Este fic, contiene personajes de la obra escrita por el maestro Tolkien, con el único fin de entretener. Las relaciones que se desarrollen alrededor del Fic contienen Slash, por lo que si éstas no son de tu agrado, se recomienda no leer.
Este fic esta dedicado a una persona muy especial maestra en estas artes Vania mejor conocida en este mundo slashero como Jun. Haa y gracias por el review.
NOTA: las "ántaras" son pequeñas conchitas color ámbar que han sido invención mía, así que no se preocupen si les parece desconocida esta palabra, que yo la he inventado.
Gracias a todas (os) de antemano
Capítulo II. La Lluvia de Isilme
¡Como era posible que el tiempo pasara tan despacio! –pensó Haldir mientras en su interior el remolino de emociones iba en aumento, ya no podía esperar mas. Se había pasado casi toda la semana buscando el traje apropiado y la combinación perfecta. Aunque su belleza no era muy asidua a necesitar ayuda.
La noche de la "Lluvia de Isilme" había llegado, Haldir se encontraba en su casa preparándose para el evento, tenía dos días que no podía dejar de pensar en ese par de ojos azules, y se sentía muy nervioso, cosa muy extraña en él.
Tratando de calmarse un poco, se sentó en una silla, examinando el arco que Legolas le había regalado; realmente estaba hecho con la mas fina madera del bosque negro.
Su mente se preparo para el momento, su cuerpo a su vez esperaba una compensación a tantos sentimientos guarecidos en el durante tantos días, sin embargo Haldir no considero apropiado engañar a su cuerpo mientras su mente pensaba que quien lo tacaba eran otras manos, así que prefirió dejarlo para después, esa noche era la noche tan esperada y no haría nada que pudiera dejarle un mal sabor de boca.
Después de haber tomado un relajante baño y haberse puesto el bello traje color crema que había preparado especialmente para ese día, se preparo para ir a la noche de "Lluvia de Isilme", sin embargo aun le resultaba incomodo llegar solo, y mas aun tener que buscar a Legolas entre la multitud. Sin pensarlo mas tomo las riendas de su corcel y cabalgo hasta el punto de encuentro.
Cuando llego al Lago Isilme, el sol desprendía sus últimos rayos del día, dándole al alba tonalidades rosáceas que encantaban al paisaje y al movimiento de las nubes, algunos elfos ya estaban en el lugar armando tiendas o haciendo fogatas, el lugar parecía tener una hipnótica atracción. Cuando Haldir llego, encontró lugar perfecto al lado del lago, así que después de amarrar bien al caballo, tomo asiento en uno de los troncos que caían junto a la orilla.
La espera era insoportable, Haldir se imaginaba la llegada de Legolas entre la multitud de gente que ya se había dado lugar, sin embargo su sueño se convirtió en realidad cuando vio a Legolas caminando despreocupadamente entre la gente del lugar, se desenvolvía de manera natural y su caminar era tan seguro que daba la apariencia de dominar perfectamente la situación.
Aun estando lejos su belleza se hacia sentir. De pronto el encanto fue interrumpido cuando uno de los elfos que se encontraba en el camino de Legolas, le hizo la platica muy amistosamente. Haldir espero sentado ahí al otro lado del extremo viendo como Legolas se dilucidaba de manera sigilosa. Quería saber hasta donde llegaba aparente charla, cuando vio que aquel elfo le ponía una mano en la cintura como queriendo servirle de guía a un mejor lugar donde pudieran platicar.
Haldir se incorporo rápidamente la sangre le bombeaba fuertemente a su pecho, llego directo sin pensar y poniendo una mano en el hombro de Legolas susurro.
-Hey que bueno que has llegado, -gritó para dejar ver claramente que lo esperaba
-Haldir!! Por fin te encuentro –exclamo Legolas regalándole una cálida sonrisa. Ambos elfos lucían hermosos a los rayos de la luna.
Sin pensarlo mas se apartaron del lugar, sentándose ambos en el tronco que Haldir le había apartado para una mejor vista, como este era reducido los dos permanecieron sentados uno muy cerca del otro, pudiendo sentir la calidez de su piel.
-"Y bien, ¿qué opinas?... todos los años vengo, es una de las épocas que más disfruto del año" – comentaba Haldir para romper un poco el silencio que se estaba dando entre los dos.
