Fan Fic By Yuzu Yukino:
EL SUFRIMIENTO DE LOS RECUERDOS
(Décimo capítulo)
-------------------------
La oscuridad había cegado parcialmente su corazón. Solo pensaba ahora en sí mismo, solo en él. Sabía de muy buena tinta que muchas, muchísimas personas le habían hecho un terrible daño irreparable, pero por desgracia su única solución era la venganza y siempre su venganza. Haría su propia justicia y la ejecutaría a su modo, cobrándose la muerte de quien le hizo sufrir. Pero por más que lo intentó nunca pudo matar a alguien, siempre acababa compadeciendose. Ya ocurrió una vez y... no volvería a dejar que eso sucediese. Marco se lo merecía, y con creces. Las veces que le hizo chillar de dolor y agonía, y la de veces que lloró por situaciones inútiles y que pudieron ser ignoradas, salteandose la parte de los golpes y de la sangre. Si tan siquiera hubiese tenido algo de compasión por aquel pobre niño desvalido al que nadie ayuda, pudiese llegado a comprender el por qué de tanto odio acumulado y de fuerza de voluntad como para levantar una reveldía contra él.
Se acercó a aquel mueble polvoriento y de él cogió un objeto. Era una pistola, plateada, brillante. Pertenecía a la misma persona que tanto odiaba en ese momento. La tomó con su mano aun a salvo de alguna herida que la inutilizara, pues la otra aún estaba dolorida de haber sido forzada, cuando su muñeca estaba torcida y adolorida. Un pequeño resplandor salió del arma antes de ser bajada lentamente como un sablazo de un verdugo, y ocultada por la manga rasgada de la camiseta blanca de Lyserg, de la cual poco podría decirse que fuese verda, la blancura fue manchada por rojo y negro.
Sus ojos entreabiertos. Su sangre resbalando por su piel, seca, pálida, abandonada y maltratada. Su mirar, con aquellos ojos filosos, color esmeralda con un brillo apagado. Había cambiado, despues de todo. Miró directamente hacia la puerta oscura con adornos de hierro por sus bordes y por la base. Luego, del lugar de donde había salido... y bajó su rostro.
- Tan cerca... y a la vez... tan lejos. - Empezó a caminar lentamente hasta aquellas grandes puertas que le separaba de su total libertad. Levantó la cabeza, con vista al frente era como debía estar. A partir de ahora sería fuerte, dejaría su angustioso pasado y viviría el presente como alguien fuerte y sin miedos. - ........ Morphin ... - susurró en su mente como un triste recuerdo, bastante cruel que también debía ser dejado atrás. Ahora estaba solo. Solo en ese mundo. ¿Qué importancia tendría vivir si nadie ahora te necesita o te quiere?
Tomó el frio pomo de la puerta y abrió silenciosamente, para que las viejas tablas de madera no chirriasen y llamaran con sonidos estridentes a su perdición.
No esperaba encontrarse su libertad asi, pero esa fue su suerte. Estaba lloviendo, y el cielo se veía bastante negro. No pudo ni distinguir la luna ni las estrellas. solo las tenues luces de la ciudad, a varios cientos de metros. Olvidandose del agua, corrió lejos de la fortaleza, haciendo salpicar todo charco que se encontraba en su camino. Adonde se dirigía y donde sería bienvenido no le importó, con tal de que su pasado fuese dejado atrás.
Como si un alma pudiese olvidar todo aquello por lo que es ahora, tan solo la vida despues de la muerte te podría dar el descanso, no intentes borrar algo que ya está escrito. Por muy injusta que pueda aparentar la vida de alguien.. siempre.. siempre.. siempre hay algo por lo que merece la pena dejar latir el corazón. Existirá algo que detenga todo aquello que odies y solo te permita ver las cosas buenas. Porque nadie está solo...
---
- " ¡¡¿Dónde demonios está?!! " - su grito retumbó, y su puño golpeó a pared, haciendo caer pequeñas particulas de piedras. - " .. Dónde estás .. " - Fué retirando su puño e intentó calmar un poco su respiración. Se acomodó su cabello rubio y se ajustó sus lentes. Miró y miró toda la mazmorra, más solo pudo encontrar sangre, piedras y algunos cristales. - " ¿...Cristales...? ¿De dónde han...? " - buscó por todo lo alto de ese lugar y vió furioso la ventana rota, donde muchas muestras de sangre indicaban que había sido cruzada hace poco. - " ... Tonto ... Crees que consguirás huir de mí ... " - Salió de aquel frío cuarto.
Caminó por el amplio pasillo perseguido por su gran sombra, cortando su propio silencio con sus pasos, rozando las paredes con sus dedos, mostrando de vez en cuando una cínica sonrisa que era borrada por la oscuridad cuando la luz faltaba y no se podía ver su rostro. Entró en una habitación que cambiaba drásticamente con el exterior. Estaba ordenada, limpia y con bastante decoración, tonos marrónes y beich. Era un sitio realmente acogedor, salvo por el detalle de que tenía látigos, cuchillos, instrumental de tortura...
Era el cuarto de un verdadero asesino profesional. Se puso su abrigo, unos guantes y un sombrero.
- Iré por tí... mi pequeño crío malcriado... aun no entendiste que no te dejaré nunca...has cometido el más grave de los errores.. -
----
Un chico cayó sobre el tejado de una casa, creando un sonido seco y con un timbre de tejas contra piedras. Volvió a saltar quedando en la de enfrente. Asi varias veces hasta que los tejados se acabaron y tubo que saltar sobre el suelo. A causa del gran salto y la caida, se arrodilló para levantarse lo más rápido que pudo y mirar al frente. Un corto viento soplaba, moviendo los adornos de la punta de su arma y su traje, típicos en alguien como él. Giró su cabeza hacia atrás, mirando a lo lejos la pensión Asakura.
- ... ... - Cerró sus ojos dorados y movió su cabeza hacia los lados en forma de resignación.
Cuando miró hacia delante se encontró con unos ojos que le miraban fijamente, a escasos centimetros de su rostro. Se puso rojo de ira y le apuntó con su lanza como un rápido reflejos.
- " ¡¿Pero qué demonios te crees que haces aquí?! " - Grito encolerizado, procurando que ese grito no se escuchara demasiado.
- " Eres tú el que vino hacia este lugar ... chinito ... " - Sonaba la voz de cierto chico ainu, mientras apartaba la lanza de su cuello hacia un lado, como si no fuese nada. - " No son horas para ir saltando tejados, ¿no crees? " - dijo Horo Horo cerrando sus ojos y encogiendose de hombros de forma cómica, negando con su cabeza..
- " Soy libre de hacer lo que me dé la gana " - Repuso Len muy serio. Bajó su arma e hizo alguna que otra chulería, para despues colocarla sobre su hombro. - " Solo estaba paseando, nada más, quería despejarme un rato. " - Empezó a caminar y pasó de largo del chico peli-azul, en dirección a su destino.
- " Jo jo ... ni siquiera te pregunté hacia donde te dirigías... y llevas tu arma contigo a punto de matar a cualquiera. ¿De verdad esperas que me crea que solo vas a pasear? Por favor, Tao. - Dió media vuelta y se puso a mirar como Len lentamente paraba y le dirigía una pequeña mirada de fastidio sobre su hombro. - " ¿Tengo razón o no? " - sonrió Horo.
- " Bah.. no pienso perder el tiempo contigo. Pierdete " - Cuando estaba a punto de partir sintió como rápidamente Horo Horo le había cogido de su brazo. - " ¿Pero qué demonios te crees? " - replicó.
- " Chico. Calmaté. Menudos nervios tienes hoy, malhumorado. " - entrecerró sus ojos mirando fijamente al chino, con esperanzas de saber claramente lo que pasaba por su cabea en ese mismo momento. Era muy curioso. Además, el se interesaba más por Len de lo que los demás pensaban. - " Len... " - susurró.
