Notas: Siento haber tardado tanto en actualizar. Y agradezco el review. Siempre es agradable saber que a alguien le gusta lo que se escribe.

Todo lo dicho para los anteriores capítulos sigue en vigor.

Revelaciones

Ver llegar a Lord Voldemort no habría sido mucho peor....

El estudiante de la Orden que hace un momento estaba tratando de hacer ver sus muchas virtudes a una chica de Gryffindor corrió como un Firebolt al despacho de Seth.

-Ssss...ssss...-tragó saliva y prosiguió.-¡Señor!

-¿Sí, estudiante del Ala Blanca?¿Hay algun problema? –dijo él, levantando la mirada del montón de legajos de su mesa, hasta Estela fijó su mirada en el intruso.

-¡Viene!

Seth se puso Alerta. Sombríos presagios cruzaron su mente.

-¿Voldemort?

-¡No! La Emisaria, y alguien más.

-¿Seguro que no se trata de mi prometida?

-Ella está en el Salón Común de Slythering, lo he comprobado, señor.

Y ante su sorpresa, el profesor sonrió.

-Pues vamos a decírselo. Supongo que le gustará comprender las razones de todo este embrollo... Y tú, podrás aprender que los miedos suelen pintar las cosas mucho peor de lo que son. Por cierto, que estás dejando nuestra Ala en muy mala situación.-dijo, pero sonriendo ampliamente.

Y armándose de valor, el estudiante siguió al profesor que apenas le sacaba cuatro años de ventaja...

No hizo falta ir a buscar a Spica muy lejos. Vino seguida por Dumbledore, Hermione, Ron, Harry y Anna... curiosamente, estos cuatro últimos tenían una expresión más bien de fastidio... como si les hubieran cogido en alguna situación embarazosa.

Seth intuyó cuál, pero prefirió dejar los asuntos sentimentales para un poco más tarde.

-Supongo que puedes explicar que la Emisaria nos llame a nuestra propia puerta...- dijo Dumbledore, con una expresión de "Por Merlín, ¿A qué clase de mago le he confiado este asunto?" más una de "Vamos a divertirnos".

Seth volvió a sonreír y dijo, simplemente.

-Vamos a preguntárselo...

Salieron a los campos de Hogwarts. Las primeras palabras que les llegaron, movían más a risa que a temor.

-Que no, Adán, que dejes de preocuparte, que puedo caminar tranquilamente. ¡Que estoy embarazada, no paralítica!

-Pero, venir andando estas 30 millas ¿No ha sido un poco excesivo?

-Es insultante que trates así a una Reina.

-Y tú que no querías serlo, te lo recuerdo.

Pero la sonrisa que se traían ambos mientras discutían, demostraba que no pasaba de una rencilla de enamorados. Mucho más se rieron al ver a todas las fuerzas vivas del Colegio fuera, apuntándolos con sus varitas y pensando en si atacar o no.

-¿Oye, "mi Reina", no deberíamos de haberlos avisado?

-¿Para qué, "mi Guardián", si ahora mismo nos estamos divirtiendo de lo lindo?

Una figura se adelantó de entre el gentío.

A diferencia de los demás, parecía bastante alegre y encantado de la situación.

-¿Khali?

-Hola Seth. Adán, este es Seth, ya te he hablado de él. Seth, te presento a Adán... Teniente y Aniquilador. Aunque ya lo conoces. Era el Comandante hasta que se ha degradado a sí mismo -dijo ella, soltando una carcajada.

-Sí, y el padre de tu hijo.-dijo él.

-Bajad las varitas.-intervino Seth.-Os presento a la Emisaria, y a su... bueno, creo que "compañero" está bien.

Entraron con toda tranquilidad por la misma puerta principal.

-Antes de nada, Seth, quisiera formularte dos preguntas. –dijo Adán.-En privado.-añadió señalando a la extensa comitiva que los seguía.

-De acuerdo.-y se dirigieron los dos a su despacho.

En cuanto a Khali. Les explicó una cosa que seguía bullendo en la cabeza de muchos de los presentes.

