HIPNOTIZAME

Pude cerrar los ojos
Más no pude dejar de verte
y dejar de dormir
más no dejar de soñar

Era un lindo martes, el sol entraba por la ventana despertando al dueño de unos ojos tan claros y azules, como el cielo de esa mañana, se volteo boca abajo para seguir durmiendo, cuando la voz mas ansiada por el, le dijo un sedoso buenos días. Esa fue una grandiosa razón para abrir los ojos, porque encontró a su ser mas amado, con el cabello todo revuelto, y una sonrisa de oreja a oreja, tal vez pensó el, ya habría recuperado la salud, con el descanso, puesto que ayer estaba muy mal.

Lo atormento un pensamiento, debido al estado de Lupin; el hubiera debido, no era su deber haber velado su sueño, que tal que en la noche el se hubiera puesto mas grave, o una de esas horribles pesadillas, hubieran asaltados sus dulces sueño, y hubiera tenido que valérselas el solo; hubiera sido terrible estar en su lugar si eso pasaba.

Pero, al mirar la sonrisa ofrecida esa mañana, estaba muy claro que había pasado muy buena noche, ni siquiera sonreía de esa forma, cuando ellos dos despertaban juntos; esa pregunta asalto su mente, ¿Qué demonios habría soñado Lupin, para despertar tan feliz? Tal vez solo era la mejoría, después de la transformación, o solo su imaginación, además si algo hubiera pasado estaba seguro, que el castaño se lo contaría.

Lupin, dijo que se iba a duchar, Sirius, le ofreció ayudarle a enjabonarse, pero Lupin con la misma sonrisa del despertar, le contesto que todavía se encontraba un poco enfermo y muy cansado, y quería ducharse sin contratiempos. Algo muy raro en el licántropo, era que rechazara una propuesta hecha por el pelinegro; a decir verdad a Sirius le parecía que el estaba actuando muy raro, hace algunos días, pero no le dio importancia, ya que eso le pasaba casi todos los meses.

El castaño, se acerco a Sirius y le dio un fugaz beso en los labios, cosa que a Sirius no le gusto de a mucho, pero le era imposible, discutir con el. Para Sirius, aquel hombre lobo, era sus plegarias escuchadas, el resultado de la búsqueda del amor entre mujeres de todas las clases, si, porque para el fue muy duro aceptar que era algo que siempre había criticado, ser un m****a, y aquel seria, el primero, el ultimo y el único hombre con el que compartiría su cuerpo. No podía creer lo que sentía, el día que por fin lo acepto, sentía que era tan diferente lo que sentía hacia James, que lo que sentía hacia Remus; pero lo que no creyó que fuera posible, era ser correspondido, aunque Lupin no era igual a el de mujeriego, salio con una que otra chica, y que chicas las que se conseguía, nunca pensó que tuviera aquellos gustos, tan. ¿Cómo decirlo? Auténticos.

Y desde ese día en que comenzaron su relación, Remus se volvió para Sirius una droga, no podía estar sin el un segundo de su vida, se sentía desfallecer, cuando no estaban juntos, se sentía complacido con solo tenerlo cerca, hablando de cualquier cosa, le encanta ver esos ojos miel, casi dorados, que el creía, le permitían ver cualquier lugar recóndito de su alma, y saber como se encontraba, que le hacia falta, que le sobraba; se habían conocido tan bien en esos años, que no creía que Remus tuviera un gran y trágico secreto.

Puedo callar las voces
más no puedo dejar de oírte
puedo dejar de ser
pero no puedo dejar de estar

Sirius también entro a ducharse, y se dio cuenta de que Remus, se había metido en la bañera que compartían los cuatro, entonces el se metió debajo de la regadera, no quería incomodar a aquel ángel que el todopoderoso le había regalado. Se ducho, rápidamente y noto que el castaño no había salido de la tina, su rostro poseía un gesto, que estaba entre el ensueño, la satisfacción, la nostalgia y la excitación. Hubiera dado cualquier cosa, para saber que era lo que atravesaba la mente de aquel ser mas que humano, en estos momentos.

Decidió vestirse, era seguro que Remus mas temprano que tarde le comentara que era lo que pensaba, y le pediría algún consejo o algo así, así que no dio mas vueltas a aquel embrollo. Se puso sus típicas camisas semiajustadas de cuadros y colores claros, sus pantalones semiajustados color azul y sus inconfundibles y semicostosas zapatillas.