- " Solo quiero pasear. " - volvió a decirle. Quitó bruscamente su brazo y marchó por las calles, apartandose cada vez más de Horo. Este le miraba con la boca entre abierta, intentando decirle algo, pero no pudo. Suspiró y se dirigió a casa de su amigo Yoh.
...Pero... la curiosidad mató al gato...
- Que cabezota eres Len Tao - Horo Horo pudo ver que a Len no se le veía. - Lástima que yo también lo sea. -
Pero Len tenía un presentimiento muy incómodo en su interior que no le dejaba tranquilo. Sus ojos amarillos brillaban, pero no se debía ni a la luna ni a las estrellas, desaparecidas aquella noche tan húmeda y llubiosa. Parece ser que todas las farolas de aquellas calles estaban rotas e inservibles. Iría a oscuras un buen rato. Entonces... ¿qué brillaba en aquellos ojos? Simple. Eran ojos de un ser humano, antes de llegar al colapso. De ser vaciados y dejar que su contenido alcance un lugar más alejado y frío en este mundo que no sea un cuerpo. ¿Lágrimas? Tal vez...
---Pensión Asakura---
**Pasado de Hao y Lyserg, segunda parte**
Yo estaba acompañado por Opacho. Pasaron solo dos días y desde entonces no le pude olvidar. Era el caso más reciente, lo sé, pero por más que me intentara convencer a mi mismo de que hice lo que debía hacer, demostrar mi gran poder, no pude hacer desaparecer ese sentimiento de culpabilidad. Pasamos por esas calle, buscando un lugar en concreto. Un itio en el que pudiéramos comer sin la necesidad de pagar y sin llamar demasiado la atención en aquella fría y lluviosa ciudad de Londres.
Encontramos un pequeño puestecito chino en un callejón. No era gran cosa, pero tenía muy buena pinta y el olor que desprendían aquellos fideos era realmente apetecible. Sin esfuerzo matamos al viejo dependiente y nos escondimos en las profundidades de aquella callejuela, hasta el lugar más oscuro y silencioso. Opacho acabó rápidamente y le mandé llevarse el resto para los demás chicos, en nuestra base a las afueras de aquella hermosa ciudad. Hermosa.... me estaba empezando a gustar, y eso que odio los lugares humedos y frescos.
Pero esa noche era tranquila. No llovía. Me permití el lujo de pasearme por las calles desiertas y contemplar monumentos históricos y pequeños jardines. Pasando por los más simples puestos de recuerdos, hasta el gran Big Ben, del cual no perdí detalle alguno. Un poco de turismo de vez en cuando no mataba a nadie, ¿cierto?
No sé cuál fue la razón ni cómo llegué a para allí, pero.. ahí estaba... una gran mansión apartada del resto. Estaba negra por algunas zonas. Había sufrido un incendio.... provocado.
Y solo habían pasado dos días...
Entró tímidamente por el portal. No había puertas, solo dos trozos de madera negra enganchados por las visagras estropeadas del marco de la puerta. Caminé por encima de escombros, cristales, piedras,... Decidí pasar corriendo todo aquer lugar nostálgico lleno de malos momentos y se pegó a la pared. Busqué con mi vista algo de valor, no sé el qué, pero no tube mejor idea que aquella.
Enfoqué mi vista un un lugar específico. Tres cuerpo muy juntos tirados en el suelo. ¿No había dejado con vida a aquel miserable chico? Me acerqué y le ví mejor. Estaba dormido, abrandose, con un rostro bastante triste y con lágrimas. Estube apunto de tocarle, pero antes de poder hacerlo unos ojos se abrieron sorpresivamente, mirandome fijamente. Yo le miré a él, a esos ojos verdes de aquel pequeño niño agazapado en el suelo.
No tardó ni un segundo cuando de un pequeño grito, se levantó del suelo y salió corriendo piso arriba por las escaleras. Algunos peldaños que él pisaba se rompían y el se arañaba, pero ni eso le detubo para llegar a la segunda planta y allí seguir su camino en busca de algún otro lugar.
Yo le seguí a toda prisa, desde muy de cerca. Yo tenía mucha agilidad y tenía energías suficientes a diferencia de él. Pero eso no bastó para poder alcanzarle. Se encerró en un cuarto al final del largo pasillo destruido y allí se quedó. Yo golpeé la puerta varias veces, hasta que me valí con la ayuda del espíritu del fuego para derribarla. Un espacio nuevo envolvió mi cuerpo, me sentí mucho mejor. Ese lugar estaba ordenado y limpio, algunas cosas estaban tiradas por el suelo, pero le daban un aspecto más perfecto y cómodo. Juraría haber sentido algo de afecto y fraternidad en aquella casa.
Aunque por mi culpa toda aquella familia había perdido su amor, y su vida. ¿Me siento culpable? Probablemente si, pero... ¿acaso alguien de mi clase debía preocuparte por los asuntos ajenos? Si con eso consigo que al menos alguien me tenga como un amigo, estoy dispuesto a realizar dicho sacrificio. Pero mi imagen se vería manchada por las imperfecciones humanas y la sociedad. No puedo arriesgarme a tal crisis personal.
Unos pequeños sonidos bastaron para que perdiera todo aquello que llevo haciendo durante tanto tiempo, la curiosidad y la preocupación. Miré y miré, pero no alcancé a ver a aquel chico. ¿Dónde estaría? Mi rostro se torno algo vulgar, como el de un pequeño niño que busca su juguete. Miré tras las cortinas, dentro del armario, detrás de algunos muebles. Pisaba por el camino pequeños juguetes, peluches, hojas y lápices de colores. Propios de un niño pequeño. Yo le ví meteres en esta habitación y le encontraría.
Otro sonido, esta vez más sonoro y agudo. Debajo de la cama. ¿Cómo es que no pensé antes en eso? Me aproxime a su base y lentamente me puse de rodillas, flexionandome para poder ver. Estaba sucio y oscuro, pero aun asi pude ver algo o alguien moviendose. Extendí mi mano para alcanzarlo, recibiendo un fuerte golpe.
- " OUCH!! ¡Pequeño bastardo! " - grité enojado. Golpe o sim él. metí la mano hasta el fondo rapidamente para agarrar algo blanco y caliente, tiré de el y ví un pequeño brazo pálido entre mis manos.
- " ¡Suéltame! " - Escuché una dulce voz llenar mi cabeza, parpadeé y tiré más, aunque más despacio. Ví un pequeño rostro por unos instantes, pero se ocultó cerrando sus ojos y mirando al suelo. - " ¡Fueda! " - dijo algo más infantil, pero con ese tono tan atrallente y blando. Logró soltarse, pues yo me había distraido en aquel timbre sin siquiera protestar por el brusco tirón que me dió.
- " Hey! " -corrí rápidamente y volví a cogerle, aunque metí la mitad de mi cuerpo bajo el mueble. Tiré de sus dos brazos y, después de mucho batallar, salimos los dos de debajo de la cama. - " ¡Espera un momen-- hay! " - El pequeño granuja me había pegado un fuerte bocado en la mano y se había quedado ahí, mordiendo como podía para que de una vez por todas liberara su brazo. Movía su cabeza de un lado a otro como intentando llevarse un pedazo. Yo le miré un tanto molesto, pero tampoco dolía tanto que se diga, no lo hacía tan fuerte como para que me pusiese a sangrar. Solo pude observar como aquel chico se dejaba la vida por intentar tal cosa.
Ponía una carita fruncida y sus pequeños dientes enganchados a mi mano. Sus ojos cerrados fuertemente y sus puños cerrados, haciendo un gran esfuerzo en su propósito. Al rato se cansó, al ver que yo ni me quejaba ni hacía nada para soltarle. Dejó su boca ligeramente abierta sin hacer ningún tipo de esfuerzo, y al fin pude apartar mi mano. Me miró directamente a los ojos y fue bajando su vista hasta encontrar el suelo de nuevo. Yo le solté, pero esta vez no se movió, solo acabo dandose un pequeño golpe en el piso al no haber nadie sosteniéndole.
