Holas a todos, aquí les traigo el nuevo capitulo. Mucho más rápido de lo que esperaba… es grandioso poder inspirarme en un solo día. Admito que estoy sensible y tuve que buscarme unos Kleenex y ahora es que la cosa empieza… así que… *Alexandra reparte Kleenex y pañuelos*

Capitulo 7 You Belong to me

            Había un calabozo de piedra fría, lejos de Hogwarts. Era un Castillo imponente entres las sombras, era invisible a los muggles y era imposible marcarlo en un mapa. Aquella fortaleza era el nido de víboras de Lord Voldemort, donde podía estar sin se descubierto o sorprendido. En ese calabozo, alguien se movía entre harapos y sudor.

- Quisiera creer… pero no es así. Mi mente es vulnerable. Mi corazón no lo soportará por más tiempo. – Era la débil voz de Ariadne. Su apariencia era deplorable y sus ojos estaban rojizos, su piel pálida y su cara con heridas. No había sido tocada por nadie, todo aquello se lo había causado la fuerte mente de Voldemort para terminar de convencerla.

- Verás que muy pronto sabrás que lo que digo es verdad. – Dijo Voldemort en las sombras, mientras que su hija se arrastraba en el piso.

- Por favor, detén este dolor. Padre apiadate de mí. – Dijo Ariadne sujetando débilmente sus túnicas.

- Muy pronto descubrirás de lo que eres capaz tu misma. – Dijo Voldemort. – Se hará mas largo mientras mas resistas a creerme.

- No puedo, mi madre… - Dijo Ariadne.

- Déjate envolver por la oscuridad mi niña. Tarde o temprano iba a suceder, hoy no, quizás mañana… la oscuridad lo envolverá todo. Mientras más resistas más dolor causarás. Tu madre te abandonó desde que eras una niña… - Dijo Voldemort.

- No, no puede ser… mi corazón teme creer eso que dices. – Dijo Ariadne susurrando.

- No temas más… - Voldemort le tendió la mano al verla en el piso arrastrada.

***

- Florence… ¿A dónde vas? – Tara Ustinov corrió tras una mujer que se movía hacia el Castillo.

- Dentro del Castillo necesito calentarme un poco… - Dijo Florence. – Me siento algo extraña, debo acostumbrarme a tener un cuerpo de nuevo.

- Bien, quiero que vayas oculta. Nadie sabe que tú estás aquí o que has regresado.

- Tara, nunca me fui. – Dijo Florence deteniéndose frente a la puerta. Al instante Harry Hermione y Ron estaban a su lado.

- Supongo que la detención ha terminado. – Dijo Harry. - ¿Nos podemos ir? Ya es tarde.

- Por supuesto. – Dijo Tara. – Pero necesitamos hablarlo mañana…

- Pero nosotros necesitamos hablar ahora mismo. – El Director Dumbledore había aparecido tras la puerta.

- Profesor… yo… - Tara no sabía que decir y Florence miró a Dumbledore sin expresión, luego de 5 segundos le dio una cálida sonrisa.

- Todo estará bien, Florence. – Dumbledore le sonrió también  – Pasa, esta noche habrá una reunión de la Orden del Fénix.

- ¿Cómo supo que yo estaría aquí esta noche? – Preguntó Florence.

- Ah… Snape sabe como ser discreto con todas las cosas que hace, pero lamentablemente no lo es con sus asuntos personales que están pendientes de hace 15 años. – Dijo Dumbledore sonriéndole. – Dudaba mucho de ti Florence, pero creo que el destino sabe lo que hace al traerte aquí con nosotros…

- Si tan solo hubiese escuchado sus consejos cuando tenía 17 años, quizás ahora nada de esto estuviese pasando…- Dijo Florence.

- No tiene sentido mirar el pasado sin aprender, solo nos queda seguir. – Dijo Dumbledore - Harry, Hermione Ron si son tan amables de acompañarnos. Se cuanta curiosidad deben sentir, y es mejor que lo entiendan desde ahora antes que se enteren por otra persona…

- Profesor Albus, no se realmente si soy capaz de decirlo todo esta noche. – Dijo Florence.

