Halas a todos, disculpen la ausencia, es que me ha pasado mas cosas que a Florence en su séptimo año. Sip, la Universidad, los estudios, mis rollos personales… al fin hoy pude escribir este capitulo. Me inspiré bastante…Ya se me hará mas fácil para terminarlo ahora. Ya sabrían porque.
Capitulo 6 El Dragón emprende vuelo.
Luego de terminar de leer la carta. Snape alzó la vista, sus ojos estaban perdidos y húmedos. Dio un suspiro largo y se quedó en silencio. Pero sus palabras no sonaron vacilantes sino fuertes llenas de coraje.
- Que niña tan tonta. – Dijo Snape mas duro que una roca. – Esperando un hijo… se arriesgó. Maldición! Fue su maldita soberbia, su orgullo… ¿Cómo creyó detener al Señor Tenebroso? ¿Cómo concibió vencer al mismo Lord Voldemort?
- Veo que has dicho su nombre. – Dijo Dumbledore mirándolo.
- Lord Voldemort me quitó muchas cosas mediante el engaño. Me quitó la vida, pero lo que hizo con Florence… - Snape gritaba furioso. - … es algo grave. Todo lo que siempre creí…
- Severus. Debemos actuar rápido. – Dijo Dumbledore. – Harry debe derrotar a Lord Voldemort, pero aun queda mucho para esa gran batalla final. Aun debe prepararse con magia avanzada, pero si no rescatamos a Ariadne…
- Lo se… necesito… - Snape se quedó callado. En un momento se volvió tan blanco como la tiza, con una extraña apariencia semejante a la de un vampiro. - … Ariadne es… Ariadne es el fruto de…
- ¿a que te refieres?
- … no puedo creer que ese bastardo lo hiciera. Me uso como a un tonto y yo, soy culpable ahora. – Snape arrojó la carta arrugada al piso.
- ¿De que hablas? – Preguntaba Dumbledore.
- Ariadne es la hija del Señor Oscuro, si eso es así, ella fue el fruto de la poción que yo hice hace 20 años para Voldemort. La poción del Fénix si funcionó. Si eso es verdad, si no rescatamos a Ariadne… moriremos todos. Ariadne es el arma secreta de Voldemort.
- ¿Te refieres a la poción del fénix? Hecha con el pergamino del fénix. Un brebaje diseñado por el mago Oshar… - Dumbledore miró tranquilamente a Snape.
- Eso es a lo que me refiero. – Snape seguía pálido. – Pero Ariadne… Ariadne no es una bruja poderosa ni excepcional. El ser maligno creado a partir de esa poción debe ser astuto, extraordinario, invencible y poderoso… Ariadne no es todo eso.
- ¿Ahora entiendes el plan de Florence?
- Aun no…
- Ariadne no es totalmente humana Severus. Es una criatura parcialmente humana nacida de humanos, la poción que Florence y Voldemort tomaron antes de concebirla le quitó algunas de sus propiedades humanas, dándole otras cualidades para pasar por alto entre los humanos.
- Si, en teoría es así… la poción del fénix es un brebaje muy fuerte y poderoso, que tiene el único fin de crear a un ser indestructible y maligno. – Dijo Snape. – Ariadne no cumple con esas condiciones…
- Por una razón. Ella eligió no ser así… Su corazón es puro y no desea hacer mal. A ella le pesa haber matado a su tía accidentalmente. Florence tuvo un brillante plan maestro… alejar a la niña del mundo mágico, así esas cualidades especiales nunca se iban a desarrollar por accidente o a propósito. Alejarla de Voldemort en el mundo muggle para evitar que se convirtiera en ese ser monstruoso que la poción del fénix debe crear.
- Entonces… Voldemort intentará… - Snape empezaba a entender.
- Volverla como él. Solo de esa manera será invencible. Ella no manifiesta ningún poder, porque aun está oculto en ella misma – Dijo Dumbledore. – Ariadne juega un papel importante en esta guerra, por eso quise protegerla. Ella es una criatura con sentimientos humanos. Su apariencia es humana, pero dentro de ella alberga un poder que ni ella misma imagina. Esa es su maldición, si llega a convertirse en ese ser maligno y maldito que Voldemort quiere, dejara de sentir como humana y solo buscará la destrucción, con ambición y sed de muerte y venganza.
- Maldición. – Snape agitó el puño en la mesa. – Entonces tenemos una sola esperanza…
- Si, solo tenemos la Profecía. Nuestra esperanza es Harry Potter. – Dijo Dumbledore.
