- Estoy seguro de esto. Lo se. – Dijo Harry reunido con Tara Ustinov, sus amigos y Remus Lupin. – Voldemort está en Azkaban.
- ¿Viste una isla con una fortificación? – Preguntó Lupin.
- Si, había gritos y estaba bien resguardada. – Dijo Harry – Hermione me dijo que el único lugar mágico resguardado situado en una isla es Azkaban.
- Tiene sentido, es un lugar aislado, los dementores ya no lo resguardan y podría ser una buena guarida, ahora que tienen a un ministro de su mismo lado. – Dijo Tara Ustinov reflexiva.
- No podemos ir hasta allá. – Dijo Lupin – Son más numerosos que nosotros y puede ser una trampa.
- No creo, la única forma efectiva de entrar es sin usar magia, sin ser detectados. – Dijo Tara. – Ariadne está allí pero no será por poco tiempo.
- No, Harry soñó que Ariadne estaba en Azkaban con Voldemort, bien podría haber sido otra manipulación de Voldemort. – Dijo Lupin. – Disculpa Harry, la última vez sucedió lo mismo.
- Fue demasiado real. Voldemort no podía poseerme. Solo lo vi de lejos… algo extraño ocurre.
- Debemos esperar al profesor Snape. – Dijo Ron y Hermione asintió.
- Severus podría tardar meses en llegar. Los vampiros, sinceramente…
- Los vampiros están de nuestro lado. – Dijo Albus Dumbledore llegando. – Nuestros enviados cumplieron bien su labor. Vienen en camino.
- ¿De nuestro lado? – Harry se sorprendió. – pensé que los vampiros no hacían tratos con humanos.
- Pero resulta que uno de los miembros de la Orden es nieto del Gran Jefe de los Vampiros Lord Nosferatu. – Dijo Dumbledore sonriendo.
- ¿Severus es nieto de Nosferatu? – Lupin estaba impresionado.
- Así es. – Dijo Florence abriendo la puerta con el rostro cansado por el viaje. Detrás de ella venían dos sujetos. Uno de ellos era Severus Snape de apariencia enferma y el otro era Grezo quien vestía una capa larga y ocultaba el rostro.
- ¿Averiguaron donde estaba Lord Voldemort? – Preguntó Tara Ustinov.- Nosotros ya tenemos una sospecha aun por confirmar.
- Si, está en Azkaban. Lo aseguro. – Dijo Snape sentándose.
- Así que estos son tus amigos mortales también. – Dijo Grezo. – Humanos, simples mortales.
- ¿Quién es usted? – Preguntó Tara mirándolo desconfiada.
- Grezo, hijo de Sócrates. Pertenezco al clan de Nosferatu el gran Jefe Vampiro. – Dijo el vampiro quitándose la capa y dejando a la vista su cara color tiza y sus colmillos.
- Entonces la misión ha sido cumplida satisfactoriamente, ahora que sabemos donde est
- Profesor Dumbledore, creo que ya está todo claro. – Dijo Florence avanzando hacia él.
- ¿a que te refieres Florence?
- Harry, el debe venir con nosotros. – Dijo Florence mirando a Harry.
- Es decisión de Harry… - Dijo Dumbledore. – Es hora de que él mismo decida.
- No vayas, aun no estás listo. – Hermione sujetó a Harry nerviosa.
- Si no estoy listo hoy, no estaré listo nunca. – Dijo Harry – Debo ir. Acepto ir.
- ¿estás seguro? – Ron lo miró consternado.
- Si, así dice la profecía ¿no? – Dijo Harry.
- Eres muy valiente Harry. – Dijo Ginny. – Pero igual iremos contigo.
- No, no puedo arriesgar sus vidas. – Dijo Harry.
- ¿Están locos? ¿Cómo piensan ir? Sería un suicidio. – Dijo Lupin.
- Tengo una idea. – Dijo Tara. – Llegar por el lugar menos probable. ¿Alguien tiene un mapa de Azkaban?
- ¿Para que lo necesitarás? – Preguntó Florence.
- Yo si entiendo a la humana rubia. – Dijo Grezo sonriendo. – La Prisión de Azkaban está en todo el frente de la isla bien resguardada, pero la isla tiene una parte que no ha sido explorada. Debido a un encantamiento fuerte que allí hay, la muerte es fácil de conseguir. Pero indudablemente llegar a Azkaban desde el otro lado de la isla es una ventaja.
- Exacto, nunca nadie esperará que alguien llegue por el lado norte. – Tara Ustinov examinaba el mapa que Severus Snape había sacado de una biblioteca. – Estarán desprevenidos y una vez estando allí, buscaremos a Ariadne.
- Esa es la parte difícil ¿no? – Dijo Florence. – Yo me ofrezco a ir, sin importar que pase. Regresaré con Ariadne o moriré en el intento.
- Yo también me ofrezco a ir. – Dijo Tara.
- Yo estoy aquí para colaborar y cualquier cosa podremos pedir ayuda a nuestros aliados vampiros. – Dijo Grezo. – La única condición es la paz luego de la guerra.
