Wufei: ni se te ocurra decir lo q sé que vas a decir...
Laie: por favor!!! * mirada con ojitos brillantes * onegai?
Wufei: grrr.....
Laie: No me lo puedo creer! Tengo 47 reviews!! Gracias a todos!!
Wufei: ¬_¬ cada capítulo lo mismo... q poco original!
Laie: u__u'
..._-_-_-_-_-_-_-_...
Aviso: Y A O I
Parejas: 1x2 y 3x4, 13x5
Gundam Wing no me pertenece, pero el argumento del fic sí!!!
..._-_-_-_-_-_-_-_...
CAPÍTULO 5
Quatre soñaba. Volvía a los días en que aún vivía en su casa, encerrado en una habitación en la más alta de las cuatro torres del castillo Winner.
Siendo el más pequeño de 29 hijos -bueno, 28 hijas y él, había sido el favorito de su padre y de su madre, aunque sus hermanas no eran por eso menos apreciadas. Quizá por esta razón, a la hora de decidir quién iba a ser el heredero o la heredera al trono, sus padres se habían decidido por él. En esa época él sólo tenía seis años, y no era consciente de las consecuencias que eso tenía.
Sus hermanas se enojaron, pues esperaban que el trono pasara a una de ellas, a las mayores, y no al último en nacer. Así pues, cegadas por el odio, encerraron a su hermano y contrataron a unos asesinos para que mataran a sus padres. El pequeño Quatre fue rápidamente olvidado por los ciudadanos de Sandrock ya que estos tenían otras cosas en las que ocupar su mente: la división del reino en 28 países distintos, cada uno gobernado por una de las hijas de los antiguos reyes, todas ellas en continúas guerras con el objetivo de adquirir los países de sus hermanas también.
Y por lo que al pequeño Quatre se refiere, vivió encerrado en una habitación, una máscara cubriendo sus ojos para ocultar el hermoso color azul característico de los Winner, con unas pesadas cadenas alrededor de sus muñecas y la única compañía de los susurros de la cortina al ser mecida por el viento.
Los años pasaron, y el pequeño niño pasó a ser un bello pero delicado joven con una habilidad desarrollada a partir de su oprimida situación: podía sentir los pensamientos de las personas y a veces, sentía lo que iba a pasar en un futuro cercano. Pero las cadenas habían hecho que el joven se convenciera a sí mismo de que no tenía fuerza alguna, y que era inútil tratar de averiguar si algún día volvería a ver alguno de los jardines que recordaba de su niñez, se sentía demasiado débil como para poder escapar.
Hasta que un día, las puertas de su habitación se abrieron.
Trowa, príncipe de Triton, un pequeño país costanero, se había decidido a ampliar el territorio de éste conquistando el país vecino, Winner, que era cuatro veces el tamaño de su reino. Aprovechando las continuas disputas entre las hermanas Winner, él se había hecho ya con más de 20 de los 28 pequeños países en que ahora se dividía el gran país, y sus ejércitos ya daban por sentada su victoria.
Aún así, Trowa había decidido estar presente el día que invadieran el Castillo Winner, antaño capital del reino que ahora estaba en manos de una hermana especialmente pacífica. La chica se rindió rápidamente a los ejércitos invasores, alegando que ya estaba harta de tanto luchar con sus hermanas, y que estaba convencida que Barton tendría mejor cuidado de Winner.
Así que había participado en la "invasión" del castillo, y se había decidido por una de las torres, la más alta, en la que se rumoreaba vivía el único hijo barón de los reyes. Claro, era sólo un rumor pues hacía ya mucho tiempo que nadie tenía noticias del pequeño, y muchos decían que lo habían asesinado con sus padres.
Las primeras habitaciones que encontró estaban ricamente adornadas, aunque un poco dejadas, con polvo encima de muchos de los muebles. Nada llamó su atención, así que siguió subiendo hasta que llegó a lo más alto de la torre. Las escaleras terminaban allí, delante de una pesada puerta metálica. Con un golpe seco con la empuñadura de su espada, Trowa rompió el cerrojo y entró. Su respiración se cortó ante lo que vio allí.
