Shinrine Asakura: Zzzzzz...naranjas!!!!
Kiyone-Chan: (oyendo los audífonos a todo volumen y cantando) Nerai wo
sadamerunda atsui kodohu toki hanate...
De repente Kiyone-Chan sintió un buen sopetón en la cabeza por parte de un
chico de cabello platinado y azul.
Kiyone-Chan: Auuuch!!! ¬¬, eso me dolió
Kai: ( con unos papeles en mano) Oigan, les vengo a reclamar el final de
esta...¡¡¡cosa!!!
Yoh-Yah-Chan: (despertando) eeeeeh?, que pasa...
Kiyone-Chan: Lo siento, alguien tenía que caer, juar juar nn, eras el
chivo expiatorio perfecto XD
Kai: ¬¬, malditas, sadicas!!!
Kiyone-Chan: Ja, ja, somos muy malas...-ˆ
Shinrine-Chan: oO, somos malas?...
Kai: Par de holgazanas, todavía de que se atreven a hacer esta porqueria!!!
Shinrine-Chan: auxilio, líder Lena de Tao!!! TT.TT
Lena-Chan: $$ ya la hice, je je je...
Kiyone-Chan: Antes que nada, es el primer fanfiction yaoi que escribimos
Shinrine-Chan y yo, esperamos que en nuestro primer intento les haya sido
de su agrado, nos pasamos muchas clases escribiendolo y tuvimos que gastar
nuestro presupuesto en muchas cajitas de Kleenex ˆˆ...
Shinrine-Chan: ( con una caja de pañuelos en una mano), siii, T.T, ah, mi
Takao......, ayy no ya se me salio otra vez el moco!!!
Kai: Sigo insistiendo, ¡¡¡¡Maldita cosa!!!!, al menos pagenme, exijo los
derechos de autor!!
Kiyone-Chan: Deja eso en paz y mejor atiende a tus seis crios, ademas eres
rico, mendigo tacaño !!!
Kai: Pero tu eres la madre de ellos, y eso de que soy rico... quiero ser aun
mas XD!!!!
Kiyone: ¬¬ Sigo insistiendo eres un tacaño y ahora estoy ocupada... Bien
como les decía, esperamos que les guste este yaoi KaixTakao... lo
escribimos con mucho empeño entre las dos...( y entre horas de clases XD
)...les dejo mi mail para que me escriban si así lo desean
adristellohotmail.com , acepto todo tipo de critica constructiva ¬¬, no de
muerte , sadicas!!!!
Shinrine-Chan: Esperamos que les guste...Por favor, no vayan a matarnos
T.T..., tambien les dejo mi mail shinrineasakurahotmail.com se aceptan
las cartas de amenaza de muerte XD!!!!!
-se oye una voz muy lejana, parece ser de Kenny, diciendo: ¡Ay mis
gumaros!!! XD.
fanfic' yaoi KaixTakao

El amanecer de un ocaso

Versión de Kai.
Cuál es mi nombre?, incluso, incluso ahora me hago esa pregunta, esa tonta
pregunta, si... ahora, solo ahora me hago esa pregunta, por que he de saber
mi nombre, el nombre que pronuncia aquella persona, aquella persona a la
que amo...
Kai, Kai es el nombre que sale de su boca, es tan hermoso oír su voz, es
como la canción que hace el viento por las tardes, aquellas tardes cálidas
de otoño, cuando veía caer las flores de cerezo... ¡Pero no!, ahora esta
frío, es un día frío de diciembre, calculo que son como las 8:00 p.m.,
oscurece, veo el ocaso...siento sus brazos, son tibios, son cálidos, oigo
su corazón, esta latiendo...¡Esta vivo!, late con mucha velocidad, me
cuesta mucho trabajo contar sus latidos...estoy cansado, agotado, lo único
que quiero es dormir, dormir y soñar, y esperar el mañana, un mañana, un
día mas en el que veré la luz del sol brillar, ver aquella maravillosa
luz... sentirla...sentirme vivo.