- A todas estás… ¿Cómo llegaremos hasta la isla? – Dijo Remus Lupin ofreciéndose también.
- De la misma forma que yo oculté a Ariadne durante tantos años, utilizando medios muggles. Son arriesgados, pero ningún enemigo espera que uno pueda usar un recurso de muggles. Mi opción es llegar a la isla en una embarcación no mágica, sin hacer magia para no ser detectados. Una vez en la isla alguien se quedará en la embarcación y el grupo acordado irá a realizar la misión. – Dijo Florence.
- Eso no es todo Harrington. – Dijo Snape – Una embarcación muggle no pasaría los encantamientos que hay alrededor de la isla. Tormentas y…
- ¿Cómo fue que Sirius Black logró escapar de Azkaban? – Preguntó Tara.
- ¿Así que tu sugerencia es transformarme en perro y nadar hasta la isla?, es absurdo Ustinov. – Dijo Snape.
- No debe ser tan difícil entonces. – Dijo Lupin.
- Bien, deben estar conscientes que una vez que aborden esa misión, no podré ayudarlos ni tampoco podré hacer nada por ustedes. Correrán por cuenta propia bajo su propio riesgo. – Dijo Dumbledore.
- Eso es algo sabido. – Dijo Florence. – Estaré en el otro salón.
- Debo ir, lo digo porque la profecía dice que soy el único que puede vencer a Voldemort. No se de que manera, pero por algo debe ser.
- Escúchame bien Harry. – Dijo Dumbledore. – Si vas, es por tu cuenta. Quiero que sepas, un héroe no es aquel que busca problemas sino que enfrenta las situaciones que se le presentan. No provoques a Voldemort, no lo enfrentes de frente, trata de evitarlo lo más posible. Será mejor si atrasas la batalla final, más preparado estarás. – Dijo Dumbledore.
- Lo entiendo.
- Lo único que los va a llevar allá es ir al rescate de Ariadne, será rescatada para evitar que se transforme en esa criatura que Voldemort quiere tener a su lado. Lo único que deben hacer es detenerlo y traerla de vuelta. – Repitió Dumbledore y Harry asentía.
- Pero si llegamos tarde, si Ariadne ya está transformada. – Dijo Snape – No habrá otra medida más que acabarla.
- No, si está con sus poderes nada la derrotará, será inútil enfrentarla. Si llegan tarde lo más razonable sería volver. – Dijo Dumbledore. – Pero no creo que necesiten saber que van a hacer. A medida como se presenten las cosas sabrán de qué forma van a actuar. Por ultimo, no den vuelta a tras y no desesperen por lo que viene, todo ocurre por una buena razón.
***
- ¿No tienes miedo? – Preguntó Tara a Florence.
- No. Quizás… lo único que me atemoriza es perder a mi hija para siempre por culpa de ese bastardo. – Dijo Florence sujetándose el cabello. – Dime algo… ¿Cómo se comportó Ariadne el tiempo que la conociste?
- Bien, es una chica muy entusiasta. Le encantaba colaborar y era muy optimista. Sufrió mucho cuando se enteró de todo y de lo que habías hecho, lo siento. – Dijo Tara.
- Me culpo por eso, me culpo por haberla dejado sola. – Dijo Florence mirando el espejo. – No volverá a pasar.
- No te culpes. Fueron muchas cosas juntas, incluso conoció a tu padre.
- ¿Qué? – Florence se sobresaltó. – Mi padre, ¿dónde está mi padre?
- Aun viven en la mansión Harrington. Por lo que supe de Severus, no fue un buen encuentro. Ariadne fue raptada el mismo día que fue a visitar a sus abuelos.
- Cuéntame, ¿de que forma trató Donald Harrington a mi hija? – Florence la miraba fijamente.
- No muy bien. Ocurrió lo peor, debido a que Severus fue quien la acompaño. Sacaron a flote sus viejos rencores, se gritaron cosas horribles y en camino a casa Ariadne empezó a repetirse que había sido un error haber nacido. – Dijo Tara algo triste y Florence quebró el espejo frente a ella.
- ¿Mi hija sufrió eso? ¿Así que mi padre la hizo sufrir?
- Fue un malentendido. Donald pensó que Severus era el padre de Ariadne y que venían a reclamar alguna herencia o algo por el estilo.
- Solo mi padre se le ocurre algo así. Incluso creyéndome muerta, deshonró mi memoria con los malos tratos a mi hija. – Dijo Florence algo enojada. – Su odio era hacía mi, pero es tan rencoroso ese viejo amargado que mi descendencia también pagará su odio. No entiendo. ¿Por qué odia a una chica que nada tiene que ver con lo que me pasó?
- Luego de tantas cosas que han ocurrido… – Dijo Tara sin saber que decir.
- ¿Por qué mi padre me odió en primer lugar? – Dijo Florence reflejándose en el vidrio roto - Yo nunca hice nada malo y el dudó de mi, reprochándome cosas que no había hecho. Terminó de enloquecer al saber que sus sucias mentiras se habían convertido en verdad. Nunca tuve apoyo en él y resulta que mi hija tampoco me aprecia mucho.
