Año 147 de la Tercera Edad

En el aislado y escarpado valle de Imladris, en la parte más oriental de Eriador, a los pies de las Montañas Nubladas, entre los ríos Fontegrís y Sonorona se ocultaba la Casa de Elrond, considerada como la ultimo hogar acogedor al este del mar. Era una casa de sabiduría y grandes conocimientos y un refugio para los elfos y hombres de buena voluntad.

Era una mañana soleada de verano. El canto alegre de los pájaros se confundía con el murmullo de los riachuelos cuando golpeaban las rocas que circundaban el valle de Imladris.

En la Casa de Elrond el silencio y la tranquilidad que solían habitar se veían interrumpidos por las risas de un par de elfos que no debían tener más de ocho primaveras.

- ¡Hay que volver a hacerlo pero con más agua! – dijo uno

- Pero con otros soldados, estos ya nos estarán vigilando. Podemos probar con los arqueros

- ¡Buena idea!

- ¡Elladan! ¡Elrohir! ¡A comer! – una voz conocida resonó por la Casa, llamando a los hermanos.

Los dos elfitos se fueron corriendo hasta donde Glorfindel les llamaba.

- ¿Qué estabais haciendo? – les preguntó el sonriente elfo rubio

- Nada, aburrirnos – mintió Elrohir a la perfección al tiempo que su gemelo asentía energéticamente.

Glorfindel los miró, no se creía en absoluto que se estuvieran aburriendo, puesto que cuando los gemelos se aburrían sus mentes maquinaban alguna travesura; pero no dijo nada; él mismo había sido un niño y no le gustaba regañarlos por algo que él mismo había echo muchas veces.

Los tres entraron en el comedor donde les esperaban Elrond y Celebrían. Sobre la mesa descansaba un abundoso banquete, aunque sólo fuera para una comida familiar entre los niños y sus padres, a la que Glorfindel también se quedó, puesto que era casi de la familia, y los niños le adoraban. Había puré de verduras y pescado, y muchos platos con todo tipo de frutas. Los recién llegados tomaron asiento.

- Bueno ¿qué habéis estado haciendo esta mañana niños? – les preguntó Elrond

Elladan y Elrohir se dirigieron unas miradas de complicidad antes de contestar

- Hemos estado estudiando esos pergaminos de la historia de las pasadas edades como tu nos mandaste, papá.

En ese momento un ataque de tos procedente de Glorfindel interrumpió la conversación. Todos se quedaron mirando al rubio noldo.

- Me he atragantado con el vino - dijo Glorfindel cogiendo la servilleta que tenía sobre las rodillas y intentó disimular que la tos había sido provocada por un ataque de risa ante la mentira descarada de los gemelos.

- ¿Verdura y pescado? – Elrohir arrugó la nariz en una mueca de desagrado – No me gusta

- Vamos cielo, debes comer de esto, no puede ser que andes comiendo solo bizcochos y lembas todo el día – le dijo su madre – Además mira a tu hermano, se lo come sin decir nada

Y en verdad, en el plato de Elladan ya había menos comida; lo que nadie sabía es que el niño tenía una bolsa debajo de la mesa donde iba poniendo disimuladamente la comida.

Elrohir le lanzó una mala mirada y luego volvió a mirar su plato, Elrond y Celebrían seguían con la mirada fija en él, esperando que diera el primer bocado.

Se llevó el tenedor lentamente hacía la boca, y cuando mordió la comida, una mueca de asco se le formó en la cara.

- Por Eru... Que asco de comida... - murmuró

Entonces alguien le dio un pisotón flojito por debajo de la mesa, y vio que Glorfindel sentado a su lado le tendía un pañuelo grande donde podía esconder la comida.

Un rato después, justo cuando ya no les pareció necesario quedarse por más tiempo con sus padres, los gemelos saltaron de sus sillas igual que si tuvieran pinchos y se dirigieron corriendo a un riachuelo que pasaba cerca de la entrada de Rivendel. Allí descubrieron sus paquetes de comida y los arrojaron al agua.

- ¿Cuándo nos libraremos de comer esto? – preguntó Elladan

- No te quejes que fui yo el que tuvo que dar un bocado a esa verdura – dijo Elrohir, estremeciéndose aun al recordar el sabor. – Glorfindel me ha salvado la vida.

Elladan y Elrohir se quedaron mirando como el pescado y la verdura se iba río abajo con un suspiro de alivio.

- ¿Vamos a robar algunas lembas? – preguntó Elrohir al fin

- Por supuesto – asintió su hermano

Se dirigieron a la cocina, y cuando ya estaban cerca de la entrada empezaron a andar de puntillas. Las doncellas encargadas de preparar esa comida eran pocas y desgraciadamente para ellos conocían muy bien las intenciones de los hijos de Elrond...

Elladan abrió poco a poco la puerta, lo justo para que pudiera pasar un brazo. Y de pronto las voces de las Elfas que estaban ahí atareadas con la harina y otros ingredientes, haciendo las lembas, les llegó claramente.

- Habéis visto al señor Glorfindel esta mañana... Estaba muy favorecido con el pelo sin recoger...

- Pues si, es muy muy extraño que aún no haya ninguna elfa en su vida....

- Parece que solo viva para servir a Elrond

- Y se desvive por sus hijos... Tendría que empezar a preocuparse por tener él los suyos propios...

Los dos gemelos se miraron con una media sonrisa. Las doncellas que hacían las lembas siempre estaban cotilleando acerca de temas diversos, aunque cotillear sobre Glorfindel era uno de sus favoritos...