- No, si Ariadne se convierte en un ser maldito, nadie la podrá detener. – Dijo Snape – Potter solo puede vencer a Voldemort. Pero la profecía, usted me ha dicho, no dice nada de otro ser…
- Voldemort no permitiría la existencia de un ser mas poderoso que el mismo. – Dijo Dumbledore lógico – Ni siquiera a su propia hija. Antes de que pierda el control de este ser tan maligno. Lo más obvio fuese que también tomara control de Ariadne y conociéndolo es eso lo que hará, se encarnaría en su cuerpo y tendría todos estos formidables poderes… solo así Harry podría vencerlo.
- Pero si es así… Ariadne también sería vencida.
- Me temo que si… - Dijo Dumbledore. – Debemos encontrarla a tiempo, debemos rescatarla antes de que la transforme. Voldemort no va a esperar mucho.
- Si es así, preguntémosle a la maestra del Plan brillante. – Snape sacó el medallón del Dragón de su capa
- ¿Florence? – Dumbledore miró con advertencia.
- Si, es la única salida.
- Ya sabemos lo que hay que saber. Además Florence está muerta.
- No, no está muerta. – Dijo Snape.
- Severus. Escucha Bien, no hagas una locura… Recuerda que la magia no puede traer a la vida a nadie. Promete que…
- Pues prometo no traer a nadie de la muerte, porque es imposible. Pero si logro rescatar a Florence… usted no me va a detener. – Dijo Snape levantándose.
- Severus. Píensalo bien… ¿qué usarás para traerla de vuelta sino está muerta?
- Artes Oscuras… si El Señor Tenebroso regresó hace dos años, no veo porque Florence no pueda volver también.
- Recuerda que las Artes Oscuras no solucionarán las cosas. Mira lo que han hecho las artes prohibidas a ti mismo. Te está carcomiendo, por eso nunca te he asignado al puesto… sería una tentación para ti, una tentación a tu antigua vida. Las Artes Oscuras destruyen lentamente a quienes las practican, es una adicción…
- Se lo que hago – Snape abandonó rápidamente el despacho del director sin decir más palabra. Había desafiado al director y esto lo había hecho pocas veces. Pero su visión se centraba en una sola persona: Florence. Iba a ser lo que fuera.
***
Harry mientras tanto se preocupaba por otras cosas. Una de ellas era el entrenamiento intensivo para ser auror. Nunca se imaginó aprender tantos hechizos tan poderosos. Lo segundo era el Quidditch, seguía con su entrenamiento, el próximo partido sería contra Ravenclaw. En Noviembre habían ganado contra Hufflepuff.
- Ok, necesitamos alcanzar aunque sea 200 puntos en el partido. – Dijo Harry quien se había convertido en el Capitan del equipo.
- Si, sería un buen puntaje… - Dijo Ron desde el puesto de guardian.
- Creo que deberian acabarse las distracciones. – Dijo Ginny señalando a un grupo de chicas que sonreían.
- ¿Y esas? – Preguntó la nueva cazadora del equipo.
- Son fanaticas que vienen a ver a los legendarios Potter y Weasley en sus faenas de Quidditch – Dijo Ginny – Diganle que se vayan no podemos practicar así.
Desde el verano pasado, la popularidad de Ron y Harry había aumentado consireblamente, debido al incidente en el ministerio y también a lo bien que jugaban al Quidditch.
- Chicas, no se sientan mal. Deben admirarte a ti también Ginny. Tú eres una buena jugadora también… y tú también fuiste valiente al ir al Ministerio, ya sabes la gran aventura que todos creen. – Dijo Harry.
- Si, pero esas chicas no están aquí por mi Harry. Ninguna de ellas me manda tarjetas como lo hacen contigo. – Ginny soltó una risita y los demás dieron una carcajada.
- Bien, miren quien viene allá… - Dijo Amanda Faith la nueva cazadora señalando a un joven rubio que venía hacia ellos.
- Ah Potter… - Draco Malfoy avanzaba con cara maliciosa. – Creo que tu hora de practica ha finalizado. El equipo nada mas puede practicar hasta las 5 de la tarde, y como verás ahora son las 5:30pm…
- ¿Quién te dijo que eso era así?
