Capitulo 2:
Renacimiento.
Un aire frío recorre mi cuerpo. Se siente liviano, tanto, que la suave brisa lo mese cual cuna a un bebe. Aquel bai ben me produce sueño. Algunas gotas de rocío se escurren por mi piel, pero no siento cosquillas, más bien placer al sofocar mi sed ¿Desde cuando estas sensaciones llegaron a mi cuerpo? No lo recuerdo, no tengo noción del tiempo. Mis ojos no ven, mi boca no gusta, mi olfato no huele... sólo siento gustoso el tacto del agua en mis pies y piel. Pero no me siento dueña de mi cuerpo, siquiera puedo moverlo.
De repente, escucho unas voces. Risas. Una conversación. Deseo abrir mis ojos para verles, pero no puedo ¡¿Dónde están mis ojos?! ¡¿Mi boca?! ¿Por qué no puedo hablar? Una caricia con manos desnudas me calma.
-Shhh...- me susurra una voz- Ya es hora, Ikki. Ha llegado tú momento.
Tras esas palabras, siento que mi alma deja mi cuerpo. No puedo ver, pero sí sentir. Me estoy elevando y cambiando de forma, a medida que esto ocurre, me voy sintiendo dueña de mi cuerpo, ahora puedo moverme. Miles de pétalos me rodean y se unen con mi alma, voy tomando forma humana. El color rosado de los pétalos, se vá tornando algo amarillento, ahora parecen piel sobre mi alma. No siento dolor, sólo frío; mí cuerpo desnudo cae de rodillas, no poseo fuerza en mis piernas y lo que es peor... creo que olvidé como mantenerme de pie. Sólo recuerdo el idioma, pues en mucho tiempo, no hice más que hablar...
A mi mente regresa aquella imagen, aquel hombre parado delante mío, acariciándome el cabello y diciéndome que me dejase morir. Así lo hice. Recuerdo también, haber visto mi ciudad desde arriba y otros lugares tan maravillosos. Crucé el desierto y bosque, llegué al río y finalmente a un extraño lugar. Allí, me dí cuenta de que yo no estaba controlando aquel viaje, mi alma estaba volando sobre el mundo. Entonces un hombre me atrapó y desde allí, no recuerdo nada más.
Ahora me encuentro en el suelo, sin saber nada más que hablar. Intento decir algo... pero también olvidé como usar mis cuerdas vocales. Tampoco puedo usar mi cuerpo.
-¡Bienvenida!- dice otra voz. Aquella voz es extraña, seguramente de un hombre- Hacía tiempo que esperábamos tú despertar.
-Moriste ¿Recuerdas?- aquella otra voz la reconocí al instante, era del hombre que conocí antes de morir- Convertimos a tú Houshin en un Loto...- rió- Quizás no lo entiendas ahora, pero ya tendremos tiempo de explicar.
Unos fuertes brazos me alzaron en vilo. Sentí su respiración muy cerca de mi rostro. Me sentí insegura entre sus brazos, me hubiese aferrado a él... pero mi cuerpo no respondió. Comenzó a caminar, sentía frío, pero él pareció notarlo y me acurrucó entre sus brazos.
En viaje duró un largo tiempo, tanto que comencé a sentir sueño. Pronto, caí profundamente dormida.
Estoy soñando, no se como, pero lo sé... Estoy en un espacio oscuro, caminando, sólo me veo a mi. Llevo un traje extraño, como una túnica. Frente a mi aparece aquel hombre, la última persona que vi antes de morir. Tiene una flor entre sus manos, es rosa y florece de pétalos; se ve delicada, pero un aura la cubre... La reconozco como mía.
-Eres tú...- me dije el hombre- eres un Loto, mi niña.
Lentamente abro mis ojos. Todo mi alrededor se torna verde. Desperté y desearía no hacerlo. Rápidamente analizo la situación: me encuentro sumergida en agua, aparentemente en una especie de tuvo gigante de vidrio. Estoy sujeta de manos y pies por unas gruesas correas negras y respiro a través de un extraño aparato atado a mi boca. La poca luz que el grueso cristal permite pasar, me deja ver tres figuras que se mueven, aparentemente personas. La más pequeña se acerca al tuvo y apoya sus manos sobre este, para mantener el equilibrio y no caer sobre los controles; sé que me esta observando, al igual que los otros dos.
