Capítulo 1: Misteriosos visitantes…
Las suaves sabanas de seda, color verde oscuro, se retorcían alrededor del cuerpo desnudo de un joven de ojos plateados como el acero y cabello rubio que le caía suavemente sobre la cara, todo parecía estar en calma la suave brisa que entraba por la fina ventana abierta y movía las cortinas de satín igualmente verdes, las hebras de la alfombra francesa, los muebles de caoba que se estremecían debido al frío clima, todo, hasta que un grito estremeció ese ambiente lleno de paz.
HARRYYYYYY!!!!!!- gritó el muchacho ojigris a la vez que se levantaba impetuosamente de su cama, el sudor le corría por el cuerpo y una lagrima recorrió lentamente su delicada mejilla blanca como el marfil.
Señor Draco, ¿se encuentra bien?- dijo la temerosa voz de un elfo domestico que se encontraba del otro lado de la gran puerta chapada en plata y hecha de la mas fina madera sudamericana.
Claro…- dijo soberbiamente Draco mientras se limpiaba su cara con la sabana - y no te atrevas a entrar estúpido elfo, o pagaras las consecuencias…-
No…-dijo la voz del elfo aterrorizada -solo venia a advertirle que el desayuno esta listo y que puede bajar cuando lo desee…-
Así lo haré…-dijo Draco en tono despectivo…-ahora largate… quiero estar solo…-
Draco espero hasta que los pasos del elfo se perdieran por el pasillo para levantarse de su cama, - ¿que había sido eso?-, se preguntaba a si mismo mientras se miraba fijamente al espejo, - No, no fue nada… absolutamente nada… y deja de pensar en idioteces…- al terminar de decir esto, se empezó a poner una playera un poco ajustada color azul cielo y un pantalón blanco, y bajo a desayunar.
Ese verano Draco, sin contar a la servidumbre, se encontraba solo en su enorme mansión al norte de Europa, su padre Lucius se había retirado a una reunión secreta al norte de Siberia de seguidores del señor oscuro o mortífagos como los conoce la muchedumbre del mundo mágico, su madre asesinada hace dos años por su padre yacía en una pequeña tumba en el patio trasero de la mansión, lo cual hacía que sus pasos retumbaran por toda la casa como si esta, estuviera abandonada, Draco que ahora tenía 16 años, estaba apunto de ingresar a su penúltimo año en Hogwarts, había crecido bastante desde que estaba en primero, su cabello rubio como el sol le caía sobre los hombros y llevaba siempre recogido en una pequeña colita, su cuerpo delgado pero un poco marcado era la de envidia de muchos estudiantes y el objeto del deseo de muchas chicas, si se lo propusiera podría tener a quien quisiera, pero el solo pensaba en una persona, y la persona menos adecuada si eres un Malfoy, así es, aunque se lo habría dicho instantes a atrás y muchos otros días, a decir verdad, todo lo que iba del verano, -y todo por culpa de ese estúpido sueño.-, se repetía una y otra ves, mientras bajaba las escaleras rumbo al enorme comedor,-¿pero por que?..-, por que con esa persona, -¿por que de los millones de magos en este mundo tenia que ser el?...-, decía para si mientras que un elfo domestico le servía el desayuno, lo comió silenciosa y rápidamente, y regresó a su habitación, se miro nuevamente al espejo y se dijo asimismo -Eres un estúpido Malfoy…- y se tiro en su enorme cama de sabanas verdes, pensando, sintiendo, y alcabo de un rato quedándose dormido con una confusión enorme y un vacío en el corazón, pero mas que nada con una pregunta, -Por que el?...-
Ringggggggggggggg… (Sonido de despertador nnU)- se escuchaba por toda la habitación.
-Pero que diablos, ¿Malfoy?... ¿Que fue eso?- decía un agitado Harry Potter, mientras tallaba sus cristalinos ojos verde esmeralda y alzaba una mano para alcanzar sus anteojos en la mesita de noche.
Algo confundido por lo que había pasado, mira el reloj de su pequeña habitación en la casa de los Dursley, son las 8:15, y sin que pudiera pensar en nada más lo recuerda, lo recuerda en voz alta lo que es peor.
-Hoy es el día en que sale el tren hacia Hogwarts y se me esta haciendo TARDE!!!...-sin tener en cuenta lo fuerte que había gritado.
Harry salto de la cama y recogió las pocas cosas que había sacado de su baúl ese verano, casi nunca lo desempacaba,- ¿Para que?-, pensaba, -si de todas maneras no voy a estar mucho tiempo aquí…-, se encontraba a punto de cerrar su baúl cuando su tío Vernon abrió la puerta de golpe.
-Pero que diablos te pasa Harry Potter!!-dice en un tono despectivo y señalándolo amenazadoramente con su gordo dedo índice le replica-…no puedes gritar cuando quieras como si esta fuera tu casa entiendes!!!-.
Harry sin pensarlo dos veces toma su varita que se encontraba en su bolsillo, y antes de que el tío Vernon pudiera siquiera recordar lo que había desayunado, Harry tenia su varita apuntando al cuello de Vernon.
Llevame a la estación, y no hagas preguntas, ok?, no querrás que te infle como a tu querida hermana o si?...- dice Harry en un tono tan amenazador que hasta quien-ustedes-saben sentiría miedo.
Lo próximo que Vernon estaba haciendo era subir el baúl de Harry, al auto y manejar apresuradamente hacia ala estación, bajando bruscamente las cosas y acelerando bruscamente.
Ya en la estación, Harry se dirigió al andén 9 3/4, entró medio busco alrededor para ver si veía a alguien conocido, y al darse cuenta que no, simplemente subió al tren y se metió a un compartimiento escondido en los últimos vagones, puso sus cosas a un lado y se sentó a contemplar el paisaje por la ventana, no tenía ganas de hablar con nadie, quería estar solo, quería pensar en lo que le había ocurrido, en lo que le había estado ocurriendo durante todo el verano, - Por que diablos tengo que soñar tanto con Draco Malfoy?..., por que tengo que pensar tanto en Draco Malfoy?-, la cara de Draco le daba vueltas y vueltas en la cabeza, y lo peor era que no le desagradaba del todo.
Una enorme puerta de caoba y chapado de plata se azota fuertemente contra la pared de una habitación verde oscura…
- Levántate, Draco hoy tienes que partir hacia Hogwarts…- Dice Lucius Malfoy, al momento que abre las cortinas de golpe para que los rayos de luz entren en la oscura habitación.
- Si, ya voy padre, enseguida bajo…-dice Draco mientras se sentaba en la orilla de la cama.
- Apresúrate, hijo el chofer te espera…- dice mientras sale de la habitación.
-Harry Potter…-Susurra tiernamente antes de levantarse de su cama.
-Harry…Harry…HARRY!!!!!!- grita una voz algo descontrolada.
-Hermione?...- dice Harry, mas dormido que despierto - ¿Que paso?...-, pregunta algo confundido.
-Pues estabas dormido, te veías algo raro así que Ron y yo decidimos despertarte… En que soñaste? Por que dijiste el nombre de Draco antes de despertar…- pregunta confundida.
-No, nada…- dice despreocupado- no me di cuenta cuando me quede dormido…-
Pero si pasaba algo, por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en Draco, dejar de soñar con Draco, repasaba todo lo que habían vivido juntos, la primera vez que vio a aquel niño rubio de 11 años subir al tren rumbo a Hogwarts, sus encuentros de Quiddich, las fugases miradas que se propiciaban durante las comidas, los encuentros en los pasillos que lo hacían sonrojarse…en todo, Malfoy era en todo en lo que de un tiempo para acá podía pensar, aunque incluso en su mente parecía una locura, en su corazón estaba seguro, se estaba enamorando de Draco Malfoy y no podía hacer nada para evitarlo, nada.
Por fin el tren comenzó a llegar, y a lo lejos se alcanzaba a deslumbrar el castillo, sus torres, el bosque prohibido, si, estaban llegando a Hogwarts, el tren al fin se detiene y una muchedumbre de Adolescentes y niños se dispone a dirigirse al castillo.
Harry camina solo apartado de los demás como en su propio mundo interior, aislado mira al cielo como buscando algo que no esta ahí, Ron y Hermione lo miran preocupados, y se preguntan la vez lo que le habrá pasado a su amigo para que estuviera en ese estado, pero Harry parece simplemente no ponerles atención, se encuentra muy ocupado pensando en otras cosas mas importantes que lo que los demás piensen de el, o al menos así pensaba.
Por otro lado Malfoy se encontraba igualmente desconcertado, perdido y distraído, no iba molestando a todos como solía hacerlo, ni siquiera dijo una palabra cuando al pobre de Neville Longbottom, se le abrió su baúl a medio camino y todas sus cosas terminaron regadas por doquier, no, simplemente le paso por un lado como si nada ocurriera, pareciera que su mente se encontraba en otro lugar y otro momento que podría ser cualquiera menos este.
El comedor de Hogwarts se encontraba como todos los años hermosamente decorado, con velas flotando en un techo que dejaba ver el cielo lleno de estrellas, las mesas de las diferentes casas tenían manteles con sus respectivos colores representantes, además de las paredes colgaban estandartes con los animales emblemáticos de las de las diferentes casas, había flores por doquier en las paredes en las mesas, hasta flotando en el techo junto con las velas, combinando con el cielo estrellado.
De pronto, la profesara Mcgonagall sale cargando al sombrero seleccionador en sus brazos, lo coloca en la banca, y empezó a recitar un discurso de bienvenida.
Harry por su cuenta, le propinaba miradas ocasionales al rubio slytherin, que de cuando en cuando lo descubría, igualmente que Harry descubría a Draco viéndolo detenidamente en ciertas ocasiones, y así siguieron durante toda la ceremonia de selección, extrañamente los dos seguían aquel juego de miradas que ya para el final parecía una rutina, primero Harry lo miraba Draco lo veía y este se volteaba, después Draco lo observaba y así sucesivamente.