- "¿Por qué muerdes? " - le dije enojado, sobandome la zona afectada por la mordedura.
Me miró terriblemente furioso. Me señaló con su rechoncho dedo índice justo en la cara acusadoramente, para luego casi gritarme con su voz quebrada.
- " ¡¿Por qué les mataste?! " - chilló. Soltó todo el aire que tenía en sus pulmones, para luego recuperarlo.
- " ¿Matar...? " - dije con un tono bajo. Ni por un instante me había parado a pensar, utilizar lo que tengo sobre mis hombros y comprender el por qué de todas estas situaciones tan desconcertantes en aquel chiquillo.
- " ¡¡Si!! ¡¡Asesino!! " - se lenvató rápidamente y se lanzó sobre mí.
Pude detenerle a tiempo, antes de que callera de lleno sobre mi cuerpo. Tube buenos reflejos, no como él, que impactó sobre la alfombra de colores que adronaba el elegante cuarto. Se levantó algo adolorido, avergonzado de su torpeza. Hao puso sus manos tras su cabeza y entrecerró sus ojos, como si lo que acabase de hacer no le hubiese costado ningún esfuerzo.
- " ..... umm... " - fue dejando escapar pequeños quejidos de protesta infantil y se tumbó en el suelo, ocultando su rostro entre sus brazos y empezar a llorar como un niño de 6 años. - " ... por tu culpa.. " - empezó sin fuerzas y pausado - " .... por tu.. culpa... estoy solo.. " - se pudieron oir de él más sollozos, que eran apagados con las mangas de su pequeña camisa blanca. - " y ahora no sé que hacer.. ni a donde ir... estoy solo y tengo hambre... ¡¡Quiero a mis padres!! " - gritó con dificultad, pues sus lágrimas le impedías hablar con claridad. Levantó su rostro y miró con ira a el otro chico, quien solo le miraba indefinidamente y volteaba para perder aquel contacto visual.
- " La culpa fue de ellos, no mía.. " - Se cruzó de brazos. Como si lo que él dijiese fuese la verdad y no tubiese la culpa. Solo pudo sentir como a él también se le iban contagiando aquellas ganas de llorar de tristeza, al escuchar los pequeños jimoteos de la dulce voz del chico, quien intentaba hablar sin éxito. - " Ya, ya, para de quejarte... eres un quejica " - frunció el ceño, cerrando sus ojos molesto, pero seguía oyendo, y cada vez más sonoro, los continuos sollozos. - " Que débil eres.. " - y ni eso lo calmó. Siguió con aquel llanto... que me atraía tanto... - " ¡¡A CALLAR!! " - se calló rápidamente asustado, lleno de terror y dirigiendose a un rincón de la habitación como pudo. He de admitir que me atraían en cierto modo ese tipo de cosas tan lindas de críos.
El pequeño Diethel ocultó su rostro tras sus pequeñas manos, temiendo que le hiciera algo. La verdad, debería matarle, pero no me atrevo a hacer tal cosa, es como si algo me lo impidiese, porque cada vez que veo su cara es como si todo se detubiese y solo tubiera tiempo para mirar el verde de sus ojos profundos, infantiles y grandes, que profundizaban cada vez más en mi mente. No sé si me estaré volviendo loco o paranoico, pero juraría haber sentido... lástima y compasión... es extraño pues, no soy una persona lo que se dice "amable", sino alguién que no se deja llevar por sentimientos. Por una vez eso estaba cambiando, en contra de mi voluntad.
Me acerqué, paso a paso hasta quedar a la ridícula distancia de medio metro. Me puse de cuclillas y le aparté una de sus manos de forma suave y calmada. Sus ojitos... me miraban tan aterrada, como fríamente, haciendo que mi corazóin fuese realentizando y congelando. ¿Acaso le estaba teniendo algo de miedo? ¿Por qué? ¿Por temor a que me odie y me pegue? Bueno, no le temo a los golpes, pues yo soy muchisimo mas veces, comu un millón más fuerte que cualquiero otro ser, pero le temía a que me odiase, de alguna manera mi cuerpo sufría la necesidad de que aquella persona se fijara en mi, me admirase y me apreciara, y que a la vez me quisiera, como amigo o de cualquier otra forma con la que le tubiese cercano.
Él, por el contrario, maquinaba detalládamente cómo haría ara golpearme o atacarme, cualquier cosa que me hiciese pagar todo lo que antes, ahora, y en un futuro le esté haciendo. El dolor de la perdida de familiares muy cercanos como sus padres, y la soledad en la que le he hundido. Esto nunca podrá ser personado en ningun día de su vida, porque sé que es muy duro estar solo, yo también lo estoy, pero al menos tengo a mis caparadas. ¿Qué tiene él? ¿A quiénes?
El tiempo pasaba y ninguno de los dos se atrevió siquiera a romper el incómodo silencio que se estaba construyendo cada vez más inquietante y algo paranoico para ambos. Queriamos romperlo de alguna manera, aquel circulo inacabable de la nada. Aparté otra mano de su pálido rostro, frente a mí observé un muchachito, sé que era un shaman y no humano, pero hubiese prometido a las estrellas que lo que veía era una delicada hoja verde e indefensa, con la que podría prepararme un dulce té. Era una luna en en cielo, mi sol de día. Asi decir tantas cosas... ¿desde cuándo me había vuelto romántico y me había puesto a hacer y decir tales patrañas y cursilerías? Le fui bajando las manos y me acerqué a inspeccionar más detalladamente.
Lyserg sentía aquellas manos en sus débiles brazos, sentía un hambre voraz que iba aumentando, sentía miedo, terror, sentía mi atenta mirada especuladora recorrer su cuerpo, su cara, todo. No le agradaba, le fastidiaba muchísimo. Deseaba que me alejara de él y no apareciese nunca más, que me pudriera y esfumase. Le entiendo, pero es él el que no me entiende a mí. Necesito estar un rato más con él.
- " ...... ¿Qué? " - me preguntó, retirandose, alejandose de mí, agudizando su vista para poder predecir mis movimientos y estar alerta.
- " Nada, solo quería observarte. " - Le solté de nuevo. Creo que ya era suficiente por hoy. Tenía que dejarle, se estaba convirtiendo en una auténtica droga eso de quedarme observandole. - " Me voy, quédate aquí solo todo el tiempo que quieras. Yo tengo otras cosas más importantes que hacer. " - Me di la vuelta y andube hasta llegar hasta la puerta. Ahora solo tendría que cruzarla y olvidar todo lo que ha pasado aquí y las cosas tan extrañas en las que pensé y sentí.
- " ¡¡Espere!! " -
-Fin del Flash Back-
---Parque exterior---
No supo muy bien cómo había llegado a parar hasta aquel lugar solitario, lo único que hacía era correr, doblando esquinas, pasando por altos callejones y oscuros parajes hasta encontrarse con aquel lugar abierto y frondoso, amurallado a su alrededor y lleno de barro y agua. Estaba totalmente empapado, y con su camiseta se secaba las pequeñas cotas que caian desde su pelo por su cara. Tenía frio, el viento le azotaba continuamente, pero aun asi no desvanecería, seguiría adelante hasta conseguir sentirse libre, al menos poder sentir la seguridad de estar a salvo del peligro.
Lo deseaba tanto. Ser feliz. La palabra felicidad retumbaba dentro de su cabeza como una necesidad grande, que sería la única cosa que le mantendría con vida, y si no la encontraba se iba a desesperar.
Era un sueño todo esto para él. Una pesadilla de la que deseaba salir, despertar. Algo que tenía que acabar pronto, antes de que él acabara. Sus piernas actuaban por simple mecánica y sus ojos ya no tenía un punto fijo. Aveces se podían enfocar las gotas que caían desde el cielo a la tierra, las hojas arrastradas por la brisa. Las fuentes apagadas y sin funcionar, con el agua turbia y sucia en su interior. No había ningun alma circulando a varios kilómetros a la redonda. Los arboles secos mecían sus ramas vacías y secas provocando un sonido aterrador, y encogiendo el pecho de aquel que escuchase ese melancólico silvido shirriante y molesto.
