Disclaimer: Todo personaje o situación parecida o igual a los libros pertenecen a J.K. Rowling, Warner Brothers y demás. La canción "Un beso y una flor" pertenece a Nino Bravo.
N/A: Mi palabrería barata está al final del capitulo, por ahora, ¡sólo lean!
19 de septiembre, 2004
¡FELIZ CUMPLEAÑOS HERMIONE! ¿Puedes creerlo? Veinticuatro años, la vida se nos está yendo de las manos. En Fin, sólo quería decirte que necesito que apenas recibas esta carta te vengas inmediatamente para mi casa, que te tengo una gran sorpresa, créeme, lo fue para mí. Creo que es el mejor regalo que puedo darte, ya que sé que desde hace años ansías tenerlo, ven pronto.
Ron
Hermione río divertida... ¿en realidad Ron esperaba que se fuera inmediatamente para su casa? Era la medianoche pasadas en Natal, en Río Grande do Norte, Brasil, y en Londres serían apenas las tres de la mañana. Se levantó y corrió todas las envolturas de regalos, cartas y demás cosas de lo que todos le habían mandado por su cumpleaños y se dirigió a la cocina a tomar un poco de café, y luego asomarse a la gran ventana de su sala que tenía la vista completa de la playa.
Mientras sorbía su café observaba como las rebeldes olas golpeaban con fuerza la orilla de la costa, y como la luna menguante brillaba en la nublada noche gris, y su reflejo era apenas visible en el agitado mar. Suspiró profundo y poniendo su taza ya vacía de café, se masajeó las sienes.
"Cielos..." murmuró entre los ronroneos de Crookshanks quien estaba a sus pies. Se recostó en el marco de la ventana mientras se perdía en el paisaje agreste frente a sus ojos. Sí, veinticuatro años a su espalda, y ya se sentía tan vieja y cansada. Al día siguiente tendría que trabajar, era profesora de Transformaciones en la escuela "Jóvenes Magos del Mañana", o "Wizards Novos a Manh", de donde obtenía una excelente paga. Sus padres le habían dicho que estudiara algo muggle, algo que había hecho sin protesta alguna. Bien, ahora aquello daba frutos para continuar, pero en el mundo mágico, que era donde ella había decidido estar, sin aceptar "sugerencia" alguna.
Era la profesora más joven que la escuela había tenido alguna vez, pero decidieron hacer una excepción por las excelentes calificaciones que tenía, y claro está, las influencias de Dumbledore, que era aún bastante poderoso hasta en el otro lado del mundo. Hermione era una profesora dedicada, daba lo mejor de sí en cada clase, procurando enseñarle a sus alumnos todo lo que ella había aprendido en cada año, y que lo aprendieran de forma correcta. Cuando era una recién llegada, los alumnos e incluso los maestros no la tomaban en serio, ya que decían que una persona tan joven no podría con tanta responsabilidad, y por eso incluso los estudiantes se burlaban de ella. Pero con el paso del tiempo se sorprendieron de cuántas agallas y ganas tenía de trabajar y con todo el empeño que ella daba, que la burla cesó y empezaron a tratarla, el resto de maestros, como una igual, y los alumnos, como alguien mayor de quien acatar órdenes; todos en general, aprendieron a respetarla.
Había hecho buenos amigos desde entonces, y uno que otro admirador entre el cuerpo estudiantil, porque aunque no era una mujer muy bonita físicamente, lo era internamente, y una vez que se conocen este tipo de personas, los empezamos a ver como criaturas muy hermosas. Sus estudiantes le querían tanto por como era ella en su interior, que algunos terminaban hasta mirándola como si fuera una muchacha de su edad.
A Hermione esto le parecía muy dulce, y aun ella sólo les llevara cinco o seis años, se sentía mucho mayor, y los veía como si fueran sus hijos a los que tenía que educar.
