¡SORPRESA! ¿Quién dijo que no había segunda parte? XD Bueno, tampoco dije que la había ;P Pero es que tenéis que ser más listas y no fiaros mucho de mí, que a veces soy muy mala XDD No os fijasteis que el título principal y el que salía en el fic no eran el mismo? Por algo sería, ¿no? XDDD
Pues la historia continúa y este capítulo es más lemon que el anterior (cosa que no recordaba ^^) así que he decidido cambiar el rating.
Para variar responderé los reviews al principio ^_^
Sanasa, lo de la broma de los gemidos en inglés fue una de las cosas que más me gustó del capítulo, jeje. Este también te llegará antes de ir a dormir?? ^_^
Kiri, sí, Hiei se lo pasó muy bien y ya que hay segunda parte le toca el turno a Kurama XD Lo de aprender inglés ya lo hace, ya ^^
Vaslav, no será el Fast and Furious, pero creo que también te gustará ^_^ Y opino lo mismo, NUNCA lamería los pies a nadie y menos en verano!! Eccs...
Misao_chan, gracias ^^ es que el fic tiene una combinación muy buena y me encantan ciertas escenas. Este capítulo tiene una muy buena XDD
Baalberi, qué risa! Ni me había pasado por la cabeza que se podía entender así XDDD A ver (jeje), la práctica supongo que se refiere al entrenamiento, y la patrulla pues a patrullar por el Makai XD qué malpensada eres! ^^
Shakoba, sip, a mí también me gusta mucho la relación que tienen ^_^ y por eso, para variar un poco, decidí traducirlo.
Siesna, me alegra que te gustara. A ver si este capítulo te gusta más!
OH! Explico una cosa antes, al principio veréis que se empieza la frase con: " pero que la misma frase no termina con: " Eso es porque sigue hablando la misma persona, oks?
Bueno, pues ya está. Os dejo leer ya el capítulo ^_^ Que lo disfrutéis!
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CUENTA ATRÁS
(Countdown)
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"Mmm...
"Ahhh...
"Ohhh...
"Ahn... ah... sí...
"Mmm... Hiei...
"Ah...! Oh...! Sí... Sí!
"¡Oh, sí! ¡Sí!
"¡No pares, Hiei! ¡Más! ¡Más!
"Sí! Sí! Sí! Sí! SÍ!!"
Sentado desde el sofá, Hiei bajó la revista para levantar una ceja al jadeante youko del futón. "¿Fue tan bueno para mí como lo fue para ti?"
Kurama se estiró, cruzando los brazos debajo de la cabeza. Sólo llevaba una camisa y sus boxers de seda rojos. "Fue fantástico..."
"¿Tenías que ser TAN ruidoso...?"
Su amigo resopló. "Bueno, no me dejarías gritar – odio cuando no me dejas gritar. Tenía muchos gritos para hacer."
"Ya lo veo." Hiei volvió a la revista, ojeando las demasiado finas páginas y arrugando la nariz ante varias de las modelos. "El azul no es su color." Murmuró. "Y esta se ve mejor con sólo la línea en los lados de los ojos."
"¿Has encontrado algo ya, Hiei?"
"Nop. ¿Crees que ya los hemos hecho todos?"
"Imposible. Hay consejos sobre sexo en cada publicación. Seguro que nos hemos saltado algunos."
Hiei se encogió de hombros. "Bueno, ¿por qué no vienes a ayudarme a mirar en vez de estar fingiendo orgasmos en el suelo?"
"¿Quién está fingiendo?" Rió Kurama. "Y además, esperaba hacer otra ronda antes de probar algo nuevo." Se giró para quedarse estirado de lado, la cabeza apoyada en una mano, y dio una palmada en el espacio libre del futón, invitante.
Hiei le dirigió al youko una sonrisa irónica. "Lo estabas pasando bien sin mí."
"Pero será más divertido contigo." Kurama señaló.
"Rojo, hace poco que acabamos."
"No lo hace." Kurama replicó. "Ya han pasado tres horas."
Hiei parpadeó. "¿Ah sí? Supongo que mi percepción del tiempo se ha vuelto un poco distorsionada." Era de esperar, supuso, con el extraño horario que habían estado siguiendo. Desde que Kurama había jugado a uno de los juegos de 'Senderos de placer', se habían pasado los últimos días haciendo nada más que comer, dormir y follar.
