Epilogo iv..- "Árboles genealógicos y familia".
Por Crystal.-
Personajes basados en los libros de Harry Potter, por JK Rowlings.
Tienen sus Copyrigths.
Basado en las tres historias: Mi Destino, Hacia un Futuro Incierto y Hasta que la muerte nos separe... de la autora.
La pagina donde se publica el siguiente epilogo, tiene el permiso completo de la autora. Para tomar esta historia, favor de pedir permiso al webmaster o ponerse en contacto con Crystal. -
Nota: No toma en consideración el ultimo Libro de JK Rowlings. Como Angie le dice cariñosamente "Sr. Tabique" o como se le conoce comúnmente H5P. Este epilogo no hace referencia al quinto libro. Quienes lo leyeron, lamento mucho que no cumpla con sus expectativas pero a diferencia de JK, no estoy de acuerdo con algunos eventos ocurridos en este. Esta es como mi antagónica representación de un futuro deseado.... no quiero demandas....
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" Este día, Sirius nos ha pedido nuevamente que no lo usemos como guardián secreto bajo el encantamiento Fidelio. James está preocupado por el paradero de Remus. Sirius ha dicho que, es mejor que usemos a Peter como reemplazo de él. Confiamos con nuestra vida a Peter, así como él confía en sus amigos. Mientras, Sirius se hace cargo de los asuntos de la Orden en nuestra inminente ausencia.
¿Sirius teniendo responsabilidades? Es sorpresivo incluso para mi. Recuerdo una época en que su mayor preocupación era con quien saldría o en todo caso, con quien había roto y por que. Pero la situación se hace mas difícil con el pasar del tiempo. Le he pedido que no muera. Le he pedido a James que siempre, esté a mi lado, porque no quisiera que, algo les ocurriese y nuestra familia se viera rota. Creo que, me moriría si algo así pasara. No puedo imaginarme mi vida sin James, o sin mi hermano Canuto. Sin Lunático o sin Cola Gusano. Aunque hacen falta mis hermanas: Susan la luchadora y Emely, la objetiva.
Temo por Sirius; temo por Remus. Ambos son la familia que siempre he deseado para mi, y para James y por supuesto, para Harry.
Sueño con un mañana en donde todos estemos juntos, miremos al pasado y nos sonriamos de todos nuestros logros, anhelos y avances en nuestras vidas y contemos a nuestros nietos, la historia de una familia que sin conexiones sanguíneas como las normales, superamos todas las adversidades, dificultades, enemigos y días sin saber que pasar, nos buscamos unos a otros, luchamos y triunfamos frente a todo quien nos desafió, incluso la muerte misma."
Lily Potter E.
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-Yo atenderé eso- comentó Sirius esa mañana al terminar de revisar el desayuno mientras su esposa aun dormía y se encontraba tomando café con Remus. El comentario vino dado a que las tostadas se estaban quemando.
-La verdad es que estás con energías de mas- comentaba Remus complacido ante la actitud de "buen humor" y apacible de su amigo. me sorprendes... hace años que no te veía con tales ánimos. Bueno, considerando también que muchos mas estábamos, digamos "incomunicados"- no evitando sonreírse y Sirius también le causó gracia el comentario.
-Bueno, la perspectiva de un nuevo miembro en la familia, es algo para estar orgullosos.- respondía a su viejo amigo a la vez que revisaba las tostadas y las salchichas y las colocaba en un plato. – además, quiero estar para lo que no estuve en veinte años...
-Comprendo perfectamente- decía Remus sonriéndole y tomando la mantequilla.- Solo espero que, no nos tardemos mucho en Hogwarts...
Y es que Remus y Sirius, habían recibido dos días antes una lechuza urgente de Dumbledore solicitando su presencia inmediata en el Colegio de Magia y Hechicería. Aunque aun no sabían las razones. Partirían supuestamente después del medio día, dejando a Susan en manos capaces de Emely y su hijo, Allen.
-Agradezco que Emely se tome las molestias de quedarse con Susan... aunque está en los primeros meses de embarazo, no me siento seguro en dejarla sola...
-Ah por eso no te preocupes- agitó sus manos en señal de poca importancia.- Sabes que Emely es loca con Susan. Es su mejor amiga. Esto es un honor para ella. Y Allen solo se mantiene ocupado con los juguetes para magos que le conseguí en Diagon. Aunque claro, Emely dice que lo estoy consintiendo demasiado...
-Lo tratas como a tu hijo.- sonrió y aclaró su amigo.- tiene mucho de Emely en él ¿no?
-Es lo que mas adoro de él Sirius. – comentó Remus.
-Si, pero que no se te olvide, que no importa el cariño que te tenga ella o Allen, él no es tu hijo, Remus.
Contorsionó su rostro y respondió en voz baja- lo se. ¿pero sabes algo? Ese niño, es como un regalo. Para como todo se ha desenvuelto... y todo ha sido...
-Deberías de estudiar mas acerca de la Licantropía- dijo Sirius adivinando el porque la idea de Remus y Emely teniendo hijos, le aterrorizaba al sujeto.- Creo que, los avances que ha habido, demuestran que, en verdad, podrían tener hijos sin que estos hereden el problema de la Licantropía. Y aun así, heredándolos...- observándole con la espátula en mano y hablando como todo un experto en sicología.- Sabemos que, serán los mejores padres. Después de todo, no están solos ¿entiendes? Muchas parejas tienen hijos de licántropos.
-se todo lo que me has dicho a la perfección. Pero comprenderás que tal vez, nuestro hijo, no tendría la misma suerte que tuve yo con mis amigos en Hogwarts.- haciendo que Sirius sonriera.- Pero por otro lado, las pociones de Snape han funcionado.- dijo Remus sorprendiendo con esto a Sirius.
-¿Aun bebes eso? ¿Sigue enviándotelas? ¿no tienes miedo a que te envenene?- observándole incrédulo. Ahí Remus se sonrió.
-para nada- dijo Remus.- La verdad es que, creo que Dumbledore obligó a Snape a seguírmelas enviándomelas o en todo caso, Dumbledore se las pide y me las manda. Me encierro en el sótano por tres días.
-¿pero y Allen? ¿O Emely?
-Ambos trabajan créelo o no, en duplicar las dosis enviadas por Dumbledore y tratar de aumentar su capacidad de funcionamiento. Durante esos tres días, no se acercan a la puerta del sótano que por cierto se cierra por fuera con magia por parte de Emely.
-¿y que piensa Allen de esto? ¿Cómo explicárselo a alguien de 10 años?
-Pues encontró la historia de primera fascinante- sorprendiendo a Sirius y Remus sonriéndose ante su reacción- te digo: Ese niño; algo fuera de este mundo.
-Pues la verdad es que... es un niño inusual.- dijo Sirius sonriendo.
Pero frunciendo su rostro, comentó-Aun así, temo por él. Aunque Emely dice que, no es necesario; él conoce las reglas y las comprende. También me acepta. Dice que cuando "Desaparezco" me extraña y es como si tuviera de viaje.
Sirius retiró el café y lo sirvió y también jugo de calabaza y gachas de avena, tomando todo eso y colocándolo en bandeja, y dijo.- Vuelvo ahora...- llevándose la bandeja y dejando a su amigo a solas.
Subió cuidadosamente las escaleras, tratando de no hacer ruido. Mes y medio, que los chicos habían iniciado su nuevo año en el colegio Hogwarts. Él y Susan habían ido a la estación para despedirlos mientras el tren se los llevaban a su nuevo año escolar, con Silvia como una nueva profesora. Aunque últimamente, no habían recibido carta de ninguno de los dos. Ni de Harry; mucho menos, Silvia. Solo lo consideraron parte de las ocupaciones de ambos y los disculpaban. Además Silvia le había escrito la ultima carta dos semanas atrás.
Abrió la puerta haciendo un pequeño rechinido. Miró al lecho de la mujer que aun yacía dormida. No era extraño. Apenas eran las seis y media de la mañana y aun el sol no salía. Colocó la bandeja a un lado y besó a la mujer en su mejilla haciendo que esta se moviera un poco entre las cobijas.
-Buenos días dormilona- dijo con voz suave.
-¿qué pasa? ¿qué hora es?- preguntó ella sonriéndole y devolviéndole el saludo.
-Son las ... pasada las seis...
-¿por qué tan temprano?
-Tenemos Remus y yo cosas que hacer antes de ir a Hogwarts...- siendo observado por la mujer a la vez que se sentaba a su lado y le pasaba una tostada untada con mermelada y esta la mordía. –Si quieres, me quedo...
-no, ve. – respondió ella sonriéndole.- Además pasarás un buen rato con Remus. Hace días que estás aquí encerrado conmigo. Cuidándome, cuando aun no es necesario.
Él puso sus manos sobre el vientre de la mujer y ambos sonrieron. Ella tomó su mano entrelazándola con la de él. Se miraron unos instantes.
Y es que habían confirmado que apenas tenía dos meses ya de embarazo. Solo se habían reencontrado ya en tres meses y medio.
-¿Segura que estarás bien?- preguntó seriamente. Ella le sonrió.
-Por supuesto que si.- dijo incorporándose.- Además, - tomando un cepillo y acicalándose el pelo mientras su esposo le observaba.- Aun es muy temprano y según el médico me ha dicho, todo marcha bien... – mirándole aun inseguro a través del reflejo del espejo.- Estaré bien...
Siendo abrazada por Sirius este dijo en voz baja.- Volveremos tan pronto como podamos...
-Lo se- respondió ella, dándole un sutil beso en la mejilla.- ¿A que hora se irán?
-Supuestamente, es como a las diez. Para ponernos en marcha a las once en punto y así llegar justo al atardecer.- Sonrió él.- Volveríamos en uno o dos días...
-Bueno. Solo tengan mucho cuidado.
-Oye, vamos a Hogwarts... no a la guerra.
-Recuerdo días que, Hogwarts era tan peligrosa como la misma guerra- viéndole fruncir su frente y agregó.- Pero ahora, es una era de paz, ¿no?
-Supongo que si. No tienes que preocuparte... es el colegio y cualquier cosa, estaremos en contacto ¿De acuerdo?
Ella sonrió en silencio y consumió a continuación su desayuno alabando las cualidades culinarias de su ya esposo.
-¿Has recibido carta de Silvia hoy?- preguntó Susan.
-No.- respondió Sirius.- Tampoco de Harry ¿Y tu?
Negó con su cabeza e inmediatamente sonrió diciendo.- Ah ya aparecerán. Es que este año es muy difícil para Harry y mi hija...-Dudando decirle.- Bueno, nuestra hija... es algo impetuosa.
-Eso lo comprendo.- dijo Sirius sonriéndole.- A lo mejor su novio, recibió mas cartas de ella, que nosotros...
-¿Charlie?- preguntó ella y sonriéndole.- Puede ser... pero es mejor, no inmiscuirnos en ello... ya escribirán. Pero aun así, espero que respondan pronto.
-Creo que Silvia aun está molesta con eso de que tendrá un hermano.
-A mi opinión, está feliz. Pero un poquitito celosa. –haciendo ademán de diminutivo con sus dedos.- Cree que un nuevo bebé robará la atención de ella...
-Por eso no te preocupes- sonrió el sujeto.- Para cuando vuelvan, considerarán al bebé como nuevo miembro de la familia...- haciendo una pausa.- Ya pensaste en nombres...
-¿Nombres?- sorprendiéndose con eso.- Pero solo tengo un poquito mas de dos meses...
-No está de mas pensarlos.- contestó Sirius.- Si es niño ¿Qué nombre te gustaría?