Aquella persona posee en sombrero bastante grande, el cual me permite ver correctamente los movimientos de su cabeza. Apenas se aleja del tubo y mira hacia sus compañeros. No veo bien, pero parece que conversan. La figura más alta toma algo de la mesa cercana a él y camina hacia mí; entonces el agua se torna púrpura... creo que introdujo algo al tuvo.
Miles de burbujas acarician mi cara cuando exhalo con fuerza tras un fuerte dolor en mis músculos. Mis ojos comienzan a pesar. Siento sueño y mi cabeza zumba. Caigo profundamente dormida.
De repente, despierto. No llego a gritar, tan sólo aspiro con fuerza y me incorporo. Creo que jamás abrí mis ojos con tanta fuerza. Estoy sudada y me encuentro en penumbras. Doy un corto vistazo a mi alrededor, sin poder ver mucho, no es mi hogar, pero de todas formas, creo que no fue más que un sueño; quizás jamás ocurrió mi muerte. Intento pestañear... pero no puedo... no recuerdo como se hace...
Siento frío y al abrazarme, me doy cuenta de que sigo sin ropa. Me vuelvo a tapar con la sabana que me estaba cubriendo antes de que despertase y la corriese de encima mío. Siento fría mi espalda; es natural, pues al dar una segunda vista y tacto, noto que me encuentro en una especie de mesa metálica. De apoco mis ojos se acostumbran a la penumbra. Miles de sombras irregulares y alargadas se extienden frente a mí, estoy en una clase de laboratorio o algo por el estilo.
La puerta se abre y la luz regresa al cuarto. Aquel destello daña mis ojos, los cierro con mis manos y analizo lo visto hace segundos, cuando la luz los ilumino. Definitivamente estoy en un laboratorio. Lo sé, porque tiempo atrás, yo tenía un amigo llamado Bagen, pero un día, él desapareció.
Bagen era hijo de un famoso científico de la ciudad de Chouka, que muchas veces viajaba a Seiki para comprar cosas. El padre de Bagen trabajaba para el Lord Chou Kou Mei... Uhm... Lord, no sé si es la correcta forma de llamarlo; nadie supo jamás como decirle; uno de los misterios del In. Regresando a Bagen: un día, mi familia y yo lo fuimos a visitar, mi madre supuso que como él y yo éramos amigos, su padre, Ryogaku, de seguro nos ayudaría. Claro que era conocida la locura y descortesía de Ryogaku, pero mi madre supuso. Finalmente, viajamos de mi hogar, Seiki, hasta Chouka y el padre de Bagen nos ayudó... a cambio de un gran costo. Resultaba que mi padre había caído enfermo y nadie sabía de que; Ryogaku lo curó en su laboratorio y mi padre no volvió a enfermar. Pero al poco tiempo, fue conocido el rumor, de que ocurrió un enfrentamiento entre Nataku y Bagen... dicen que murió y así fue.
Escucho pasos que me quitan de mis pensamientos, son calmos, lentos; van hacia mí. Entonces siento un repentino instinto, el de la defensa; me aferro a la sabana y me cubro hasta el cuello.
-¿Cómo has dormido?- pregunta un voz.
-Taiitsu Shinjin-kun...- dijo otra voz en tono de queja- ¿Cómo crees que se siente? Le has dado más sedantes del que deberías.
-Grrr... Sé lo que hago ¿De acuerdo?- respondió.
-¡Ya!- una tercera voz los censuró- ¿Pueden dejar de pelear?
Entonces, una mano desnuda acaricia mi mejilla; deseo alejarla de mí, pero el miedo me lo impide.
-¿Qué hacemos ahora?
-Sugiero que...
-Unchuushi-kun- nuevamente aquella voz se quejó-, tú ya estudiaste al Loto, monitoreaste sus signos vitales he isiste un completo informe sobre su metabolismo...
