Si había una cosa que odiaba en el mundo eran los garbanzos.
Bueno, en realidad odiaba muchas más cosas... Como su hermano Ron, que ahora se estaba quejando –como siempre- dos sillas más a su derecha. Puestos a hacer, también odiaba los días de lluvia. Y a las pijas; y a los escregutos, por supuesto; y las clases de pociones y los pelos que Crookshanks dejaba por sus pantalones.
Pero, en aquél momento, no había nada que odiara tanto como los garbanzos.
Aunque a veces podían resultar útiles. Un plato tan vomitivo hacía que se pasara el rato de la comida mirando a su alrededor. Pero no a los de Gryffindor, que ya los tenía aburridos. Y aún más Dean Thomas, con quien terminó por ser demasiado... normal, monótono. Así que, a otra cosa mariposa.
Y esta otra cosa, este alrededor que terminaría gastando con la mirada, tenía un nombre propio que empezaba por "Jus" y terminaba con "tin".
Justin Flinch-Fletchey.
Era monísimo. Moreno, de ojos azules, alto y delgadillo. Sin contar su sonrisa super tierna y su actitud tan Hufflepuff, siempre ayudando en lo que podía.
Definitivamente Justin era... su siguiente víctima. Y el zumo de calabaza su arma.
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Cuando terminó su plato y se levantó, dispuesto a irse con sus amigos, ella ya estaba más que preparada. Los garbanzos seguían en su plato, pero había comida casi una barra de pan entera para subsistir el resto del día. En su vaso, el zumo de calabaza llegaba hasta el borde.
En unos segundos calculó por dónde pasarían Justin y sus amigos, y se dirigió hacia allí mirándolos de reojo. Cuándo estaban a pocos metros Justin hablaba con el prefecto de su curso, Ernie, y un poco más a la derecha, distraído, estaba Zacharias, el del buen humor. Ella miró hacia atrás, disimulando, y justo cuando pasaban por su lado ocurrió.
¡Plof!
-¡Ecs!
-¡Lo siento! –Ginny Weasley se llevó una mano a la boca, y con cara de muy arrepentida siguió repitiendo la frasecilla unas cuantas veces más.
-No pasa nada... –sonrió Justin, con el jersey de Hufflepuff manchado de zumo de calabaza a conciencia.
-Por lo menos deja que lo arregle. –sonrió Ginny, esta vez más coqueta, y con un movimiento de varita y unas palabras el jersey de Justin volvía a estar como nuevo.- Lo siento ¿eh?
-No pasa nada. –repitió él.- Aunque ahora te has quedado sin zumo...
-Por eso no te preocupes. –sonrió la Gryffindor, con un leve movimiento de pestañas. ¿Cómo podía ser tan bueno?
-Bueno, me voy, ¿eh? –Justin miró a Zacharias Smith, que estaba refunfuñando que llegarían tarde.- Ya nos veremos.
Ginny sonrió y se quedó mirando como se alejaban.
Primera parte del plan: Excelente.
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Desde que tuvo excusa para saludarlo, lo había aprovechado varias veces. Aunque no simplemente se trataba de saludarlo, ahora él ya había reparado en su existencia y en su carita de angelito. De momento, funcionaba. No sabía si a Justin le gustaba, pero tampoco parecía muy difícil, y iba por buen camino.
Habían vuelto a encontrarse en la biblioteca, en el comedor, y alguna vez por los pasillos. Aunque él nunca iba sólo. O con Ernie o con Zacharias. ¿Tanto lo amaban que no querían compartirlo? Bueno, era cuestión de paciencia.
Ahora que había hecho de niña buena, y Justin ya empezaba a caer, le faltaba el toque de gracia.
Y es que le encantaba hacer de dama en apuros.
Sabía -se lo había preguntado a Hannah Abbott- que tenían herbología a última hora de la tarde. Así que, cuando ella terminó Historia de la magia –que salió un poco antes argumentando que estaba mareada, la coartada perfecta- se dirigió hacia allí.
Su plan era que cuando Justin saliera del invernadero se cruzara con ella, y justo en aquel momento, ni antes ni después, venía la gran actuación. Debía desmayarse.