"Tal vez *sí* que los hemos hecho todos." Dijo Hiei, siguiendo ojeando la revista. "Nos hemos pasado días jugando con estos libros. No creo que tengamos nada nuevo que probar..."
"¿Quién dice que tiene que ser algo nuevo, entonces?" Kurama arrulló. "Siempre podemos hacer uno de los viejos trucos..."
"Preferiría hacer algo nuevo." Admitió Hiei y se detuvo pensativo. "Pero esa cosa con las esposas y los donuts... Sí que lo haría otra vez."
Kurama lamió sus labios. "Sí – y el truco de la ducha con el palo de la cortina... lo haría otra vez."
"Yo no." Contestó Hiei con una mueca. "La parte inferior de la espalda todavía me duele cuando me agacho... ¿Qué tal esa cosa con los plátanos?"
"Noh-uh. Estoy lleno de plátanos. Ey, podemos hacer esa cosa de los azotes otra vez."
"No. Eso fue humillante. Nunca lo haré otra vez, a menos que YO dé lo azotes."
"Aguafiestas."
Hiei medio sonrió y pasó la página. La siguiente cabecera llamó su atención. Kurama le había dado un curso intensivo en literatura inglesa, y ahora tenía soltura – o al menos sabía leer. Dudaba que pudiese decir una en inglés para salvar su vida, pero podía entender el lenguaje escrito. Echó una ojeada al artículo y se quedó mirando la cabecera de nuevo. Interesante... "Rojo." Le llamó en voz baja. "Creo que he encontrado algo."
"¿Oh?" Kurama gateó hacia él, intrigado. "¿Qué?"
Hiei giró la revista para que así su amigo pudiera ver el artículo. Kurama sonrió y alargó el brazo para cogerlo, Hiei lo alejó y se la escondió detrás de su espalda. "Es mi turno."
"No, no lo es." Protestó Kurama. "Estuviste arriba la última vez."
"Bien, también estaré arriba esta vez."
"¿Quién lo dice?"
"Lo digo yo."
"Eso no es suficiente."
"Está bien, entonces... Lo dice el libro." Hiei asintió con decisión. "Quien tenga la revista, tiene el poder."
Kurama levantó una ceja. "Oh, ¿de verdad?"
"De verdad. Además, tú eres el hombre."
"Ah, pero tú siempre te ríes de mí de lo afeminado que me veo. Así que, eso te hace a ti el hombre."
"No soy un hombre – soy un demonio macho. Los dos no son necesariamente lo mismo."
"Bueno intento. Dame la revista."
"No."
Kurama saltó hacia él y Hiei salió corriendo del sofá para evitarle. "¡No te escapes, Hiei!" Su amigo ordenó. "¡Quédate y lucha como un hombre!"
"No soy un hombre – soy un demonio ma -- ack!" Esquivó el cojín del sofá y después a su atacante compañero. "Kurama." Reprendió riendo. "Es sexo, no un torneo."
"Me gusta el juego violento." Su amigo respondió con una sonrisa maliciosa.
"A mí no me gusta tanto..."
"Lo sé – eres una chica."
"Bien, entonces eso te hace el hombre. Por lo tanto, yo estoy arriba y tú abajo." Señaló el futón. "Venga, al suelo."
Kurama se cruzó de brazos, desafiante. "No. Es mi turno estar arriba. No quiero estar abajo."
Hiei abrazó la revista cerca de él y miró de modo suplicante al pelirrojo. "¿Por favor?"
Kurama puso los ojos en blanco y miró hacia otro lado, agitando una mano. "Dios Hiei, no hagas lo de los ojos..."
Hiei inclinó la cabeza e intensificó la mirada. "¿Por fa, Rojo?"
Kurama se giró, pero mantuvo los ojos cerrados. Se estaba esforzando de no sonreír. "Hiei, no pongas esa cara..."
"¿Venga, por favor?"
"Hiei--"
"¿Por fi? ¿Por favor, por fa?"