- Esto va a terminar de alguna manera. – Dijo Tara - ¿Irás a ver a tus padres?
- A pesar de que el tiempo ha pasado, mi padre guarda rencores y aun no está preparado. – Dijo Florence.
El plan iba a ser arriesgado pero simple, se lograba o no se lograba. Iban a partir todos por la costa oeste. Allí entrarían a la vieja aldea muggle frente a la costa y buscarían un pequeño bote para llegar a la isla por la parte norte sin ser detectados. El viaje iba a ser más largo porque recorrerían el doble para llegar y pasar desapercibidos, atravesarían los peligrosos acantilados y cuando llegasen a la isla tendrían que penetrar la fortificación de Azkaban, una prisión de alta seguridad. El resto iba a ser suerte. Todos fueron hasta la aldea muggle en coches, incluso Mundungus Fletcher fue con ellos. Al llegar al pequeño puerto, la brisa era más fría de lo común. Los Magos de la Orden estaban vestidos de muggle, incluso Florence Harrington. Allí estaban al menos 10 magos: Kingsley, Fletcher, Lupin, Tonks, Moody, Snape, Ustinov, Harrington, El Señor Weasley y la Señora Weasley. Aparte de eso 4 estudiantes de Hogwarts: Harry, Hermione, Ron y Ginny.
- Bien, Harry querido. Sabes que te deseo mucha suerte. – Le dijo la Señora Weasley en la taberna entre lágrimas. – Te extrañaremos, pero esperaremos hasta que regreses.
- Todo saldrá bien. – Dijo Hermione. - ¿Qué miras Ginny?
- Nada, es extraño ver a Fiorencia y a Saivero en aquella mesa apartada y vestidos de muggles. – Dijo Ginny mientras observaba a Snape y a Florence hablando cerca de la ventana.
- Hermione querida, ¿tus padres saben de todo esto? – Preguntó Molly preocupada.
- No, no tuve tiempo de decirles. Pero confío en que todo saldrá bien. – Dijo Hermione – Nada nos va a separar de Harry. Es nuestro amigo y no estará solo.
- Ronald quiero decirte algo. – Dijo La Señora Weasley. – En otras condiciones te prohibiría ir, pero te dejo libre elección. Quiero que te cuides. Aquí esperaremos tu llegada, tus hermanos, tu hermana, tu padre y yo.
- Creo que aun no has entendido. Yo también iré mamá. – Dijo Ginny reclamando.
- No Ginny. No irás. – Dijo Molly entre lágrimas.
- Mamá, ya no soy una niña. Me cuidaré, me escapé de Tu-ya-sabes-quien en primer año. Ahora soy mayor.
- No entiendes. – Dijo Molly llorando aun más fuerte. – No soportaré la idea de perder a dos hijos al mismo tiempo.
- No va a pasar nada. – Dijo Ron. – Mamá, vamos a volver.
- Procuren no… no se bajen de la embarcación. ¿Por qué el profesor Dumbledore no quiso venir?
- Debe tener un buen motivo. No lo sabemos. – Dijo Harry. En ese momento Tara Ustinov llegó vestida con un vestido muggle pasado de moda y una piel de color rosado chillón, una combinación alegre contradiciendo su cara.
- El Profeta llegó. – Dijo Tara conteniendo las lágrimas. – Malfoy había prohibido su circulación.
- ¿Por qué el Profeta está circulando de nuevo? – Preguntó Molly - ¿Cómo es posible esto?
- Hubo una rebelión. – Dijo Tara. – Y lo primero que reportan son malas noticias. Miren…
Tara mostró en primera plana un titular enorme acompañado de su foto, los chicos no pudieron creer lo que vieron por un momento. En la foto aparecía Albus Dumbledore siendo apresado por varios magos.
Albus Dumbledore arrestado
No se sorprendan de ver otra vez el Profeta circulando. Nadie puede ocultar la verdad, así que clandestinamente haremos llegar las noticias de interés. Ayer en la noche, se conoció que el gran mago y hechicero Albus Dumbledore fue arrestado por las autoridades del Ministerio de Magia por supuesta traición y conspiración contra el ministerio. El Ministro Malfoy ha advertido de nuevos arrestos. "Encontraremos a Harry Potter. Sabemos que la conspiración contra el Ministerio se lleva a cabo en la antigua casa del Convicto Sirius Black, en Grimmauld Place nº 12. Algo nos indica que pronto los agarraremos a todos.". Por otra parte algunos trabajadores del ministerio han manifestado su descontento, señalando que el nuevo Ministro de Magia es un hechicero oscuro al servicio de Ustedes-saben-quien, cosa que nuestros lectores no deben dudar. Lucius Malfoy si es un mago tenebroso.