Ella duró un momento en silencio y respondió.- No lo se. No lo he pensado. En serio. – y cambiando pronto de tema comentó.- Tengo cosas que hacer y es poco el día para hacerlo- Caminando al cuarto de baño y cerrando la puerta tras de si.
Esto sorprendió a Sirius momentáneamente. La verdad es que estaba algo rara. Incluso para ella misma. Nerviosa. Pero sacudiendo su cabeza pensó que, era consecuencia del embarazo.
Con la bandeja en mano ya vacía, bajó las escaleras justo cuando el reloj del pasillo marcaba las siete de la mañana y este sonó. Pero lo sorprendente era que, tocaron a la puerta justo a esa hora en la mañana.
él se dirigió a la misma dejando la bandeja a un lado del recibidor para abrir la puerta., encontrándose en ella una mujer. De aproximadamente cuarenta años. Tenía el pelo negro y ojos centelleantes. Vistiendo un abrigo y con una maleta de mano observó a Sirius unos instantes a la vez que llevaba un sombrero color negro como su abrigo. Su piel blanca y labios de color vino llamaron su atención. No creía conocerla.
-¿Sirius Black?- preguntó la mujer.
-¿Si?-respondió a la pregunta, a lo que ella finalmente sonrió. Exhaló profundamente y se invitó ella misma a pasar, cruzando por su lado, y observando todo con sumo cuidado y dedicación. De vez en cuando Sirius escuchaba un "Humm." Proveniente de la mujer.
En ese momento Remus sale de la cocina al escuchar los pasos y mira a la extraña (quien por cierto lo observó como si pudiera ver a través de él y frunció el entrecejo), de ahí miró a Sirius, quien estaba tan confundido como él.
-Buenos días- dijo Remus observando a la extraña.
-Buenos – dijo solamente dejando escapar un "hummm" . ahí se detuvo delante de unas fotos mágicas, en marcos colocadas en un lado de la sala: Habían fotos del día de la boda. Fotos de Hogwarts donde estaban ellos juntos y por supuesto, fotos de Harry y Silvia. Incluso habían de Harry, Sirius, Ron, Remus y Hermione. Ahí notó otra foto mas grande aun, del día de la boda de Susan en donde estaban ella y Silvia solas y sonriendo. Había una pequeña proveniente del álbum de Harry donde estaban James y Lily sosteniendo al pequeño en sus brazos. – Veo que están "bien" instalados...
-Disculpa- Dijo Sirius ya algo perturbado ante la presencia de la mujer y analizándolo todo a su alrededor.- ¿Quién es usted?
-Por supuesto.- dijo ella acercándose a él, dejando caer la maleta a un lado, cruzando sus brazos y acercándose a centímetros de su rostro como si analizara algo de él.- Sirius Black.- Lo dijo como si le costara trabajo pronunciar ese nombre.- Por mas que esas tres digan y defiendan de ti, continuo diciendo que eres un buscapleitos...
-¿Esas tres?- preguntaron Remus y Sirius al mismo tiempo. De ahí, Sirius, dijo.- ¿Qué tres?
-Pero claro.- dijo ella continuando sin siquiera escucharle.- me cayó algo sorpresiva la noticia de enterarme que estaba encinta... cuando lo que tiene son mas de tres meses aquí ¿Pero porque sorprenderme? Lo hiciste hace veinte años... y esa niña...- Sacudiendo su cabeza.
-¿Quién es usted?- preguntó Sirius ya desesperado. Esa mujer y sus comentarios lo tenían al borde de la histeria. Por lo que parecía, Sirius no le simpatizaba nada a ella.
Ella lo observó fijamente. – Supongo que ella está aquí. Por supuesto, me encontré bastante triste cuando mi invitación para la Boda no llegó...-Remus la observaba a la par de que ella tomaba el retrato de Susan y Silvia juntas y dijo sonriendo.- Pero claro, esta vez estás con ella ¿no?
Ya Sirius estaba mas relajado. La miró otra vez para encontrar el parecido y ahí lo vio.- Cristine... March.- dijo en voz baja pero escuchado por la mujer y por Remus.
-No me recordabas. Hace mas de 22 años que fue la ultima vez que nos vimos... o en todo caso, te vi en Hogwarts...
-Es un gusto verte de nuevo.- viéndole colocar la foto en su lugar. pero ella no parecía feliz de verlo.- Debiste de decirme quien eras en la puerta...
-Por supuesto... pero, eso no te excusa. ¿Cierto, Black? Dejar ir a una chica de 17 años sola en el mundo y esperando. Sabrán los cielos cuantas mas tendrás por ahí...
-¡¡le aseguro que Susan es la única y por todo, mi esposa!! No permito que me hables así...
-¿No permites?- preguntó desafiadoramente.- ¿Quién estuvo los últimos veinte años velando por mi sobrina y mi hermana? Yo ¿Quién estuvo allí para cuando Silvia nació? Yo. ¿Quién estuvo cuando dio su primer paso, dijo su primera palabra, la sacó del apuro para cruzar el tercer año en Drumgstrangs? Susan Alex y yo. Así que no pretendas Sirius, que tienes mas derechos sobre mis sobrinos que yo...
-Mira Cristine...- dijo Sirius sorprendido y a punto de llevarle la contraria y defenderse cuando una voz los hizo voltearse.
-¿Cristine?-. preguntó la voz de la señora Black desde las escaleras atrayendo las miradas de los allí presentes. A continuación siguió el abrazo fraternal entre ambas mujeres. – Sirius: creo que recuerdas a Cristine...- pero Sirius no le respondió.- Pero que sorpresa ¿Viniste sola? ¿qué haces aquí?
-bueno, cuando me dijiste por correo que estabas embarazada nuevamente- mirando críticamente a Sirius Black y por lo cual Remus se sonrió con una gota en su cuello.- Me sorprendí pues solo tienes que ¿Tres meses aquí? Bueno, el asunto es que, después de hablar con Alex, decidí hacer mis maletas y ver que es lo tanto que abandonaste en Rumania y viniste aquí.- observando nuevamente a Sirius y separándose de ella comentó mirando a Sirius.-No es tanta... la cosa... – y dirigiéndose a Sirius comentó.- Cuando supe lo que le hiciste hace veinte años...- apuntándole.- No lo podía creer... podría apenas tener un mejor gusto...- Sacudiendo su cabeza- Pero que se le va a hacer...
-Oiga...- dijo Sirius – Apenas nos vemos ¿Y ya va con los insultos?
-No es insulto.- dijo ella seriamente—es mas bien, criticas constructivas. La verdad es que, Alex y Susan solo ven lo físico en algunos casos... pero gracias a dios que lo hizo por la parte de Silvia: En cerebros ya es otra cosa...- sacudiendo su cabeza de manera negativa.- pues Silvia sacó la inteligencia de nuestro lado.
Remus se rió sutilmente ocultando su gesto con su mano. La verdad era que, esta mujer era todo lo contrario a lo que alguna vez Alex, simpatizaba por él. De ahí, ella miró y abrazó a Susan. Sirius iba a decirle algo, probablemente a devolverle los insultos pero de ahí tal vez, por respeto a Susan, se contuvo.
-Mi pobre hermanita- llevándosela consigo a la sala y sentándola.- Pero no te preocupes: Cristine está aquí para encargarse de ti...
-Disculpe. Pero ¿De que habla?- preguntó Sirius. Ya de por si estaba molesto. Esta mujer, desde el primer momento que pisó la casa, le caía mal.
-¿Pues de que mas? Estoy aquí porque mi esposo me pidió que tomara vacaciones y además de todo, pero al enterarme de "lo que hiciste"- mirándolo reprochadoramente.- ...Susan necesita atención en estos meses tan difíciles. – Acercándose a él y apuntándole.- Como tan convenientemente, te perdiste con el nacimiento de Silvia...
-No es mi culpa. Fue a extenuantes circunstancias que eso pasó... si lo hubiera sabido...
-Él tiene razón Cristine.- dijo Susan algo seria- Siempre te lo he dicho...
-No me vengas con lo mismo.—apuntándole con el dedo a su hermana..- Pero por no decirle que "no" es que estás de nuevo en esta situación...
Susan se puso de mil colores ante tal acusación y que decir de Sirius. Su rostro serio, le recordó a su amigo Remus, el incidente en las "casa de los Gritos" aquel tercer año de Harry en Hogwarts.
-Será mejor que me vaya- dijo Remus antes de que la situación familiar se tornara mas Picante y la mujer se fijara en su presencia y comenzara a acusarlo, tal vez, de que el otoño fuese frío o lloviera dentro de la casa. – Sirius: nos vemos a las once... mejor en la estación...- saliendo rápidamente de la casa sin siquiera despedirse de su amigo.
-¿Piensas viajar y dejar a Susan sola?- acusó Cristine a su cuñado observándole reprochadoramente.- ¿Cómo te atreves? ¿Quién te crees que eres?
-No me quedo sola. Emely estará conmigo.- respondió Susan antes que Sirius ( a quien de por si, notaba enojado) decidiera responderle – Y además, no necesitamos que te quedes. Tenemos todo bajo control...
-Puedo darme cuenta de ello...- dijo irónicamente.- Menos de cuatro meses aquí y embarazada de nuevo...- criticó Cristine.- a Alex podrá simpatizarle...- mirando a Sirius como un bicho.- Pero a mi, no...
Susan miró a Sirius y si notaba el enojo en su mirada ante las acusaciones que era victima del momento que ella, pisó su casa. Dijo suavemente y sonriéndole.- ¿Por qué no te llevo a la alcoba de Silvia para que te instales?
-¿no tienes alcoba para invitados?- preguntó ella viendo como su hermana le acompañaba, negaba con la cabeza y ella tomaba su maleta de sus manos.- Pero... ¿Cómo acomodarán un nuevo bebé en una casa con tan pocas habitaciones? No me dirás que dormirá con ustedes o con el otro ...
Pero sus voces a medida que avanzaban por las escaleras se iba apagando. Pero quien esperó a que Susan o ella bajasen era Sirius con cara aun de pocos amigos, a pesar de que hacía métodos para respirar mas pausadamente y controlar su enojo.
Escuchó nuevamente los pasos que descendían para encontrarse con Susan. Antes de que él pudiera preguntar ella dijo.- Lo se...- exhalando.- se quedará a tomar un baño... la convenceré para que vuelva a casa...
-¿Qué hace ella aquí? Desde el momento que me vio a la puerta, me trató como piedra dentro de su zapato...
Ambos caminaron a la cocina y ella tomando una manzana y comenzando a partirla y a comerla comentó.- Cristine, ha sido la mas afectada desde veinte años atrás... siempre ha querido lo mejor de mi e incluso, me presentaba personas que ella consideraba buenos y selectos candidatos para futuros esposos... nunca le caíste bien. Ni siquiera antes...- sonrojándose.- Bueno, ya sabes...
-Pero eso no le da derecho a insultarme o criticarme...- reclamó Sirius.- ¿Acaso no cree que eso lastima a Silvia?
-Si de eso quieres sustentarte, ni lo intentes.- dijo Susan – Cristine dice que, el peor ejemplo de padre, puedes ser tu... cosa que no creo.- tomando su mano.- Si lo creyera, no hubiera vuelto a tu lado. Lamentablemente, Cristine, no perdona que Silvia creciera sin un padre, o en todo caso, yo cargara todo sin un esposo... quiere ser la madre que nunca tuve en esos momentos...
-Pero no me da una oportunidad...