Sólo de imaginarse a Justin llevándola en brazos a la enfermería se derretía.
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Llevaba diez minutos cuando lo vio llegar. 5, 4, 3, 2, 1...0
Ginny se dejó caer graciosamente con un gran "¡Ai!".
-¡Zac! ¿Aquella no es Ginny?
Sí cariño, aquí estoy.
-Pues supongo.
-¡Se ha desmayado!
Gran observador, y ahora...
-O está tumbada tomando el sol...
-Debemos llevarla a la enfermería.
Tú sí que eres listo... Vamos, vamos, acércate...
-¡¡¡Justin Flinch-Fletchey!!! ¡Se ha olvidado de limpiar su parte de la mesa!
-¡Mierda! ¿Puedes llevarla tú, Zac?
¿QUÉ? No, Justin, da igual la mesa... no hagas caso a Sprout, ven aquí conmigo...
-Lo intentaré.
No, eso si que no... Puedo quedarme quietecita hasta que Justin haya lavado la mesa, no me importa...
Los pasos de Zacharias se oían cada vez más de cerca.
Anda Smith, se bueno por una vez y pásame de largo...
Pero los pasos se pararon justo al lado de ella.
Bueno, Zacharias es rubio, pero quizá no está mal que me lleve en brazos un rato. ¿No? Aunque es una lástima que no pueda repetir el plan.
Silencio.
¿Pero que está esperando?
-Venga Weasley, levanta.
¿QUÉ?
-Justin ya se ha ido, no te ve. Así que por favor, si no te importa ahorrarme el viajecito contigo encima a la enfermería...
Ginny se moría de ganas de decirle "¿No ves que estoy desmayada, imbécil?", pero, como la que hubiera quedado como una imbécil habría sido ella, se lo guardó para dentro con ciertas dificultades.
-¿Quieres hacer el numerito? Por dios, que te he visto tirarte como una payasa. Que Justin es un inocente, pero yo no.
La chica seguía tumbada al suelo con la misma postura –con la que, por cierto, le dolía mucho el tobillo izquierdo-. Oyó como Zacharias Smith suspiraba con fastidio y se acercaba. Entonces la cogió.
Pero no la cogió como a la chica en apuros que era, sino como un saco de patatas. Se la colocó en el hombro y empezó a andar costosamente. Antes de haber dado un paso ella se le caía, así que fue a pasar su brazo por el culo de ella cuando, de pronto, Ginny cayó en la trampa.
-¡Aaaaaah! ¡Déjame, pervertido! ¡Inútil!
Y empezó a patalear.
Él la dejó sin inmutarse, de forma un poco violenta. Cuando ella ya estuvo otra vez de pie en el suelo, se calló y lo miró con odio. ¿Qué haría ahora? Bueno, siempre podía seguir simulando que realmente sí que había estado desmayada.
-Eres penosa.
Los colores de la cara de Ginny subieron a una velocidad vertiginosa.
-¿Por qué? ¿Por desmayarme?
-Oh, Merlín... –Zacharias puso los ojos en blanco.- ¿Vas a seguir simulando que te desmayaste de verdad? Por que, sí es así, ya serás penosísima.
-¡¡¡Y tú un insensible degenerado sin sentido del humor ni del romanticismo!!!
-Puede. –el chico de Hufflepuff se giró y empezó a irse. En el último momento añadió por lo bajo:- Pero por lo menos no me invento una personalidad para ligar...
-¡¡Por suerte!! ¡No me gustaría verla! –Ginny chutó una piedra enfurruñada y murmuró un "imbécil...".
Segundos después el pánico la invadió. ¿Y si se lo decía a Justin? No quería que Justin pensara que era una hipócrita, ¡le gustaba de verdad! Pero recapacitó y se tranquilizó, Zacharias era un cabrón, pero era Hufflepuff. Seguro que era buena persona y no le decía nada a Justin...
-¡Ah! –oyó decir a Zacharias, que se había girado y había avanzado unos pasos hacia ella.- A Justin le encantará saber lo falsa que eres... Lástima, ahora que le empezabas a gustar...