Apenas sonaron las doce campanadas de la iglesia cercana a su casa, muchas lechuzas entraron zumbando por cada ventana abierta del lugar, por parte de familiares, amigos y estudiantes, trayendo regalos excepcionales y tarjetas con las congratulaciones, algo que le había iluminado mucho los últimos días grises que había pasado por la decisión que había tomado, que era dejar de atormentarse por Harry una vez supiera que él estaba bien. Como en esos últimos meses que había tenido vacaciones, había logrado averiguarlo, se había prometido dejar atrás todo lo que sentía por él y todas sus ilusiones de adolescente, y realmente seguir con su vida. Según lo que había averiguado de Harry, eso era lo que él había hecho donde quiera que estuviera, ya que aquella información fue imposible de saber.
Parpadeó unas veces para salir de su estupor, y sacudió su cabeza volviendo a sus sentidos.
"Vamos Crookshanks, es hora de ir a la cama" dijo con una cara somnolienta apagando las luces de la sala y la cocina, y dirigiéndose a su habitación con su gato detrás, siguiéndola en todo el recorrido.
Entró a su cuarto cerrando la puerta luego de que su gato entrara y se acomodara en una pequeña cama que tenía en una esquina del recinto. Se volvió a mirar al cielo por su ventana una vez más, y vio como unas ligeras gotas empezaban a golpear suavemente su ventana.
"Iré donde Ron apenas me levante" se dijo a sí misma, apagando las luces de su cuarto, corriendo las cortinas de la ventana, para luego meterse bajo las sábanas de su confortable cama y por fin después de varios días de insomnio, logró conciliar el sueño.
Cuando se levantó sintió los débiles rayos de sol penetrar por entre las cortinas y caer sobre sus ojos, así que con un gran esfuerzo, acompañado de un gran bostezo, salió de su cama, estirándose y mirando hacia su mesa de noche. Los grandes números rojos de su reloj le indicaban que eran las siete de la mañana en punto, así que con un nuevo bostezo, se dirigió a su baño a tomarse una ducha.
Sentía el agua caer sobre su cabeza, y recorrer el resto de su cuerpo, mientras trataba de pensar que tenía que hacer aquel día.
Cada año, durante su cumpleaños, Hermione volvía a Londres para festejar con su familia, y amigos, pero este año sería diferente; recientemente uno de sus familiares, un tío político de su madre(quien Hermione no conocía), había muerto hacía unos días, y sus padres habían ido a su entierro y a consolar al resto de la familia devastada. Hermione hubiera ido también, pero su madre se negó a que ella fuera, alegando que como podría pasar su cumpleaños en un cementerio, o consolando gente que no conocía, así que la habían convencido para no ir.
Ron, por otro lado, al enterarse de esto, la había invitado a que fuera a pasar su cumpleaños con él, y él trataría de festejarlo de una buena manera. Hermione se sobresaltó y salió de sus pensamientos cuando sintió el agua totalmente fría caer sobre su espalda, así que con gran reluctancia, cerró la llave y salió de la ducha, poniéndose una toalla alrededor del cuerpo y otra sobre su cabello, para que no empapase el suelo.
Mientras se cambiaba llegó a su mente la carta de Ron, y se preguntaba que sorpresa le tendría. ¿Algo que ella había deseado por mucho tiempo? ¿Qué podría ser? ¿Y qué sería aquello que hasta había sorprendido a Ron mismo? Nuevamente sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una lechuza entró por la ventana de su sala y entró a su dormitorio, atado a una pata el periódico local, en la otra una bolsita para depositar el dinero. Un poco frustrada por ser interrumpida constantemente por todo aquel día, Hermione tomó el periódico de la lechuza y depositando el dinero en la bolsa, se dirigió a la cocina mientras el ave salía nuevamente por donde había llegado.
Hermione tomó sus gafas del mesón y se las puso antes de hacer un movimiento con su varita apuntando hacia la cafetera, para que ésta empezara a hacerle café, mientras sostenía el periódico en la mano izquierda y leía atentamente. Apuntó a la estufa y murmurando algo, una cacerola con huevos adentro apareció y empezó a hacerle su desayuno, mientras continuaba leyendo.