Mientras pedimos a la comunidad mágica que se mantenga en calma, el joven Potter está a salvo. Según fuentes extraoficiales el joven Potter ha huido al único lugar donde es seguro ahora, la casa de la familia Weasley, conocida como la Madriguera. Albus Dumbledore solo dijo unas cuantas palabras: "No podrán capturar Harry ni a sus amigos. Ellos están en otro lugar seguros y secos. Un encantamiento fuerte protege a la casa de la Familia Weasley. Nadie podrá entrar allí". Los mantendremos informados.
- ¿Qué es todo esto? – Harry no podía creerlo.
- No lo se. Pero sin el Profesor Dumbledore estamos perdidos. – Dijo Tara.
- El no es fácil de atrapar. – Dijo Hermione. - ¿Por qué se dejó capturar?
- Para fijar la atención de Voldemort en otro lado. Su captura es una distracción al igual que lo que dijo - Dijo Moody. – Albus estará bien. Ahora ustedes tienen el camino libre, encontrarán a un mago oscuro desprevenido.
- Es muy inteligente de su parte. – Dijo Ron. – Por eso no vino con nosotros.
- Yo siendo el viejo Malfoy no me confiaría, los magos se están dando cuenta. Ya empezó a surgir una revuelta, es cuestión de tiempo de que salga del poder. Ahora, el resto depende de ustedes. Nos mantendremos alerta.
- Profesor Dumbledore, tenga por seguro que no lo defraudaremos. – Repitió Harry cerrando los ojos.
- Conseguí un bote, una familia de magos nos lo prestará. – Dijo Moody. – Acompáñenme al muelle, saldrán en dos horas, cuando ya haya anochecido.
Cuando oscureió, los demás menos Snape, salieron al muelle discretamente, mientras Moody leía una nota. La noche era clara, fresca y tranquila. Un frío recorría las embarcaciones pero todo lucía normal.
-"Preguntar por la Familia Davies. Nº 32". Creo que es por allá. – Dijo Moody señalando una embarcación de color verde musgo muy típica. Al acercarse encontraron a un mago esperándolos.
- Ustedes deben ser. ¿Cuantos son? – Dijo el hombre.
- ¿Disculpe? – Dijo Tara.
- Perdónenme, soy Gregory Davies y soy el hombre que los llevará de excursión en mi bote. Necesito saber quienes van.
- Somos pocos. – Dijo Florence dudando bajo la capa.
- ¿A dónde los llevaré? Tenemos varios destinos turísticos hermosos. – Dijo Gregory Davies.
- No venimos a hacer turismo amigo. Vamos hacia la Isla de Azkaban por el lado norte. – Dijo Tara.
- ¿Qué? ¿Está usted loca? – Dijo el hombre. – De ninguna manera llevaré a mi barco hasta allá. Es muy peligroso.
- Mire, no me importa lo que usted piense. Usted nos llevará allá sin quejarse y cerrando el pico. ¿Escuchó? – Florence lo apuntó con la varita mostrándose.
- ¡Usted! Yo la conozco. – Dijo Gregory Davies asustado.
- Greg, ¿todo anda bien? – Preguntó una mujer desde adentro.
- Dana, todo está perfectamente bien. – Dijo Gregory algo nervioso.
- ¿Dana? – Tara se sobresaltó al reconocer el nombre. – Usted es su esposo, Gregory Davies. Es Dana Rookson, ella estudió en Slytherin conmigo.
- ¿Qué ocurre aquí? – Dana salió de adentro de la embarcación y se sorprendió al ver a sus antiguos compañeros Lupin, Ustinov y Harrington.
- Dana, soy yo. Tara. – Dijo Tara mostrando una calida sonrisa.
- Ya se que eres Tara… - Dijo Dana saliendo a su encuentro mirando a su alrededor - y Florence, ¿Florence? Tú estás muerta. ¿Cómo es posible? – Dana salió a abrazar a sus antiguas compañeras.
- Querida, tus amigas están locas. Quieren que las lleve a Azkaban en nuestra embarcación – Dijo Gregory aun sin confiar
- ¿Cómo es eso? – Dana las miró sospechosa.
- Es una misión especial. No tenemos mucho tiempo, todo nuestro futuro depende de ello. Tenemos que ir. – Dijo Lupin
- Les creo. – Dijo Dana algo seria. – Bueno, aborden. Los llevaremos. Te la debía Harrington, aunque no entiendo que sucede aquí.
A la embarcación subieron Remus Lupin, Nymphadora Tonks, Grezo el vampiro cubriendo su rostro, Florence Harrington, Tara Ustinov, Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger.
- Queda un puesto, ¿alguien más viene?
- No lo creo. – Dijo Florence. Pero un hombre venía a lo lejos corriendo. Venia de capa y todo sin importar llamar la atención. Era Snape y lucia algo más nervioso.
- Malfoy fue a la casa de la Familia Weasley. – Dijo Snape – Pero sospecha algo y viene directamente hacia acá, deben salir ahora mismo.
- Nos dará tiempo de salir sin que nos vea. – Dijo Gregory Davies. – Queda un puesto.
- Yo iré. – Dijo Snape.