¿Un Loto? ¿De quién hablan? ¡¿De mí?!
-Uhm... sí y tú estudiaste lo demás... Así que, ahora voy yo, Taiitsu Shinjin-kun.
-¡De ninguna manera! Ustedes dos ya hicieron lo suyo ¡Me toca a mi!
-¡No! De ninguna manera permitiré que te le acerques.
-¡Prometimos repartir el experimento!
-¡¿Y qué harás?!
-Bien... Por lo que veo no ha abierto los ojos...
-Eso es natural... mientras se gestaba como Loto, me encargué de borrar algunas cosas.
-Unchuushi-kun, eso no lo decidimos en conjunto.
-Doutoku-kun, será mejor así. Creo que lo perfecto sería comenzar desde el principio. Por el momento recuerda su vida, pero lo demás le fue borrado.
-¿Con que sentido?
-Con el sentido de que Raishinshi me ha electrocutado varias veces.
-...
-Sí... Nataku a estado encerrado en el Kyuuryuushinkatou hace poco más de una semana... y aún amenaza con matarme --...
-Es que ustedes dos no saben criar discípulos; Raishinshi y Nataku son demasiado rebeldes.
-¡¿Rebeldes?! ¿Los nuestros? Doutoku-kun, tú eres el menos indicado para hablar. De los tres, eres el más indulgente ¿Cómo le puedes permitir vestir así a tú alumno? Y por si eso fuese poco... todos los días le regalas una espada nueva ¿Así enseñas a Tenka a ser disciplinado?
-Pero Tenka jamás me persiguió con un Paopei por todo Kun Lun...
-Bueno... Nataku tiene un leve problemilla de comportamiento.
-¡¿Leve?! ¡Leve no será tú muerte!
-¿Por qué siempre terminan en la misma discusión?- señaló la tercera voz.
Nataku... Lo recuerdo.
-Entonces, Unchuushi-kun ¿Para qué borraste sus...? ¿Qué borraste exactamente?
-Uhm... exactamente retorcí una parte de su cerebro; del lado derecho, coloqué un parásito que se alimentó del pétalo que corresponde al sector Sur, Derecho del cerebro. De todas formas, esa parte se encuentra sana y salva en este momento. El parásito causo que Ikki olvidase como caminar o mantener el equilibrio, como controlar sus músculos, etc.
-¿Y eso evitará que nos mate?
-Sí, pues se acostumbrará a nosotros. Será como criarla desde bebe.
-¡Bien! Entonces ahora es toda mía. Yo le enseñaré todo sobre sus músculos, para eso soy el deportista aquí. Taiitsu Shinjin-kun, tú consiguelé ropa y Unchuushi-kun, anota los avances.
-¡Perfecto! Enseguida traeré un pergamino.
-¿Y yo sólo la ropa? ¿Por qué él hace lo que le gusta y yo no?
-Bueno... busca algo que hacer y dile a Youzen-san que le haga la ropa ¿Feliz?
-No aún...
La confusión se hizo presente tras esa conversación... Aquellos hombres parecían niños peleando. Pero... ¿Yo un experimento? ¡¿Qué estaba pasando?!
Ahora me han alzado en vilo, despojándome de mi sabana, aún cuando peleo por ella. Me encuentro completamente desnuda en brazos de un desconocido, aquello no me gusta en lo absoluto. Comienza a caminar, siento frío y quien me carga, me acuna en sus brazos.
-Tranquila, Ikki-chan, estarás bien- me susurra el hombre-. Ahora que nos liberamos de ellos dos, nos divertiremos mucho. Mi nombre es Doutoku Shinjin y soy un integrante de los Junninsen. También trabajo con ellos dos, Taiitsu Shinjin y Unchuushi, formamos el Jusanpaopei... así nos dicen. Me gusta hacer deportes ¿Y a ti?
Obviamente él sabía que yo no le respondería, pero de todas formas, siguió haciéndome preguntas.