Harry no sabia lo que pensaba Draco al verlo, pero el estaba seguro lo que sentía, si ahora al verlo de nuevo, al ver esos ojos gris -azules, esa piel blanca y tersa como el marfil, y ese sedoso cabello rubio que se encontraba en su mayor parte recogido en una pequeña cola sujeta con un delicado hilo negro, y con algunos mechones dorados que le caían sobre la cara y el cuello, lo sabía, es mas estaba seguro de lo que sentía, Draco Malfoy le gustaba, le encantaba, le fascinaba, es mas, sentía que podría verlo por horas fijamente sin cansarse.
Ahora más que nunca la cabeza de Potter parecía un torbellino de sentimientos, se preguntaba por que, por que tenia que haber sido Malfoy su enemigo de toda la vida la persona de la cual se tenia que enamorar, por que sabiendo que nada nunca podría pasar, continuaba aferrándose a la idea de estar en los brazos de Malfoy, de decirle lo que sentía, de ser correspondido, de ser feliz al lado de la persona que ama.
Harry, estas bien, que te pasa durante toda la ceremonia estuviste demasiado callado, ¿seguro que todo esta bien?...- preguntó Hermaione algo preocupada.
Si, además tu y ese Malfoy se miraban repetidamente, y se me hace muy raro me podrían decir, ¿que esta pasando entre ustedes dos?...- expreso Ron, preocupado.
Harry rió ligeramente, y añadió en un tono sarcástico - Si, Ron y Hermaione, no se los quería decir pero Draco y yo…nos amamos…- soltó una gran carcajada y dijo-¿nunca se los había dicho?- así siguió caminando por el pasillo rumbo a la sala común de Griffindor, ante las miradas atónitas de sus amigos.
No quería mentirles, pero estaba seguro de que no se encontraba preparado para decirles la verdad, y mucho menos ellos para recibirla, y aún mas tenía que pensar que hacer con sus recién descubiertos sentimientos, ya que no tenia ni idea que se hace en este tipo de situaciones, era la primera vez que sentía algo así, y no sabia que hacer, así que hizo lo primero que le vino a la mente y lo que considero mejor en este tipo de ocasiones, no hizo nada y se dirigió directamente a su cama, sin saludar y sin despedirse de absolutamente nadie, paso como si el lugar estuviese vació.
En su cama, de sabanas rojas como el fuego, Harry daba vueltas de un lado para otro sin poder dormir, un sentimiento de felicidad y angustia le llenaba el corazón, sentía unas ganas tremendas de abrazar a Malfoy, de besarlo de decirle que lo amaba de sentir su suave piel en sus manos, de simplemente estar con el, de amarlo, y a la ves sentía una desilusión enorme, por que sabía que eso nunca iba a pasar, por que sabia que nunca iba a poder tener a la persona que amaba, por que la única oportunidad que había tenido en toda su vida de ser realmente feliz, después de la muerte de sus padres y la vida con los Dursley, estaba en manos de su peor enemigo, una calida lagrima recorrió su mejilla .
-Draco, que te pasa por que veías de esa manera a Harry Potter durante la ceremonia de selección?...- pregunta una muy desconcertada Pansy Parkinson, a un indiferente Malfoy-…Hey! Malfoy no me escuchas te estoy hablando!..-
-Que diablos te importa Pansy, ve y mete tus narices a tus propios asuntos, o que tu vida es tan aburrida que no puedes mas que fijarte en la de los demás para poder tener algo en que pensar ?...estúpida!!…- respondió Draco en un tono muy poco amigable y se levanta del sillón de su sala común donde se encontraba.
Draco caminó por los pasillos del colegio, hasta llegar ala salida, ahí camino efusivamente hasta la orilla del lago donde se sentó, y dijo en voz alta -ESTUPIDO HARRY POTTER….TE ODIO!!- y se tiro al pasto un poco húmedo y fijo su vista en las estrellas que hoy se veían particularmente bien, debido a que era una noche sin luna, después de un rato de observar las estrellas sin pensar en nada mas que no sea Harry Potter, una estrella fugas pasa frente a sus ojos.
-Por favor, que el sueño que viene cada noche a mi cabeza no sea verdad…por favor…- susurra para si, mientras cierra sus ojos y una lagrima le recorre su blanca y tersa mejilla.
Una oscuridad llena el ambiente, tan oscura que no alcanzarías a distinguir tu propia mano enfrente de tu cara.
-Es esto lo que querías, Harry Potter?...- dice una misteriosa y tenebrosa voz -No es este tu mas profundo deseo…-
-Quien es?...Quien anda ahí??...- Dijo Harry de manera agitada- Que quiere de mi?... yo no le he pedido nada…-
-Oh, si claro que si lo has hecho- responde la voz -…y este solo el principio, pero recuerda que algo me tendrás que dar, cuando mi misión este cumplida…-
-De que habla yo no le he pedido nada…-responde Harry asustado-…déjeme en paz…por favor…-
Harry abre los ojos para descubrirse así mismo, sudando agitadamente en su cama, se toca la frente y se pellizca un brazo, al sentir el dolor dice para si -Todo fue un sueño…- todavía era un poco temprano, pero Harry decidió bajar a desayunar para no encontrarse con nadie, después del pequeño incidente de ase un momento no le quedaban muchas ganas de platicar con nadie, así que se metió en su túnica y bajo al gran comedor para desayunar.
Se encontraba prácticamente vacío, con la excepción de unos cuantos alumnos de último año, no había nadie más, Harry caminó hasta la mesa de Gryffindor y se sentó en silencio. De pronto por la puerta principal, entra un Draco Malfoy, algo desarreglado, por lo visto no había pasado una muy buena noche que digamos, su túnica estaba llena de hebras de pasto al igual que su cabello, al parecer había pasado la noche afuera.
Harry lo vio de reojo, y recordó lo que había soñado, - No, no puede ser…-, se dijo así mismo moviendo la cabeza de lado a lado en forma de negación,-Simplemente, no puede ser…-, lo miró atravesar el comedor, detenidamente, fijamente, obsesivamente, como a medio camino Draco notó los ojos esmeraldas que se posaban sobre el, quien no lo hubiera hecho la verdad, y le dirigió una pequeña mirada a Harry, que mas que intimidarse por ello, le sostuvo fervientemente la mirada, tan impetuoso que Malfoy optó por desistir y voltear hacia el frente.
El día parecía en si transcurrir de lo más normal, Ron, Harry y Hermione asistían a sus clases con naturalidad, estaba despejado y el sol brillaba iluminando los campos del colegio, el lago, el bosque e incluso el sauce boxeador lucían excepcionalmente bien ese día. Pero no para todos, Harry aún se encontraba desconcertado por lo que había ocurrido hace unas cuantas horas, -Quien diablos me hablaba?...Por que a mi?... y que diablos quiere?...- repetía constantemente en su cabeza, hasta que no pudo.
-Hermione…- le dijo Harry a la chica dejando que Ron se adelantara un poco, cuando se dirigían a la clase de cuidado de criaturas mágicas-…tengo que decirte algo muy importante…-
-Amm…pues dime Harry, que me quieres decir…-dijo a la vez que se detenía, y se volvía para verlo de frente.
-Ayer tuve un sueño muy raro…-decía con la vista perdida en las orillas del enorme lago azul que se encontraba frente a ellos- …Una voz extraña me hablaba...me sentí algo extraño…pero lo que es peor me dijo que esto era solo el principio…que cuando su misión estuviera cumplida me iba a cobrar…o algo así…- prefirió guardar para si los sueños con Malfoy, no estaba seguro de que Hermione pudiera entenderlos o amenos sin reclamarle o preguntarle nada.
-Pues debe de ser tu pasado con Quien-tu-sabes no crees?...por que no has hecho nada como para que te ocurra algo así…o si?...- musito Hermione.
Flash back…
La biblioteca escolar ese día se encontraba vacía, era el fin de cursos, el 5° para Harry, y no muchas personas se encontraban con deseos de seguir estudiando.
Un libro viejo y desgastado, seguramente de la sección prohibida de la biblioteca se encontraba tirado en suelo de uno de los pasillos oscuros hojeado misteriosamente por un ser invisible, que no era nada mas y nada menos que Potter.
-Por aquí debe de estar…-musitaba en voz baja- estoy seguro que lo vi por aquí…- unos pasos se escuchan por el pasillo, lo que aumenta la desesperación de Harry-…haber página 50…51…52…-los pasos se escuchan cada vez mas cerca-…53 esta es…- , los pasos se encontraban a punto de llegar a la puerta de biblioteca, así que Harry arrancó descuidadamente la hoja del libro…para salir de la biblioteca justo antes de que Dumbledore y Macgonagall entraran en la sala.
Fin del flash back
-No, claro que no…- dijo Harry- Voldemort eso debe de ser... mejor apresurémonos vamos a llegar tarde…- y siguió caminando con Hermione detrás de el.
En la noche durante la cena, enfrente de todas las mesas un figura alta y delgada caminaba por la orilla del salón, sus movimientos reflejaban una persona fina y ágil, delicada y refinada, su cara y cuerpo no se alcanzaban a distinguir claramente debido a que llevaba una larga túnica negra, que le cubría gran parte de su cuello y cara, se deslizaba entre los alumnos hábilmente, y aunque el comedor a esa hora era un completo desastre entre alumnos que se servían la comida, maestros que trataban de controlarlos y elfos domésticos, nunca tuvo algún percance con alguno, y su paso ágil como el mas audaz y grácil de los felinos no se detuvo hasta llegar frente a Dumbledore, al cual le entrego un pergamino envuelto de forma delicada y amarrada con un fino hilo dorado, Dumbledore leyó la nota por un momento, y sus labios parecieron decir -.Te estábamos esperando…- , al momento que se levantó de la silla en la que se encontraba sentado.