- Ya veremos…          

            Tara, Harry, Hermione, Ron, Dumbledore y Florence subieron sigilosamente las escaleras hasta el despacho de Dumbledore. Dumbledore entró primero con Harry, Hermione y Ron.

- Disculpen la tardanza. – Dijo Dumbledore – Pero esta noche tenemos a una invitada algo inesperada.

- Supongo que Severus lo hizo. – Dijo Lupin.

- ¿Hizo? – Tonks miró a Lupin. - ¿De que se trata Remus?

- Ya sabrán. – Dijo Dumbledore. – Quizás algunos recuerden con más detalles que otros. Pero no hay más que decir… Florence, quiero que entres. - Florence apareció en el despacho. Entró con la cabeza baja y a medida que entró alzó la mirada. Los miembros de la Orden quedaron estupefactos y boquiabiertos. Remus Lupin levantó una mirada triste hacia Florence. Tonks estaba a un lado y se sorprendió al verla.

- Whoa! De veras pensé que eras Ariadne. – Dijo Tonks. – Pero… entonces es verdad.

            Kingsley estaba junto a otra bruja, y Moody observaba con atención todo lo que sucedía, la Profesora Mc Gonagall estaba comentando algo en privado con Dedalus Diggle, Mundungus Fletcher dejó caer la taza en donde bebía chocolate.  Elphias Doge sujetó a Emmeline Vance del brazo señalando a Florence. Los demás miembros estaban mirando con atención.

- Amigos, creo que esto es una visión colectiva. – Dijo Mundungus. – Ya lo creo… o quizás es otra alucinación mía. Es imposible que Florence Harrington este frente a mi en este momento…

- ¿Qué hace…? – Dijo Kingsley temblando. – Ella está muerta.

- No, no estoy muerta. – Miró Florence desafiante y esta vez su voz no sonó cálida sino fría y mortifera. – Se que no causo buena impresión, muchos de ustedes quisieron verme muerta pero… no tenemos otra opción que soportarnos.

- Dumbledore, ¿qué significa esto? – Preguntó Moody.

- Severus, Severus usó artes oscuras para traerla de su letargo entre el mundo de los vivos y los muertos. Quizás su idea si haya tenido un buen motivo después de todo. – Dijo Dumbledore.

- No quiero formalidades, ¿Dónde está mi hija? Quiero verla… - Dijo Florence interrumpiendo bruscamente.

- Ah… eso, si te refieres a Ariadne. – Dijo Tonks pero luego se quedó callada sin saber que decir.

- ¿Dónde está Severus? – Por fin Remus habló tembloroso.

- No creo que venga hoy. Está un poco… indispuesto. – Dijo Tara atreviéndose a hablar.

- No, aquí estoy. – Un hombre vestido de negro que miraba distante acababa de llegar, su piel era tan pálida como la de un vampiro y su frente estaba sudorosa, su cortina de pelo negro caía y su nariz apuntaba al suelo.

- Severus… ¿Por qué todos están callados? – Dijo Florence. - ¿Sabes algo?

- Si, se que tienes una hija… - Dijo Snape sin mirarla. – Te doy mil disculpas por haberla perdido. Lord Voldemort la capturó en Diciembre.

            Florence dejó los ojos en blanco y tembló ligeramente. Miró a todas partes y los demás seguían mirándola como un fenómeno extraño.

- Ariadne… ¿Cómo la perdiste? No es una niña. ¿Qué fue lo que pasó? – Florence se acercó a Snape y lo miró a los ojos, el evadió su mirada y retrocedió.

- ¿Ves Tara? – Dijo Mundungus por lo bajo. – Cuando los hombres se enamoran le agarran respeto a las mujeres. Snape ni siquiera la mira cuando habla…

- No creo que eso sea así… - Dijo Tara. – Aunque es una teoría interesante.

- ¿Alguien me puede decir que fue lo que pasó?

- Eso queremos saber nosotros. ¿Qué haces tú aquí? – Dijo Kingsley algo molesto. - ¿Cómo sobreviviste? Yo vi que habías muerto.

- ¿Viste mi cuerpo? – Florence se volteó y lo desafió con la mirada. – No lo creo. Creo que me toca contar mi historia. Luego de hacerlo, quisiera saber la verdad…

- La sabrás. – Dijo Dumbledore sabiamente.