Los ojos de Ginny se abrieron de par en par. ¿Le empezaba a gustar? Pero bueno, lo importante era... ¿Qué cojones estaba insinuando Smith?
-Sólo por simular que me desmayo...
-¡Ah, ahora lo admites! –sonrió de forma odiosa.- Espero que no te cueste tanto con lo del zumo de calabaza tirado intencionadamente por encima de su jersey.
-¿Qué? –Merlín. También se había dado cuenta de esto.
-No sé, quizá podría no decírselo, pero claro...
-¿Pero qué? ¿Quieres que te dé un galeón por tu silencio? Por Merlín, no voy a malgastar el dinero...
-No, no es nada de dinero... Que te parece si... ¿te conviertes en mi esclava?
-¿Qué? –repitió Ginny, aún más sorprendida.- Mira, a mí me da igual si se lo dices a Justin...
-Sí, ¿no? Ya encontrarás a otro más idiota que caiga en tus trampas...
-¡No es eso!
-Entonces es que Justin tampoco te gusta mucho.
-¡Sí que me gusta!
-¿Y crees que le gustará saber que lo has usado, engañado, manipulado,...?
¿Tantas cosas le había hecho? Ginny se mordió el labio y frunció el ceño.
-Sólo los deberes, durante dos semanas. –murmuró Zacharias, alargando la mano.- Nada de trabajos extras.
Ginny lo miró con recelo y lentamente estrechó su mano con la suya.
-Hecho.
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-Mmm... ¿me acercas aquél libro?
-Ajá. –Zacarías le pasó un libro sobre Mil y una pociones que no debes hacer si quieres conservar tu salud a Ginny.
Bueno, había terminado los deberes de Transformaciones y ya casi estaba con los de Pociones. Era difícil, sobre todo porque eran de un curso superior al suyo, pero como todo era teoría simplemente se tenía que saber buscar bien.
Y con los tres días que llevaba de prácticas ya le empezaba a coger el tranquillo.
Aunque quizá el primer día no contaba, porque no había hecho nada más que gritar, tirar libros por el suelo y... gritar. Pero empezaba a cogerle el tranquillo también a Zacharias: era mejor no discutir con él.
-¿Te queda mucho?
-¿Tienes prisa?
-Me estoy aburriendo.
Por que claro, mientras Ginny hacía los deberes él simplemente se quedaba sentado delante leyendo alguna revista o algún libro que nada tenía que ver con los deberes.
-Oh, que lástima me das...
-Mira quien viene por ahí. –dijo Zacharias, omitiéndola.
Ginny se giró y vio que Justin iba hacia ellos.
-¡Hola! –un "¡hola!" por parte de Ginny, y un movimiento de cabeza por parte de Zacharias fueron la respuesta al saludo de Justin.- ¿Qué hacéis?
-Trabajar...
-¿Os habéis hecho amigos, eh?
-Ni te lo imaginas. –murmuró Zacharias alzando una ceja. Ginny bufó pero intentó que pasara desapercibido por su adorado Justin. -¿Quieres quedarte con nosotros?
-No, gracias... venía para decirte si quieres ir a entrenar.
-Ahora iré.
-Vale, nos vemos. –y se fue con una sonrisa y sus correspondientes "¡hasta luego!".
Cuando Zacharias volvió la vista hacia Ginny vio que lo miraba con odio.
-¿Qué?
-¿Qué querías? ¿Qué se quedara para dejarme en ridículo delante de él?
Zacharias puso los ojos en blanco.
-No soy tan rebuscado.
-Pues ya me dirás por que, Zac.
-Llámame Zacharias. –entonces se levantó y guardó el libro que llevaba.- Tan sólo intentaba ayudarte.
-Ignoraba que supieras hacer eso, Smith.
-Ya puedes tachártelo de la quilométrica lista sobre cosas que ignoras de mí, entonces.
Y se fue.
Y Ginny lo maldijo durante los siguientes tres cuartos de hora que estuvo haciendo sus deberes.