Se sentó en la mesa auxiliar mientras una taza de café recién hecho se posaba sobre la mesa, listo para ser ingerido. Sin apartar la vista del periódico, empezó a sorber, sintiendo como la cafeína la levantaba aún más de lo que la ducha fría había hecho, empezando a comer luego sus huevos revueltos que quien sabe cuanto tiempo que habían aparecido ahí, porque se encontraban un poco fríos. Luego de varios minutos de comer y leer, Hermione dejó el tenedor sobre el plato ahora vacío, puso el periódico sobre la mesa, y se dirigió al baño, para completar con el ciclo higiénico con el que había sido inculcada desde niña.
Minutos después salió del baño, atándose su enmarañado cabello aún mojado(que en éste estado se encontraba un poco más domable) en una cola de caballo y observando su reloj nuevamente. Eran las ocho pasadas, así que corrió frente al espejo y se miró, con el ceño ligeramente fruncido.
Vaya que había cambiado desde que estaba en la escuela. Tenía la misma estatura con la que había salido su último año(si no había crecido por ahí sólo dos centímetros), y su cabello era igual y si no aun más enmarañado que antes, y no era voluptuosa o curvilínea como las modelos o incluso algunas de sus compañeras de clase, era totalmente promedio; prácticamente, se podría decir que no había cambiado en lo absoluto, pero en algunos aspectos era totalmente diferente: su forma de pensar y ver la vida era bastante distintas, y su rostro ya no era el de una niña, ni siquiera el de una mujer de su edad. A pesar de tener las mismas características físicas, sus rasgos eran diferentes. Ahora eran mucho más profundos que antes, sus expresiones menos evidentes, y sus ojos mostraban una sabiduría increíble, y reflejaban la vida de una anciana que ya ha vivido toda una larga vida llena de penas y alegrías; en fin, sus rasgos y facciones habían madurado, era una mujer fuerte y determinada, como cuando niña, sólo que sus perspectivas de la vida eran distintas.
Muchas personas piensan que si alguien cambia por dentro, no se notará por fuera, pero están equivocados; en cada acción, cada gesto, cada expresión, será posible ver el cambio en la persona, ya que éste estará impreso en los otros, y eso es lo que nos da un rostro totalmente nuevo, ya que éste adopta una representación física de lo que la persona es.
Bien, Hermione era una de estas personas, había cambiado tanto internamente, había pasado por tantas cosas en esos años, que su rostro, aunque tuviera la misma forma y todo el mismo tamaño, era completamente nuevo al que tenía cuando ella era una joven de diecisiete años.
Cuando estaba en la universidad su vista había desmejorado notablemente, y una visita al oftalmólogo le había aclarado que tantos años en la escuela de leer bajo la luz de las velas, en total oscuridad, había afectado tanto sus ojos saludables, que era motivo por el cual ahora tenía que usar gafas para leer tanto de cerca como de lejos. No le molestaba en lo absoluto, es más, pensaba que le hacían ver mucho más intelectual que antes e incluso se sentía cómoda con ellas, hasta había llegado a sentir que eran una parte de ella misma.
Suspiró mientras se observaba en el espejo. Se había puesto un simple vestido azul que sus padres le habían mandado como regalo, que aunque sencillo, le había gustado mucho. Pasó sus manos varias veces sobre él, tratando de desvanecer arrugas inexistentes, sintiéndose un poco nerviosa. No entendía por qué, si sólo vería a Ron, pero tenía cierto presentimiento de que algo importante sucedería aquel día, de seguro por la sorpresa que el pelirrojo le tenía.
Dándose una última mirada resignada en el espejo, se dirigió a la sala tomando su varita, con Crookshanks en sus talones.
"Bien, te dejé servida bastante comida y agua, porque no sé a qué hora volveré a casa..." decía mirando a su gato color canela; a veces se llevaba la impresión de que él era un humano. "...pórtate bien y procura no escaparte a la playa a perseguir gaviotas" dijo lo último mirándolo a forma de reproche. Crookshanks bufó indignado pero ronroneó cuando Hermione se agachó para rascarle ligeramente las orejas de forma afectiva, antes de dirigirse a la puerta y salir de su casa, cerrándola tanto como pasando seguro al cerrojo, como aplicarle hechizos de seguridad. Descendió las escaleras que terminaban en forma recta hacia la arena, y caminando cinco metros lejos de ellas, se apuntó con su varita, y con un crack desapareció del lugar donde momentos antes se encontraba.
