Todas las advertencias siguen vigentes.
Y una advertencia extra. A pesar de que en este capítulo no sea el caso, puede que los siguientes resulten algo "escandalosos".
Juego
El quiddtch es un juego de equipo que se juega con 7 jugadores por equipo.
No sería algo espectacular si no tuviéramos en cuenta que se juega sobre escobas voladoras y que las pelotas tienden también a volar. Sobre todo, el dorado, minúsculo y ágil Snitch. La captura del mismo está reservada para el buscador. Otras sirven para anotar puntos... o dejar K.O. a los jugadores. Pero sólo con la captura del Snitch se consigue dar por finalizado el partido y añadir 120 puntos extra al equipo del buscador.
En este caso, el buscador de la improvisada "selección" de Hogwarts, con su habitual Firebolt pero su extraño traje, mezcla aparentemente caótica de los distintos uniformes de las cuatro casas, era Harry, también hacía las veces de capitán, en este caso.
Ron estaba a su lado. Se encargaría de evitar que los ataques de la "selección" de la Orden tuvieran demasiado éxito.
Había también dos jugadores de Ravenclaw, dos de Slythering y uno de Hufflepuff..
Aunque algo desconcertados, todos parecían alegrarse bastante de competir, por lo menos por una vez...
Al otro lado estaba Anna.
Discutía con sus compañeros de equipo. Su uniforme era mucho más sencillo. Blanco por fuera y negro por dentro. No reconoció el modelo de escoba. Sería único para ellos.
Por lo demás, Harry volvió a tener la misma sensación que recibiera en la primera mirada que le dirigiera ella. "Fuera de la pista puedo ser amable, dentro de ella soy implacable", venía a decir.
Se prepararon. Todo estaba listo, el ambiente despejado, los jugadores en sus puestos...
Mientras tanto, y en alguna otra existencia, un comandante visitaba a una de las Reinas. Y no en visita de cortesía. Aunque fuera una de las más respetadas.
-Se me aseguró que se me advertiría de cualquier movimiento relevante.
La respuesta Ishtar fue bastante desdeñosa.
-¿Relevante? ¿A qué llama relevante?- Pero envió a sus respectivos ayudantes una mirada que no dejaba lugar a dudas, aquello no debía ser discutido ante subalternos.
-Capitán.-dijo a su propia asistente- Coronel.-dijo al de Ishtar.- Retírense.
Cuando se hubieron ido, el tono se distendió bastante. La sonrisa (algo inaudito) acudió a los labios de la Reina.
-¿Realmente creerán esos dos que carecemos de ojos?
-Algo así deben de pensar, sin duda. Mis informantes me han advertido que ha habido semanas enteras en las que mi asistente no ha ocupado su propia cama...
El comandante se fijó en el símbolo que adornaba la sala de audiencias particular de Ishtar. El pentáculo, pentagrama o estrella de cinco puntas. Indicativo de perfección, y de al divinidad femenina.
Exactamente el mismo símbolo que llevaba él tatuado en la mano. Aunque pocos sabían de eso.
-Volviendo al asunto. Llamo relevante al hecho de que una agente de campo embarazada haya sido enviada a una misión... sin informarla de su estado. Y con conocimiento de los riesgos.
Ishtar frunció el ceño.
-Es cierto, pero... ¿Cómo lo sabe? ¿Es algo que le interese?
-Nos interesa a ambos, me parece.
No había forma. Ambos equipos parecían desesperadamente nivelados. Si uno de ellos se adelantaba por diez puntos, el otro empataba al instante.
Harry decidió que era mejor concentrarse en buscar el Snitch.
Buscó su destello por todas partes. En ese momento se fijó en que Anna había pensado exactamente lo mismo.
Temía enfrentarse a ella. Pero eso mismo era un aliciente para ganar.
-¿No me dirá que la Sociedad desconoce la identidad de esa agente?- prosiguió el comandante.
-No, pero me dijeron que era una agente como cualquier otra.
-Me temo que eso no es correcto.
Ahí estaba. La pequeña esfera, zigzagueando en el aire. Lo malo era que su oponente también lo había visto.
-¿En qué sentido no es correcto?
-En que no es como cualquier otra. No para mí. Ni para vos. Khali es especial para ambos...
Había que lanzarse en barrena. Todo lo demás, pasó a un segundo plano. Acercarse, coger el Snitch.
Ishtar seguía sin comprender. Entonces, recordó una cosa.
"Eres muy especial para mí". Un superviviente había pronunciado esas palabras, hacía tanto...
Se lo había dicho con una dulzura increíble, poco antes de partir a una muerte segura. No quería que ella corriera la misma suerte.