Tal vez hoy no sea el mejor momento, pero ahora, solo ahora siento la
necesidad de recordar, de recordar mi vida y reflexionar acerca de ella,
ahora, solo ahora quiero estar así, en sus brazos, descansando, recordando
mi vida, una vida dura y cruel y llena de dolor...y como de aquel dolor y
sufrimiento nació...aquella persona, aquel ser extraordinario que pudo
hacer que hacer que una luz en mi oscuro corazón.
Puedo recordar claramente, yo, un niño de dos años, un niño inocente, con
ilusiones y fantasías, era feliz, me gustaba jugar en los verdes campos,
sentir los rayos del sol acariciando mi cara, oler las flores y plantas,
oír al viento silbar entre los árboles...
Salía a correr por la mañana, por los grandes campos, era divertido ver a
la servidumbre histérica y urgida por encontrarme... solo una voz hacía que
saliera de mi escondite, aquella voz, dulce y bella... Una voz cálida y
llena de cariño, aquella voz que hacía que todo mi ser se llenara de una
enorme felicidad, era la voz de mi bella madre.
Al salir de mi escondite, podía verla, era como un ángel, un bello ángel
mandado del cielo para cuidarme, su cara era blanca como la nieve, sus
ojos eran violetas como las bellas flores, su cabello era plateado como el
resplandor de las preciosas joyas, su rostro mostraba un cierto grado de
dureza, tal vez estaba molesta conmigo por hacer un alboroto a plena luz
del día, con los primeros rayos del sol... pero al acercarse a mi, y ver mi
cara llena de tierra y hojas, y ver como agachaba la cabeza en forma de que
estaba arrepentido, la ceño de su rostro cambiaba, volvía a ver esa dulce
sonrisa, era como ver la luz del sol reflejado en un espejo, bella y clara,
blanca y pura. Pero un buen día, todo cambiaría y marcaría el resto de toda
mi vida al enterarme que mi mamá un día, no regresó a la casa.
Aún recuerdo aquella tarde de invierno, es curioso, se sentía tan frío,
como ahora, recuerdo como aguardaba sentado en la sala de espera del
hospital. A un lado estaba mi padre, aquel hombre al que admiraba y
respetaba, su mirada transmitía un sentimiento de tristeza, de una
tristeza desgarradora que lo estaba ahogando en un mar de amarguras y
penas, mi madre estaba dentro de uno de los cuartos del hospital, yo no
sabía lo que pasaba.
También recuerdo como un día de esos, en el que la nieve había cubierto
todo derredor, un hombre vestido de blanco caminó hacia donde estaba mi
padre, recuerdo como mi padre se derrumbó en si mismo al hablar con aquel
hombre de la bata blanca, ¡yo era muy pequeño!, no comprendía lo que
pasaba... el doctor bajó la vista y cabizbajo se acercó a mi, su mirada era
fría, tenía una apariencia dura, un hombre que tenía que lidiar con todos
los problemas de quienes confiaban en el, de repente, puso una de sus
fuertes y grandes manos en mi cabeza-Tienes que ser fuerte- me dijo y se
fue.
Todavía recuerdo que aquellos días de primavera, en los que solía corretear
por el campo, y perseguir las aves, sentir el verde pasto, sentir los rayos
del sol tocando mi rostro, habían llegado a su fin, ya no era lo mismo sin
ella cerca de mi, todo parecía no querer seguir su curso, el tiempo ya no
quería avanzar, los días parecían cada vez mas largos y mas grises, el
invierno calaba aún mas hondo. Mi padre ya no salía de su habitación. Mi
madre ya no estaba en la casa, extraño aún su bello rostro y su delicado y
dulce aroma, ese aroma que me hacía sentirme tan tranquilo.