- Bien, como sabrán, antes de empezar Hogwarts mi madre me regaló el medallón del dragón, una reliquia familiar que todas las mujeres poseen y se la pasan a sus descendientes. Yo era la única chica y se me otorgó el medallón. Es tan antiguo como mi familia y mi sangre, el medallón que llevo puesto ahora posee dentro de su interior, magia antigua. Cuando cumplí 15 años descubrí dentro del medallón al guardián de los secretos mágicos de la familia.

- ¿Guardián? – Preguntó Tara. – Entonces fue un guardián…

- Si, mi abuela… o mas bien mi tatarabuela. La abuela Marie me dijo muchas cosas sobre el pasado, sobre mi familia, sobre que el medallón nunca puede estar solo. Antes de morir mi bisabuela en el dolor de haber perdido a su esposo, conjuró un hechizo muy poderoso que hizo que su alma se separara de su cuerpo. Su alma absorbió todo y su cuerpo se desintegró, su alma fue al medallón a resguardarlo hasta que el próximo guardián llegase. Allí vivió por mucho tiempo, si a eso se le puede llamar vivir. Obviamente tenía una conexión con la persona que tuviese el medallón, en este caso tenía un vinculo conmigo. Yo podía dejar abierto mi corazón y ella sabría que había adentro. Pero si yo cerraba mi corazón sería imposible que mi abuela supiese algo de mí.

            Hace 15 años, supe el perverso plan de Voldemort de querer asesinar a los Potter. Eso y muchas otras cosas más… – Florence levantó su mirada hacia Snape. – …me convencieron de despertar de mi insensibilidad y poder hacer algo. Mi Lord desconfiaba mucho de mí, mi lealtad había fallado antes. Fui a donde mi hija, para protegerla de su destino, le di el medallón, la protegería mientras yo no estuviese… se acercaban tiempos difíciles y yo lo sabía. Pensé que todo saldría bien, escuché la profecía de que Voldemort caería esa misma noche. Regresé desprotegida al Castillo Tenebroso y me enteré que… - Florence se quedó callada.

- … estabas embarazada. – Dijo Snape completando la frase.

- Luego de saber eso, abandoné mi plan. Iba a huir, lo primero que hice fue buscar a Severus… pero era tarde, el se había ido con el profesor Dumbledore. En su casa encontré a Lord Voldemort con Peter Pettigrew, sabía de mi estado y no podía contradecirlo porque no solo de eso dependía mi vida, sino la de mi bebé. Cuando fuimos a casa de los Potter supe que no iba a regresar, lo había sabido… no iba a haber vuelta atrás. Así fue, como ultimo acto de valentía o quizás estupidez dejé que me impactara con un rayo mortifero. Voldemort sabía que mi lealtad no estaba con él, me dijo que mi debilidad siempre había sido el amor, me dejó agonizante en el piso y siguió hasta dentro de la casa de los Potter.

- Florence… ¿Por qué entonces no uso contigo la maldición Imperdonable? – Preguntó Tara.

- Porque el mismo sabía que la muerte no lo es todo… el sabía que sufriría más agonizando por un tiempo. El quiso enseñarme la lealtad causándome un dolor que iba más allá de mis huesos, quería que le revelara el paradero de mi hija… No sabes que es sentir que tus huesos están rotos mientras tu sangre se esparce, tus órganos están revueltos y destrozados dentro de tu cuerpo, sientes un dolor tan inimaginable… todos los órganos de mi cuerpo irreconocibles, triturados bajo el efecto de una maldición que te hace morir lentamente, fueron cada uno de mis órganos menos uno solo. Antes de dejarme atrapar conjuré el mismo hechizo de mi abuela con una sola diferencia. Seguí agonizando esperando el momento indicado, esperando que alguien me sostuviese en brazos. Solo así nos salvariamos – Florence quedó callada otra vez.

 - Y así fue… - Dijo Dumbledore.