- Yo no te lo recomendaría. – Dijo Moody. – Albus me dijo que eres un espía y debes mantenerte alejado de todo esto.
- No me importa, yo iré. No dejaré sola a Harrington. – Dicho esto y sin vacilar Snape abordó la embarcación.
Adentro todos exploraron la embarcación, era como un apartamento por dentro con 3 habitaciones una pequeña cocina y una salita de te. Arriba se encontraban los controles y había cosas muy curiosas. Harry, Hermione y Ron se dirigieron a una de las habitaciones que habían sido apartadas para ellos y Harry exclamó mirando por la ventana.
- ¿Dónde está Ginny?
- Mamá no la dejó venir. ¿Recuerdas? – Dijo Ron.
- Pero no la vi en el muelle. Desapareció. – Dijo Harry.
- No le ha pasado nada. – Dijo Hermione. Un ruido en uno de los armarios se escuchó. Al momento siguiente Ginny salió de adentro de los armarios.
- Aquí estoy. – Dijo Ginny saliendo. – Mamá no iba a soportar verme partir con ustedes. Lo hice de tal manera que no le afectara.
- Te pudo haber pasado algo. – Dijo Ron apretando a su hermana. – No hagas eso de nuevo. Ahora mamá estará más preocupada.
- Le dejé una nota explicándole. Será mejor para ella.
- ¿Desean comer algo? – Dana llegó con bocadillos y se sorprendió ver a la joven Ginny – No recuerdo haber visto subir a la pelirroja.
- Es nuestra amiga. – Dijo Hermione.
- Si, nada de que preocuparnos. – Dijo Harry.
- Vaya, un rencuentro de amigos. – Dijo Dana – No solo ellos, sino también nosotros. Vengan con nosotros a comer pastelitos y tomar jugo. – En ese momento la nave empezó a moverse en un tambaleo. Los chicos se situaron en la salita en silencio, mientras una brisa entraba por la ventana de la embarcación. Todos estaban reunidos en silencio, hasta que Dana rompió el hielo
- Florence ¿Qué te ocurrió en el cuello?
- Un vampiro, pero todo está bien. Sanaré completamente. – Dijo Florence observando a un rincón donde estaban Snape y Grezo.
- ¿Quién es el chico de la capa larga? – Preguntó Dana curiosa.
- Mi nombre es Grezo. – Dijo El joven vampiro con apariencia débil y enferma – Los viajes en mar me marean y llevo tiempo sin alimentarme. Y encima de todo estoy frente a un grupo de humanos que no puedo tomar como alimento…
- Grezo es mi primo. – Dijo Snape dándole una pequeña botella cubierta de cuero, que contenía sangre adentro. – Es un vampiro y su instinto nos va a ayudar a localizar a nuestro objetivo.
- ¿Un vampiro? – Dana retrocedió. – No puedo ofrecerle nada.
- No se preocupe señora. Severus me ha conseguido un poco de bebida fresca. – Dijo Grezo sonriendo mientras alzaba la botella y Snape miraba al suelo sin decir nada.
- Solo falta un hombre lobo, esto es realmente sorpresivo. – Dijo Dana sonriendo nerviosamente. Su cara era igual de redonda y sus ojos curiosos, justo como cuando había estudiado años atrás.
- No se equivoca. – Dijo Harry sonriéndole a Lupin.
- Estamos todos los Slytherins aquí reunidos, los únicos que quedamos leales y vivos. – Dijo Tara. – Florence, Severus, Dana y yo. El resto de los Slytherins están muertos o del lado del Señor Oscuro.
- ¿del lado oscuro? Eso veo. – Dijo Dana. – Han sido tantos años desde aquello. Florence… ¿de que lado estás? Perdón es que…
- No tienes que decir nada. – Dijo Florence. – Estuve en el lado equivocado, ahora voy a enmendar las cosas.
- ¿Por qué quieren ir a Azkaban? ¿Puedo saber? – Preguntó Dana.
- Mi hija fue raptada y la tienen allá. Voldemort la tiene.
- ¿Tu-ya-sabes-quien está en Azkaban? ¿Por qué quieres enfrentarlo? – Preguntó Dana.
- No es que quiera enfrentarlo. Mi hija no es una chica normal, fue concebida de una forma diferente con un malvado propósito. Si no la rescatamos, no solo me quedaré sin hija, el mundo peligrará con el surgimiento de una bestia insaciable e invencible.
- Vaya. – Dijo Dana. –Tu hija con Snape ha sido muy…
- No es hija mía. Ariadne, la hija de Florence es hija de Lord Voldemort. – Dijo Snape irritado sin mirar. Haciendo que Dana se asombrase y se estremeciese.
- Oh, no sabía, disculpa. Pero… no entiendo. – Dijo Dana – Luego me explican.
- El sombrero seleccionador tenía razón. – Dijo Ron. – Todas las casas debían unirse para enfrentar el mal. El año pasado nuestro grupo de Defensa de Artes Oscuras estaba compuesto por todas las casas menos Slytherin. Ahora, de una forma simbólica Slytherin también está unido a los demás para luchar contra el mal.
