Cap. 4 - ¿¿Secuestrada??
La persona que había en el umbral de la puerta se quedó sorprendida y pensó que era un gran despiste dejar la puerta abierta.
Entró y se quedó sorprendida. Vio a Kogoro, durmiendo plácidamente sobre la mesa de la oficina.
"Me dice que venga a las 3 a su oficina y que tenemos que hablar, y va y se queda dormido...Anda que..."
-Eri-chan, déjame el mouaki...sólo un ratito... – dijo el hombre entre sueños.
La mujer se rió en bajo y se acercó al detective. No iba a despertarlo, parecía que dormía bien. Cuando dormía, no parecía el mismo hombre que siempre pretendía ligar con jovencitas, o que se pasaba el día bebiendo...parecía...más dulce, como aquel que le dijo una vez que le quería más que a nadie en el mundo.
En un arrebato, le acarició la mejilla y después se retiró y comenzó a recoger todo lo que había por el suelo.
Cuando ya llevaba un cuarto de hora recogiendo, vio en una estantería una hoja que sobresalía. Le venció la curiosidad y lo cogió. Era un recorte de periódico que tenía de titular "La reina de los tribunales vuelve a vencer en el juicio" . Había una foto en la que salía ella, Eri, con tres personas más. La mujer se acordaba perfectamente de aquel caso. Había tenido lugar hacía dos meses y ella lo había vuelto a ganar. Sus compañeros abogados le decían siempre que era infalible y que no perdía nunca un juicio. Tenían razón. De momento, nunca había perdido uno.
La verdad es que la mujer se había quedado bastante sorprendida de que él hiciera lo mismo que hacía ella: coleccionar recortes de periódicos donde salía el detective. Se sonrojó levemente y pensó en la posibilidad de volver juntos... pero entonces le vino a la mente una de las múltiples veces en que el detective estaba con jovencitas y dejó de pensar.
Entonces decidió ir a saludar a Ran, cosa que se había olvidado de hacer. Entró en su habitación pero...no había nadie. Ni una nota.
"Habrá salido...Entonces ha sido ella la que se ha dejado la puerta abierta y olvidado de recoger todo...Es raro porque ella no suele ser de ese tipo de chicas despistadas...¡Ah! Y si..." – pensó la mujer.
-¡NO PUEDE SER! ¡NO PUEDE SER QUE LA HAYAN SECUESTRADO! – se alarmó Eri, sin darse cuenta de que sus pensamientos habían salido de su boca gritando.
-¿Se...secuestrado? ¿Quién habla de secuestrar? – comenzó a decir Kogoro, despertando de su plácido sueño. - ¡Eri! ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo que qué hago aquí? ¿No lo recuerdas? ¡Me enviaste una nota diciéndome que viniera a tu oficina porque teníamos que hablar!
-Ah...sí. Es verdad. Pues verás...lo que quería decirte...
-¡Ahora no hay tiempo para eso! ¡Luego me lo dices! Ahora tenemos que encontrar a Ran.
-¿Eh? ¿Ran? Pero si estaba en casa..."¿Qué me dijo antes de que me quedara dormido?"...No recuerdo que se haya marchado... – dijo pensativo Kogoro.
-Creo que la han secuestrado. La puerta estaba abierta y todo estaba desordenado. Ran no suele irse de casa de esta manera. – replicó con un tono misterioso Eri.
-¿Secuestrado? ¡Tenemos que encontrarla! Vamos a buscarla.
Eri y Kogoro salieron de la oficina.
-Eh...¿por dónde empezamos a buscar? – preguntó Kogoro.
-Podríamos...¡buscarla en casa de Sonoko! A lo mejor está allí.
-Vale.
En casa de Sonoko...
-¿Sí?
-¡Sonoko! ¿Está ahí Ran? – preguntó desesperada Eri.
-¿Ran? No, no ha venido aquí en todo el día. – dijo extrañada Sonoko. - ¿Por qué? ¿Le ha pasado al...?
Eri y Kogoro se habían ido a toda velocidad en cuanto Sonoko dijo que no había estado allí su hija. ¿Dónde podía estar?
-Entonces, seguro que la han secuestrado. No hay duda.