La única persona a la que terminaría aferrándome era a mi abuelo, Voltaire,
ese hombre de cabellos grises y rostro duro, sus ojos eran fríos y parecían
no tener sentimientos puros, sino ambiciones. El me daba miedo, nunca trató
de acercarse a mi y conversar un poco...Mis esperanzas por llevarme bien
con mi abuelo poco a poca se iban desvaneciendo, hasta solo quedar solo un
sentimiento de rencor hacia todo el mundo. Pronto, fui olvidando ese
sentimiento que había llenado mi ser por estos cortos años, y me vi
obligado a reprimir todo ese pasado, en el que fui maltratado, recuerdo que
mi abuelo al verse en la pobreza, decidió internarme en un lugar frío,
oscuro, donde las penumbras reinaban hasta el mas recóndito lugar. Todo me
asustaba...Cada día era una agonía, una tortura, no quería estar allí, pero
allí estaba, no podía escapar. Poco a poco, dentro de la abadía rusa, fui
aprendiendo el manejo del beyblade al cien por ciento.
Cada que había torneos, mi abuelo me usaba solo para ganar y reclamar la
recompensa, era yo apenas un niño, quien por todo el dolor que tenía dentro
presionando mi pecho, logré expulsarlo mediante el enérgico juego, aquel
maravilloso juego, al que mi abuelo llamaba beyblade.
Pronto, me convertí en una máquina de combates para mi abuelo, nunca me dio
su cariño y comprensión, mas bien de indiferencia, como si yo fuera el
culpable de la muerte de mis padres.
Tiempo después y gracias a mi, mi abuelo ocupó un puesto en la abadía rusa,
donde secretamente tenían escondidos unos aparatos de gran tecnología,
capaces de crear una arma mortal, una bestia-BIT. Yo solo era su conejillo
de indias y eso a mi abuelo no le importó. Pronto, me vi forzado a olvidar
toda clase de emociones, tenía un cuerpo, un alma, un corazón que
necesitaba cariño y comprensión, que latía cada segundo, que cumplía una
función, la de mantenerme vivo. Ahora solo estaba ahí físicamente, pero me
daba la impresión de que carecía de mi espíritu, de no estar presente.
Decidí tomar al beyblade como el único medio que me mantenía unido con el
único familiar al que tenía, a mi abuelo.
Todo ese pasado me marcó por completo, todos los chicos que habitaban en la
abadía eran muy silenciosos, fue una estancia llena de maltratos y de
humillaciones, ahora no puedo recordar mas de mi pasado en la abadía, solo
quiero recordar ahora como conocí a Takao, a mi amado Takao...
Recuerdo que después de recuperarse económicamente, mi abuelo me sacó de
ese terrible lugar, para llevarme a vivir con el en una enorme y lujosa
mansión en Tokio, Japón. Era hermoso, veía los cerezos florecer, trataba
de pensar que mi abuelo y yo comenzaríamos de cero, tal vez ahora si me
trataría como lo que soy...¡su nieto!. No fue así, pero para mi, esto ya
no tenía sentido, todo me daba igual, ya nada tenía color, lo veía todo
gris, en aquella fría mansión, lloraba todas las noches, y no había nadie
quien me consolara, mi corazón palpitaba, se sentía oprimido por tantas
penas que embargaban mi alma, haciéndome aún más fuerte, pronto perdí
aquellos buenos sentimientos, ahora, lo que había en mi era frialdad, ya no
quería ser bueno con nadie así como la vida fue injusta conmigo, llueve por
dentro, y me duele el corazón, mi almohada estaba húmeda por las lágrimas
que había derramado, unas lágrimas amargas. Todo me daba lo mismo hasta que
llegaste tu.
Comencé a beybatallar con los chicos del vecindario mas cercano, hasta que
tres chicos me confesaron que admiraban mi estilo de juego y formaron un
equipo, los Blade Sharks, y me nombraron capitán...por dentro sentía tantas
ganas de gritar...gritar por la felicidad, pero la escondí tras una coraza
de metal que me impedía mostrar mis verdaderos sentimientos, a lo mas que
llegaba era a esbozar una fugaz sonrisa, siempre, siempre quería mostrarme
como una persona dura, sin sentimientos.
Recuerdo que fue una tarde de verano, el sol aún estaba puesto, faltaba
poco para que la oscuridad de la noche cayera sobre Tokio, yo caminaba por
las calles del vecindario, observaba a los chicos de mi edad, todos se
veían sonrientes, como si una gran felicidad les poseyera toda el alma, yo
desconocía este sentimiento, ya no recordaba lo que se sentía reír a
carcajadas, ni siquiera recordaba la palabra reír, mi alma estaba a punto
de reventar, sentía aún más tristeza por extrañar aún a la única persona
que amaba con todo mi ser, mi madre.