- Es verdad. Solo así podemos vencer. – Dijo Lupin. – Eso de la rivalidad me ha parecido ridículo. Necesitamos estar unidos, porque nos complementamos. La mujer que amé estaba en Slytherin y no me importó ser un Gryffindor, yo igual la quería.
- La vida separó nuestros caminos y nos volvió a reunir hoy. Debe ser una señal. – Dijo Tara.
- Yo no estaría tan seguro. – Dijo Snape cuando todo empezó a moverse bruscamente. Al parecer aquellas aguas eran muy revoltosas, y justo después de haber pasado los acantilados. Habían pasado varias horas y ya era la madrugada, el vaivén mareaba a los tripulantes, incluyendo a Ginny quien se fue a una de las habitaciones de la embarcación. Estaba mareada y con la lengua afuera, se dejó caer en la cama vencida y el barco seguía moviéndose de un lado a otro.
- ¿Qué tal la aventura marina? – Dijo Ron sujetándose de las paredes mientras entraba. – Tanto optimismo me sorprende.
- Ojala esto acabe. Ahora ya se porque no me gusta mucho el mar. – Dijo Ginny mareada.
- Pensaba que te fascinaba. – Dijo Ron y el barco se dobló demasiado lanzándolo al suelo y Ginny resbaló de la cama, tropezándose con una mesa. La puerta se abrió y llegó Harry arrastrado.
- El Señor Davies lo dijo, parece que tenemos un poco de sobrepeso en el barco. Han dado la orden de lanzar al mar los objetos pesados. – Dijo Harry y otra vez el barco se tambaleó peligrosamente.
- ¿Recuerdan el Titanic? – Preguntó Ginny.
- Si, un barco muggle que chocó contra un iceberg. – Dijo Harry
- ¿Cómo se te ocurre comentar sobre historias de naufragios? – Dijo Ron – Además Harry te equivocas, el Titanic no chocó contra un iceberg. Realmente se hundió por un gran agujero que tenía en el fondo. Todo lo hizo un mago de mal humor que perdió el control de su magia en un duelo y el resto es historia. Los muggles siguen creyendo.
- ¿Qué hacemos comentando estas cosas ahora? – Preguntó Harry
- No lo se. – Otro giro brusco, y las cosas volvieron a moverse. Una lámpara enorme chocó contra la ventana y la reventó. Ginny se levantó pero fue empujada por un gran escaparate y cayó justo encima de Ron, rodando hacia la puerta y golpeando a Harry.
- Esto está muy violento. Sujeta mi mano Ginny. – Dijo Harry. Pero por la ventana el agua se comenzaba a meter, debido a que el mar estaba furioso.
- Hay que avisarle a alguien. – Dijo Ron tratando de mantener el control.
- ¿Qué ocurre aquí? – Preguntó Hermione al llegar y se asombró al ver la ventana rota y todo hecho un desastre. Otro tambaleo y la embarcación dio un giro sobre si misma, se volteó a un lado y regresó de nuevo violentamente. La habitación se empezó a inundar y el agua arrastraba todo.
- Un barco de magos en el que no se puede usar magia. ¡Vaya idea! – Dijo Ron
- No me sueltes Ginny. – Gritaba Harry entre el jaleo. Pero una vez más otro movimiento hizo que se deslizara por el piso. Hermione sacó la varita.
- No Hermione, no podemos usar magia. Nos encontrarán y seremos detectados. – Dijo Ginny. – Avísale a los demás. – Pero la puerta se cerró de golpe y Hermione se cayó hacia la ventana, en un segundo Ginny sujetó su mano.
- Te tengo. – Dijo Ginny sujetándose de Harry con una mano y sujetando a Hermione con la otra.
- El mar está furioso, el agua está entrando. ¿Qué vamos a hacer? – Dijo Ron entre la fuerza del agua.
- No voy a resistir. – Dijo Harry aferrándose a una barra de metal sostenida en la pared. Un baúl rodó y golpeó a Ron haciendo que cayera hacia la ventana, estuvo a punto de caer pero se sujetó del borde. Sin darse cuenta se clavó uno de los vidrios en el brazo.
- Ron, sujétate. – Dijo Ginny preocupada. – Resiste hermano.
- Ven, tienes que venir. Dame la mano. – Dijo Hermione tratando de alcanzarlo.
- No aguanto más. – Dijo Harry y otro golpe le hizo resbalarse y mientras trataba de aferrarse afincó sus dedos en el piso, pero igual rodó hacia el otro extremo, haciendo que Ginny y Hermione también se deslizaran. Todo fue demasiado rápido porque en menos de lo que pensaron el agua los envolvía. Harry trató de buscar la superficie porque estaba sumergido en el agua oscura, nadó hacia arriba buscando oxigeno y su cara rompió la superficie picosa del agua. Las luces del barco se alejaban y su cara era azotada por el viento y el agua.
- Chicos ¿Dónde están? – Gritó Harry desesperado sujetándose a un cajón de madera que flotaba cerca de él. – ¡Ron, Hermione, Ginny! ¿Dónde están? – Pero nadie le respondió.