Kurama soltó una risa y caminó hacia él, viéndose vencido. "Tienes suerte," Empezó, tomando a Hiei por los hombros y acercándolo hacia él. "que tu cara tenga las mismas dimensiones que las de un gatito." Sonrió y se inclinó para besar el cuello de Hiei.
"Sí." Hiei reconoció, cerrando los ojos y inclinando su cabeza para tentar a su amigo a que continuase. "Estoy seguro, ¿a que sí? Todo el mundo piensa que soy mono... ¿Por qué no empecé a explotar eso hace años...?"
"Sí... eres mono." Kurama asintió, las manos serpenteando por el cuerpo de Hiei. Los labios del pelirrojo eran suaves y húmedos en su piel. "Y eres pequeño... y bajito... y ¡Abajo!" Gritó, quitándole la revista y retrocediendo.
"¡Eh!" Hiei espetó enojado. "¡Me has engañado!"
"Todo vale en el amor y en la guerra, Hiei."
"Nada de eso se refiere a nosotros, Kurama."
"Entonces todo vale en el amor, en la guerra y en la lujuria." Kurama sonrió con malicia y señaló el futón. "Trae tu culo aquí."
Hiei alzó una ceja. "¿Sólo mi culo?"
"Es la única parte de ti que necesito."
"Entonces lo llevaré todo – sólo para molestarte."
Hiei volvió al futón con paso airado. Sintió que Kurama le seguía de cerca, así que cuando se acercaron al colchón, se giró y abordó al youko."
Kurama gritó cuando Hiei le empujó al suelo y durante unos momentos lucharon de modo amistoso para dominar. Hiei sabía que ninguno de los dos se estaba tomando la lucha en serio. Después de todo, no importaba quien terminase con la revista, ambos ganarían.
Gimió fingiendo desesperación cuando Kurama le sujetó, poniéndose a horcajadas sobre sus caderas y presionando su espalda contra el suelo. Empujó el brazo del youko con su mano libre, pero el pelirrojo le tenía bien cogido.
"¿Te rindes?" Preguntó su amigo, rozando la entrepierna de Hiei.
Hiei le dirigió al youko una media sonrisa y movió su mano libre para empezar a golpear su puño contra el suelo. "¡No pares, Kurama!" Gritó al máximo que le permitían sus pulmones. "¡Más! ¡Más!"
Kurama había empezado a reír disimuladamente tan pronto como el primer 'más' había salido de su boca. "Hiei." Consiguió decir entre risa. "¡Para!"
"¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más!"
"¡Hiei, para ya!" Kurama gritó horrorizado. Aunque todavía estaba riendo. "¡La gente de debajo nuestro... los vecinos...!"
Hiei tiró hacia atrás la cabeza y golpeó el suelo más fuerte con cada palabra. "¡Ah! ¡Ah! ¡Shuichi! ¡Shuichi! ¡No pares! ¡No pares nunca!"
"¡Hiei!" Kurama gimió, moviendo ambas manos para apagar sus gritos. "¡Cállate!"
Aprovechando la oportunidad, Hiei dio la vuelta y arrebató la revista. Se sentó a horcajadas sobre las caderas de Kurama y blandió el libro. "Gané."
Kurama empezó a acariciar sus muslos. "Pero te gusta estar abajo." Dijo con tristeza.
"Nunca dije que no." Hiei le sonrió a su amigo. "A ti también te gusta estar abajo."
"Nunca dije que no."
Hiei le sacó la lengua al youko.
Kurama medio sonrió. "Si vas a sacar tu lengua fuera, haz algo con ella."
Hiei puso los ojos en blanco. "Oh, Rojo... puedes hacerlo mejor que eso." Se inclinó hacia abajo y besó a su amigo, pero no utilizó su lengua para nada, manteniendo el contacto con el mínimo roce de labios. Aplastó la mano errante de Kurama y sonrió ante la mirada interrogativa del youko. "Dilo."
"¿Decir qué?"
"Gané."
"Oh, está bien... Gané."
Hiei entrecerró los ojos y pellizcó la mejilla de Kurama. "Sabelotodo. Sabes qué quiero decir."
"Ah. Lo sé. Ganaste." Kurama sonrió y dejó caer los brazos hacia atrás, abriendo las piernas de par en par y mostrando su cuello. "¿Me violarás ahora?"
