Capitulo 4 Un sueño hecho realidad

Sesshoumaru abrió los ojos para ver a Rin que aún dormía placidamente entre sus brazos y después miró a su alrededor, Jaken y el dragón estaban tirados en el suelo completamente dormidos. Se distrajo al percibir que Rin se movía mientras soñaba por lo que agudizó sus sentidos esperando escuchar su nombre, sonrió al oír la voz ronca y seductora que tanto le gustaba, al nombrarlo instintivamente Rin se abrazó a él pero inmediatamente abrió los ojos ante el inesperado contacto físico.

El príncipe tenía una serena expresión que hizo que Rin se sonrojara, carmín que fue visible aún en la penumbra que ahora envolvía la cueva, el fuego que ardía durante la noche se había consumido casi por completo. Nerviosa se acomodó el cabello fuera del rostro tratando de evadir la penetrante mirada que le impedía formar palabras mucho menos hablar con claridad.

"Um!...Amo yo...!"

"Estabas soñando conmigo Rin?"

"Ah...bueno pues...si!"

Sesshoumaru no pudo dejar pasar la oportunidad para torturarla y así disfrutar de su adorable rostro arrasado por la vergüenza de tener que contestar una pregunta tan comprometedora.

"Y dime...sueño o pesadilla?"

Incapaz de contener los nervios Rin se refugió en el cuello de Sesshoumaru y con una vocecita apenas audible la palabra 'sueño' llegó hasta los sensibles oídos de Sesshoumaru que no dijo nada más excepto preguntarle si estaba lista para regresar al castillo, cuando ella le contestó que si, el youkai notó que Rin estaba viéndolo con admiración y curiosidad mientras iba desde el kimono blanco sobre ella hasta el torso desnudo de su amo.

"Tenía que evitar que pasaras frío, te puedes cambiar toma!"

Rin recibió el kimono seco sintiéndose triste al ver lo arrugado que había quedado, lo sostuvo un instante y la garganta se le secó por la falta de aire, justo ahora comprendía claramente las palabras de su amo. Suspiró con fuerza por la emoción de saber que había sido el quien la había desvestido, inmediatamente dejó caer la cabeza hacia adelante escondiendo el carmín que oscurecía sus mejillas. Que la hubiera visto desnuda la hacia un nudo en el estomago y le provocaba una risita nerviosa que escapaba de sus labios.

Con una mano sobre su boca agradeció haber complacido a su nana en ponerse toda clase de aceites y extractos de flores para suavizar la piel, era claro que Sukime había hecho esas cosas con un propósito escondido, probando ser más astuta y sabia de lo que Rin imaginaba.

Aun con el rostro oculto por su cabello Rin se dio vuelta y comenzó a desvestirse mientras imaginaba que había pensado Sesshoumaru de su cuerpo, deseaba con toda su alma haberle parecido hermosa y no una simple humana repulsiva. El youkai tenía la mirada fija en ella y no perdió ni uno de sus movimientos mientras quedaba desnuda de espaldas a él, en muchos sentidos Rin no perdía su inocencia ya que aunque podía adivinar que estaba apenada para ella estar de espaldas era suficiente para sentirse tranquila.

El kimono blanco se aflojó sobre la tersa piel cayendo al piso en silencio y dejando al descubierto la línea de piernas, la curvatura suave de sus glúteos y la seducción de una espalda hermosa y deseable, tanto que la sangre youkai se aceleró bajo su piel al recibir aquella visión hecha mujer que pedía a gritos besos, caricias y pasión pero sobre todo amor, un amor que estaba listo para despertar en aquel corazón aparentemente frió y calculador. Sin poder controlarlo, un gruñido que se formaba en la boca del estómago y subía por su garganta escapó de los labios del príncipe llamando la atención de la responsable de aquella sonora demostración del más puro y sincero deseo por una mujer.