-Alumnos, compañeros maestros….silencio por favor…- dijo mientras con un movimiento de sus manos cientos y cientos de velas aparecían en el echo del salón, el cual quedó inmediatamente callado, y a pesar de que solo unos instantes atrás se escuchaba el barullo de los alumnos, el sonar de los platos, las platicas y risas con desafanadas, para este momento no se alcanzaba a percibir ni un solo sonido-…Es un placer presentarles a su nuevo compañero de clases…-hizo una pequeña pausa, dirigió su mirada lado a lado en el salón fijándola por un pequeño instante en Harry Potter, y luego prosiguió-…Ian Morfeous…- al momento de decir esto la misteriosa figura encapuchada se retiró su túnica dejando unos enormes ojos azul cielo y un cabello rizado color castaño claro que le caía delicadamente debajo de las orejas, la nariz del tamaño perfecto para su cara, recta y afilada, permitía el paso a unos carnosos labios rosados-rojizos, que combinaban perfectamente con el dorado de su tersa piel, además llevaba un piercing en su ceja derecha que lo hacía lucir sexy y rebelde, en decir, todo un monumento de chico, Dumbledore añadió-…querida Minerva, esto es un poco inusual pero podrías por favor traer el sombrero seleccionador…-
-Claro, Albus, enseguida lo traigo…- y salio de la habitación, y en menos de un segundo, volvía con un banco y el sombrero seleccionador encima.
-Siéntese, Señor Morfeous, por favor…- Ian inmediatamente se sentó, y Dumbledore le colocó el sombrero seleccionador en sus perfectamente bien definidos rizos…
Mm.….en que casa te pondr musitaba el sombrero dentro de la cabeza de Ian-Tu sabes cual es la correcta o no?...- replicó Ian una pequeña sonrisa se dibujo en su cara, pero como es posible…que raro…un instante después el sombrero gritabaGryffindor!!!.....
Ian camino seguro y lentamente a la mesa de Gryffindor, se detuvo un momento y dirigió una mirada de extremo a extremo de la mesa, deteniéndose un momento sobre Harry, para emitir una obscena sonrisa, y continuó caminando de ágilmente hasta sentarse a un lado de Hermione.
-Hola, soy Ian, mucho gusto…-musito mientras esbozaba una gran sonrisa mostrando unos dientes blancos como perlas y perfectos en sus proporciones.
-Mucho gusto…yo soy…- -Hermione…lo se…-interrumpió Ian abruptamente-…eres mas famosa de lo que crees…mejor alumna de Hogwarts…-dijo mientras lucía sus blancas perlas en todo su esplendor, lo cual hizo que la pobre Hermione se enrojeciera.
-Estos son Harry y Ron…-musito tímidamente mientras que en su cara aún se podían ver restos del anterior enrojecimiento.-Si algo he oído de ellos, bueno mas bien solo de Harry Potter, "El-chico-que-vivi" o algo así? No?...- dijo con naturalidad mientras que sus ojos recorrían el cuerpo y cara de Harry descaradamente como queriendo ser algo mas que amigos, a Ron no le hizo mucha gracia el comentario, pero al estar frente a tan impactante persona le cohibió demasiado y solo permaneció ahí sentado con el coraje subiéndole por la garganta.
-Atención…alumnos…permítanme su atención una vez mas, por favor…-dijo Dumbledore dejando una vez mas el salón en silencio-…creo que tenemos otro invitado de ultimo minuto…- musito mientras señalaba a un muchacho que se encontraba de pié junto a el, era un chico alto, delgado con el pelo lacio y de un color castaño oscuro, ligeramente ondulado en las puntas, unos hermosos ojos negros y unas cejas pobladas, que daban un perfecto marco para su recta nariz y sus sensuales y carnosos labios cafés, de tez morena un poco entre oscura y clara, de una quijada sexy, y masculina, y un parado soberbio y con aires de superioridad.
Al verlo se pudo ver como Ian musito en voz baja,-Estúpido, llegas tarde como siempre…-a la ves que sus miradas se cruzan y en sus rostros se enmarcan unas sonrisas de complicidad muy misteriosa.
-El Cross Dreamweber…por favor Señor Weber colóquese el sombrero…- Cross lo hizo al momento y en menos de un segundo el sombrero gritaba estridentemente Slytherin!!!… y Cross avanzaba con pasos rápidos y seguros hacia la mesa que le correspondía, y como si esta le perteneciera se sentó entre Draco Malfoy y Blaise Zabinni moviendo abruptamente al segundo.
-Hola, yo soy Cross…y si quieres dejar de tener basuras a tu lado…-mira despectivamente a Blaise-…creo que podremos entablar una linda muy linda amistad…-sonríe descaradamente mostrando al igual que Ian unos hermosísimos dientes blancos, pero en un estilo completamente diferente, eran mas descarados, seductores y hasta cierto punto malvados.
-Quien diab…-no pudo terminar su oración, por que de cierta manera quedo hipnotizado por la rara, extraña, exótica y seductora belleza del ser que ahora se encontraba ante sus ojos, sus plateadas pupilas brillaron como nunca antes y la atracción se hizo obvia.
-Pero como diablos permites que te hable así…-refunfuño Blaise al ver la química instantánea que surgió, y los celos que sentía-…a ti Draco Malfoy…el gran Draco…-
Cross giro los ojos y simplemente hizo un gesto de desprecio absoluto,-Callate, Blaise…-dijo simplemente Draco en un tono imperante-Yo soy Draco Malfoy…-añadió en un tono seductor y las sonrisas insinuantes entre ambos no se hicieron esperar.
Eran alrededor de las dos mañana, los azotes de una cama al suelo, cubierta con delicadas y finas sabanas color verde oscuro, la cama parecía destrozarse ante la impetuosa actividad de sus ocupantes, los gemidos llenaban el ambiente y los vidrios se encontraban empañados debido al contraste del frío infernal de afuera y el calor pasional que inundaba la habitación, mientras Draco Malfoy embestía salvajemente a su compañera de casa Pansy Parkinson, en un encuentro salvaje y agresivo, los arañazos y moretones se hacían obvios en la piel, mas que nada en la de Pansy, debido a que Malfoy mantenía su piel casi intacta.
La cama se estremecía con cada poderoso embate que le propinaba Malfoy a su pobre compañera, que entre gemidos y quejidos, solo alcanzaba a decir,-Si, Draco por donde quieras solo no pares por favor…mas…mas…mas….destrózame!!!...-
El momento del orgasmo se acercaba, las embestidas de Draco se hicieron más fuertes, salvajes e impetuosas, los arañones en la piel de Pansy aumentaron, y el daño a su esfínter, al igual que el placer creció en forma desmedida.
-Harry Potter…-musito Draco Malfoy en voz baja entre gemidos, justo antes de venirse, dentro de las entrañas y vientre de Pansy, de una manera colosal y abundante.
-Harry…-dijo en un tono vil, mientras se encontraba recostada sobre el lecho verde con el cuerpo adolorido y los interiores llenos de semen-…con que te gusta Harry Potter…que ironía…espera a que los demás se enteren…-
Draco no se inmuto ante la sonada amenaza de Parkinson, y lo que es mas, rebusco entre sus ropas tiradas en el suelo, saco su varita y con un ágil movimiento la apuntó en el cuello de Pansy.
-No me amenaces a mi estúpida…-dijo soberbiamente mientras pasaba su varita lado a lado del cuelo de su ahora aterrorizada compañera-…no creas que me importa mucho matarte…a decir verdad me importas un comino…la única razón por la que estas aquí es por que Blaise esta ocupado con su tarea de pociones…así que empieza a pensar a quien amenazas ok?...-termino bruscamente.
-No, Draco como crees que haría algo contra ti?...-dijo en un tono de sumisión.
-Solo lárgate, ya no me eres útil…-dijo soberbiamente rematando con un gesto con la mano.
Al momento Pansy, sale de habitación, mientras Draco se deja caer bruscamente en su almohada algo cansado por toda la actividad anterior.
La sala común de Gryffindor, iluminada por la chimenea, con una luz tenue color ámbar, nos permitía contemplar una veloz pluma que recorría rápidamente de un lado a otro un viejo pergamino.
-Harry…-dijo una Ian sorpresivamente lo que obligo a Harry a saltar de susto-…te asuste, perdóname no fue mi intención…-, -No, no fue nada…-contesto Harry,-Pero dime que haces a estas horas y solo…eh Harry?...-agregó Ian.
Harry no tuvo tiempo de contestar cuando sintió la delicada mano de Ian recorrer suavemente por su cintura,-Sabes Harry… yo se lo que necesitas…-dijo mientras su mano subía por su pecho-…desde la primera ves que te vi lo supe…-, y acerco su cara hasta que sus labios casi se rozaron, al instante Harry se levante, mas rojo que un tomate, mientras decía entre dientes,-mira la hora que es, tenemos clase mañana temprano, Ian, es mejor irnos a acostar no crees…-, y salió como alma que lleva el diablo recogiendo descuidadamente sus cosas, ante la mirada divertida y algo sarcástica de su compañero.
Durante toda la noche Harry no pudo sacarse de la cabeza las palabras de Ian, le sonaban tan raras y a la ves tan familiares, como si ya las hubiera escuchado con anterioridad, también pensó en Draco, y en como el chico nuevo se le había insinuado, y no pudo evitar sentirse celoso, y lo que es aún peor sentirse horriblemente vacío, y desesperado por no poder expresar lo que sentía, así que se decidió a la primera oportunidad que tuviera le confesaría todo lo que sentía, en fin no tenía nada que perder, y quizás mucho que ganar, y se quedó profundamente dormido.
Las días pasaron, y una oportunidad ideal para hablar a solas con Malfoy no se presentaba, estaba iniciando el otoño y las hojas de los árboles comenzaban a tomar un tono rojizo-amarillezco, Ian, se había convertido un gran amigo del trío Gryffindor, y un muchacho bastante popular en toda la escuela, además de su enorme belleza física, poseía un carisma y una personalidad tal que encantaba hasta el corazón mas duro, sus insinuaciones hacia Harry se hacían cada ves mas obvias, y en ciertos momentos, parecía que solo se necesitaba la iniciativa de alguno de los dos, para que la pasión se desatara, a Harry, simplemente le encantaba, el ver esos rizos color castaño claro y esos tiernos ojos azul cielo caminar por los pasillos del colegio lo embelesaba, y en ocasiones no podía dejar de verlo, de escucharlo era simplemente maravilloso, si no había pasado nada entre ellos era únicamente por que Harry era demasiado inocente como para saber cuando dar el primer paso, y a Ian le gustaba demasiado la inocencia de Harry como para robársela por un momento de pasión, así que las situaciones comprometedoras seguían ocurriendo sin llegar a nada, solamente lograban que los demás alumnos se murieran de envidia y celos, y una serie de rumores corrieran por todo el colegia acerca de la relación que existía entre Harry y su atractivo nuevo amiguito.