"En realidad, estaba pensando en sólo sentarme aquí..."
Kurama pellizcó su muslo.
"¡Au!"
"Después de lo que hemos pasado para tenerme aquí abajo, sería mejor que me hicieras pensar que al menos valió la pena." Frotó el lugar que acababa de pellizcar. "Lo siento."
"Lo dejaré pasar... Sólo esta vez."
"Eres muy amable..." Kurama pestañeó. "¿Entonces a qué vamos a jugar?"
"99 Cosas que Hacerle a un Hombre Desnudo."
"Suena divertido..." Luego el youko sonrió maliciosamente. "¿Pero estás seguro de que puedes contar tan alto?"
"Muy gracioso." Hiei golpeó el lado de su amigo.
Kurama hizo una pequeña exclamación de dolor. "¿Era esa una de las 99 cosas?"
"No." Hiei se inclinó para besar al pelirrojo otra vez, deteniéndose a meros milímetros de la boca de su amigo para soplar en los labios fruncidos y luego los rozó ligeramente. Cuando se retiró Kurama levantó su cabeza para tratar de seguirle. Hiei se sentó con una media sonrisa. "Aunque eso lo era."
"¿Qué era? ¿Torturarme?" Kurama alargó su brazo y cogió la parte delantera de la camiseta. El youko le estiró hacia abajo y Hiei puso sus manos en ambos lados de la cabeza de su amigo para evitar que sus rostros chocaran. Kurama sonrió. "¿Vamos a hacer las 99 cosas?"
Hiei soltó una risa, rozando con su boca la del pelirrojo otra vez antes de moverse hacia su oreja. "Nop. Algunas de ellas no las podemos hacer." Recorrió con la lengua los bordes. "Porque requieren pechos, cosa que yo no tengo."
"Mejor que no." Kurama masculló. "O tendrías que darme algunas explicaciones... Aunque, tal vez no sería tan malo. Entonces podría tenerlo casi todo."
"Pero entonces nunca me dejarías en paz." Hiei señaló, mordisqueando el lóbulo de la oreja del youko.
"Lo dices como si fuese algo malo..."
"Supongo que no lo es." Hiei lamentó, encogiéndose de hombros, sentándose para empezar a trabajar en los botones de la camiseta sin mangas de Kurama. "Por cierto, esto te hace parecer una chica..."
"Muy gracioso."
"Oh, no estaba bromeando."
"Me maltratas tanto." Sollozó Kurama, colocando un brazo sobre los ojos. "Tanto emocional como físicamente. Debería dejarte."
Hiei resopló bajito y jugueteó con uno de los últimos botones. Estaba enredado en un hilo de la camisa. "¿Por qué nos molestamos en volvernos a vestir otra vez? No vamos a ir a ninguna parte..." Forcejeó con el botón rebelde unos instantes más antes de suspirar bruscamente. "Rojo, ¿puedo arrancarlo?"
"Hiei, tenemos reglas sobre no estropear la ropa del otro."
"Pero es una camisa fea de todos modos." Tiró de la tela. "¿qué importa si se estropea? Es horrorosa."
"Hablemos de esa camiseta azul marino tuya, entonces."
"Eso es diferente. Sabía que se estropearía."
"Ya."
El botón con el que se estaba peleando saltó. "Uups." Dijo, sabiendo que no sonó demasiado a disculpa.
Kurama movió su brazo y le dirigió una mirada a Hiei. "Vas a coser eso de nuevo, ya lo sabes."
"Kurama, es fea." Acabó con los botones y abrió la camisa. Inclinó su cabeza para rozar con las suaves puntas de su pelo los pezones de su amigo.
Kurama suspiró suavemente, sus dedos fueron a acariciar el pelo de Hiei. "Deja de meterte con mi ropa."
"Pero es tan fácil." Hiei protestó. "Sobre todo cuando llevas chismes como esa cosa." Besó el lado de abajo de la barbilla de Kurama antes de moverse para pasar su lengua por cada uno de los pezones de su amigo. Después se sentó, metió un dedo en su boca y lo humedeció con su saliva. Utilizó el húmedo dedo para trazar los bordes del oído de Kurama. "No tienes lencería ni vestidos, ¿verdad?"