-Supongo que no tengo aspecto de asesina... y tampoco acabaréis de creer que fui yo la que hirió casi mortalmente a aquél tipo.

Se oyó una especie de murmullo.

Khali se sentó pausadamente en una de las sillas del Comedor, mientras el resto tomaba posiciones a su alrededor.

-Pues bien. Aclarar que ese "aliado" vuestro, al igual que otros que han tratado de cortarme el paso... no eran sino agentes de aquél que llamáis "Lord Voldemort".

Un escalofrío recorrió la columna de Harry, sentado a pocos pasos de ella. Le habían dejado ir.

-De todas formas, después de que os pusiera en aviso sobre mí... como esperaba que hiciera... Voldemort lo eliminó, pensando que era un traidor que había pactado su salvación a costa de informarme sobre sus intenciones. De sobra conocéis sus métodos.

Sonrió con una sonrisa triste, y, que sin embargo, encandiló a más de uno.

-Y ahora, ¿Tenéis algo que comer? Odio reconocerlo ante Adán, pero estoy hambrienta...

Mientras tanto, Seth se preguntaba por la razón de aquellas dos famosas preguntas.

-Y bien -dijo haciendo una señal a su invitado para que se sentara -Como te decía, -empezó Adán-dos preguntas. Te parecerán extrañas, pero son cruciales para decidir los pasos siguientes.

La curiosidad de Seth se agudizó aún más .

-Primera: ¿No habrá Anna, la..., como llamarla, amiga, futura amante, compañera... de Harry Potter, recibido el apellido de su abuela?

Seth no cupo en su asombro.

-Sí, ¿cómo lo sabes?

-Porque es lógico, en cierto sentido. Pero tampoco tú sabes cuál es concretamente. Es un secreto. Que nadie conoce, excepto ella y sus familiares.-dijo poniendo cara de "tranquilo, lo sabrás".

Seth siguió igual de confuso. Le encantaban los rompecabezas, pero no los que fueran especialmente difíciles.

-Y la segunda pregunta, ¿Los Bela, de los que tu prometida es descendiente, han sufrido alguna deformación en su apellido?

Seth no comprendía tanta manía con los apellidos familiares. Pero, aún así, respondió.

-No. Sigue escribiéndose igual que hace siglos... ¿Por qué?

En lugar de responder, Adán sólo dijo:

-Bien. Reúne a Dumbledore, a Anna, a tu prometida y al "Trío de Gryffindor" esta noche, frente a las puertas de Hogwarts. Explícales un poco sobre la historia de los Supervivientes, las Reinas, los Aniquiladores, todo lo que sepas.

Y observando la cara de infinita confusión de su interlocutor, añadió.

-Todo a su debido tiempo es revelado, Profesor. A su debido tiempo.

Mientras tanto, Harry trataba de que su lengua obedeciera a su cerebro. Quería decir que sí a Anna, quería decir que había soñado que salían juntos y la besaba y la acariciaba, igual que hiciera aquella pareja junto a él y Cho, hacía un año o un siglo... o, un momento, eso, mejor no decírselo.

Anna esperaba. "Y este es el terrible enemigo de Voldemort." Se reía por lo bajo. "Se asusta ante una cita".

-Al cuerno con todo. –dijo finalmente Harry.

Y la besó. Con bastante torpeza, pero con más pasión que la noche anterior.

-Bueno, supongo que esto es un sí... –dijo ella, cuando se separó.

-¿Harry?¿Anna?-preguntó Hermione, bastante titubeante. No estaba segura de haberle visto besar a Anna, o todo se debía a su propia imaginación. De hecho, últimamente estaba deseando hacer eso mismo con Ron, pero todo el mundo los interrumpía. Debería echar mano de la Sala de los Requerimientos. Eso. Ahí no los molestaría nadie, seguro.

-¿Sí?-respondieron los dos al unísono.

-El Profesor Garner quiere vernos esta noche, delante de las puertas de Hogwarts.

