Harry Potter y todas las marcas relacionadas son propiedad de J. K. Rowling
y de Warner Bros.
Aviso: Este relato incluye spoilers sobre el quinto libro.
Sentimientos
La noche siguiente a la presentación de su nuevo profesor, ninguno del grupo pudo dormir con tranquilidad. Harry porque la mención que hizo Seth de la muerte de Sirius había vuelto a abrir las puertas del recuerdo y revivía en sueños aquél momento. Neville porque las constantes noticias de la guerra que se estaba librando fuera de aquellos muros le recordaban la anterior, cuando sus padres sufrieron horriblemente a manos de los mortífagos, quedando locos para toda la vida, recluidos para siempre en San Mungo.
En cuanto a Ron y a Hermione, había algo que desquiciaba su sueño, algo que no podían concretar y que tenía que ver con la actitud de Seth hacia ellos. ¿Cómo los había tratado? Como si fueran pareja formal. ¿Cómo había actuado ante sus disputas? Como ante disputas de enamorados. Claro que no había hecho mención directa, pero en este caso era como si lo hubiese gritado. El efecto era el mismo. El mero pensamiento hacía que diesen vueltas y más vueltas, sin poder dormir.
Cuando al fin se durmió, Ron soñó algo típico de adolescentes. Llevaba mucho tiempo soñando lo mismo, pero aquella noche era más nítido, más detallado, y por supuesto, estaba relacionado con Hermione.
En cuanto a Hermione, aquella noche soñó algo distinto. Antes había soñado con aquél amigo que había ascendido en su carrera de Quidditch. Pero ahora Ron era el protagonista.
Por fin, cuando todo el castillo dormía. Alguien se levantó de uno de los cuartos de Slytherin. Era un chico rubio de 16 años de edad.
En la sala común de Slytherin, frente a un fuego que debería estar apagado hace mucho pero que ardía aún con vivacidad, esperaba Seth. Estaba vestido con la túnica y los símbolos propios de su posición como Gran Mago de la Orden.
-Le esperaba, señor Malfoy.
Draco, simplemente, no pudo responder. No sabía qué hacía ahí, quién era aquél hombre, ni si aquello era un sueño.
-Despacio, señor Malfoy.-respondió el otro mago a las pregntas sin formular de su interlocutor.- Está aquí porque yo le he llamado, soy el nuevo Profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras y, no, esto no es un sueño.
-¿Es usted el nuevo? ¿El que vino con los estudiantes? ¿Por...
-Porque necesitaba localizar a algunos estudiantes. Entre ellos, usted, señor Malfoy.
Otra vez, respondió a una pregunta no formulada.
-La razón por la que le he llamado es la siguiente: puedo anular el control que ejerce el Señor Oscuro en vuestro padre. Pero, primero, necesito saber dos cosas. La primera es si deseáis que vuelva con usted y su madre.
-Sí que lo deseo. Es mi padre, al fin y al cabo. No debe ser esclavo de ningún mago.
-Bien. Necesito saber si vuestro padre, Lucius Malfoy, tuvo alguna vez algún gesto de afecto. Sé que es muy personal. Pero si voy a desafiar a Voldemort liberando a uno de sus mortífagos, debo estar seguro de que vale la pena.
Draco ahondó en sus recuerdos. Recordó que, a pesar de su aspecto, su padre sí que era capaz de demostrar buenos sentimientos.
-Así es. Más de una vez.
Y con aquellas palabras, se desencadenó de nuevo la lucha de la Orden por recuperar el control de la magia.
-Puede retirarse a dormir, señor Malfoy.
Eso hizo. Mientras tanto, Seth clavó las instrucciones para el siguiente día en el tablón. E hizo lo propio en todas las demás salas comunes. Al llegar a Griffyndor, se detuvo un momento.
Registró los sueños de sus nuevos alumnos, y descubrió que, más o menos tranquilamente, todos dormían.
-Bien. Van a necesitar ese descanso. -Y terminó de clavar el aviso sobre el tablón.
Al día siguiente, el sol de finales de verano iluminó el lugar. Era más que aceptable, teniendo en cuenta que Inglaterra no se distingue precisamente por su gran cantidad de días de sol.
Pero la verdadera sorpresa se la llevaron los alumnos. En cada tablón de anuncios, estaba clavado el mismo anuncio. Con autorización de Dumbledore, el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras llamaba a todos los alumnos al claro entre la escuela y el Bosque Prohibido, frente a la cabaña de Hagrid, después del desayuno. Firmaba un tal Seth Garner.
La mayoría de alumnos se sorprendieron. Dada la mala experiencia con Dolores Umbridge el año pasado, nadie había echado en falta la asignatura (excepciones como la de Hermione aparte), y no se esperaban aquella iniciativa.