Otra amistad, que al parecer estaba floreciendo rápidamente, era la de los dos Slytherins, Cross a diferencia de Ian, era menos popular entre los estudiantes debido a su soberbia exuberante, a su exceso de egocentrismo, pero a pesar de su mal carácter, era sumamente admirado por su enorme atractiva y mas de un chico y una chica de la escuela moría de deseos de pasar una noche movida por así decirlo con el, a diferencia de a relación de los Gryffindor , esta amistad se veía a leguas que ya había llegado mucho mas allá de un simple saludo, y ya eran varias las veces que se les había encontrado en medio de un apasionante besó, caricias inapropiadas y conductas sospechas, cosa que enfurecía de celos a Harry aunque no podía hacer nada el respecto, así que en un tiempo terminó por aceptarlo.
Un muy resignado Harry Potter se encontraba caminando, por unos de los pasillos de Hogwarts, cabizbajo pensaba en lo que días atrás se había prometido a si mismo, y que ahora al parecer no podría cumplir, ya casi 4 semanas pasarían desde que lo dijo, y nunca pudo hacerlo al menos hasta ahora, los pasillos se encontraban especialmente solos esa mañana, todos se encontraban en clase, incluso el, pero había decidido no entrar, no importaba que esto no le hiciera mucha gracia a Snape, simplemente quería estar solo y pensar en lo que estas ultimas semanas había pasado, al parecer Malfoy ya tenía dueño, y vaya dueño, uno de los mejores chicos que se podían conseguir en Hogwarts, Cross Dreamweber casi nada, la verdad, estaba incluso considerando ponerle mas atención a las insinuaciones de Ian, después de todo el chico no estaba mal, nada mal.
Harry seguía recorriendo los pasillos de Hogwarts, pensando y resignándose,-Esa maldita sangre-sucia, me las va a pagar, como pudo saber una respuesta que yo no, y en pociones, con Snape…-decía un muy molesto Draco Malfoy, con su túnica manchada, mientras caminaba por el mismo pasillos que Harry Potter, quien reconoció inmediatamente su voz y se estremeció al recordar que esta era un oportunidad perfecta para lograr lo que tanto había anhelado, se escondió en la orilla de la pared y esperó a que Malfoy pasará frente de el.
-EXPELLIARMUS!!!...-gritó con toda su fuerza apuntando su varita directamente hacia Malfoy, quien salió volando hacía un cuarto cercano, Harry entró tras de el y cerró la puerta…
-Pero que diablos te pasa Potter, por que me lanzaste ese hechizo…-pregunta Malfoy a la vez que sujeta a Harry por el cuello de su camisa.
-Pues por la simple y sencilla razón de…-el corazón de Harry parecía que le iba a salir de lo rápido que latía, el tener esa hermosa cara blanca y esos calidos ojos plateados posados sobre su cuerpo eran mas de lo que podía soportar, los recuerdos de Draco y el comenzaron a llenarle la cabeza, y por un momento sintió que se iba a desmayar, pero su mente solo decía-Hazlo, Potter, hazlo…-
Draco no podía pensar, el hecho de estar solo con Harry en una misma habitación le hacía estremecer el cuerpo, el tener esas pupilas esmeraldas mirándolo detenidamente, le provocaba un sentimiento que no había sentido nunca antes ni siquiera con Cross, la mirada de Harry llena de ternura e inocencia le encantaba, podría pasar horas simplemente viéndolo sin hacer nada mas, pero esa ves no esta era una oportunidad de oro y no permitiría que se le escapara de las manos, hace mucho que deseo tener a Potter así, y no iba a permitir que se le escapara de las manos otra vez,-Que Potter habla de una vez…- musito tranquilamente.
El sonido de esa voz, y el moviendo de esos rosados labios hicieron que Harry reaccionara, y como una inspiración divina supiera lo que tenía que hacer, y sin pensarlos dos veces, unió sus labios con los de Malfoy en un calido y tierno beso, que Malfoy correspondió de la misma manera, así duraron unos instantes cada cual disfrutando de la boca del otro, disfrutando de la calidez que producía tener unos labios ajenos a los tuyos el dulce juego de lenguas, y las caricias que los acompañaban, se separaron un momento y Harry susurró tiernamente en el oído de Malfoy-Te amo…siempre te he amado…eso es todo lo que te tenía que decir…- y hundió su cabeza en el hombro de Malfoy abrazándolo tiernamente, las palabras de Harry en los oídos de Malfoy se sintieron como el mas dulce néctar, que lo llenaban de una felicidad tal como la que nunca había sentido, con nadie, en ninguna de sus muchas aventuras alrededor de Hogwarts, acarició suavemente el pelo azabache alborotado, y tiernamente apretó a Harry contra sí, susurrándole tiernamente al oído, -Te amo…siempre te amare…te lo juro…-, tomó su cabeza entre sus manos y tiernamente depositó en sus labios un cálido y apasionado beso.
-Tómame…-dijo suavemente Harry, y acarició por debajo de la camisa la suave espalda de piel blanca y tersa de Malfoy, el que reaccionó casi instantáneamente desabotonando la camisa de Harry, que dejó a descubierto un cuerpo delgado y estético, con unos músculos perfectamente bien definidos, después de todo de algo tenía que servir el Quidditch, ¿no?, la lengua de Malfoy recorrió, delicadamente toda la zona, los duros pectorales de Potter, mordisqueando ligeramente sus pezones, disfrutándolo como si fuera el mas delicioso de los placeres el solo estar ahí con el, tocándolo, sintiéndolo bajo sus dedos, amándolo, la respuesta de Harry no se hizo esperar, de una forma rápida, casi desesperada, como si su vida dependiera de ello le arrebato la capa y la camisa a Malfoy, y se lanzó sobre el cuerpo blanco, delicado y perfecto del rubio, cayendo ambos al suelo, bajos su mano por su pecho, sus abdominales definidos, y lentamente comenzó a desabrocharle el pantalón, a la vez que lo besaba apasionadamente,-Llévate mi virginidad, es tuya, te la regalo…- susurro Potter entre gemidos, en los oídos en los de un muy ahora excitado Malfoy, que volteó bruscamente a Harry, quedando encima de el, arrancándole sus ropas con simple movimiento de su varita, quedando completamente desnudos los dos, por un momento ambos se miraron extasiados analizando cada uno de los pequeños detalles de su cuerpo, disfrutando aquel momento que inconscientemente habían deseado desde el primer momento en que se conocieron.
Malfoy, con su mano derecha levanto la cabeza de un aún incrédulo Potter, que no podía tragar lo que estaba pasando, y lo besó salvajemente, mordisqueando bruscamente sus labios, y con la otra mano separó ligeramente sus piernas, para colocarse, entró en el con suavidad, se deleitó con la cara de dolor y placer que Potter desprendía, Harry se estremeció al sentir a Malfoy dentro, el dolor era insoportable, pero quería seguir, había deseado esto demasiado y no se iba a echar para atrás, y como pudo dijo-Sigue, Draco, no te detengas ahora …-, esas palabras parecieron animar súbitamente a Draco, quien de inmediato lo levantó del suelo, pasó su mano por la espalda de su compañero, y comenzó a embestirlo, suavemente, al principio, disfrutando cada movimiento, las caderas de Harry comenzaron a responderle, tan ávidamente que parecía que se iban a destrozar, al final después de un rato de jadeos desesperantes, gemidos descontrolados, besos y caricias todo había terminado.
-Te amo…no se por que pero lo hago…- musitó Harry, antes de acomodarse sobre el pecho de su amante,-…y yo a ti…estúpido Gryffindor…- le contestaron esos ojos plateados, llenos de pasión, mientras suavemente le acariciaba el pelo negro azabache enmarañado y húmedo aún por el sudor de su anterior placentera actividad, y sonreía, para quedar dormidos después de una rato mas de caricias, besos y abrazos, Harry en los brazos de Draco, pensando-No, no puede ser…si esto es sueño no quiero despertar…-, mientras Draco lo asía firmemente contra su cuerpo.
Sin sospechar, que detrás de la puerta que en medio de tan afanosa actividad había sido entreabierta se encontraban dos figuras observando, escuchando.
-Ahora tienes lo que querías, ¿o no?...mi querido Harry…-dice una voz suave pero poderosa, de un timbre magistralmente bello-…ahora es tiempo de cobrar nuestra parte…-
- Wow…sonaste malvado….no conocía esa parte de ti, Ian….me gusta…-dice Cross, emocionado-…con que por eso hiciste que Granger le vaciara su poción encima a Malfoy… ni yo lo hubiera planeado tan astutamente…me sorprendes…- replico con fascinación.
-Te gustó, jejeje… Espere mucho tiempo para tener la oportunidad de decirlo … pues claro que puedo ser malvado…después de todo somos iguales o no?...-sonrió mientras le guiñaba el ojo,-Demasiado iguales diría yo…- , se acercó y le propino un apasionado beso al moreno, quien quedó anonadado,-Que acaso ese Malfoy hizo que me olvidaras…-,-No…solo es que…- Se sonrojó ligeramente, el era la única persona que podía lograr que esto ocurriera, y eso le encantaba,-…hace tiempo que no lo hacías, estas demasiado ocupado con Potter…-y le mando una mirada de reclamo,-…no seas celoso….sabes que eres el único para mi…aparte yo y Potter…no puede suceder no somos del mismo tipo…-, el chico de cabellos rizados suspiro ligeramente,-…a veces desearía…no nada…-,-Ser como ellos?...no te preocupes dentro de poco lo seremos…-lo abraza tiernamente-…pero vamos no podemos perder el tiempo aquí…tenemos mucho por hacer…- dijo esbozando una ligera sonrisa,-Tienes razón…-contesto seriamente el otro chico, y ambos caminaron por el amplio pasillo alejándose del cuarto donde los dos amantes aún reposaban.