- Nada mas me lo recordó el Profesor Snape, tu pobretón amigo Weasley debería saber también… - Dijo Malfoy
- Oh si, pero esto es diferente. Es un juego de Quidditch muy importante y…
- Pero no querrán incumplir las normas y que le diga a algún profesor. – Dijo Malfoy.
- No puedes… - Dijo Ginny saliendo delante.
- No, si puede… de hecho se me olvidó mencionarlo pero…
- Así que es mejor que vayan recogiendo sus cosas. – Dijo Draco con una desagradable sonrisa, haciendo brillar su insginia de prefecto.
- No debe haber nada bueno en tu casa para que hayas sido elegido prefecto. – Escupió Ginny.
- Cuida tus palabras pobretona. – Dijo Malfoy amenazándola.
- No le digas pobretona a mi hermana. – Dijo Ron sacando la varita.
- Vamos Weasley atacame! No pierdas la oportunidad. – Dijo Malfoy sonriendole.
- No, vamos Ron… vamos a subir a la sala común. No vale la pena. – Dijo Harry agarrando la escoba.
- Así me gusta… sigue obediente y quizas puedas conseguir que tu novia pobre tenga un mejor lugar para vivir con tus hijos mugrosos. – Dijo Malfoy pero aquello fue demasiado. Ron cayó encima de Malfoy y comenzó a golpearlo. Harry sujetó a Ron y recibió un puñetazo en la cara de Malfoy, Ginny intentó detenerlos pero era en vano. Malfoy cayó al piso inconsciente y Ron tenía una herida en la nariz, Harry sujetaba a Ginny luego de haber recibido un empujón y tenñia una marca en las mejillas de haber sido golpeado.
- Por Dios! ¿Qué es esto? – Madame Hooch acababa de llegar a la escena.
- Fue su culpa, el nos provocó. – Dijo Amanda pero Madame Hooch avanzó hacia Malfoy.
- Está inconsciente. Ustedes pagarán detención con esto… ¿Dónde está el profesor Snape?
***
- Esto es increíble… el mundo mágico agitado, El Señor Oscuro haciendo de las suyas y el Joven Potter se agarra a golpes con los alumnos.
- No fue mi culpa…
- Silencio – gritó Snape - pasarás castigado el resto del año en mi despacho haciendo pociones complicadas sin perder tiempo. Claro, si desea convertirse en auror…
- Usted no puede. – Dijo Harry.
- Si puedo, Usted y el Señor Weasley en detención por el resto del año. Decida usted, su puesto en Quidditch o su orgullo. Ese es el precio que tendrá que pgara ¿no? Por defender a su novia…
- ¿De que habla usted? – Preguntó Harry
- Me refiero a la jovencita Weasley.
- Usted es un…
Pues así fue, Ron y Harry luego de hacer perder a Gryffindor 100 puntos. Tuvieron que quedar en detención con Snape el resto del año, luego de un trato con la Profesora Mc Gonagall. Draco Malfoy no hacía más que reírse de su situación y Harry iba a sus detenciones especiales. Para mal de males, estaba separado de Ron quien le tocaba unas horas antes que a él. Snape lo hacía por venganza y por separarlos.
- Bien Potter, presta atención a las indicaciones. - Dijo Snape con satisfacción dándole unas indicaciones a Harry Potter sobre pociones avanzadas, Harry las necesitaba, estaba en entrenamiento para ser auror y al mismo tiempo para cumplir su castigo.
Allí en las frías y húmedas mazmorras pasaban lentamente las horas de clases particulares y detención, donde Snape aprovechaba de impacientar a Harry, y este solo bajaba su cabeza murmurando y terminando pesadamente la poción. Una tarde, mientras Harry preparaba otra poción, luego de haber intentado 3 veces, alguien abrió súbitamente la puerta.
- ¿Qué ocurre? ¿Por qué la urgencia? – Dijo Tara Ustinov arreglando su platina cabellera. – Severus me dijeron que me necesitabas urgentemente…
- Así es… pero luego de clase. – Dijo Snape fríamente.
- Oh, pequeño pícaro. Sabes que no puedo aceptar tus propuestas indecentes. – Dijo Tara sonriéndole – Además…
- Ustinov, no tengo interés alguno en ti. Solo deseo hablarte sobre… - Snape se quedó callado al ver que Harry al fin lo miraba, estaba atento. – Potter, sigue con la poción.
- Ah… ya se. – Dijo Tara. – Esa idea loca de resucitar muertos. ¿No te dijo Dumbledore que…?