Pero no, no podía ser. Demasiado bonito para ser verdad. El comandante, como adivinando sus pensamientos, la miró a los ojos. Supo que era verdad, entonces...
Anna se aproximaba por debajo. Harry por arriba.
"Sea del tipo que sea, esa escoba es tan rápida como mi Firebolt". Pensó él.
"Ya es mío". Pensó ella.
Recordando el código que ambos establecieran , el comandante se quitó sus eternos guantes y los dejó sobre la mesa.
Acto seguido, enseñó las dos palmas. Con eso quedaba claro que lo dicho a aprtir de entonces no podía ser revelado. A nadie.
Las manos de ambos buscadores se cerraron a la vez a la búsqueda del Snitch. ¿Quién lo había conseguido?
Ishtar repasó todos aquellos años. Su lucha, la de su hijo. El orgullo que había sentido todo aquél tiempo y que casi nunca había podido expresar.
Y por primera vez en más de 50 años, le tembló la voz.
-¿Es cierto?
-Como buena Hija de Isis, Khali era adecuada. Aunque no lo supe ver. Ahora sí lo veo.
Spica y Seth seguían el partido. "¡Esto no puede ser!" Estalló todo el graderío.
-¿Has visto alguna vez algo parecido, Seth?
-Nunca.-le reconoció a Spica.
-Mamá...-el comandante pronunció aquello ante la Reina que le había dado la vida y había tenido el coraje suficiente para guiarlo y aconsejarlo, incluso a costa de arriesgar su propia vida. Aquella palabra casi nunca había salido de sus labios. -Eres abuela.
El Snitch había quedado apresado entre los dedos de los dos.
Ante eso, no hubo más remedio que repartir puntos. Y dejar el partido en empate...
Ya fuera de la pista, los tres amigos (y algo más en el caso de Ron y Hermione) discutían el partido.
-No vale. –decía Ron. –Yo creo que tú lo tocaste primero, Harry.
A Harry le importaba poco quién lo hubiera tocado primero. Haberla tocado a ELLA, era lo que lo turbaba.
Hermione sí que se daba cuenta.
-¿De veras quieres seguir adelante, Harry? Tienes mucho que perder.
Harry levantó la mirada.
-Precisamente, Hermione. Precisamente. –dijo él mientras recordaba esos breves momentos.
Y una advertencia extra. A pesar de que en este capítulo no sea el caso, puede que los siguientes resulten algo "escandalosos".
Juego
El quiddtch es un juego de equipo que se juega con 7 jugadores por equipo.
No sería algo espectacular si no tuviéramos en cuenta que se juega sobre escobas voladoras y que las pelotas tienden también a volar. Sobre todo, el dorado, minúsculo y ágil Snitch. La captura del mismo está reservada para el buscador. Otras sirven para anotar puntos... o dejar K.O. a los jugadores. Pero sólo con la captura del Snitch se consigue dar por finalizado el partido y añadir 120 puntos extra al equipo del buscador.
En este caso, el buscador de la improvisada "selección" de Hogwarts, con su habitual Firebolt pero su extraño traje, mezcla aparentemente caótica de los distintos uniformes de las cuatro casas, era Harry, también hacía las veces de capitán, en este caso.
Ron estaba a su lado. Se encargaría de evitar que los ataques de la "selección" de la Orden tuvieran demasiado éxito.
Había también dos jugadores de Ravenclaw, dos de Slythering y uno de Hufflepuff..
Aunque algo desconcertados, todos parecían alegrarse bastante de competir, por lo menos por una vez...
Al otro lado estaba Anna.
Discutía con sus compañeros de equipo. Su uniforme era mucho más sencillo. Blanco por fuera y negro por dentro. No reconoció el modelo de escoba. Sería único para ellos.
Por lo demás, Harry volvió a tener la misma sensación que recibiera en la primera mirada que le dirigiera ella. "Fuera de la pista puedo ser amable, dentro de ella soy implacable", venía a decir.
Se prepararon. Todo estaba listo, el ambiente despejado, los jugadores en sus puestos...
Mientras tanto, y en alguna otra existencia, un comandante visitaba a una de las Reinas. Y no en visita de cortesía. Aunque fuera una de las más respetadas.
-Se me aseguró que se me advertiría de cualquier movimiento relevante.
La respuesta Ishtar fue bastante desdeñosa.
-¿Relevante? ¿A qué llama relevante?- Pero envió a sus respectivos ayudantes una mirada que no dejaba lugar a dudas, aquello no debía ser discutido ante subalternos.
-Capitán.-dijo a su propia asistente- Coronel.-dijo al de Ishtar.- Retírense.