Ha transcurrido un tiempo, una semana o más. Recordé como caminar y a decir las bocales, entre alguna que otra letra, pero aún así, no llegué a formar ninguna palabra, salvo sí y no. Todo este tiempo lo he pasado más que nada con Doutoku Shinjin-sama y de vez en cuando, me visitan Unchuushi-sama y Taiitsu Shinjin-sama.
Sobre cada uno, son en sí extraños. Me he enterado de que me encuentro en el Sennin Kai, hogar de los Sennin; es, según sé, una especie de monte. Ellos son una especie de Dioses, creo yo. Pero no los he visto aún, pues, no he podido abrir mis ojos y Doutoku Shinjin-sama dice que no me ayudará, que todo lo debo de hacer sola.
El Jusanpaopei es un grupo extraño. Ellos tres están constantemente peleando y discutiendo como niños. Taiitsu Shinjin-sama le discute a Doutoku Shinjin-sama la forma de vestir del alumno de este y con Unchuushi-sama discuten sobre la genética y las Paopei. Doutoku Shinjin-sama les refriega en la cara que su alumno es más aplicado que el de sus dos compañeros y también suele burlarse de ellos por poder hacer más flexiones que sus otros dos compañeros juntos. Y Unchuushi-sama, él no suele discutir, a menos que se trate de biología; abecés creo que es a la única persona que no le importa el pensar de los demás y de hecho, según lo que sé, así es.
Doutoku Shinjin-sama, es un integrante de los Junninsen. Es muy simpático y le fascinan los deportes. He conocído a su discípulo, tiene una voz muy agradable y sabe cantar muy bien; le gustan las espadas, pues su maestro le regala siempre una nueva.
Sobre Taiistu Shinjin-sama: suele ser soberbio, pero tiene esa soberbia inocente que la vuelve como un juego. Gusta de la atención y siempre la está buscando en sus compañeros... pero es algo torpe.
Y Unchuushi-sama, la verdad no he tratado mucho con él. Simplemente me observa, según me dicen y es que a él le gusta estudiar.
FIN DEL SEGUNDO CAPITULO
Renacimiento.
Un aire frío recorre mi cuerpo. Se siente liviano, tanto, que la suave brisa lo mese cual cuna a un bebe. Aquel bai ben me produce sueño. Algunas gotas de rocío se escurren por mi piel, pero no siento cosquillas, más bien placer al sofocar mi sed ¿Desde cuando estas sensaciones llegaron a mi cuerpo? No lo recuerdo, no tengo noción del tiempo. Mis ojos no ven, mi boca no gusta, mi olfato no huele... sólo siento gustoso el tacto del agua en mis pies y piel. Pero no me siento dueña de mi cuerpo, siquiera puedo moverlo.
De repente, escucho unas voces. Risas. Una conversación. Deseo abrir mis ojos para verles, pero no puedo ¡¿Dónde están mis ojos?! ¡¿Mi boca?! ¿Por qué no puedo hablar? Una caricia con manos desnudas me calma.
-Shhh...- me susurra una voz- Ya es hora, Ikki. Ha llegado tú momento.
Tras esas palabras, siento que mi alma deja mi cuerpo. No puedo ver, pero sí sentir. Me estoy elevando y cambiando de forma, a medida que esto ocurre, me voy sintiendo dueña de mi cuerpo, ahora puedo moverme. Miles de pétalos me rodean y se unen con mi alma, voy tomando forma humana. El color rosado de los pétalos, se vá tornando algo amarillento, ahora parecen piel sobre mi alma. No siento dolor, sólo frío; mí cuerpo desnudo cae de rodillas, no poseo fuerza en mis piernas y lo que es peor... creo que olvidé como mantenerme de pie. Sólo recuerdo el idioma, pues en mucho tiempo, no hice más que hablar...
A mi mente regresa aquella imagen, aquel hombre parado delante mío, acariciándome el cabello y diciéndome que me dejase morir. Así lo hice. Recuerdo también, haber visto mi ciudad desde arriba y otros lugares tan maravillosos. Crucé el desierto y bosque, llegué al río y finalmente a un extraño lugar. Allí, me dí cuenta de que yo no estaba controlando aquel viaje, mi alma estaba volando sobre el mundo. Entonces un hombre me atrapó y desde allí, no recuerdo nada más.