- No es resucitar muertos. Es devolver un alma al cuerpo… - Dijo Snape avanzando confidentemente hacia ella. – Un truco de artes oscuras.
- Sabes que no me gustan las artes oscuras…
- Si no hacemos el intento, vamos a correr riesgo. Voldemort ya tiene en funcionamiento el arma secreta, es cuestión de tiempo… - Dijo Snape.
- Shh…. No digas ese nombre. – Dijo Tara. – Además… no se, suena peligroso. ¿Y si algo sale mal? ¿Nunca viste las películas muggles sobre mutantes vivientes que resucitaban de los muertos?
- No puedo creer que haya caído tan bajo en recurrir a tu ayuda… - Dijo Snape regresando a su escritorio.
- Puede ser peor. Si fuésemos estudiantes seguro recurrirías a Ivan Rodolphus, o quizás a Morgana Bellatrix… recuerdo bien esos días. Yo era una simple rubia tonta para ti. – Dijo Tara ofendida.
- No solo una rubia tonta… sino que además te liabas con los profesores. – Dijo Snape agudamente. Tara se puso enojada…
- ¿Ah si? Al menos a mi jamás me descubrieron teniendo relaciones en el dormitorio de las chicas. – Tara se alteró sacándole la lengua. Harry se quedó viendo horrorizado la escena, susurrando por lo bajo un ligero "Eww".
- ¡Ustinov! – Dijo Snape avanzando hacia ella y sujetándola de la tunica. – No tientes mi paciencia, puedo volver a usar artes oscuras sobre ti…
- No lo harías, además el hijo de James te está viendo y es testigo. Te acusará con Dumbledore y te echaran de patitas a la calle!
- No será así… - Dijo Snape gruñendo impacientemente. – Yo…
- No tienes otra opción que ser amable conmigo.
- Bien, ¿me ayudarás? – Dijo Snape.
- Si, pero necesitaremos a un ayudante. – Dijo Tara – Es muy complicado hacer lo que dices…
- Si, yo me encargo. Debe ser en secreto. – Snape volteó desagradablemente mirando a Harry – Potter, espero que hayas escuchado.
- Harry será nuestro ayudante. – Dijo Tara Ustinov.
- De ninguna manera, ustedes están locos. Le diré a Dumbledore que… - Dijo Harry asombrado.
- Potter, no creo que quieras contarle a Dumbledore. Además… - Dijo Snape sin fundamento.
- Bueno, lo entiendo. Es el famoso James Jr., nos ve como una par de Slytherins inferiores. Pobre de nosotros, que su arrogancia tenga piedad de nosotros. Todas esas cosas que James le hizo a Severus. – Dijo Tara suspirando. – Como me reí cuando casi te sacan los calzoncillos…
Harry puso una mala cara y contuvo su respuesta. Era verdad, su padre le había jugado una mala jugada a Snape.
- Yo no soy arrogante. Además no creo que…
- Demuestra eso! – Dijo Tara. – Demuestra que no eres arrogante como tu difunto padre y que no te aprovecharás de la poca capacidad de tu profesor de pociones…
- Ustinov! Yo no tengo poca capacidad de… - Dijo Snape contorsionando la cara.
- Yo se… pero de eso se trata la psicología de la compasión y la lastima. – Dijo Tara susurrándole ante la mirada asombrada de Harry quien miraba a la puerta con ganas de correr de aquel par de locos.
- Bien… ¡déjenme en paz! – Dijo Harry extrañado de aquella conversación. – Si voy a ayudarlos a hacer una locura, quiero saber… ¿Qué locura es esa?
- Potter, no tienes derecho a reclamar. Recuerda que estás en detención.
Bien, el plan ya estaba armado. Snape iba a explicar cada pequeño paso, y a pesar de que iba a hacer algo prohibido no se veía que el director estuviese metiendo las narices. En cierta forma Dumbledore también aprobaba aquello. Quizás no resultaba pero nada se perdía con intentar, pero Dumbledore también se preocupaba por el bien de su profesor de pociones.
¿El plan? Bien, cada tarde luego de clases Snape cocía una poción muy difícil, mientras Harry hacía las mediciones y Tara revisaba los ingredientes. Poco a poco Harry comenzó a sospechar de que se trataba realmente la poción al toparse con un titulo en un libro: Para volver a la vida…. Pero era imposible, la magia no podía revivir a nadie, Harry lo sabía.
***
- ¿Qué dices? – Hermione estaba asombrada
- Así como lo digo. – Dijo Harry. – Snape y Tara Ustinov planean revivir a Florence Harrington.