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Cada día estaba más convencida de que Justin era su hombre ideal.
Era todo lo que una chica podía pedir: amable, atento, divertido, inteligente, guapo, honrado, generoso, simpático, cordial, agradable, dulce,...
Ai.
Y la lista no terminaba nunca.
¿Cómo no se había fijado en él antes?
Lo único que sabía es que ahora lo quería todo para ella. Y creía que iba en buen camino. Se llevaban muy bien -claro que con Justin todo el mundo se llevaba bien-, habían ido juntos a Hogsmeade y se pasaban largos ratos en el Gran Salón...
Aunque difícilmente estaban solos, Ernie o –en el peor de los casos- Zacharias, siempre estaban allí. Solos lo que se dice solos lo habían estado... quizá unos diez minutos en el pasillo. ¡La madre que los matriculó!
En estos momentos estaban a punto de cumplir el nuevo récord.
-¿Qué te toca ahora?
-Historia de la magia. –dijo Justin.
-Brrr... –Ginny odiaba aquella materia porque creía que era una perdida de tiempo, pero, al parecer, Justin no le encontraba nada negativo.- ¿No te aburres?
-Bueno, la verdad es que un poco sí... –y rió un poco, monísimo.
-Creo que yo me he dormido unas... cuatro veces el último mes.
-¿En serio? –Justin rió más.- Tendré que probarlo.
-Te lo aconsejo.- sonrió ella, entre risas pequeñas, antes de despedirse de él.
Definitivamente, nuevo récord: once minutos y treinta y dos segundos.
Pero es que era taaaaan adorable...
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-¿Sabes que Ernie está saliendo con Mandy?
-Algo he oído, ¿y?
-Nada, nada, intentaba sacar tema de conversación.
-Quizá si no lo hicieras irías más rápido.
-Quizá si te apretaras un poco más la corbata te ahogarías y harías un bien a la humanidad.
Zacharias sonrió un poco de medio lado.
¿Quién lo entendía? ¿Sonreía cuando se metían con él?
-Hombre, es que cuando ya llevas contada la vida entera de tus hermanos, de Potter y de Granger también, del gato de Granger, de Thomas, de Corner, de la lunática esa... –pero él mismo calló y con un murmullo añadió:- ¿No son aquellos de allí?
-¿Quién?
-Ernie y Blockherust...
-¿Dónde, dónde?
-Entre los últimos estantes.
-¡Merlín, sí! –Ginny se inclinó para verlos.
Allí estaban un poco escondidos, Mandy diciéndole cosas a la oreja a su novio. Bueno, ahora se la mordía.
Ginny rió.
-¿Qué? -preguntó Zacharias, también con una media sonrisa.
-Son adorables, ¿no?
-Te encanta esta palabra, ¿eh?
Ginny se giró y volvió a sentarse de cara al chico.
-¿Por qué lo dices?
-Es la que usas veinte mil veces al día para describir a Justin.
-Ah. ¿Lo digo en voz alta?
-Bastantes veces.
Ginny se sonrojó y fue la primera vez que Zacharias le vio hacerlo. Creía que era una descarada sin complejos, pero todo el mundo escondía facetas.
-¿No te molesta, no?
-¿Por qué me tendría que molestar? –preguntó él, enarcando una ceja.
-No sé, estar aquí con una chica que se pasa el día hablando de tu mejor amigo...
-Bueno. –Zacharias puso los ojos en blanco.- Hay temas peores.
Ginny rió, en el fondo, muy en el fondo, Zacharias no era tan mala persona.
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Estaba con Justin (llevaban seis minutos juntos los dos solos...¡Yupi!) cuando vio a Mandy muy cariñosa con Dean. ¡MERLÍN! ¡Esto tenía que contárselo a Zacharias!
Justin seguía hablando de algo que había dicho Hagrid al enseñarlos una nueva bestia. Así que Ginny volvió a prestarle atención, tenía que ir trabajándoselo para que al final él le pidiera para salir... Aunque un chico normal ya lo habría hecho. Quizá por esto le gustaba tanto Justin, porque era afable, gentil, gracioso, considerado,... pero también un poco inocentón.