Se miraron un instante y fue Rin la primera en desviar la mirada, trataba de apartar y aplacar las imágenes latentes en su mente deseosa porque Sesshoumaru la hiciera suya para poder entregarle su virginidad a la única persona que ella había amado. Una vez con su kimono puesto tomo las ropas de su amo y se las entrego en la mano sin verlo siquiera y murmurando un 'arigato amo'

Una vez que Jaken y A-UN despertaron se encontraron fuera de la cabaña disfrutando del sol del medio día, al recorrer con la mirada el terreno frente a ellos, todo se notaba húmedo y fresco. Junto a ella Jaken miraba a su amo y a Rin como tratando de descifrar porque percibía algo distinto en los dos, la única respuesta posible era lo que el pequeño demonio sabia aun sin proponérselo, ellos estaban unidos por un sentimiento mas profundo que la admiración o el agradecimiento. Era un sentimiento tal que el mismo Jaken se sentía parte de eso, estaba en la atmósfera como energía que no se ve pero se siente en cada parte de tu cuerpo y sin razón aparente te hace sonreír.

"Rin estas bien?"

"Hai, Jaken-sama muchas gracias por preguntar!"

"mmm!"

"Es un día hermoso no parece que hubiera llovido tanto, creo que arruiné mi vestido!"

"Eso es lo de menos el amo mandara que te hagan uno nuevo!"

"....claro!"

Se quedaron un momento mas en silencio tanto que Rin se consumió en sus pensamientos, ahora que estaban a la luz del día se preguntaba porque su amo la había besado con tanto amor, su corazón y su alma se negaban a pensar que fuera por otra cosa mas que lástima por lo que cerró los ojos y se llevo ambas manos al pecho para aplacar su corazón que latía enloquecido por el recuerdo de aquel beso maravilloso e inolvidable. Estaba tan inmersa en ese recuerdo que Sesshoumaru tuvo que llamarla dos veces para obtener su atención, cuando la vio notó que la chispa de alegría en sus ojos parecía haber disminuido y eso le provocó una punzada en la boca del estómago.

"Discúlpeme Amo estaba distraída!"

"Estas lista para irte?"

"Hai"

Con agilidad montó en A-UN y inmediatamente se pusieron en marcha, todo el trayecto fue recostada en las cabezas del animal, evitando ver a Sesshoumaru que junto a ella trataba de descifrar que pensamientos eran los que ocupaban la mente de su protegida, que era la misma que se había derretido al besarla y ahora parecía huirle como si se tratara de un horrible mounstro. Escondido bajo un manto de arrogancia y frialdad Sesshoumaru decidió esperar hasta que llegaran al castillo para saber exactamente que era lo que le pasaba a Rin.

Una vez que estuvieron cerca del castillo Rin divisó justo en el centro del jardín a su nana que la saludaba con la mano extendida y gritando su nombre, tan pronto como A-UN tocó tierra la vieja youkai se le acercó caminando tan rápido como sus piernas se lo permitían, al verla Rin dejó escapar un chillido de felicidad y se lanzó en brazos de la mujer que le tocaba las mejillas tratando de comprobar que ella estaba sana y salva.

Sesshoumaru no podía apartar la mirada de Rin, no comprendía porque se sentía extraño de ver la emoción con su protegida abrazaba a Sukime, su mente y su corazón estaban teniendo una batalla por la falta de sincronía para aceptar las emociones que bullían en su pecho desde que besara a Rin. Eso le causaba una ligera incomodidad, él siempre sabía lo que quería y como obtenerlo, estaba convencido que estar con Rin era algo que deseaba desde hacía tiempo pero tantos años de soledad era un obstáculo difícil de superar para acostumbrarse a algo más, sobre todo cuando era un sentimiento que lo envolvía y aceleraba los latidos de su corazón.

Siguió caminando hasta estar frente a su habitación, y, con una rápida mirada observo a Sukime escudriñando a Rin con expresión muy triste y desolada. Sabía que su protegida no era la de siempre. Aparto la puerta con la mano y buscando la soledad de su cuarto para aclarar sus ideas, se sentó en el piso a esperar que llegara la noche.

"Sukime-sama hola!"

"Mi niña estaba tan preocupada, esa tormenta fue muy fuerte no te pasó nada?"

"Si pero llegó a tiempo para ponerme a salvo, estoy bien en serio!"

La youkai examinó a Rin y sonrió pero no creyó que estuviera bien. Ella parecía revolverse por dentro, como alguien que tiene una espina en su costado. Supo que algo había sucedido porque el característico aroma de su niña estaba mezclado con el del amo del castillo, conteniendo una sonrisa Sukime buscó las palabras adecuadas para no desatar una reacción hermética en la joven mujer.

