Pérdida

Los relámpagos caían sobre la tierra furiosos, iluminaban dejando ver de entre la oscuridad varios cuerpos sangrantes y cansados.

Se dice que hay fuerzas que jalan a un hombre en direcciones contrarias, y lo único que lo mantiene unido es su alma... y sea buena o mala, un hombre no puede escapar a los impulsos de su alma. El día de hoy, el alma de este hombre se ha tornado oscura, sus ojos verdes, solo reflejan un vacío enorme, en su cara se asoma una mueca lastímera de desdén ante los que le rodean.

La tierra tiembla, el cielo se desgarra, y en ese momento las guerreras  regresan, aterradas por lo que veían ante ellas, una en especial quedó atónita.

A una distancia no muy grande, 2 hombres libraban una  batalla, uno su amante, el otro su amigo. Sintió como su corazón se despedazaba por dentro, cuando vio como la hoja helada de la espada a travesó a Paris y cruelmente salió de su endeble cuerpo para dejarlo caer al suelo.

El Vencedor yacía de pie frente al cuerpo inmóvil, sonreía ante su victoria, limpió la espada y la guardó, el grito de Anaís llamó su atención y mientras la veía correr en socorro de Paris, comenzó a reír, su risa se volvió más fuerte cuando vio que se le unían las otras dos guerreras, con una última mirada de satisfacción hacía su alrededor, se alejó entre las sombras y desapareció.

Anaís tomó a Paris entre sus brazos, su cuerpo aún estaba tibio, pero ya sin vida, llorando le hablaba, esperando a que despertara, pero la realidad era esa, y todos la sabían. Paris estaba muerto y nada lo iba a poder hacer regresar.

- ¿Era él? – preguntó l fin Marina

- Sí era él – contestó Guruclef

- ¿Pero por qué?

- Nadie lo sabe aún – bajó su mirada – todo comenzó hace poco tiempo, Ascot y yo tuvimos una pelea, la verdad es que no tenía que tratarlo tan mal como lo hice, pero no me dio tiempo de redimirme, al día siguiente se había ido.

- Aún no puedo creer que lo haya hecho, ¿no podría ser alguien más?, tal vez tomo su forma, o esta bajo el control de alguien!!

- No Marina, ese era Ascot – dijo una voz de mujer – créeme yo lo conozco mejor que nadie.

- Caldina!! – gritó Marina y corrió a abrazarla – me alegra verte, aunque esta no sea una situación tan apropiada.

- No te preocupes, tenemos que superar esto y detener a Ascot para saber que es lo que sucede – contestó ella

- Vayamos con los demás y tratemos de organizar un plan -  dijo para terminar Guruclef y salieron del cuarto.

En Otra habitación, todos estaban reunidos en silencio, hasta que Latis entró:

- Me complace volver a ver a las Guerreras Mágicas como a todos ustedes, pero debemos enfocarnos en resolver este problema antes de que halla más muertes. El problema es que Ascot nos está atacando.

- ¿Han buscado la razón de su comportamiento? – dijo apagadamente Anaís.

- Nadie sabe nada, Ascot se ausentó hace unos meses y hace tres semanas regresó solo para atacar- explicó caldina . lo siento pero tampoco entendemos sus acciones.

- Entonces ya es hora de empezar a encontrar razones no creen? – Dijo enojada y con lágrimas en los ojos Anaís, después salió corriendo de la habitación.

- Déjenla, debe calmarse - dijo Latís – Debemos descansar, mañana empezaremos la búsqueda.