Ahora me encuentro en el suelo, sin saber nada más que hablar. Intento decir algo... pero también olvidé como usar mis cuerdas vocales. Tampoco puedo usar mi cuerpo.
-¡Bienvenida!- dice otra voz. Aquella voz es extraña, seguramente de un hombre- Hacía tiempo que esperábamos tú despertar.
-Moriste ¿Recuerdas?- aquella otra voz la reconocí al instante, era del hombre que conocí antes de morir- Convertimos a tú Houshin en un Loto...- rió- Quizás no lo entiendas ahora, pero ya tendremos tiempo de explicar.
Unos fuertes brazos me alzaron en vilo. Sentí su respiración muy cerca de mi rostro. Me sentí insegura entre sus brazos, me hubiese aferrado a él... pero mi cuerpo no respondió. Comenzó a caminar, sentía frío, pero él pareció notarlo y me acurrucó entre sus brazos.
En viaje duró un largo tiempo, tanto que comencé a sentir sueño. Pronto, caí profundamente dormida.
Estoy soñando, no se como, pero lo sé... Estoy en un espacio oscuro, caminando, sólo me veo a mi. Llevo un traje extraño, como una túnica. Frente a mi aparece aquel hombre, la última persona que vi antes de morir. Tiene una flor entre sus manos, es rosa y florece de pétalos; se ve delicada, pero un aura la cubre... La reconozco como mía.
-Eres tú...- me dije el hombre- eres un Loto, mi niña.
Lentamente abro mis ojos. Todo mi alrededor se torna verde. Desperté y desearía no hacerlo. Rápidamente analizo la situación: me encuentro sumergida en agua, aparentemente en una especie de tuvo gigante de vidrio. Estoy sujeta de manos y pies por unas gruesas correas negras y respiro a través de un extraño aparato atado a mi boca. La poca luz que el grueso cristal permite pasar, me deja ver tres figuras que se mueven, aparentemente personas. La más pequeña se acerca al tuvo y apoya sus manos sobre este, para mantener el equilibrio y no caer sobre los controles; sé que me esta observando, al igual que los otros dos.
Aquella persona posee en sombrero bastante grande, el cual me permite ver correctamente los movimientos de su cabeza. Apenas se aleja del tubo y mira hacia sus compañeros. No veo bien, pero parece que conversan. La figura más alta toma algo de la mesa cercana a él y camina hacia mí; entonces el agua se torna púrpura... creo que introdujo algo al tuvo.
Miles de burbujas acarician mi cara cuando exhalo con fuerza tras un fuerte dolor en mis músculos. Mis ojos comienzan a pesar. Siento sueño y mi cabeza zumba. Caigo profundamente dormida.
De repente, despierto. No llego a gritar, tan sólo aspiro con fuerza y me incorporo. Creo que jamás abrí mis ojos con tanta fuerza. Estoy sudada y me encuentro en penumbras. Doy un corto vistazo a mi alrededor, sin poder ver mucho, no es mi hogar, pero de todas formas, creo que no fue más que un sueño; quizás jamás ocurrió mi muerte. Intento pestañear... pero no puedo... no recuerdo como se hace...
Siento frío y al abrazarme, me doy cuenta de que sigo sin ropa. Me vuelvo a tapar con la sabana que me estaba cubriendo antes de que despertase y la corriese de encima mío. Siento fría mi espalda; es natural, pues al dar una segunda vista y tacto, noto que me encuentro en una especie de mesa metálica. De apoco mis ojos se acostumbran a la penumbra. Miles de sombras irregulares y alargadas se extienden frente a mí, estoy en una clase de laboratorio o algo por el estilo.
La puerta se abre y la luz regresa al cuarto. Aquel destello daña mis ojos, los cierro con mis manos y analizo lo visto hace segundos, cuando la luz los ilumino. Definitivamente estoy en un laboratorio. Lo sé, porque tiempo atrás, yo tenía un amigo llamado Bagen, pero un día, él desapareció.