Un chico, integrante de un equipo al que yo dirigía como capitán, me aviso
que uno de los chicos, había perdido contra un desconocido...pronto corrí
hacia un pequeño río que estaba bajo un puente, en el verde pasto estaba
instalado un pequeño beyestadio, sentí coraje, pues no soportaba que uno de
mis compañeros de equipo perdiera una sola batalla, por que esto era ya una
humillación para mi.
Comencé a gritarle el porque se había dejado vencer... pronto me di
cuenta que estaba adoptando la actitud de mi abuelo.
Cuando di la vuelta, ese chico de la gorra, ese chico al que los chicos
presentes le llamaban Takao, me retó a un duelo, estaba furioso, lo podía
ver en sus ojos azules, su mirada se reflejo en mis ojos, estaba en
realidad enojado y me miraba con rabia ¿Había hecho yo algo para que el se
molestara conmigo?, ni siquiera le conocía, su actitud revelaba seguridad y
confianza en si mismo, y dejaba entrever que la razón por la que me estaba
retando era para defender al chico al que yo me había dirigido, él tocó
fondo muy dentro de mi ser, me dejé llevar y acepté su reto, el no tenía
oportunidad frente a mi, era muy poca cosa, así quería pensarlo. Su mirada
fúrica se quedó grabada en mi mente, mi corazón comenzó a palpitar muy
fuerte y con desenfreno...recuerdo nuestro primer ¡Let it rip!. No había
pasado ni un minuto cuando su beyblade salió del pequeño beyestadio. Yo
había ganado y me retiré del lugar sin mirar atrás, tenía miedo de lo que
estaba sintiendo, el viento soplaba despeinando mi cabello gris y azul, mi
bufanda blanca se iluminaba con los últimos rayos de sol... La noche estaba
a punto de caer, el viento rozaba mis sonrojadas mejillas, mi corazón aún
seguían palpitando con mucha fuerza, en realidad desconocía este
sentimiento, el había encendido en mi un sentimiento muy especial, nunca me
habían hablado de el pero la chispa en su mirada, mezcla de alegría,
hiperactividad, y sobre todo muchas ganas de vivir, aunque estaba enojado,
pude ver lo demás de él. El había provocado algo en mi, todavía lo
recuerdo, las penumbras comenzaron a caer, y la sombra de la noche cayó por
completo, la calidez que había estado tocando todo mi frío ser, se apagó
al entrar por las puertas de aquella mansión, aquella enorme casa, en la
que aparte de la servidumbre se encontraba también, mi abuelo, el hombre de
piedra en su totalidad, ese hombre al que yo seguía ciegamente, al que
había aprendido a tenerle respeto, solo esperaba mi llegada para avisarme
que yo tendría que asistir nuevamente a un evento, a ese torneo de
beyblade, por mi mente vagaba aquel pensamiento bañado de ego, de
arrogancia y de soberbia, no había necesidad de hacerlo, al fin y al cabo
podría ganar con una mano en la espalda. Iré, por que es algo que me esta
pidiendo mi abuelo. Le obedecí. Con un nudo en la garganta me dirigí a mi
habitación, y en cada paso que daba, tenía la sensación de que no estaba
allí, deseaba no vivir, mi abuelo, la única persona que quería, no me
demostraba ni un poquito de cariño. Y luego pensé –Tal vez ese chico valla
a la competencia- Takao es su nombre, es tan lindo pronunciar su nombre,
como si me estuviera hablando de algo sumamente maravilloso, con el solo
hecho de pensarlo, mi cuerpo se estremecía, tal vez valla, pero no tendría
el valor suficiente para hablar con él.
Pronto llegó el día del torneo, había mucha gente, muchos chicos de mi edad
caminaban de un lado a otro, las luces del enorme beyestadio se reflejaban
en sus caras sonrientes, unos estaban felices, otros estaban muy tensos,
por mi mente vagaba la imagen de él...¿Por qué tan de repente comencé a
pensar en Takao?.