-Sí...¿y si avisamos a la policía? – preguntó Kogoro.
-Mejor no. Quizá el secuestrador se alarme y entonces sí que no podremos encontrarla...
-Quizá tengas razón...
Después de pasar media hora buscando en lugares sospechosos y sin resultado, Kogoro y Eri se sentaron en un banco cercano a un hotel de lujo.
-Estoy agotado...
-Pero...seguro que Ran debe estar muy triste en algún sitio secuestrada. ¡Tenemos que encontrarla! – dijo Eri fuera de sí.
-Eri...llevamos media hora buscándola y todavía no tenemos ni una sola pista . ¿No sería mejor avisar a la policía?
-No...una abogada no se rinde nunca. Y un detective tampoco debería. Así que demuestra que lo eres.
-Grrr...
-Venga, no te enfades. No tengo ganas ni fuerza para discutir.
-Vaya, la reina de los tribunales se rinde ante su "querido" marido. – comentó Kogoro con sorna.
-Ja, eso de "querido" sobra...y si estuvieras en un juicio te arrepentirías de tus palabras.
Así discutieron un rato hasta que...una pareja joven salió del hotel.
"¡Qué lindos...!" – pensó la abogada observándolos.
La pareja llegó a un claro cercano y ella les siguió observando. Kogoro también.
-¡PERO SI SON EL CRÍO DETECTIVE Y RAN! – gritó Kogoro sorprendido. Eri también se sorprendió.
Shinichi y Ran que en ese momento se estaban besando se giraron al oír sus nombres y ...no vieron a nadie.
Eri se había apresurado a tapar la boca del hombre y a esconderse detrás del banco. Era mejor no molestarlos.
-¿Pero qué haces? – dijo enfadado Kogoro a la mujer.
-¿No ves que Ran es feliz con él? Mejor dejémosles en paz.
-Pero...¡no lo puedo permitir! – decía Kogoro intentando escabullirse.
-¿No quieres permitir que Ran sea feliz? – le preguntó Eri al detective mirándole a los ojos.
-Ehh...bueno...esto...no...no quería decir eso... – contestó Kogoro algo intimidado.
Estaban ambos detrás del banco, en un matorral, bastante pegados para que no les vieran. Se sentían bastante incómodos.
-Bueno, vamos a la oficina. Me tenías que decir algo, ¿no? – dijo Eri rompiendo el hielo.
-Ehh...sí. Vamos.
Después de dejar a la feliz pareja en el claro cercano al hotel, Eri y Kogoro se pusieron en marcha hacia la oficina del detective. Después de todo el tiempo que habían estado buscando a su hija resulta que estaba con Shinichi. Esto le había aturdido bastante al famoso detective y ya no tenía tan claro lo que quería decirle a su ex-esposa.
En la oficina Mouri...
-Al final parece que nos habíamos equivocado. Ran se fue dejando la puerta abierta porque se fue demasiado feliz ya que quedaba con su querido Shinichi y olvidó dejar una nota. En realidad no le habían secuestrado. – dijo Eri resumiendo lo que había pasado.
-Eso parece...
-Bueno, ¿y bien? ¿Qué me querías decir? – preguntó la abogada con aparente tranquilidad aunque en realidad tenía intriga por saber qué quería.
-Mmmm...era...
-Supongo que era para hablarme del divorcio y de la custodia de Ran, ¿no es así? – preguntó Eri, esperando que no fuera ese el motivo de la llamada.
-En realidad...no.
-¿Entonces...?
-Pues...
Entonces se abrió la puerta de la oficina...una silueta se recorta bajo la luz de las farolas...
¿Quién es?
Fin del cap. 4
¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, aquí tenéis otro capítulo del fanfic. Espero que haya sido de vuestro agrado. Por cierto, creo que el próximo capítulo (el quinto) será ya el último. Ya sabéis, como siempre, comentarios, sugerencias, reviews, son bienvenidos. Gracias a los que ya lo habéis hecho
"La reina de los tribunales". Ese es el mote que le dan a Eri Kisaki sus compañeros porque parece que es muy buena abogada. Lo dicen en el nº27 del volumen 2 del manga español.