-Hablaré con ella.- sonriéndole.- Todo estará bien... y si no, está siempre, el Plan B- no explicando ese detalle.- Cosa que no quiero llegar a usar cuando el momento llegue. Ella es buena Sirius, y llegará a quererte. Después de todo, ganaste a Alex y a mi... cosa difícil- abrazándole y besándole tiernamente sus labios para aligerar su ánimos. – Además, no importa lo que ella diga: Eres el mejor, esposo, padre y persona para nuestros hijos y para mi...
-Gracias- dijo él bajito. – No importa lo que diga...
-¡¡¡AH No!!- dijo Cristine entrando por la puerta y encontrándose a la pareja abrazados.- ¿NO pueden separarse por un tiempo? ¡¡¡¡AHHHHH!!!- mirando la loza en el lavabo. - ¿Y este desastre?-. subiéndose las mangas y dando un golpecito con su varita, los platos comenzaron a lavarse.- necesitamos un elfo Doméstico...- dijo reprochadoramente.- Y también los materiales necesarios para el cuarto del bebé y del trabajos de Anexo de la casa... –observando a Sirius.- aunque creo que, lo mejor que hiciste fue conservar tu fortuna ¿no? Porque mi hermana por mas rica que sea, no te mantendrá... deberías vender esta pequeña casa y comprar una mas grande...
-¿Qué rayos dice? – preguntó Sirius.- Yo tengo mi dinero... su hermana no necesita nada... y no nos mudaremos...
-Claro que no, no me sorprende. Los convictos les gustan los lugares- mirando a su alrededor.- Pequeños...- pero Cristine lo que estaba haciendo era llevándole la contraria. la casa era lo bastante grande para Susan, Sirius, Harry y Silvia.- ... ella es rica de por si. Tiene estatus y nombre en Rumania.- Observándole reprochadoramente.- Tu aquí y en todo el mundo, tienes la reputación de ex fugitivo, ex criminal y ex asesino...
-Cristine- dijo Susan tomándola por el brazo antes de que la guerra estallara en esa cocina.- ¿Qué tal si nos vamos las dos de compras? Te encantará los ambientes y la moda aquí...y almorzaremos fuera...
-Eso estaría encantador- yéndose por la puerta- iré por mi bolso... – sonriéndole a su hermana.
De ahí Susan miró a Sirius y este se notaba molesto ante el comentario y ella dijo.- No le hagas caso... si tengo dinero. La posada que mantenemos allá en Rumania da sus frutos... Alex deposita el dinero en una cuenta a nombre de Silvia aquí... no recibo de ella ni un solo centavo.
-¿Entonces es cierto? ¿Eres Rica?
-No. Nuestra hija es rica. Lo que si es que Cristine no sabe que es Silvia la que tiene el dinero, Pero por otro lado, tampoco se lo digo a Silvia.- Sonrió ella.—Se atrevería a comprar colecciones de motocicletas- ahí Sirius sonrió y ella le abrazó diciéndole.- Cuando vuelvas, solucionaré lo de Cristine. Lo prometo...- besándole. – Ahora, será mejor que la alcance... y que tengas un buen viaje y salúdame a los chicos.
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Ambos cruzaron hacía el anden 9 ¾ tal como Dumbledore les había indicado en su carta encontrándose delante de ellos la brillante locomotora color rojo y negro que les trajo, cada uno a su manera, inolvidables recuerdos.
Una vez ocuparon la primera cabina y esta se puso en marcha, Remus preguntó.- ¿Y bien? ¿qué pasó con tu cuñada?- viendo a Sirius hacer una mueca.
-No pensé que no me agradaría nunca nadie- respondió.- Pero esa March... tiene lo peor de Susan años atrás... prácticamente, me dijo que tengo la culpa y que a propósito abandoné a Susan cuando tenía 17 años. Pero ¿Quién sacó a Susan de Hogwarts? ¡¡Alex!! Pero la mujer parece que, no tiene nada en contra de su hermana...
Remus se sonrió y comentó.- Date cuenta que, parece que quiere mucho a Susan. Como Alex.
-Por Susan, no le dije dos o tres verdades en ese momento. Cosa que me vi tentado a hacer. – suspirando.-Pero... Tiene razón en algo: No estuve allí para el primer momento de Silvia: Su primer paso, su primer abrazo, la primera palabra que dijo...
-Cosa que no debe hacerte sentir así. No dejes que te afecte. Ni por un momento. Silvia es tanto tuya como de Susan. Es solo la sobrina de Cristine y Alex. Además, creo que le simpatizas. – Mirándole abrir los ojos ampliamente y alzando una ceja.- Es decir: Si se que dijo muchas cosas... ¿Pero cuantas de ellas son certeras? ¡¡ninguna!! Creo que era provocándote que estaba. Eres un buen padre y padrino y lo serás para el bebé. Después de todo, esta es una familia algo compleja ¿no?
-No quería dejarla con esa Criticona en la casa y a su lado. Sabrán los cielos que dirá esa mujer- y mirando fijamente a Remus comentó.- ¿Sabías que ella quería que Susan se casara para que Silvia tuviera un padre? Con lo mal que le caigo, de seguro le dirá que se divorcie...
-Dale el beneficio de la Duda Canuto...- sonrió Remus.
-Creo que a James le daría gracia toda esta situación... –dijo Sirius sonriéndose.- Ya lo conoces... armaría una tremenda discusión con Cristine para averiguar porque no le simpatizo.
-Creo que, es hora de dejar ir a James Canuto.- Dijo Remus observándole seriamente.- Tiene mucho tiempo ya, que nos dejó. Hay que mirar hacia delante.
Sirius asintió mirando igual de serio a su amigo. Era verdad. James murió. Ahora, les quedaba Harry.
Pero el problema principal, no descuidó sus mentes. Sirius pensaba en Alex, Cristine y Susan. Tres mujeres criando solas a su hija. Aunque Susan le explicó que ambas mujeres ya estaban casadas cuando Silvia era pequeña.
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-¿Pero porque te comportaste así? preguntaba Susan a su hermana mientras ambas almorzaban en Diagon.- heriste los sentimientos de Sirius...
-¿Ah si?- preguntó indiferente a la vez que consumía su ensalada- no me di cuenta...
-Claro que si. Ni tan idiota que fueses...- dijo Susan molesta.
-Vaya, vaya.- dijo Cristine observándole fijamente.- Susan March: ah perdón- rectificando.- Susan Black: que boca tienes ahora que eres su mujer. Defendiéndole con uñas y dientes...
-Lo siento—se disculpó su hermana.—Se que se me pasó la mano. Pero lo provocaste con ese comentario...
-Te haré una pregunta: ¿qué tiene este sujeto, que no lo tiene Philippe? Él te adoraba. Besaba el suelo donde pisabas. Te amaba... sin embargo, lo rechazaste siempre. Pensando en el pasado. Pensando en Sirius... ´¿Para que? No lo se. Philippe incluso, es mas guapo que Sirius.
-Yo amo a Sirius....- comentó Susan.
-¿Hasta cuando? La belleza cansa querida hermana. O en toda manera, la belleza se extingue. Puedes ser hermosa ahora, no lo dudo. Él es un adonis pero ¿qué pasará en treinta, cuarenta años? ¿Cincuenta si llegas a tantos?
-¿Acaso crees que, Sirius y yo estamos juntos por eso?
-No lo digo, pero tampoco, lo dudo... admitámoslo: Es guapo. Para un hombre que pasó 12 años en la prisión mas dura de estas tierras, está también cuerdo. Y no ha perdido la gallardía que lo distinguía en el Colegio. Pero, abandonaste tu hogar... Rumania: Un lugar en donde viviste por veinte años. El negocio que te costó tanto construir y tu vida en Rumania por él...
-Tal parece que lo que te pasa Cristine es que, extrañas a nosotras allá...
Cristine observó a Susan en silencio. Duraron dos minutos calladas. Solo escuchando la gente pasar y hablar en su alrededor y comentó—Lo admito.- atrayendo la mirada de su hermana.- Lo admito. Te extraño. Extraño espantar y sacar de mi taberna a tu hija con su novio. Extraño las bromas de Silvia. Extraño verte siempre por las mañanas. Pero lo que mas me sorprende, extraño y me dan celos es que, me hayas abandonado y todo por él...
Susan la observó con melancolía y tomando su mano comentó.- Tienes una familia mas: Sirius, Silvia y yo, somos tu familia Cristine. Jamás te dejaré. Te escribo dos veces por semana... siempre te llega mi correspondencia ¿O me lo piensas negar? Además ¿Cómo creerías que te olvidaré? Sin ti, estos años, hubieran sido un total infierno- Sonriéndole- Silvia es mejor persona gracias a ti, y a Alex. A ustedes les debo, mi vida y también la vida de Silvia.
Vio como su hermana reflejaba el dolor de quedarse sola en el mundo. –Gracias... muchas gracias... pero, no pienso disculparme con ese marido tuyo.- torciendo su nariz.- Por él, no tengo a mi hermana y a mi sobrina conmigo...
-Ahora ¿Qué tal si ambas vamos de compras? Hay una moda londinense estupenda entre los muggles. Así compraremos una estola para Alex de esas que tanto les gustan...
Cristine asintió en silencio recordando aquellos días que esa noche celebrarían la salida de Silvia de la academia Drumstrangs. Uno de los tantos meritos por los cuales, ella estuvo y Sirius, no.
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- muchas gracias por la fiesta tía Cristine.- dijo Silvia observando a su tía a la vez que le abrazaba mientras en la taberna, habían guirnaldas mágicas, globos centelleantes y mucha comida y bebida.
Y es que, no todos los días su sobrina se graduaba de la academia mas exigente de Europa.
-Todo por mi pequeña – dijo Cristine.- Lo que me alegra de esto, es que, pasarás todo el tiempo con nosotras...
-Así es- dijo ella sonriéndole y volteándose notó a un chico de pelirroja cabellera observarle fijamente. Cristine incluso se dio cuenta.
-¿Quién es ese? –preguntó Alex quien también estaba presente. Pudo observar las miradas inquisitivas en cuerpo de su sobrina.
-¿Charlie? – preguntó Cristine observándole.- Charlie Weasley. De Londres... es un chico recién inició en el parque de protección...
-Es lindo.—dijo Silvia observándole de reojo.- ¿Será soltero?
-Nada de eso.- dijo Cristine sonriéndole.- Concéntrate en lo que harás ahora...
-Pues se lo que haré... iré a Londres a buscar a mi padre...- dijo ella sonriéndole a sus tías.
En ese momento suena algo que cae al suelo de cristal. – Alex.- dijo Susan viniendo de prisa- Esos dos no me hacen caso... ¡¡Has Algo!!
-Alice y Albert.- decía la mujer peleándoles a un par de chiquillos de tal vez nueve o diez años de abundante pelo castaño y negro y ojos de color verde como los de su padre.- ¡¡Los voy a hacer añicos!!- viendo como los dos gemelos salían despavoridos a otra parte.
-¿Ya escuchaste lo que tu hija hará ahora?- preguntó Cristine por encima de la bulla de la taberna y observando a Silvia comentó.- Será mejor que pongas los pies sobre la tierra.- atrayendo su mirada.- ¿Acaso no sabes que Londres ahora, es un caos? Ese sujeto anda suelto...
-¿Quién?
-"ya sabes quien".
-Ah Voldemort—dijeron ambas, tanto madre como hija al mismo tiempo.
-Díganlo mas alto: ¡¡No creo que las escucharan en Irlanda!!