-¿Para qué?

-Primero, escuchad la historia que tiene que contar sobre nuestros nuevos invitados. Os aseguro que es sorprendente...

Unas horas después, y tras haber conseguido sustraerse de amigos, compromisos, etcétera, todos se reunían en el punto convenido.

Khali se les unió poco antes de llegar. Tampoco ella seabía el por qué de tan curiosa reunión, pero dijo "eso es muy común en Adán. Os acostumbraréis", que no tranquilizó demasiado a los magos, la verdad.

Lo encontraron serenamente tumbado en la hierba, viendo las estrellas.

Cuando llegaron hasta él, dijo simplemente.

-Sentaos cómodamente. Vamos a hablar un buen rato. ¿ Dumbledore, has traído lo que te pedí?

Todos volvieron el rostro hacia el interpelado. Lo que dijo él, destrozó todo lo que habían pensado hasta el momento.

-Así es, viejo amigo.

-Quizá debiera decir a todos los presentes, que, a pesar de no saber hasta hoy concretamente quién soy, Dumbledore ya me vio barrer a cierta cantidad de enemigos... pero eso fue en otro tiempo, es otra historia, y no tiene nada que ver con lo que ahora tenemos entre manos.

Levantó la mano y señaló una estrella.

-Esa estrella es Sirio.

Harry sintió una punzada de dolor al recordar a su padrino muerto.

-Lo siento, Harry. –dijo Adán.-Puede ser muy doloroso escarbar en la memoria, lo sé.

A estas alturas, nadie se sorprendió de que supiera todo lo relativo al final de Sirius Black.

Adán continuó hablando.

-Para los occidentales, se trata de la estrella más brillante del Can Mayor. Para los egipcios, sin embargo –y su voz adquirió una especie de tono de respeto y admiración- Era la casa de Isis. Diosa de la fertilidad, esposa, madre, hija y dadora de vida y de la que, al menos en un principio, salía todo el panteón egipcio. Después fue desplazada por los dioses masculinos, pero nunca fue olvidada.

Sin saber cómo Harry tuvo una inspiración...

-Fue una Reina.-afirmó, más que preguntó.

-Sí, Harry. La Primera Viajera. Visitó muchos mundos, y enseñó muchas cosas. Tengo muy a orgullo descender de ella.

Eso Khali no lo sabía. Era poco menos que descender de una diosa de verdad.

-Pero, aún más importante aún. Dejó una herencia. Una herencia que está aquí, entre nosotros.

Khali lo vio venir.

.¿Yo?

-Sí. Isis tenía una habilidad, un don especial y único que le permitía legar a una estirpe entera de Supervivientes femeninas una habilidad concreta. Se las llama Hijas de Isis.

"En tu caso, Khali, la Llamarada Oscura... cuyos efectos pudiste tú comprobar, Spica.

"Lo que nadie ha sabido fuera de los Aniquiladores y de las Reinas de más alto rango...-realizó una pausa, para aumentar aún más la expectación de sus oyentes.- es que hizo lo mismo con líneas maternas... de humanas comunes. En los distintos mundos que visitó, dejó una descendencia de Hijas de Isis... en principio, ligándola incluso a hombres que no sabían que eran portadores.

Volvió a encerrase en su mutismo. Pero Seth veía venir la tormenta.

"Bela. Es una extraña palabra. No tiene nada que ver con las embarcaciones, sino que es una palabra de cierta lengua, el vascuence o euskara, que significa... cuervo".

"Y, como los cuervos, la familia Bela ha cumplido su papel, ocultándose."

-Tú sabes muy bien lo que es compartir la vida con una Hija de Isis, Seth, tu prometida recibió una extraordinaria capacidad de influir en la materia... que vosotros llamáis "magia".

Spica apretó con fuerza la mano de Seth. Ahora comprendía las extrañas sensaciones, las capacidades... sus miradas se cruzaron, y comprendieron que aquello no importaba. Habían pasado muchas cosas juntos. Y seguirían juntos... pasara lo que pasara.