-"Si... esta bien, es un lago muy bonito, como te comentaba hace unos días, nunca había tenido la oportunidad de conocerlo, siempre tengo que hacer cosas que me encarga mi padre... obligaciones del reino, la única distracción que tengo que sea de mi agrado, son las prácticas del arco..." – respondía Legolas mientras observaba el lago.
-"Entonces ¿no sales a ningún lado?... no tienes... a alguien con...." – Haldir preguntaba cuando fue interrumpido por el príncipe que lo volteaba a ver al escuchar la pregunta – "¿Te refieres a una novia?, no, nunca he tenido una... de hecho jamás me he enamorado".
Haldir se sorprendió a la vez que se alegraba ante tal confesión, no comprendía como un elfo tan hermoso, no podía tener a alguien a su lado que lo amara, y lo más sorprendente, que él no quisiera a alguien.
-"¿Y tú, te has enamorado alguna vez?" – ante tal pregunta Haldir se sobresaltó, ya que en ese momento se encontraba algo confundido hacía lo que estaba sintiendo por el elfo que tenía enfrente, pero optó por responder – "Sí, una vez estuve enamorado de una bella elfa... pero no era la persona correcta, al principio creí que había encontrado con quién pasar mi inmortalidad, hasta que descubrí que ella estaba enamorada de otro elfo...".
-"Ya veo, ha de ser terrible esa situación, creer que estas enamorado de alguien y no ser correspondido, realmente debe de ser una gran impotencia" – el comentario que Legolas había hecho puso muy nervioso a Haldir, ya que sintió que era exactamente lo que le estaba sucediendo con él, por tal motivo decidió cambiar de tema.
-"Ahora que recuerdo, yo te había prometido mostrarte todos los alrededores y rincones del lago... ¡¡ven, sígueme!!, conozco un lugar que te encantará" – entonces Haldir y Legolas se levantaron y caminaron hacía donde se hacía más espesa la arboleda y se internaron un poco más.
Finalmente llegaron a un claro, era el favorito de Haldir, ahí pasaba horas contemplando a Ithil cuando quería estar solo, nunca se lo había mostrado a nadie, pero esa ocasión era especial, el elfo que lo acompañaba lo era, y no dudo ni un momento es mostrarle ese lugar tan personal.
-"¡¡¡Este lugar es maravilloso Haldir!!! ¿desde cuando vienes aquí? – preguntaba Legolas sin dejar de mirar a todos lados inspeccionado el lugar.
-"Desde que era muy pequeño, lo descubrí una ocasión que vine con mi padre al lago, estábamos recolectando "ántaras" cuando vi a un conejo, entonces lo seguí y me condujo a este sitio... desde entonces lo utilizo como mi lugar secreto, nadie sabe de esto... solo tú" – las mejillas de Haldir se coloraban cuando le confesaba esto último al príncipe.
-"¿Es en serio?,¡¡¡mil gracias amigo, es un honor que me consideres alguien especial para confesarme tu secreto, este lugar es mágico, te juro que jamás le diré a nadie sobre esto!!!" – decía Legolas todo emocionado, pero cambio su expresión de felicidad cuando pensó y preguntó – "Pero... ¿tu padre no te siguió, no le mostraste nunca?"
Una lágrima comenzó a escurrir por el rostro de Haldir, trato de girar un poco el rostro para que el príncipe no lo notara, pero era tarde...
-"¿Qué ocurre Haldir, porque lloras? – Legolas secaba la lágrima con su dedo pulgar, en lo que hacía verlo a los ojos.
-"Cuando salí del claro hacia el lago, mi padre estaba en el piso, una asquerosa araña lo había picado... cuando llegué ya era demasiado tarde, mi Ada estaba muerto..." – Haldir cerró los ojos al decir esto, tratando de controlar las ganas de llorar, para que Legolas no lo viera de nuevo, apretando sus puños lo más fuerte que pudo a los costados de su cuerpo, -"Llegue a mi casa, se lo dije a mi madre, se puso muy triste... al año siguiente ella se reunió con mi adar... desde ese entonces vivo con mi tia"
El príncipe al escuchar esto se sintió mal por la pregunta que había hecho, provocando con esta, esos recuerdos tristes de su amigo; casi por instinto, se acercó más a Haldir y lo abrazó, pasando los brazos por detrás de su cuello y recargando la cabeza en su hombro... –"Cuanto lo siento Haldir, discúlpame, no quise molestarte... soy un tonto...".