"Pequeña en serio estas bien?"

"C-claro porque no habría de estarlo?"

"Sucedió algo con el amo? Me pareció que lo evitabas!"

"mmm! No es nada...mientras estuvimos en la cabaña el me...el me besó eso es todo!"

Sukime comprendió la amargura en las palabras de Rin y se apresuró a decirle que era algo maravilloso y sería el comienzo de una relación amorosa. Al escucharla Rin se detuvo sobre sus pasos traicionada por años de infinita espera y desilusión.

"Que quieres decir nana?"

"Que de ahora en adelante serás su pareja!"

"Te equivocas! siempre quise que me besara...me conformo con eso!"

"Rin! pero que pasó con eso de querer ser la madre de sus hijos?"

"... eso fue hace mucho tiempo, él jamás tendría hijos conmigo, como pretendes que una su vida a mi?!"

"Rin!! No deberías tomar esto tan a la ligera!"

"Y tu no deberías hacerlo tan en serio, fue maravilloso con eso basta...nana estoy cansada si quieres regañarme por favor hazlo mañana está bien?!"

Sukime se quedó de pie fuera de la habitación sin saber que decir. Rin era agradecida y sin complicaciones, y hacía mucho tiempo agonizaba por sentir que su amor por Sesshoumaru era un imposible. Se había convertido en mujer atesorando cada minuto y cada día individualmente, sin esperar que el futuro le trajera cosas mejores, para ella vivir era suficiente. La youkai reflexionó que quizás por eso era tan feliz y se propuso no decirle nada más respecto a su amo. Esperando que el solitario demonio viera en Rin a la pareja perfecta.

Rin entró a la habitación al borde de las lágrimas, las palabras de Sukime hacían espirales en su mente confundiéndola. Mientras se desvestía empezó a hablar para si misma tratando de desahogar su desesperación y sin percatarse que alguien más estaba escuchándola refugiado en las sombras.

"Pareja?? Nana!!...es que si espero eso y no sucede...no, no quiero, mis sentimientos me consumen, pero prefiero el recuerdo de sus labios, su abrazo y su preciosa sonrisa que confesarle que lo amo mas que a mi vida. Yo soy solo humana, que necesidad tendría el youkai mas fuerte y poderoso de tener el amor de una 'pequeña' como yo!"

En una esquina de la habitación, el corazón de aquel ser fuerte y poderoso se sintió conmovido por la resignación y amor incondicional que Rin expresaba al borde de las lágrimas y completamente ajena a su presencia. Pacientemente esperó a que Rin terminara de desvestirse ponerse la ropa de dormir y se acomodara en la cama.

Podía escuchar su respiración entrecortada por las lágrimas, con gracia se incorporó y en silencio se arrodilló junto a ella, con la voz suavizada por la emoción llamó su atención.

"Que sabes tu lo que yo necesito? Tu nana tiene razón deberías tomarme con mas seriedad!"

Acostada de espaldas a él Rin abrió los ojos de golpe, Sesshoumaru tenía una voz maravillosamente suave y tierna y había escuchado todas las palabras que ella reservaba para la soledad de su habitación. No tuvo que tocarse el rostro para saber que tenía las mejillas ardiendo. Después respiró profundo y con lentitud se incorporó sin atreverse a mirarlo. Tan pronto estuvo sentada Sesshoumaru cerró el espacio entre los dos tomándola por ambos brazos, al tiempo que le hablaba al oído seductoramente.

"Contestame!"

"Ss-seshoumaru..."

Cuando la escuchó decir su nombre dominada por el miedo y la emoción sintió su fortaleza flaquear. En ese momento la sujetó con fuerza y le pidió que se volviera a verlo, frente a él Rin lo miraba literalmente temblando pero con una sonrisa.

Con suavidad Sesshoumaru acarició la mejilla de Rin antes de besarla buscando la fuerza para controlar sus sentimientos, sentimientos que perforaban su pecho para salir y así convertirse en una realidad.