Toda la habitación era blanca y dorada. Las ventanas estaban abiertas, y las casi transparentes cortinas se mecían suavemente al ritmo del viento. Sólo había un mueble, una gran cama que ocupaba casi toda la habitación; grandes almohadas de seda blanca con finos bordados, a juego con las sábanas. Y en el medio, arrodillada encima de la cama, una delgada figura se mecía suavemente. Una simple túnica con unos pantalones anchos y un cinturón dorado era todo lo que vestía, y su rubio cabello caía en suaves ondulaciones cubriendo gran parte de la cama. Era difícil decir si se trataba de un chico o de una chica, una blanca máscara cubría sus ojos impidiendo a la figura ver la luz. Pero aún así, a Trowa le pareció la más hermosa visión, algo tan angelical que casi le convertía en pecador por el simple hecho de mirarla.
Moviendo la cabeza ligeramente, la figura pareció mirar en su dirección antes de que una suave voz -definitivamente masculina, rompiera el silencio.
-Nana?
Quatre casi se sintió estúpido al preguntar por su criada-niñera. Estaba claro que esa persona no era ella, pero quizá así averiguaría de quién se trataba. Hacía mucho tiempo que nadie le visitaba, sus hermanas sólo lo hacían una vez al año los primeros años de cautividad, pero luego cesaron sus visitas.
-No.
Trowa observó atentamente la reacción del chico a su respuesta.
-Me permite preguntarle su nombre, señor?
La voz del pequeño era muy inocente, sin rastro de temor o miedo alguno. ¿Qué no sabía que él era el invasor? ¿Qué no sentía el peligro en el que se encontraba? Con un solo movimiento de espada, podía matar al joven y...
-Te lo diré si tu me dices antes quién eres -Barton se acercó más a la cama, sentándose al lado del rubio.
-Me llamo Quatre.
-Yo Trowa Barton.
El chico le ofreció una dulce sonrisa y empezó a jugar con las cadenas que le sujetaban las manos. El chico de ojos verdes enarcó una ceja. No se había fijado en las ataduras.
-Porqué estás atado a la cama?
Por la reacción de Quatre, éste parecía sorprendido.
-Porqué no habría de estarlo? Llevo mucho tiempo así. No recuerdo porqué, pero sé que debo.
Una de las cosas que más odiaba Trowa era la opresión. En Triton, habían muchas leyes que regulaban hasta que punto una persona podía ser privada de sus libertades, pero con ese chico habían excedido el límite, hasta hacerle olvidar lo que era la libertad.
Alargó una mano y sujetó firmemente las muñecas del rubio, mientras con la otra desataba fácilmente las cadenas. Luego, con un movimiento rápido destruyó el candado que sujetaba la máscara y, lentamente se la sacó.
Quatre pareció sorprendido, pero tuvo que cerrar los ojos a causa de la luz. Se llevó las dos manos a la cara, cubriéndose los ojos.
-Te costará acostumbrarte a la luz otra vez, pero pronto se te pasará el efecto. Crees que podrás andar?
El pequeño negó con la cabeza y Trowa asintió, antes de darse cuenta que el chico no podía verle.
-Bien, en ese caso ya te ayudaré yo. Pero antes debes saber lo que ha ocurrido en tu reino.
Barton le explicó a Quatre todo sobre sus hermanas, las guerras, y cómo él estaba conquistando Winner fácilmente. Cuando acabó de hablar, miró pacientemente al ángel que todavía se cubría el rostro.
-Entonces... has venido a matarme? -preguntó con un hilo de voz.
Al chico de cabello castaño se le cayó el mundo al suelo. Miró su espada, aún sujeta a su cinturón y luego al inocente chico y supo, que aunque pudiera, no iba a hacerlo.
-No, no voy a hacerlo -susurró, acariciando suavemente la mejilla del chico y levantándole el rostro, obligando a que dos increíbles ojos azules se centraran, por primera vez en mucho tiempo, en los ojos de otra persona.