Haldir que seguía manteniendo sus brazos a los costados de su cuerpo manteniendo los puños cerrados con furia, se iban abriendo poco a poco, y estos iban rodeando la cintura de Legolas; Haldir profesó una gran agitación dentro de él cuando sintió cerca al príncipe y dándose cuenta después de un momento de pensarlo, era la primera vez que Legolas le ofrecía un contacto y no lo iba a desperdiciar.
-"No digas eso... era normal tu pregunta, ahora ya sabes sobre mi lugar secreto, mi pasado... me da mucho gusto compartirlo contigo" – decía Haldir mientras sentía la cabeza de Legolas en su hombro, comenzó a subir una de sus manos por la espalda del príncipe hasta que su mano, llegó a acariciar los dorados cabellos.
Haldir se sentía muy feliz de tener entre sus brazos a Legolas, cerró los ojos mientras ese contacto se suscitaba entre ellos, era maravilloso el sentimiento que estaba viviendo, de pronto, comenzó a sentir muy cerca de su oído el aliento del príncipe... –"Haldir.." – escuchó decir su nombre en un suspiro y comenzó a besar su cuello.
Su piel hacía reacción con los besos que poco a poco invadían la piel del cuello, Legolas subió a sus mejillas dejando detrás de cada caricia la humedad de sus labios...así poco a poco Legolas recorrió el camino hacia su boca. Haldir sintiéndose tenso por aquella sensación, permaneció inmóvil esperando la siguiente caricia.
Con sus manos Legolas le enseño a Haldir el camino a sus labios, estos se unieron en un beso tierno...delicado que apenas permitía sentir el calor del otro. Así sin preguntar nada Legolas continuó su recorrido en busca del sabor que su piel despedía, uno a uno sus besos se adentraron al pecho de su amante, separando de su suave piel, las ropas que cubrían a los sentidos.
Sus manos por separado acariciaban lentamente sus muslos, subiendo lentamente, hasta encontrar su cintura a la que sin demora liberó de toda ropa...ahí en ese preciso momento pudo sentir como la piel reaccionaba a su tacto, el vientre de Haldir se contrajo cuando sintió la mano cálida recorrer su vientre e ir lentamente descendiendo. Fue en ese momento cuando su cuerpo hizo reacción, sus manos buscaron mas excitación a sus sentidos en la piel del príncipe, a quien tocó sin demora por sobre la ropa, aproximándose lentamente a aquel miembro que ya había comenzado a reaccionar ante las provocaciones.
Por encima del pantalón lo acarició suavemente con las yemas de los dedos...la respuesta fue un suave gemido –"Haldir"- chillaba Legolas, quien besó tiernamente los pezones de su amante... mordiéndolos hasta buscar su erección. Lentamente ambos se despojaron de sus ropas para terminan tendidos en el suelo.
"Debe de ser un sueño, esto ha de ser un sueño" - pensaba Haldir mientras sentía la piel del príncipe sobre él, Legolas con las mejillas encendidas, miraba a su amigo y sin pedir permiso, lo besó en los labios muy apasionadamente, la lengua del príncipe suplicaba permiso para entrar a su boca y encontrarse con la de su amante, Haldir sin pensarlo dos veces, permitió el acceso a tan delicioso huésped, y por fin probaron mutuamente el delicioso sabor de cada uno.
Legolas optó por ponerse sobre su amigo, poniendo sus dos piernas a los costados de Haldir, mientras el príncipe se inclinaba hacia él, continuaba esparciendo de besos la piel de Haldir... fue descendiendo lentamente mientras sus manos mantenían las suaves caricias a los pechos de su amado. Legolas continuaba su camino, estaba decidido, nunca había tenido esa reacción con nadie más, pero las sensaciones que estaba viviendo no las cambiaría jamás, era algo nuevo y maravilloso... besó lentamente su piel...descendió... besando... lamiendo... primero su pelvis... después... se topó con aquel imponente miembro que se desplegaba sobre sus ojos.
Haldir al sentir como el príncipe iba recorriendo todo su cuerpo, no podía evitar dejar salir unos gemidos, los cuales daban a entender a Legolas que estaba haciéndolo bien y que le estaba dando a su amante el placer que merecía, los sollozos que Haldir emitía ocasionaban en el príncipe una reacción sobre su piel, la cual inmersa en un prolongado escalofrío ocasionaban la inevitable erección.
