Año 241 de la Tercera Edad
Los gemelos miraban como su padre se paseaba nerviosamente por la sala y echaba miradas impacientes a una puerta cerrada, como si quisiera atravesarla. Al otro lado, desde hacía un rato, Celebrían, atendida por todas las Elfas de los recintos de curación de Rivendel estaba dando a luz a su hija.
- Papá... Tranquilo – le dijo Elrohir
- Ah.. si... Estoy tranquilísimo – Elrond paró un momento, pero al cabo de nada ya estaba caminando de un lado para el otro otra vez.
En ese momento, por suerte, llegó Glorfindel con una taza humeante y se la tendió a Elrond.
- ¿Qué es? – preguntó el señor de Imladris a su amigo
- Una infusión de hierbas tranquilizantes; te la hice también cuando nacieron este par – Glorfindel señaló con una inclinación de cabeza a los gemelos, que continuaban sentados en el suelo, en uno de los rincones de la habitación.
Elrond se bebió el contenido del vaso de un trago.
- ¿No están tardando demasiado?
- Elrond, tranquilo; hace muy poco tiempo que están allí dentro, a veces estas cosas se alargan, ya lo sabes – le dijo el rubio noldo con una de sus tranquilizadoras sonrisas
De pronto un llanto claro se escuchó del otro lado de la puerta, y casi al momento esta se abrió y salió una de las Elfas de los recintos de curación.
- Ha sido un parto fácil – dijo con una sonrisa mirando a Elrond – Tiene usted una niña preciosa. Dentro de poco podrá entrar a verla
Una amplia sonrisa se fue formando en el rostro de Elrond cuando escuchó estas palabras. Los gemelos se miraron, se había acabado sus días de tranquilidad... Tendrían una pequeña niñita llorona todo el día detrás suyo, o al menos eso les había explicado Glorfindel, aunque claro, con otras palabras; les dijo que su hermanita les querría mucho, y que muy probablemente querría jugar con ellos. Los gemelos no podían imaginar nada peor que ser seguidos por su hermana pequeña en todos sus juegos.
Al cabo de poco tiempo les permitieron entrar en la habitación. Celebrían yacía en la cama con una sonrisa cansada, pero había felicidad en sus ojos.
Los gemelos se acercaron para ver de cerca el pequeño bulto que sostenía su madre entre los brazos. Miraron con cara rara a esa elfa diminuta de unos grandes ojos azules que les miraba con curiosidad.
Elrohir acercó un dedo y la pequeña se lo agarró con una de sus pequeñas manitas y aún no conseguía rodearlo todo.
- ¿No es muy pequeña? – preguntó Elladan arrugando la nariz
- Parece que se vaya a romper con un poco de aire – añadió su hermano
- Todos somos así al nacer. Vosotros también lo erais – les dijo Elrond con una sonrisa
- Pues cuesta de creer – murmuró Elrohir
- La Dama Celebrían necesita descansar un rato, deberíais dejarla sola – dijo una de las Elfas de los recintos de curación
El señor de Rivendel salió seguido de sus dos hijos. Estos se fueron hacía los jardines, para tomar un poco el aire.
- No quiero ser egoísta ni nada por el estilo pero... no me termina de gustar la idea de tener una hermana – dijo Elladan una vez estuvieron fuera
- Si te digo la verdad a mi tampoco. Además el título de hermano mayor no me gusta... Suena muy... adulto y serio.
- Aunque siempre le podemos enseñar a no ser remilgada y cursi como casi la mayoría de elfas de por aquí – sugirió Elladan
- Con mamá ocupándose de su educación dudo que podamos hacer eso. Aceptémoslo, nuestra hermana está destinada a ser remilgada y cursi – sentenció Elrohir
- Tienes razón – asintió su hermano
De pronto una Elfa se cruzó en su camino, los ojos de Elladan se posaron en ella y una sonrisa maliciosa se le formó en el rostro :
- Creo que ya es hora que dejes de ser tu el único que ha probado eso del beso – y se fue directo a la Elfa
- Pero si es asqueroso... – dijo Elrohir con un suspiro, pero como que vio que su hermano no le hacía el más mínimo caso dio media vuelta y lo dejó con sus asuntos.
No habían andado mucho cuando vio a Lindórië que caminaba en dirección contraria, la saludó con una sonrisa.
- Aiya Elrohir – le saludó ella – Te andaba buscando
- ¿Ah si? Es que he estado en casa todo el día, ha nacido mi hermana – le explicó él
- ¿Tu hermana? ¡Vaya! Ahora si que no vas a tener tiempo para aburrirte.
- Yo no le veo tanto el lado bueno... ¿Y si sale pesada? ¿O tonta? – Elrohir puso una mueca al pensar en esa posibilidad.