Recuerdo que en ese mismo instante lo vi, traté de ignorarlo, mi corazón
palpitaba cada vez mas y mas fuertemente, el estaba acompañado por un
chico de lentes y otro chico rubio, pronto sentí celos de aquellos chicos,
quisiera estar en sus zapatos, tan solo para estar cerca de él, pero nada
de esto podría hacerse realidad, no me quedaba mas que admirarlo desde
lejos.
Al paso que llevaba Takao, lo más probable era que el se enfrentara a mi en
la final. Desde las gradas podía verle, su modo de jugar beyblade, y la
pasión que imprimía en cada uno de sus lanzamientos, cada que gritaba ¡Let
It Rip!, sentía dentro de mi unas enormes ansias de estar con el, sentía
dentro de mi como si aquellos días en donde correteaba por los verdes
campos, regresaban a mi mente, y tenía ganas de volver a ver la nieve caer,
de ver los cerezos florecer, de empaparnos de sudor en verano correteando
por las calles, y de ver el otoño seguir su transcurso, pero... Como podía
yo... Kai Hiwatari, el campeón de los torneos nacionales, el que iba
invicto en las estadísticas, doblegarse ante estos sentimientos que volvían
vulnerable a mi espíritu, tratando de obligarle a mostrar su lado mas
humano, y sus verdaderos sentimientos...¡Eso es solo de los débiles!.
Lo único que podía hacer era observarle desde lejos. El ha vuelto a ganar
una ronda mas...pronto te acercas cada vez mas a mi.
Todo él era tan asombroso, era como si estuviera viendo a un experto en
acción, mis mejillas aún estaban rojas, cubriendo un poco ese sentimiento
de soledad, que pronto comenzaría a desaparecer, estaba
nervioso...¿nervioso?, el gran Kai, que no se dejaba doblegar por nada
estaba sucumbiendo ante aquel chico, ante Takao.
Por fin, había llegado el momente que había estado esperando con ansias, la
gran final...Que tonto, Takao, habías olvidado por completo que cumplias
ese día trece años, recuerdo que tu abuelo y tus amigos te llevaron a los
vestidores una fiesta sorpresa, es increíble, te habías entregado al cien
por cien al juego, estabas tan apasionado con cada partido, tu corazón
latía emocionado cada que tu beyblade tocaba el beyestadio, como una
extensión de tu propio cuerpo, de tu alma... Debo confesar que en ese
momento, como te envidié, estabas rodeado de gente que te quiere, y que te
admira...lo que yo nunca tuve, cuando lo necesite...Pronto te acercas a mi
con una charola llena de comida y me invitas a festejar contigo...¿yo?, me
sentí halagado de que me hayas invitado, incluso, incluso a sabiendas de
que en el estadio seríamos rivales, incluso a sabiendas de que pudiera
rechazar tu invitación a festejar, doy la media vuelta, tu alegría me ha
conmovido el corazón, pero aún así, no acepté, tenía miedo de que si me
acercaba con ustedes, pronto los demás me rechazarían, además, tenía que
pensar. Mi mente estaba saturada de pensamientos, sentía como si lloviera
por dentro, una lluvia fría, una lluvia gris, pronto, aunque no lo creas,
Takao, sentí como de aquel cielo nublado pronto comenzaba a despejarse, a
revelar pequeños rayitos de luz, de una luz cálida, una luz blanca, la luz
de tu alegría y de tus ganas de vivir.
