Capítulo 14
Wintersun
-Yugi…
Y: ¿En dónde estoy?
-Te han estado esperando…-escuchó por segunda vez una extraña voz, sin mencionar desconocida, que, sin embargo, no le inspiraba desconfianza ni temor, en pocas palabras, no le hacía sentir nada negativo-
Era una voz serena, casi podía jurar que pertenecía a un sabio anciano, se escuchaba reconfortable, por alguna extraña razón
El joven pero experimentado duelista acababa de despertar, lo primero que logró apreciar fue una tremenda luz que le obligó a cerrar los ojos nuevamente, segundos después volvió a abrirlos intentando acostumbrarse al nuevo ambiente
Y: No comprendo…
Yugi se incorporó sintiéndose algo cansado, observó a su alrededor, el lugar en el que se encontraba se parecía al templo al que había sido llevado a la fuerza por el espíritu que le había poseído. No podía olvidarlo, a pesar de que había ocurrido hace bastantes años, era algo que no podía borrarse de su memoria tan fácilmente, no por que se trataba de un hecho por demás traumante y una experiencia que no deseaba por ningún motivo ni circunstancia volver a vivir, sino que pertenecía al pasado de una vida que se había visto llena de alegría y buenos momentos.
¿Cómo olvidar a personas tan cercanas como sus amigos? Lo último que podía recordar de ellos, al menos por separado era confuso.
¿Qué sabía de Tristán? Sólo que manejaba una exitosa empresa, era presidente de la misma, nunca le había visto más feliz, haber alcanzado su sueño era motivo de alegría para todos.
¿Y Joey? Cómo olvidarlo, a él, quien siempre sabía que decir en los momentos más difíciles que siempre había conocido la manera de salir avante de cualquier problema, su recuerdo más claro se remontaba a una celebración, en ella estaban todos…aunque se veían diferentes…¿a quien festejaban con tanta euforia?...claro…podía ver, aunque de manera borrosa, una hermosa mujer, parecida a su mejor amigo de cierta manera, pelirroja y de cabello corto, sonriendo con toda la alegría de su alma y su corazón, sosteniendo un ramo de flores y tomando del brazo a un hombre alto, moreno de cabello negro y con un peinado tan característico de éste, que igualmente se veía infinitamente feliz.
La boda de Serenity…la pequeña Serenity…
No podía olvidar el rostro sonriente de su amigo, el mismo que abrazaba a todos sus amigos, incluido su nuevo cuñado y antiguo amigo. Podía recordar algo más…Joey tomaba a una pequeña niña rubia de la mano, en repetidas ocasiones había gritado a los cuatro vientos que era la viva imagen de la madre, aunque rogaba a todos los dioses porque no se pareciera a ésta en el carácter…
Tea……Aquella gran amiga de la infancia, de la juventud e incluso de sus mejores años. Había consumado su sueño de resaltar en el ballet, pero no sólo eso, sino que también era toda una figura en el ámbito de las finanzas.
Recordaba que siempre se había sentido feliz por todos ellos, que había estado presente en todos aquellos momentos de paz y alegría…
Pero…¿y Yugi? …Se recordaba a sí mismo, siempre acompañado por su única familia, su abuelo, al menos hasta su triste partida sin regreso, por sus amigos, pero aún así, se veía solo…falto de una singular chispa…una que ya había conocido…
¿Cómo olvidarlo…a él? …
Comenzó a avanzar sin rumbo alguno, se sentía como en un sueño, tan extraño, no podía sentir su cuerpo, la presencia de la brisa…
Y: ¿Esperando?
-Así es, no tienes ni la más mínima idea de cuánto.
Y: ¿Pero quien? ¿Porqué?
-¿Quién?…
Escuchó una segunda voz, ésta última le pareció vagamente conocida, pero no podía aceptar el hecho de que la estaba escuchando otra vez…
Y: …tu…
-No me olvidaste ¿verdad?
Yugi volteó lentamente al escuchar esas palabras, recordando lentamente la existencia física de aquel ser, aquel dueño de esa voz.
-¿Quién?...digamos que…tu eterno protector…tu oscuridad
Yugi no pudo evitar romper en llanto al lograr asimilar lo que estaba escuchando y finalmente volteó de golpe hacia donde suponía encontrar su objetivo.
Si…ahí estaba "él"…de pie, cruzado de brazos y con la mirada fija en el muchacho recién llegado, con un extraño brillo en los ojos, lágrimas naciendo de éstos, resbalando por sus mejillas, juntándose en su barbilla.
Y: Ya…
Antes de que pudiera terminar, el antiguo protector del pequeño duelista ya estaba a pocos centímetros de éste, sin poder controlarse a sí mismo, el milenario faraón abrazó a su Hikari empleando una cierta fuerza que dejó un poco sorprendido a Yugi.
Ym: ¿Porqué? …por que te ama…siempre te ha amado y nunca pudo olvidarte…-decía aún con lágrimas, con voz temblorosa y ansiedad.
Y: Yami…¿estoy soñando?- cuestionó aún muy incrédulo por su actual situación, simplemente era demasiado bueno para ser verdad, no se podía hacer a la idea de que él había regresado.
Ym: No aibou…estas "aquí" finalmente…-intentó ocultar sus sentimientos pero estos le traicionaron y le obligaron a derramar aún más lágrimas, quizás más de las que pudiera haber imaginado.
Y: … No puedo creer que hayas regresado…-enseguida de esta confesión, el pequeño también rompió en llanto, abrazando a su oscuridad protectora, sintiendo ese extraño calor que casi había olvidado.
Ym: No Yugi, tu eres el que ha llegado …
Y: Yami…yo…estoy…
El milenario faraón sólo asintió con la cabeza, su Hikari finalmente comprendió y se aferró más a su ser, de un modo u otro lo habían conseguido…estaban juntos…para siempre…por una eternidad…
Y: Hay algo que…he querido decirte…desde esa vez…
Yami no entendió a la perfección a qué se refería su protegido, por lo que hizo una mueca de interrogación hacia éste.
Y: cuando dijiste que …que me amabas…
Ym: Yugi…-volvió abrazarlo, pero esta vez también besó su frente y acarició su cabello- aún te amo…nunca he dejado de hacerlo…te había estado esperando…y…
Y: De alguna manera…lo sé- interrumpió- y por eso…
Ym: …
Y: Yami…yo…
Cuando Yugi resolvió el misterio del rompecabezas milenario pidió un deseo a éste, nunca imaginó lo que le concedería dicho artefacto egipcio. Un espíritu que, a pesar de estar tan lejos de él durante los años posteriores a la llegada de aquel misterioso espíritu, siempre le cuidó y vio por él, viéndose miserable al ver que su Hikari le extrañaba y se culpaba por su pérdida, pero siempre se sintió satisfecho de su última decisión, haberle dado parte de él mismo para que continuara en su mundo fue el hecho del que más orgulloso estuvo en sus cinco mil años de existencia…
FIN
Es en serio…ya se acabó, tan tan…lalalalala….
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