Uno de sus pies quedó clavado en el suelo, y el otro le siguió. Miró hacia los lado, asegurandose primero, y luego relajo sus musculos y su respiración. Ya no podía segur asi, al fin el cansancio le había vencido. Pero algo le empujaba, su cuerpo le estaba gritando que siguiera y no mirase más hacia atrás. Estaba en peligro, podía presentirlo pero no sabía de que se trataba hasta que ya era demasiado tarde. Escuchó varios sonidos alarmantes. Sonidos que pretendían ocultarse y ser silenciosos, pero acuaausa de la lluvia no pudo ser. Los charcos transmitían esas bibraciones y ondas hasta sus despiertos sentidos. Pudo girarse y observar como un hombre salía de las oscuras y tenebrosas sombras de una pequeña calle cerca de él.
- .....Esto no me puede estar pasando...... -
Su pelo rubio, sus ropas de tonos marrones, sus gafas. Quería retroceder, pero una pequeña valentía salío de lo más profundo de su corazón, y le echó cara al recien llegado, poniéndose en posición defensiva. Pero a cada paso que se le acercaba, más le temblaban las manos, las piernas, los labios.
- " Ven... acercate... vente hacia mí... " - su voz hipnotizante parecía hacerle olvidarse de que estaba a punto de ser alcanzado. Su cuerpo volvía a calmarse y empezó a cerrar sus ojos. No podía huir, estaba cansado para seguir corriendo, y si lo hacía, esta vez le alcanzaría con mucha facilidad. - " Relajate y calmate.... " - unos últimos pasos y sería suyo. Tan solo tenía que seguir asi, aprovechando la debil y confusa mente del chico pequeño, unos pensamientos que divagaban por todos sus oscuros rincones de su cabeza y que no podían volver a salir de aquella burbuja de melancolía que era su triste vida.
Manipulado, siendo engañado. Aquel tiempo de pausa parecía haber ocurrido en horas, pero simplemente fueron varios segundos. Los bordes y pliegues, de sus ropas y de su piel brillaban por medio de los rayos de las débiles y distorsionadas luces de los faroles. Pareció que el cuerpo del niño se inclinaba para caerse. Abrió sus hermosos ojos esmeralda, lo mínimo que pudo y fue aumentando su campo de visión. Levantó su mano dislocada, mostrando un dolor pasado, enseñandole el sufrimiento.
Marco se le quedó mirando por unos instantes mirandole de forma indefinida, hasta que la siguiente jugada le dejo un poco sin aliento, y le hizo fruncir el ceño, enojarse y asustarse. Como si todos aquellos temblores quisiesen entrar en su propio cuerpo traspasados por el pequeño Diethel, inofensivo aparentemente, e indefenso.
El lanto de aquel niño fue contenido. Mostró, levantando su otra mano, la hersosa y brillante pistola, fría, sujetada debilmente por su mano. La ropa la crubría ligeramente, pero seguía asustando, y más, al hombre adulto. Esta vez se quedó callado, dejando todas aquellas mentiras de persuasión, fue retrocediendo hacia atrás. Antes de que fuese herido por la primera bala disparada, consiguió ocultarse por el mismo sitio por el que había llegado. Todo se quedó en silencio, un silencio amortiguado por la lluvia.
Lyserg bajó sus manos, y dirigió su vista al suelo, agotado. Sus oidos aun le dolían un poco por el disparo, y el humo salido de la pistola ya había desaparecido. Un lebe crujido, a los pocos minutos, se escuchó detrás suya. Miró algo alarmado para encontrarse mirandole directamente a los ojos. Sin decir nada más, tan solo abriendo un lebe rasquicio de su boca. Un disparo más se oyó esa misma noche, pero nadie alcanzó a oirlo por los truenos y relampagos centelleantes de aquella lúgubre y horrible noche, a altas horas de madrugada.
Continuara......
----------------------
COMENTARIOS:
Yuzu: Jajajaja xD Weeeeeeeeeeeee!!!! I´m happy!! *_* no sabéis lo que me costó este capítulo xD la fuerza que me empujó a hacerlo fue mi lectora n°1, kini-chan, quién es también la sadomasoquista n°1 xDD En realidad este capi se me había borrado por completo del pc, pero por suerte le envié un cacho a Kini que me ayudó a seguir =P
Lyserg: lástima u.u pude haberme librado más tiempo de esta pesadilla, pero no fue asi T-T
Yuzu: fuiste tú quien lo borró?? O.O
Lyserg: no ._.
Yuzu: -_- okis... (suspira)
Hao: maldita otaku!! __ No metas al chino y al pedestal en esto!! el inglés es solo mío!! ¬¬
Yuzu: ajo y agua Hao, xD lo que yo diga es mi voluntad (vease a Yuzu vestida de una master, con gafas de sol y trajeaa, con un cetro en su mano) arrodillaos! esclavos y subalternos míos! pronto el mío será de vuestra ama! muwhahahahahaha!!! (se ríe de forma histérica)
Cri cri... cri cri....
Yuzu: ..... valeeeeee... ¬_¬U
___________.: Kini-chan :.____________
Bakura: con que si, eh? (deja a Jeanne atada a varios metros y saca un revolver) ya veremos quién gana a ese juego de matar a esa tipa (apunta en la sien de Jeanne, mientras esta niega frenéticamente con cascadas en sus ojos de pánico)
Ryou: (con banderitas animando a Bakura) ánimo! tu puedes! ^-^
Yuzu: de verdad, Kini, este es el review más hermoso que me enviaron T¬T (con un pañuelo llorando de emoción)
BANG!!!
Hao: bah.. no es para tanto, es solo un comentario más sin importancia -.- (haciendo movimientos con su manos de pasota)
Yuzu: pero para mí es muy importante que mis lectores me digan este tipo de cosas!! *-*
BANG! BANG!
Yuzu: y es cierto!! XD en verdad creen que Lyserg dejará de sufrir?
All: ._.'
Yuzu: Exacto!! XP
BANG! BANG! BANG! PAÑUM!
Hao: si es que soy el mejor (pose triunfante que hace que sus fans se derritan)
Lyserg: ...
Hao: inglés, a qué esperar para sucumbir y derretirte? XD
Lyserg: ¬__¬U
Yuzu: PARTY! PARTY! PARTY! ........ lujuria... x3
BOOOOOOUUUUUUMMMM!!!!!
Yuzu: niño! Bakura! . Deja ya a la desgreñada esa!!
Bakura: perdon ^-^
Ryou: Bakura ganara! ^____^ (abraza a Bakura)
Bakura: n///n (le abraza)
Observen una encantadora escenita con los dos albinos, con un fondo rosado y tonos pastel. Cada vez se acercan más y más, mirandose directamente a los ojos. El momento perfecto... y se besan.
Yuzu: */////* ...
Hao: ... yo quiero estar asi con el inglés u.u
Lyserg: .... u///ú maldito Asakura.... (se queda mirando a Hao) ...
Hao: ..... Lyserg.... el amor flota en el aire.. n__ñ
Lyserg: ... y? -.-'
Hao: (abraza a Lyserg, suplicante) por favor!! T^T
Lyserg: o///o ... ~///~ eres un pesado, lo sabías?
Hao: (le abraza más fuerte) solo por una vez!! hazme feliz!!!