Mientras la besaba y exploraba el interior de su boca con la lengua le acariciaba la espalda. Subiendo sus manos hasta el borde de su pijama rozando las garras sobre su cuello con delicadeza, podía sentirla estremecerse bajo el peso de sus manos y Rin no puso resistencia cuando la acostó de espaldas sin dejar de besarla.

El segundo que sintió como Sesshoumaru aflojaba sus ropas se puso tensa, un sentimiento de excitación, felicidad e inexperiencia burbujeaban en su vientre y por un instante pareció rechazar a su amo. Consciente del sentimiento que la llenaba el youkai desvió sus besos de su boca a su cuello, mordisqueando mientras ella tragaba en silencio. Lo hacía con agonizante lentitud tomándose el tiempo para escuchar los gemidos de Rin, gemidos que sonaban como chispas de amor calentando aún más la sangre en sus venas.

Sesshoumaru podía escuchar su propio corazón latir emocionado, al sentir que había encontrado la parte faltante en su vida. Con ese pensamiento la miró un momento y esta vez la sonrisa fue brillante y sincera, suficiente para que ella aflojara todos y cada uno de sus músculos, y Sesshoumaru pudiera remover la suave tela que le impedía tener a Rin completamente desnuda para saciar su deseo.

A medida que la desvestía, iba besándola, dejando sobre su piel una calida sensación, el youkai no pudo disimular una sonrisa al contemplar las curvas de Rin, eran mucho mas abundantes de lo que había imaginado y bajo sus manos aquel cuerpo cobraba vida haciéndolo sentir ajeno al resto del mundo.

Con la mano cubrió sus senos, estimulando muy lentamente el pezón con sus dedos para después delinearlos con su boca y probarlos con la lengua. El sabor que llegaba a los confines de su cerebro era suave pero intoxicante, toda su boca se vio inundada por el aroma de Rin y los suaves jadeos acariciaban sus orejas como gotas de lluvia.

Sesshoumaru se tomó su tiempo para saborear su pecho desnudo, no quería separarse de ella, era maravilloso poder escucharla totalmente entregada a él, con su corazón abierto, latiendo de amor por él.

Rin trataba de enfocar sus ojos, para poder entender que su sueño estaba convirtiéndose en una increíble realidad. No podía creer que su amo, la única persona a la que había amado estuviera haciéndole el amor demostrando su ternura pasión pero sobre todo sus sentimientos.

Finalmente y con una calma que la hacía temblar, el demonio bajó su mano por el estómago y hasta la unión de sus piernas, separándolas con un firme pero sutil movimiento. El príncipe deslizaba sus dedos con suavidad, cuidando de no hacerle demasiado daño al introducir sus garras dentro de ella.

Era un deleite sentir cuan jugoso y tibio era el espacio que deseaba penetrar con desesperación y hasta el cansancio, dejar que su esencia corriera libre dentro de ella. Dejarla dormir y volverlo a hacer hasta que Rin perdiera el conocimiento.

Con cada centímetro que sus garras se abrían paso dentro de ella, más saboreaba los gritos, gemidos y aroma de excitación que emanaba de ella. Quería comportarse como un animal y simplemente separar sus piernas y penetrarla con fuerza, pero se contuvo tratando de recordar que ella era humana, y como tal, debería hacerlo con cuidado. No pudo dar crédito a sus oídos cuando la escuchó rogarle que lo hiciera con mas fuerza, sin pensarlo la garra se introdujo aún más, tal y como ella se lo pedía.

Al sentir el interior de su protegida húmedo y caliente el youkai retiró la mano con cuidado y frente a ella llevó aquel sabor potente y maravilloso hasta las profundidades de su garganta, lamiendo sus dedos con una sonrisa.

Por un segundo Rin pensó que Sesshoumaru no haría nada más con ella, porque parecía verla de una forma extraña, como si tratara de reconocer algo. El príncipe pudo leer la inminente pregunta de labios de Rin por lo que se apresuró a besarla al tiempo que la penetraba en toda su totalidad, sintiendo que el cuerpo de Rin tomaba su esencia prisionera entre los pliegues de su piel.

