Reto: Harry/Ginny en que Harry se haya teñido el pelo de rojo.
Spoilers: HP 1-4
Retadora: LaLi
Agradecimientos: A los reviewers y retadores, cómo no...
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No sé cómo sentarme. Muy derecha, parece que saque pecho. Muy repantingada, me deslizo hacia abajo. En el término medio me duele la espalda...
Y voy escribiendo, con el calor que hace, y tengo que ir con mucho cuidado para no dejar huellas sobre el pergamino, porque tengo las manos pegajosas de la pasta del desayuno...
Llaman a la puerta del despacho. Dejo el informe a medias, menos mal que puedo zafarme un rato... quizás sea el jefe con algún caso nuevo.
Pero no, es Harry, y río porque por un momento he pensado que era Ron. ¿Qué te has hecho en el pelo, majadero? Él contesta que es una broma para mi madre. Que va a presentarse así a la cena de hoy. Es verdad, es como un hijo para ella, sólo le faltaba ser pelirrojo...
Pero ostras, la cena.
¿Se disculpará de mi parte si no voy? Tengo mucho trabajo. Le señalo el montón de informes a rellenar. Sonríe y dice que no busque excusas, que tendré que ir, y al entrar para sentarse cierra la puerta tras de sí.
Me río, porque me conoce demasiado y ya sabe que me voy a poner a hablar de la familia y de lo mal que me sienta verlos a todos casados, con hijos, divorciados, bueno, pero todos tienen más familia que yo, de algún modo... aunque claro, no puedo decir que tenga falta de familiares, la verdad. Me quejo un poco porque sé que le gusta ser mi confidente y porque sé que él se siente igual.
Él asiente, y yo me ato el pelo en una cola y apoyo la mejilla en mi mano. Está demasiado serio. ¿Qué te pasa, Harry?
Nada, dice. Él también se siente solo. Él también querría formar una familia con una chica y tener niños pelirrojos.
Por poco se me cae la cara de la mano, y sé que me he puesto roja. Harry, no me mires así, digo, y bajo la vista a mis papeles.
Deja de mirarme, menos mal, porque el corazón se me ha desbocado de repente, pero no dice nada.
Se me ha quedado la mente en blanco.
Venga, te ayudo con los papeles, dice. Él ya ha acabado su turno. Se sienta frente a mí y coge otra pluma. Así podré ir a la cena y mamá no va a enfadarse.
Al contrario, seguro que se pone a saltar de alegría...
Spoilers: HP 1-4
Retadora: LaLi
Agradecimientos: A los reviewers y retadores, cómo no...
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No sé cómo sentarme. Muy derecha, parece que saque pecho. Muy repantingada, me deslizo hacia abajo. En el término medio me duele la espalda...
Y voy escribiendo, con el calor que hace, y tengo que ir con mucho cuidado para no dejar huellas sobre el pergamino, porque tengo las manos pegajosas de la pasta del desayuno...
Llaman a la puerta del despacho. Dejo el informe a medias, menos mal que puedo zafarme un rato... quizás sea el jefe con algún caso nuevo.
Pero no, es Harry, y río porque por un momento he pensado que era Ron. ¿Qué te has hecho en el pelo, majadero? Él contesta que es una broma para mi madre. Que va a presentarse así a la cena de hoy. Es verdad, es como un hijo para ella, sólo le faltaba ser pelirrojo...
Pero ostras, la cena.
¿Se disculpará de mi parte si no voy? Tengo mucho trabajo. Le señalo el montón de informes a rellenar. Sonríe y dice que no busque excusas, que tendré que ir, y al entrar para sentarse cierra la puerta tras de sí.
Me río, porque me conoce demasiado y ya sabe que me voy a poner a hablar de la familia y de lo mal que me sienta verlos a todos casados, con hijos, divorciados, bueno, pero todos tienen más familia que yo, de algún modo... aunque claro, no puedo decir que tenga falta de familiares, la verdad. Me quejo un poco porque sé que le gusta ser mi confidente y porque sé que él se siente igual.
Él asiente, y yo me ato el pelo en una cola y apoyo la mejilla en mi mano. Está demasiado serio. ¿Qué te pasa, Harry?
Nada, dice. Él también se siente solo. Él también querría formar una familia con una chica y tener niños pelirrojos.
Por poco se me cae la cara de la mano, y sé que me he puesto roja. Harry, no me mires así, digo, y bajo la vista a mis papeles.
Deja de mirarme, menos mal, porque el corazón se me ha desbocado de repente, pero no dice nada.
Se me ha quedado la mente en blanco.
Venga, te ayudo con los papeles, dice. Él ya ha acabado su turno. Se sienta frente a mí y coge otra pluma. Así podré ir a la cena y mamá no va a enfadarse.
Al contrario, seguro que se pone a saltar de alegría...