Las suaves sabanas de seda, color verde oscuro, se retorcían alrededor del cuerpo desnudo de un joven de ojos plateados como el acero y cabello rubio que le caía suavemente sobre la cara, todo parecía estar en calma la suave brisa que entraba por la fina ventana abierta y movía las cortinas de satín igualmente verdes, las hebras de la alfombra francesa, los muebles de caoba que se estremecían debido al frío clima, todo, hasta que un grito estremeció ese ambiente lleno de paz.
HARRYYYYYY!!!!!!- gritó el muchacho ojigris a la vez que se levantaba impetuosamente de su cama, el sudor le corría por el cuerpo y una lagrima recorrió lentamente su delicada mejilla blanca como el marfil.
Señor Draco, ¿se encuentra bien?- dijo la temerosa voz de un elfo domestico que se encontraba del otro lado de la gran puerta chapada en plata y hecha de la mas fina madera sudamericana.
Claro…- dijo soberbiamente Draco mientras se limpiaba su cara con la sabana - y no te atrevas a entrar estúpido elfo, o pagaras las consecuencias…-
No…-dijo la voz del elfo aterrorizada -solo venia a advertirle que el desayuno esta listo y que puede bajar cuando lo desee…-
Así lo haré…-dijo Draco en tono despectivo…-ahora largate… quiero estar solo…-
Draco espero hasta que los pasos del elfo se perdieran por el pasillo para levantarse de su cama, - ¿que había sido eso?-, se preguntaba a si mismo mientras se miraba fijamente al espejo, - No, no fue nada… absolutamente nada… y deja de pensar en idioteces…- al terminar de decir esto, se empezó a poner una playera un poco ajustada color azul cielo y un pantalón blanco, y bajo a desayunar.
Ese verano Draco, sin contar a la servidumbre, se encontraba solo en su enorme mansión al norte de Europa, su padre Lucius se había retirado a una reunión secreta al norte de Siberia de seguidores del señor oscuro o mortífagos como los conoce la muchedumbre del mundo mágico, su madre asesinada hace dos años por su padre yacía en una pequeña tumba en el patio trasero de la mansión, lo cual hacía que sus pasos retumbaran por toda la casa como si esta, estuviera abandonada, Draco que ahora tenía 16 años, estaba apunto de ingresar a su penúltimo año en Hogwarts, había crecido bastante desde que estaba en primero, su cabello rubio como el sol le caía sobre los hombros y llevaba siempre recogido en una pequeña colita, su cuerpo delgado pero un poco marcado era la de envidia de muchos estudiantes y el objeto del deseo de muchas chicas, si se lo propusiera podría tener a quien quisiera, pero el solo pensaba en una persona, y la persona menos adecuada si eres un Malfoy, así es, aunque se lo habría dicho instantes a atrás y muchos otros días, a decir verdad, todo lo que iba del verano, -y todo por culpa de ese estúpido sueño.-, se repetía una y otra ves, mientras bajaba las escaleras rumbo al enorme comedor,-¿pero por que?..-, por que con esa persona, -¿por que de los millones de magos en este mundo tenia que ser el?...-, decía para si mientras que un elfo domestico le servía el desayuno, lo comió silenciosa y rápidamente, y regresó a su habitación, se miro nuevamente al espejo y se dijo asimismo -Eres un estúpido Malfoy…- y se tiro en su enorme cama de sabanas verdes, pensando, sintiendo, y alcabo de un rato quedándose dormido con una confusión enorme y un vacío en el corazón, pero mas que nada con una pregunta, -Por que el?...-
Ringggggggggggggg… (Sonido de despertador nnU)- se escuchaba por toda la habitación.
-Pero que diablos, ¿Malfoy?... ¿Que fue eso?- decía un agitado Harry Potter, mientras tallaba sus cristalinos ojos verde esmeralda y alzaba una mano para alcanzar sus anteojos en la mesita de noche.
Algo confundido por lo que había pasado, mira el reloj de su pequeña habitación en la casa de los Dursley, son las 8:15, y sin que pudiera pensar en nada más lo recuerda, lo recuerda en voz alta lo que es peor.
-Hoy es el día en que sale el tren hacia Hogwarts y se me esta haciendo TARDE!!!...-sin tener en cuenta lo fuerte que había gritado.
Harry salto de la cama y recogió las pocas cosas que había sacado de su baúl ese verano, casi nunca lo desempacaba,- ¿Para que?-, pensaba, -si de todas maneras no voy a estar mucho tiempo aquí…-, se encontraba a punto de cerrar su baúl cuando su tío Vernon abrió la puerta de golpe.
-Pero que diablos te pasa Harry Potter!!-dice en un tono despectivo y señalándolo amenazadoramente con su gordo dedo índice le replica-…no puedes gritar cuando quieras como si esta fuera tu casa entiendes!!!-.
Harry sin pensarlo dos veces toma su varita que se encontraba en su bolsillo, y antes de que el tío Vernon pudiera siquiera recordar lo que había desayunado, Harry tenia su varita apuntando al cuello de Vernon.
Llevame a la estación, y no hagas preguntas, ok?, no querrás que te infle como a tu querida hermana o si?...- dice Harry en un tono tan amenazador que hasta quien-ustedes-saben sentiría miedo.
Lo próximo que Vernon estaba haciendo era subir el baúl de Harry, al auto y manejar apresuradamente hacia ala estación, bajando bruscamente las cosas y acelerando bruscamente.
Ya en la estación, Harry se dirigió al andén 9 3/4, entró medio busco alrededor para ver si veía a alguien conocido, y al darse cuenta que no, simplemente subió al tren y se metió a un compartimiento escondido en los últimos vagones, puso sus cosas a un lado y se sentó a contemplar el paisaje por la ventana, no tenía ganas de hablar con nadie, quería estar solo, quería pensar en lo que le había ocurrido, en lo que le había estado ocurriendo durante todo el verano, - Por que diablos tengo que soñar tanto con Draco Malfoy?..., por que tengo que pensar tanto en Draco Malfoy?-, la cara de Draco le daba vueltas y vueltas en la cabeza, y lo peor era que no le desagradaba del todo.
Una enorme puerta de caoba y chapado de plata se azota fuertemente contra la pared de una habitación verde oscura…
- Levántate, Draco hoy tienes que partir hacia Hogwarts…- Dice Lucius Malfoy, al momento que abre las cortinas de golpe para que los rayos de luz entren en la oscura habitación.
- Si, ya voy padre, enseguida bajo…-dice Draco mientras se sentaba en la orilla de la cama.
- Apresúrate, hijo el chofer te espera…- dice mientras sale de la habitación.
-Harry Potter…-Susurra tiernamente antes de levantarse de su cama.
-Harry…Harry…HARRY!!!!!!- grita una voz algo descontrolada.
-Hermione?...- dice Harry, mas dormido que despierto - ¿Que paso?...-, pregunta algo confundido.
-Pues estabas dormido, te veías algo raro así que Ron y yo decidimos despertarte… En que soñaste? Por que dijiste el nombre de Draco antes de despertar…- pregunta confundida.
-No, nada…- dice despreocupado- no me di cuenta cuando me quede dormido…-
Pero si pasaba algo, por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en Draco, dejar de soñar con Draco, repasaba todo lo que habían vivido juntos, la primera vez que vio a aquel niño rubio de 11 años subir al tren rumbo a Hogwarts, sus encuentros de Quiddich, las fugases miradas que se propiciaban durante las comidas, los encuentros en los pasillos que lo hacían sonrojarse…en todo, Malfoy era en todo en lo que de un tiempo para acá podía pensar, aunque incluso en su mente parecía una locura, en su corazón estaba seguro, se estaba enamorando de Draco Malfoy y no podía hacer nada para evitarlo, nada.
Por fin el tren comenzó a llegar, y a lo lejos se alcanzaba a deslumbrar el castillo, sus torres, el bosque prohibido, si, estaban llegando a Hogwarts, el tren al fin se detiene y una muchedumbre de Adolescentes y niños se dispone a dirigirse al castillo.
Harry camina solo apartado de los demás como en su propio mundo interior, aislado mira al cielo como buscando algo que no esta ahí, Ron y Hermione lo miran preocupados, y se preguntan la vez lo que le habrá pasado a su amigo para que estuviera en ese estado, pero Harry parece simplemente no ponerles atención, se encuentra muy ocupado pensando en otras cosas mas importantes que lo que los demás piensen de el, o al menos así pensaba.
Por otro lado Malfoy se encontraba igualmente desconcertado, perdido y distraído, no iba molestando a todos como solía hacerlo, ni siquiera dijo una palabra cuando al pobre de Neville Longbottom, se le abrió su baúl a medio camino y todas sus cosas terminaron regadas por doquier, no, simplemente le paso por un lado como si nada ocurriera, pareciera que su mente se encontraba en otro lugar y otro momento que podría ser cualquiera menos este.
El comedor de Hogwarts se encontraba como todos los años hermosamente decorado, con velas flotando en un techo que dejaba ver el cielo lleno de estrellas, las mesas de las diferentes casas tenían manteles con sus respectivos colores representantes, además de las paredes colgaban estandartes con los animales emblemáticos de las de las diferentes casas, había flores por doquier en las paredes en las mesas, hasta flotando en el techo junto con las velas, combinando con el cielo estrellado.
De pronto, la profesara Mcgonagall sale cargando al sombrero seleccionador en sus brazos, lo coloca en la banca, y empezó a recitar un discurso de bienvenida.
Harry por su cuenta, le propinaba miradas ocasionales al rubio slytherin, que de cuando en cuando lo descubría, igualmente que Harry descubría a Draco viéndolo detenidamente en ciertas ocasiones, y así siguieron durante toda la ceremonia de selección, extrañamente los dos seguían aquel juego de miradas que ya para el final parecía una rutina, primero Harry lo miraba Draco lo veía y este se volteaba, después Draco lo observaba y así sucesivamente.