Cuando Legolas se encontró de frente con aquel imponente miembro...el cual a su vez se le antojo indefenso...le provocó besarlo tímidamente...pero éste también exigía... por tal motivo, decidió comenzar por lamerlo... comenzando por la punta hasta ir probando todo su contorno, una vez que su lengua recorrió toda la circunferencia, de manera desenfrenada, decidió engullirlo todo...en un compás hipnótico...arriba y abajo.... primero lentamente, luego a un ritmo más rápido, provocando el arqueamiento del cuerpo de Haldir...
–"¡¡¡Le...golas!!!".
Al escuchar su nombre, el príncipe aceleró los movimientos, notando que el miembro de su amante estaba cada vez mas ensanchado, gracias al maravilloso trato que estaba teniendo... Haldir mientras tanto sostenía la nuca de Legolas, ayudando a que los movimientos fueran mas precisos, cuando el elfo sintió que no faltaba mucho para estallar, apartó a su amante...
-"¿Qué ocurre, te lastimé? – preguntó Legolas algo asustado por la abrupta separación.
-"No... para nada... eres magnífico... solo que quiero hacerte sentir lo mismo que yo he sentido..." – sin decir más que eso en lo que recobraba el aliento, Haldir abrazó a Legolas y giró, quedando sobre el príncipe.
El elfo comenzó a besar el pecho de su amante, comprobó esa tersura que él había admirado el día que lo ayudó con la araña, recorría con su lengua los pezones erectos del príncipe y luego los succionaba, provocando que Legolas emitiera apenas audibles sollozos. Antes de que comenzara a bajar, robo un beso al otro elfo, susurrándole en casi un suspiro lo feliz que se sentía, y que era la mejor noche de su vida... entonces sin agregar nada más, Haldir cambió de posición, colocando su rostro frente al miembro erecto de Legolas, y dejando frente al del príncipe el suyo, sin esperar más atenciones de las que ya había recibido, Haldir comenzó a succionar el suculento manjar que tenía delante... era un placer poder probar tan delicioso néctar; comenzó a escuchar los frecuentes jadeos de su amante, provocando que acelerara el movimiento, y a la vez, que incrementara su excitación.
Se sentía tan extasiado, que en su mente no podía caber otra cosa que la dicha de saber, que lo que sentía era correspondido, y no quería que Legolas creyera que solo quería recibir placer, entonces se estaba concentrado de tal manera efusiva por darle a su amigo el placer solicitado, que comenzó a masajear los testículos del príncipe, provocando que éste soltara un gemido; Haldir al escuchar esto, sabía que lo estaba haciendo bien, cuando en ese momento, sintió como Legolas abrazaba sus caderas, atrayéndolas hacia su rostro, provocando que el miembro erecto de Haldir rozara con el, a lo que el príncipe optó por engullirlo, dándole el mismo placer que su amante le estaba proporcionando.
Cada vez se hacían más rápidos los movimientos, los dos lo estaban disfrutando de la misma manera, se estaban conociendo... complaciendo... amando..., entonces fue cuando llegaron al climax, los dos estallaron dejando salir su semilla, inundándose de ese líquido pasional que se habían profesado mutuamente... Haldir se volteó y quedo frente a Legolas, ambos estaban todavía agitados, entonces el primero comenzó a acariciar la mejilla de su amigo, notando el color sonrosado que despedía, el príncipe cerró los ojos a dicho contacto y tomó la mano de su compañero llevándosela a los labios, con los cuales ofreció un tierno beso.
-"¿Porque lo hiciste Legolas?... si fue por lo que te conté de mis padres, realmente no debis..." – las palabras de Haldir fueron interrumpidas por un dedo que se posó sobre sus labios...
-"Ssshhh...Te había dicho que nunca me había enamorado, pero si esto que estoy sintiendo lo es, entonces... fue por amor!!!!" – terminó diciendo Legolas mientras sonreía, después de observar con detenimiento el rostro de su amante y pasar sus dedos entre los sedosos cabellos plateados, tomó con ambas manos su rostro y lo atrajo hacia sí para fundirse en un tierno beso.
Después que se separaron, Haldir se colocó junto a Legolas, y ahí recostados en el pasto, abrazándose mutuamente y con Ithil de testigo, observaron el negro cielo que esa noche había presenciado dos maravillosos eventos, la magnifica "Lluvia de Isilme" y el amor que dos elfos se habían profesado.