***
-Esto es un infierno. – Decía Lupin.
– Los chicos no están y la ventana de su alcoba está rota. Han caído al agua. – Dijo Tonks equilibrándose.
- ¿Qué? – Tara gritó. – Esto no puede ser.
- Necesitamos estabilizar la embarcación. – Dijo Dana.
- Pero… ¿Qué haremos con los chicos? – Preguntó Tonks.
- Por ahora nada. – Dijo Lupin.
- Lupin, tenemos que hacer algo. Si les llega a pasar algo. – Dijo Snape con tono de preocupación.
- ¿Qué sugieres? Lanzarte a mar abierto y nadar para buscarlos. – Dijo Tara. – Es como si algo nos intentase detener.
- Voldemort aun no sabe nada. La marca tenebrosa sigue igual. Nada ha cambiado, Voldemort no sospecha nada de nosotros. – Dijo Florence.
- La isla está cerca. – Dijo Gregory desde el timón.
- Quizás los chicos están bien. – Dijo Dana. La embarcación poco a poco volvía a la tensa calma
- Yo me aseguraré que estén bien cuando lleguemos a la isla. – Dijo Grezo. – Mi olfato es excelente, no olviden mi naturaleza. Ellos estarán bien.
- No solo es vampiro. Parece que también es adivino. – Sonrió Tara mirando al vampiro que nos mostró contento con su afirmación.
- No podemos hacer más nada. – Dijo Gregory girando el timón. Poco a poco el mar volvía a la calma. Mientras esto Florence iba a una de las habitaciones algo mareada. Todo estaba hecho un desastre también no tanto como la habitación de los chicos.
- Te noto cansada y débil. – Dijo Snape viéndola en la cama boca abajo.
- El mar no me hace bien. No usar magia y hacer este viaje entre tambaleos. No es nada bueno. – Dijo Florence.
- Una buena sacudida de estomago no está mal de vez en cuando. – Dijo Snape acercándose. – No has dormido es mucho tiempo. Descansa, lo que viene es fuerte.
- Estoy preocupada por los chicos, se que Grezo los percibe vivos por el olfato y su intuición le hace saber si están peligro. Pero tengo miedo de que alguien los note antes que nosotros. – Dijo Florence.
- Solo quedan unas horas antes de llegar. – Dijo Snape sentándose en la camita estrecha, sumido en la oscuridad. El agua había apagado la lámpara de aceite.
- ¿Tienes alguna poción para revitalizarme? – Dijo Florence – No puedo dormir.
- Si, pero creo que está perdida en este desorden. – Dijo Snape acercándose a su cara acariciándola. – Intenta dormir.
Lupin estaba sentado en el piso de la embarcación esperando el amanecer mientras cerraba los ojos. Grezo se mantenía vigilante en un rincón, mientras Tara se recostaba en una de las piernas de Lupin y Tonks se apoyaba del hombro del licántropo. Dana estaba sentada en un sillón durmiéndose a medida que pasaba el tiempo.
- Todo ha sido muy rápido. Incluso me estás acompañando en este viaje que no te incumbía. – Dijo Florence recostada en el pecho de Snape quien estaba acostado al lado de ella en la habitación haciéndole compañía.
- Tu sabes como es… será diferente. Yo estaré allí todo el tiempo. – Dijo Snape. – Para asegurarme que nada te va a pasar.
- Quiero creerlo. Quiero saber que va a pasar después, pero no me atrevo a preguntar.
- No preguntes, lo que tiene que pasar, pasará. – Dijo Snape besando su frente.
- No quiero perderte otra vez. – Dijo Florence mirándolo y el también la miró fijamente.
- No me perderás, siempre estaremos juntos. – Dijo Snape. – La gente tiene miedo al ver tu mirada, asegurando que hay muerte en ella. Pero yo cada vez que veo a tus ojos veo a una niña, que niega a dejar de ser inocente a pesar de haber sido abusada muchas veces. Veo a una mujer que despierta los deseos más ocultos de mí ser. Veo eso que siempre busqué, en tus ojos vive mi refugio. – Dijo Snape abrazándola y besándola lentamente.
- Sentirte otra vez, no te cansas. Me dirías cualquier cosa para acercarte a mí y tomarme. Pero puedes hacerlo sin decirme nada, porque sabes lo que pienso. – Dijo Florence mientras Snape besaba su cuello.
- Pero las palabras ayudan a la concentración, te ayudan a imaginar cosas que te ayudan con el trabajo y quizás le agreguen elementos interesantes al acto. – Dijo Snape susurrándole al oído.
- ¿Dónde he visto esto antes? – Florence murmuró mientras sonreía. – Con el ruido de las olas me distraigo. ¿De que acto hablas?
- De este mismo. – Dijo Snape presionando su mano sobre su torso y lanzándose sobre ella.
- Debes estar loco. – Dijo Florence preocupada. – Nos pueden descubrir, es una misión especial y t
- La puerta está cerrada con seguro, me aseguré de eso antes de acercarme a ti…
- Lo planeaste.