Lyserg: ya me gustaría a mí serlo... ¬¬' ..... u/////u ..... bueeeeenooooo =/////=
Hao: GENIAL! ^*^ (coge a Lyserg y le besa)
Yuzu: *O* (se derrite) .... kawaii... *________________________*
Ryou: ejem... ñ__ñ' pues.... adiós! queridos lectores! esperamos verle en el siguiente capítulo. Byeeeee!! ^.^
---
By ¥uzu ¥ukino, sadomasoquista n°2
EL SUFRIMIENTO DE LOS RECUERDOS
(Décimo capítulo)
-------------------------
La oscuridad había cegado parcialmente su corazón. Solo pensaba ahora en sí mismo, solo en él. Sabía de muy buena tinta que muchas, muchísimas personas le habían hecho un terrible daño irreparable, pero por desgracia su única solución era la venganza y siempre su venganza. Haría su propia justicia y la ejecutaría a su modo, cobrándose la muerte de quien le hizo sufrir. Pero por más que lo intentó nunca pudo matar a alguien, siempre acababa compadeciendose. Ya ocurrió una vez y... no volvería a dejar que eso sucediese. Marco se lo merecía, y con creces. Las veces que le hizo chillar de dolor y agonía, y la de veces que lloró por situaciones inútiles y que pudieron ser ignoradas, salteandose la parte de los golpes y de la sangre. Si tan siquiera hubiese tenido algo de compasión por aquel pobre niño desvalido al que nadie ayuda, pudiese llegado a comprender el por qué de tanto odio acumulado y de fuerza de voluntad como para levantar una reveldía contra él.
Se acercó a aquel mueble polvoriento y de él cogió un objeto. Era una pistola, plateada, brillante. Pertenecía a la misma persona que tanto odiaba en ese momento. La tomó con su mano aun a salvo de alguna herida que la inutilizara, pues la otra aún estaba dolorida de haber sido forzada, cuando su muñeca estaba torcida y adolorida. Un pequeño resplandor salió del arma antes de ser bajada lentamente como un sablazo de un verdugo, y ocultada por la manga rasgada de la camiseta blanca de Lyserg, de la cual poco podría decirse que fuese verda, la blancura fue manchada por rojo y negro.
Sus ojos entreabiertos. Su sangre resbalando por su piel, seca, pálida, abandonada y maltratada. Su mirar, con aquellos ojos filosos, color esmeralda con un brillo apagado. Había cambiado, despues de todo. Miró directamente hacia la puerta oscura con adornos de hierro por sus bordes y por la base. Luego, del lugar de donde había salido... y bajó su rostro.
- Tan cerca... y a la vez... tan lejos. - Empezó a caminar lentamente hasta aquellas grandes puertas que le separaba de su total libertad. Levantó la cabeza, con vista al frente era como debía estar. A partir de ahora sería fuerte, dejaría su angustioso pasado y viviría el presente como alguien fuerte y sin miedos. - ........ Morphin ... - susurró en su mente como un triste recuerdo, bastante cruel que también debía ser dejado atrás. Ahora estaba solo. Solo en ese mundo. ¿Qué importancia tendría vivir si nadie ahora te necesita o te quiere?
Tomó el frio pomo de la puerta y abrió silenciosamente, para que las viejas tablas de madera no chirriasen y llamaran con sonidos estridentes a su perdición.
No esperaba encontrarse su libertad asi, pero esa fue su suerte. Estaba lloviendo, y el cielo se veía bastante negro. No pudo ni distinguir la luna ni las estrellas. solo las tenues luces de la ciudad, a varios cientos de metros. Olvidandose del agua, corrió lejos de la fortaleza, haciendo salpicar todo charco que se encontraba en su camino. Adonde se dirigía y donde sería bienvenido no le importó, con tal de que su pasado fuese dejado atrás.
Como si un alma pudiese olvidar todo aquello por lo que es ahora, tan solo la vida despues de la muerte te podría dar el descanso, no intentes borrar algo que ya está escrito. Por muy injusta que pueda aparentar la vida de alguien.. siempre.. siempre.. siempre hay algo por lo que merece la pena dejar latir el corazón. Existirá algo que detenga todo aquello que odies y solo te permita ver las cosas buenas. Porque nadie está solo...
---
- " ¡¡¿Dónde demonios está?!! " - su grito retumbó, y su puño golpeó a pared, haciendo caer pequeñas particulas de piedras. - " .. Dónde estás .. " - Fué retirando su puño e intentó calmar un poco su respiración. Se acomodó su cabello rubio y se ajustó sus lentes. Miró y miró toda la mazmorra, más solo pudo encontrar sangre, piedras y algunos cristales. - " ¿...Cristales...? ¿De dónde han...? " - buscó por todo lo alto de ese lugar y vió furioso la ventana rota, donde muchas muestras de sangre indicaban que había sido cruzada hace poco. - " ... Tonto ... Crees que consguirás huir de mí ... " - Salió de aquel frío cuarto.
Caminó por el amplio pasillo perseguido por su gran sombra, cortando su propio silencio con sus pasos, rozando las paredes con sus dedos, mostrando de vez en cuando una cínica sonrisa que era borrada por la oscuridad cuando la luz faltaba y no se podía ver su rostro. Entró en una habitación que cambiaba drásticamente con el exterior. Estaba ordenada, limpia y con bastante decoración, tonos marrónes y beich. Era un sitio realmente acogedor, salvo por el detalle de que tenía látigos, cuchillos, instrumental de tortura...
Era el cuarto de un verdadero asesino profesional. Se puso su abrigo, unos guantes y un sombrero.
- Iré por tí... mi pequeño crío malcriado... aun no entendiste que no te dejaré nunca...has cometido el más grave de los errores.. -
----
Un chico cayó sobre el tejado de una casa, creando un sonido seco y con un timbre de tejas contra piedras. Volvió a saltar quedando en la de enfrente. Asi varias veces hasta que los tejados se acabaron y tubo que saltar sobre el suelo. A causa del gran salto y la caida, se arrodilló para levantarse lo más rápido que pudo y mirar al frente. Un corto viento soplaba, moviendo los adornos de la punta de su arma y su traje, típicos en alguien como él. Giró su cabeza hacia atrás, mirando a lo lejos la pensión Asakura.
- ... ... - Cerró sus ojos dorados y movió su cabeza hacia los lados en forma de resignación.
Cuando miró hacia delante se encontró con unos ojos que le miraban fijamente, a escasos centimetros de su rostro. Se puso rojo de ira y le apuntó con su lanza como un rápido reflejos.
- " ¡¿Pero qué demonios te crees que haces aquí?! " - Grito encolerizado, procurando que ese grito no se escuchara demasiado.
- " Eres tú el que vino hacia este lugar ... chinito ... " - Sonaba la voz de cierto chico ainu, mientras apartaba la lanza de su cuello hacia un lado, como si no fuese nada. - " No son horas para ir saltando tejados, ¿no crees? " - dijo Horo Horo cerrando sus ojos y encogiendose de hombros de forma cómica, negando con su cabeza..
- " Soy libre de hacer lo que me dé la gana " - Repuso Len muy serio. Bajó su arma e hizo alguna que otra chulería, para despues colocarla sobre su hombro. - " Solo estaba paseando, nada más, quería despejarme un rato. " - Empezó a caminar y pasó de largo del chico peli-azul, en dirección a su destino.
- " Jo jo ... ni siquiera te pregunté hacia donde te dirigías... y llevas tu arma contigo a punto de matar a cualquiera. ¿De verdad esperas que me crea que solo vas a pasear? Por favor, Tao. - Dió media vuelta y se puso a mirar como Len lentamente paraba y le dirigía una pequeña mirada de fastidio sobre su hombro. - " ¿Tengo razón o no? " - sonrió Horo.
- " Bah.. no pienso perder el tiempo contigo. Pierdete " - Cuando estaba a punto de partir sintió como rápidamente Horo Horo le había cogido de su brazo. - " ¿Pero qué demonios te crees? " - replicó.
- " Chico. Calmaté. Menudos nervios tienes hoy, malhumorado. " - entrecerró sus ojos mirando fijamente al chino, con esperanzas de saber claramente lo que pasaba por su cabea en ese mismo momento. Era muy curioso. Además, el se interesaba más por Len de lo que los demás pensaban. - " Len... " - susurró.
