Soy malvada. Pobres de los que lean el fic =p. Otro capítulo que dejo en continuación. Si quieren hacer sugerencias, preguntas, críticas constructivas, o poner cualquier cosa, recuerden que para eso se inventaron los reviews ^o^ (--me encanta esta carita ^^').
P.D: No vivo en Inglaterra, ni soy millonaria, ni he salido en montones de revistas, ni nadie en el mundo me admira, si alguien busca a Rowling, puede ir a buscarla entre alguna multitud de fans en su país. Yo sólo tomo prestados a los personajes sin que ella se de cuenta =p.
(*) Es alemán, y, si no me
equivoco, quiere decir control del cuerpo y la mente.
(**) Me parece que significa 'despojo de magia'.
*****
Parecía un día normal en la escuela de Hogwarts, pero no todo es lo que parece,
y esta no es una excepción. El día de hoy las fuerzas de Voldemort planean un
ataque masivo a la escuela, y sólo uno de los dos lados quedará en pie una vez
que caiga el líder de la orden del fénix. Las oscuras figuras de los mortífagos
ya se encontraban en puntos estratégicos, preparados para atacar a la primera
señal de su amo.
Gracias a Severus, la orden se encontraba en el vestíbulo del castillo, esperando para 'sorprenderlos', mientras los estudiantes y algunos de sus familiares se encontraban refugiados en las casas.
Una vez que el Sol se ocultó completamente, los hombres de Voldemort empezaron su ataque. Dos horas antes de lo que los esperaban en el castillo. La resistencia todavía no estaba bien preparada, y no eran muchos, así que en menos de media hora, y menos de los muertos que se podían haber esperado, el mismo Voldemort ya se encontraba enfrente de Albus Dumbledore, junto con su mano derecha.
El director miró al chico y luego a su enemigo, para dar un suspiro cansado y comenzar a hablar. -Veo que por fin conseguiste lo que querías Tom. Realmente debí ser más precavido, pero me confié a que no lo podrías encontrar mientras estuviera siendo cuidado por su familia. Sólo quisiera disculparme por no haberlo protegido mejor.
-Lindo discurso Albus. Lástima que no sirva de nada. Antes de derrotarte definitivamente, te daré un poco de paz mental. El chico ni vino a mi, ni se entregó sin resistencia. Está a mi lado gracias a un conjunto de pociones llamado 'Kontrolle des Körpers und vom Verstand' (*), realizado por tu querido espía Severus Snape.
-Sí. Después de lo que acaba de pasar, supongo que a nadie le quedan dudas sobre su lealtad. Ojalá que haya hecho la elección correcta, y que pueda vivir con lo que ha provocado.
Terminada la pequeña 'conversación' entre Voldemort y el director, el primero apuntó su varita con firmeza al segundo, preparado para atacar, pero fue interrumpido de nuevo por la voz del que una vez fue su profesor. -Sé que está batalla ya está perdida, pero si sirve de algo, no opondré resistencia a cambio de que muera la menor cantidad de personas. Estos niños todavía pueden tener un futuro, y si puedo hacer algo para dárselos, haré lo posible por que suceda.
El heredero de Slytherin sonrió levemente de una manera maliciosa, y susurró. -De acuerdo.- Ahora con una voz más fuerte y decidida, gritó -'Magic verdirbt' (**). Un rayo blanco golpeó el pecho del profesor, dejándolo inmediatamente inconsciente.
-Malfoy.
-Ordene amo.- Respondió rápidamente Lucius (sonó como el genio de la botella ^o^).
-Quiero que te encargues de encerrar al viejo en una de las mazmorras del castillo. De preferencia una de las que 'acondicionó' Filch, y que dejes a un par de guardias para vigilarlo.- Sin protestar ó hacer algún comentario, el Malfoy mayor hizo lo ordenado, llevándose a un par de mortífagos para que levitaran al hombre mayor.
-Los demás encárguense de que el resto de la escuela se reúna en el gran comedor dentro de media hora. Ahora que estamos al mando de la escuela, empezaremos a hacer unos cuantos cambios.
Una vez que su orden fue cumplida, los mortífagos del círculo interior se encontraban sentados en la mesa de profesores, con Voldemort en el lugar de Albus, mirando las diferentes reacciones de los huéspedes del castillo. El profesor de pociones observaba el comedor con una mueca entretenida, disfrutando las miradas que le daban los alumnos que sabían sobre su participación en el ataque.