Azul conoció a verde y el mundo pareció existir sólo para ese mágico encuentro durante unos instantes.
..._-_-_-_-_-_-_-_...
-Quatre.
La suave voz de Trowa susurró en su oreja, mientras largos dedos acariciaban su mejilla. Abriendo los ojos, Quatre sonrió dulcemente, mientras el chico de ojos verdes se inclinaba y le besaba lentamente en los labios.
-En que soñabas? -volvió a susurrar el hombre, besando la frente del rubio.
-Soñaba en la primera vez que nos vimos -respondió igual de suave Quatre.
-Siento haberte despertado pequeño, pero debes ayudarnos con el chico que ha traído Treize.
El chico de ojos azules sólo asintió, mientras su novio(1) le volvía a besar en los labios.
..._-_-_-_-_-_-_-_...
(1) Esto de usar "novio" no me hace mucha gracia, preferiría usar otra palabra más... no sé... más romántica o más bonita, pero la otra opción es "amante" y, si tengo que escoger...
..._-_-_-_-_-_-_-_...
Muchas, muchas, muchas, muchas gracias a todos mis reviewers. Como siempre, os leo a todos/as y valoro mucho vuestras opiniones. El próximo capítulo va a ser "Heero & Duo", pobrecitos los tengo abandonados u__u' y luego vamos a seguir con el argumento normal de la historia. Pero pensaba que era necesario profundizar un poco más en cómo se conocieron todos, y ya sabemos como se han conocido Heero y Duo, Treize y Wufei y sólo quedaban Trowa y Quatre.
Qué os a parecido? Espero no haberos aburrido demasiado!! He intentado hacerlo romántico pero creo que no me ha salido del todo bien... en fin, siempre puedo profundizar más en otro capítulo...
En el próximo capítulo agradeceré reviews, porque hoy -como siempre-, estoy demasiado atareada... Y pido mil disculpas a los seguidores de mi fic de Gravitation, pero voy a tardar un poco más en acabar mi... sorpresa... de epílogo...
* se escucha una risa malvada de fondo *
Att: Laie Himura de Fanel
Laie: por favor!!! * mirada con ojitos brillantes * onegai?
Wufei: grrr.....
Laie: No me lo puedo creer! Tengo 47 reviews!! Gracias a todos!!
Wufei: ¬_¬ cada capítulo lo mismo... q poco original!
Laie: u__u'
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Aviso: Y A O I
Parejas: 1x2 y 3x4, 13x5
Gundam Wing no me pertenece, pero el argumento del fic sí!!!
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CAPÍTULO 5
Quatre soñaba. Volvía a los días en que aún vivía en su casa, encerrado en una habitación en la más alta de las cuatro torres del castillo Winner.
Siendo el más pequeño de 29 hijos -bueno, 28 hijas y él, había sido el favorito de su padre y de su madre, aunque sus hermanas no eran por eso menos apreciadas. Quizá por esta razón, a la hora de decidir quién iba a ser el heredero o la heredera al trono, sus padres se habían decidido por él. En esa época él sólo tenía seis años, y no era consciente de las consecuencias que eso tenía.
Sus hermanas se enojaron, pues esperaban que el trono pasara a una de ellas, a las mayores, y no al último en nacer. Así pues, cegadas por el odio, encerraron a su hermano y contrataron a unos asesinos para que mataran a sus padres. El pequeño Quatre fue rápidamente olvidado por los ciudadanos de Sandrock ya que estos tenían otras cosas en las que ocupar su mente: la división del reino en 28 países distintos, cada uno gobernado por una de las hijas de los antiguos reyes, todas ellas en continúas guerras con el objetivo de adquirir los países de sus hermanas también.
Y por lo que al pequeño Quatre se refiere, vivió encerrado en una habitación, una máscara cubriendo sus ojos para ocultar el hermoso color azul característico de los Winner, con unas pesadas cadenas alrededor de sus muñecas y la única compañía de los susurros de la cortina al ser mecida por el viento.