-Estás un poco, esquizofrénica- Dijo Silvia a su tía .- toma un poco de esto...- sirviéndole uno de los tragos mas fuertes del lugar.- Vamos...
-¡¡Silvia!!-dijo Cristine molesta- ¿Cómo te atreves?
-Hola- dijo Charlie acercándose a las tres mujeres e interrumpiéndoles..- Soy Charlie... ¿Tu eres?
-Mi sobrina Silvia- dijo Cristine sonriéndole y manteniendo la compostura- Acaba de graduarse de Drumstrangs.
-Mucho gusto...- dijo Charlie- ¿Quieres bailar?- señalando al otro lado como un grupo de jóvenes bailaba.
-si, claro.- dijo ella yéndose al otro lado a bailar. Susan y Cristine la observaban a lo lejos.
-Está loca- dijo Cristine.- Es buscado por casi todo el Ministerio de magia de todos los países. No digo que sea verdad que él mató a todas esas personas, pero hay que ser prácticos. Ir a Londres... Es una locura.
-Le hice una promesa a un amigo Cristine- dijo Susan observándole- Que volvería a Londres. No será hoy. Tampoco mañana. Pero cumpliré la promesa y aunque circule aire, mar y tierra, iré y lo buscaré...
-No quieres hacerle caso a nadie de aquí ¿Por qué él? ¿por qué allá?
-No insistas, ni te preocupes por nosotras... estaremos bien- abrazándole con ternura.- después de todo, siempre nos cuidan ¿recuerdas?
Pero Cristine guardó silencio y se mordió la lengua. Quería detenerla. A ambas. Que la dejaran. Aunque Alice y Albert eran sus otros sobrinos, no era lo mismo. Ella había criado a Silvia y era su consentida. Ahora, este hombre que nunca había conocido, era mas importante para su sobrina que ella, quien le había guiado durante esos 17 años de vida.
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Delante de un paquete sacado de su maleta, lo desdoblaba con cuidado y lo observaba con detenimiento. Ese pergamino tenía mas de 1000 años en su familia. Desde la raíz de su apellido observaba dos nombres y debajo de esos, el nombre de "Rowena". Miraba generación tras generación cada uno de los nombres. Incluso observó el de sus abuelos. De ahí el de su madre y su padre. Ahí estaban las fechas de sus muertes. Debajo de ellos: Cristine, Alex y Susan. A su lado, el nombre de su esposo e igual con Alex. Pero Silvia estaba pero al lado de Susan el espacio permanecía en blanco.
Porque no aceptaba a Sirius Black. No aun.
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Cuando dieron las siete en punto, tocó a la puerta su mejor amiga acompañada de su hijo y ambos venían con paquetes en sus manos.
-Emely... Allen- observando a uno y otro. El mas pequeño observaba con una sonrisa a Susan mientras pasaba por su lado.- Bienvenidos...
-¿Tengo la habitación de Harry, no?- preguntó Allen al pie de las escaleras. Aun llevaba su pequeña mochila en la espalda y sus paquetes en las manos.
-Si...- viéndole con una sonrisa dirigirse al segundo piso para instalarse en la alcoba de Potter. Miró a Emely para decir—te agradezco tanto que pases estos días conmigo...
-No es nada- dijo ella sonriéndole- La verdad es un alivio aunque me ayudarás mas. No tengo niñera para Allen y ese niño aprende cada día, cosas de Remus en sus tiempos de merodeador que me preocupan. Viendo a Susan sonreírse.- ¿Y bien? ¿cómo te va a ti siendo madre de alguien como Harry?
-Bueno, como ha pasado la mayor parte del tiempo con los Weasleys o nosotros en Luna de Miel o ellos en el Colegio... no le he llegado a tratar muy de cerca...
-¿Y Sirius?
-Está feliz- Dijo Susan sonriéndole y ambas sentándose en la sala.- Me trata como a una reina...- ahí Emely se sonrió.- Y por supuesto, está emocionadísimo con lo del bebé...
-Es que ustedes, se lo merecen- sonrió y aportó su amiga.- ¿Qué opina tu hija de todo eso del bebé?
-Está feliz... aunque me ha escrito poco se que está feliz... ya la conoces: De tal palo, tal astilla.- refiriéndose a Sirius y a su hija.- ¿Cuándo te veré siendo mamá nuevamente? – mirándole azorarse y retirarle la mirada- ¿No me digas que no has pensado la posibilidad?
-No he querido presentársela a Remus. Nos amamos mucho... Remus ama a Allen y Allen adora a mi Lunático.- haciendo sonreírse.- y quisiera si, tener otro bebé... pero...
-¿Remus no quiere?
-No lo se- dijo ella- Pero años, esa fue la principal razón por la cual rompimos nuestra relación... él no quiere que, ningún hijo de él herede la licantropía. Está muy temeroso en cuanto al asunto... lo comprendo. Con todo lo que sufrió siendo un niño, es bastante difícil ver a tu hijo pasar por ello sabiendo que, pudiste prevenirlo... pero quiero darle un hijo.—sonrojándose.- Se que lo quiere... lo quisiera...
-oye mamá- dijo Allen inocentemente y bajando apresurado por las escaleras, e interrumpiendo ambas mujeres- Hay una señora allá arriba...- señalando el piso superior. Ahí Emely observó a Susan. – Me ha hecho una serie de preguntas algo...- sacudiendo su cabeza- en fin. Voy a la biblioteca del señor Black. Ahí me escondo de ella.- Mirando con temor la parte superior y yéndose en efecto por la puerta a la izquierda.
-¿Quién está aquí?- preguntó Emely.
-Cristine... mi hermana...
-¿Qué????- preguntó Emely- ¿Cuándo llegó?
-Esta mañana. Armó un escándalo y un pleito con Sirius. No se llevan bien. – dijo Susan a su amiga.- Prácticamente Sirius salió corriendo de aquí para la estacion. Incluso, creo que, Remus le salió corriendo a Cristine ¿no te contó nada?
-No. Tampoco creo que, pudo.- Respondió la mujer- Tuve que salir bien temprano a la galería. Dejé a Allen dormido y cuando regresé a las diez, Remus ya no estaba...
-Bueno, el asunto es que, Cristine cuando pasó lo que pasó...- Emely no la entendió y Susan parafraseó.- cuando quedé embarazada con Silvia, no perdonaba a Sirius...- dudando decirle.- Hubo complicaciones. Al final de mi embarazo, estuve a punto de morir.
Emely se llevó una mano a la boca al escuchar esa declaración. – Pero... pero...
-Cristine culpó a Alex de la tanta libertad que me otorgó el séptimo año. Cristine se culpó por no estar presente en mi vida en esa parte tan importante.
-Sirius... él ¿lo sabe? ¿qué estabas a punto de morir?- hablando mas bajito para que no la escuchara el pequeño o Cristine.
-No. Nunca se lo he dicho.- Observando las fotos de su boda.- ¿Qué ganaría con ello? Sirius es feliz. Eso fue hace veinte años ya...
-Pero Susan ¿Qué pasará si surgen complicaciones con el nuevo bebé? ¿Si algo sale mal?
-Nada saldrá mal.- respondió con una sonrisa- Este bebé, su hermana, su padre y yo, seremos su familia. Una familia perfecta.
-"una Familia Perfecta"- repitió su mejor amiga.
-¿Qué piensas Emely?- preguntó Susan al notar cierto distanciamiento de pensamiento de su amiga y regresándola a la realidad.
-Bueno, pensando que, Remus no querrá tener un hijo con nadie...- Bajando su voz y entristeciéndola.- No querrá... no por propia voluntad.
-Remus te ama, y creo que, llegando ambos a un acuerdo, podrán llegar a algo. Quien sabe. Además ¿No me dijiste que avanzabas en tus experimentos?
-Así es...- respondió ella quitándose una lagrima de un ojo.- es que... – Sonrojándose.- quiero tener un bebé...
Susan se sonrió y le aferró sus manos.
-Mientras, serás la madrina de este- dijo en voz baja.-Porque las madrinas de Silvia son mis hermanas...
-oye ¿Has pensado en nombres?- preguntó Emely.
-Bueno si fuera una niña, quería ponerle Summer... o Sunset.
Vio como Emely torcía la nariz a lo que ella dijo.- ¿Qué?
-No es por nada, pero deberías dado que Silvia lleva un combinado de nombres de sus padres, ¿por qué no tomar nombres de algún miembro de la familia de ambos?
-No lo había pensado... o un compuesto también...- sonriendo.- Aunque se que, Sirius quiere un varoncito...- tocándose su vientre. – Nada me haría mas feliz que complacerlo pero no está en mis posibilidades ¿Cierto?
En eso ambas mujeres se sonrieron.
-Vaya, parte de la pandilla reunida- dijo una voz proveniente de la escalera- me disculparán pero le he tenido envidia a Susan. Amigas tan fieles. Yo desde que me gradué solo he visto los de Susan...-
-Emely ¿Recuerdas a mi hermana, Cristine?
Emely asintió cortésmente y Cristine saludándole comentó.- ¿Con que Remus Lupin? Es verdad que las mujeres de esa generación y mas aun de ese grupo, congenió con cada Merodeador...
-Excepto la Rata...- comentó Susan.
-Ah no, ese necesitaba de pociones al 500% para que alguna mujer le hiciera caso...- dijo Emely sonriéndose.
-Y si no, mucha ayuda divina...rata de mala muerte...-terminando ante este comentario, las tres mujeres riéndose.
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Allen comía con apetito una manzana cuando su madre ingresó a la habitación que ocupaba en ausencia de Harry. En esos momentos, tenía la edición de "grandes Momentos de Quiddicht de la historia" en frente de si y bajó la edición para dirigirle la mirada a su madre.
-Allen. Son pasadas las diez de la noche.- dijo con voz de reproche- ¿Qué haces despierto?- leyendo el titulo del libro comentó.- ¿Ese libro es tuyo?
-No—respondió el chiquillo.- De Harry. No te preocupes. Lo pondré en su sitio. – maravillado ante el contenido de cada pagina.- Parece un deporte, fascinante. ¿Crees que pueda practicarlo cuando llegue a Hogwarts?
-Para estar en uno de los equipos del colegio debes de tener al menos, el segundo año cursado cariño...- acariciando su melena. Se parecía demasiado a su padre: Excepto en algo: este aceptaba quien era, de donde venía y hacía adonde iba. Trató de sacar aquella imagen de su cabeza concentrándose en la voz de su pequeño.
-Pero ¿Por que?
-Porque es una edad adecuada- quitándole el libro y la manzana de su cercanía. Levantándose se las llevó en sus manos y dijo.- Ve a lavarte la boca y duérmete... es tarde...
-Si mamá- dijo el pequeño.- Buenas noches...- viendo a su progenitora salir.
-Buenas noches mi pequeño...- cerrando la puerta. Pero en esos instantes, las imágenes de un pasado atrapado años atrás volvieron a su mente. Mas aun, observando aquella manzana y aquel libro.
------------ Flash Back -----------
Hacía cuatro meses ya, que no vivía en los dormitorios de la universidad donde estudiaba. De todas maneras, tenía demasiadas cosas extrañas en la vida de un muggle para dejarlas allí regadas. Para eso, había alquilado un apartamento pequeño si, pero a pocas cuadras de donde estudiaba.
Solo había encontrado la manzana dentro del refrigerador y estaba a medio comer y a pocos centímetros de montones y enormes volúmenes de libros y libretas de apuntes, calculadoras y lápices. No cualquiera sospecharía que hablábamos de una mujer que, se graduó de una escuela para brujos en Inglaterra. Todos, excepto con quien compartía el departamento.