TCB...
Este fic esta dedicado a una persona muy especial maestra en estas artes Vania mejor conocida en este mundo slashero como Jun. Haa y gracias por el review.
NOTA: las "ántaras" son pequeñas conchitas color ámbar que han sido invención mía, así que no se preocupen si les parece desconocida esta palabra, que yo la he inventado.
Gracias a todas (os) de antemano
Capítulo II. La Lluvia de Isilme
¡Como era posible que el tiempo pasara tan despacio! –pensó Haldir mientras en su interior el remolino de emociones iba en aumento, ya no podía esperar mas. Se había pasado casi toda la semana buscando el traje apropiado y la combinación perfecta. Aunque su belleza no era muy asidua a necesitar ayuda.
La noche de la "Lluvia de Isilme" había llegado, Haldir se encontraba en su casa preparándose para el evento, tenía dos días que no podía dejar de pensar en ese par de ojos azules, y se sentía muy nervioso, cosa muy extraña en él.
Tratando de calmarse un poco, se sentó en una silla, examinando el arco que Legolas le había regalado; realmente estaba hecho con la mas fina madera del bosque negro.
Su mente se preparo para el momento, su cuerpo a su vez esperaba una compensación a tantos sentimientos guarecidos en el durante tantos días, sin embargo Haldir no considero apropiado engañar a su cuerpo mientras su mente pensaba que quien lo tacaba eran otras manos, así que prefirió dejarlo para después, esa noche era la noche tan esperada y no haría nada que pudiera dejarle un mal sabor de boca.
Después de haber tomado un relajante baño y haberse puesto el bello traje color crema que había preparado especialmente para ese día, se preparo para ir a la noche de "Lluvia de Isilme", sin embargo aun le resultaba incomodo llegar solo, y mas aun tener que buscar a Legolas entre la multitud. Sin pensarlo mas tomo las riendas de su corcel y cabalgo hasta el punto de encuentro.
Cuando llego al Lago Isilme, el sol desprendía sus últimos rayos del día, dándole al alba tonalidades rosáceas que encantaban al paisaje y al movimiento de las nubes, algunos elfos ya estaban en el lugar armando tiendas o haciendo fogatas, el lugar parecía tener una hipnótica atracción. Cuando Haldir llego, encontró lugar perfecto al lado del lago, así que después de amarrar bien al caballo, tomo asiento en uno de los troncos que caían junto a la orilla.
La espera era insoportable, Haldir se imaginaba la llegada de Legolas entre la multitud de gente que ya se había dado lugar, sin embargo su sueño se convirtió en realidad cuando vio a Legolas caminando despreocupadamente entre la gente del lugar, se desenvolvía de manera natural y su caminar era tan seguro que daba la apariencia de dominar perfectamente la situación.
Aun estando lejos su belleza se hacia sentir. De pronto el encanto fue interrumpido cuando uno de los elfos que se encontraba en el camino de Legolas, le hizo la platica muy amistosamente. Haldir espero sentado ahí al otro lado del extremo viendo como Legolas se dilucidaba de manera sigilosa. Quería saber hasta donde llegaba aparente charla, cuando vio que aquel elfo le ponía una mano en la cintura como queriendo servirle de guía a un mejor lugar donde pudieran platicar.
Haldir se incorporo rápidamente la sangre le bombeaba fuertemente a su pecho, llego directo sin pensar y poniendo una mano en el hombro de Legolas susurro.
-Hey que bueno que has llegado, -gritó para dejar ver claramente que lo esperaba
-Haldir!! Por fin te encuentro –exclamo Legolas regalándole una cálida sonrisa. Ambos elfos lucían hermosos a los rayos de la luna.
Sin pensarlo mas se apartaron del lugar, sentándose ambos en el tronco que Haldir le había apartado para una mejor vista, como este era reducido los dos permanecieron sentados uno muy cerca del otro, pudiendo sentir la calidez de su piel.
-"Y bien, ¿qué opinas?... todos los años vengo, es una de las épocas que más disfruto del año" – comentaba Haldir para romper un poco el silencio que se estaba dando entre los dos.