Cuando se hubieron ido, el tono se distendió bastante. La sonrisa (algo inaudito) acudió a los labios de la Reina.
-¿Realmente creerán esos dos que carecemos de ojos?
-Algo así deben de pensar, sin duda. Mis informantes me han advertido que ha habido semanas enteras en las que mi asistente no ha ocupado su propia cama...
El comandante se fijó en el símbolo que adornaba la sala de audiencias particular de Ishtar. El pentáculo, pentagrama o estrella de cinco puntas. Indicativo de perfección, y de al divinidad femenina.
Exactamente el mismo símbolo que llevaba él tatuado en la mano. Aunque pocos sabían de eso.
-Volviendo al asunto. Llamo relevante al hecho de que una agente de campo embarazada haya sido enviada a una misión... sin informarla de su estado. Y con conocimiento de los riesgos.
Ishtar frunció el ceño.
-Es cierto, pero... ¿Cómo lo sabe? ¿Es algo que le interese?
-Nos interesa a ambos, me parece.
No había forma. Ambos equipos parecían desesperadamente nivelados. Si uno de ellos se adelantaba por diez puntos, el otro empataba al instante.
Harry decidió que era mejor concentrarse en buscar el Snitch.
Buscó su destello por todas partes. En ese momento se fijó en que Anna había pensado exactamente lo mismo.
Temía enfrentarse a ella. Pero eso mismo era un aliciente para ganar.
-¿No me dirá que la Sociedad desconoce la identidad de esa agente?- prosiguió el comandante.
-No, pero me dijeron que era una agente como cualquier otra.
-Me temo que eso no es correcto.
Ahí estaba. La pequeña esfera, zigzagueando en el aire. Lo malo era que su oponente también lo había visto.
-¿En qué sentido no es correcto?
-En que no es como cualquier otra. No para mí. Ni para vos. Khali es especial para ambos...
Había que lanzarse en barrena. Todo lo demás, pasó a un segundo plano. Acercarse, coger el Snitch.
Ishtar seguía sin comprender. Entonces, recordó una cosa.
"Eres muy especial para mí". Un superviviente había pronunciado esas palabras, hacía tanto...
Se lo había dicho con una dulzura increíble, poco antes de partir a una muerte segura. No quería que ella corriera la misma suerte.
Pero no, no podía ser. Demasiado bonito para ser verdad. El comandante, como adivinando sus pensamientos, la miró a los ojos. Supo que era verdad, entonces...
Anna se aproximaba por debajo. Harry por arriba.
"Sea del tipo que sea, esa escoba es tan rápida como mi Firebolt". Pensó él.
"Ya es mío". Pensó ella.
Recordando el código que ambos establecieran , el comandante se quitó sus eternos guantes y los dejó sobre la mesa.
Acto seguido, enseñó las dos palmas. Con eso quedaba claro que lo dicho a aprtir de entonces no podía ser revelado. A nadie.
Las manos de ambos buscadores se cerraron a la vez a la búsqueda del Snitch. ¿Quién lo había conseguido?
Ishtar repasó todos aquellos años. Su lucha, la de su hijo. El orgullo que había sentido todo aquél tiempo y que casi nunca había podido expresar.
Y por primera vez en más de 50 años, le tembló la voz.
-¿Es cierto?
-Como buena Hija de Isis, Khali era adecuada. Aunque no lo supe ver. Ahora sí lo veo.
Spica y Seth seguían el partido. "¡Esto no puede ser!" Estalló todo el graderío.
-¿Has visto alguna vez algo parecido, Seth?
-Nunca.-le reconoció a Spica.
-Mamá...-el comandante pronunció aquello ante la Reina que le había dado la vida y había tenido el coraje suficiente para guiarlo y aconsejarlo, incluso a costa de arriesgar su propia vida. Aquella palabra casi nunca había salido de sus labios. -Eres abuela.
El Snitch había quedado apresado entre los dedos de los dos.
Ante eso, no hubo más remedio que repartir puntos. Y dejar el partido en empate...
Ya fuera de la pista, los tres amigos (y algo más en el caso de Ron y Hermione) discutían el partido.
-No vale. –decía Ron. –Yo creo que tú lo tocaste primero, Harry.
A Harry le importaba poco quién lo hubiera tocado primero. Haberla tocado a ELLA, era lo que lo turbaba.
Hermione sí que se daba cuenta.
-¿De veras quieres seguir adelante, Harry? Tienes mucho que perder.
Harry levantó la mirada.
-Precisamente, Hermione. Precisamente. –dijo él mientras recordaba esos breves momentos.