Bagen era hijo de un famoso científico de la ciudad de Chouka, que muchas veces viajaba a Seiki para comprar cosas. El padre de Bagen trabajaba para el Lord Chou Kou Mei... Uhm... Lord, no sé si es la correcta forma de llamarlo; nadie supo jamás como decirle; uno de los misterios del In. Regresando a Bagen: un día, mi familia y yo lo fuimos a visitar, mi madre supuso que como él y yo éramos amigos, su padre, Ryogaku, de seguro nos ayudaría. Claro que era conocida la locura y descortesía de Ryogaku, pero mi madre supuso. Finalmente, viajamos de mi hogar, Seiki, hasta Chouka y el padre de Bagen nos ayudó... a cambio de un gran costo. Resultaba que mi padre había caído enfermo y nadie sabía de que; Ryogaku lo curó en su laboratorio y mi padre no volvió a enfermar. Pero al poco tiempo, fue conocido el rumor, de que ocurrió un enfrentamiento entre Nataku y Bagen... dicen que murió y así fue.
Escucho pasos que me quitan de mis pensamientos, son calmos, lentos; van hacia mí. Entonces siento un repentino instinto, el de la defensa; me aferro a la sabana y me cubro hasta el cuello.
-¿Cómo has dormido?- pregunta un voz.
-Taiitsu Shinjin-kun...- dijo otra voz en tono de queja- ¿Cómo crees que se siente? Le has dado más sedantes del que deberías.
-Grrr... Sé lo que hago ¿De acuerdo?- respondió.
-¡Ya!- una tercera voz los censuró- ¿Pueden dejar de pelear?
Entonces, una mano desnuda acaricia mi mejilla; deseo alejarla de mí, pero el miedo me lo impide.
-¿Qué hacemos ahora?
-Sugiero que...
-Unchuushi-kun- nuevamente aquella voz se quejó-, tú ya estudiaste al Loto, monitoreaste sus signos vitales he isiste un completo informe sobre su metabolismo...
¿Un Loto? ¿De quién hablan? ¡¿De mí?!
-Uhm... sí y tú estudiaste lo demás... Así que, ahora voy yo, Taiitsu Shinjin-kun.
-¡De ninguna manera! Ustedes dos ya hicieron lo suyo ¡Me toca a mi!
-¡No! De ninguna manera permitiré que te le acerques.
-¡Prometimos repartir el experimento!
-¡¿Y qué harás?!
-Bien... Por lo que veo no ha abierto los ojos...
-Eso es natural... mientras se gestaba como Loto, me encargué de borrar algunas cosas.
-Unchuushi-kun, eso no lo decidimos en conjunto.
-Doutoku-kun, será mejor así. Creo que lo perfecto sería comenzar desde el principio. Por el momento recuerda su vida, pero lo demás le fue borrado.
-¿Con que sentido?
-Con el sentido de que Raishinshi me ha electrocutado varias veces.
-...
-Sí... Nataku a estado encerrado en el Kyuuryuushinkatou hace poco más de una semana... y aún amenaza con matarme --...
-Es que ustedes dos no saben criar discípulos; Raishinshi y Nataku son demasiado rebeldes.
-¡¿Rebeldes?! ¿Los nuestros? Doutoku-kun, tú eres el menos indicado para hablar. De los tres, eres el más indulgente ¿Cómo le puedes permitir vestir así a tú alumno? Y por si eso fuese poco... todos los días le regalas una espada nueva ¿Así enseñas a Tenka a ser disciplinado?
-Pero Tenka jamás me persiguió con un Paopei por todo Kun Lun...
-Bueno... Nataku tiene un leve problemilla de comportamiento.
-¡¿Leve?! ¡Leve no será tú muerte!
-¿Por qué siempre terminan en la misma discusión?- señaló la tercera voz.
Nataku... Lo recuerdo.
-Entonces, Unchuushi-kun ¿Para qué borraste sus...? ¿Qué borraste exactamente?