- No pueden hacerlo. – Dijo Ron. – La magia no puede resucitar a los muertos.
- Ellos saben lo que hacen, es muy riesgoso… por algo es. – Dijo Harry.
- Hay que decirle a Dumbledore. – Dijo Hermione
- Yo creo que ya lo sabe… - Dijo Harry. - … creo que quiere probar hasta donde llegará Snape con esto.
- Pero… jugar con la vida no es algo que se pueda tomar tan ligeramente ahora. – Dijo Hermione. - ¿Qué pasa si algo sale mal?
- No lo se… - Dijo Ron.
- Lupin me dijo que Snape tiene una misión muy importante, que todo este asunto de la poción prohibida lo está atrasando. – Dijo Harry. – Me pregunto…
- ¿No te da miedo? – Dijo Luna luego de estar en silencio.
- ¿Miedo porque? – Preguntó Ron.
- Si Florence Harrington vuelve al mundo mágico… - Luna tembló ligeramente. – Mucha gente estará asustada. Ella fue la mano derecha de Voldemort hace 15 años y…
- No lo creo… - Dijo Hermione. – Ya sabemos por lo que sabemos de Dumbledore, que Florence hizo algo.
- Si, Florence traicionó a Voldemort, pero si regresa ¿en que podría ayudar? – Preguntó Harry pensativo. En ese momento llegaba Ginny con cara de sorpresa.
- Adivinen que… con toda esta agitación, el próximo mes hay un baile del Día de San Valentín.
- Lo ultimo que yo pensaría sería en un baile ahora. – Dijo Ron. – Ah… conseguir pareja y los arreglos de la tunica. Me quedaré en la torre.
- Me pregunto si a Snape le trae recuerdos. – Dijo Harry riéndose por lo bajo. – Mientras Snape está ocupado en otros asuntos, Tara Ustinov me cuenta anécdotas de cuando eran estudiantes…
- ¿En serio? – Dijo Ron.
- Si, hay cosas que no me hubiese gustado saber… - Dijo Harry.
- ¿Cómo que Harry? – Dijo Ginny.
- Como que… Snape fue descubierto en el dormitorio de las chicas en séptimo año con… o mas bien sin… - Dijo Harry con cara de asco. – Que asqueroso!
- ¿Descubierto haciendo que? – Preguntó Ron.
- Ron, tienes 16 años… debes entender a que se refiere. – Dijo Ginny.
- ¿En serio? Eso me suena conocido. – Dijo Hermione. - ¿No lo crees así Ginny?
- Si, iba a decir que me recordaba cuando Saivero fue descubierto aquella noche en la cama de Fiorencia. Estoy hablando de la novela "Pasión Desenfrenada". – Dijo Ginny
- ¡Un momento! – Dijo Hermione – ¿Tara Ustinov te contó todo eso a ti Harry?
- Bueno, eso realmente se le escapó mientras discutía con Snape… y Snape no estaba nada cómodo con la historia. – Dijo Harry.
- Si, me suena parecido. – Dijo Hermione - ¿No será que Saivero fue basado en…?
- ¿Severus Snape? – terminó Luna asombrada. – O sea que…
- En realidad Saivero es Severus y Fiorencia es… ¿Florence? – Dijo Hermione dudando.
- No puede ser! – Exclamó Ron. – No volveré a dormir jamás, imaginarme ahora esa historia cochina y pornográfica con el ser mas indeseable…
- Por eso Snape quiere revivir a Florence. – Dijo Harry entendiendo todo. – Florence es…
- Fue su novia. – Dijo Ginny completando.
- Exacto! … - Dijo Harry.
- Ahora lo sabemos, ¿es posible que Snape sienta… amor? – Dijo Ginny
- No sabemos si amor, pero si lo que dice el libro de Tara Ustinov, Pasión Desenfrenada fue cierto entonces… - Dijo Ron. - ¡Que perturbador!
- No pensé que la fueras a leer. – Dijo Hermione.
- Ah… si, lo hice. Todas las noches a escondidas. De hecho iba a decir que me había gustado y… mejor olvidenlo!
- ¿qué ocurre Ron?
- Iba a decir que Saivero me recuerda a mi. – Dijo Ron amargamente. – Nunca supo lo que… yack! Resulta que Snape es Saivero y…
- Ron, todos alguna vez nos sentimos identificados con algún personaje en alguna historia… - Dijo Hermione.