- Para eso tiene a dos hermanos mayores ¿no? Para que la enseñen a ser una Elfa como dios manda
- Creo que es un caso sin remedio, nuestra madre no va a permitir que la llevemos "por el mal camino" como ella dice.
- Que horror, entonces tendrás una hermana remilgada, a la que no le gustará subirse a los árboles, ensuciarse ni practicar con la espada ni hacer bromas – la Elfa parecía horrorizada – Después de esto cualquiera te dice lo que te iba a decir
- ¿Qué pasa? – preguntó Elrohir con curiosidad
- Nada que... Me marcho de Rivendel – dijo ella apagando su sonrisa
- ¿Cómo? ¿a dónde?
- A Bosque Verde. Allí podré hacer mis estudios para llegar a ser la mejor lavanhîril que exista. Curaré a todos los animales que se me pongan por delante.
Elrohir esbozó una triste sonrisa; esa era la peor noticia que le habían dado desde hacía tiempo : - Al menos tienes ambición
- Pues si – Lindórië rió – Mi madre dice que quiero abarcar mucho y que luego acabaré sin hacer nada.
- ¿Así que no vamos a vernos más? – preguntó él
Ella se encogió de hombros : - No lo sé; tal vez vuelva a Rivendel algún día
- ¿Y cuando te vas?
- Mañana por la mañana
Las palabras retumban en la cabeza de Elrohir como una percusión profunda y triste. ¿Mañana? Eso era demasiado pronto... Demasiado pronto...
- Pero tranquilo, seguro que no me echas de menos, demasiado trabajo tendrás con tu nueva hermana. Hasta pronto, o eso espero...
Elrohir y Lindórië se abrazaron por mucho rato, al final ella se separó, le dio un rápido beso en la mejilla y se marchó deprisa, para que el Elfo no viera las lagrimas que empezaban a brotar de sus ojos.
Él puso la mano en su mejilla, justo donde ella había depositado el beso y al cabo de un rato murmuró, como para si mismo : - Namarië
* * *
Mmmm.... Nuse, escribir después de pasarse 5 horas bailando como una loca y bebiendo disfrazada de serpiente hace que los capis salgan medio raros. O tal vez sean paranoias mías. En fin, igualmente me ha quedado cortito este, pero tenia que hacer nacer a la petarda de alguna manera... En fin ¿qué os ha parecido? ¡Dejad reviews!
* * *
Los gemelos miraban como su padre se paseaba nerviosamente por la sala y echaba miradas impacientes a una puerta cerrada, como si quisiera atravesarla. Al otro lado, desde hacía un rato, Celebrían, atendida por todas las Elfas de los recintos de curación de Rivendel estaba dando a luz a su hija.
- Papá... Tranquilo – le dijo Elrohir
- Ah.. si... Estoy tranquilísimo – Elrond paró un momento, pero al cabo de nada ya estaba caminando de un lado para el otro otra vez.
En ese momento, por suerte, llegó Glorfindel con una taza humeante y se la tendió a Elrond.
- ¿Qué es? – preguntó el señor de Imladris a su amigo
- Una infusión de hierbas tranquilizantes; te la hice también cuando nacieron este par – Glorfindel señaló con una inclinación de cabeza a los gemelos, que continuaban sentados en el suelo, en uno de los rincones de la habitación.
Elrond se bebió el contenido del vaso de un trago.
- ¿No están tardando demasiado?
- Elrond, tranquilo; hace muy poco tiempo que están allí dentro, a veces estas cosas se alargan, ya lo sabes – le dijo el rubio noldo con una de sus tranquilizadoras sonrisas
De pronto un llanto claro se escuchó del otro lado de la puerta, y casi al momento esta se abrió y salió una de las Elfas de los recintos de curación.
- Ha sido un parto fácil – dijo con una sonrisa mirando a Elrond – Tiene usted una niña preciosa. Dentro de poco podrá entrar a verla
Una amplia sonrisa se fue formando en el rostro de Elrond cuando escuchó estas palabras. Los gemelos se miraron, se había acabado sus días de tranquilidad... Tendrían una pequeña niñita llorona todo el día detrás suyo, o al menos eso les había explicado Glorfindel, aunque claro, con otras palabras; les dijo que su hermanita les querría mucho, y que muy probablemente querría jugar con ellos. Los gemelos no podían imaginar nada peor que ser seguidos por su hermana pequeña en todos sus juegos.
Al cabo de poco tiempo les permitieron entrar en la habitación. Celebrían yacía en la cama con una sonrisa cansada, pero había felicidad en sus ojos.
Los gemelos se acercaron para ver de cerca el pequeño bulto que sostenía su madre entre los brazos. Miraron con cara rara a esa elfa diminuta de unos grandes ojos azules que les miraba con curiosidad.
