Disclaimer: Los personajes de este fan fiction pertenecen a la escritora
J.K. Rowling y yo los utilizo con el fin de divertirme, la canción
pertenece a los aterciopelados.
Dedicatoria: Este capitulo esta dedicado a todos aquellos que estén en mi misma situación, tragados de su mejor amigo; y aunque el presente suene cursi, es prácticamente lo que yo haría si pudiera hacerlo.
Ahora vamos de atrás para adelante así que comienzo con Sirius.
SORTILEGIO
(Sirius)
Eres inmune a mis requiebros
repeles toda mi pasión
no le escuchas a mi corazón
Te portas como una basura
y en el horóscopo me predicen
mal panorama sentimental
leo en la taza del chocolate
no dejaras de ser porquería
Cuando reacciono vio en la patética posición que se encontraba, pero a pesar de eso el rubio frente a el, no parecía inmutarse. Se puso en pie, sacudió sus pantalones, y volvió a tomar asiento. El slytherin lo siguió y se sentó frente a el; Sirius no era capaz de mirar a nadie, navegaba en sus pensamientos, eran tantos que ya le empezaba doler la cabeza, volteo a mirar al rubio, y se encontró con que el nombrado hace mucho lo estaba mirando.
En ese momento sobraban las palabras, los dos se encontraban en la misma situación; traicionados de una manera jamás esperada, en esos momentos, a pesar de ser tan distintos, eran tan parecidos; compartían sin decirlo, sentimientos, sentimientos de dolor, de rechazo, de incredulidad. En ese momento, aquellos chicos tan innombrables, inalcanzables, demostraban ser humanos.
Malfoy movió su mano hacia un bolsillo de su pantalón, y saco un frasco pequeño, con un liquido rosa fuerte, el cual dejo sobre la mesa al alcance de Sirius. El pelinegro lo tomo en sus fuertes manos, y lo subió hacia la luz para verlo mejor, pero no le pareció haberlo visto, además de que ni le interesaban, ni era muy bueno en pociones.
Pregunto sutilmente que era eso, el rubio respondió que era una extraña poción, que había aprendido a hacer, y funcionaba, parecido a un licor muggle, servia para que el que la tomara confesara la verdad, y además de eso, la persona que estuviera con el pudiera trastornar sus sentimientos y pensamientos para que el susodicho no tuviera idea de lo que hizo. Que era mucho más sutil y eficiente que una pócima de amor, porque ningún detector de Hogwarts lo encontraría.
Si es tan bueno, porque no lo pruebas con Snape?- pregunto el gryffindor. Porque el esta tan entrenado en eso de las pociones, que lo descubriría rápidamente.- respondió el Slytherin
Sirius, le dio varias vueltas al frasquito, pensando en si dársela o no; era tan humillante esta situación, tener que recurrir a esto, para poder ganar el corazón de aquel ser mitad humano; pero, por otro lado, lo amaba tanto, que aunque quería que fuera feliz, no soportaría verlo en los brazos de su peor enemigo.
Y como se supone que debo dárselo?- interrogo el pelinegro.
El rubio abrió su mochila y de ella saco dos envases de Pepsi blue, y le comento que el sabia que Lupin, no era muy conocedor en eso de los muggles, así que le dijera que eso era una nueva bebida, y que la había conseguido para despedir que mañana se iban a separar.
La separación, mañana, Sirius no se encontraría allí, y Remus se iba a quedar, y aunque lo trato de convencer de todas las formas posibles no consiguió, que fuera a su casa para pasar las vacaciones juntos. Se notaba que el desgraciado licántropo lo tenía todo planeado, quería pasar las navidades junto al infeliz de Snape.
El rubio dio señas de irse, a lo que el pelinegro lo tomo del brazo y le planto un fugaz beso en los labios, el rubio se sorprendió, pero levanto los hombros, y además Sirius no estaba tan mal, digamos físicamente, porque se veía a leguas que tenía la mente chiquita. Sirius mientras tanto, sacudía la cabeza, porque había hecho eso, pero vio como el rubio se alejo como si nada, así que el tomo la misma actitud y olvido ese hecho, no sin antes relamer sus labios y encontrar el sabor de hierbabuena del rubio.
Dispuesto a probar este filtro de amor
para tenerte ya
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh
Abrió los envases de Pepsi, vertió en una de ellas el liquido, y en la otra un hechizo que servia de señalador solo a sus ojos, para saber cual era la buena. Gracias a Dios, tendría toda la tarde libre, se iría a dar paseos por todo el castillo y sus terrenos, esperando no llevar a su mente las imágenes del pensadero, y tampoco pensar en que Remus y Snape quien sabe que podrían estar haciendo en estos momentos.
Se sentó en el frío piso de una de las torres, no estaba muy seguro de cual era, donde le entraba un rayo de luz directo al rostro, parecía un ser sin alma así, mirando al infinito, sin inmutarse por nada, ni siquiera parpadeaba. Solo reacciono, cuando noto que anocheció, se levanto y se dirigió a la sala común, para llevar a cabo su plan.