"No." Respondió Kurama, sonando un poco confundido.
"Bien." Hiei se fue hacia atrás, estando sentado así a horcajadas sobre los muslos del youko. " Porque de ninguna manera me pondría esas cosas..."
Kurama rió ligeramente. "No sé... Me gustaría verte con un vestido..."
"Sueña con ello entonces, porque no pasará." Rozó la unión de los muslos de Kurama con sus dedos. "Dime si me veo bien, ¿vale?" Curvó la mano alrededor de la longitud de Kurama y empezó a acariciarlo a través de la tela de sus shorts.
Kurama se deshizo completamente de su camisa y la tiró a un lado. "Si te ves realmente bien con él, te compraré uno." Prometió, su miembro empezando a endurecerse en la mano de Hiei.
Hiei resopló y se inclinó de manera que estaba casi doblado, quitando su mano de la erección cubierta de seda de Kurama y sustituyéndola por su boca. Ascendió por la longitud principalmente con sólo sus labios, saboreando el suave y sorprendido "Ahh" que Kurama hizo. Recorrió con la lengua la hendidura antes de retirarse, sentándose otra vez y poniendo una pequeña cara.
"No me importa lo cara que sea. La seda sabe horrible."
Kurama alargó las manos para cogerle y Hiei dejó que el youko le llevase hacia abajo. Se acomodó encima arriba de su amigo, su cabeza al nivel de la del pelirrojo. Kurama presionó sus labios contra el hombro de Hiei. "¿Cuándo llegaré al paso dos?" Preguntó, moviendo sus caderas en un diminuto círculo.
"No hasta más tarde." Hiei susurró al oído del youko. Con sus labios bajó por un lado del cuello del pelirrojo y lamió su yugular. Pero en vez de ir mordiendo, como normalmente habría hecho, empezó a chupar la piel – fuerte. Kurama se retorció un poco, moviendo su cabeza un poco para mostrar más de su garganta.
"¿Puedo moverme?" El youko preguntó en voz baja.
Hiei se encogió de hombros. "No me importa." Llevó sus labios tan cerca del oído del pelirrojo que casi lo estaban tocando. "Pero," Susurró. "intenta tomar las riendas y estás jodido."
"¿Es eso una promesa?"
Hiei puso los ojos en blanco, girando la cara de Kurama hacia él con un dedo. "Haces que quiera estrangularte a veces, ¿lo sabes?" Besó al youko antes de que éste pudiera replicar, jugando con los labios de su amigo más que pidiendo estar dentro. Un momento después, las manos de Kurama estaban acariciando sus omóplatos por encima de su camiseta negra. Mordisqueó el labio inferior del pelirrojo y cuando su amigo abrió la boca capturó la lengua que salió, para jugar con sus dientes y aspiró. Las manos de Kurama se movieron desde sus hombros a la parte inferior de su espalda.
Cuando se separaron por aire, Hiei se deslizó hacia abajo para dejar un beso en el pezón izquierdo de Kurama. Frotó su mejilla por él, mientras atrapaba el otro entre su pulgar y su dedo índice. Cuando retorció el que tenía cogido, rápida y bruscamente, Kurama soltó un mitad grito, mitad gemido, y una mano subió para enredarse en el pelo de detrás de la cabeza de Hiei. La otra permaneció en el final de la columna de Hiei. Hiei rió ligeramente. Sabía lo que Kurama podía aguantar – no había tirado lo bastante fuerte como para hacer daño de verdad. Pero el hecho de que podría hacerlo era parte de lo que lo hacía tan divertido. Él se 'disculpó' besando el endurecido trozo y se sentó otra vez.
"¿Podemos ir al grano ahora?" Kurama preguntó, sin aliento. "No hay necesidad de nada tan prolongado – estamos de vacaciones y en perpetuo estado de calentura."
"Lo siento." Respondió Hiei, tomando una de las manos de Kurama y chupando el dedo índice. "Todavía tengo 34 cosas más que hacer." Continuó, lamiendo alrededor del dedo en una erótica mímica de otra actividad.
"¿Quieres decir que estás contando?" Kurama gimió desesperado, sus ojos entrecerrados mientras miraba a Hiei chupando su dedo.
