DESAFÍO DARK MAN
2. Un secuestro
Magic corrió hacia el lugar de dónde procedía el grito. Sin embargo corrió con precaución, pues desde el momento en que oyó a la niña, la bestia de la que oyeron hablar apareció en su mente y decidió que si en realidad había aparecido era mejor atacar por sorpresa. Cuando Magic vio de quién procedían los gritos no fue capaz de contenerse y saltó delante de los dos personajes. No sintió miedo alguno al ver a un hombre de mediana edad y piel pálida vestido completamente de negro, no era el monstruo que él se esperaba. Todo al contrario: Al ver una asustada Ricoris entre los brazos de ese hombre sintió que su cuerpo se llenaba de valor.
- ¡Quién eres tú? ¡Deja a Ricoris inmediatamente! - Magic se abalanzó velozmente sobre el hombre.
- ¡Magic! - La cara de Ricoris se iluminó por un segundo. El hombre, sin embargo, ni siquiera se inmutó. Tan sólo levantó una mano hacia el chico. "Que te sacuda el viento", pronunció, y un golpe de viento sacudió a Magic y lo empujó violentamente contra una pared de rocas, dejandolo tumbado en el suelo delante de la cara todavía sonriente de Ricoris. No obstante, la alegria que había sentido la niña tan solo unos momentos atrás fue reemplazada por un profundo temor, y su sonrisa se convirtió en una mueca de miedo y desesperanza. El valor que Mágic había sentido también se desvaneció. Veía su cuerpo yacer en el suelo, pero no sentía dolor alguno. De hecho senzillamente no sentía: Vio de nuevo a su compañera llorando en los brazos del hechizero (había decidido que ese hombre tenía que serlo), y quiso levantarse e intentar ayudarla, pero senzillamente no pudo mover su cuerpo. Ante su desesperación, vio como se elevaban y desaparecieron ante sus ojos. Y al tiempo que desaparecieron, volvió a sentir su cuerpo así como un intenso dolor en el costado que le invadía el cuerpo. Notaba sangrar su cabeza. Magic sabía que tenía que encontrar a Orphen de nuevo, tenían que averiguar quién era el extraño y tenían que ayudar a Ricoris. Levantó su cuerpo herido, e intentó sobrellevar el dolor, pero había perdido sangre y apenas había dado unos pasos una sensación de mareo se apoderó de él. Logró apoyarse en el árbol más cercano antes de desplomarse. Sintió como el frío se apoderaba de su cuerpo. "Tengo que encontrar a alguien", se dijo.
- ¡Maestro! ¡Maestro!- Gritaba sin pensar, una vez y otra, andando a trompicones.
- ¡Magic! - Una conocida voz de chica sobresaltó al muchacho. De entre unos matorrales salió Creao. La chica, por suerte, había oído los gritos de Magic. - ¿Que haces aquí, dónde está Orphen?
- Debemos encontrar al Maestro... Ricoris ha... se la han llevado. - Logró decir antes de caer de rodillas, temblando, logrando la preocupación de Creao.
- ¿Eh, estás bien? - Creao acudió a ayudar a Magic. Dejó que el chico se apoyara en ella y presionó la herida de su cabeza con un pañuelo blanco que no tardó en empaparse de sangre. - ¿Quién te ha hecho esto? ¿Qué ha pasado con Ricoris? ¿Dónde está Orphen?
Magic le contó a Creao lo ocurrido, y la chica coincidió en que tenían que encontrar a Orphen. Decidieron regresar a la cabaña. Allí Creao podría atender debidamente a Magic, que a medida que perdía sangre se debilitaba más, y Orphen también volvería al pueblo al ver que no daba con ninguna de las chicas. Creao sabía que Orphen era, en esos momentos, el único que podría encontrar a Ricoris. La chica, que sujetaba a Magic por un brazo y por la cintura, estuvo pensando que Ricoris había sido secuestrada por su culpa, pues la niña salió corriendo detrás de ella, y que Magic también estaba herido por su culpa. También llegó a temer por Orphen. Sobretodo cuando llegaron al pueblo, y al entrar en la casa comprobaron que todo estaba tal como lo habían dejado: Los restos del desayuno que Orphen había lanzado todavía estaban en el suelo, y Orphen no estaba allí. Creao se sentía tonta por padecer por el joven, pues seguía dolida por el comportamiento que el chico había tenido esa mañana. "Debería importarme un pimiento lo que pueda pasarle a ese idiota. Sólo debería sentirme culpable de lo que le ha sucedido a Ricoris y a Magic", se decía. "Hasta debería alegrarme si le pasara algo". Sin embargo sus sentimientos no coincidían con sus pensamientos. Sentía dentro de ella una angustia que casi no la dejaba respirar. Y no era por Ricoris, era por el jóven de pelo castaño, que aún siendo lo más terco posible, a Creao le parecía que la había hechizado.