-¿Aun estudias?- dijo en un susurro en su cuello y sobresaltándole. Ella sonrió el sentirle tan cerca- ¿Qué tanto haces amor?
-Estudio.—rió ella.- Deberías intentarlo...- volteándose a ver al hombre de mirada castaña.- En vez de quedarte ahí embelesado observándome...
-No me canso de verte, admirarte, seducirte... y ...- besándole los labios.-besarte...- besándole de nuevo.
-Remus...- separándose entre beso y beso.- Tengo... que... estudiar....- separándose después de un momento.- Hablo en serio...
-Está bien....- dijo él como un chiquillo a quien no se le da su dulce favorito. Separándose de ella, incorporándose y dirigiéndose a la recamara recalcó. Pero no me reclames cuando te sientas sola...- dijo el sujeto voceando.—Recuerda que, me voy a Inglaterra por petición de James... y además, quiero ver a esos locos...
-No puedo creer que me dejarás solita y abandonada- dijo la joven rodeándole en su talle con sus finos brazos y diciendo aquello en un susurro cerca a su oído.
-No te dejo así... – dijo el sujeto haciendo caso.- Además, estás feliz estudiando...- sin siquiera voltearse. - ¿por qué no vienes?
-Eso quisiera... pero sabes que, mis finales se acercan. Y hay tantas cosas que no se, por ejemplo, historia americana...
-Ah pero te encanta...- dijo el sujeto. Duraron un momento de silencio.
-Remus...- dijo ella incluso apoyada de la espalda del sujeto.
-¿Si?- mientras empacaba.
-No digo que ahora, pero mas adelante...- sus ojos brillaban y decía esto en un susurro y su voz sonaba alegre.- ... tal vez cuando termine la universidad, ¿Regresaremos a Londres juntos?
-Claro que si.- dijo sin darle importancia a aquello.
-¿Crees que llegaremos a estar juntos tan lejos?-
El se rió sin voltearse para decir.- ¿Acaso lo consideras muy cansado para ti? ¿tanto tiempo con el mismo novio?
-Sabes que eres para mi mas que un novio.- dijo con voz de consentida.- Eres mi primer, mi único y mi gran amor...
-Como lo eres para mi, cariño...- respondió el sujeto sonriéndose para si.
-¿Crees que, en ese futuro lejano o tal vez, cerca de nosotros, haya la posibilidad de que... de que... tengamos un bebé?
Eso fue suficiente para que Remus se detuviera en vilo de lo que estaba haciendo y tomara los brazos de ella y le enderezara colocando sus miradas frente a frente. Ella le miraba con expectativa y él le observaba a ella con cierta impaciencia.
-¿De donde has sacado eso?- preguntó con calma.
- es que...- dijo ella jugando con sus talones, tal cual hacía cuando estaba nerviosa. Él le miró con preocupación.
-No dirás... no quieres decir....- decía Remus algo confundido.- Emely...- haciendo que ella le mirase.- ¿No me dirás que estás encinta?
La muchacha de 19 años contestó inmediatamente azorándose.- No, no, no...- terminando esto ultimo y provocando que Remus respirara profundo y se sintiera aliviado.- ¿Por qué? ¿acaso sería eso un estorbo para ti?
-Emely.- dijo abrazándole.- Jamás creas eso... es que, el pensamiento de tener hijos... es ... demasiado electrizante... demasiado inesperado... y mas ahora, que solo tenemos 19 y 20 años, es muy pronto...- pero ahí Emely lo notó.
-No.- dijo ella separándose y aun observándole el rostro fijamente.- hay otra razón...- cruzándose de brazos.- mientes....- él negaba con su cabeza a lo que ella dijo.- ¿Recuerdas aquel gesto que haces cuando mientes? Ahora es demasiado notorio...
Remus dejó de mover la cabeza y le tomó por las manos, guiándole a la cama y ambos sentándose dijo.- Comprende algo: te lo dije aquella noche ¿Recuerdas? Te lo he dicho desde que lo sabes... mira como es mi vida. Mira la tuya: buscas con tus contactos en la escuela veterinaria inyecciones o sedantes tan fuertes para adormecer elefantes... cada tres días del mes, nos vamos de aquí a los bosques. Me cedas. Me encadenas y me dejas sedado en la espesura del bosque. Esa es la vida de un licántropo. Una vida que no le desearía ni a mi peor enemigo...
-Se lo que conlleva y estoy contigo por mi voluntad- respondió ella.- Y te amo lo suficiente para decirte que no me importa...
-A mi si.-dijo decidido.- No quisiera, jamás en la vida me perdonaría si...- dudando decirle.- si creamos algo tan hermoso como un bebé para después, encerrarlo y maldecirle su vida de esa forma... no puedo Emely.
-Remus: tal vez no ahora, pero después...- sonreía ella confiada.- Compréndeme: vengo de una familia con hermanos... no eran los mejores, pero tampoco lo era yo. Pero si te amo lo suficiente, puedo decirte que lo que mas quisiera es un hijo tuyo...
-Hasta ahora no ha sido así, porque hemos tenido suerte que no...- azorándose un poco.- Bueno, ya sabes.- sonrojándole por igual.
-¿Acaso piensas pasar el resto de tu vida sin un hijo? ¿Sin nadie?
-esta es mi maldición...
-Una que no elegiste tu.- discutió ella.
-Exacto... no la elegí yo. Si es así entonces, ¿Qué nos da derecho de elegirla nosotros por ese niño que quieres?
-Compréndeme a mi: por favor...
-Discutimos por algo que, no tiene sentido... no estás encinta...- dijo el sujeto exasperándose.- no hay porque discutir esto ahora...
-Bien.- dijo ella. Pero no se notó enojada. Mas bien sonrió algo sutilmente y comentó.- Estudiaré hasta tarde... ¿A que horas te vas?
-Después de las nueve...
-Bien- dirigiéndose a la mesa.- Que descanses...- sin siquiera voltearse. Remus sabía que, eran problemas.
Pero no sería en ese momento, sino meses después. Remus se dedicó a viajar por el mundo. En verdad quería complacer a Emely. Quería tanto como ella tener un hijo, formar un hogar, una familia. Pero para eso, tenía que saber como quitar aquel peso que llevaba en si, tres noches al mes. En las noches de luna llena.
Cada tiempo que pasaba ella y Remus se volvían distantes pero cuando se veían, todas las inhibiciones eran perdidas. Eso pasó una noche. Cuando ella volvió a su departamento y lo encontró, no lo creía, mientras este miraba con interés una máquina de escribir que ella compró para entregar sus asignaciones.
Pero esa noche mientras ambos conversaban en brazos del otro, Emely le dijo algo que cambiaria sus vidas juntos.
-Casi no te veo mas- dijo ella en un susurro y su cabellera caía como cascada en sus hombros. Y en parte del brazo del sujeto debajo del cuello de ella Él jugaba con aquellos mechones mientras le miraba con ternura.- ¿Cuánto mas viajarás solo?
-Me iré en dos o tres semanas...- viéndole entristecerse- Suficiente tiempo para nosotros...- besándole los labios.
-Bueno...- sonriéndole ante lo que le comunicaría.- ya dentro de un año mas me graduaré...
-Pensé que, las carreras eran de cuatro... ¿Qué ha pasado?- preguntó prestándole toda la atención.
-Soy alumna meritoria... me han dado la opción de, adelantar materias, en los siguientes semestres, si logro pasarlas todas, podré graduarme antes...- sonrojándose sutilmente comentó.- Así iremos de viaje juntos...- dudando decir lo ultimo, reunió fuerzas y dijo.- y podríamos casarnos...
Ahí miró la reacción del sujeto ante esto: un profundo silencio. Eso fue suficiente para Emely y levantándose de la cama dijo.- No quieres...- mientras se colocaba una bata y le miraba confusa.- ¿por qué? – con voz decidida.- ¿por qué no quieres?- mirándole que no se defendía. No decía absolutamente nada. Solo le miraba con ternura.- Y deja de mirarme así: lo haces mas difícil...
-Emely: te amo... es por eso que...
-No.- dijo ella no dejándole hablar.- No... tu...- señalándole y al final hizo—aggggh hombres...- dejándole solo en la alcoba.
Pocos momentos después, el sujeto la encontró sentada sollozando en el sofá solo observando sus manos. Él se le acercó y sentándose a su lado dijo.- ¿Por qué es tan importante para ti que nos casemos? Pensé que, somos felices...
-me siento tan lejos de ti... por mas cerca... por mas juntos que estemos...
-¿Y crees que, casándonos encontrarás la cercanía necesaria?
-Pero no en tu contra- dijo ella decidida y mirándole. Ahí Remus lo notó. Incluso se enderezó para mirarle con ternura. No pensaba, no creía que podía ser posible.- Escucha Remus: te amo, te extraño cuando no estás... y si creo en la vida juntos. Pero cuando te tengo, no te tengo... ¿Me entiendes? Una parte de ti, nunca está conmigo y por mas que quiera que las dos se junten, nunca lo lograré...- haciendo una pausa.- Quiero vivir... quiero casarme, tener hijos, verlos crecer, caminar, hablar, estudiar en Hogwarts... quiero... muchas cosas, que tu parece que nunca me darás... queremos cosas distintas...
Remus escuchaba en silencio mientras ella, le abría su corazón; todo su sentir, todo su desear. Todo que él, sabía que, en esos momentos, no podía otorgarle.
-No quiero lastimarte- finalmente dijo el joven.- No me lo permitiría... pero si hacemos lo que tu quieres, nos lanzamos a un error fatal. No como soy. Ni siquiera puedo, ser digno de arrastrarte conmigo, cuando se que, es un error. De ambos.
-Si queremos cosas distintas, no podemos seguir el mismo camino...- dijo ella con lagrimas en sus ojos.- No puedo.
-Tu querías lo mismo que yo, en un principio, pero eso ha cambiado. Querer estar a mi lado, tanto como yo en el tuyo, nos está matando...
-no. En realidad... yo esperaba que tu cambiaras de parecer...- dijo ella aun con lagrimas en sus ojos. Porque sabía lo que estaba pasando. Sabía lo que ocurría. Lo que se veía venir.- que creyeras en lo nuestro de tal manera, que accedieras... siempre te apoyaría... nunca te culparía de nada... nunca...
Ambos guardaron silencio unos tres minutos. Ella secó sus lagrimas y él entendió lo que significaba.- entonces ¿Se acabó?
-siempre te amaré...- dijo ella seriamente. Incluso se abrazó a él y él la aceptó. siempre... nunca creo que, mi amor cambiará y no amaré a otro como te amo a ti...- diciéndole esto en un susurro mientras él besaba su cabellera.
Pero él no dijo mas nada. No quería hacer peor la despedida.
------- Fin del Flash Back --------
no sabía porque pensaba en aquellos recuerdos tristes de un pasado ya tan lejano que no creía que era, en la misma vida. Ahí observó en el pasillo una foto de Susan y Sirius cuando se casaron y ellos Remus y ella, de lado a lado, como padrino y madrina y sonrió.
-Ya crecí demasiado de esa época.-dijo en voz alta al retrato.- Remus y yo estamos juntos, dándonos cuenta que, estando aparte, nos hizo madurar y crecer para estar juntos ahora... ama a Allen...
-¿Hablas sola?- interrumpió Cristine observándole desde la puerta de su recamara y dijo.- Lo siento... iba a la cocina, cuando escuché tu voz y salí.