Estaban en el Gran Comedor y faltaba poco para almorzar, ella se había acercado a la mesa de Hufflepuff para hablar con su Justin (intentaba evitar pronunciar "adorado").
Cuando llevaban cerca de los quince minutos hablando solos (¡Ahhhh!) vio que Zacharias se acercaba, justo a tiempo para empezar a comer.
Se despidió de Justin para ir a la mesa de Gryffindor y cuando se cruzó con Zacharias lo acorraló.
-¡Zacharias! ¡¿Sabes que he visto?! ¡¡Mandy con Dean!! –Ginny sabía que a Zacharias no le gustaba cotillear, pero él era a quien más cosas le había contado de Dean, y entre los dos, como antes habían comentado lo de Ernie y Mandy...
-Ginny, mejor come deprisa, que hoy hay muchos deberes para hacer.
La chica asintió y se dirigió a su mesa sin una palabra más.
Odioso.
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Estaban los dos callados en la biblioteca. Y así llevaban más de una hora. Ginny trabajando, rápido y cada vez peor; Zacharias leyendo un periódico deportivo –patético pero cierto-. Los dos callados, ocupados con sus cosas.
Ginny pensaba que Zacharias era su amigo. Pensaba. Ya se había dado cuenta de que no. Ella le había contado toda su vida, ¿pero él? Él nunca hablaba de sí mismo, y nunca sacaba tema. Quizá había hecho el ridículo haciéndose la simpática.
Pero por suerte sólo quedaban 5 días para llegar a los 14 que habían pactado.
-¿Aún te falta mucho?
-No sé, con Aritmancia ya estoy...
-¿Aún te queda Transformaciones y Defensa?
-Sí.
-¿Por qué vas tan lenta, joder?
Ginny levantó la cabeza y lo miró, muy seria.
-¿Perdón?
-Que creo que podrías ir más rápido. Además, creo que no lo estás haciendo muy bien. Quiero sacar buena nota, ¿sabes?
Odioso, odioso.
-¿Quieres hacerlo tú?
-¿Quieres que le diga a Justin que eres una manipuladora?
-¡¡Pues mira, sí eso implica dejar de verte, sí!!
La señora Pince miró a una muy encolerizada Ginny Weasley.
-Perfecto, creo que ya puedes ir despidiéndote de tu sueño.
-¡¡Te odio!! ¡¡Eres horrible, no conozco a nadie tan, tan, tan,... –a Ginny no se le ocurría ninguna palabra suficiente fuerte.- insensible!!
-Conoces a muy poca gente.
Y lo que más odiaba era que estuviera así, tan tranquilo, sin siquiera mirarla.
-¡¡Vete a la mierda!! ¡¡Tú y tus deberes!! ¡Me importa una mierda si Justin cree que soy una manipuladora, pero no quiero volver a escucharte nunca más!
La señora Pince ya se dirigía hacia allí cuando Ginny, con los ojos nublados y al borde del llanto, se fue corriendo.
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Una de las cosas que le daba más pena era volver a ver a Justin. Más que nada porque creía que ya nunca volvería a hablar con él como antes... Desde que se había discutido con Zacharias había pasado un día, y estaba segura de que hacía horas que Justin la despreciaba.
Se sintió un poco mal por el numerito que había hecho, pero de verdad lo odiaba.
Ella había confiado en él... y vale, no tendría que haberlo hecho, pero ¿no podría haberle demostrado un poco de confianza? Le daba vergüenza haberse abierto a alguien que la veía así, una manipuladora hipócrita superficial. ¡Ella no era así! Simplemente tenía algunos truquillos...
Además, seguro que la describía ante Justin como una auténtica arpía. Todo lo que le había llamado a ella multiplicado por tres... Y Justin ya no querría volver a verla.
¡Qué rabia!
Le daba pena y vergüenza, volver a ver a Justin. Sería mejor evitarlo.
Demasiado tarde.
¡No! Ginny no sabía dónde esconderse, pero al parecer ya no importaba. Justin iba hacia ella. No, no, no. Miró hacia atrás a ver si en realidad buscaba a cualquiera otra persona, pero no, detrás de ella no había nadie. No, no, no.