-"Si... esta bien, es un lago muy bonito, como te comentaba hace unos días, nunca había tenido la oportunidad de conocerlo, siempre tengo que hacer cosas que me encarga mi padre... obligaciones del reino, la única distracción que tengo que sea de mi agrado, son las prácticas del arco..." – respondía Legolas mientras observaba el lago.
-"Entonces ¿no sales a ningún lado?... no tienes... a alguien con...." – Haldir preguntaba cuando fue interrumpido por el príncipe que lo volteaba a ver al escuchar la pregunta – "¿Te refieres a una novia?, no, nunca he tenido una... de hecho jamás me he enamorado".
Haldir se sorprendió a la vez que se alegraba ante tal confesión, no comprendía como un elfo tan hermoso, no podía tener a alguien a su lado que lo amara, y lo más sorprendente, que él no quisiera a alguien.
-"¿Y tú, te has enamorado alguna vez?" – ante tal pregunta Haldir se sobresaltó, ya que en ese momento se encontraba algo confundido hacía lo que estaba sintiendo por el elfo que tenía enfrente, pero optó por responder – "Sí, una vez estuve enamorado de una bella elfa... pero no era la persona correcta, al principio creí que había encontrado con quién pasar mi inmortalidad, hasta que descubrí que ella estaba enamorada de otro elfo...".
-"Ya veo, ha de ser terrible esa situación, creer que estas enamorado de alguien y no ser correspondido, realmente debe de ser una gran impotencia" – el comentario que Legolas había hecho puso muy nervioso a Haldir, ya que sintió que era exactamente lo que le estaba sucediendo con él, por tal motivo decidió cambiar de tema.
-"Ahora que recuerdo, yo te había prometido mostrarte todos los alrededores y rincones del lago... ¡¡ven, sígueme!!, conozco un lugar que te encantará" – entonces Haldir y Legolas se levantaron y caminaron hacía donde se hacía más espesa la arboleda y se internaron un poco más.
Finalmente llegaron a un claro, era el favorito de Haldir, ahí pasaba horas contemplando a Ithil cuando quería estar solo, nunca se lo había mostrado a nadie, pero esa ocasión era especial, el elfo que lo acompañaba lo era, y no dudo ni un momento es mostrarle ese lugar tan personal.
-"¡¡¡Este lugar es maravilloso Haldir!!! ¿desde cuando vienes aquí? – preguntaba Legolas sin dejar de mirar a todos lados inspeccionado el lugar.
-"Desde que era muy pequeño, lo descubrí una ocasión que vine con mi padre al lago, estábamos recolectando "ántaras" cuando vi a un conejo, entonces lo seguí y me condujo a este sitio... desde entonces lo utilizo como mi lugar secreto, nadie sabe de esto... solo tú" – las mejillas de Haldir se coloraban cuando le confesaba esto último al príncipe.
-"¿Es en serio?,¡¡¡mil gracias amigo, es un honor que me consideres alguien especial para confesarme tu secreto, este lugar es mágico, te juro que jamás le diré a nadie sobre esto!!!" – decía Legolas todo emocionado, pero cambio su expresión de felicidad cuando pensó y preguntó – "Pero... ¿tu padre no te siguió, no le mostraste nunca?"
Una lágrima comenzó a escurrir por el rostro de Haldir, trato de girar un poco el rostro para que el príncipe no lo notara, pero era tarde...
-"¿Qué ocurre Haldir, porque lloras? – Legolas secaba la lágrima con su dedo pulgar, en lo que hacía verlo a los ojos.
-"Cuando salí del claro hacia el lago, mi padre estaba en el piso, una asquerosa araña lo había picado... cuando llegué ya era demasiado tarde, mi Ada estaba muerto..." – Haldir cerró los ojos al decir esto, tratando de controlar las ganas de llorar, para que Legolas no lo viera de nuevo, apretando sus puños lo más fuerte que pudo a los costados de su cuerpo, -"Llegue a mi casa, se lo dije a mi madre, se puso muy triste... al año siguiente ella se reunió con mi adar... desde ese entonces vivo con mi tia"
El príncipe al escuchar esto se sintió mal por la pregunta que había hecho, provocando con esta, esos recuerdos tristes de su amigo; casi por instinto, se acercó más a Haldir y lo abrazó, pasando los brazos por detrás de su cuello y recargando la cabeza en su hombro... –"Cuanto lo siento Haldir, discúlpame, no quise molestarte... soy un tonto...".