La persona que había en el umbral de la puerta se quedó sorprendida y pensó que era un gran despiste dejar la puerta abierta.
Entró y se quedó sorprendida. Vio a Kogoro, durmiendo plácidamente sobre la mesa de la oficina.
"Me dice que venga a las 3 a su oficina y que tenemos que hablar, y va y se queda dormido...Anda que..."
-Eri-chan, déjame el mouaki...sólo un ratito... – dijo el hombre entre sueños.
La mujer se rió en bajo y se acercó al detective. No iba a despertarlo, parecía que dormía bien. Cuando dormía, no parecía el mismo hombre que siempre pretendía ligar con jovencitas, o que se pasaba el día bebiendo...parecía...más dulce, como aquel que le dijo una vez que le quería más que a nadie en el mundo.
En un arrebato, le acarició la mejilla y después se retiró y comenzó a recoger todo lo que había por el suelo.
Cuando ya llevaba un cuarto de hora recogiendo, vio en una estantería una hoja que sobresalía. Le venció la curiosidad y lo cogió. Era un recorte de periódico que tenía de titular "La reina de los tribunales vuelve a vencer en el juicio" . Había una foto en la que salía ella, Eri, con tres personas más. La mujer se acordaba perfectamente de aquel caso. Había tenido lugar hacía dos meses y ella lo había vuelto a ganar. Sus compañeros abogados le decían siempre que era infalible y que no perdía nunca un juicio. Tenían razón. De momento, nunca había perdido uno.
La verdad es que la mujer se había quedado bastante sorprendida de que él hiciera lo mismo que hacía ella: coleccionar recortes de periódicos donde salía el detective. Se sonrojó levemente y pensó en la posibilidad de volver juntos... pero entonces le vino a la mente una de las múltiples veces en que el detective estaba con jovencitas y dejó de pensar.
Entonces decidió ir a saludar a Ran, cosa que se había olvidado de hacer. Entró en su habitación pero...no había nadie. Ni una nota.
"Habrá salido...Entonces ha sido ella la que se ha dejado la puerta abierta y olvidado de recoger todo...Es raro porque ella no suele ser de ese tipo de chicas despistadas...¡Ah! Y si..." – pensó la mujer.
-¡NO PUEDE SER! ¡NO PUEDE SER QUE LA HAYAN SECUESTRADO! – se alarmó Eri, sin darse cuenta de que sus pensamientos habían salido de su boca gritando.
-¿Se...secuestrado? ¿Quién habla de secuestrar? – comenzó a decir Kogoro, despertando de su plácido sueño. - ¡Eri! ¿Qué haces aquí?
-¿Cómo que qué hago aquí? ¿No lo recuerdas? ¡Me enviaste una nota diciéndome que viniera a tu oficina porque teníamos que hablar!
-Ah...sí. Es verdad. Pues verás...lo que quería decirte...
-¡Ahora no hay tiempo para eso! ¡Luego me lo dices! Ahora tenemos que encontrar a Ran.
-¿Eh? ¿Ran? Pero si estaba en casa..."¿Qué me dijo antes de que me quedara dormido?"...No recuerdo que se haya marchado... – dijo pensativo Kogoro.
-Creo que la han secuestrado. La puerta estaba abierta y todo estaba desordenado. Ran no suele irse de casa de esta manera. – replicó con un tono misterioso Eri.
-¿Secuestrado? ¡Tenemos que encontrarla! Vamos a buscarla.
Eri y Kogoro salieron de la oficina.
-Eh...¿por dónde empezamos a buscar? – preguntó Kogoro.
-Podríamos...¡buscarla en casa de Sonoko! A lo mejor está allí.
-Vale.
En casa de Sonoko...
-¿Sí?
-¡Sonoko! ¿Está ahí Ran? – preguntó desesperada Eri.
-¿Ran? No, no ha venido aquí en todo el día. – dijo extrañada Sonoko. - ¿Por qué? ¿Le ha pasado al...?
Eri y Kogoro se habían ido a toda velocidad en cuanto Sonoko dijo que no había estado allí su hija. ¿Dónde podía estar?
-Entonces, seguro que la han secuestrado. No hay duda.
