Lo dicho sobre la propiedad intelectual de Harry Potter y los spoilers sigue en pie (por si alguien lo dudaba).

Concilio (II)

Un alboroto terminó de golpe con la improvisada "reunión en la cumbre".

Alguien de San Mungo, Hospital Mágico, preguntaba por el Director.

-¿De San Mungo? Que pase, si no tienen objeción.

La pregunta de Dumbledore sólo recibió gestos afirmativos de cabeza por parte de los asistentes.

-Veamos lo que quiere.

Una de las brujas cuidadoras del Hospital entró.

-Señor Director. Señores. -saludó.

-Se preguntarán por el motivo de mi visita, a estas horas. Pues bien, hace algunos días, un grupo de montañistas Muggles encontró lo que parecía un cadáver. En principio, no sería distinto a cualquier otro caso, si no fuera porque, a pesar de todas sus heridas, el sujeto continuaba con vida. Ni yo misma me lo explico, dicho sea de paso. Pero eso hizo sospechar a las autoridades mágicas locales que se trataba de un caso que les concernía, por lo tanto, se siguió el procedimiento habitual. El herido fue enviado a San Mungo, y los Muggles recibieron nuevos recuerdos. La sorpresa vino esta mañana, cuando el buen hombre se levantó y aseguró que tenía que hablar, a toda costa, con el Director de Hogwarts aquí presente. Nadie ha conseguido hacerle desistir de su empeño, así que, aquí lo tiene.

Entró un mago. Si los de la Sala no hubieran visto tantas cosas, a buen seguro habrían salido corriendo.

Parecía que le había caído un rayo (o varios) encima. Sus manos y su rostro aparecían completamente chamuscados, y su cráneo estaba completamente calvo. En su cuello, la marca de una herida letal a medio cicatrizar completaba su tétrico aspecto.

-Bueno, qué es lo que quiere caballero.

-Sé cómo es lo que buscáis.-la ajada voz del mago era casi inaudible.

Se hizo el silencio.

-¿Perdón?

-Buscan un ser mágico. Lo que apareció hace poco. Yo sé como es.

Los reunidos se alegraron. Alguna identificación, por fin.

-¿Y cómo es?

-Es como..

El terror se dibujó en sus quemadas facciones, y trató de huir.

-¡Está ahí!

-¿Cómo? ¡Tratad de calmarlo!

-¡Ella! ¡Ella!

Y señaló a Spica.

-¿Está loco? Ella es una de los mejores agentes de la Orden de los Dragones Gemelos.

El desconocido se fijó un poco más.

-Cierto. Es más joven... pero, es tan parecida. Perdóneme, señorita. Pero ahora veo su rostro en todas partes.

-¿Sugiere acaso que es una mujer la que está sembrando la muerte a su paso?

-No... Una mujer... no. Su aspecto es el de una mujer. Pero es sólo una máscara. Yo he visto su verdadera forma. Y cómo es...

-No hay palabras para describirlo. Pero me sigue a todas partes, en mis pesadillas.

-Trate de describírnosla.

-Como mujer, parece una joven como la que está aquí. No me di cuenta de lo que me esperaba hasta tenerla prácticamente encima.

Eso era un dato interesante. Explicaba por qué no se la había descubierto.

-Bajo su otra forma, aunque no tuve tiempo para observarla... diría que parece una especie de dragón... o algo así. Las palabras me limitan. Sólo puedo decirles que está cubierta de algún tipo de coraza que mis hechizos no llegaron a mellar. Después, sólo recuerdo el dolor y la oscuridad. Cuando me desperté esta mañana, tardé un poco en reaccionar. Pensé que esta información podría ser útil, y...

Empezó a toser de una manera que asustó a la enfermera.

-Será mejor que lo lleve a descansar.-dijo esta última.

De nuevo, se hizo el silencio en la sala.

-¿Una mujer acorazada? ¿Con el aspecto aproximado de Spica? O estaba loco por el shock, o tenemos un bonito problema.

Hob era muy hábil resumiendo la situación.

-Un buen camuflaje. -opinó la Sra. Park-. El aspecto de una delicada jovencita.

-Cierto.- convino Seth- La mayoría de personas siguen manteniendo la errónea creencia de que las jóvenes son inofensivas y frágiles.

Había cierta nota de picardía en su voz, y los presentes esbozaron una sonrisa, quien más, quien menos (aunque Snape siguió casi tan pétreo como de costumbre). Todos conocían su historia.

Poniéndose serio, prosiguió.

-Ahora, hemos avanzado algo. Conocemos el aspecto de nuestro enemigo... nuestra enemiga, más bien. Necesitaremos un retrato robot. Espero que nuestro nuevo conocido pueda dárnoslo.

-¿Y sabemos algo de sus motivaciones? -preguntó Lupin, invitado que prácticamente se había hecho invisible hasta ese momento.

-Si es que tiene motivos equiparables a los humanos...-comentó Spica.

-Bueno.-dijo Dumbledore.-Creo que, con esto, tenemos bastante para dar por terminada esta reunión. Tengo una Escuela por la que preocuparme.

Cuando captaron esto, todos los que se habían juntado frente a la puerta (alumnos, fantasmas y demás) corrieron a sus respectivos cuartos.

Bueno, no todos. Harry todavía dudaba sobre lo que hacer, depués de haber dejado a sus dos amigos

No era fácil de aceptar. ¿Hermione y Ron...?