Lo primero que tenía que hacer era explicarse. Sí, eso. Tenía que decirle que lo sentía, que no era mala chica, que le gustaba...
-¡Ginny! ¿Dónde te habías metido?
Justin ya estaba delante de ella, tan sonriente como siempre.
¿Qué se suponía que tenía que hacer?
-Oh, mira Justin yo...
-Espera, quiero enseñarte una cosa. –la cogió por la manga y la guió por los pasillos.
Las tripas de Ginny hacían un ruido extraño.
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Dos palabras: In-creíble.
El nuevo récord había superado todas las expectativas... Ginny y Justin, solos, hablando en el Gran Salón: tres cuartos de hora, dos minutos y 53 segundos.
54, 55, 56...
¡Parecía un sueño!
Justin estaba muy amable con ella. Bueno, como siempre. Ginny estaba encantada, feliz. Pero de vez en cuando le volvían a doler las tripas ¿esto era real? ¿qué le había dicho Zacharias?
Se quedaron un momento callados y Justin carraspeó.
Aún no le había dicho qué era eso que quería enseñarle. ¿Qué sería?
-Oh, ¿no me habías dicho que querías enseñarme algo...?
-Sí... –Un momento, ¿Justin estaba sonrojado?
¡¡Así estaba ultra-adorable!! (Ginny había desistido, no podía cambiar la palabra para describirlo, ¡había sido inventada para él!)
-Feliz San Valentín. –y le tendió una flor.
Un tulipán azul eléctrico. Su favorito.
-Gra... gra... –Ginny no sabía qué hacer ni qué decir. No recordaba ni siquiera que el 14 de febrero era San Valentín. Aunque tampoco había caído en la cuenta en que estaban en 14 de febrero.- Muchísimas gracias Justin.
Y la cogió suavemente. Con un nudo en el cuello.
Se sentía un poco mal. Algo se retorcía por dentro de ella. Tenía que preguntárselo o explotaría.
-Oye Justin, ¿Zacharias te ha dicho algo?
Justin sonrió y se acercó a ella.
-Sí, me has descubierto. –Ginny abrió los ojos de par en par.- Pero es que yo no sabía que flores te gustaban y tuve que preguntárselo...
Uf.
No sabía si se había quitado un peso de encima o si este ahora era el doble. Por un lado le encantaba saber que Justin no sabía nada, pero también se sentía mal... casi preferiría que estuviera haciendo todo esto aún y sabiendo lo que Zacharias tenía que contarle.
Por otro lado se sentía extrañísima. ¿Zacharias no le había dicho nada? ¿Por qué? ¿Estaba esperando el momento oportuno...? Movió la cabeza. No le había dicho nada y punto.
Pero no tuvo más tiempo para pensar porque Justin estaba demasiado cerca (cosa que atraía toda su atención) y segundos después, nada los separaba.
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¡Y así termina el primer capítulo! :D
Espero que os haya gustado y no me maldigais por empezar ooootra historia, pero tranquilos, esta ya tiene fin. Dentro de una semana o dos colgaré el segundo y último capítuo..
¡Sed buenos conmigo y dejadme un review diciendo lo que opinais! jiji
Además del típico disclaimer, también debo añadir que el título lo saqué de una canción de Blink 182 (I miss you), y creo que queda bastante bien... en el segundo capítulo se verá mejor :D. También decir que... ejem, ejem, un par de las frases que suelta Zacharias no son de invención mía, pero bueno, ¿no está la vida para inspiranos? ¬¬ Vaya muso me tocó XD
Aprovecho también para hacer publicidad de El Gremio (comunidad de LiveJournal) dónde debeis pasar ¡ya! ;)
Ahora sí, gracias por pasaros por aquí ¡un saludo! Y a Nimph, que me dio la idea de la pareja del fic...;) Y más que nada gracias a mis amadas betas, jejejeje Gwen y Lathenia (Takhisis, es lo mismo). ¡Un beso! =)
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Miina