Elrohir acercó un dedo y la pequeña se lo agarró con una de sus pequeñas manitas y aún no conseguía rodearlo todo.
- ¿No es muy pequeña? – preguntó Elladan arrugando la nariz
- Parece que se vaya a romper con un poco de aire – añadió su hermano
- Todos somos así al nacer. Vosotros también lo erais – les dijo Elrond con una sonrisa
- Pues cuesta de creer – murmuró Elrohir
- La Dama Celebrían necesita descansar un rato, deberíais dejarla sola – dijo una de las Elfas de los recintos de curación
El señor de Rivendel salió seguido de sus dos hijos. Estos se fueron hacía los jardines, para tomar un poco el aire.
- No quiero ser egoísta ni nada por el estilo pero... no me termina de gustar la idea de tener una hermana – dijo Elladan una vez estuvieron fuera
- Si te digo la verdad a mi tampoco. Además el título de hermano mayor no me gusta... Suena muy... adulto y serio.
- Aunque siempre le podemos enseñar a no ser remilgada y cursi como casi la mayoría de elfas de por aquí – sugirió Elladan
- Con mamá ocupándose de su educación dudo que podamos hacer eso. Aceptémoslo, nuestra hermana está destinada a ser remilgada y cursi – sentenció Elrohir
- Tienes razón – asintió su hermano
De pronto una Elfa se cruzó en su camino, los ojos de Elladan se posaron en ella y una sonrisa maliciosa se le formó en el rostro :
- Creo que ya es hora que dejes de ser tu el único que ha probado eso del beso – y se fue directo a la Elfa
- Pero si es asqueroso... – dijo Elrohir con un suspiro, pero como que vio que su hermano no le hacía el más mínimo caso dio media vuelta y lo dejó con sus asuntos.
No habían andado mucho cuando vio a Lindórië que caminaba en dirección contraria, la saludó con una sonrisa.
- Aiya Elrohir – le saludó ella – Te andaba buscando
- ¿Ah si? Es que he estado en casa todo el día, ha nacido mi hermana – le explicó él
- ¿Tu hermana? ¡Vaya! Ahora si que no vas a tener tiempo para aburrirte.
- Yo no le veo tanto el lado bueno... ¿Y si sale pesada? ¿O tonta? – Elrohir puso una mueca al pensar en esa posibilidad.
- Para eso tiene a dos hermanos mayores ¿no? Para que la enseñen a ser una Elfa como dios manda
- Creo que es un caso sin remedio, nuestra madre no va a permitir que la llevemos "por el mal camino" como ella dice.
- Que horror, entonces tendrás una hermana remilgada, a la que no le gustará subirse a los árboles, ensuciarse ni practicar con la espada ni hacer bromas – la Elfa parecía horrorizada – Después de esto cualquiera te dice lo que te iba a decir
- ¿Qué pasa? – preguntó Elrohir con curiosidad
- Nada que... Me marcho de Rivendel – dijo ella apagando su sonrisa
- ¿Cómo? ¿a dónde?
- A Bosque Verde. Allí podré hacer mis estudios para llegar a ser la mejor lavanhîril que exista. Curaré a todos los animales que se me pongan por delante.
Elrohir esbozó una triste sonrisa; esa era la peor noticia que le habían dado desde hacía tiempo : - Al menos tienes ambición
- Pues si – Lindórië rió – Mi madre dice que quiero abarcar mucho y que luego acabaré sin hacer nada.
- ¿Así que no vamos a vernos más? – preguntó él
Ella se encogió de hombros : - No lo sé; tal vez vuelva a Rivendel algún día
- ¿Y cuando te vas?
- Mañana por la mañana
Las palabras retumban en la cabeza de Elrohir como una percusión profunda y triste. ¿Mañana? Eso era demasiado pronto... Demasiado pronto...
- Pero tranquilo, seguro que no me echas de menos, demasiado trabajo tendrás con tu nueva hermana. Hasta pronto, o eso espero...
Elrohir y Lindórië se abrazaron por mucho rato, al final ella se separó, le dio un rápido beso en la mejilla y se marchó deprisa, para que el Elfo no viera las lagrimas que empezaban a brotar de sus ojos.
Él puso la mano en su mejilla, justo donde ella había depositado el beso y al cabo de un rato murmuró, como para si mismo : - Namarië
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Mmmm.... Nuse, escribir después de pasarse 5 horas bailando como una loca y bebiendo disfrazada de serpiente hace que los capis salgan medio raros. O tal vez sean paranoias mías. En fin, igualmente me ha quedado cortito este, pero tenia que hacer nacer a la petarda de alguna manera... En fin ¿qué os ha parecido? ¡Dejad reviews!
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