Segundos después apareció en la sala de un enorme apartamento en el último piso de un edificio alto a las afueras de Londres, obviamente en territorio no muggle. Observó desde donde apareció a las enormes puertas corredizas de cristal que estaban frente suyo, las cuales dirigían a una pequeña terraza desde donde se podía apreciar la mayoría de la ciudad. El sol era algo débil detrás de las nubes blanco-grisáceas, tomando posición en la parte más alta del cielo, a medida que el medio día se acercaba. Caminó por entre los muebles blancos de la sala y la pequeña mesa de roble oscuro en el centro de ella para llegar justo frente a las puertas cristalinas y apreciar mejor la vista. Muy abajo se podían ver pequeños puntos yendo en todas direcciones en las aceras y carros que parecían de juguete andar por las calles. Hermione sonrió, cada personita que veía desde ahí tenía su propia vida, sus propios problemas, pero desde ahí se veían como meros muñequitos...
Se dio la vuelta y empezó a caminar por el lugar que parecía desierto, preguntándose dónde se encontraría Ron.
"¿Hola?" dijo caminando por el enorme apartamento, mirando en cada puerta abierta por rastros de vida humana. "¿Ron, estás aquí? Quien sabe dónde se habrá metido..." dijo con un ligero tono de voz exasperado, aún dando vueltas en el lugar.
Precisamente el menor hombre de los Weasley era el dueño de aquel apartamento, y lo había obtenido con un arduo trabajo durante muchos años. Trabajaba en una sucursal de bancos mágicos distribuidos por todo el país, afiliados a Gringotts, y obtenía un sueldo extremadamente alto para un muchacho de su edad. Luego de salir de Hogwarts, Ron había tratado inútilmente ingresar al ala de aurores del ministerio, pero tras fallar varias veces en las pruebas de ingreso("no sabes lo difícil que aquello es" había dicho después del tercer intento fallido, sus orejas un poco rojas), decidió optar por una carrera distinta. Así, Gringotts abrió un puesto vacante para aspirantes al puesto de gerente del banco, claro que después de varios años de entrenamiento, justamente en el tiempo en que el pelirrojo buscaba empleo, y Ron, por pura suerte o por un talento innato que no había descubierto, obtuvo el empleo con las más altas notas de entre los aspirantes al puesto. Así, durante todos estos años, Ron había escalado arduamente para llegar a la posición que en dos años más de espera obtendría si seguía con su buen empeño, gerente de la sucursal misma, encargado de administrar todos los bancos en el país. Su familia no podría estar más orgullosa, y Ron se sentía extremadamente feliz de que por primera vez en su vida pudiera tener algo más que pequeñas monedas de bronce en sus bolsillos, y no se sintiera mal por el aspecto económico que tantos dolores de cabeza le había traído a su familia durante el pasado.
Hermione llamó una vez más, su voz sonando más irritada que antes. Paró cerca de la cocina, suspirando pesadamente, maldiciendo a Ron bajo su aliento. ¿Habría sido capaz de olvidarse de su invitación? ¿O en realidad pensaba que ella aparecería a las tres de la mañana en su hogar?
Bueno, pensó Hermione encogiéndose de hombros, al menos debí avisarle que venía a este preciso momento, de pronto estará con su familia o algo.
Un ruido proveniente de la cocina la sacó de su ensimismamiento. Observó un poco nerviosa el final del corredor, cuyo principio tenía la puerta de la cocina, su corazón palpitando más aceleradamente. Iba a llamar de nuevo a Ron, cuando una voz vagamente familiar resonó desde el lugar.