- " Solo quiero pasear. " - volvió a decirle. Quitó bruscamente su brazo y marchó por las calles, apartandose cada vez más de Horo. Este le miraba con la boca entre abierta, intentando decirle algo, pero no pudo. Suspiró y se dirigió a casa de su amigo Yoh.
...Pero... la curiosidad mató al gato...
- Que cabezota eres Len Tao - Horo Horo pudo ver que a Len no se le veía. - Lástima que yo también lo sea. -
Pero Len tenía un presentimiento muy incómodo en su interior que no le dejaba tranquilo. Sus ojos amarillos brillaban, pero no se debía ni a la luna ni a las estrellas, desaparecidas aquella noche tan húmeda y llubiosa. Parece ser que todas las farolas de aquellas calles estaban rotas e inservibles. Iría a oscuras un buen rato. Entonces... ¿qué brillaba en aquellos ojos? Simple. Eran ojos de un ser humano, antes de llegar al colapso. De ser vaciados y dejar que su contenido alcance un lugar más alejado y frío en este mundo que no sea un cuerpo. ¿Lágrimas? Tal vez...
---Pensión Asakura---
**Pasado de Hao y Lyserg, segunda parte**
Yo estaba acompañado por Opacho. Pasaron solo dos días y desde entonces no le pude olvidar. Era el caso más reciente, lo sé, pero por más que me intentara convencer a mi mismo de que hice lo que debía hacer, demostrar mi gran poder, no pude hacer desaparecer ese sentimiento de culpabilidad. Pasamos por esas calle, buscando un lugar en concreto. Un itio en el que pudiéramos comer sin la necesidad de pagar y sin llamar demasiado la atención en aquella fría y lluviosa ciudad de Londres.
Encontramos un pequeño puestecito chino en un callejón. No era gran cosa, pero tenía muy buena pinta y el olor que desprendían aquellos fideos era realmente apetecible. Sin esfuerzo matamos al viejo dependiente y nos escondimos en las profundidades de aquella callejuela, hasta el lugar más oscuro y silencioso. Opacho acabó rápidamente y le mandé llevarse el resto para los demás chicos, en nuestra base a las afueras de aquella hermosa ciudad. Hermosa.... me estaba empezando a gustar, y eso que odio los lugares humedos y frescos.
Pero esa noche era tranquila. No llovía. Me permití el lujo de pasearme por las calles desiertas y contemplar monumentos históricos y pequeños jardines. Pasando por los más simples puestos de recuerdos, hasta el gran Big Ben, del cual no perdí detalle alguno. Un poco de turismo de vez en cuando no mataba a nadie, ¿cierto?
No sé cuál fue la razón ni cómo llegué a para allí, pero.. ahí estaba... una gran mansión apartada del resto. Estaba negra por algunas zonas. Había sufrido un incendio.... provocado.
Y solo habían pasado dos días...
Entró tímidamente por el portal. No había puertas, solo dos trozos de madera negra enganchados por las visagras estropeadas del marco de la puerta. Caminé por encima de escombros, cristales, piedras,... Decidí pasar corriendo todo aquer lugar nostálgico lleno de malos momentos y se pegó a la pared. Busqué con mi vista algo de valor, no sé el qué, pero no tube mejor idea que aquella.
Enfoqué mi vista un un lugar específico. Tres cuerpo muy juntos tirados en el suelo. ¿No había dejado con vida a aquel miserable chico? Me acerqué y le ví mejor. Estaba dormido, abrandose, con un rostro bastante triste y con lágrimas. Estube apunto de tocarle, pero antes de poder hacerlo unos ojos se abrieron sorpresivamente, mirandome fijamente. Yo le miré a él, a esos ojos verdes de aquel pequeño niño agazapado en el suelo.
No tardó ni un segundo cuando de un pequeño grito, se levantó del suelo y salió corriendo piso arriba por las escaleras. Algunos peldaños que él pisaba se rompían y el se arañaba, pero ni eso le detubo para llegar a la segunda planta y allí seguir su camino en busca de algún otro lugar.
Yo le seguí a toda prisa, desde muy de cerca. Yo tenía mucha agilidad y tenía energías suficientes a diferencia de él. Pero eso no bastó para poder alcanzarle. Se encerró en un cuarto al final del largo pasillo destruido y allí se quedó. Yo golpeé la puerta varias veces, hasta que me valí con la ayuda del espíritu del fuego para derribarla. Un espacio nuevo envolvió mi cuerpo, me sentí mucho mejor. Ese lugar estaba ordenado y limpio, algunas cosas estaban tiradas por el suelo, pero le daban un aspecto más perfecto y cómodo. Juraría haber sentido algo de afecto y fraternidad en aquella casa.
Aunque por mi culpa toda aquella familia había perdido su amor, y su vida. ¿Me siento culpable? Probablemente si, pero... ¿acaso alguien de mi clase debía preocuparte por los asuntos ajenos? Si con eso consigo que al menos alguien me tenga como un amigo, estoy dispuesto a realizar dicho sacrificio. Pero mi imagen se vería manchada por las imperfecciones humanas y la sociedad. No puedo arriesgarme a tal crisis personal.
Unos pequeños sonidos bastaron para que perdiera todo aquello que llevo haciendo durante tanto tiempo, la curiosidad y la preocupación. Miré y miré, pero no alcancé a ver a aquel chico. ¿Dónde estaría? Mi rostro se torno algo vulgar, como el de un pequeño niño que busca su juguete. Miré tras las cortinas, dentro del armario, detrás de algunos muebles. Pisaba por el camino pequeños juguetes, peluches, hojas y lápices de colores. Propios de un niño pequeño. Yo le ví meteres en esta habitación y le encontraría.
Otro sonido, esta vez más sonoro y agudo. Debajo de la cama. ¿Cómo es que no pensé antes en eso? Me aproxime a su base y lentamente me puse de rodillas, flexionandome para poder ver. Estaba sucio y oscuro, pero aun asi pude ver algo o alguien moviendose. Extendí mi mano para alcanzarlo, recibiendo un fuerte golpe.
- " OUCH!! ¡Pequeño bastardo! " - grité enojado. Golpe o sim él. metí la mano hasta el fondo rapidamente para agarrar algo blanco y caliente, tiré de el y ví un pequeño brazo pálido entre mis manos.
- " ¡Suéltame! " - Escuché una dulce voz llenar mi cabeza, parpadeé y tiré más, aunque más despacio. Ví un pequeño rostro por unos instantes, pero se ocultó cerrando sus ojos y mirando al suelo. - " ¡Fueda! " - dijo algo más infantil, pero con ese tono tan atrallente y blando. Logró soltarse, pues yo me había distraido en aquel timbre sin siquiera protestar por el brusco tirón que me dió.
- " Hey! " -corrí rápidamente y volví a cogerle, aunque metí la mitad de mi cuerpo bajo el mueble. Tiré de sus dos brazos y, después de mucho batallar, salimos los dos de debajo de la cama. - " ¡Espera un momen-- hay! " - El pequeño granuja me había pegado un fuerte bocado en la mano y se había quedado ahí, mordiendo como podía para que de una vez por todas liberara su brazo. Movía su cabeza de un lado a otro como intentando llevarse un pedazo. Yo le miré un tanto molesto, pero tampoco dolía tanto que se diga, no lo hacía tan fuerte como para que me pusiese a sangrar. Solo pude observar como aquel chico se dejaba la vida por intentar tal cosa.
Ponía una carita fruncida y sus pequeños dientes enganchados a mi mano. Sus ojos cerrados fuertemente y sus puños cerrados, haciendo un gran esfuerzo en su propósito. Al rato se cansó, al ver que yo ni me quejaba ni hacía nada para soltarle. Dejó su boca ligeramente abierta sin hacer ningún tipo de esfuerzo, y al fin pude apartar mi mano. Me miró directamente a los ojos y fue bajando su vista hasta encontrar el suelo de nuevo. Yo le solté, pero esta vez no se movió, solo acabo dandose un pequeño golpe en el piso al no haber nadie sosteniéndole.