Sólo aparentemente, Adán ignoró el sutil movimiento.

-Respecto a esa estrella, aún tengo una cosa que aclarar. En este caso, a mi compañera, y Reina más joven... ah, sí, debo explicarme. Ella es ahora una Reina, de hecho, aunque todavía tendrá que ser aceptada por las otras. Esto la ayudará.

"A las jóvenes Supervivientes se les cuenta una pequeña fábula sobre una joya, que sería Sirio. Una fábula que dice que los Aniquiladores descendientes de Isis guardaron la joya de su collar, de incalculable valor, no sólo por su belleza, sino porque daría a la Reina que la recibiera de manos de uno de esos Aniquiladores la posibilidad de hacer lo mismo que Isis, repartir habilidades, viajar libremente entre mundos... tener un legado que desafiara al tiempo, en definitiva.

Sacó una opaca piedra, bastante fea, de un cadena que siempre llevaba al cuello . Pero Khali sintió un escalofrío. No, tampoco podía ser. Adán podía ser descendiente de Isis, pero...

Sin tiempo a que nadie reaccionara, Adán presionó suavemente la piedra, apuntándola después hacia Sirio. Al reconocer la estrella correcta, la piedra empezó a emitir toda clase de luces y brillos azulados, verdes y blancos.

-Cumpliendo así la promesa que hiciéramos los Aniquiladores hace tanto tiempo, yo, Adán, hijo de Marduc y de Ishtar, descendiente de Isis, te doy a ti, Khali, hija de Hera y de Sagis, el collar que te confiere grandeza por encima de todas las Reinas.

Khali apenas parpadeó cuando él ajustó la joya en su collar correspondiente, y se lo puso al cuello. Seguía brillando.

-Esta luz te permitirá enseñar, proteger y guiar. Sé que lo utilizarás bien, amada mía.

Nunca habían visto los demás acto tan sencillo que encerrara tantos significados como el amor, la esperanza en el futuro o el cumplimiento de una promesa.

-Ahora, y en cuanto a lo que concierne a Harry, Hermione, Ron y Anna. A Ron y Hermione, concretamente. Tranquilos, vuestro mutuo afecto no entorpecerá vuestra lucha por Harry, llegado el momento...

"Pero es sobre Anna y Harry que quiero hablaros. Hazme un favor, Anna. Acércate al objeto que Dumbledore ha traído, y extrae, si puedes, algo del interior.

Anna se acercó al extraño objeto, que parecía estar vacío, y se sorprendió al palpar algo, y sacarlo a la luz, sólo ella y Adán pudieron verlo.

-Gracias Anna, déjalo donde estaba.

"Ahora, debemos hacer un poco de memoria sobre el así llamado Señor Oscuro. Es hijo de un "Muggle" o persona sin capacidades mágicas y de una descendiente de Slythering, lo que demuestra que se trataba de una mujer bastante liberal, conociendo los antecedentes de la familia.

"Pero no perdonó a su hermana algo que debió de ser horrible, desde su punto de vista, y que motivó la eliminación de la misma de su mente... y casi de la historia, si no llega a ser por la Orden. Dicha hermana puso como condición, para entrar a formar parte de la Orden, que sólo su hija y sus descendientes debían de conocer y guardar el apellido del padre de su hija. La Orden, a sabiendas de lo que estaba en juego, aceptó.

"Pues bien. Conociendo la historia de este mundo y de esta Escuela de magia, sólo se me ocurre una cosa que pudiera manchar tan horriblemente la sangre de un descendiente de Slythering que este deba ser borrado de todo registro, incluso para aquella que tuviera descendencia así llamada "sangre sucia". Lo del objeto, que supongo Seth ya debe de intuir que es algo muy ligado a la Escuela, sólo lo corrobora.

Anna se sorprendió un tanto de que ese perfecto desconocido hubiera adivinado en pocas horas lo que la Orden no había podido en décadas.

Finalmente, Seth dijo.

-¿Me permitirás que te presente a todos, Anna... Gryffindor?