Estaba peinando su cabello, cuando vio salir a Remus ya vestido del baño, algo como ya había dicho muchas veces, raro en su comportamiento, y a través del espejo se dio cuenta de que tenia la misma sonrisa tonta del despertar, el castaño se peino rápidamente y dijo que saldría a entregar un libro, que le había sido recomendado por la señora Pince, ya que estaba muy solicitado por estos días. Ni siquiera por eso Sirius se alerto, todo el comportamiento de esa mañana era muy raro, pero también muy normal en el licántropo.

Decidió bajar con James y Peter ha desayunar, así que espero que se arreglaran y bajaron los tres. Pasaron por la sala común, donde James encontró a Lily Evans, y se fue como un perrito faldero tras ella. No le quedo mas remedio que bajar con Pettigrew, bueno que mas hacia no.

Llegaron al salón comedor, y como raro ya casi todo el mundo estaba desayunando, y distinguió a Remus de lado contrario en el que siempre se encontraba, no mirando a la mesa de Ravenclaw, sino hacia la de Slytherin, después de tantas cosas extrañas, no le importo, y vio que tenia tres puestos reservados, así que se sentó junto a el, y colagusano en frente de ellos.

Puedo calmar mi mente
más no puedo calmar mi sangre
y puedo ser sincero
sin dejar de mentir

En la mesa de las serpientes, observo a Lucius Malfoy en una actitud de paranoia total, tomaba la cucharada de su cereal, sin mirarla realmente, sino observando a toda la mesa en la que el se encontraba. Le pareció que paraba la mirada en el castaño, al lado suyo, y luego la posaba en el. Era en verdad muchas cosas raras para un solo día, de cuando acá, merecía ser mirado por Malfoy? El nombrado tomo una expresión de estar pensando, y por fin miro el cereal que comía.

Remus se despidió de Sirius con un movimiento de mano, recordándole, que el tenia que ir a Aritmancia, y Sirius a adivinación. Pensó porque Remus iba tan rápido a su clase, si el salón quedaba muy cerca; en verdad ya se estaba empezando a preocupar, otro comportamiento como esos y tendría que pedir explicaciones, de una forma no muy sutil.

Acabo de comer y se dirigió a Adivinación, mientras caminaba, pensó que porque no hacia lo mismo que James y Peter y dejaba de tener esa estúpida área, en verdad esa profesora no sabia nada de nada y el como un bobo perdiendo el tiempo. Pero algo le recordó que no podía dejarla, ya que cuando presento los TIMOS, no le fue muy bien que digamos y tenía que tomarla con los de sexto. Cuando llego estaban abriendo la puerta, y se encontró a Malfoy, el otro idiota también tomaba adivinación, y sin ningún compañero, y siempre que tenían que hacer parejas le tocaba con él.

Y para desgracia de Sirius hoy no seria la excepción, hoy tendrían que leer la taza del chocolate, con una cara de fastidio Sirius se acerco a Malfoy, ni se saludaron y se sentaron, estaban trabajando, en buscarle formas a algo que parecía mierda de perro; cuando Malfoy decidió abrir la boca, le dijo que le tenia una información acerca de Lupin, que verdaderamente le interesaba. Sirius le dijo que ¿como sabia que eso era verdad?, Lucius solo le contesto que fuera y averiguara por el mismo.

No volvieron a hablar para absolutamente nada, solo tomaban apuntes, ni siquiera se cruzaron la mirada, hasta que Sirius le pregunto que cuando y en donde, Lucius con una sonrisa felina, le dijo que en la biblioteca a la hora del almuerzo, y le dijo que llevara el recordadero que tenia en su poder, Sirius no le pidió explicaciones, y Lucius tampoco iba a dárselas, y así quedaron.

Puedo quedarme cerca
más no puedo dejar de huirte
puedo cambiar mi vida
más no puedo cambiarme a mí

Salio de adivinación, y le correspondía ir a la clase de cuidado de criaturas mágicas; se dirigió allí, con un leve dolor de cabeza, miles de pensamiento pasaban por su mente cada segundo, el raro comportamiento de Lupin y Lucius, de cuando acá, el Slytherin se venia preocupando por lo que le pasaba. Analizo los hechos, el rubio casi blanco Slytherin, era muchísimo mas arrogante que Snape, así que el hecho de que solo le dirigiera la palabra era muy extraño, pero había algo, no sabia que era, que el decía que debía asistir.

