Avisos habituales. Va a correr la sangre. Muchas gracias por los reviews.

Conflagración

Había transcurrido el plazo previsto. Todos estaban en sus puestos.

Para Adán, sólo había algo peor que un enemigo inteligente y astuto. Un enemigo inteligente, astuto... y tramposo.

Aunque él también sabía hacer trampas.

-¿Así que contamos con vuestra ayuda, Mitrídates?-dijo dirigiéndose al joven centauro.

-Sí.-dijo éste, recogiendo sus flechas y señalando a los demás centauros.

-De acuerdo. Hágame un último favor, antes de entrar en batalla. Dígale a Seth que venga aquí, ahora.

El centauro se retiró sin más preguntas.

Adán sabía que el tiempo apremiaba. Pero esperó con la calma con la que había esperado tantas otras veces... como cuando se encontró en la situación de para a un ejército en inferioridad de 10 a 1. Aunque, fue fácil, porque conocía al enemigo, en cambio, en aquellos momentos no era ésa la situación.

Un ruido le hizo volver la mirada.

-Hola, Seth.

-Hola, Emisario.

-No me gusta excesivamente ese título, pero si así te parece que nos entendemos.-dijo encogiéndose de hombros.-Te he llamado porque tú eres el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y por lo tanto, podrás corroborar mis sospechas.

Hubo una pausa, adán seguí mirando al horizonte más haya de las colinas.

-Existen criaturas que son oscuridad pura. Son los Dementores.

-Sí.

-Y desertaron de Azkaban para unirse a Voldemort.

-Sí.

-Entonces.-se volvió y Seth se encontró con el jefe militar que nunca había sido derrotado.- "Que Khali tome el mando para defender el castillo. Encárguese de destruir las fuerzas mágicas de Voldemort. Harry es la clave. La Batalla de Hogwarts ha empezado. "

Y se dirigió hacia la gran mancha oscura que se acercaba. Miles de Dementores. Los había sentido acercarse. Y ahora se iba a enfrentar en solitario a ellos. Se volvió y le dirigió una última frase a Seth.

"Ha sido un honor conocerle, Gran Mago de la Orden de los Dragones Gemelos"

Y ante los atónitos ojos de éste último, reapareció la figura que una vez le mostrara Khali. Acorazado, ágil y prácticamente invulnerable, el Aniquilador se disponía a lanzar un ataque distinto. Un ataque mental y no físico.

Pero esto Seth no lo sabría hasta después.

Los pies se le hicieron de plomo al volver a la Escuela. Bastó con dar la voz de alarma. Cada uno sabía lo que tenía que hacer.

Khali agrupó a los alumnos más jóvenes cerca de ella. Ahora sabía porque la razón de ser de la frase "proteger como una Reina a los suyos". Tenía el instinto maternal a flor de piel, y no iba a dejar que ninguno de sus "hijos adoptados" sufriera ningún daño.

Spica, Hob y los magos de la Orden repasaron todos los conjuros posibles, prohibidos y olvidados que pudieran servir.

Ron le dijo a Hermione que con lo de hacía dos noches, no le importaba morir luchando.

-Qué tonterías dices, Ron. Saldremos de ésta.

Anna se había jurado no despegarse de Harry. Ni siquiera cuando tuviera que enfrentarse a su primo abuelo.

Y Malfoy se acercó a los dos con la varita ya preparada.

-¿Vamos a hacer que muerdan el polvo, Potter?

Pocas cosas habrían sorprendido más que una señal amistosa de parte de alguien como aquél Slytherin. Pero no era momento de pensar en esas cosas.

-Por supuesto, Malfoy. Por supuesto.

Mientras tanto, Seth subió al punto de observación más alto del castillo. Por un lado venían los dragones... o más bien se intuían. Y la "nube" oscura de los dementores era casi palpable. Y avanzando hacia ella, el gigante oscuro en el que identificaba a Adán.

-¿Cómo lo hará para vencerlos?-se preguntó en voz alta.

En ese mismo instante, Adán se vio rodeado por la oscuridad que esparcían los dementores a su alrededor. Tal como sabía que pasaría, todo se oscureció y el mundo pareció hundirse, volverse oscuro. Todas las muertes y el dolor que presenció en vida volvieron a él. Pero continuó avanzando. Hasta el mismo centro de aquellas abominables criaturas, donde reconoció a su jefe.

-¿Quién eres?-pareció que decía el dementor.

-Lo último que vas a ver.-respondió tranquilamente Adán. El dementor no tuvo demasiado tiempo para responder.

El Aniquilador concentró en aquél mismo instante las alegrías de la infancia, los juegos, el saber que no era huérfano, el apoyo de sus camaradas, en la juventud, sus victorias... su compañera... y su hijo. Y desenvainó su espada.

Seth lo vio desde fuera. Los demás también lo vieron.

-¿Ésa luz no es la de un Patronus? –preguntó Snape que observaba también.

La nube oscura fue borrada como si un viento huracanado la hubiese barrido. Sólo quedó una figura... sosteniendo una espada que emitía la luz propia de un Patronus.

-¡Voldemort!-la exclamación pareció atravesar sin problemas las más de dos millas que separaban a Adán de Voldemort.-Soy Adán, Aniquilador del Ejército de los Supervivientes. Esta espada se llama "Libertas". Y he segado muchas vidas con ella.

"Como ves, te estábamos esperando. Puedes hacer dos cosas. Rendirte o luchar.