-Sí...¿y si avisamos a la policía? – preguntó Kogoro.
-Mejor no. Quizá el secuestrador se alarme y entonces sí que no podremos encontrarla...
-Quizá tengas razón...
Después de pasar media hora buscando en lugares sospechosos y sin resultado, Kogoro y Eri se sentaron en un banco cercano a un hotel de lujo.
-Estoy agotado...
-Pero...seguro que Ran debe estar muy triste en algún sitio secuestrada. ¡Tenemos que encontrarla! – dijo Eri fuera de sí.
-Eri...llevamos media hora buscándola y todavía no tenemos ni una sola pista . ¿No sería mejor avisar a la policía?
-No...una abogada no se rinde nunca. Y un detective tampoco debería. Así que demuestra que lo eres.
-Grrr...
-Venga, no te enfades. No tengo ganas ni fuerza para discutir.
-Vaya, la reina de los tribunales se rinde ante su "querido" marido. – comentó Kogoro con sorna.
-Ja, eso de "querido" sobra...y si estuvieras en un juicio te arrepentirías de tus palabras.
Así discutieron un rato hasta que...una pareja joven salió del hotel.
"¡Qué lindos...!" – pensó la abogada observándolos.
La pareja llegó a un claro cercano y ella les siguió observando. Kogoro también.
-¡PERO SI SON EL CRÍO DETECTIVE Y RAN! – gritó Kogoro sorprendido. Eri también se sorprendió.
Shinichi y Ran que en ese momento se estaban besando se giraron al oír sus nombres y ...no vieron a nadie.
Eri se había apresurado a tapar la boca del hombre y a esconderse detrás del banco. Era mejor no molestarlos.
-¿Pero qué haces? – dijo enfadado Kogoro a la mujer.
-¿No ves que Ran es feliz con él? Mejor dejémosles en paz.
-Pero...¡no lo puedo permitir! – decía Kogoro intentando escabullirse.
-¿No quieres permitir que Ran sea feliz? – le preguntó Eri al detective mirándole a los ojos.
-Ehh...bueno...esto...no...no quería decir eso... – contestó Kogoro algo intimidado.
Estaban ambos detrás del banco, en un matorral, bastante pegados para que no les vieran. Se sentían bastante incómodos.
-Bueno, vamos a la oficina. Me tenías que decir algo, ¿no? – dijo Eri rompiendo el hielo.
-Ehh...sí. Vamos.
Después de dejar a la feliz pareja en el claro cercano al hotel, Eri y Kogoro se pusieron en marcha hacia la oficina del detective. Después de todo el tiempo que habían estado buscando a su hija resulta que estaba con Shinichi. Esto le había aturdido bastante al famoso detective y ya no tenía tan claro lo que quería decirle a su ex-esposa.
En la oficina Mouri...
-Al final parece que nos habíamos equivocado. Ran se fue dejando la puerta abierta porque se fue demasiado feliz ya que quedaba con su querido Shinichi y olvidó dejar una nota. En realidad no le habían secuestrado. – dijo Eri resumiendo lo que había pasado.
-Eso parece...
-Bueno, ¿y bien? ¿Qué me querías decir? – preguntó la abogada con aparente tranquilidad aunque en realidad tenía intriga por saber qué quería.
-Mmmm...era...
-Supongo que era para hablarme del divorcio y de la custodia de Ran, ¿no es así? – preguntó Eri, esperando que no fuera ese el motivo de la llamada.
-En realidad...no.
-¿Entonces...?
-Pues...
Entonces se abrió la puerta de la oficina...una silueta se recorta bajo la luz de las farolas...
¿Quién es?
Fin del cap. 4
¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, aquí tenéis otro capítulo del fanfic. Espero que haya sido de vuestro agrado. Por cierto, creo que el próximo capítulo (el quinto) será ya el último. Ya sabéis, como siempre, comentarios, sugerencias, reviews, son bienvenidos. Gracias a los que ya lo habéis hecho
"La reina de los tribunales". Ese es el mote que le dan a Eri Kisaki sus compañeros porque parece que es muy buena abogada. Lo dicen en el nº27 del volumen 2 del manga español.