- …y ellos suponen que estamos durmiendo. – Dijo Snape acariciando su abdomen con un suave masaje. Mientras su lengua pasaba por su cuello y subía por la oreja. Hasta que se encontrón frente a frente.
- Mi corazón está acelerado. ¿Será porque estás conmigo o porque será nuestra ultima vez? – Dijo Florence besándolo mientras pasaba sus manos suavemente por la espalda y paseando sus uñas peligrosamente sobre la superficie de la piel.
- Me encanta cuando eres así y lo haces así. – Dijo Severus mientras sacaba y volvía a introducir su lengua en la boca de su compañera. Suavemente Florence sintió como el calor se apoderaba de su cuerpo, en una ráfaga de emociones y sentimientos. Algo le iba presionando el cuerpo y sus piernas temblaban.
- ¿Te hago daño? – preguntó Snape sin pode respirar bien
- No, pero y si lo hicieras que importa. Contigo me ocurre que puedes conseguir que el dolor se convierta en placer o viceversa. – Dijo Florence agitada.
- Hagas lo que hagas, querida. No le cuentes esto a Tara, no quiero que Potter ni Weasley anden leyendo nuestras experiencias en sus libros. – Dijo Snape mientras Florence se revolcaba en la pequeña cama y lo empujaba hacia atrás haciéndolo sentar.
- Relajate – Decía Florence sonriéndole mientras él acariciaba sus muslos. Se unieron en uno solo tras un largo abrazo y un beso que fundió sus cuerpos entre el calor y la pasión desenfrenada. Todo iba bien, hasta que Florence se apartó.
- ¿Qué ocurre? – Preguntó Snape.
- Nada, solamente tengo un calambre. No me siento bien… siento dolor, un dolor intenso dentro de mi. – Dijo Florence volviendo a respirar.
- Perdona, es que…
- No fuiste tú. – Dijo Florence. – Tienes razón, estoy débil y necesito dormir. Hoy no es mi día. – Florence se volvió a vestir dejando preocupado a Snape quien la acarició para alentarla.
- Duerme un poco, yo estaré acá. – Dijo Snape a su oído y recostándose a su lado.
- Me gusta cuando estás a mi lado. – Y sin decir más palabra cayó dormida en los brazos de su amado.
Fin del Capitulo
Silence Messiah: Algo intenso y lo que viene ahora. Si en eso de los vampiros, está muy buena tu pregunta como fue que Snape marcó a Florence y sin darse cuenta, es parte importante del final. Lucius en el ministerio... simplemente espera, respira y observa. No, no me lastimes con una navaja, publicaré más pronto. (Publiqué el jueves y hoy es lunes).
Lilith Ireul: Volví! Alégrate... que bien que hagas una fiesta. Si nos invitas a todos estaría bien. Nunca me pasó nada, publicaré más rápido antes que empieces clases, de hecho quiero escribir todo de un tirón y disfrutar de ponerla poco a poco *risa perversa*
Malu Snape Rickman: Sip, la semana santa me iluminó con tiempo e imaginación para escribir. Bueno, lo de las escenas es que... jejejejej, y si lo remate como vampiro, el sabe que en el fondo es uno de ellos... el abuelo vampiro tiene cosas de Lucius, como no tocar la puerta antes de entrar.
Gaby-Snape: Nosferatu el abuelo del año? jajaja. Que bueno que te siga gustando, preferí tomarme tiempo y esperar hasta que la inspiración me tocara. Saludos y gracias por el review
Dark_eros: ya te agregué al MSN, de hecho ya lo sabes. Ya lo tengo todo en mi cabecita, mira en Azkaban, mira en Azkaban y espera lo que va a pasar.... el final ya te dije que será más feliz, pero no te ilusiones. AL fin y al cabo la felicidad es relativa... el final ya no está pautado por JK sino por lo que me invente o se me ocurra.... reza para que sea algo cuerdo!! ^^
Arwen Black: Hola querida Si, estoy bien. Si, es vampiro... ¿les tomo a todo por sorpresa? Por Dios! lo lleva en sus venas, ¿no lo narró en la primera parte que su padre era hijo de un vampiro llamado Nosferatu? Si, ser vampiro es una nueva cualidad... hey! no son tan escandalosos porque quieren dar el ejemplo o porque ya no son jóvenes de 20 años... nah!! Prometo mas para el final... Y veremos si Tara quiere escribir la segunda parte de esto.
Clau de Snape: Me alegra que te pareciese valiosa la espera. Me siento aliviada con los que leen la historia. Tenia que hacerlo largo, tanto tiempo, esperaba llenar ese espacio... Malfoy como ministro, nadie lo imaginaba.... ya veo. Como verás conocer a sus parientes lejanos ayudará a la aventura final (preguntale a Grezo). Las mujeres si tenemos el poder... primero aceptando a Nosferatu y luego vemos si queda tiempo para el viejo Donald. Veremos, veremos a Ariadne tambien....