Parándose, y realizando un rápido sonorus, el terror de Inglaterra empezó a hablar. -Como se habrán dado cuenta, hemos tomado el poder de la escuela y mis hombres se encuentran cuidando que no haya algún alboroto de su parte. Para empezar, quiero que los que todos se paren y se vayan sentando según el orden que iré diciendo. Los que vayan a recibir su marca en los próximos meses, hagan favor de sentarse en la parte delantera de la mesa de Slytherin, luego los que la vayan a recibir el próximo año, y así sucesivamente. Sorprendentemente, miembros de las cuatro casas se acomodaron ordenadamente en los lugares asignados.
-Muy bien. Ahora, los que pretendan unirse a las filas de mis mortífagos, y los que tengan familiares en esa situación, vayan ocupando la mesa de Ravenclaw. Casi toda la mesa se llenó, dejando unos cuantos huecos al final.
-Los prefectos, premios anuales, y otras personas con reconocimientos, pueden ocupar los espacios restantes en la mesa- la mayoría de los prefectos obedecieron la orden rápidamente, con excepción de los dos de Gryffindor. Al notar esto, Tom agregó. -No importa su papel en la resistencia, o que no quieran hacer lo que digo. Por cada persona que no obedezca, 5 aurores y 5 muggles serán traídos para ser asesinados. Planeaba que fuera una cantidad 4 veces mayor, pero acordé con que la menor cantidad de personas sería asesinada, así que esas muertes serían responsabilidad del que no acate las instrucciones.- Con este comentario, ambos chicos quedaron pálidos y se sentaron lentamente en los lugares asignados.
-Mucho mejor. Bueno. Los que tengan familiares que no quieran que sean asesinados, pueden sentarse en la mesa de Huflepuff, y si faltan espacios, al frente de la mesa de Gryffindor. -Antes de que terminara el enunciado, muchos de los chicos corrieron a tratar de alcanzar un lugar lo más cercano posible a la mesa de profesores, hasta llenar tres cuartas partes de la última mesa.
-Los que todavía no están sentados, pueden ocupar los lugares restantes en el comedor. Ya después serán acomodados en las celdas del castillo, en lo que se decide un destino adecuado para ustedes.- Y con una actitud calmada y relajada, el hombre volvió a sentarse. Pasándole una lista a Lucius y otra a Severus, Voldemort se retiró del comedor junto con uno de sus más leales mortífagos, hacia las habitaciones de Slytherin, y un cuarto privado.
-Parece que a dos de tus amigos no les gusta obedecer órdenes Harry. Si no quieren sentarse como se les dice, dudo que gocen mucho la idea de torturar personas a las que no conocen, pero siempre podemos ponerlos a limpiar inodoros por un par de años, y luego ver que se nos ocurre hacer con ellos- comentó el aparentemente joven al llegar a la habitación.
-Le pido perdón por eso amo. Realmente no esperé que mostraran rebeldía en este punto. Si vuelven a molestarlo encontraré una forma de castigarlos que lo satisfaga- dijo Harry tratando de satisfacer al hombre al que le pertenecía.
-Realmente no importa. Por lo visto no tienen mucha influencia en sus compañeros, ya que los demás obedecieron satisfactoriamente. Es sorprendente lo que logran un par de amenazas.
El hombre de ojos rojos rodeó la cintura del menor con sus brazos, y empezó a desabrocharle lentamente la camisa, ya que la bata se la había quitado al entrar en el cuarto.
-Todavía tenemos unos minutos antes de que llegue Severus, y tengo una muy buena idea sobre lo que podemos hacer- susurró al oído del chico dorado, mientras éste se relajaba en los brazos de su amo. Todavía no estaba tan cómodo como Tom quería, al tener relaciones con el hombre, pero ya no se oponía como antes. Si no fuera por el ataque, ahora estaría encerrado en su habitación con una fuerte dosis de la poción plateada, pero probablemente recibiría ese tratamiento en un par de días, así que no tenía caso tratar de resistirse, y menos cuando empezaba a gozar la forma en que su amo lo tocaba, y su cuerpo lo demostraba.
En segundos, ambos se encontraban en la cama; Voldemort con la bata y el pantalón abiertos, y Harry batallando por quitarse completamente los pantalones. Se besaron un par de veces hasta quedar sin aliento, y el heredero de Slytherin lamía y mordisqueaba el cuerpo del chico, mientras éste convocaba un frasco de lubricante, lo destapaba, y lo esparcía uniformemente sobre el miembro erecto del hombre mayor en la habitación.
Justo cuando Tom comenzaba a penetrar fuertemente a Harry, la puerta de la habitación fue abierta por un sorprendido profesor de pociones, y se veían un par de cabezas rojas observando la escena con una expresión indescifrable.