- Si, luego de sentir una explosión, empecé a ver todo borroso. Sentí un calido aliento cerca de mi cara. Pensé tantas cosas, al ver todo nítido de nuevo, vi el rostro de Sirius Black algo asustado, sabía que no podría hacer nada. Le dije que tomara la carta y me prometió que se la entregaría a Severus. Cuando sentía que no podía más, mi corazón sangrante dejo de latir, y de mi pecho destrozado se escapó mi ultimo aliento. Sentí que me desvanecía y me elevé densamente a un lugar desconocido, vi sombras y luces tenues, el mundo pasaba rápidamente ante mi hasta que todo se detuvo y pude ver un cuarto oscuro, donde una pequeña niña dormía, era Ariadne… ahora yo estaba en el medallón.

- Entonces el plan funcionó. – Dijo Snape. – Funcionó a tu manera.

- Todo ocurrió tan rapido… - Dijo Florence.

- La carta, Black no me la dio. El Prof. Dumbledore me la dejo leer hace unas semanas, por eso tuve esa idea obsesionada de traerte de nuevo. – Dijo Snape.

- Ah… entonces fue Snape el culpable de tener otra mortífaga más a quien destruir. – Dijo Kingsley levantándose. – Tenemos suficientes problemas ahora para que…

- Creo que aun no entiendes Kingsley. – Dijo Dumbledore.

- No soy una mortífaga, ¿Cómo podría serlo luego de todo lo que me ocurrió? Esto es ridículo. Lo perdí todo por el Señor Oscuro, ahora he regresado a recuperarlo todo, así me lleve la vida entera luchar por ello. – Dijo Florence agitadamente, entornó los ojos y respiró rápidamente, estaba agotada de pensar en el pasado, sintió mareos y se sentó en un sillón.

- No tienes nada que reclamar. Yo también perdí a mi familia, por si no lo recuerdas Harrington, tú los mataste.

- No, no lo hice… - Dijo Florence.

- Claro que si. Fue una noche de terror, mi esposa y mis 3 hijos indefensos. Los mataste por capricho, te vi en la escena del crimen… desde ese día que lo perdí todo, juré que lucharía por esta causa noble: destruir el mal y usted Harrington es uno de ellos. – Kinglsey sacó la varita y le apuntó en la frente a Florence. Nadie se movió.

- No fui yo. Momento y lugar equivocado. Creo que cometes un error. Recuerdo cada victima que he asesinado. – Dijo Florence mirándolo de una manera hipnótica. – Tu mujer y tus hijos fueron asesinados por Lucius Malfoy.

- ¡Que honorable! Tan justa que merece estar esta noche aquí. – Kingsley le volvió a apuntar entre alaridos de dolor y lágrimas. – Lo perdí todo esa noche, mereces haber perdido mucho más. No mereces estar esta noche aquí, víbora ponzoñosa.

- Basta Kingsley. Cuida tu lengua. – Dijo Snape.

- Es mejor que se calmen. – Dijo Dumbledore. – Ahora quiero que Florence escuche bien la parte de la historia que no conoce. Kinglsey quítale la varita de la frente a Florence, le sacarás un ojo a alguien.

- ¡No! Es una mortífaga, debe pagar en Azkaban. – Dijo Kingsley pero al instante cayó al piso cegado mientras se restregaba los ojos.

- Creo que no has oído al director Kinglsey Shacklebolt. Vuelve a tu asiento. – Dijo Florence y Kingsley retrocedió rápidamente a su asiento luego de levantarse.

- Florence… es algo largo. Sirius fue a Azkaban y nunca pudo entregar la carta. Escapó 13 años después y era prófugo de la justicia a pesar de su inocencia, cuando el Señor Oscuro volvió hace dos años Sirius pudo aprovechar de volver a su antigua casa y cedernos la casa como el centro de la Orden del Fénix. Ocultó la carta que le habías entregado, no podía dársela aun a Snape. Hace unos meses Nymphadora Tonks estaba inspeccionando la casa de nuevo y encontró la carta.