Harry no sabia lo que pensaba Draco al verlo, pero el estaba seguro lo que sentía, si ahora al verlo de nuevo, al ver esos ojos gris -azules, esa piel blanca y tersa como el marfil, y ese sedoso cabello rubio que se encontraba en su mayor parte recogido en una pequeña cola sujeta con un delicado hilo negro, y con algunos mechones dorados que le caían sobre la cara y el cuello, lo sabía, es mas estaba seguro de lo que sentía, Draco Malfoy le gustaba, le encantaba, le fascinaba, es mas, sentía que podría verlo por horas fijamente sin cansarse.
Ahora más que nunca la cabeza de Potter parecía un torbellino de sentimientos, se preguntaba por que, por que tenia que haber sido Malfoy su enemigo de toda la vida la persona de la cual se tenia que enamorar, por que sabiendo que nada nunca podría pasar, continuaba aferrándose a la idea de estar en los brazos de Malfoy, de decirle lo que sentía, de ser correspondido, de ser feliz al lado de la persona que ama.
Harry, estas bien, que te pasa durante toda la ceremonia estuviste demasiado callado, ¿seguro que todo esta bien?...- preguntó Hermaione algo preocupada.
Si, además tu y ese Malfoy se miraban repetidamente, y se me hace muy raro me podrían decir, ¿que esta pasando entre ustedes dos?...- expreso Ron, preocupado.
Harry rió ligeramente, y añadió en un tono sarcástico - Si, Ron y Hermaione, no se los quería decir pero Draco y yo…nos amamos…- soltó una gran carcajada y dijo-¿nunca se los había dicho?- así siguió caminando por el pasillo rumbo a la sala común de Griffindor, ante las miradas atónitas de sus amigos.
No quería mentirles, pero estaba seguro de que no se encontraba preparado para decirles la verdad, y mucho menos ellos para recibirla, y aún mas tenía que pensar que hacer con sus recién descubiertos sentimientos, ya que no tenia ni idea que se hace en este tipo de situaciones, era la primera vez que sentía algo así, y no sabia que hacer, así que hizo lo primero que le vino a la mente y lo que considero mejor en este tipo de ocasiones, no hizo nada y se dirigió directamente a su cama, sin saludar y sin despedirse de absolutamente nadie, paso como si el lugar estuviese vació.
En su cama, de sabanas rojas como el fuego, Harry daba vueltas de un lado para otro sin poder dormir, un sentimiento de felicidad y angustia le llenaba el corazón, sentía unas ganas tremendas de abrazar a Malfoy, de besarlo de decirle que lo amaba de sentir su suave piel en sus manos, de simplemente estar con el, de amarlo, y a la ves sentía una desilusión enorme, por que sabía que eso nunca iba a pasar, por que sabia que nunca iba a poder tener a la persona que amaba, por que la única oportunidad que había tenido en toda su vida de ser realmente feliz, después de la muerte de sus padres y la vida con los Dursley, estaba en manos de su peor enemigo, una calida lagrima recorrió su mejilla .
-Draco, que te pasa por que veías de esa manera a Harry Potter durante la ceremonia de selección?...- pregunta una muy desconcertada Pansy Parkinson, a un indiferente Malfoy-…Hey! Malfoy no me escuchas te estoy hablando!..-
-Que diablos te importa Pansy, ve y mete tus narices a tus propios asuntos, o que tu vida es tan aburrida que no puedes mas que fijarte en la de los demás para poder tener algo en que pensar ?...estúpida!!…- respondió Draco en un tono muy poco amigable y se levanta del sillón de su sala común donde se encontraba.
Draco caminó por los pasillos del colegio, hasta llegar ala salida, ahí camino efusivamente hasta la orilla del lago donde se sentó, y dijo en voz alta -ESTUPIDO HARRY POTTER….TE ODIO!!- y se tiro al pasto un poco húmedo y fijo su vista en las estrellas que hoy se veían particularmente bien, debido a que era una noche sin luna, después de un rato de observar las estrellas sin pensar en nada mas que no sea Harry Potter, una estrella fugas pasa frente a sus ojos.
-Por favor, que el sueño que viene cada noche a mi cabeza no sea verdad…por favor…- susurra para si, mientras cierra sus ojos y una lagrima le recorre su blanca y tersa mejilla.
Una oscuridad llena el ambiente, tan oscura que no alcanzarías a distinguir tu propia mano enfrente de tu cara.
-Es esto lo que querías, Harry Potter?...- dice una misteriosa y tenebrosa voz -No es este tu mas profundo deseo…-
-Quien es?...Quien anda ahí??...- Dijo Harry de manera agitada- Que quiere de mi?... yo no le he pedido nada…-
-Oh, si claro que si lo has hecho- responde la voz -…y este solo el principio, pero recuerda que algo me tendrás que dar, cuando mi misión este cumplida…-
-De que habla yo no le he pedido nada…-responde Harry asustado-…déjeme en paz…por favor…-
Harry abre los ojos para descubrirse así mismo, sudando agitadamente en su cama, se toca la frente y se pellizca un brazo, al sentir el dolor dice para si -Todo fue un sueño…- todavía era un poco temprano, pero Harry decidió bajar a desayunar para no encontrarse con nadie, después del pequeño incidente de ase un momento no le quedaban muchas ganas de platicar con nadie, así que se metió en su túnica y bajo al gran comedor para desayunar.
Se encontraba prácticamente vacío, con la excepción de unos cuantos alumnos de último año, no había nadie más, Harry caminó hasta la mesa de Gryffindor y se sentó en silencio. De pronto por la puerta principal, entra un Draco Malfoy, algo desarreglado, por lo visto no había pasado una muy buena noche que digamos, su túnica estaba llena de hebras de pasto al igual que su cabello, al parecer había pasado la noche afuera.
Harry lo vio de reojo, y recordó lo que había soñado, - No, no puede ser…-, se dijo así mismo moviendo la cabeza de lado a lado en forma de negación,-Simplemente, no puede ser…-, lo miró atravesar el comedor, detenidamente, fijamente, obsesivamente, como a medio camino Draco notó los ojos esmeraldas que se posaban sobre el, quien no lo hubiera hecho la verdad, y le dirigió una pequeña mirada a Harry, que mas que intimidarse por ello, le sostuvo fervientemente la mirada, tan impetuoso que Malfoy optó por desistir y voltear hacia el frente.
El día parecía en si transcurrir de lo más normal, Ron, Harry y Hermione asistían a sus clases con naturalidad, estaba despejado y el sol brillaba iluminando los campos del colegio, el lago, el bosque e incluso el sauce boxeador lucían excepcionalmente bien ese día. Pero no para todos, Harry aún se encontraba desconcertado por lo que había ocurrido hace unas cuantas horas, -Quien diablos me hablaba?...Por que a mi?... y que diablos quiere?...- repetía constantemente en su cabeza, hasta que no pudo.
-Hermione…- le dijo Harry a la chica dejando que Ron se adelantara un poco, cuando se dirigían a la clase de cuidado de criaturas mágicas-…tengo que decirte algo muy importante…-
-Amm…pues dime Harry, que me quieres decir…-dijo a la vez que se detenía, y se volvía para verlo de frente.
-Ayer tuve un sueño muy raro…-decía con la vista perdida en las orillas del enorme lago azul que se encontraba frente a ellos- …Una voz extraña me hablaba...me sentí algo extraño…pero lo que es peor me dijo que esto era solo el principio…que cuando su misión estuviera cumplida me iba a cobrar…o algo así…- prefirió guardar para si los sueños con Malfoy, no estaba seguro de que Hermione pudiera entenderlos o amenos sin reclamarle o preguntarle nada.
-Pues debe de ser tu pasado con Quien-tu-sabes no crees?...por que no has hecho nada como para que te ocurra algo así…o si?...- musito Hermione.
Flash back…
La biblioteca escolar ese día se encontraba vacía, era el fin de cursos, el 5° para Harry, y no muchas personas se encontraban con deseos de seguir estudiando.
Un libro viejo y desgastado, seguramente de la sección prohibida de la biblioteca se encontraba tirado en suelo de uno de los pasillos oscuros hojeado misteriosamente por un ser invisible, que no era nada mas y nada menos que Potter.
-Por aquí debe de estar…-musitaba en voz baja- estoy seguro que lo vi por aquí…- unos pasos se escuchan por el pasillo, lo que aumenta la desesperación de Harry-…haber página 50…51…52…-los pasos se escuchan cada vez mas cerca-…53 esta es…- , los pasos se encontraban a punto de llegar a la puerta de biblioteca, así que Harry arrancó descuidadamente la hoja del libro…para salir de la biblioteca justo antes de que Dumbledore y Macgonagall entraran en la sala.
Fin del flash back
-No, claro que no…- dijo Harry- Voldemort eso debe de ser... mejor apresurémonos vamos a llegar tarde…- y siguió caminando con Hermione detrás de el.
En la noche durante la cena, enfrente de todas las mesas un figura alta y delgada caminaba por la orilla del salón, sus movimientos reflejaban una persona fina y ágil, delicada y refinada, su cara y cuerpo no se alcanzaban a distinguir claramente debido a que llevaba una larga túnica negra, que le cubría gran parte de su cuello y cara, se deslizaba entre los alumnos hábilmente, y aunque el comedor a esa hora era un completo desastre entre alumnos que se servían la comida, maestros que trataban de controlarlos y elfos domésticos, nunca tuvo algún percance con alguno, y su paso ágil como el mas audaz y grácil de los felinos no se detuvo hasta llegar frente a Dumbledore, al cual le entrego un pergamino envuelto de forma delicada y amarrada con un fino hilo dorado, Dumbledore leyó la nota por un momento, y sus labios parecieron decir -.Te estábamos esperando…- , al momento que se levantó de la silla en la que se encontraba sentado.