Todo el cuerpo le pulsaba y sus sentidos se agudizaban totalmente concentrado en ella. Al principio, los movimientos fueron lentos pero cuando la escuchó decir 'más' sumergida en una ola de deseo, se sintió orgulloso, poderoso, invencible. Aquella dulce voz corrompida por el deseo de hacer el amor, probaba ser un afrodisíaco potente que desataron una reacción poco común en su amo, Sesshoumaru comenzó a sentir que se transformaba en un animal y sin poder contener los gruñidos en su garganta se abrazó a Rin con fervor.

Para Rin, sentir a su amo perdido en su interior la transportaba a un mundo totalmente diferente al que hasta ahora había estado. Sin saber como ni porque, se escuchó a sí misma gritar el nombre de su amo a todo lo que sus pulmones daban. El movimiento de su miembro entre sus piernas producía una maravillosa y placentera fricción, era tal como ella lo había soñado e imaginado, robusto, largo y fuerte, suficiente para hacerle el amor toda la noche y además darle cachorros maravillosos.

Esa noche fue la primera de muchas donde Sesshoumaru le demostraría lo mucho que la amaba con sus besos sus caricias y la incontrolable necesidad de tenerla cerca todo el tiempo. Aquella noche la vió pasar de niña apenada a mujer entregada, porque cada vez que lo hicieron ella parecía más a gusto con él; con sus manos, sus labios y todo su cuerpo. Cuando finalmente las fuerzas abandonaron el cuerpo de Rin y se quedó dormida sin poder remediarlo, Sesshoumaru se acostó junto a ella y la abrazó cerrando los ojos.

Sukime se extrañó de no ver a Rin temprano, por lo que decidió ir a buscarla a su habitación temiendo que estuviera algo deprimida; iba tan distraía pensando en la tristeza de su niña, que no se percató del familiar aroma que impregnaba el cuarto. No había empezado a hablar, cuando sus ojos se toparon con los de su amo, la vieja youkai dejó caer la mandíbula en toda su extensión. Reconocía que era su amo, pero su cerebro no conciliaba la noción de Sesshoumaru en el cuarto de Rin.

Verlo con el torso desnudo y el cabello revuelto inclinado sobre Rin, que dormía plácidamente junto a él era una imagen que la youkai jamás creyó presenciar. Sesshoumaru la miraba como si fuera la única mujer en el mundo, y en sus ojos había una suave expresión. La pequeña se acurrucaba contra él, dejando ver parcialmente su desnudez cubierta a medias por la sábana. Sukime recurrió a todas sus fuerzas para no estallar en gritos de alegría, Sesshoumaru lo sabía pero no dijo nada, se sentía tan bien que estaba dispuesto a dejarlo pasar.

Aún dormida Rin se movió buscándolo con las manos, cuando le acarició el torso el youkai tomó la pequeña mano para darle un beso. Aún con los ojos cerrados Rin se acomodó más estrechamente contra él. Complacido y haciendo caso omiso de la youkai frente a ellos, Sesshoumaru tomó el delicado cuerpo y se la puso sobre el pecho deslizando los dedos por la melena azabache, instintivamente Rin se aferró a él regocijándose en la calidez del robusto pecho que la soportaba.

La youkai se quedó un segundo mas como hipnotizada, verlos así, sabiendo que bajo aquella sábana estaban completamente desnudos era una escena maravillosa, seductora e inolvidable. Sus cuerpos parecían entrelazados como si fueran uno solo, la actitud posesiva de Sesshoumaru en contraste con la fragilidad de Rin era la viva imagen del amor, una visión hermosa, como ellos.

Sin decir nada, Sukime salió de la habitación con ansías de poder cuidar y amar a los cachorros que pronto llenarían el castillo con sus risas. En el instante que ella salió Sesshoumaru se concentró nuevamente en Rin, que abría los ojos con pereza.

"Sesshoumaru que sucede?"

"Nada, duérmete pequeña!"

"umm! no me digas así ya no soy una niña!"

"Ya lo sé...eres mi mujer!"

Rin no le contestó refugiándose en su cuello, las palabras de Sesshoumaru eran su sueño hecho realidad, realidad que llenaría su vida a partir de ahora, nunca más se sintió o durmió sola, la fuerza y adoración de Sesshoumaru estarían ahí por siempre haciéndola feliz.

Fin

Espero que les haya gustado, disfrute mucho escribiéndolo, díganme que le areció y se los agradeceré montones. Muchas gracias por tomar el tiempo para leerlo