mientras hacia una mueca de fastidio, observando el piso.
Estaban en receso, tenían unos cuantos minutos entre clase y ya faltaba poco para que empezara la siguiente asignatura, por lo que aún el salón se encontraba semivacío.
Después de la reacción que tuvo Joey al escuchar el comentario de Kaiba, ambos se quedaron casi inmóviles, mirándose fijamente a los ojos, otra actitud un tanto extraña por parte de ambos duelistas rivales a muerte, por lo general, acostumbraban a decirse todos los insultos que les llegaban a la mente, o mejor dicho a gritarse, eso si, siendo siempre Seto el poseedor de un semblante más tranquilo y quedando Joey como el loco infantil.
J: ¿Por qué no lo arreglamos de una vez?- cuestionó el rubio al más alto, empleando un tono de voz y una actitud todavía más extraña tratándose de él, tan serio, tan diferente.
Su atacante sólo se limitó a continuar mirándolo a los ojos fríamente, al mismo tiempo que elevaba ambas manos a la altura de su pecho, cerrando una de ellas formando un puño y haciendo sonar sus nudillos.
S: Por mi esta bien- contestó aún más serio, con un tono que nunca se creería que llegara a usar con el muchacho que tanto ridiculizaba y posiblemente odiaba…
La cosa si que empezaban a ponerse muy extraña, cualquiera que lo viera por primera vez no creería que en tiempos anteriores se comportaban como un perro y un gato, se podría acertar a una de dos posibles respuestas: que todo eso ahora SI iba en serio y de plano estaban a punto de partirse la madre o…que se disponían a hacer las pases.
Algo si era seguro, lo que había dicho Joey, "Arreglar esto de una vez", iba en serio.
Por otra parte, Tristan sólo les observaba con la mirada hacia arriba, ya que él estaba sentado en su banca mientras que sus dos "compañeros de clase" estaban arreglando sus diferencias, de una manera poco común entre ellos, de pie
Posiblemente seguía ahí, junto a ellos por curiosidad de ver cómo se arreglaban de una buena vez, o por ayudar a su mejor amigo en lo que sería una posible pelea, por aquello de que éste nunca le había podido hacer frente a Seto Kaiba y quizás esa no sería la excepción.
Por alguna extraña razón, el aula de clases se encontraba ocupada únicamente por el trío, los demás alumnos presentes se habían largado a quien sabe donde, todo para la suerte o quizás la desgracia del ex dueño del Dragón negro de ojos rojos.
Uno de ellos efectuó un repentino movimiento, su improvisado réferi hizo ademán de querer levantarse de su asiento, previniendo el que podría ser el primer golpe, pero algo le obligo a detenerse y permanecer en su lugar.
Un factor externo llamado, Tea…quien inoportunamente entraba al salón casi azotando la puerta contra la pared.
T: Muchachos!! Adivinen que paso!! Dicen que…!- se quedó justo debajo del marco de la puerta, casi gritando su anuncio desde ese punto pero se detuvo al ver el estado en el que se encontraban sus amigos- Ehh…¿pasa algo?
Y a regañadientes, Tristan tomo la decisión de ir con ella, a mas o menos explicarle que pasaba y que lo más seguro era que no estuviera ella en ese lugar, ya que posiblemente iba a haber mucha sangre…
Después de todo, la mayor consecuencia de ese encuentro entre ambos rivales sería una nariz rota, un diente fuera de su lugar, uno que otro rasguño en alguna parte del cuerpo, algunos moretones o cualquier otra cosa, a lo mucho un hueso fracturado, pero si eso los hacia felices, y a parte habían decidido arreglar sus diferencias de una buena vez por todas…pues total, que se rompan la madre…
Breves segundos transcurrieron, y una vez finalizados, ambos se encontraban completamente solos…
Y rápidamente, sin darle tiempo ni siquiera de respirar a Joey, Seto Kaiba puso una mano sobre el pecho de éste haciendo presión sobre el mismo, obligándole a echar la espalda hacia atrás, quedando ésta pegada a la pared, el rubio intentó forcejear pero su agresor poseía más fuerza que él, y finalmente, teniendo a su presa arrinconada y como él quería…
Lo primero que pudo pensar Joey fue que Kaiba comenzaría a golpearlo, a humillarlo pero todo había ocurrido tan repentina y rápidamente que no le dio tiempo ni siquiera para gritarlo algo así como "suéltame bastardo!!!" o cualquier otra cosa, únicamente sabía que estaba encajonado, a merced de su mayor y más odiado rival.
En otro rápido e inesperado movimiento, el joven empresario volvió a elevar su mano, esta vez la que tenía libre, pero a la altura del rostro de su victima, lo más obvio o predecible hubiera sido que ahora si lo golpearía pero no fue así, si no que ocurrió todo lo contrario…
Bruscamente tomó su rostro, cubriéndole desde la barbilla hasta la oreja con la palma de la mano y así, obligo al muchacho rubio a mirarlo a los ojos, así fue como se encontró con una mirada que nunca había percibido en aquel "cachorro", una de duda mezclada con sorpresa.
S: ¿Qué te pasa? ¿No querías arreglar las cosas de una buena vez?- cuestionó el joven CEO, sin emplear la palabra "cachorro faldero" o "mono", ni siquiera con intención de hacerlo sentir poca cosa y ridiculizarlo, no para nada, ahora era muy diferente…
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Una inspección aún más minuciosa a la habitación que las anteriores, esta vez no sólo con la mirada, y Yami nuevamente llegó a la misma conclusión.