-No importa- dijo Emely.- Pensaba mucho en la suerte de Sirius y Susan- observando la foto.- Son tan felices... tanto como lo fueron en el ultimo año. Ahora, con otro hijo...
-Aun no creo que, esta familia sea lo mejor para ella o para Silvia.- Dijo Cristine mirando la misma foto.- No creo aun que, mi hermanita, la que protegimos Alex y yo, cuando era una chiquilla, cuando murió papá, la que vimos sufrir al traer a este mundo a Silvia, esté con un hombre que la ama, no lo dudo, pero que, no le dará la paz que ella necesita...
-¿De que hablas?- preguntó Emely observándole.
-¿Podemos beber una taza de té en la cocina? Quisiera hablar con alguien. Alguien que no tenga ningún lazo sanguíneo o marital conmigo.- torciendo su nariz.- o que tenga mas de 13 años...
-¿Hablaste con Allen?- preguntaba bajando ambas las escaleras.
-Es un hermoso niño. Listo también ¿es de Remus?
-No- negando con la cabeza- Me casé con un muggle años atrás. – ahí estaban en la cocina y Emely colocaba las tazas delante de ellas y encendía la estufa diciendo.- Estuve casada... hasta que salí embarazada y decidí contarle la verdad al padre de Allen, que era una bruja, nos separamos... desde entonces, vivo como artista... Silvia y Harry me encontraron... son unos chicos estupendos...
-Silvia es lo mas grandioso que ha pasado en la familia, después, están los gemelos de Alex...- sonriéndole.
-¿No tienes hijos?- preguntó a Cristine.
-Tuve uno...- dijo ella en un susurro.- Pero murió...- entristeciéndose.- Pero dime... ¿por qué hablabas a las fotos ahí arriba?- mencionándole el incidente en el que le descubrió.
-Es que, recordaba... – sacudiendo su cabeza. – Hace mucho tiempo, Remus me dijo que ...- dudando decirle comentó.- Que no puede tener hijos. Solo pensaba que, lo que nos debilitó cuando nos separamos años atrás, nos trajo la dicha de un hijo. Porque Allen ama a Remus como a un padre.
-Silvia... era un caso extraordinario... recuerdo que, esa extraña conexión con su padre, siempre fue su aliada. Incluso Alex, veía en Silvia tanto de Sirius... adora a Silvia.
-¿Qué hay con Alex?
-Susan no habla de ello pero... Alex quedó viuda con meses de embarazo de los gemelos. Su esposo murió en una de las tantas redadas del Ministerio en Rumania... era miembro del Ministerio...
-Cuanto lo siento.- se entristeció Emely.- Creo que, si Remus muriera o algo le pasara, me moriría...
-Una vez, años atrás, nos enteramos que los padres de Sirius murieron... creía que Susan le iba a dar una apoplejía. No comprendía como ella se ponía así por él.
-¿por qué no te simpatiza?- preguntó Emely.
Duró un par de minutos en silencio. Incluso Emely sirvió el té en las tazas y Cristine moviendo el suyo e insertándole crema dijo.- Por lo tanto que hace sufrir a los que ama...
-¿Disculpa?- preguntó ella no creyendo.- ¿Qué dijiste?
-Hace sufrir a los que ama. Mira a mi hermana: Embarazada a los 17 años. Una niña aun. Mira a James y Lily: muertos. Su único hijo, no ha tenido una niñez normal. Susan sufrió tanto con él ¿Cómo se que, una vez se instalen, se lleguen a conocer, mas adelante, no la hará sufrir?
-Oye: eso no es cierto. Sirius, da su vida y media por Harry y Silvia. Ama a Susan incondicionalmente y lo de James y Lily, fue una traición muy elaborada... Sirius es una de las personas mas merecedoras de felicidad y él la encuentra con Susan. Dichosa tienes que sentirte que tu hermana, tiene a alguien que la ama tanto. ¿qué hubiera pasado si se hubiera casado con alguien que no la hiciera feliz? ¿con quien no fuera feliz?
-No lo se- dijo ella – Pero Sirius, en los años que tengo conociéndolo, no me ha dado una razón válida por lo cual tenga que estar con Susan... solo ella y Alex lo ven... yo no.
-Pues déjate guiar por tus hermanas... – defendió Emely- Y confía en sus intuiciones... además, mira a Susan a los ojos y verás, brillo, felicidad, vida y amor...
---------- A la mañana Siguiente ------------
Una vez Susan y Emely volvieron de sus compras, encontraron el salón de la casa sumida en un total y completo desastre: largas interminables de una especie de tela rustica y que parecía antigua, cubría parte del suelo. Llenas de borrones, tachados y pedazos de nombres pintados.
-¿Qué ocurre aquí?- preguntó Susan antes que Emely pudiera. Mirando a su mejor amiga dijo dejando las compras a un lado.- lo juro: si Silvia no estuviera en Hogwarts, diría que esto es obra de ella...
-Hola mamá.- dijo un chiquillo lleno su rostro de manchones de pintura negra mientras le saludaba con efusividad - ¿Qué haces?
-¿Qué haces tu mejor dicho?.- dijo Emely sorprendida- ¿Qué es todo esto? ¿eres tu el responsable? – y sin dejar responderle agregó.- ¿por qué no te limpias? Si esto es obra tuya, te castigaré hasta que te gradúes...
-No mamá- dijo el chiquillo ofendido.- En realidad, era una sorpresa...- aun las mujeres tenían los rostros interrogantes y él aclaró.- Es que... estábamos elaborando un árbol genealógico...
-¿Un que? – dijeron ambas mujeres al unísono.
-Árbol Genealógico- dijo el chiquillo.- pero tuve que ayudarle a la Tía Cristine... se estaba desesperando con las líneas. Llevaba ya cuatro borrones cuando la ayudé.- dirigiéndoles por el pasillo,.
-¿Tía Cristine?- preguntó Emely.
-Me ha pedido que le diga así...- caminando adelante aun con una brocha en su overol. Cuando entraron a la biblioteca, ahí lo vieron. Cristine, con igual cantidad de pintura en su cara y observándoles dijo- Bienvenidas... gracias a los cielos... para que me ayuden...- viéndoles sujetar lo que parecía un enorme tapiz para colocarlo en la pared.
-¿Qué haces?- preguntó su hermana.- ¿Acaso has perdido el juicio? ¿¡¡Bájate de ahí!! Te matarás...
-No me pasará nada... es que esa mujer, se ha tardado mas de lo necesario...
-¿Qué mujer?- preguntó Susan.
-Hola chiquilla- haciéndole voltear para ver su cara y sus facciones que veinte años atrás, cuando entrenó a Sirius y a Lily fuera de los muros de Hogwarts y nunca volvió a ver. – Vine a ver como estaba Sirius, y me encontré con que estaban casados...
-¡¡Arabella!!- gritó la mujer antes de abalanzarse sobre la figura quien la recibió con ternura.
-Sabía que no faltaría mucho... sabía el gran amor... que él te profetizaba...- separándose de ella y mirando su estomago dijo- ¿no me equivoco? – sonrojando a la joven.
-No, no lo haces- dijo Susan.- Estoy esperando... pero ¿qué haces aquí?
-Te lo dije: Vine a ver a Sirius... en que estaba... Harry, Remus y él se olvidaron de esta vieja ya y no me visitaron...- observando la sortija en su mano dijo.- Vaya que el amor, soportó viento y marea...
-Así es... ¡¡Ah pero deja que conozcas a Silvia!!
-Remus me contó... igual que Sirius... me va a encantar... –sonriéndole. – además, llegué justo a tiempo...- señalando el tapiz.- era una sorpresa...
-Es que. – dijo Cristine sonriendo nerviosa- es mi manera de, desearles lo mejor y que, la familia Black – March, comience y se extienda generación tras generación...- dejando a la vista los nombres de la familia pero incluso, líneas acortadas y pausadas, y otras líneas continuas.- De todas maneras, siempre dijiste que, eran tu familia también.
Era un árbol: los nombres en el encabezado eran de los padres de cada uno: Tanto Sirius como Susan; pero no se detenía ahí: Ahí estaban los nombres de James y Lily y debajo de estos Harry. Ahí la línea Potter se detenía. A un lado del nombre de James, estaba un leon, representando la efigie de Gryffindor. Al lado del de Susan estaba el halcón de Ravenclaw. En el de Emely y Remus no había nada. Pero entre Emely y Remus habían líneas continuas y descontinúas que los conectaban a Allen. Debajo de Susan y Sirius, estaba el espacio para el nuevo bebé y en cada uno de los descendientes, había, un espacio para sus parejas (cuando el momento llegase). Al lado de Susan estaban en un extremo, los nombres de Alex y Cristine con sus esposos (la fecha de defunción del de Alex) y mas debajo de Alex, estaban los nombres de los gemelos.
-Cristine...- dijo Susan incluso sonrojándose.- Está precioso...
-Y yo pinté las figuritas mamá- dijo Allen sonriéndole y abrazándole.- Cristine no sabe pintar...- y sujetándose a ella agregó.- ¿podemos hacer uno nuestro? ¿por favor?
-Si Allen-dijo Emely sonriendo.- SI. Haremos uno...
---------------- Cinco Días después....
-Remus ...- decía la mujer al verlo llegar con su maleta la cual colocó a un lado de la puerta. No resistiéndose se abalanzó a él besándole en los labios. Incluso él se quedó aferrándose a ella.- ¿Por qué no me dijiste que venías hoy? Habría ido a buscarte a la estación...
-Preferí venir yo... con lo que está pasando, necesitaba tiempo para pensar... Sirius se ha quedado en el colegio...
-¿Con lo que está pasando? ¿que está pasando? –notándose preocupada.
-es mejor que hablemos después...- mirando a su alrededor.- ¿Dónde está Allen?
-En casa de los Blacks. No volverá hasta muy tarde... tiene compañía.- respondió ella sonriéndole conspiradoramente. – Vine a arreglar un poco y porque se me quedaron unos documentos de la galería aquí... pero estamos solos...- besándole de nuevo y sonriéndole seductoramente.- ¿Te da alguna idea?
Remus le observó intensamente: la verdad era que, Emely Watson, volvía a su mundo. Ahora, no tenían aquellos problemas que una vez les afectaron.
-Si, tengo una idea- avanzando abrazado a ella hasta la salita de estar de la casa. Fue cuando se percató de aquella enorme pared que era pintada de color ladrillo, parecía ahora ser blanca y con letras.- ¿Qué es eso?- señalando detrás de Emely., Esta observó el tapiz y sonrió.
-Un regalo de Allen...- sonriéndole a Remus.- No pensé que, mi hijo conocerte traería tanto impacto en él. Piensa en ti como en un padre...- sonrió ella, a la vez que le mostraba el Árbol Genealógico que fue la creación de ellos con ayuda de Susan y Arabella.
-¿Regalo de Allen?- preguntó Remus observando todo allí.- Pero si incluso están...- viendo los nombres.
-Así es... James y Sirius... todos como hermanos... como familia...- notándose incluso, los nombres de Lily, Emely, Susan, Silvia y Harry...
Pero Remus le miraba absorto.- No debió de hacerlo...
-Y te notas algo molesto...- dijo Emely.- ¿Qué pasa? ¿No te ha gustado?
-Si, me gusta pero ... ¿Acaso no le explicaste a Allen?
-Explicar ¿el que?
-No soy su padre...
-él sabe que no eres su padre biológico Remus. Pero ambos son los hombres mas importantes en mi vida con excepción de mi padre y mi hermano. Pero ustedes, ocupan los primeros lugares. ¿ o acaso, no quieres a Allen?