- "¿Por qué muerdes? " - le dije enojado, sobandome la zona afectada por la mordedura.
Me miró terriblemente furioso. Me señaló con su rechoncho dedo índice justo en la cara acusadoramente, para luego casi gritarme con su voz quebrada.
- " ¡¿Por qué les mataste?! " - chilló. Soltó todo el aire que tenía en sus pulmones, para luego recuperarlo.
- " ¿Matar...? " - dije con un tono bajo. Ni por un instante me había parado a pensar, utilizar lo que tengo sobre mis hombros y comprender el por qué de todas estas situaciones tan desconcertantes en aquel chiquillo.
- " ¡¡Si!! ¡¡Asesino!! " - se lenvató rápidamente y se lanzó sobre mí.
Pude detenerle a tiempo, antes de que callera de lleno sobre mi cuerpo. Tube buenos reflejos, no como él, que impactó sobre la alfombra de colores que adronaba el elegante cuarto. Se levantó algo adolorido, avergonzado de su torpeza. Hao puso sus manos tras su cabeza y entrecerró sus ojos, como si lo que acabase de hacer no le hubiese costado ningún esfuerzo.
- " ..... umm... " - fue dejando escapar pequeños quejidos de protesta infantil y se tumbó en el suelo, ocultando su rostro entre sus brazos y empezar a llorar como un niño de 6 años. - " ... por tu culpa.. " - empezó sin fuerzas y pausado - " .... por tu.. culpa... estoy solo.. " - se pudieron oir de él más sollozos, que eran apagados con las mangas de su pequeña camisa blanca. - " y ahora no sé que hacer.. ni a donde ir... estoy solo y tengo hambre... ¡¡Quiero a mis padres!! " - gritó con dificultad, pues sus lágrimas le impedías hablar con claridad. Levantó su rostro y miró con ira a el otro chico, quien solo le miraba indefinidamente y volteaba para perder aquel contacto visual.
- " La culpa fue de ellos, no mía.. " - Se cruzó de brazos. Como si lo que él dijiese fuese la verdad y no tubiese la culpa. Solo pudo sentir como a él también se le iban contagiando aquellas ganas de llorar de tristeza, al escuchar los pequeños jimoteos de la dulce voz del chico, quien intentaba hablar sin éxito. - " Ya, ya, para de quejarte... eres un quejica " - frunció el ceño, cerrando sus ojos molesto, pero seguía oyendo, y cada vez más sonoro, los continuos sollozos. - " Que débil eres.. " - y ni eso lo calmó. Siguió con aquel llanto... que me atraía tanto... - " ¡¡A CALLAR!! " - se calló rápidamente asustado, lleno de terror y dirigiendose a un rincón de la habitación como pudo. He de admitir que me atraían en cierto modo ese tipo de cosas tan lindas de críos.
El pequeño Diethel ocultó su rostro tras sus pequeñas manos, temiendo que le hiciera algo. La verdad, debería matarle, pero no me atrevo a hacer tal cosa, es como si algo me lo impidiese, porque cada vez que veo su cara es como si todo se detubiese y solo tubiera tiempo para mirar el verde de sus ojos profundos, infantiles y grandes, que profundizaban cada vez más en mi mente. No sé si me estaré volviendo loco o paranoico, pero juraría haber sentido... lástima y compasión... es extraño pues, no soy una persona lo que se dice "amable", sino alguién que no se deja llevar por sentimientos. Por una vez eso estaba cambiando, en contra de mi voluntad.
Me acerqué, paso a paso hasta quedar a la ridícula distancia de medio metro. Me puse de cuclillas y le aparté una de sus manos de forma suave y calmada. Sus ojitos... me miraban tan aterrada, como fríamente, haciendo que mi corazóin fuese realentizando y congelando. ¿Acaso le estaba teniendo algo de miedo? ¿Por qué? ¿Por temor a que me odie y me pegue? Bueno, no le temo a los golpes, pues yo soy muchisimo mas veces, comu un millón más fuerte que cualquiero otro ser, pero le temía a que me odiase, de alguna manera mi cuerpo sufría la necesidad de que aquella persona se fijara en mi, me admirase y me apreciara, y que a la vez me quisiera, como amigo o de cualquier otra forma con la que le tubiese cercano.
Él, por el contrario, maquinaba detalládamente cómo haría ara golpearme o atacarme, cualquier cosa que me hiciese pagar todo lo que antes, ahora, y en un futuro le esté haciendo. El dolor de la perdida de familiares muy cercanos como sus padres, y la soledad en la que le he hundido. Esto nunca podrá ser personado en ningun día de su vida, porque sé que es muy duro estar solo, yo también lo estoy, pero al menos tengo a mis caparadas. ¿Qué tiene él? ¿A quiénes?
El tiempo pasaba y ninguno de los dos se atrevió siquiera a romper el incómodo silencio que se estaba construyendo cada vez más inquietante y algo paranoico para ambos. Queriamos romperlo de alguna manera, aquel circulo inacabable de la nada. Aparté otra mano de su pálido rostro, frente a mí observé un muchachito, sé que era un shaman y no humano, pero hubiese prometido a las estrellas que lo que veía era una delicada hoja verde e indefensa, con la que podría prepararme un dulce té. Era una luna en en cielo, mi sol de día. Asi decir tantas cosas... ¿desde cuándo me había vuelto romántico y me había puesto a hacer y decir tales patrañas y cursilerías? Le fui bajando las manos y me acerqué a inspeccionar más detalladamente.
Lyserg sentía aquellas manos en sus débiles brazos, sentía un hambre voraz que iba aumentando, sentía miedo, terror, sentía mi atenta mirada especuladora recorrer su cuerpo, su cara, todo. No le agradaba, le fastidiaba muchísimo. Deseaba que me alejara de él y no apareciese nunca más, que me pudriera y esfumase. Le entiendo, pero es él el que no me entiende a mí. Necesito estar un rato más con él.
- " ...... ¿Qué? " - me preguntó, retirandose, alejandose de mí, agudizando su vista para poder predecir mis movimientos y estar alerta.
- " Nada, solo quería observarte. " - Le solté de nuevo. Creo que ya era suficiente por hoy. Tenía que dejarle, se estaba convirtiendo en una auténtica droga eso de quedarme observandole. - " Me voy, quédate aquí solo todo el tiempo que quieras. Yo tengo otras cosas más importantes que hacer. " - Me di la vuelta y andube hasta llegar hasta la puerta. Ahora solo tendría que cruzarla y olvidar todo lo que ha pasado aquí y las cosas tan extrañas en las que pensé y sentí.
- " ¡¡Espere!! " -
-Fin del Flash Back-
---Parque exterior---
No supo muy bien cómo había llegado a parar hasta aquel lugar solitario, lo único que hacía era correr, doblando esquinas, pasando por altos callejones y oscuros parajes hasta encontrarse con aquel lugar abierto y frondoso, amurallado a su alrededor y lleno de barro y agua. Estaba totalmente empapado, y con su camiseta se secaba las pequeñas cotas que caian desde su pelo por su cara. Tenía frio, el viento le azotaba continuamente, pero aun asi no desvanecería, seguiría adelante hasta conseguir sentirse libre, al menos poder sentir la seguridad de estar a salvo del peligro.
Lo deseaba tanto. Ser feliz. La palabra felicidad retumbaba dentro de su cabeza como una necesidad grande, que sería la única cosa que le mantendría con vida, y si no la encontraba se iba a desesperar.
Era un sueño todo esto para él. Una pesadilla de la que deseaba salir, despertar. Algo que tenía que acabar pronto, antes de que él acabara. Sus piernas actuaban por simple mecánica y sus ojos ya no tenía un punto fijo. Aveces se podían enfocar las gotas que caían desde el cielo a la tierra, las hojas arrastradas por la brisa. Las fuentes apagadas y sin funcionar, con el agua turbia y sucia en su interior. No había ningun alma circulando a varios kilómetros a la redonda. Los arboles secos mecían sus ramas vacías y secas provocando un sonido aterrador, y encogiendo el pecho de aquel que escuchase ese melancólico silvido shirriante y molesto.