- Hermione, ¿quieres venir al baile conmigo? – Dijo Ron de repente sin aviso y todos quedaron callados.
- Disculpa… ¿al baile contigo? – Hermione quedó asombrada con ojos como platos.
- Solo que… - Dijo Ron reaccionando poniéndose rojo al verse descubierto. - Saivero nunca fue capaz de invitar a Fiorencia a un baile. Si te invito al baile no me pareceré tanto a Saivero…
- Bien, podemos ir juntos. – Dijo Hermione sonriéndole.
- ¡Vaya! Ese libro que resulta ser la autobiografía del profesor de pociones, resulta que le ha cambiado la vida a mi hermanito. – Dijo Ginny sonriendo.
- ¡Esto asusta! – Dijo Luna.
- Te puedo dar un consejo Harry. Deberías leerte el libro. – Dijo Ron guiñlandole un ojo.
- No Gracias! Ahora que se trata de Snape.
- Quiere decir a Jeremy el enemigo de Saivero, es James tu padre… - Dijo Luna pensando.
- ¿Habla de mi padre? – Harry saltó de repente – Debo leerlo ahora mismo.
- Si, Jeremy y Silvano, los mas populares y rivales de Saivero. Silvano estaba enamorado de Fiorencia… - Narraba Ron entusiasmado.
Aquella noche, Harry llegó a las mazmorras y vio salir a Lupin algo serio.
- Severus te espera Harry. Si algo sale mal. Avisame! Estaré en el comedor!
- ¿Algo malo como que? – Dijo Harry pero Lupin ya se habia ido. Al entrar al despacho vio a Snape nervioso susurrando algo. El caldero ya no estaba.
- La Profesora Ustinov está cerca de la entrada del Bosque. La detención de esta noche será allá… - Dijo Snape sin mirar a Harry.
- Pero…
- No quiero peros. Sube ahora mismo, yo iré de inmediato. – Dijo Snape recogiendo unas cuantas cosas y poniendose una capa. Harry volvió a subir y encontró a Hermione y a Ron haciendo guardia en los pasillos.
- No me van a creer, pero Snape está raro. – Dijo Harry. – La poción que han estado cociendo esta afuera al aire libre. Mi detención será hoy allá.
- ¿Por qué Snape está raro?
- Está más pálido de lo normal… y tiembla. – Dijo Harry.
- Quizás podamos acercarnos a ver… es que… - Dijo Ron.
- Potter, Weasley, Granger… - Gritó Snape asustándolos. – Potter, le dije que me esperara donde la Profesora Ustinov. Además le dije que la poción era un secreto…
- Señor, es que yo… - Dijo Harry.
- Si alguien aparte de ustedes se legar a enterar de lo que se hará hoy. Les aseguro que perderán todos los puntos. Granger, Weasley… vendrán conmigo, me quiero asegurar que no sean unos soplones. Hoy es el dia, me aseguraré que todo sea como estaba planeado. – Decía Snape y los chicos no entendían realmente a que se refería. Luego de eso, Snape murmuraba cosas a si mismo y los llevo a las afueras del castillo. Cerca de la entrada del Bosque Prohibido estaba Tara removiendo la poción en el caldero. Era un caldero inmenso, una persona podría caber entera allí mismo y la poción humeaba misteriosamente, despidiendo un humo verdoso y ácido.
- Ya falta poco. Los ingredientes esenciales… - Dijo Tara.
- Que todo sea en orden. – Snape miró la poción de cerca y empezó a retroceder. Volteó hacia donde los chicos y los mando a acercarse. A Hermione le dio una caja con pergaminos, a Ron un frasco con sangre y a Harry le dio un extraño medallón plateado con un dragón.
- En este mismo orden avanzarán y dejarán los ingredientes en el caldero. Háganlo rápido y sin demora. – Dijo Snape.
- Yo les avisaré. – Dijo Tara removiendolo más. La poción adquirió un color azulado con gris y el humo se hizo mas denso. – YA! ES HORA!
- Bien… Granger, usted primero. – Dijo Snape. Hermione avanzó algo nerviosa al caldero, extrañamente era agradable sentir el calor en aquella noche tan fría. Avanzó y dejó sumergirse la pequeña caja de madera.
- Recuerdos y memorias de aquella errante, devuelve las condiciones estables… - Decía enérgicamente Tara retrocediendo. Snape miraba fijamente la poción, pero lentamente iba retrocediendo.