En cuanto a los que sabían de la existencia del nuevo profesor, su asombro era mucho menor. Empezaban a conocer a aquél mago.
Aunque Draco casi se muere del susto, al reconocer que lo de anoche no fue un sueño.
- Estuvo aquí.
Sus dos compinches casi preguntaron algo, pero se abstuvieron, al ver la cara que ponía Draco. Este se preguntaba si ese mago misterioso era realmente capaz de desafiar al que todos temían. Al menos, su aspecto era extraño. No reconoció los símbolos. Un momento, sí. Recordó comentar a su padre que alguno de sus antepasados perteneció a una Orden con ese símbolo. Pero de aquél episodio familiar de los Malfoy, hacía mucho, muchísimo tiempo.
Durante el desayuno, Hermione y Ron no se dirigieron la palabra, cosa que extrañó a Harry. Echaba en falta sus discusiones. Si discutían, era porque estaban molestos, enfadados, etcétera. Pero si se quedaban en silencio ¿A qué podía deberse?
Justo después del desayuno, toda una riada de alumnos se dirigió frente a la cabaña de Hagrid,él mismo hablando con el resto de profesores. Era extraño. ¿Por qué iban a venir todos? Pero sólo Draco podría haber respondido a eso. En cuanto a Hagrid, saludó a sus amigos.
-¿Saben que el bosque se ha vuelto muy tranquilo desde la llegada del nuevo? Es como si los centauros trataran de alejarse lo máximo posible de él. Todo, absolutamente todo, está tranquilo.
Harry, Hermione y Ron sabían a qué se refería, pero evitaron nombrar al hermano "pequeño" de Hagrid.
Pero cuando Seth empezó la clase, todos callaron. Sólo Draco lo recordaba así, con su capa y sus símbolos. Pero nadie sabía de su capacidad para llamar la atención de una concurrencia numerosa.
-Buenos diás, alumnos y Profesores. En primer lugar, quisiera agradecerles a todos haber venido a una hora tan especial. Pero debo decir que los tiempos son especiales. Se está librando una guerra ahí fuera. Y por eso, la asignatura que voy a impartir, es más importante, si cabe, que antes. Tenemos que estar atentos, preparados y dispuestos ante la amenaza que se cierne sobre nosotros. Pero eso no significa que debamos retroceder ante ella o considerarla invencible. No. Precisamente por eso he pedido la posibilidad de una clase fuera del castillo. Como sabrán, dentro del mismo no se puede Aparecer o Desaparecer. Y necesito esa facultad para demostrarles una cosa. Que hasta la dominación que ejerce la oscuridad sobre los mortífagos puede ser destruida. Sí, aquellos que escaparon de Azkaban.
Sólo Draco esperaba lo que pasó a continuación. Seth trajo a Lucius Malfoy de la presencia de Voldemort. Antes incluso de que alguno de los presentes pudiera pestañear, sacó su varita y la dirigió al mortífago.
-¡Petrificus totalis!
Lucius, petrificado, no pudo moverse.
-¡Curse Invertio!
Esta vez, los efectos se demoraron. El rostro de Malfoy se contrajo y pareció establecerse una lucha. Era la lucha entre la fuerza que pugnaba por retenerlo bajo el poder de Voldemort y la fuerza que trataba de liberarlo.
Después de unos minutos que parecieron siglos, el ahora ex-mortífago se desplomó al suelo. Seth sudaba, el esfuerzo había sido enorme, como el riesgo. Pero valía la pena. Había conseguido la atención y el respeto del alumnado. Y minado el temor que provocaba el Señor Oscuro sobre ellos. Se guardó su varita.Aunque no todo estaba tan bien. Esperaba que la fuerza que unía a los Malfoy fuera bastante para evitar que volviera a caer bajo el poder de Voldemort. Si no fuese así, tendría que acabar con él.
Por fin, rompió el silencio que se había apoderado de la zona.
-Puede que tarde un poco en recuperarse. Mejor será que lo lleven a la enfermería. Pueden retirarse, la clase ha terminado. A partir de ahora, tendremos clases normales y horario normal... a menos que se presenten complicaciones.
Varios alumnos y profesores se llevaron a Lucius Malfoy, mientras Draco los seguía de cerca. No podía creer que su padre estuviese ahí, y libre por fin.
En cuanto a Harry, estaba todavía más boquiabierto. Nunca pensó que alguien que no fuera Dumbledore pudiera tener el valor de desafiar así a Voldemort.
-Bueno ¿A qué esperan? Es hora de volver a clase. Dijo Seth a los alumnos que aún se moraban.
Pero todavía envió una mirada hacia el borde del Bosque Prohibido. Había un centauro.
"También es hora de aclarar algunas cosas con los centauros". Pensó para sí.
* * *
Gracias por leer hasta aquí. Tanto si no les ha gustado como si les ha gustado, me sentiría halagado de que dejaran reviews con su punto de vista.