            Antes que nada Nymphadora me la entregó, me pareció conveniente leerla y fue cuando termine de entenderlo todo. Pero tenía el temor si Severus estaba listo de saberlo todo. Al mismo tiempo, Voldemort se movía buscando a tu hija Ariadne, una noche de descuido algunos mortífagos fueron tras ella, la protección del medallón que le otorgaste se estaba desvaneciendo por la fuerza oscura. Cuando casi capturan a Ariadne decidí entrar al juego y hacerme cargo de ella. Tal como tú lo habías querido, tu hija aborrecía la magia y no tenía conocimiento de ella. La traje a Hogwarts para poder cuidarla de cerca y para que no se aburriera le otorgué responsabilidades; fue una excelente ayudante de pociones.

- Todo iba bien hasta Diciembre. – Dijo Snape. – Puedo asegurar que fue culpa del viejo ese…

- ¿Qué viejo? – Preguntó Florence.

-  Ariadne quería conocer a su familia materna. Severus la llevó a conocer a los Harringtons una tarde de Diciembre.

- Lo recuerdo. – Dijo Florence. – Mi padre gritó al sentir mi presencia. Ese día fue que perdí contacto con Ariadne, ese día la sentí muerta y me sentí angustiada.

- ¿Podías comunicarte con ella? – Preguntó Lupin

- Si ella quería, pero dudo que alguien le haya dicho como. Muchas veces estuve en contacto con ella, pero dudo que ella supiese quien era yo… Yo podía sentir muchas veces lo que sentía y ese día no la volví a sentir más. Estar entre el mundo de los vivos y los muertos es algo excepcional en todo sentido.

- Ese día fuimos a donde tus padres. Estaba tu hermano Kyle, estaba tu madre Janice y tu padre Donald, está enfermo. – Dijo Snape. – El odio lo carcome, y su odio no es solo hacia ti, sino también a tu hija.

- Lo sabía, por eso nunca les dije de mi hija. – Dijo Florence enojada y temblando. – Pero… ¿qué más ocurrió?

- Lo mismo de siempre, sus acostumbrados insultos, su culpa hacia mi. Donald Harrington jamás cambiará, quise lanzarle una maldición para callar las blasfemias de su boca. Ariadne en el camino a casa lloró a mi hombro, pidió disculpas por existir, ese día tu padre le contó que habíamos sido. Ariadne se sintió mal luego de las palabras de su propio abuelo. De alli fuimos al Londres muggle, ella tenía una cita con su antiguo socio muggle: Roger Spencer. Allí relacioné las ideas, aquello era una trampa. Pero era tarde, antes de poder hacer nada se la llevaron. Eran varios: Bellatrix, Rodolphus, Lucius, Francois Spencer…

- No puedo creerlo. – Dijo Florence agitando su puño. – Juro que les atravesaré la garganta a todos ellos con mis manos. Lo juro por mi hija.

- Desde ese día no hemos sabido más nada… Pero debemos actuar rápido.

- Lo se.

- Así que ahora la Orden del Fénix se mueve por los caprichos del Señor Snape. ¿a quien mas traerás a la vida? A tu padre, o quizás a tus antepasados vampiros. – Dijo Kingsley mirando.

- Callate Kinglsey. – Dijo Snape. – Esto es en serio. Por tu bien, y el de todo el mundo debemos rescatar a Ariadne, sino moriremos. Con respecto a tu pregunta, no traeré a mi padre y en cuanto a mis antepasados… aun están vivos, podría pedirles que te corten el cuello si sigues hablando de lo que no sabes…

- ¡Severus basta! – Dijo Dumbledore.

- ¿Por qué debemos rescatar a la Srta. Xavier? Tenemos otras prioridades… - Dijo Kingsley.

- Por una buena razón, ella es mi hija. – Dijo Florence en un grito. – Segundo, ella es la hija de Lord Voldemort…

- ¿Cómo? – Lupin se exaltó.

- Y tercero, porque Ariadne no es completamente humana, si Voldemort la transforma en un ser maligno como él su poder interior solo buscará la destrucción y será invencible. – Dijo Florence.

- O la rescatamos a tiempo o la destruimos cuando sea tarde… - Dijo Snape

- No, no la destruiremos. Llegaremos a tiempo, nadie va a tocar a mi hija, nadie le hará daño mientras yo viva. – Dijo Florence perdiendo la paciencia.