Pronto llegó la hora del partido, pronto, me coloqué en mi posición de
batalla, y esperé a que se dieran las órdenes...tenía miedo, si ganaba, tal
vez tu me guardaras rencor, pero si perdía, mi abuelo se decepcionaría de
mi. No puedo poner mucha emoción a la pelea, en cambio tu, pones todo tu
empeño, tu beyblade y tu parecen ser uno mismo, como te admiré, y como si
ya lo hubiera presentido, una extraña energía me obligó a caer, el poder de
tu Dragoon. Perdí la batalla. Es extraño, no me siento agobiado ni
deprimido, al contrario, mi alma parecía darte las gracias por haberme dado
una lección de vida, una muy valiosa lección... También lo recuerdo, solo
atiné a desearte un feliz cumpleaños. Pronto el señor Dickenson nos
seleccionó para ser un equipo, los Bladebreakers, me sentí tan feliz,
cuando ustedes me nombraron el capitán, pronto, aquel cielo nublado de mi
corazón, ya no era otra cosa mas que un hermoso cielo negro, iluminado por
la luz de las estrellas. Recuerdas, Takao? Como pasamos tantas aventuras
juntos?, recuerdas cada momento que pasamos, tu a mi lado? Nunca me
abandonaste, me sentí tan feliz...
Ahora, todo esta frío, siento mucha dificultad para respirar, ahora siento
como tu presencia esta brindando de tu calor a todo mi cuerpo, me alegro de
que estes bien, a pesar de las sombras, puedo sentir como me transmites tu
calor, tu aroma, me recuerda como si fueran las cálidas tardes de
primavera, cuando los cerezos estan floreciendo, como la luz del sol,
cuando se logra abrir paso a travez de las frias y grises nubes. Siento
como tu corazón late, puedo oír tu voz, estas hablándome, no puedo entender
nada, me cuesta mucho trabajo, pero aún así, tu voz me llena de felicidad,
ahora recuerdo, se sentía igual que en aquel lugar, aquel frío lugar, en
aquella sala de hospital, donde mi madre perdió la vida, puedo ver una luz,
ella me esta llamando, quiero abrazarte, tenerte entre mis brazos, pero no
puedo,¡no puedo moverme!, siento como pronto me abrazas, quisiera que esto
solo fuera una horrible pesadilla, despertar, e ir a buscarte, decirte de
frente todo lo que siento, ya no importa nada, solo quiero desahogar mi
pecho, quiero decirte frente a frente que...¡Te amo!!!, que no puedo estar
ya sin ti, quisiera que este momento se congelara.
Llueve, el cielo esta gris, mañana será otro día, otro día en el que tal
vez brille la luz del sol, siento tristeza al saber que otra vez te
observare desde lejos, tratando de cuidar tus pasos desde donde este. Me
arrepiento de no haberte dicho nada cuando pude decírtelo todo, por eso,
velaré por ti, por tu bienestar. Siento cada vez que me hablas cada vez con
mas fuerza, ahora tu voz es clara, puedo entender ya sin dificultad lo que
me estas diciendo...Takao...estas...diciendo que...¿me amas?, Takao,
quisiera que el tiempo se congelara, y quedarme así, para siempre en tus
brazos, todo comienza a ponerse cada vez mas oscuro, mi corazón esta
dejando de latir cada vez mas, tu pecho es cálido, cálido como ese sol que
alumbrará tu rostro el día de mañana, el día en el que no este yo para ti,
Takao. Quiero levantarme...NO PUEDO!!! Takao, por que... me estas besando,
¡¡¿Por qué no estoy respondiendo?!!!, Siempre esperé este momento, y para
que, para que yo no pudiera responderte a ese beso, a ese cálido y tierno
beso que me esta dando la despedida, mañana, solo mañana, será el día en
que te olvides de mí, y sigas una vida, llena de retos, que tendrás que
afrontar con valentía, Takao, yo no te olvidare nunca, este día, este día,
tendrás que superarlo, todo volverá a la normalidad... Takao!!!!, Ya no
siento mi corazón latir, pero ¡¡¡gracias!!!, Gracias por haber permanecido
a mi lado, ¡¡¡te amo!!!....Gracias por este dulce beso que me acompañará
por toda la eternidad. Hasta siempre... Takao Kinomiya...
ADIOS.......

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Kiyone-Chan.- Ayy como duele el corazon , bueno este es el primer
capitulo de este Fic , snifff T.T esperen el siguiente mientras vayan a
comprarse un rollo de papel de baño, con olor a Menta para que no se les
irrite la nariz XD...
Kai.- ¬¬ vaya al menos mori de forma decente... aun quiero mi paga...
Kiyone-Chan.- te la doy al rato XD!!!!
Sayonara!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!