Aviso: Este relato incluye spoilers sobre el quinto libro.
Sentimientos
La noche siguiente a la presentación de su nuevo profesor, ninguno del grupo pudo dormir con tranquilidad. Harry porque la mención que hizo Seth de la muerte de Sirius había vuelto a abrir las puertas del recuerdo y revivía en sueños aquél momento. Neville porque las constantes noticias de la guerra que se estaba librando fuera de aquellos muros le recordaban la anterior, cuando sus padres sufrieron horriblemente a manos de los mortífagos, quedando locos para toda la vida, recluidos para siempre en San Mungo.
En cuanto a Ron y a Hermione, había algo que desquiciaba su sueño, algo que no podían concretar y que tenía que ver con la actitud de Seth hacia ellos. ¿Cómo los había tratado? Como si fueran pareja formal. ¿Cómo había actuado ante sus disputas? Como ante disputas de enamorados. Claro que no había hecho mención directa, pero en este caso era como si lo hubiese gritado. El efecto era el mismo. El mero pensamiento hacía que diesen vueltas y más vueltas, sin poder dormir.
Cuando al fin se durmió, Ron soñó algo típico de adolescentes. Llevaba mucho tiempo soñando lo mismo, pero aquella noche era más nítido, más detallado, y por supuesto, estaba relacionado con Hermione.
En cuanto a Hermione, aquella noche soñó algo distinto. Antes había soñado con aquél amigo que había ascendido en su carrera de Quidditch. Pero ahora Ron era el protagonista.
Por fin, cuando todo el castillo dormía. Alguien se levantó de uno de los cuartos de Slytherin. Era un chico rubio de 16 años de edad.
En la sala común de Slytherin, frente a un fuego que debería estar apagado hace mucho pero que ardía aún con vivacidad, esperaba Seth. Estaba vestido con la túnica y los símbolos propios de su posición como Gran Mago de la Orden.
-Le esperaba, señor Malfoy.
Draco, simplemente, no pudo responder. No sabía qué hacía ahí, quién era aquél hombre, ni si aquello era un sueño.
-Despacio, señor Malfoy.-respondió el otro mago a las pregntas sin formular de su interlocutor.- Está aquí porque yo le he llamado, soy el nuevo Profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras y, no, esto no es un sueño.
-¿Es usted el nuevo? ¿El que vino con los estudiantes? ¿Por...
-Porque necesitaba localizar a algunos estudiantes. Entre ellos, usted, señor Malfoy.
Otra vez, respondió a una pregunta no formulada.
-La razón por la que le he llamado es la siguiente: puedo anular el control que ejerce el Señor Oscuro en vuestro padre. Pero, primero, necesito saber dos cosas. La primera es si deseáis que vuelva con usted y su madre.
-Sí que lo deseo. Es mi padre, al fin y al cabo. No debe ser esclavo de ningún mago.
-Bien. Necesito saber si vuestro padre, Lucius Malfoy, tuvo alguna vez algún gesto de afecto. Sé que es muy personal. Pero si voy a desafiar a Voldemort liberando a uno de sus mortífagos, debo estar seguro de que vale la pena.
Draco ahondó en sus recuerdos. Recordó que, a pesar de su aspecto, su padre sí que era capaz de demostrar buenos sentimientos.
-Así es. Más de una vez.
Y con aquellas palabras, se desencadenó de nuevo la lucha de la Orden por recuperar el control de la magia.
-Puede retirarse a dormir, señor Malfoy.
Eso hizo. Mientras tanto, Seth clavó las instrucciones para el siguiente día en el tablón. E hizo lo propio en todas las demás salas comunes. Al llegar a Griffyndor, se detuvo un momento.
Registró los sueños de sus nuevos alumnos, y descubrió que, más o menos tranquilamente, todos dormían.
-Bien. Van a necesitar ese descanso. -Y terminó de clavar el aviso sobre el tablón.
Al día siguiente, el sol de finales de verano iluminó el lugar. Era más que aceptable, teniendo en cuenta que Inglaterra no se distingue precisamente por su gran cantidad de días de sol.
Pero la verdadera sorpresa se la llevaron los alumnos. En cada tablón de anuncios, estaba clavado el mismo anuncio. Con autorización de Dumbledore, el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras llamaba a todos los alumnos al claro entre la escuela y el Bosque Prohibido, frente a la cabaña de Hagrid, después del desayuno. Firmaba un tal Seth Garner.
La mayoría de alumnos se sorprendieron. Dada la mala experiencia con Dolores Umbridge el año pasado, nadie había echado en falta la asignatura (excepciones como la de Hermione aparte), y no se esperaban aquella iniciativa.
En cuanto a los que sabían de la existencia del nuevo profesor, su asombro era mucho menor. Empezaban a conocer a aquél mago.