Haldir que seguía manteniendo sus brazos a los costados de su cuerpo manteniendo los puños cerrados con furia, se iban abriendo poco a poco, y estos iban rodeando la cintura de Legolas; Haldir profesó una gran agitación dentro de él cuando sintió cerca al príncipe y dándose cuenta después de un momento de pensarlo, era la primera vez que Legolas le ofrecía un contacto y no lo iba a desperdiciar.
-"No digas eso... era normal tu pregunta, ahora ya sabes sobre mi lugar secreto, mi pasado... me da mucho gusto compartirlo contigo" – decía Haldir mientras sentía la cabeza de Legolas en su hombro, comenzó a subir una de sus manos por la espalda del príncipe hasta que su mano, llegó a acariciar los dorados cabellos.
Haldir se sentía muy feliz de tener entre sus brazos a Legolas, cerró los ojos mientras ese contacto se suscitaba entre ellos, era maravilloso el sentimiento que estaba viviendo, de pronto, comenzó a sentir muy cerca de su oído el aliento del príncipe... –"Haldir.." – escuchó decir su nombre en un suspiro y comenzó a besar su cuello.
Su piel hacía reacción con los besos que poco a poco invadían la piel del cuello, Legolas subió a sus mejillas dejando detrás de cada caricia la humedad de sus labios...así poco a poco Legolas recorrió el camino hacia su boca. Haldir sintiéndose tenso por aquella sensación, permaneció inmóvil esperando la siguiente caricia.
Con sus manos Legolas le enseño a Haldir el camino a sus labios, estos se unieron en un beso tierno...delicado que apenas permitía sentir el calor del otro. Así sin preguntar nada Legolas continuó su recorrido en busca del sabor que su piel despedía, uno a uno sus besos se adentraron al pecho de su amante, separando de su suave piel, las ropas que cubrían a los sentidos.
Sus manos por separado acariciaban lentamente sus muslos, subiendo lentamente, hasta encontrar su cintura a la que sin demora liberó de toda ropa...ahí en ese preciso momento pudo sentir como la piel reaccionaba a su tacto, el vientre de Haldir se contrajo cuando sintió la mano cálida recorrer su vientre e ir lentamente descendiendo. Fue en ese momento cuando su cuerpo hizo reacción, sus manos buscaron mas excitación a sus sentidos en la piel del príncipe, a quien tocó sin demora por sobre la ropa, aproximándose lentamente a aquel miembro que ya había comenzado a reaccionar ante las provocaciones.
Por encima del pantalón lo acarició suavemente con las yemas de los dedos...la respuesta fue un suave gemido –"Haldir"- chillaba Legolas, quien besó tiernamente los pezones de su amante... mordiéndolos hasta buscar su erección. Lentamente ambos se despojaron de sus ropas para terminan tendidos en el suelo.
"Debe de ser un sueño, esto ha de ser un sueño" - pensaba Haldir mientras sentía la piel del príncipe sobre él, Legolas con las mejillas encendidas, miraba a su amigo y sin pedir permiso, lo besó en los labios muy apasionadamente, la lengua del príncipe suplicaba permiso para entrar a su boca y encontrarse con la de su amante, Haldir sin pensarlo dos veces, permitió el acceso a tan delicioso huésped, y por fin probaron mutuamente el delicioso sabor de cada uno.
Legolas optó por ponerse sobre su amigo, poniendo sus dos piernas a los costados de Haldir, mientras el príncipe se inclinaba hacia él, continuaba esparciendo de besos la piel de Haldir... fue descendiendo lentamente mientras sus manos mantenían las suaves caricias a los pechos de su amado. Legolas continuaba su camino, estaba decidido, nunca había tenido esa reacción con nadie más, pero las sensaciones que estaba viviendo no las cambiaría jamás, era algo nuevo y maravilloso... besó lentamente su piel...descendió... besando... lamiendo... primero su pelvis... después... se topó con aquel imponente miembro que se desplegaba sobre sus ojos.
Haldir al sentir como el príncipe iba recorriendo todo su cuerpo, no podía evitar dejar salir unos gemidos, los cuales daban a entender a Legolas que estaba haciéndolo bien y que le estaba dando a su amante el placer que merecía, los sollozos que Haldir emitía ocasionaban en el príncipe una reacción sobre su piel, la cual inmersa en un prolongado escalofrío ocasionaban la inevitable erección.