Creao atendió a Magic. Por suerte, el corte de su cabeza solo fue un problema cuando sangraba, y a exepción de las contusiones en el torso del rubio, no había nada más por lo que preocuparse. Magic tampoco se quejó, estaba en un estado de adormecimiento, y mientras la chica vendava el pecho del chico y su cabeza, él no se enteraba de nada.
- Estarás bien, ahora descansa un poco. - Dijo apaciblemente Creao, acompañándolo a la cama de Orphen. - Ya verás cuando llegue y te encuentre en su cama... En fin, Ya es hora de comer, ¿quieres que te prepare algo? Te vendría bien.
- Ahora no, tal vez luego. - Respondió Magic, como si estuviera ausente. Creao se dió cuenta que Magic, al igual que ella, tampoco estaba tranquilo.
- De acuerdo. Si Orphen regresa te curará. - Dijo la chica intentando parecer despreocupada.
- Ya. Gracias, Creao. - Magic parecía pensativo.
- ¿Te preocupa algo? - Inquirió la chica.
- No. Estaba pensando que... Bueno, ahora estás muy amable pero hay veces que pareces un demonio. Me preguntaba cómo puedes cambiar tan radicalmente... - Pronunció Magic, dándose cuenta al instante del enorme error que acababa de cometer.
- ¡¿Que a veces parezco un qué?! ¡¿Cómo te atreves a insultar a la persona que te ha salvado la vida?! ¡¡Deberías estar haciendo una estátua con mi figura y alabarme el resto de tu vida!! - Creao no tardó en perder los nervios y empezó a presionar con los dedos sobre el lado magullado de Magic.
- ¡CREAO! ¡Me estás haciendo daño! ¡Lo siento, no quería decir eso! - Se quejaba Magic retorciendose en la cama.
- ¿¿Duele?? ¿¿Y crees que no me ha dolido lo que me has dicho?? ¿¿Realmente lo crees?? Eres un insensible, Magic... - Dijo la chica con cara de pena y ojos de perro maltratado.
- No mujer, no era mi intención - Se disculpó Magic. El aprendiz de mago también había aprendido que Creao era muy terca y nadie la ganaba en una discusión, así que la única solución era rebajarse. - Realmente te estoy muy agradecido. Iba a rendirme, ahí fuera. Si estoy vivo es gracias a ti.
- Venga hombre, no seas exagerado, ¡tampoco ha sido para tanto! - Creao se dio por satisfecha y sonrió dulcemente al chico, que prontó cayó dormido.
Creao procedió a encender la chimenea, pues fuera hacía frío y el ambiente dentro de la casa también lo era, y recogió el tazón roto, el chocolate esparcido por el suelo y los bollos, recordando de nuevo la situación que le había hecho huir. Se le humedecieron los ojos, pero ella reprimió las lágrimas de ansiedad. Nuevamente sus pensamientos contradicieron a sus sentimientos. "Seré estúpida, si a él le pasa algo es porque se lo merece". Pero sus pensamientos, esta vez, le provocaron un escalofrío que la hicieron volver a la realidad, dejando su orgullo a parte y dejando que volviera a pensar con sinceridad. "Orphen... espero que vuelvas pronto. Estamos preocupados por ti."
FIN del 2° Capítulo!
¿Te ha gustado? ¿No? ¿Quieres que ponga YA el siguiente capítulo o consideras mi história tan horrible que quieres que la saque? Bueno... yo solo tengo una forma de saberlo: Dejad REVIEW porfavor! Si voy recibieno REVIEWS cada dia subiré un nuevo capitulo (tengo la história terminada, sí!) pero si no recibo ninguno pensaré que nadie lee mi historia, y por tanto esperaré que alguien la lea para actualizar... Lógico, verdad? Una aclaración: Los fines de semana no estoy en casa, normalmente, así que no puedo actualizar. Lo siento!
P.D Se me olvidaba decir que ni la serie ni los personajes ni (blablabla) son míos, pero éste fic sí!!! Nada , HASTA PRONTO! (espero! Jejeje)