-Uhm... exactamente retorcí una parte de su cerebro; del lado derecho, coloqué un parásito que se alimentó del pétalo que corresponde al sector Sur, Derecho del cerebro. De todas formas, esa parte se encuentra sana y salva en este momento. El parásito causo que Ikki olvidase como caminar o mantener el equilibrio, como controlar sus músculos, etc.
-¿Y eso evitará que nos mate?
-Sí, pues se acostumbrará a nosotros. Será como criarla desde bebe.
-¡Bien! Entonces ahora es toda mía. Yo le enseñaré todo sobre sus músculos, para eso soy el deportista aquí. Taiitsu Shinjin-kun, tú consiguelé ropa y Unchuushi-kun, anota los avances.
-¡Perfecto! Enseguida traeré un pergamino.
-¿Y yo sólo la ropa? ¿Por qué él hace lo que le gusta y yo no?
-Bueno... busca algo que hacer y dile a Youzen-san que le haga la ropa ¿Feliz?
-No aún...
La confusión se hizo presente tras esa conversación... Aquellos hombres parecían niños peleando. Pero... ¿Yo un experimento? ¡¿Qué estaba pasando?!
Ahora me han alzado en vilo, despojándome de mi sabana, aún cuando peleo por ella. Me encuentro completamente desnuda en brazos de un desconocido, aquello no me gusta en lo absoluto. Comienza a caminar, siento frío y quien me carga, me acuna en sus brazos.
-Tranquila, Ikki-chan, estarás bien- me susurra el hombre-. Ahora que nos liberamos de ellos dos, nos divertiremos mucho. Mi nombre es Doutoku Shinjin y soy un integrante de los Junninsen. También trabajo con ellos dos, Taiitsu Shinjin y Unchuushi, formamos el Jusanpaopei... así nos dicen. Me gusta hacer deportes ¿Y a ti?
Obviamente él sabía que yo no le respondería, pero de todas formas, siguió haciéndome preguntas.
Ha transcurrido un tiempo, una semana o más. Recordé como caminar y a decir las bocales, entre alguna que otra letra, pero aún así, no llegué a formar ninguna palabra, salvo sí y no. Todo este tiempo lo he pasado más que nada con Doutoku Shinjin-sama y de vez en cuando, me visitan Unchuushi-sama y Taiitsu Shinjin-sama.
Sobre cada uno, son en sí extraños. Me he enterado de que me encuentro en el Sennin Kai, hogar de los Sennin; es, según sé, una especie de monte. Ellos son una especie de Dioses, creo yo. Pero no los he visto aún, pues, no he podido abrir mis ojos y Doutoku Shinjin-sama dice que no me ayudará, que todo lo debo de hacer sola.
El Jusanpaopei es un grupo extraño. Ellos tres están constantemente peleando y discutiendo como niños. Taiitsu Shinjin-sama le discute a Doutoku Shinjin-sama la forma de vestir del alumno de este y con Unchuushi-sama discuten sobre la genética y las Paopei. Doutoku Shinjin-sama les refriega en la cara que su alumno es más aplicado que el de sus dos compañeros y también suele burlarse de ellos por poder hacer más flexiones que sus otros dos compañeros juntos. Y Unchuushi-sama, él no suele discutir, a menos que se trate de biología; abecés creo que es a la única persona que no le importa el pensar de los demás y de hecho, según lo que sé, así es.
Doutoku Shinjin-sama, es un integrante de los Junninsen. Es muy simpático y le fascinan los deportes. He conocído a su discípulo, tiene una voz muy agradable y sabe cantar muy bien; le gustan las espadas, pues su maestro le regala siempre una nueva.
Sobre Taiistu Shinjin-sama: suele ser soberbio, pero tiene esa soberbia inocente que la vuelve como un juego. Gusta de la atención y siempre la está buscando en sus compañeros... pero es algo torpe.
Y Unchuushi-sama, la verdad no he tratado mucho con él. Simplemente me observa, según me dicen y es que a él le gusta estudiar.
FIN DEL SEGUNDO CAPITULO