Hiei sonrió y encogió un hombro. "Agradece que omití algunas, entonces. De todas formas no se podían aplicar a nuestra situación." Se detuvo pensativo, recordando una de las sugerencias. "Aunque esa de acercarme sigilosamente por detrás mientras lavas los platos... quizá lo hago después..."
"Sigue entreteniéndote y *tú* lavarás los platos – después de que cosas mi botón en su sitio."
Hiei levantó una ceja. "¿Has visto el montón de platos en el fregadero? Si los voy a lavar, mejor que empiece ahora." Se movió para levantarse.
Las manos de Kurama agarraron sus caderas como una enredadera. "Si te marchas ahora, mueres."
"Ohhh." Hiei suspiró. "¿Una 'muerte' shakesperiana?"
El youko gruñó. "Duermes tan bien en el sofá..."
"Eso está bien. He estado queriendo llegar a conocerme a mí mismo otra vez, de todos modos."
"Hiei, deja de ser un imbécil y sigue con ello."
"¿Estás premenstruando, Kurama?" Hiei preguntó con una pequeña media sonrisa. "Porque estás siendo una perra."
El pelirrojo movió sus manos y pellizcó ambas nalgas de Hiei.
"¡Au! ¡Au! ¡Para ya!" Hiei apartó las manos. "¡Está bien! ¡Está bien! ¡Pero para!"
Kurama abandonó su asimiento y sonrió dulcemente. "Compensaré a tu trasero más tarde." Prometió.
"Mejor que sí." Hiei murmuró. Se frotó intencionadamente contra dura erección que Kurama estaba soportando – no muy pacientemente, Hiei tenía que añadir. Tomó las manos de Kurama y las puso en su pecho.
"Arráncala." Le instruyó cuando el pelirrojo levantó una ceja.
Kurama lamió sus labios. Agarró bien la fina tela y la rasgó con poco esfuerzo, haciéndola trozos. "Me encanta hacer eso." Comentó, recorriendo con sus manos l pecho de Hiei y alrededor de su espalda para finalmente ir a descansar en sus caderas otra vez.
"A mí también me gusta hacerlo." Hiei contestó intencionadamente. "Pero ya ves, a alguien no le gusta cuando le arranco su ropa." Antes de que Kurama pudiera replicar, Hiei se inclinó hacia delante hasta que estuvo casi tumbado encima del pelirrojo, alargando el brazo para coger el tubo de lubricante que había estado olvidado no muy lejos del futón. Se detuvo un momento, un suave y sorprendido "Ahn..." escapó de sus labios cuando Kurama se aprovechó de su posición para tomar un pezón en su boca, las manos acariciando la piel desnuda de su espalda. Hizo ver que buscaba el tubo con sus dedos, dejando tiempo para que Kurama deslizase sus pantalones tan abajo de sus piernas como fuese posible.
Cuando el lubricante estuvo en sus manos, Hiei de mala gana se apartó de la boca y se sentó de nuevo. Puso el tubo en su boca mientras quitaba los boxers de Kurama. Tiró los shorts en la misma dirección en la que el resto de la ropa había ido, y luego levantó una rodilla, después la otra para acabar despojándose de sus pantalones, que pronto se unieron a la desechada ropa.
Con una mano y sus dientes Hiei abrió el tubo. Con la otra mano tiró de Kurama para que se sentara. El youko obedeció sin hacer ningún comentario y Hiei se echó un poco hacia atrás para dejar que el pelirrojo doblase las rodillas y las abriese Hiei cogió la mano derecha de Kurama y aplicó una generosa cantidad de lubricante en sus primeros dos dedos. Era un poco difícil, ya que el tubo estaba doblado y vaciado de una manera extraña – prueba de la prisa que tenían normalmente cuando lo utilizaban. A menudo, se estaban divirtiendo tanto que casi se olvidaban del pequeño detalle conocido como lubricación, y tenían que apresurarse a cogerlo sin disminuir el ritmo.