Él se acercó para abrazarle diciéndole con ternura-¿Acaso bromeas? Allen es lo mas importante en mi vida. Harry y él ocupan mis prioridades. Y tu también... – tocando su mejilla para que le observara. – No cometeré el mismo error dos veces Emely... no lo haré... un hombre, aprende de sus errores...- mirándole con intensidad- No soy el mismo muchachito de 17 años atrás, pero si se decirte que, me arrepiento el haberte dejado ir... el que hayamos roto. Ese uno de los errores mas grandes de mi vida. Error que, no cometeré de nuevo...
Ella al escuchar todo eso, comenzó a llorar. Lloraba de felicidad : incluso, le abrazó con intensidad diciéndole.- No estamos casados pero soy tu esposa. Lo fui años atrás y lo soy ahora... así lo siento...-
-Te amo Em...
-Yo te amo también Remus...- dijo ella.
Pero esa noche mientras estaba acostada a su lado y lo observaba dormir, observando su rostro, su perfil, pensaba que todo lo que había pasado 17 años atrás eran un sueño. Solo un sueño del cual quiso despertar. Cada mañana que despertaba sola, cuando aun ella criaba sola un niño de cinco años, que se imaginaba que, Remus la despertaría con un beso; Aquellos días que se imaginaba que Remus la esperaba al otro lado de la puerta, después de un largo día de trabajo. Que llegaba para encontrarse después que Allen se dormía, sola. totalmente sola. Sin poder buscarle. Sin poder decirle cuanto lamentaba que hubiesen roto.
Pero después, pensaba en su hijo. Por nada ni nadie en este mundo, hubiera deseado no tener a Allen. Allen en esos diez años, fue aquel consuelo que necesitaba un corazón roto.¿Acaso se había casado con el padre de Allen por despecho? ¿por el rechazo de Remus para casarse con ella, hace ya, tantos años atrás? Observaba a Remus haciéndose esas preguntas.
Lo había visto convivir y discutir a la mañana siguiente en el desayuno con Allen. Los observaba con melancolía. ¿acaso un hijo de Remus hubiera salido como Allen? Por supuesto que no. Allen era para ella una bendición y por nada del mundo, lo hubiera deseado diferente. Allen era un individuo totalmente diferente. Cada persona era diferente.
Ella sola, lo vio nacer. Lo atendió sin nadie a su lado y junto a ella y bajo el ambiente de pintores, artistas, artesanos y pensadores liberales, lo vio crecer. Ahora y para el año siguiente, partiría a Hogwarts, a recibir la instrucción necesaria para un hijo de una hechicera. Un hijo que, heredaba las habilidades de su madre.Caminó pensando todo aquello hasta la galería. Aquella galería que abrió con el dinero de su padre como herencia. Aquel dinero e incluso lo que tomó del fideicomiso que le fue entregado una vez salió de Hogwarts. Adoraba ahora mas que nunca su vida.
-Si... –dijo sonriendo y mirando delante de ella aquella de sus primeras pinturas: los caninos, el ciervo y la pequeña rata. – esta es mi vida ahora y la disfruto... ¿Perfecta? No lo creo...- tocando con sus dedos el lienzo.-Pero añorándola si...
Pasaban horas de aquel encuentro con si misma. Lo añoraba: lo vivía. Por fin después de 17 años, podía dejar su mente descansar en paz. Pues ya tenía a Remus a su lado.
Tal vez, ahora, sonreía con honestidad. Pero ella, no se esperaba la sorpresa que el día le tendría preparada a ella.
El teléfono sonó un poco menos del medio día. Supuso que eran Remus y Allen, pidiéndole que almorzasen con ella.
-Hoy no puedo.- respondió ella sonriéndose al creer que eran ellos.- Tendrán que almorzar sin mi... y por favor, nada de cosas dulces ¿De acuerdo? Les pican los dientes...
-Hola Emely...- Dijo la voz al otro lado. De la impresión, dejó caer los papeles que tenía en su mano y sosteniendo aun el auricular cerca de su oído, se sentó poco a poco.- ¿Cómo estás?
-¿Qué es lo que quieres?- cuando su mente volvió a trabajar. Pero la impresión aun era muy fuerte.
-Me sorprende que me saludes así...- dijo el sujeto.
Emely se maldijo. La verdad era que, cuando por primera vez en 17 años se sentía complacida consigo misma, Remus y ella, habían resuelto sus problemas y Allen por fin tenía una figura paterna, aquella figura que antes de salir del vientre de su madre, su padre le había abandonado. Solo por lo que "temía que fuera", se encontraba en paz y feliz con ella. Con su vida.-¿Qué es lo que quieres Peter?- reclamó ella a su ex esposo. Este no evitó hacer un gesto sonoro con sus labios. Gesto que, por cinco años, Emely conoció muy bien.
-No te alegra saber de mi... no me sorprende... eres muy rencorosa, Emely querida...
-No soy tu querida... para ti, soy la señora Watson...- recalcó ella.
-¿No me digas que aun no te casas?
Dudó en responderle; no, no era duda. Era mas bien, rabia. No quiso responder su pregunta.
-Peter: el que llames poco me importa o no me quita la respiración...- Emely escuchaba un tapeteo constante en el otro lado de la línea. No dudaba que Peter, lo estaba haciendo con su bolígrafo de trescientas libras Esterlinas.
-Que berrinche haces por teléfono: Deja eso a los niños...
-Si no dices lo que quieres, juro que colgaré...
-el niño– dijo de la nada y quitándole la respiración a su ex esposa.- Quiero ver a mi hijo.
-¿por qué?
-Porque es mi hijo...- respondió él con un acento de que es lo mas normal del mundo.
-Corrección: Eres el padre biológico... la parte que contribuyó a su creación...- dijo con indiferencia.- Mas nada...
-Hace diez años, querías que fuera su padre... ¿Qué ha pasado?
-¡¡Diez años!!- gritó ella. La puerta de su despacho estaba abierta y sus empleados escucharon aquella salvedad. Ella rectificó bajando su voz- Diez años...Peter... Allen no te conoce....
-Precisamente por eso: Quisiera conocer a mi hijo Emely...
-¿Y eso por que??
-¿Acaso no crees que tanto él como yo, tenemos derecho a conocernos?
A Emely esta respuesta la dejó sin aire. Era su padre: biológico si, pero su padre al fin y al cabo. Si él quería conocerlo, arrastraría incluso a la misma tierra, por verlo.
Pero Peter, Peter era abogado. Conocía las leyes. Pero ella, firmó los papeles. Él la dejó cuando Allen nacería en poco tiempo. ¿por qué regresaba? ¿por que ahora? ¿por qué a su vida?-No lo verás...- dijo Emely – al menos, no antes de hablar conmigo... tengo ese derecho...
-Muy bien Emely...
-Y por favor, si me localizaste, creo que, sabes incluso donde vivo ¿no?
-Así es...- dijo el hombre. pero de eso, no hablemos ahora... ¿Qué tal esta noche?
Emely dudó. Él agregó.- ¿por favor? Déjame llevarte a cenar. Después de todo, estoy en Londres por ti y por nuestro hijo...
-Muy bien... el restaurante que está enfrente de la Galería de Arte de Londres... siete de la noche...
Ahí ella colgó. Incluso se quedó con el auricular sujeto. Se quedó incluso mirando aquella foto de su pequeño hijo en su escritorio. Sentía que el mundo se le derrumbaba a sus pies.
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-¿Por qué está noche?- preguntaba Remus observándole.
-Ya te dije... es un artista muy importante- decía Emely probándose vestidos del guardarropa.- Lo quiero para la próxima exhibición antes de que me lo ganen...
Remus la observaba colocarse delante de ella trajes y trajes. Por supuesto, Emely le había mentido. Aunque Remus Lupin de Hogwarts, era un hombre pacifico, demostró años atrás ser algo violento cuando se trataba de ella, cosa que no hacía verle menos de lo que era. A ella le gustó que le celara en el Colegio y su amistad con Severus Snape. Pero ¿Qué pasaría en esos momentos y en aquel instante si le declaraba que en verdad se vería con el padre de Allen?
-tenía planes de llevarte al teatro y después a cenar Em...- dijo el sujeto abrasándole por la cintura y mirándole a ambos en el espejo.- ¿estás segura que no puedo persuadirte?
Ella cerró sus ojos cuando sintió sus labios en su cuello. La verdad era que, aquella pasión que inició en finales del sexto año, dentro de aquel closet en Hogwarts, no había desaparecido. Parecía que cada día que pasaba se encendía mas. Tuvo que recordarse a sí misma a donde iba, con quien se reuniría. Aunque lo lamentaba. Lo que mas le emocionaban eran, aquellas románticas salidas con Remus.
-Te lo compensaré – dijo ella abriendo sus ojos y mirándole con ternura por el reflejo en el espejo.- lo prometo.- tomando uno de los trajes y entrando con ellos al vestidor.
Remus se cruzó de brazos. Eso nunca le había fallado con Emely. Ella era, muy expresiva a sus técnicas de conquistas para con ella. Algo no andaba bien.
-¿No quieres que pase por ti al restaurante una vez termines de tu cena?
-Ehhh, no... estaré bien. Un taxi me traerá...
-¿Estás segura? No quiero que andes en Londres sola, a esas horas Em...
-Estaré bien... está enfrente de la Galería de Arte de Londres... no está tan lejos- saliendo del lugar vestida.- ¿Cómo me veo?
Tal vez por lo hermosa que se veía con aquel vestido muy a lo muggle fue que él dijo.- Me encanta ese vestido... ¿Estás segura que no puedo acompañarte?- besándole.
-Lo siento pero no...- dijo ella liberándose de su abrazo y tomando un abrigo combinándole y colocándose zapatos cerrados de tacón – no te preocupes... solo, pórtense bien y no le causen problemas a Susan... –Había dicho eso, pues su hijo se había abalanzado ingresando a la habitación de ellos.
-Pero si no ocasionamos problemas...- dijo Allen siendo besado por su madre.
Viéndole despedirse de Remus y una vez los pasos se escuchaban bajando las escaleras a lo que el pequeño dijo.- oye ¿La dejarás marcharse así?- dudando ante la sanidad del amigo de su madre.- ¿Acaso no ves que anda mas joven de lo que usualmente se ve???
-¿Dónde aprendiste a hablar así?- preguntó Remus alzando una ceja.
-Pues con Silvia...- respondió el chico. – ella me dijo que es un cumplido... pero siempre me pedía que lo usara con su padre...- sacudiendo su cabeza.- Vaya familia la que me anoté... ¿Oye, harás la cena o que?- cruzándose de brazos.
-Si, vamos... – dijo Remus marchándose con él a la cocina, ubicada en el piso inferior.
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El lugar estaba muy concurrido. La mayoría de las mesas estaban ocupadas. El mesero le acompañó a la mesa donde había un hombre que su rostro le recordaba pero vagamente. Su madurez era inminente ya e incluso, unas canas comenzaban a notarse a los lados de su rostro.
Pero ella, poco a poco, reconoció aquella figura, aquellos ojos y el pelo que, su hijo heredó.
-Vaya Emely...- dijo el sujeto dejando su copa de whisky a un lado y observándole.- Te ves hermosísima... no creo que te veías tan linda cuando nos dejamos...
-Bueno, se debería a que llevaba a tu hijo dentro de mi Peter. Eso ocasiona que uno engorde...- dijo de manera muy cortante.