Elladan pasó su brazo lentamente por la obertura. Justo a la izquierda de la puerta sabían que había la mesa donde dejaban las lembas que ya tenían listas. Palpó la superficie que notó cubierta de harina hasta que tocó algo, pero ciertamente no era ninguna lemba, sino más bien... parecía... ¿una mano?

La puerta se abrió de golpe, y una Elfa con los brazos en jarras se les quedó mirando.

- Elladan y Elrohir... ¿Otra vez fisgando en nuestras conversaciones e intentando coger lembas? Esta comida es para los mensajeros y los soldados! No para dos niños que no quieren comer su comida y luego se mueren de hambre

- No... No era nuestra intención... – dijo Elladan – No veníamos a robar nada... Sólo a... a...

- A haceros una visita porqué nos caéis todas muy bien – Elrohir acabó por él la frase

- Pues tendré que avisar a vuestro padre de esta visita... – dijo la Elfa

- Claro, adelante, seguro que le gustará que le molesten por semejante tontería, aún más teniendo en cuenta que el señor Elrond personalmente envió a sus hijos a buscar unas cuantas lembas.

Elrohir y Elladan se giraron sorprendidos al oír la voz que había intercedido por ellos, y se sorprendieron al encontrar a Glorfindel justo detrás suyo.

- Oh... Señor Glorfindel... Discúlpenos... Nosotras no lo sabíamos

- Entonces no diga a los hijos de su señor que comen y que no deben comer. Venga chicos, coged una cada uno

Cuando Glorfindel y los niños se hubieron alejado de las cocinas ellos lo miraron sonriente.

- ¡Gracias Glorfindel! Ya es la segunda vez hoy que nos salvas

- Ahora escuchadme bien – los niños le miraron sorprendidos, pues el rubio noldo no solía ponerse serio – Es la última vez que os ayudo en esto. La comida que os ponen en la mesa se debe comer, sea pescado, verdura, carne o fruta, lo que sea. No quiero que la volváis a tirar. La comeréis como dos valientes soldados, para crecer fuertes. – a medida que hablaba, inevitablemente la sonrisa se iba instalando en su rostro - ¿No querréis quedaros como dos elfitas verdad?

- ¿Nos pasará esto si no comemos verdura y pescado?

- Os diré más. ¿Habéis oído las leyendas acerca de pequeños llamados medianos, de pies grandes y peludos y de muy baja estatura?

Ambos asintieron con la cabeza.

- Antes fueron elfos que no comieron verdura y pescado.

Los gemelos miraron asustados a Glorfindel.

- Tranquilos, si a partir de mañana coméis todo lo que os den vuestros padres, no debéis temer, seréis Elfos grandes y fuertes.

- ¿Cómo tu? – preguntó Elrohir

- Y como vuestro padre – rió Glorfindel – Anda, comeros eso y vamos a practicar un rato con el arco. A ver si habéis mejorado y acertáis al menos el blanco esta vez.

Los niños comieron rápidamente sus lembas y siguieron a Glorfindel hasta el campo de tiro donde solían practicar; aunque no se les daba precisamente bien el manejo del arco.

Después de unos cuantos intentos y de clavar absolutamente todas las flechas en el suelo, ambos se desanimaron.

- No lo conseguiremos nunca... Glorfindel... ¿No podemos probar con la espada? Aún no hemos cogido nunca ninguna y quizá se nos de mejor. – dijo Elladan

- Está bien, quizá seáis mejores espadachines que arqueros, aunque habrá que seguir insistiendo. Elladan acompáñame a buscar las espadas. – dijo él

Elrohir se quedó sólo, sosteniendo el arco con la mano, le quedaba una sola flecha, la cogió, e intentó recordar todas las cosas que Glorfindel les había dicho : espalda recta, arco cogido firmemente por el centro, vista en línea con la flecha y el blanco. Tensó la cuerda, la dejó y... la flecha se fue a clavar directamente al suelo.

El Elfo tiró el arco al suelo, enfadado.

- Es por la forma en que coges el arco

Elrohir se giró, para ver quien era que le hablaba. Descubrió que era una Elfa, más o menos de su edad.  Cogía un arco entre sus manos y tenía el pelo ondulado y castaño recogido en una cola.

- Y seguro que tu eres una experta – le contestó Elrohir sacándole la lengua

Ella por toda respuesta se dispuso a lanzar, tensó la cuerda, soltó la flecha y la clavó justo en el medio del blanco. Elrohir la miró sorprendido

- ¿Cómo lo has hecho? - preguntó

- Sencillo, practico con mi padre desde que fui lo bastante mayor como para coger el arco. ¿Es la primera vez que lo pruebas tu?

- Si – mintió Elrohir

- No te preocupes, es cuestión de práctica. Lo conseguirás – la Elfa le dedicó una sonrisa de ánimo.

El Elfo suspiró... "Si ella supiera..." – pensó

- ¡Elrohir! ¡Ven! ¡Ya tenemos las espadas! – Elladan lo llamó desde un poco más lejos

- Ya nos veremos – le dijo a la Elfa, y luego se alejó corriendo hasta donde estaban Glorfindel y su hermano, esperando que al menos, el manejo de la espada se le diera mejor...

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Emmmm... Bueno, jejejjee, la verdad es que me he decidido a hacer este fic, porqué el que hice de "Crecer en Gondor" parece que gustó a la gente, y además es uno de los que mejor me lo pasé escribiendo y mi favorito por el momento, así que he pensado que ya  puesta, me pongo a hacer fics por el estilo. A parte que me encanta escribir acerca de la infancia de los personajes... ¡Son todos tan tiernos!

Cuando acabe este (no falta tiempo ni nada... xDD) quizá hago un "Crecer en la Comarca" o "Crecer en Rohan" no sé, decidme que os parece ¿eh? ¡Dejad reviews!

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