Uno de sus pies quedó clavado en el suelo, y el otro le siguió. Miró hacia los lado, asegurandose primero, y luego relajo sus musculos y su respiración. Ya no podía segur asi, al fin el cansancio le había vencido. Pero algo le empujaba, su cuerpo le estaba gritando que siguiera y no mirase más hacia atrás. Estaba en peligro, podía presentirlo pero no sabía de que se trataba hasta que ya era demasiado tarde. Escuchó varios sonidos alarmantes. Sonidos que pretendían ocultarse y ser silenciosos, pero acuaausa de la lluvia no pudo ser. Los charcos transmitían esas bibraciones y ondas hasta sus despiertos sentidos. Pudo girarse y observar como un hombre salía de las oscuras y tenebrosas sombras de una pequeña calle cerca de él.
- .....Esto no me puede estar pasando...... -
Su pelo rubio, sus ropas de tonos marrones, sus gafas. Quería retroceder, pero una pequeña valentía salío de lo más profundo de su corazón, y le echó cara al recien llegado, poniéndose en posición defensiva. Pero a cada paso que se le acercaba, más le temblaban las manos, las piernas, los labios.
- " Ven... acercate... vente hacia mí... " - su voz hipnotizante parecía hacerle olvidarse de que estaba a punto de ser alcanzado. Su cuerpo volvía a calmarse y empezó a cerrar sus ojos. No podía huir, estaba cansado para seguir corriendo, y si lo hacía, esta vez le alcanzaría con mucha facilidad. - " Relajate y calmate.... " - unos últimos pasos y sería suyo. Tan solo tenía que seguir asi, aprovechando la debil y confusa mente del chico pequeño, unos pensamientos que divagaban por todos sus oscuros rincones de su cabeza y que no podían volver a salir de aquella burbuja de melancolía que era su triste vida.
Manipulado, siendo engañado. Aquel tiempo de pausa parecía haber ocurrido en horas, pero simplemente fueron varios segundos. Los bordes y pliegues, de sus ropas y de su piel brillaban por medio de los rayos de las débiles y distorsionadas luces de los faroles. Pareció que el cuerpo del niño se inclinaba para caerse. Abrió sus hermosos ojos esmeralda, lo mínimo que pudo y fue aumentando su campo de visión. Levantó su mano dislocada, mostrando un dolor pasado, enseñandole el sufrimiento.
Marco se le quedó mirando por unos instantes mirandole de forma indefinida, hasta que la siguiente jugada le dejo un poco sin aliento, y le hizo fruncir el ceño, enojarse y asustarse. Como si todos aquellos temblores quisiesen entrar en su propio cuerpo traspasados por el pequeño Diethel, inofensivo aparentemente, e indefenso.
El lanto de aquel niño fue contenido. Mostró, levantando su otra mano, la hersosa y brillante pistola, fría, sujetada debilmente por su mano. La ropa la crubría ligeramente, pero seguía asustando, y más, al hombre adulto. Esta vez se quedó callado, dejando todas aquellas mentiras de persuasión, fue retrocediendo hacia atrás. Antes de que fuese herido por la primera bala disparada, consiguió ocultarse por el mismo sitio por el que había llegado. Todo se quedó en silencio, un silencio amortiguado por la lluvia.
Lyserg bajó sus manos, y dirigió su vista al suelo, agotado. Sus oidos aun le dolían un poco por el disparo, y el humo salido de la pistola ya había desaparecido. Un lebe crujido, a los pocos minutos, se escuchó detrás suya. Miró algo alarmado para encontrarse mirandole directamente a los ojos. Sin decir nada más, tan solo abriendo un lebe rasquicio de su boca. Un disparo más se oyó esa misma noche, pero nadie alcanzó a oirlo por los truenos y relampagos centelleantes de aquella lúgubre y horrible noche, a altas horas de madrugada.
Continuara......
----------------------
COMENTARIOS:
Yuzu: Jajajaja xD Weeeeeeeeeeeee!!!! I´m happy!! *_* no sabéis lo que me costó este capítulo xD la fuerza que me empujó a hacerlo fue mi lectora n°1, kini-chan, quién es también la sadomasoquista n°1 xDD En realidad este capi se me había borrado por completo del pc, pero por suerte le envié un cacho a Kini que me ayudó a seguir =P
Lyserg: lástima u.u pude haberme librado más tiempo de esta pesadilla, pero no fue asi T-T
Yuzu: fuiste tú quien lo borró?? O.O
Lyserg: no ._.
Yuzu: -_- okis... (suspira)
Hao: maldita otaku!! __ No metas al chino y al pedestal en esto!! el inglés es solo mío!! ¬¬
Yuzu: ajo y agua Hao, xD lo que yo diga es mi voluntad (vease a Yuzu vestida de una master, con gafas de sol y trajeaa, con un cetro en su mano) arrodillaos! esclavos y subalternos míos! pronto el mío será de vuestra ama! muwhahahahahaha!!! (se ríe de forma histérica)
Cri cri... cri cri....
Yuzu: ..... valeeeeee... ¬_¬U
___________.: Kini-chan :.____________
Bakura: con que si, eh? (deja a Jeanne atada a varios metros y saca un revolver) ya veremos quién gana a ese juego de matar a esa tipa (apunta en la sien de Jeanne, mientras esta niega frenéticamente con cascadas en sus ojos de pánico)
Ryou: (con banderitas animando a Bakura) ánimo! tu puedes! ^-^
Yuzu: de verdad, Kini, este es el review más hermoso que me enviaron T¬T (con un pañuelo llorando de emoción)
BANG!!!
Hao: bah.. no es para tanto, es solo un comentario más sin importancia -.- (haciendo movimientos con su manos de pasota)
Yuzu: pero para mí es muy importante que mis lectores me digan este tipo de cosas!! *-*
BANG! BANG!
Yuzu: y es cierto!! XD en verdad creen que Lyserg dejará de sufrir?
All: ._.'
Yuzu: Exacto!! XP
BANG! BANG! BANG! PAÑUM!
Hao: si es que soy el mejor (pose triunfante que hace que sus fans se derritan)
Lyserg: ...
Hao: inglés, a qué esperar para sucumbir y derretirte? XD
Lyserg: ¬__¬U
Yuzu: PARTY! PARTY! PARTY! ........ lujuria... x3
BOOOOOOUUUUUUMMMM!!!!!
Yuzu: niño! Bakura! . Deja ya a la desgreñada esa!!
Bakura: perdon ^-^
Ryou: Bakura ganara! ^____^ (abraza a Bakura)
Bakura: n///n (le abraza)
Observen una encantadora escenita con los dos albinos, con un fondo rosado y tonos pastel. Cada vez se acercan más y más, mirandose directamente a los ojos. El momento perfecto... y se besan.
Yuzu: */////* ...
Hao: ... yo quiero estar asi con el inglés u.u
Lyserg: .... u///ú maldito Asakura.... (se queda mirando a Hao) ...
Hao: ..... Lyserg.... el amor flota en el aire.. n__ñ
Lyserg: ... y? -.-'
Hao: (abraza a Lyserg, suplicante) por favor!! T^T
Lyserg: o///o ... ~///~ eres un pesado, lo sabías?
Hao: (le abraza más fuerte) solo por una vez!! hazme feliz!!!
Lyserg: ya me gustaría a mí serlo... ¬¬' ..... u/////u ..... bueeeeenooooo =/////=
Hao: GENIAL! ^*^ (coge a Lyserg y le besa)
Yuzu: *O* (se derrite) .... kawaii... *________________________*
Ryou: ejem... ñ__ñ' pues.... adiós! queridos lectores! esperamos verle en el siguiente capítulo. Byeeeee!! ^.^
---
By ¥uzu ¥ukino, sadomasoquista n°2