-Vaya que estás hermosa y violenta...- respondió él, sonriéndole cortésmente. Mirando al mesero dijo.- ella tomará un martini...
-No...- rectificó ella.- Vino blanco...- recalcando.
-No tomas Martinis ya...- viéndole negarse cuando el mesero se alejó.
-¿Qué es lo que quieres Peter? ¿por qué vienes ahora?
-Suenas como si tu vida, estuviera en peligro.- se burló Peter. Tomó un trago de su bebida.- O que no fuera bienvenido...
-Me pediste el divorcio cuando salí embarazada. Desaparecimos uno de la vida del otro a semanas de Allen nacer...
-¿Allen? ¿Le pusiste Allen?- sonrió el hombre.- Es un hermoso nombre Emely...
-No me galantees...- cortó ella- Vayamos al grano: No tengo interés alguno en volver contigo Peter... no lo tengo y ya te superé. Te superé cuando firmé aquellos documentos delante de ti... años atrás.
-NO creía que lo harías...- dijo Peter apoyando lo que dijo.- Eras alguien decidido y rencoroso entonces Emely... no creo que hayas cambiado en diez años...
-¿a que viniste entonces? ¿por qué ahora? ¿Acaso no sabes que mi vida, por primera vez es llevadera? Por fin, tengo la paz que buscaba...- reclamaba ella.
-Vine por Allen, Emely.- dijo Peter sin rodeos y callando a la mujer.- Quiero ver a mi hijo...
-¿Por qué? ¿para que? ¿Acaso tus palabras textuales, no fueron "mi familia no lo comprenderán, mis amigos, mis asociados... Tener un hijo como fenómeno no es algo bueno... de donde tu vienes, tal vez, pero de donde yo vengo, no" – mirando la seriedad en su ex esposo.- ¿Acaso no fue lo que me dijiste?
-Lo admito: pero debes de entender algo. No tengo hijos Emely... el único hijo que tengo es Allen. Llámalo cargo de conciencia pero después de diez años, quería conocerlo...
-No me trago esa Peter.- dijo Emely ya delante de su vino blanco y tomando un sorbo.- No me la creo... algo te traes. Si tener cinco años de matrimonio contigo me enseñó es que, no eres un buen mentiroso...
Peter sonrió algo reacio. Observó a Emely con interés y dijo.-Una mujer inteligente... tienes razón. – tomando un trago de su bebida.- pero solo te diré, cuando vea a mi hijo...
-No es tu hijo, Peter- dijo Emely desafiadoramente.- Ese a quien llamas "Hijo" tiene un padre ya... un padre que se que, lo ama sin interés... – levantándose de la mesa- Y así se quedará...
-¡¡Emely!! dijo Peter levantándose pero no siguiéndole. Le dejó que se marchara sola de aquel lugar.
Regresó temprano a casa. Pero su rostro entristecido y melancólico, no pasó por alto en la mirada de Remus. Pero ¿Cómo obligarla a que dijera lo que le molestaba? No podía forzarla. Así que, con pesar, Remus esperaría a que, ella le dijera.
Pero a la mañana siguiente, Remus se quedó en casa con el pequeño mientras Emely se iba a la galería.
-¿No te molesta cuidarlo? Solo por unas tres horas.- rectificó la mujer.- Se que tienes que reunirte con Ojoloco pero es importante Remus...
-No entiendo porque no quieres que vaya a donde Susan... allá lee todos esos libros de Harry..- - sonriéndole a Emely.- Creo que, Allen será jugador de quiddicht cuando el momento llegue...
Pero Emely no sonrió, lo que no pasó por alto en la mirada de Remus. Incluso aquel frío beso en la mejilla que, Emely le dio al marcharse, ampliaron sus sospechas.
Pero Allen no era tonto; También se había dado cuenta.
A las once de la mañana y mientras ambos leían en el salón, tocaron el timbre. Remus se dirigió a la puerta y al abrirla, se encontró de un hombre: era de cabellos rubios. Una nariz afinada y vestía de traje y corbata. Venía con un paquete en sus manos y abrigo de color café. Observó a Remus con mucha atención.
-¿se encuentra Emely?- preguntó el sujeto.
-No. No está ...
-¿Y Allen?- preguntó el sujeto.
-Está adentro... ¿quién es usted?
-Peter...- dijo observando la reacción de Remus agregó.- El padre de Allen...
Remus esto, le cayó como balde de agua fría. Observó nuevamente el rostro de aquel hombre.
-Emely no está. Si quiere ver a Allen tiene que hablar con ella...
-Emely me dijo que podía verlo cuando quisiera...- mintió el hombre.- Además, soy su padre...
-Se quien es.- dijo Remus vigilando que Allen no lo escuchara.- Y se que Emely no permitiría eso...
-¿por qué lo dice?
-Porque la conozco. Y conozco todo sobre usted- viéndole sorprenderse.- ¿Pensaba acaso que no? Pues si, Emely me dijo todo lo que había que saber de usted...
-Tal vez, no conoce a Emely como cree...
-Cinco años de matrimonio no cambia toda una vida conociéndole. Desde los diez años...- agregó.- Vuelva cuando Emely esté aquí...
Peter miró que, el sujeto no se echaría para atrás.-¿Diez años dice? Apuesto a que es ¿Lupin, no?- observándole asentir, Peter sonrió cortésmente y Agregó diciendo.- Se me pasó darle a Emely esto anoche...- extendiéndole una tarjeta.- Estaré en el Hotel Hilton hasta pasado mañana... dígale que me llame...- Marchándose por la vereda.
Pero Remus, observó al sujeto con mala espina. Porque eso le daba su impresión: Una persona que, traería problemas en su vida.
Esperó a que Emely regresará. Al medio día, tal como habían acordado, Emely cruzaba el umbral de la puerta. Pero encontrando solo a Remus, sentado delante de aquel paquete que Peter le dio y mirándole como si fuera una bomba.
- lamento haberme tardado.- Sonando mas relajada que cuando se fue en la mañana.- ¿Dónde está Allen? Me lo llevaré conmigo para que vayas a tus reuniones...
-Está en casa de Susan...- respondió él algo serio. Seriedad que, fue notada por Emely.
-¿Susan? Le dije que no fuera a molestar... Cristine se va hoy nuevamente y tenía que empacar... Susan le ayudaría...
-Emely ... tenemos que hablar...- la forma en que aquellas palabras salieron de sus labios, hizo estremecer a la mujer.- y es importante...
-¿Qué pasa?- preguntó preocupada.-¿Es acaso Sirius, o Silvia o Harry? ¿qué pasa Remus???
-Em: Peter estuvo aquí...
aquellas palabras fueron como un balde de agua fría para Emely. Su rostro se paralizó en los ojos de Remus.
-¿Por qué no me dijiste que era Peter, Emely?
-no sabía como lo tomarías... como decírtelo. A ti o a Allen...
-Quiere ver a su hijo.
-¡Allen no es su Hijo!- reclamó Emely con sus ojos llorosos.
-Aunque no lo creas, si lo es...
-¡no. No lo es! Un hijo no se abandona por lo que puede ser Remus... no es así...
-él tiene derecho de...
-¡¡TU tienes mas derecho sobre Allen que él!!
-No es así. Allen solo tiene viviendo conmigo meses Em... él es su padre...
-No lo defiendas...- acusó ella señalándole.- No te atrevas a defenderle... él no merece defensa...
-¿por qué no quieres que vea a Allen?
Esperó unos instantes. Ella mirándole y finalmente echándose derrotada a su lado en el sofá dijo.- él quiere algo con Allen. Algo que, supongo que tiene que ver con su abuela...
-¿La de Peter?
-La de Allen.- respondió Emely.- Estas tres horas he estado investigando... la madre de Peter, está muerta. Pero, según me contaron conocidos y familiares de Peter, a quienes contacté, la madre de Peter, dejó una fuerte herencia a Allen. Bastante grande. – frunciendo su mirada.- Mas que a cualquiera de sus hijos... Allen es el único hijo departe de Peter. Peter debe fuertes sumas de dólares a personas en Estados Unidos... supongo que, quiere a Allen para recobrar la fortuna que es de él y saldar las deudas...
-Solo necesita la autorización de Allen...
-Mas o menos. La mía como madre del niño. Pero Remus: Si él se acerca a Allen por dinero ¿Qué le impedirá dejarle y abandonarle una vez tenga lo que quiera?
se abrazó a Remus ante este pensamiento.- NO quiero que mi hijo sufra... que se sienta triste una vez vea a su padre marcharse y no volver...-ya, ya...- decía Remus consolándole.- Ya lo resolveremos...
-¿Me ayudarás?
-¿por qué te sorprendes? Ay Emely: jamás permitiría que alguien te lastimara a ti o a Allen... son las personas mas importantes en mi vida...
Emely ante esta respuesta se abrazó aun mas mientras las lagrimas le vencían.
Pero no eran lagrimas de tristeza: Eran de alegría; Alegría porque notaba que tan importantes eran ella y su hijo en la vida del hombre que mas amaba.
-Debiste decirme que era con él... te hubiera acompañado y lo hubiera puesto en su lugar...- cayéndole reír.- ¿Quién me hubiera dicho? Por lo que parece, sonamos como una pareja de casados muggles, resolviendo cosas del diario vivir...
En ese momento, escucharon la cerrada estrepitosa de la puerta. Ahí ingresó Allen falto de aire y observando a ambos tomó un respiro para decir.- No sabrán que pasa...
-¿Qué ocurre?- preguntó Emely limpiándose las lagrimas.
-Harry, Silvia y los dos amigos de Harry, no aparecen...- sorprendiendo a Emely.- Han desaparecido de Hogwarts...
-¿Qué cosas dices? Nadie puede desaparecer de Hogwarts...
-¿Cómo lo sabes?- preguntó Remus nada sorprendido ante la noticia.
-otra mujer ha llegado a la casa de la señora Black buscándole. Dice que viene de Hogwarts... muy parecida a ella...
Emely abrió sus ojos como platos y buscó respuesta en la mirada de Remus, notándole que este, parecía enterado.- ¿Lo sabías?
Asintió diciendo.- Así es. Se trata de Alexandra March- Pomodore... estaba en Hogwarts... si mal no creo, Sirius la mandó a buscar con Alex... y si eso es así, es porque las cosas no andan nada bien...
Emely se puso de pies, seguida de Remus quienes con Allen, se dirigieron rápidamente a casa de Susan...
Pero Emely, sabía que, para resolver lo del padre de Allen, no estaba sola: Sirius siempre estaría con ella.
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Bueno, para que no se me quejen. Cuarto epilogo. Tal cual le dije a Majo y a todos ustedes, aquí está. Muchas gracias por todo su apoyo en la saga completa.
Este epilogo, hace interacción con los capítulos nueve en adelante del Fic "Regreso al Tiempo". Como pueden notar, en esta, los días corren mas rápido pero algunas sorpresas son develadas aquí. Espero sus comentarios.
¿Habrá un quinto epilogo? Bueno lo sabrán cuando lo vean anunciado en alguna de las historias entre los comentarios. Dedicado especialmente a Godric, a Che, Isa Merodeadora, Majo, Aiko y Melyza quienes siempre me dan ánimos. Muchas gracias.
A las chicas como Maru Potter, Lara Tonks, Kachorra Potter; Hermione/Darkness girls y todos los demás que me tomaría solo dos paginas agradecerles a cada uno y saludarles.
Side Story: Como la Noche y El día (Tienen que solicitarme esta historia) no estará en paginas webs. Ya está terminado. Solicítenlo en Naikoliyahoo.com.mx o a mi correo.
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