"Hey Ron, ¿no tienes algo más que no sea comida enlatada..." la voz se apagó al final cuando su dueño apareció al final del corredor, sosteniendo en ambas de sus manos dos latas de comida diferente, mirando a Hermione inquisitivamente.
Ella le observó un poco extrañada, sin decir nada, su corazón palpitando furiosamente contra su pecho ante la aparición del joven.
Era un muchacho de aproximadamente su edad, bastante pálido, a decir verdad, de un blanco casi leche, con un desordenado cabello azabache cuyos mechones apuntaban a toda dirección. Era de contextura delgada, aunque sus músculos firmes, y una sonrisa bonachona. Sus gafas redondas escondían unos hermosos ojos verde esmeralda que en el momento denotaban interrogación, y la muchacha notó el final de algo parecido a una cicatriz bajo los mechones negros que contrastaban increíblemente contra la piel blanca de su frente.
Hermione abrió sus ojos como platos, sin creer lo que veía antes sus ojos.
"Ehh... Hola, ¿puedo ayudarte?" dijo el muchacho aún con la sonrisa, mirando curiosamente a Hermione. Ella pasó saliva con dificultad, su corazón palpitando tan fuerte que pensó que en cualquier momento saltaría de su pecho. Sus manos se tornaron frías y temblorosas, al igual que su voz(cuando por fin la encontró) y pronunció las palabras que pensó jamás volvería a decir en vida.
"¿Ha-Ha-Harry... eres tú?".
N/A: Hola a todos!!!!!! Siento muchísimo la tardanza, pero ya saben, con todo lo de la navidad y eso... y mi inseguridad de si seguir o no con la historia... en fin, primero que todo quiero decir... WOW, me dejaron sin palabras sus reviews, no saben cuánta alegría me dio el ver las opiniones tan buenas que tienen sobre mi historia, no saben cuánta felicidad me trajeron, mejor regalo de navidad no pude haber recibido... ==
Bueno, siento realmente si este capitulo les pareció algo bobo o innecesario, pero créanme, es simplemente necesario porque necesitaba dejar en claro como es la vida actual de Hermione, donde vive, que hace, hasta que come, jejeje, porque simplemente odio dejar espacios vacíos y no hubiera podido continuar sin antes dejar todos aquellos detalles en claro. Espero que este capitulo haya sido de su agrado y pues es el principio, la introducción de la nueva etapa de la historia, vamos a ver como evoluciona de ahí, jejeje, risa malévola ahh, en fin, sólo quiero dejar en claro que ya tengo toda la historia en mi cabeza, así es, sé a dónde quiero llegar, sé qué quiero que pase y cómo va a pasar, en fin, la historia está terminada, lo único que falta es escribirla en el computador, jeje risa nerviosa pero ya saben, les pido porque es muy importante, necesito conocer su opinión con respecto a cómo va la historia y si les gustó o no la forma en que empecé a contar las cosas, su opinión es realmente importante para mí ya que así sabré si estoy haciendo un buen trabajo con la forma de escribir la historia.
Muchisisisisisisísimas gracias a Iory, cristalgirl, tonks, hullS, lolo, Calixta, AngelinaB, pgranger, Zulma, K. Oracle, Sakura Potter, Hermi, BB, Hcate y Karla Granger les agradezco su opinión y me alegra muchísimo saber que tienen tan buen concepto de mi forma de escribir y de mi historia, me hacen extremadamente feliz...
Y otra cosa, jeje, no se preocupen por si la historia queda a medias, créanme, la terminaré, odio empezar algo y no terminarlo.
Si quieren hablar conmigo por vía e-mail, pueden escribirme a hpravenclawsheiryahoo.es, pero no olviden también dejarme un review aquí, jeje...
Quiero que sepan que su opinión es muy importante para mí, así que por favor, los que siempre me han dejado reviews, sigan haciéndolo!!! Y los que no lo han hecho, pues también déjenlos!! Quiero saber si les va gustando la historia hasta ahora como va, bueno, ahora sí dejo la cháchara y los dejo para que me dejen su review ;) Gracias, y un feliz año nuevo a todos!!!
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