- Esto nos agarra por sorpresa. – Dijo Mundungus. – La hija de Voldemort, los problemas amorosos entre Severus y Florence, Harry Potter con el dolor de la cicatriz…

- ¿Cómo? – Dijo Dumbledore y todos voltearon, Harry tenía un terrible dolor en la frente, producto de la cicatriz. Se retorcía.

- Debemos apurarnos. – Dijo Lupin. – No tardará mucho tiempo. Voldemort nos alcanzará en tiempo.

- No creo que haya más por discutir. – Dijo Snape largándose de un portazo. Todos quedaron discutiendo. Florence miraba por la ventana y Dumbledore le pidió acercarse en privado…

- No me preguntes como, pero alguien me dejó esto antes de irse. – Dijo Dumbledore dándole una caja a Florence. Florence lo abrió y encontró su varita y la mascara que casi no usaba cuando era mortífaga.

- ¿Quién le dio esto? ¿Severus?

- No, fue Sirius Black… Gracias a Sirius conocimos la verdad de todo.

- Creo que debo agradecerle. – Dijo Florence volteando. – A propósito, ¿dónde está el? Usted dijo que escapó de Azkaban. Quisiera verlo pronto…

- El nos ha dejado. El verano pasado hubo un percance en el ministerio y accidentalmente murió. Bellatrix Lestrange lo asesinó.

- ¿Sirius muerto? – Florence quedó sin habla por un instante. – ¿Morgana lo asesinó?

- Si, y si no hacemos algo las muertes seguirán. – Dijo Dumbledore. – Ten cuidado con lo que hagas con esa varita de nuevo…

- No prometo nada. – Dijo Florence guardando la varita en su bolsillo.

- No cometas algo que te perjudique, - Dijo Dumbledore - si te dejas matar no solo te perderemos a ti, sino que perderé a mi profesor de pociones…

            Florence abandonó el despacho de Dumbledore y caminó hacia las mazmorras, sabía a donde iba. Tantos años no le habían hecho olvidarse de aquel lugar…

***

- ¿Qué haces aquí? – Dijo Snape en la oscuridad de un calabozo al final, observando la silueta de una mujer que se acercaba.

- Sabía que estabas aquí, nada más quería darte las gracias. No comprendo porque no has querido mirarme en toda la noche. – Florence se acercó a la luz de una antorcha y Severus la observó al rostro por un segundo, tuvo que voltear no soportaba verla tanto tiempo sin saltar sobre ella.

- ¿Qué buscas?

- Aun no me perdonas… me sigues odiando

-  ¡Hasta cuando! 15 años odiándote y ahora. ¿Debo amarte? – Gritó Snape ocultando su rostro. – La carta que le diste a Black llegó 15 años tarde.

- Debí haberme percatado de eso, era mi única manera. Cuando estas desangrándote sola en el suelo y aparece Sirius Black frente a ti, no tienes muchas opciones. – Dijo Florence acercándose. Ella puso sus manos en su hombro y este se sacudió violentamente y retrocedió

- No me toques, te lo advierto. – Dijo Snape mirándola fríamente.

- No me odies. – Dijo Florence paralizada, lentamente varias lágrimas se asomaron en sus ojos. – No me odies, porque yo… moriría por ti.

- No, no vas a morir ahora. – Dijo Snape. Al mirarla a los ojos no dijo más nada por un instante. – Tienes que rescatar a tu hija, por eso estás aquí.

- También estoy aquí por ti…15 años esperando en las sombras… 15 años deseando tener un cuerpo… 15 años deseando el toque de tus manos en mi piel… 15 años perdida… ¿Qué cosa tan horrible soy? Que alguien me aparte de mí. Mira como me odian…– Los ojos de Florence brillaban entre la oscuridad y las sombras. Sus ojos eran grises y verdosos, más tormentosos que nunca, penetrando hasta los huesos con un toque de tristeza.

- Harrington… - Snape iba a decir algo, pero se quedó callado. – Nos hicimos mucho daño. Te pido que te mantengas alejada de mi, no se de lo que soy capaz. – Florence se secó las lágrimas y alzó su mirada hacia él.

- ¿De que eres capaz? – Preguntó Florence y Snape cerró los ojos.

- Vete de aquí Harrington. – Dijo Snape mirándola por última vez.