- Sigues tu Ron! – Dijo Tara. Ron avanzó con el frasco de sangre y la vertió toda. – Sangre de tu amante, revivirás a tu compañera… - La poción volvió a burbujear y cambio de color.
- Falta uno solo… - susurró Snape sujetándose el brazo herido donde había sacado la sangre…
- Sigues tu Harry. – Dijo Tara.
Una extraordinaria fuerza hizo estremecer el ambiente y la hoguera creció varios metros, una brisa seca pasaba cerca de sus oídos llevando susurros, los árboles se mecian.
- Medallón del Dragón… devolverás el alma del guardian que contienes a su antiguo cuerpo. – Dijo Tara en tono fuerte, mientras Harry arrojaba el medallón plateado al caldero. La poción dentro del caldero se tornó de un color turbio.
- Conjuro poderoso, mezclado con sustancias extraordinarias. Magia antigua, devuélvela a la vida. – Dijo Tara convocando a una fuerza misteriosa, que hizo que todo quedara en la calma, el humo se hizo mas denso. Harry retrocedió hasta donde estaban Ron y Hermione. Snape no se podía mover de su lugar ¿y si algo había salido mal? ¿Si aquello resultaba un desastre? ¿Si en vez de eso revivía a un monstruo? La poción estaba calmada y el fuego se apagó solo.
- ¿Funcionó? – Preguntó Tara, pero Snape no supo responder. Harry y los chicos no se atrevían a moverse. El tiempo pasaba y la brisa se calmó, nada había pasado.
- Falló – Dijo Harry aliviado. Pero apenas lo dijo, como respuesta una mano salió del caldero humeante, era una mano delgada y de largos dedos.
- Ah. – Chilló Hermione tapándose la boca llena de miedo, Snape empezó a retroceder. Otra mano surgió y se sujetó en los bordes del caldero enorme. El silencio se vio irrumpido por la figura de una mujer que se levantaba entre el humo, solo se veía su silueta y una respiración rápida y profunda.
- ¿Flor… Florence? – Tara avanzó con más miedo que alegría con una capa. Al instante un par de ojos brillaron amenazantes y causando una sensación de terror y vacío dentro de Harry, Hermione y Ron. Eran como dos luces que indicaban el peligro, quizás era una bestia depredadora o quizás no era una mujer. Snape se ocultó detrás de un árbol, Harry lo miró y sabía que algo no andaba bien, pues Snape cerró los ojos susurrando, mientras se agachaba.
- No aun. No aun
Hermione sujetó a Ron por el brazo, muerta del susto y peor aun que nadie decía nada, porque el silencio era peor que escuchar un grito de terror. Una sombra se movió y Tara tenía mirada perdida.
- Eh…- Harry no sabía que decir. Fue cuando pegó un grito ahogado por lo que vio. Una mujer alta, mas alta que Snape, de cabello notablemente aun mas negro y tez blanca avanzaba como suspendida en el aire. Los 3 se juntaron y sujetaron fuertes sus varitas, en efecto la mujer los miró mucho más agudamente y sus ojos ejercieron poder en ellos 3.
Harry no podía creer que lo que decían los demás magos, mirar a aquella mujer era como sentir que la muerte se acercaba o que tu tiempo se acababa, aquella mirada era única en todo el mundo, era aterradora y perturbadora, era extraña y horrorosamente hermosa, era hipnotizante, incluso Harry sentía como sus ojos se irritaban con el brillo que irradiaban. Pero la imagen imperturbable y poderosa de la mujer se deshizo.
- ¿James? – Era una voz extrañamente cálida, no era parecida a esa voz fría y mortífera que los demás magos habían descrito, era una que manifestaba preocupación. La mujer avanzó hacia Harry y cayó a sus pies. – Cuanto lo siento James, no merezco mirarte por lo que te hice.
- ¿Disculpe? – Harry veía como la mujer se arrodillaba pero no se atrevía a echarse hacia atrás, aunque estaba muerto del miedo.
- James, fui terrible. – La mujer subió la mirada.
- Florence, el no es James. – Dijo Severus Snape saliendo detrás del árbol a paso vacilante, mirándola por primera vez en 15 años a los ojos. – El murió hace 15 años.
- Severus… - Florence perdió su fortaleza. – No soy inocente de lo que hice… pero…
- Luego de tanto tiempo. – Dijo Snape sin poder creerlo. – No tienes que decir nada, estás idéntica al día que…
- ¿Dónde estoy?