Los años pasaron, y el pequeño niño pasó a ser un bello pero delicado joven con una habilidad desarrollada a partir de su oprimida situación: podía sentir los pensamientos de las personas y a veces, sentía lo que iba a pasar en un futuro cercano. Pero las cadenas habían hecho que el joven se convenciera a sí mismo de que no tenía fuerza alguna, y que era inútil tratar de averiguar si algún día volvería a ver alguno de los jardines que recordaba de su niñez, se sentía demasiado débil como para poder escapar.
Hasta que un día, las puertas de su habitación se abrieron.
Trowa, príncipe de Triton, un pequeño país costanero, se había decidido a ampliar el territorio de éste conquistando el país vecino, Winner, que era cuatro veces el tamaño de su reino. Aprovechando las continuas disputas entre las hermanas Winner, él se había hecho ya con más de 20 de los 28 pequeños países en que ahora se dividía el gran país, y sus ejércitos ya daban por sentada su victoria.
Aún así, Trowa había decidido estar presente el día que invadieran el Castillo Winner, antaño capital del reino que ahora estaba en manos de una hermana especialmente pacífica. La chica se rindió rápidamente a los ejércitos invasores, alegando que ya estaba harta de tanto luchar con sus hermanas, y que estaba convencida que Barton tendría mejor cuidado de Winner.
Así que había participado en la "invasión" del castillo, y se había decidido por una de las torres, la más alta, en la que se rumoreaba vivía el único hijo barón de los reyes. Claro, era sólo un rumor pues hacía ya mucho tiempo que nadie tenía noticias del pequeño, y muchos decían que lo habían asesinado con sus padres.
Las primeras habitaciones que encontró estaban ricamente adornadas, aunque un poco dejadas, con polvo encima de muchos de los muebles. Nada llamó su atención, así que siguió subiendo hasta que llegó a lo más alto de la torre. Las escaleras terminaban allí, delante de una pesada puerta metálica. Con un golpe seco con la empuñadura de su espada, Trowa rompió el cerrojo y entró. Su respiración se cortó ante lo que vio allí.
Toda la habitación era blanca y dorada. Las ventanas estaban abiertas, y las casi transparentes cortinas se mecían suavemente al ritmo del viento. Sólo había un mueble, una gran cama que ocupaba casi toda la habitación; grandes almohadas de seda blanca con finos bordados, a juego con las sábanas. Y en el medio, arrodillada encima de la cama, una delgada figura se mecía suavemente. Una simple túnica con unos pantalones anchos y un cinturón dorado era todo lo que vestía, y su rubio cabello caía en suaves ondulaciones cubriendo gran parte de la cama. Era difícil decir si se trataba de un chico o de una chica, una blanca máscara cubría sus ojos impidiendo a la figura ver la luz. Pero aún así, a Trowa le pareció la más hermosa visión, algo tan angelical que casi le convertía en pecador por el simple hecho de mirarla.
Moviendo la cabeza ligeramente, la figura pareció mirar en su dirección antes de que una suave voz -definitivamente masculina, rompiera el silencio.
-Nana?
Quatre casi se sintió estúpido al preguntar por su criada-niñera. Estaba claro que esa persona no era ella, pero quizá así averiguaría de quién se trataba. Hacía mucho tiempo que nadie le visitaba, sus hermanas sólo lo hacían una vez al año los primeros años de cautividad, pero luego cesaron sus visitas.
-No.
Trowa observó atentamente la reacción del chico a su respuesta.
-Me permite preguntarle su nombre, señor?
La voz del pequeño era muy inocente, sin rastro de temor o miedo alguno. ¿Qué no sabía que él era el invasor? ¿Qué no sentía el peligro en el que se encontraba? Con un solo movimiento de espada, podía matar al joven y...
-Te lo diré si tu me dices antes quién eres -Barton se acercó más a la cama, sentándose al lado del rubio.
-Me llamo Quatre.
-Yo Trowa Barton.