Cuando Legolas se encontró de frente con aquel imponente miembro...el cual a su vez se le antojo indefenso...le provocó besarlo tímidamente...pero éste también exigía... por tal motivo, decidió comenzar por lamerlo... comenzando por la punta hasta ir probando todo su contorno, una vez que su lengua recorrió toda la circunferencia, de manera desenfrenada, decidió engullirlo todo...en un compás hipnótico...arriba y abajo.... primero lentamente, luego a un ritmo más rápido, provocando el arqueamiento del cuerpo de Haldir...
–"¡¡¡Le...golas!!!".
Al escuchar su nombre, el príncipe aceleró los movimientos, notando que el miembro de su amante estaba cada vez mas ensanchado, gracias al maravilloso trato que estaba teniendo... Haldir mientras tanto sostenía la nuca de Legolas, ayudando a que los movimientos fueran mas precisos, cuando el elfo sintió que no faltaba mucho para estallar, apartó a su amante...
-"¿Qué ocurre, te lastimé? – preguntó Legolas algo asustado por la abrupta separación.
-"No... para nada... eres magnífico... solo que quiero hacerte sentir lo mismo que yo he sentido..." – sin decir más que eso en lo que recobraba el aliento, Haldir abrazó a Legolas y giró, quedando sobre el príncipe.
El elfo comenzó a besar el pecho de su amante, comprobó esa tersura que él había admirado el día que lo ayudó con la araña, recorría con su lengua los pezones erectos del príncipe y luego los succionaba, provocando que Legolas emitiera apenas audibles sollozos. Antes de que comenzara a bajar, robo un beso al otro elfo, susurrándole en casi un suspiro lo feliz que se sentía, y que era la mejor noche de su vida... entonces sin agregar nada más, Haldir cambió de posición, colocando su rostro frente al miembro erecto de Legolas, y dejando frente al del príncipe el suyo, sin esperar más atenciones de las que ya había recibido, Haldir comenzó a succionar el suculento manjar que tenía delante... era un placer poder probar tan delicioso néctar; comenzó a escuchar los frecuentes jadeos de su amante, provocando que acelerara el movimiento, y a la vez, que incrementara su excitación.
Se sentía tan extasiado, que en su mente no podía caber otra cosa que la dicha de saber, que lo que sentía era correspondido, y no quería que Legolas creyera que solo quería recibir placer, entonces se estaba concentrado de tal manera efusiva por darle a su amigo el placer solicitado, que comenzó a masajear los testículos del príncipe, provocando que éste soltara un gemido; Haldir al escuchar esto, sabía que lo estaba haciendo bien, cuando en ese momento, sintió como Legolas abrazaba sus caderas, atrayéndolas hacia su rostro, provocando que el miembro erecto de Haldir rozara con el, a lo que el príncipe optó por engullirlo, dándole el mismo placer que su amante le estaba proporcionando.
Cada vez se hacían más rápidos los movimientos, los dos lo estaban disfrutando de la misma manera, se estaban conociendo... complaciendo... amando..., entonces fue cuando llegaron al climax, los dos estallaron dejando salir su semilla, inundándose de ese líquido pasional que se habían profesado mutuamente... Haldir se volteó y quedo frente a Legolas, ambos estaban todavía agitados, entonces el primero comenzó a acariciar la mejilla de su amigo, notando el color sonrosado que despedía, el príncipe cerró los ojos a dicho contacto y tomó la mano de su compañero llevándosela a los labios, con los cuales ofreció un tierno beso.
-"¿Porque lo hiciste Legolas?... si fue por lo que te conté de mis padres, realmente no debis..." – las palabras de Haldir fueron interrumpidas por un dedo que se posó sobre sus labios...
-"Ssshhh...Te había dicho que nunca me había enamorado, pero si esto que estoy sintiendo lo es, entonces... fue por amor!!!!" – terminó diciendo Legolas mientras sonreía, después de observar con detenimiento el rostro de su amante y pasar sus dedos entre los sedosos cabellos plateados, tomó con ambas manos su rostro y lo atrajo hacia sí para fundirse en un tierno beso.
Después que se separaron, Haldir se colocó junto a Legolas, y ahí recostados en el pasto, abrazándose mutuamente y con Ithil de testigo, observaron el negro cielo que esa noche había presenciado dos maravillosos eventos, la magnifica "Lluvia de Isilme" y el amor que dos elfos se habían profesado.
TCB...