Tal ves, si Sirius no hubiera estado tan pendiente de si mismo, hubiera notado, la dilatación en las pupilas de Lucius, las cuales además brillaban de una manera impresionante; tal vez, hubiera notado, que la sonrisa con la que le habían hablado, no era una sonrisa ni de burla, ni de verdad; era una sonrisa que ocultaba dolor, angustia, una sonrisa que añoraba tener venganza pronto.

Encontró a Lupin cerca de el lago, donde ese día darían la clase, fue a donde el estaba, esperando que Lupin aclarara lo que estaba pasando, antes de que el se enterara por otra boca, pero el castaño no tenia intenciones de decirle nada, casi ni lo saludo, y mucho menos le hablo en toda la clase, Sirius solo veía como miraba hacia el lado contrario a donde el se encontraba; "tal vez este admirando el cielo"- pensó.

No tuvo que inventar ninguna excusa para irse, Cornamenta había pasado con sobresalientes casi todas las áreas menos pociones, así que debería estar con Colagusano en las mazmorras, seguramente, después de recuperar la clase que acababa de transcurrir, podía irse a casa; a comparación de James, que ya prácticamente había pasado todo.

Rumbo a la biblioteca, desvió sus pensamientos, hacia su buen amigo Potter, como era posible, que siendo tan distraído y despreocupado, pudiera ocupar el cuadro de honor. En cambio Remus, que era tan juicioso y dedicado, tenía que luchar para poder pasar.

Bésame, hipnotízame...
ya no me importa más...
róbame el alma, hechízame...

Entro a la biblioteca y diviso al Slytherin leyendo un libro, se acerco hacia la mesa en la que se encontraba, no saludo, sino saco un pensadero de su mochila. El rubio levanto la mirada y subió una ceja, le hizo señas para que tomara asiento, Sirius al principio dudo, pero luego obedeció.

El rubio empezó a hablar, le pregunto primero que si el se iba a quedar en navidad, a lo que Sirius movió la cabeza horizontalmente, el rubio se quedo pensando, hasta que Sirius mando un gruñido, y le dijo que para preguntarle si se iba a ir o se iba a quedar, lo hubiera podido hacer en la sala de adivinación. El rubio levanto nuevamente la ceja, y le dijo que tenía que mostrarle algo.

Sirius frunció el ceño, que podría tener Malfoy que le importara a el. El Slytherin no dio explicaciones de nada, solo tomo su varita, se la puso en la cien y luego la bajo a l pensadero, le dijo al Gryffindor que mirara, el león obedeció firmemente y se sintió atraído hacia el tarro.

Se encontraba en la noche, frente a la puerta del salón de astronomía; sintió la puerta abrirse, pero no vio a nadie, dio media vuelta y encontró a Malfoy parándose para mirar a través de la ventana, el siguió su ejemplo e hizo lo mismo. Vio como un muchacho, tiraba una capa de invisibilidad al piso, cuando se descubrió por completo, se dio cuenta de que era Remus.

¿Qué demonios estaba haciendo Remus a esa hora en la sala de astronomía? ¿Y con.? ¡ SNAPE! Se pregunto Sirius, respuesta que le llegaría en unos momentos. Decidió seguir y escuchar de lo que hablaban, cosa de lo que se arrepentiria mas tarde.

para que me citaste - pregunto el pelinegro necesito hablar contigo - respondió el rubio que quieres?- dijo el slytherin a ti - dijo firmemente el leon.

Sirius sintió desfallecer, le faltaba el aire, su tensión subió; que le pasaba a Remus, quería zarandearlo, decirle que despertara, que había tomado, que escuchara lo que le estaba diciendo a su peor enemigo. Pero lo que siguió casi lo hace desmayar, empezaron a protagonizar una escena xxx, que para Sirius era lo peor que le podía haber sucedido, era una traición muy grande, como para ser perdonada, podía querer mucho a Lupin pero eso era inaudito, intolerable.

Sintió como era agarrado de la espalda, y se encontró de rodillas en la biblioteca, pálido, con dificultad para respirar, con lágrimas secas en su rostro; y encontró a un rubio de una divinidad élfica mirándolo.

Bésame, intoxícame...
ya no me importa ser
un ser sin alma, atrápame...
bésame idiotízame

Notas: Rapidísimo, no creen.