El chico le ofreció una dulce sonrisa y empezó a jugar con las cadenas que le sujetaban las manos. El chico de ojos verdes enarcó una ceja. No se había fijado en las ataduras.
-Porqué estás atado a la cama?
Por la reacción de Quatre, éste parecía sorprendido.
-Porqué no habría de estarlo? Llevo mucho tiempo así. No recuerdo porqué, pero sé que debo.
Una de las cosas que más odiaba Trowa era la opresión. En Triton, habían muchas leyes que regulaban hasta que punto una persona podía ser privada de sus libertades, pero con ese chico habían excedido el límite, hasta hacerle olvidar lo que era la libertad.
Alargó una mano y sujetó firmemente las muñecas del rubio, mientras con la otra desataba fácilmente las cadenas. Luego, con un movimiento rápido destruyó el candado que sujetaba la máscara y, lentamente se la sacó.
Quatre pareció sorprendido, pero tuvo que cerrar los ojos a causa de la luz. Se llevó las dos manos a la cara, cubriéndose los ojos.
-Te costará acostumbrarte a la luz otra vez, pero pronto se te pasará el efecto. Crees que podrás andar?
El pequeño negó con la cabeza y Trowa asintió, antes de darse cuenta que el chico no podía verle.
-Bien, en ese caso ya te ayudaré yo. Pero antes debes saber lo que ha ocurrido en tu reino.
Barton le explicó a Quatre todo sobre sus hermanas, las guerras, y cómo él estaba conquistando Winner fácilmente. Cuando acabó de hablar, miró pacientemente al ángel que todavía se cubría el rostro.
-Entonces... has venido a matarme? -preguntó con un hilo de voz.
Al chico de cabello castaño se le cayó el mundo al suelo. Miró su espada, aún sujeta a su cinturón y luego al inocente chico y supo, que aunque pudiera, no iba a hacerlo.
-No, no voy a hacerlo -susurró, acariciando suavemente la mejilla del chico y levantándole el rostro, obligando a que dos increíbles ojos azules se centraran, por primera vez en mucho tiempo, en los ojos de otra persona.
Azul conoció a verde y el mundo pareció existir sólo para ese mágico encuentro durante unos instantes.
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-Quatre.
La suave voz de Trowa susurró en su oreja, mientras largos dedos acariciaban su mejilla. Abriendo los ojos, Quatre sonrió dulcemente, mientras el chico de ojos verdes se inclinaba y le besaba lentamente en los labios.
-En que soñabas? -volvió a susurrar el hombre, besando la frente del rubio.
-Soñaba en la primera vez que nos vimos -respondió igual de suave Quatre.
-Siento haberte despertado pequeño, pero debes ayudarnos con el chico que ha traído Treize.
El chico de ojos azules sólo asintió, mientras su novio(1) le volvía a besar en los labios.
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(1) Esto de usar "novio" no me hace mucha gracia, preferiría usar otra palabra más... no sé... más romántica o más bonita, pero la otra opción es "amante" y, si tengo que escoger...
..._-_-_-_-_-_-_-_...
Muchas, muchas, muchas, muchas gracias a todos mis reviewers. Como siempre, os leo a todos/as y valoro mucho vuestras opiniones. El próximo capítulo va a ser "Heero & Duo", pobrecitos los tengo abandonados u__u' y luego vamos a seguir con el argumento normal de la historia. Pero pensaba que era necesario profundizar un poco más en cómo se conocieron todos, y ya sabemos como se han conocido Heero y Duo, Treize y Wufei y sólo quedaban Trowa y Quatre.
Qué os a parecido? Espero no haberos aburrido demasiado!! He intentado hacerlo romántico pero creo que no me ha salido del todo bien... en fin, siempre puedo profundizar más en otro capítulo...
En el próximo capítulo agradeceré reviews, porque hoy -como siempre-, estoy demasiado atareada... Y pido mil disculpas a los seguidores de mi fic de Gravitation, pero voy a tardar un poco más en acabar mi... sorpresa... de epílogo...
* se escucha una risa malvada de fondo *
Att: Laie Himura de Fanel