Con la mano de Kurama lista, Hiei dejó el tubo en el suelo y luego bajó de golpe hacia la desnuda excitación del youko. Se detuvo justo para soplar en la punta, escuchar el angustiado gemido de su amigo y después tomó tanto de ella como pudo. Mantuvo al pelirrojo sujeto con una mano y la otra viajó a varias partes del cuerpo inferior de Kurama: el interior de sus muslos, el abdomen, los rizos donde la nariz de Hiei estaba casi escondida. Hizo cosquillas bajo la línea de los testículos del youko, escuchando los gemidos de Kurama hacerse más fuertes.
Cuando sintió el primer dedo lubricado encontrar el pliegue de sus nalgas, gimió – en parte para vocalizar su placer y en parte para darle más a Kurama zumbando alrededor de la erección en su boca. El dedo le penetró y Hiei correspondió mamando más fuerte en la dureza de Kurama, humedeciéndola con tanta saliva como él podía y utilizando su lengua para girar alrededor de ella, justo como a el youko le gustaba.
Cuando el segundo dedo se unió al primero y empezó a moverse en tentadores círculos introduciéndolo dentro y fuera. Hiei abrió los ojos y alzó la mirada para así poder ver a Kurama. El youko se inclinó hacia delante pudiendo así besar la parte de arriba de la cabeza de Hiei y sacó sus dedos. Se volvió a estirar en el futón otra vez.
Hiei se colocó encima de la excitación de Kurama, rondando la punta por un momento. Descendió sólo un poco, de modo que la punta rozó su piel y Kurama gimió.
"Hazlo." Era más una súplica que una orden. "Ahora."
Así que lo hizo; rápidamente, casi dejándose caer se impelió en la erección del youko. Le tomó un momento o así para acostumbrarse a la sensación. Se levantó una vez y bajó de nuevo. Esperó unos segundos y luego lo volvió a hacer. Cuando se detuvo la segunda vez, Kurama forcejeó para sentarse una vez más. Se besaron; una brusca, carnal y hambrienta acción, pasando los dedos por el pelo del otro.
Hiei rompió el beso, e inmediatamente empujó a Kurama hacia atrás. Ahora cómodo con la sensación de la erección de Kurama dentro de él, empezó a moverse. Arriba y abajo... arriba y abajo... arriba... y abajo.... Rápidamente, no queriendo romper el ritmo, sacó la mano de Kurama de su propia excitación medio introducida y casi perdió su equilibrio.
"No." Logró decir, esforzándose para seguir yendo al mismo ritmo a pesar de la casi caída, que hubiese sido un tanto dolorosa para ambos.
La voz de Kurama era una mezcla de éxtasis y confusión. "¿No quieres--?"
Hiei le interrumpió con una sacudida enfática de su cabeza. Ahora era plenamente consciente de su propia erección. Apenas se había dado cuenta de que tenía una antes – había estado tan ocupado... Oh, bueno... en lo que se refería a actividades entre sábanas, Kurama tenía la creatividad, pero Hiei tenía la resistencia.
Cuando sintió a Kurama intentando empujarse contra él, rugiendo extranjeros gritos de placer – inglés, Hiei se fijó irónicamente – sabía que era casi el momento. Así que se detuvo. Se encorvó un poco, jadeando y un poco sudado, cerrando los ojos en la cara de los impulsos de su amigo para que continuase.
"Hi-ei." Kurama se quejó. "¿Por qué paras...?"
Hiei no contestó. En vez de eso empezó a levantarse, dejando que Kurama saliese de él. Como esperaba, el acto no le sentó demasiado bien al pelirrojo.
"¿Dónde narices crees que vas?" El youko gimió. "Vuelve aquí ahora. ¿Por favor...?" Añadió cuando Hiei no obedeció.
Hiei escupió una pequeña risa y cogió el lubricante otra vez. Ahora tenían que darse prisa, por si acaso Kurama perdía su erección y tuviesen que excitarse de nuevo. Hiei tenía resistencia, sí... pero no creía que pudiese esperar mucho más.
"Arriba y gírate." Pidió jadeante, mordiéndose su labio inferior.
Kurama se apresuró en hacer lo que le había pedido, poniéndose a gatas. Hiei gateó hacia delante, mordisqueando la parte inferior de la rodilla de Kurama antes de subir los labios para besar cada una de las nalgas de su amigo. Después se levantó, agarrando las caderas del pelirrojo y rozando con la punta en la hendidura del youko.