- Me iré. Tal como tú quieres. – Florence se dio por vencida y caminó hacia la puerta de la mazmorra. Dio la vuelta por el lado contrario, antes de llegar a la puerta Snape se atravesó rápidamente en su camino.

- Soy capaz de asfixiarte y nunca más dejarte ir. – Dijo Snape.

- ¿Sabes que me gusta de estar aquí? – Dijo Florence. – Se que puedo verte, se que puedo tenerte. No me dejes ahora…

- No te dejaré, simplemente deseo que todo este dolor se aleje de mí. Me siento extraño, siento que… - Snape bajó su cabeza y Florence sujetó sus manos y puso su frente sobre la de él mientras le susurraba.

- No crees aun que estamos juntos.

- Si, tengo miedo de volver a despertar de un sueño y volver a las pesadillas. Así he estado 15 años… temiendo perderte cuando ya te había perdido. Queriendo tenerte pero solo era un sueño…

- No me perderás. – Dijo Florence tocando sus mejillas, estaban húmedas y Florence secó las lágrimas de sus ojos. – No voy a perderte…

- Quisiera creerte… - Dijo Snape acercándose lentamente mientras besaba a Florence, quien le respondió con un beso calido que sellaba aquel pacto de amor juramentado hace mas de 20 años atrás en aquel mismo castillo. Sin decir más Florence lo abrazó y aferró a él, Snape no le importaba si se rompía los brazos. Quería sujetar a aquella chica, estaba abrazándola fuerte, estrechándola contra él, no iba a dejarla ir de nuevo, iba a hacerla suya una vez más… asegurarse que no era otra alucinación.

- Nunca te lo dije lo suficiente, pero quiero que lo sepas ahora. – Dijo Snape a su oído. – No me dejes, porque yo también te amo. ¿Cómo cometiste tal estupidez de dejarte matar con un hijo mío en tu vientre? – Snape lloraba abrazándola.

- No tuve más opción. Se que me amas, puedo probarlo en tus lágrimas. Tan duro contigo mismo, tan solitario aquí adentro, tan ocupado allá afuera… yo cuidaré de ti ahora.

- Yo seré tu guardián. – Dijo Snape besándola en la frente de nuevo. – Yo te protegeré de todo… así tenga que morir por ti.

- Si tuvieras que morir por mí, pues entonces moriremos juntos. No me dejaras, no te dejaré. Yo te pertenezco a ti, Tú me perteneces a mí… - Dijo Florence.

- Que así sea…

- Luego de tanto tiempo no sabes el alivio que me produce poder estar en tus brazos. … - Florence le sonrió a Snape entre lágrimas, él la miraba sin despegar su mirada de ella seriamente. Fue cuando bajó su mirada.

- Florence, quiero que me la enseñes… - Dijo Snape y Florence se quitó la capa que Tara le había dado, tocó una de sus manos y subió la manga hasta el codo, su antebrazo izquierdo estaba descubierto, lo extendió y se lo mostró a Snape, el miró con atención y vio con resignación que la marca tenebrosa estaba allí.

- Aun la tengo, tengo el mismo cuerpo que tenía justo antes de morir. – Dijo Florence. – Voldemort aun no sabe que he vuelto, pero es cuestión de tiempo.

- Lo se. ¿Estás realmente igual a ese día?

- Si, mira. – Florence se empezó a quitar la túnica, y dejo al descubierto su torso, y le señaló a Snape justo debajo de su ombligo. Era una cicatriz curveada, Snape se acercó y puso sus manos en su cintura firmemente y examinó la cicatriz.

- Esta cicatriz me fue hecha el día que Voldemort mandó a matar al niño que llevaba en mi vientre. – Dijo Florence – Y aquí en mi cuello, una cicatriz que Alastor Moody me hizo aquella vez que intenté huir y casi me atrapan. Fue brillante.

- Es interesante. – Dijo Snape mirándola y levantándose. Florence se colocó la túnica, mientras sacaba su varita del bolsillo. Florence tenía un brillo al tocar su varita de nuevo…

Fin del Capitulo

Dark-Eros: Hey!! Gracias. Me haces sonrojar! Si, a veces tengo demasiada imaginación y parecerá locura lo que pienso y escribo. Bueno, espero que sigas leyendo la continuación. Embrujadas es Charmed sino me equivoco no? No he visto mucho la serie, pero se mas o menos de que se trata. Suerte en tu fic de Harry Potter!!! Besos y abrazos.