Sólo la risa siniestra del Señor Oscuro le respondió.

"Entonces... lucha."

Y cargó contra los gigantes y los rojos dragones que eran la vanguardia del ejército de Voldemort.

-Está loco. Dijo Hob.

-No.-respondió una voz.Se volvió para encontrar una Khali cambiada...majestuosa.-De hecho, esas pobres criaturas no tienen ninguna posibilidad contra él. Prepárate para salir, Hob.-dijo con dulzura, pero con autoridad.

De hecho, todos los magos y brujas que iban a luchar estaban ya saliendo para enfrentarse a los Mortífagos y los duendes. Los centauros empezaron a enviar una lluvia de flechas sobre el eje´rcito enemigo.

Voldemort simplemente no se lo podía creer.

Ese tal Adán, que se decía Aniquilador, hacía honor a tan extraño título. Descuartizaba gigantes y mataba dragones como si fueran de papel.

Era hora de terminar con él...

-¡Señor! Mirad...-dijo Bellatrix

Voldemort miró... y se sorprendió. Eran viejos conocidos. Tonks, Lupin, Moody... la Orden del Fénix... atacaba por la retaguardia.

-Ha copiado mi sistema,-dijo para sí mismo Voldemort.

Mientras tanto,un gigante había logrado atravesar la capa de blindaje de Adán y seccionar su mano derecha. Todos los mortífagos vitorearon.

Hasta que vieron que la mano volvía a surgir, justo a tiempo para decapitar al osado gigante.

Eso dejó helados hasta a los atacantes de Hogwarts.

-¿Qué demonios son los Emisarios?-se preguntó Malfoy.

Ya preguntaría después. El duende que le había tocado en suerte era hábil.

-¡Petrificus Totalis!

Por fin consiguió inmovilizarlo. No hizo falta más, porque uno de los dragones recién muertos por Adán le cayó encima, aplastándolo.

-A por el siguiente.

Hob, Spica, Ron y Hermione se enfrentaban ya a los mortífagos.

-Vaya, vaya. Si es el viejo Colagusano, mi mascota...-dijo Ron al reconocerlo.

-¡Expelliar...!-gritó este

-¡Protego! –y la varita del mortífago voló por los aires.

-Como ves, he mejorado algo.-Le dio un muy poco mágico golpe y lo dejó tendido.

Harrry no olvidaba una cosa. Bellatrix. Tenía que encontrarla. Y Anna lo seguía de cerca.

-¡Avada Kedavra!-lanzó uno de los mortífagos contra Adán. Su sorpresa fue enorme al comprobar que ni se inmutaba.

-¿Acaso olvidas que mi coraza repele todo ataque mágico de los vuestros? –fueron las últiams palabras que escuchó el mortífago. Su sangre formó un charco enorme. Pero no se notó entre los demás.

-¿Bajas? Preguntó Khali en el castillo.

-Sólo heridos. Los están trasladando.-respondió la responsable de inteligencia de la Orden de los Dragones Gemelos, que había decidido quedarse como lugarteniente de la Reina.

-Una victoria aplastante... de momento.

Por fin, la asesina estaba a tiro. Y además, estaba tratando de acabar con Moody.

-Y un cuerno. –dijo Harry.-¡Inviriatio!

El conjuro enseñado por Seth funcionó a la perfección. Bellatrix se encontró de golpe con que su varita escapaba de sus manos y empezaba a dar vueltas.

-¿Qué tal una temporadita en Azkaban?-dijo Moody al darse cuenta de la situación.

Dumbledore había reducido sin dificultad a docenas de duendes y Snape se divertía con el medallón que le entregara Spica. Medallón que, de hecho, hacía parecer que su portador estaba en otro lugar distinto al real.

La propia Spica y Seth estaban dando cuenta de las últimas fuerzas mágicas de Voldemort.

Voldemort era consciente de que había perdido. Sólo le quedaba una cosa por hacer antes de retirarse y reconstruir sus fuerzas, sin embargo.

-¡Avada Kedavra!

Pero en ese mismo instante, Harry recordó la última vez... pero, esta vez....

-¡Destructo Maleficarum!-el conjuro estaba olvidado. Pero Seth le había explicado que seguía siendo efectivo contra magos maléficos...

Ambos conjuros chocaron. Hubo una explosión. Y los dos combatientes se quedaron tendidos en la tierra. Un dragón malherido estuvo a punto de aplastar el cuerpo de Harry, pero Colagusano lo impidió.

Por toda respuesta a la pregunta del por qué de dicha acción, dijo.

-Ahora, estamos en paz.-como dijera hace tiempo Dumbledore, Harry podría alegrarse cquizá de hberle perdonado la vida al traidor.

-Están muertos..dijo Hermione, a punto de sollozar.

-No. En la Frontera. –respondió Adán, mientras limpiaba su espada, comprobaba la rendición de las fuerzas de Voldemort y que todos estaban vivos,aunque más o menos magullados-.

"Ahora, sólo Harry puede terminar con esto. En el limbo entre la vida y la muerte, ambos contendientes decidirán...-

Recogieron los dos cuerpos. No sin notar la extraña "humanización" de Voldemort. Dumbledore lanzó una mirada significativa a Adán. Este respondió...

-Espero que signifique lo que yo estoy pensando. Y añadió.-Harry va a necesitar nuestra ayuda. Y Tom también.

-¿Tom?-preguntaron al unísono todos los magos.

Nota del autor: Dejen reviews, tengo mucho interés en conocer su opinión.