-Alumnos, compañeros maestros….silencio por favor…- dijo mientras con un movimiento de sus manos cientos y cientos de velas aparecían en el echo del salón, el cual quedó inmediatamente callado, y a pesar de que solo unos instantes atrás se escuchaba el barullo de los alumnos, el sonar de los platos, las platicas y risas con desafanadas, para este momento no se alcanzaba a percibir ni un solo sonido-…Es un placer presentarles a su nuevo compañero de clases…-hizo una pequeña pausa, dirigió su mirada lado a lado en el salón fijándola por un pequeño instante en Harry Potter, y luego prosiguió-…Ian Morfeous…- al momento de decir esto la misteriosa figura encapuchada se retiró su túnica dejando unos enormes ojos azul cielo y un cabello rizado color castaño claro que le caía delicadamente debajo de las orejas, la nariz del tamaño perfecto para su cara, recta y afilada, permitía el paso a unos carnosos labios rosados-rojizos, que combinaban perfectamente con el dorado de su tersa piel, además llevaba un piercing en su ceja derecha que lo hacía lucir sexy y rebelde, en decir, todo un monumento de chico, Dumbledore añadió-…querida Minerva, esto es un poco inusual pero podrías por favor traer el sombrero seleccionador…-
-Claro, Albus, enseguida lo traigo…- y salio de la habitación, y en menos de un segundo, volvía con un banco y el sombrero seleccionador encima.
-Siéntese, Señor Morfeous, por favor…- Ian inmediatamente se sentó, y Dumbledore le colocó el sombrero seleccionador en sus perfectamente bien definidos rizos…
Mm.….en que casa te pondr musitaba el sombrero dentro de la cabeza de Ian-Tu sabes cual es la correcta o no?...- replicó Ian una pequeña sonrisa se dibujo en su cara, pero como es posible…que raro…un instante después el sombrero gritabaGryffindor!!!.....
Ian camino seguro y lentamente a la mesa de Gryffindor, se detuvo un momento y dirigió una mirada de extremo a extremo de la mesa, deteniéndose un momento sobre Harry, para emitir una obscena sonrisa, y continuó caminando de ágilmente hasta sentarse a un lado de Hermione.
-Hola, soy Ian, mucho gusto…-musito mientras esbozaba una gran sonrisa mostrando unos dientes blancos como perlas y perfectos en sus proporciones.
-Mucho gusto…yo soy…- -Hermione…lo se…-interrumpió Ian abruptamente-…eres mas famosa de lo que crees…mejor alumna de Hogwarts…-dijo mientras lucía sus blancas perlas en todo su esplendor, lo cual hizo que la pobre Hermione se enrojeciera.
-Estos son Harry y Ron…-musito tímidamente mientras que en su cara aún se podían ver restos del anterior enrojecimiento.-Si algo he oído de ellos, bueno mas bien solo de Harry Potter, "El-chico-que-vivi" o algo así? No?...- dijo con naturalidad mientras que sus ojos recorrían el cuerpo y cara de Harry descaradamente como queriendo ser algo mas que amigos, a Ron no le hizo mucha gracia el comentario, pero al estar frente a tan impactante persona le cohibió demasiado y solo permaneció ahí sentado con el coraje subiéndole por la garganta.
-Atención…alumnos…permítanme su atención una vez mas, por favor…-dijo Dumbledore dejando una vez mas el salón en silencio-…creo que tenemos otro invitado de ultimo minuto…- musito mientras señalaba a un muchacho que se encontraba de pié junto a el, era un chico alto, delgado con el pelo lacio y de un color castaño oscuro, ligeramente ondulado en las puntas, unos hermosos ojos negros y unas cejas pobladas, que daban un perfecto marco para su recta nariz y sus sensuales y carnosos labios cafés, de tez morena un poco entre oscura y clara, de una quijada sexy, y masculina, y un parado soberbio y con aires de superioridad.
Al verlo se pudo ver como Ian musito en voz baja,-Estúpido, llegas tarde como siempre…-a la ves que sus miradas se cruzan y en sus rostros se enmarcan unas sonrisas de complicidad muy misteriosa.
-El Cross Dreamweber…por favor Señor Weber colóquese el sombrero…- Cross lo hizo al momento y en menos de un segundo el sombrero gritaba estridentemente Slytherin!!!… y Cross avanzaba con pasos rápidos y seguros hacia la mesa que le correspondía, y como si esta le perteneciera se sentó entre Draco Malfoy y Blaise Zabinni moviendo abruptamente al segundo.
-Hola, yo soy Cross…y si quieres dejar de tener basuras a tu lado…-mira despectivamente a Blaise-…creo que podremos entablar una linda muy linda amistad…-sonríe descaradamente mostrando al igual que Ian unos hermosísimos dientes blancos, pero en un estilo completamente diferente, eran mas descarados, seductores y hasta cierto punto malvados.
-Quien diab…-no pudo terminar su oración, por que de cierta manera quedo hipnotizado por la rara, extraña, exótica y seductora belleza del ser que ahora se encontraba ante sus ojos, sus plateadas pupilas brillaron como nunca antes y la atracción se hizo obvia.
-Pero como diablos permites que te hable así…-refunfuño Blaise al ver la química instantánea que surgió, y los celos que sentía-…a ti Draco Malfoy…el gran Draco…-
Cross giro los ojos y simplemente hizo un gesto de desprecio absoluto,-Callate, Blaise…-dijo simplemente Draco en un tono imperante-Yo soy Draco Malfoy…-añadió en un tono seductor y las sonrisas insinuantes entre ambos no se hicieron esperar.
Eran alrededor de las dos mañana, los azotes de una cama al suelo, cubierta con delicadas y finas sabanas color verde oscuro, la cama parecía destrozarse ante la impetuosa actividad de sus ocupantes, los gemidos llenaban el ambiente y los vidrios se encontraban empañados debido al contraste del frío infernal de afuera y el calor pasional que inundaba la habitación, mientras Draco Malfoy embestía salvajemente a su compañera de casa Pansy Parkinson, en un encuentro salvaje y agresivo, los arañazos y moretones se hacían obvios en la piel, mas que nada en la de Pansy, debido a que Malfoy mantenía su piel casi intacta.
La cama se estremecía con cada poderoso embate que le propinaba Malfoy a su pobre compañera, que entre gemidos y quejidos, solo alcanzaba a decir,-Si, Draco por donde quieras solo no pares por favor…mas…mas…mas….destrózame!!!...-
El momento del orgasmo se acercaba, las embestidas de Draco se hicieron más fuertes, salvajes e impetuosas, los arañones en la piel de Pansy aumentaron, y el daño a su esfínter, al igual que el placer creció en forma desmedida.
-Harry Potter…-musito Draco Malfoy en voz baja entre gemidos, justo antes de venirse, dentro de las entrañas y vientre de Pansy, de una manera colosal y abundante.
-Harry…-dijo en un tono vil, mientras se encontraba recostada sobre el lecho verde con el cuerpo adolorido y los interiores llenos de semen-…con que te gusta Harry Potter…que ironía…espera a que los demás se enteren…-
Draco no se inmuto ante la sonada amenaza de Parkinson, y lo que es mas, rebusco entre sus ropas tiradas en el suelo, saco su varita y con un ágil movimiento la apuntó en el cuello de Pansy.
-No me amenaces a mi estúpida…-dijo soberbiamente mientras pasaba su varita lado a lado del cuelo de su ahora aterrorizada compañera-…no creas que me importa mucho matarte…a decir verdad me importas un comino…la única razón por la que estas aquí es por que Blaise esta ocupado con su tarea de pociones…así que empieza a pensar a quien amenazas ok?...-termino bruscamente.
-No, Draco como crees que haría algo contra ti?...-dijo en un tono de sumisión.
-Solo lárgate, ya no me eres útil…-dijo soberbiamente rematando con un gesto con la mano.
Al momento Pansy, sale de habitación, mientras Draco se deja caer bruscamente en su almohada algo cansado por toda la actividad anterior.
La sala común de Gryffindor, iluminada por la chimenea, con una luz tenue color ámbar, nos permitía contemplar una veloz pluma que recorría rápidamente de un lado a otro un viejo pergamino.
-Harry…-dijo una Ian sorpresivamente lo que obligo a Harry a saltar de susto-…te asuste, perdóname no fue mi intención…-, -No, no fue nada…-contesto Harry,-Pero dime que haces a estas horas y solo…eh Harry?...-agregó Ian.
Harry no tuvo tiempo de contestar cuando sintió la delicada mano de Ian recorrer suavemente por su cintura,-Sabes Harry… yo se lo que necesitas…-dijo mientras su mano subía por su pecho-…desde la primera ves que te vi lo supe…-, y acerco su cara hasta que sus labios casi se rozaron, al instante Harry se levante, mas rojo que un tomate, mientras decía entre dientes,-mira la hora que es, tenemos clase mañana temprano, Ian, es mejor irnos a acostar no crees…-, y salió como alma que lleva el diablo recogiendo descuidadamente sus cosas, ante la mirada divertida y algo sarcástica de su compañero.
Durante toda la noche Harry no pudo sacarse de la cabeza las palabras de Ian, le sonaban tan raras y a la ves tan familiares, como si ya las hubiera escuchado con anterioridad, también pensó en Draco, y en como el chico nuevo se le había insinuado, y no pudo evitar sentirse celoso, y lo que es aún peor sentirse horriblemente vacío, y desesperado por no poder expresar lo que sentía, así que se decidió a la primera oportunidad que tuviera le confesaría todo lo que sentía, en fin no tenía nada que perder, y quizás mucho que ganar, y se quedó profundamente dormido.
Las días pasaron, y una oportunidad ideal para hablar a solas con Malfoy no se presentaba, estaba iniciando el otoño y las hojas de los árboles comenzaban a tomar un tono rojizo-amarillezco, Ian, se había convertido un gran amigo del trío Gryffindor, y un muchacho bastante popular en toda la escuela, además de su enorme belleza física, poseía un carisma y una personalidad tal que encantaba hasta el corazón mas duro, sus insinuaciones hacia Harry se hacían cada ves mas obvias, y en ciertos momentos, parecía que solo se necesitaba la iniciativa de alguno de los dos, para que la pasión se desatara, a Harry, simplemente le encantaba, el ver esos rizos color castaño claro y esos tiernos ojos azul cielo caminar por los pasillos del colegio lo embelesaba, y en ocasiones no podía dejar de verlo, de escucharlo era simplemente maravilloso, si no había pasado nada entre ellos era únicamente por que Harry era demasiado inocente como para saber cuando dar el primer paso, y a Ian le gustaba demasiado la inocencia de Harry como para robársela por un momento de pasión, así que las situaciones comprometedoras seguían ocurriendo sin llegar a nada, solamente lograban que los demás alumnos se murieran de envidia y celos, y una serie de rumores corrieran por todo el colegia acerca de la relación que existía entre Harry y su atractivo nuevo amiguito.