Claudia de Chile de Snape: Holas, es raro eso que dices… yo siempre he aceptado reviews anonimos. De hecho la mitad de los reviews que recibo son anonimos, debe ser que ff.net está raro. ¬_¬ siempre pasa algo! Bueno… Gracias por felicitarme, no se si eso de idola es demasiado grande, pero igual Gracias! Me alegra que mi historia te dejara pegada a la PC, cuidado con tus ojitos ^^. No me importa para nada los reviews argos, así me inspiro mas, creeme! Ah… otra más que le gustaron los revolcones, bienvenida al club entonces. Perdón en serio por hacerte llorar, de verdad nunca pensé que alguien se vería tan afectado por una historia como esta… pero creo que me equivoque. Gracias por seguir leyendo la historia… ya sabrás mas adelante de todo. Te agregué a mi MSN quizas por alli hablemos… Saludos! Sobre la profecia… "keep an eye on it".

Nabiki: Sorprendida??? A… entonces el final es secreto para todos ustedes.. Tara es un amor, algo desbubicada a veces y con comentarios fuera de lugar(quizas como soy yo a veces…). Tenía que hacer que el trio se enterase de los de Snape y Florence, sobretodo divertirme imaginando las caras de los chicos. Si, quizas pensabas que no lo podía tocar por algo así lo que pasaba con Voldemort y Harry, pero no era por así… ves? Ya tengo a todos pensando que significa cada detalle. Esto da miedo! Incesto? Nop, en primeras Snape no es padre de Ariadne, segundo jamas tienen nada…

Sally Anne: Tus palabras siempre son tan profundas y me agradan. Gracias hoy y mil gracias siempre! No te creas, no todo es perfecto… en la historia hay un fallo, pero al final lo revelaré, aunque no es tan relevante. Todos somos humanos ^^ Bueno, para no impacientarte aquí dejo la continuación. Sigue soñando con la historia, ten cuidado! Puedes caer en la locura en que estoy ^^

BlazeVein: Holis, Gracias por los comentarios. Te pareció una escena heavy a lo macbeth? La llevaba escrita desde hace meses, antes de terminar la primera historia. No quería descuidar ningun detalle, luego tuve que adaptarle unas cuantas cosas por una serie de cambios. Creo que es la primera vez que vemos a Snape reaccionando así, después de todo es el punto debil. Bueno, lo de la figura flotando, es que se mueve con tanta ligereza que pareciese que fuese flotando, es la primera vez que Harry la ve y se da cuenta de lo intimidante y poderosa que parece esta mujer, que lo que dicen los demás magos es verdad y es la forma de verla(nop, ella no puede volar sola… ^^ sería muy Marysuista jajajaja)…¿Qué pensabas tu? El trio de Gry tenia que salir, por mas que sea es el sexto año de Harry, quiero respetar un poco eso de no quitarle la importancia a Harry en el futuro. ¿qué hará Florence? You will see…

Melliza: Aquí subo el capitulo. Gracias por tu rebiew, de veras que si… que envidia, ahora estan juntos. No, como verás no deje fuera a Hermione y Ron, pero bueno, por ahia ya floran mis sentimientos, pero no me desviaré de la historia principal. Severus… oh sverus, tienes razón es sexy! ^^

Malu Snape Rickman: Y esos ojitos?? Bueno, es posible que esté loca! Pero al menos les traje a Florence de nuevo, así que no te puedes quejar. Todo va rapido, todo está pasando ahora, justo como mi vida… hice el intento de ir más rapido, ya termine examenes. Quizas escriba mientras tenga que estudiar en la biblioteca,  o quizas me lleve la laptop a escribir. Aunque prefiero escribir en casa, afuera puedo encontrar distracciones que me pueden hacer escribir cosas que no son… Gracias por tus buenos deseos. Yo tmb te quiero Besos y abrazos Malu!! Nos vemos en el MSN