- En Hogwarts. – Dijo Tara explicándose.
- ¿Quiénes son ustedes? – Preguntó Florence.
- Yo soy Hermione Granger. – Dijo Hermione tímidamente, y Florence asintió con la cabeza mientras estrechaba su mano, que estaba algo fría.
- Yo soy Ronald Weasley
- Y yo soy Harry… Harry Potter. – Florence pasó su mirada de Ron hacia Harry, como era tan alta, bajó su cara hasta el nivel del chico, sus ojos ya no eran tan temibles sino extrañamente curiosos.
- Cómo has crecido – Dijo Florence dándole una sonrisa. – Recuerdo la primera vez que te ví en foto, eras un pequeño bebé…
- Si, lo se. – Dijo Harry. Florence corrió su cabello hacia atrás y vio la cicatriz, la tocó y Harry sintió como un dolor le iba a hacer estallar la cabeza.
- Fue un tonto, lo hizo. Te marcó, Tom Riddle nunca aprende. – Dijo ella con una sonrisa. – Esta vieja bruja sabe que mañas tienen sus jefes, o más bien ex jefes.
Un momento de silencio invadió el lugar y Florence volteó a ver hacia Snape que se mantenía alejado, ella se acercó a el, pero el retrocedió.
- No me toques. – Pero Snape susurró por lo bajo.
- Es raro volver a verte, a mitad de una noche. – Dijo Florence. – No sabes…
- Si, hay muchas cosas que desconozco. – Dijo Snape desapareciendo en las sombras.
- Severus Snape no ha cambiado desde que lo conocí. – Dijo Florence mirando perdidamente.
- Señora Harrington, ¿Cómo? ¿Qué?… - Preguntó Ron sin la menor idea.
- Sea lo que sea, no lo se. – Dijo Florence.
- Vaya, hay mucho que debes saber… - Dijo Tara. – Severus tuvo la gran idea, todo debido a tu hija…
- ¿Mi hija? – Florence miró con atención - ¿Dónde está Ariadne?
- Severus te explicará mejor…
Fin del Capitulo
Angie: Si recibi tu mail Gracias por los comentarios… me alegra que te esté gustando y que te unas a las locura. Si, esto es una locura… Ya pongo aquí el capitulo, mejor tarde que nunca. ¿Te sientes como que estás ahí? Coye, que halago! ^^
Satsuki: Al finte dejo sorprendida. Eso es un logro y honor para mi…
Blaze Vein: jajaja, si Sevvie en un diario muggle, me dio tanta risa… nada mas el apellido, espia sexy… jajaja al fin alguien le da honores al pobre. La carta, le afecta, pero luego su reaccion es diferente. ¿Qué le hice a Ariadne? No fui yo, fue Voldy… y Florence no me va a perseguir, porque ya la metí de nuevo en la historia. A ver como se las arreglan.
Nabiki: Spisexy!!!!! Si, veremos quien sufre ahora. Bueno, ha sido un cambio radical ahora. El articulo del diario fue demasiado gracioso. Tara, uff ahora es que falta… si, ella es como yo, donde está siempre hay algo cómico. Lo de Ariadne, veras que daré mas pistas, estuve mas concentrada en el otro lado de la historia. Jajajaja, lo de Lucius es unico! Si, soy de Venezuela… eh soy de Caracas la capital, no muy buena referencia, pero bueno.
Melliza: OK, ya te agregué. Hola! Ya subo este capitulo, espero que me rinda mas el tiempo. Si, me alegra que te guste mucho, yo también he podido conocerlo más(A Sevvie).
Malu Snape Rickman: No llores Malu! Ya veras que Sevvie se pone mejor… ah, con este fic me he dado cuanta que tanto me parezco yo a estos personajes. No puedo creer que a mi novio yo le haya escrito una carta tipo Florence, pero por fortuna no espero 15 años para leerla. Argh!!!! Ariadne, habrá mas Ariadne en el futuro, checa la profecía…
Kashna: Pobre Snape. Como que antes de publicar capítulos voy a repartir pañuelos, ya hay muchas lagrimas por aquí. Tara riéndose, Tara es ese tipo de personas que e condiciones normales Snape le daría una patada. Pero eso seria un crimen! Ah. Voldemort quiero aprovecharlo para que la gente lo odie más. La duda de cómo revivieron a Florence la aclararé en el siguiente capitulo si aun no está clara…