Otra amistad, que al parecer estaba floreciendo rápidamente, era la de los dos Slytherins, Cross a diferencia de Ian, era menos popular entre los estudiantes debido a su soberbia exuberante, a su exceso de egocentrismo, pero a pesar de su mal carácter, era sumamente admirado por su enorme atractiva y mas de un chico y una chica de la escuela moría de deseos de pasar una noche movida por así decirlo con el, a diferencia de a relación de los Gryffindor , esta amistad se veía a leguas que ya había llegado mucho mas allá de un simple saludo, y ya eran varias las veces que se les había encontrado en medio de un apasionante besó, caricias inapropiadas y conductas sospechas, cosa que enfurecía de celos a Harry aunque no podía hacer nada el respecto, así que en un tiempo terminó por aceptarlo.
Un muy resignado Harry Potter se encontraba caminando, por unos de los pasillos de Hogwarts, cabizbajo pensaba en lo que días atrás se había prometido a si mismo, y que ahora al parecer no podría cumplir, ya casi 4 semanas pasarían desde que lo dijo, y nunca pudo hacerlo al menos hasta ahora, los pasillos se encontraban especialmente solos esa mañana, todos se encontraban en clase, incluso el, pero había decidido no entrar, no importaba que esto no le hiciera mucha gracia a Snape, simplemente quería estar solo y pensar en lo que estas ultimas semanas había pasado, al parecer Malfoy ya tenía dueño, y vaya dueño, uno de los mejores chicos que se podían conseguir en Hogwarts, Cross Dreamweber casi nada, la verdad, estaba incluso considerando ponerle mas atención a las insinuaciones de Ian, después de todo el chico no estaba mal, nada mal.
Harry seguía recorriendo los pasillos de Hogwarts, pensando y resignándose,-Esa maldita sangre-sucia, me las va a pagar, como pudo saber una respuesta que yo no, y en pociones, con Snape…-decía un muy molesto Draco Malfoy, con su túnica manchada, mientras caminaba por el mismo pasillos que Harry Potter, quien reconoció inmediatamente su voz y se estremeció al recordar que esta era un oportunidad perfecta para lograr lo que tanto había anhelado, se escondió en la orilla de la pared y esperó a que Malfoy pasará frente de el.
-EXPELLIARMUS!!!...-gritó con toda su fuerza apuntando su varita directamente hacia Malfoy, quien salió volando hacía un cuarto cercano, Harry entró tras de el y cerró la puerta…
-Pero que diablos te pasa Potter, por que me lanzaste ese hechizo…-pregunta Malfoy a la vez que sujeta a Harry por el cuello de su camisa.
-Pues por la simple y sencilla razón de…-el corazón de Harry parecía que le iba a salir de lo rápido que latía, el tener esa hermosa cara blanca y esos calidos ojos plateados posados sobre su cuerpo eran mas de lo que podía soportar, los recuerdos de Draco y el comenzaron a llenarle la cabeza, y por un momento sintió que se iba a desmayar, pero su mente solo decía-Hazlo, Potter, hazlo…-
Draco no podía pensar, el hecho de estar solo con Harry en una misma habitación le hacía estremecer el cuerpo, el tener esas pupilas esmeraldas mirándolo detenidamente, le provocaba un sentimiento que no había sentido nunca antes ni siquiera con Cross, la mirada de Harry llena de ternura e inocencia le encantaba, podría pasar horas simplemente viéndolo sin hacer nada mas, pero esa ves no esta era una oportunidad de oro y no permitiría que se le escapara de las manos, hace mucho que deseo tener a Potter así, y no iba a permitir que se le escapara de las manos otra vez,-Que Potter habla de una vez…- musito tranquilamente.
El sonido de esa voz, y el moviendo de esos rosados labios hicieron que Harry reaccionara, y como una inspiración divina supiera lo que tenía que hacer, y sin pensarlos dos veces, unió sus labios con los de Malfoy en un calido y tierno beso, que Malfoy correspondió de la misma manera, así duraron unos instantes cada cual disfrutando de la boca del otro, disfrutando de la calidez que producía tener unos labios ajenos a los tuyos el dulce juego de lenguas, y las caricias que los acompañaban, se separaron un momento y Harry susurró tiernamente en el oído de Malfoy-Te amo…siempre te he amado…eso es todo lo que te tenía que decir…- y hundió su cabeza en el hombro de Malfoy abrazándolo tiernamente, las palabras de Harry en los oídos de Malfoy se sintieron como el mas dulce néctar, que lo llenaban de una felicidad tal como la que nunca había sentido, con nadie, en ninguna de sus muchas aventuras alrededor de Hogwarts, acarició suavemente el pelo azabache alborotado, y tiernamente apretó a Harry contra sí, susurrándole tiernamente al oído, -Te amo…siempre te amare…te lo juro…-, tomó su cabeza entre sus manos y tiernamente depositó en sus labios un cálido y apasionado beso.
-Tómame…-dijo suavemente Harry, y acarició por debajo de la camisa la suave espalda de piel blanca y tersa de Malfoy, el que reaccionó casi instantáneamente desabotonando la camisa de Harry, que dejó a descubierto un cuerpo delgado y estético, con unos músculos perfectamente bien definidos, después de todo de algo tenía que servir el Quidditch, ¿no?, la lengua de Malfoy recorrió, delicadamente toda la zona, los duros pectorales de Potter, mordisqueando ligeramente sus pezones, disfrutándolo como si fuera el mas delicioso de los placeres el solo estar ahí con el, tocándolo, sintiéndolo bajo sus dedos, amándolo, la respuesta de Harry no se hizo esperar, de una forma rápida, casi desesperada, como si su vida dependiera de ello le arrebato la capa y la camisa a Malfoy, y se lanzó sobre el cuerpo blanco, delicado y perfecto del rubio, cayendo ambos al suelo, bajos su mano por su pecho, sus abdominales definidos, y lentamente comenzó a desabrocharle el pantalón, a la vez que lo besaba apasionadamente,-Llévate mi virginidad, es tuya, te la regalo…- susurro Potter entre gemidos, en los oídos en los de un muy ahora excitado Malfoy, que volteó bruscamente a Harry, quedando encima de el, arrancándole sus ropas con simple movimiento de su varita, quedando completamente desnudos los dos, por un momento ambos se miraron extasiados analizando cada uno de los pequeños detalles de su cuerpo, disfrutando aquel momento que inconscientemente habían deseado desde el primer momento en que se conocieron.
Malfoy, con su mano derecha levanto la cabeza de un aún incrédulo Potter, que no podía tragar lo que estaba pasando, y lo besó salvajemente, mordisqueando bruscamente sus labios, y con la otra mano separó ligeramente sus piernas, para colocarse, entró en el con suavidad, se deleitó con la cara de dolor y placer que Potter desprendía, Harry se estremeció al sentir a Malfoy dentro, el dolor era insoportable, pero quería seguir, había deseado esto demasiado y no se iba a echar para atrás, y como pudo dijo-Sigue, Draco, no te detengas ahora …-, esas palabras parecieron animar súbitamente a Draco, quien de inmediato lo levantó del suelo, pasó su mano por la espalda de su compañero, y comenzó a embestirlo, suavemente, al principio, disfrutando cada movimiento, las caderas de Harry comenzaron a responderle, tan ávidamente que parecía que se iban a destrozar, al final después de un rato de jadeos desesperantes, gemidos descontrolados, besos y caricias todo había terminado.
-Te amo…no se por que pero lo hago…- musitó Harry, antes de acomodarse sobre el pecho de su amante,-…y yo a ti…estúpido Gryffindor…- le contestaron esos ojos plateados, llenos de pasión, mientras suavemente le acariciaba el pelo negro azabache enmarañado y húmedo aún por el sudor de su anterior placentera actividad, y sonreía, para quedar dormidos después de una rato mas de caricias, besos y abrazos, Harry en los brazos de Draco, pensando-No, no puede ser…si esto es sueño no quiero despertar…-, mientras Draco lo asía firmemente contra su cuerpo.
Sin sospechar, que detrás de la puerta que en medio de tan afanosa actividad había sido entreabierta se encontraban dos figuras observando, escuchando.
-Ahora tienes lo que querías, ¿o no?...mi querido Harry…-dice una voz suave pero poderosa, de un timbre magistralmente bello-…ahora es tiempo de cobrar nuestra parte…-
- Wow…sonaste malvado….no conocía esa parte de ti, Ian….me gusta…-dice Cross, emocionado-…con que por eso hiciste que Granger le vaciara su poción encima a Malfoy… ni yo lo hubiera planeado tan astutamente…me sorprendes…- replico con fascinación.
-Te gustó, jejeje… Espere mucho tiempo para tener la oportunidad de decirlo … pues claro que puedo ser malvado…después de todo somos iguales o no?...-sonrió mientras le guiñaba el ojo,-Demasiado iguales diría yo…- , se acercó y le propino un apasionado beso al moreno, quien quedó anonadado,-Que acaso ese Malfoy hizo que me olvidaras…-,-No…solo es que…- Se sonrojó ligeramente, el era la única persona que podía lograr que esto ocurriera, y eso le encantaba,-…hace tiempo que no lo hacías, estas demasiado ocupado con Potter…-y le mando una mirada de reclamo,-…no seas celoso….sabes que eres el único para mi…aparte yo y Potter…no puede suceder no somos del mismo tipo…-, el chico de cabellos rizados suspiro ligeramente,-…a veces desearía…no nada…-,-Ser como ellos?...no te preocupes dentro de poco lo seremos…-lo abraza tiernamente-…pero vamos no podemos perder el tiempo aquí…tenemos mucho por hacer…- dijo esbozando una ligera sonrisa,-Tienes razón…-contesto seriamente el otro chico, y ambos caminaron por el amplio pasillo alejándose del cuarto donde los dos amantes aún reposaban.