"¿Preparado?" Consiguió decir.
Kurama asintió y Hiei se introdujo. Kurama gimió y Hiei hizo lo mismo cuando estuvo encerrado en el pasaje del youko. Cuando estuvo completamente dentro de su amigo casi se cayó encima de la espalda del pelirrojo. Kurama se contoneó, acostumbrándose a la sensación, luego gimió y empujó hacia atrás.
Ese fue todo el ánimo que Hiei necesitaba. Empezó a moverse otra vez; el primer par de empujes fueron torpes, pero después la velocidad fue establecida. En vez de ser arriba y abajo, ahora era hacia atrás y hacia delante. Apretó sus ojos cerrados mientras aceleraba el ritmo. Sabía que estaba gimiendo, pero sus propias vocalizaciones fueron ahogadas por los gritos de Kurama – que periódicamente se convertían en ensordecedores rugidos, dando a entender que Hiei había dado en ese lugar.
Unos minutos después, Kurama soltó el infame frito que significaba su liberación. Su cuerpo se contrajo y se estremeció debajo de Hiei, y la semilla del pelirrojo probablemente fue derramada en las sábanas. Hiei hizo varios empujes más. Nunca había sido tan ruidoso como Kurama; esta vez sólo soltó un pequeño gemido cuando llegó al clímax, los dedos clavándose en las caderas de Kurama. Cuando hubo acabado, se dejó descansar en la espalda de Kurama y el youko con cuidado bajó a ambos al futón.
Durante un largo rato, ninguno de ellos dijo nada. Hiei estaba jadeando, y podía oír y sentir a Kurama hacer lo mismo, las inspiraciones del youko hacían que Hiei subiese y bajase con ellas. El pelo rojo de Kurama estaba enmarañado y apelmazado en la mejilla de Hiei. Los minutos pasaron.
"¿Sabes qué?" Kurama preguntó en voz baja.
"¿Ahn?"
"... Definitivamente voy a renovar mi suscripción."
Hiei se rió ligeramente y rodó fuera de su amigo. " Son divertidos..."
"Sí que lo son. Me pregunto por qué no te los he enseñado antes..."
Hiei se tumbó sobre su estómago en el futón. "Yo no sé tú, pero yo estoy listo para una siesta ahora."
"Yo, también." Kurama reconoció con un bostezo. "Hacemos otra ronda de aquí 3 horas o así?"
"Claro."
El youko se estiró de lado junto a él. Hiei no tuvo que abrir los ojos para saber que la cara del pelirrojo estaba justo delante de la suya. "... Di Hiei... ¿si en un momento voy al sex shop y cojo un vestido... te lo pondrías para la próxima ronda?"
"No."
"¿Por favor?"
"No."
"¿Por fa?"
"No."
"¿Venga, por favor?"
"No."
"¿Por fi? ¿Por favor, por fa?"
"No."
"Ni siquiera si--"
"No."
Kurama suspiró y Hiei le escuchó dejarse caer sobre su estómago. "No eres nada divertido."
"Soy muy divertido."
"Entonces vístete guapo para mí."
"No."
"De acuerdo... Pero tan pronto como nos levantemos, recuerda que tienes platos que lavar y botones que coser."
Hiei bufó. "De acuerdo. Y tú puedes salir y comprarme unas camisetas nuevas. Mi reserva tiende a reducirse cuando me quedo aquí. No me imagino el por qué..."
Kurama se rió disimuladamente. "... Nah. Prefiero no hacer nada y follar como conejos."
Hiei medio sonrió. "Te veré en tres horas."
"... ¿Hiei?"
"¿Hm?"
"... estaré arriba la próxima vez, ¿verdad? Es mi turno."
"Sí, estarás arriba...
"... tal vez...."
~ OWARI ~
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Yo también quiero arrancarle la camiseta a Hiei!!! (ya empiezo a pervertirme... XD) Lo mejor del capítulo? Cuando se pelean por la revista XDD me encanta! Y cuando Hiei empieza a dar golpes en el suelo... me parto XDD
Espero que os haya gustado!!!
Muchas gracias por los reviews!!!!!!
Mata ne!