-Hola, Harry.-lo saludó alguien.

-Ah, hola Spica.

-¿Qué te pasa?

-He descubierto que mis dos mejores amigos son pareja.

-¿No será una malinterpretación?

-¿Una "malinterpretación", con lengua incluida?

Su interlocutora se rió.

-Vaya. Así que es cierto. ¿Y eso te molesta?

-No lo sé. Es que no me acabo de hacer a la idea.

-Quizá... tardes un poco. Por cierto. Díle a Seth que lo espero.
Hasta luego.

-Hasta luego.

Harry se encontró al mismo Seth un poco más lejos, parecía dar vueltas, como meditando.

-Profesor Gar... Seth, dice Spica que te espera.

-¿Que me espera?-respuso extrañado Seth

-Sí, me la acabo de encontrar en el pasillo.

-Imposible...Un momento. ¿Estás seguro de que era Spica?

-Sí, era una mujer morena, piel clara y de ojos azules muy profundos...

-Creo, Harry, que te has librado por tu distracción.
Spica tiene los ojos verdes.

-¿Y quién era?

-No importa. Díme, por favor, todo lo que os habéis dicho.

Un poco avergonzado, pero le refirió todo lo dicho.

-Así que tiene capacidad para entender los sentimientos... eso es interesante.

-¿Por qué?

-Por nada, Harry. Ve a descansar. Quizá mañana te lo explique.

Un poco confuso por todo lo que estaba ocurriendo, Harry se retiró a dormir.

Se encontró a Ron profundamente dormido... con una sonrisa de oreja a oreja.

"Bueno. Por lo menos él duerme relajadamente."

Harry no esperaba poder hacer otro tanto.

Mientras tanto, Seth refería a Spica (la verdadera, la que se había retirado a la habitación que compartían).

-Bueno. Ahora sabemos cómo distinguirla. Aunque este asunto me pone nerviosa. No creo que sea casualidad que se parezca a mí.

-Pero, ha entrado... Hogwarts se supone que es el lugar más seguro del mundo...

-Relájate, o no podrás dormir. Y no nos sirve de nada un mago cansado.

-De acuerdo.- y se acostó. Se durmió casi instantáneamente.

"Informe"-dijo una fría voz.

"Resistencia, escasa. Factores de riesgo conocidos, Harry Potter y Voldemort, localizados. Ninguno es una amenaza. Sin embargo, hay magos muy poderosos en la Orden. Podría ser un problema.

"No se preocupe por ellos. Concéntrese en su misión. ¿Todo a punto para la segunda fase?"

"Sí, señora."

"Entonces, proceda"

Se cortó la comunicación.

"¿Qué sabrá ella de a qué me enfrento? En estas situaciones, preferiría que fuera él el que tuviera el mando. ¿Pero qué estoy pensando? Sólo es un ser inferior. Una comparsa. Un Aniquilador, a pesar de tener la jefatura teórica, jamás podrá guiarnos"

Pero, la "mujer" que se parecía a Spica se quedó pensativa.

"¿Estoy segura de esto? ¿No vi cómo muchas Reinas fallaban mientras él tenía éxito?"

Se sacudió la idea.

"Procedamos."

"Quizá pueda sacar cierta ventaja a la relación que comentó Potter."

-Las hormonas no perdonan a nadie. ¿Verdad, Weasley?

Ron se puso rojo. A partes iguales, de vergüenza y de ira.

-¿Qué dices?

-Digo que los Sangre Sucia os juntáis. ¿Ya te ha llevado a su habitación?

-Te voy a matar.

-No lo creo.

Alguien más intervino.

-Creo, señor Malfoy, que es más bien probable que lo haga. Tanto más cuando está usted desarmado.

En la mano derecha de Seth, aparecía la varita de Draco.

-Dejen la ira para quien os persigue. Las luchas internas sólo os debilitarán. Venga conigo, señor Malfoy.

Y bajando el tono de voz.

-Por cierto, señor Malfoy. No desahogue su frustración con otros, o esto le perderá.

-¿Qué está diciendo, Profesor Garner?

-Digo que no tiene por qué avergonzarse de amar a una joven.

El tono, especialmente pálido, de la piel de Draco permitió que su sonrojo fuera especialmente visible.

-¿Qué sabe?

-Sé que el último verano ha conocido usted a una joven... particular.

-¿Y le importa algo?

-Si puede ser fuente de conflictos, sí.
Escúcheme bien, señor Malfoy. No me importa si montan una guerra particular. No me importa si tiene usted docenas de admiradoras.

Pero los problemas amorosos requieren cierta madurez. ¿No cree que debería haberla adquirido ya?

Abriendo la mano, le ofreció la varita.

-Se la devuelvo. Que tenga un buen día.

Draco se quedó bastante confuso.

Seth continuó bastante satisfecho, a medio camino, se le unió Spica.

-Tus servicios de inteligencia siguen siendo excelentes.

-Verás, los lugartenientes de Draco no son muy astutos. Y no tienen la lengua muy sujeta.

-¿Crees que funcionará?

-Tengo entendido que con el padre ha funcionado, poco más o menos. Espero que con el hijo también. Porque necesito a todos los amgos disponibles.

-Y Draco es bueno.

-Sí lo es, le pierde su envidia. Espero que el regalo que le he preparado le haga cambiar de parecer.

-Esperemos.