Aunque Draco casi se muere del susto, al reconocer que lo de anoche no fue un sueño.
- Estuvo aquí.
Sus dos compinches casi preguntaron algo, pero se abstuvieron, al ver la cara que ponía Draco. Este se preguntaba si ese mago misterioso era realmente capaz de desafiar al que todos temían. Al menos, su aspecto era extraño. No reconoció los símbolos. Un momento, sí. Recordó comentar a su padre que alguno de sus antepasados perteneció a una Orden con ese símbolo. Pero de aquél episodio familiar de los Malfoy, hacía mucho, muchísimo tiempo.
Durante el desayuno, Hermione y Ron no se dirigieron la palabra, cosa que extrañó a Harry. Echaba en falta sus discusiones. Si discutían, era porque estaban molestos, enfadados, etcétera. Pero si se quedaban en silencio ¿A qué podía deberse?
Justo después del desayuno, toda una riada de alumnos se dirigió frente a la cabaña de Hagrid,él mismo hablando con el resto de profesores. Era extraño. ¿Por qué iban a venir todos? Pero sólo Draco podría haber respondido a eso. En cuanto a Hagrid, saludó a sus amigos.
-¿Saben que el bosque se ha vuelto muy tranquilo desde la llegada del nuevo? Es como si los centauros trataran de alejarse lo máximo posible de él. Todo, absolutamente todo, está tranquilo.
Harry, Hermione y Ron sabían a qué se refería, pero evitaron nombrar al hermano "pequeño" de Hagrid.
Pero cuando Seth empezó la clase, todos callaron. Sólo Draco lo recordaba así, con su capa y sus símbolos. Pero nadie sabía de su capacidad para llamar la atención de una concurrencia numerosa.
-Buenos diás, alumnos y Profesores. En primer lugar, quisiera agradecerles a todos haber venido a una hora tan especial. Pero debo decir que los tiempos son especiales. Se está librando una guerra ahí fuera. Y por eso, la asignatura que voy a impartir, es más importante, si cabe, que antes. Tenemos que estar atentos, preparados y dispuestos ante la amenaza que se cierne sobre nosotros. Pero eso no significa que debamos retroceder ante ella o considerarla invencible. No. Precisamente por eso he pedido la posibilidad de una clase fuera del castillo. Como sabrán, dentro del mismo no se puede Aparecer o Desaparecer. Y necesito esa facultad para demostrarles una cosa. Que hasta la dominación que ejerce la oscuridad sobre los mortífagos puede ser destruida. Sí, aquellos que escaparon de Azkaban.
Sólo Draco esperaba lo que pasó a continuación. Seth trajo a Lucius Malfoy de la presencia de Voldemort. Antes incluso de que alguno de los presentes pudiera pestañear, sacó su varita y la dirigió al mortífago.
-¡Petrificus totalis!
Lucius, petrificado, no pudo moverse.
-¡Curse Invertio!
Esta vez, los efectos se demoraron. El rostro de Malfoy se contrajo y pareció establecerse una lucha. Era la lucha entre la fuerza que pugnaba por retenerlo bajo el poder de Voldemort y la fuerza que trataba de liberarlo.
Después de unos minutos que parecieron siglos, el ahora ex-mortífago se desplomó al suelo. Seth sudaba, el esfuerzo había sido enorme, como el riesgo. Pero valía la pena. Había conseguido la atención y el respeto del alumnado. Y minado el temor que provocaba el Señor Oscuro sobre ellos. Se guardó su varita.Aunque no todo estaba tan bien. Esperaba que la fuerza que unía a los Malfoy fuera bastante para evitar que volviera a caer bajo el poder de Voldemort. Si no fuese así, tendría que acabar con él.
Por fin, rompió el silencio que se había apoderado de la zona.
-Puede que tarde un poco en recuperarse. Mejor será que lo lleven a la enfermería. Pueden retirarse, la clase ha terminado. A partir de ahora, tendremos clases normales y horario normal... a menos que se presenten complicaciones.
Varios alumnos y profesores se llevaron a Lucius Malfoy, mientras Draco los seguía de cerca. No podía creer que su padre estuviese ahí, y libre por fin.
En cuanto a Harry, estaba todavía más boquiabierto. Nunca pensó que alguien que no fuera Dumbledore pudiera tener el valor de desafiar así a Voldemort.
-Bueno ¿A qué esperan? Es hora de volver a clase. Dijo Seth a los alumnos que aún se moraban.
Pero todavía envió una mirada hacia el borde del Bosque Prohibido. Había un centauro.
"También es hora de aclarar algunas cosas con los centauros". Pensó para sí.
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Gracias por leer hasta aquí. Tanto si no les ha gustado como si les ha gustado, me sentiría halagado de que dejaran reviews con su punto de vista.