En lo más profundo de su ser sabía que no escuchaba voces y que, mucho menos, se asustaba como un niño tan fácilmente, y menos con plena luz del sol, aunque casi resultaba escasa debida al oscuro cielo cubierto por grisáceas nubes, eso sin contar el hecho de que la habitación seguía a oscuras por las pesadas cortinas.
Aún así, estaba conciente de que era un ser maduro, un espíritu de poco más de cinco mil años de existencia y permanencia en la tierra, antiguo y poderoso faraón, no podía darse el lujo de asustarse con lo que podía haber sido el simple ruido del viento meciendo los árboles del exterior o cualquier otra cosa de afuera, o quizás de adentro…
Y aún después de revisar bien la habitación, analizar hasta el más insignificante rincón, seguía sin encontrar algo sospechoso, algo que pudiera haber provocado aquel sonido que escuchó, o creyó escuchar algún tiempo atrás.
Seguro estaba de que no se trataba de Yugi, estaba demasiado cansado y sin duda alguna dormido.
Intentaba convencerse de que sólo había sido su imaginación o consecuencia de no haber descansado correctamente la noche anterior, pero simplemente no podía.
O comenzaba a volverse loco o paranoico, o realmente escuchó algo…
Convencido de que no encontraría alguna respuesta coherente, se quedó sentado e inmóvil al pie de la cama, no muy lejos de donde descansaba su pequeño aibou, se quedo pensando…
Ym: Pero claro…-pensó en voz alta llevándose la palma de la mano a la frente.
Acto seguido, se levantó casi al instante y se inclinó un poco sobre la superficie de la cama para observar a su protegido dormir tranquilamente, similar a un ángel y a la vez débil e inofensivo, le sonrió con los ojos cerrados.
Ym: Descuida no estaré lejos, recuerda que pase lo que pase, siempre te protegeré- susurró cerca del oído de Yugi.
Después, salió silenciosamente del cuarto, cerrando la puerta detrás de él suavemente.
-Ahhh- suspiró- que lastima que no pueda ser así faraón- se escuchó un débil susurró, inaudible para el espíritu, cubriendo toda la habitación.
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Comenzaba a aparecer el atardecer, la mañana ya había quedado atrás, al igual que todos los hechos pasados, mismos que daban vueltas en la mente del milenario faraón, atormentándolo.
Y, aunque a esas horas los rayos del sol debían lucirse en su mayor esplendor, la tienda de juegos, y vivienda del joven Motou, continuaba en sombras.
Aún a pesar de la falta de iluminación en el lugar, el espíritu siguió buscando algo que posiblemente no pudo encontrar en la segunda planta de la casa, a oscuras claro, debido al escaso conocimiento de tecnología moderna que tenía, se le dificultaba, incluso, encontrar el apagador principal…
Minutos después de su descenso al primer piso y de haber dejado a Yugi dormido y solo en su cuarto, Yami se encontró con el mismo resultado: no encontró nada, y aún así, no podía aceptar el hecho de que lo que había escuchado había sido únicamente producto de su imaginación.
Ym: Yo me rindo -_-U –se resignó finalmente al mismo tiempo que se desplomaba sobre el sillón que le había servido como colchón la noche anterior, mirando el techo nuevamente- No creo…que me este volviendo loco…
Pasaron algunos momentos pacíficos para el cansado faraón, no superficialmente, su actual estado físico le impedía, para su suerte o su infelicidad, sentir cualquier tipo de fatiga, no era nada de eso.
Y en cambio, se sentía cansado emocionalmente, por tantas cosas que pasaban por su abstracta mente, tantos pensamientos y preguntas sin respuesta terminarían por volver loco a cualquiera, aún a un espíritu.
La constante sombra de la duda se hacía presente en cada oportunidad que se presentaba…
Ym: Yu…¡Yugi!- una extraña y repentina sensación recorrió el cuerpo de Yami, un sentimiento de preocupación.
Sin dudar un segundo, dejó el sillón presurosamente para regresar a donde había dejado a su pequeño Hikari, a cada paso que daba sentía como ese sentimiento se apoderaba de él cada vez más, tanto que al llegar justo a la puerta del cuarto, comenzó a dudar, era tanto su miedo que quería evitar la verdad.
Antes de abrir la puerta, un estruendo le hizo estremecerse, había sido del exterior, un relámpago anunciaba la próxima llegada de la lluvia, seguramente una tormenta, los primeros indicios, unas cuantas gotas, golpearon las ventanas más próximas al faraón, el cielo se oscureció aún más, siendo escasamente iluminado por los relámpagos que quebrantaban su infinita calma y que le atravesaban.
El espíritu colocó una mano débil y dudosamente sobre la perilla de la puerta, casi temblando, gotas de sudor recorrían su pálido rostro, deseos de romper en llanto y comenzar a gritar de desesperación invadían todo su ser, sentía vulnerable…no sabía porque…sólo sabía que debía abrir esa puerta…
Finalmente esa actitud decidida que tanto le caracterizaba se había esfumado por completo, temerosamente giró la perilla y empujó con el mismo miedo la puerta hacia el interior…
CONTINUARÁ…
Mph…jajajajajajajaja…no sé porque, realmente no se la razón…wajajajjaja…¿por qué lo dejé ahí? No sé…según yo, esto iba a terminar en algo más…mmm…como decirlo…interesante? O_O. Pero bueno XD algo me obligo a terminar justo aquí el capítulo.
Soy una desgraciada ¬¬ no he actualizado en…mucho tiempo, y es que…han pasado cosas en mi extraña vida que…mmm ¬_¬U aahh que trauma, en fin…casi…casi puedo jurar que esto se va a terminar antes de que termine el invierno n_nU
