Reflexiones

Ascot: Mamá!!, mamá!! Mira!! Te traigo unas rosas mira!!!

¿???: Ven acá mocoso!! JAJAJAJA,  no te parece divertido?

Los pequeños ojos de Ascot se abrieron ante la impresión, veía a su padre muerto colgando de una pared, veía como la sangre a un fresca recorría el cuerpo hasta el suelo, como la espada yacía entre el cuello de su padre y la cual lo mantenía atracado contra la hora manchada pared, estaba en shock, no comprendía lo que pasaba a su alrededor, hasta que escucho los gritos de su madre. Al voltear, solo vió como un grotesco hombre yacía sobre su madre en una posición muy extraña, no sabía lo que pasaba, pero si comprendió después de que  las  súplicas, gritos y lagrimas se detuvieron, que su madre había muerto!!!.

¿???: No te preocupes mocoso, pronto te reunirás con ellos!!!!

Acto seguido, Ascot fue golpeado sin piedad alguna, el niño como única resistencia, logró morder a su agresor que lo sujetaba, y así entre el grito, alcanzo a salir huyendo de ahí, se internó en el basto bosque y corrió hasta que ya exhausto cayó al suelo perdiendo el conocimiento...

Al abrir los ojos, lo primero que vio fue a su amante preocupada llamándolo por su nombre y brindándole caricias en su rostro. Tenía la respiración agitada, y era visible que entre sueños había estado sollozando y derramando y unas cuantas lágrimas. Ayumi se limitó a abrazarlo para hacerle sentir que todo esta bien y que ahí nadie lo lastimaría.

Ascot le sonrió y se limitó a dejarse querer volviendo así a quedar dormido, pero esta vez, no tendría pesadillas, puesto que Ayumi estaba ahí para velar por él.

 

Todos en palacio se encontraban temerosos y tristes por la muerte del gran Guruclef, nada parecía poder acabar con la impresionante sombra que se dejaba caer en Céfiro, y la situación emocional de las guerreras no ayudaba en mucho, al contrario, empeoraba el panorama.

Marina yacía dormida en su habitación, estaba destrozada emocionalmente, y la mejor solución para alivianar el dolor parecía que era el dormir, más sin embargo, aun en sueños, se repetía una y otra vez la imagen de Guruclef y las palabras que este le dijo.

Anaís no paraba de caminar en circulos por su habitación, después de la muerte de Paris había entrado en conflicto por sus sentimientos, por un lado había perdido al amor de su vida y por el otro, estaba su amigo que por alguna razón estaba cometiendo actos horrendos e inimaginables, creyó que tal vez lo perdonaría, pero ahora con la muerte de Guruclef sus dudas fueron remplazadas por odio puro, un sentimiento que creyó no ser capaz de sentir nunca en su existencia, ahora sabe que estaba muy equivocada. Tomo una seria decisión y juró para sí misma que mataría a Ascot y Ayumi, sin importar el porque de sus razones.

Al abrir los ojos se encontró en una apacible oscuridad, quería permanecer ahí tranquila, hasta que por sus ojos pasaron rápidamente los sucesos del día anterior, sintió como sus lágrimas salían desmesuradamente y  un sentimiento de preocupación  la obligó a levantarse. Sintió un mareo y casi cae de la cama cuando unos fuertes brazos la detuvieron, de inmediato reconoció de quien y se dejó abrazar, estuvieron así durante muy buen rato hasta que Latis habló.

- No fue tu culpa- dijo suavemente mientras acariciaba sus cabellos.

- Sí lo fue, yo lo maté!!!

- Fue un accidente, no estábamos prevenidos para algo así, y si alguien hay que culpar, entonces tendrá que ser a Ascot – este ultimo nombre, lo remarcó con un toque de ira y repulsión, sabía perfectamente que Ascot ya había rebasado los límites y que ahora tendría que pagar por ello.

- Debemos detenerlo, pero sus poderes son incomparables a los nuestros, ni siquiera hemos logrado un rasguño, esta en fuera de nuestro alcance....

- No del todo...

- ¿Que quieres decir?

- ¿Ya lo olvidaste? Aquí en Céfiro todo es posible mientras realmente lo deseemos, tenemos que hacernos más fuertes y combinar fuerzas, si es necesario, tendremos que pedir ayuda a lo habitantes, que nos brinden su confianza, y nosotros también recuperarla.

- Umm.... esta bien lo intentaré...

Lantis le dedicó una sonrisa y después procedió a besarla.

Todo iba perfecto, hasta que Lucy sintió una punzada dentro de su corazón, la llamaba insistentemente y de pronto se vio envuelta en llamas y desapareció de la  habitación.

Lamento mucho no haber escrito en tanto tiempo, y se que el capitulo es corto, pero espero que les haya gustado, ya saben para lo que gustes saintryujinhotmail.com

Nos Vemos!!