Llego al cuadro de la dama gorda, dijo la contraseña y entro. Sintió un olor muy conocido un olor de café y tierra mojada, un olor tan único que sin mirar, hubiera sabido que estaba ahí, era el inconfundible aroma de Remus. Si, ahí estaba con las narices metidas en un libro, tan hermoso, tan único, tan preciso en cada movimiento que realizaba, que hacia que Sirius dudara de lo que había visto momentos antes.
Era seguro, que si se hubiera enterado por boca de el, hubiera sido capaz de perdonarlo; por mucho que le doliera hubiera sido capaz de ver a Remus y a Snape cerca. Pero no, Remus no había confiado plenamente en el, así, que no iba a permitir que fueran felices, además de que sino era el, seria un rubio, el que no los dejaría descansar.
Orines de sapo negro, una piedra de la calle
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh
Siete clavos, agua bendita
lagrimas de selva virgen
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh,
Se sentó cerca al licántropo, el cual lo miro y le dedico una hermosa sonrisa; en ese instante, Sirius tuvo ganas de llorar, de dejarles el camino libre, de desearles mucha suerte, pero se contuvo y comenzó una charla amena. Le pregunto por ultima vez si quería acompañarlo en navidad, a lo que el castaño dijo que no, que le gustaba estar en Hogwarts en esa época.
Sirius, despreocupadamente; saco los dos envases de Pepsi y observando cual estaba sin pócima, lo tomo para el, y le dio el otro a Remus. El castaño tomo dudoso el envase y le pregunto a su amigo que era, el le respondió que era un nuevo licor que había conseguido en Hogsmeade y que era muy potente.
Brindaron y tomaron, Sirius no sintió nada, ya que solo era gaseosa, pero vio como Remus tenia un gesto de ensoñación en el rostro, así que decidió hacer lo que le había dicho Malfoy. Le pregunto si el amaba a Snape, lo que le respondió el castaño, lo hizo volverse pedazos, también le pregunto si alguna vez lo había amado a el, Lupin pensó un momento, y dijo que era mas bien algo así como una amistad platónica, pero nada mas serio.
El pelinegro no se encontraba furioso, como se había encontrado Malfoy, se sentía más bien derrotado, humillado y además de eso usado. Le ordeno a Lupin que mañana cuando despertara, hubiera olvidado esa charla, además debía aborrecer a Severus Snape y debería viajar con el a la mansión Black.
Sirius lo tomo en brazos y lo llevo a la habitación, donde junto sus labios a los del castaño por unos segundos, era demasiado adicto a sus besos, a su pelo, a sus ojos, a toda su persona: y no podría soportar que otro ser fuera dueño de eso, y soporto esa carga, pensando que mañana, el slytherin sabría que nunca mas iba a poder acariciar ese cabello, ni esa piel; mucho menos besar esos labios y que ni se imaginara tener su corazón.
Sirius también se dedico a dormir, pensando en una y mil formas de degollar a Snape, de cómo hacer que sufriera, pero pensándolo bien, creía que el desposarlo de Lupin seria suficiente.
Me amaras con este elixir
te amarrare con este sortilegio
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh,
Reviews:
Lia: muy amable de tu parte decir todo eso aquello de mi fic, no sabes lo que me alegra saber que te guste, espero que sigas leyendo. También te mando muchos besos.
Maiza Herlo: gracias por seguir leyendo, te agradezco muchísimo las felicitaciones, un abrazo muy fuerte.
Karen Lupin: Aquí esta la continuación. Espero te guste.
Dedicatoria: Este capitulo esta dedicado a todos aquellos que estén en mi misma situación, tragados de su mejor amigo; y aunque el presente suene cursi, es prácticamente lo que yo haría si pudiera hacerlo.
Ahora vamos de atrás para adelante así que comienzo con Sirius.
SORTILEGIO
(Sirius)
Eres inmune a mis requiebros
repeles toda mi pasión
no le escuchas a mi corazón
Te portas como una basura
y en el horóscopo me predicen
mal panorama sentimental
leo en la taza del chocolate
no dejaras de ser porquería
Cuando reacciono vio en la patética posición que se encontraba, pero a pesar de eso el rubio frente a el, no parecía inmutarse. Se puso en pie, sacudió sus pantalones, y volvió a tomar asiento. El slytherin lo siguió y se sentó frente a el; Sirius no era capaz de mirar a nadie, navegaba en sus pensamientos, eran tantos que ya le empezaba doler la cabeza, volteo a mirar al rubio, y se encontró con que el nombrado hace mucho lo estaba mirando.
En ese momento sobraban las palabras, los dos se encontraban en la misma situación; traicionados de una manera jamás esperada, en esos momentos, a pesar de ser tan distintos, eran tan parecidos; compartían sin decirlo, sentimientos, sentimientos de dolor, de rechazo, de incredulidad. En ese momento, aquellos chicos tan innombrables, inalcanzables, demostraban ser humanos.
Malfoy movió su mano hacia un bolsillo de su pantalón, y saco un frasco pequeño, con un liquido rosa fuerte, el cual dejo sobre la mesa al alcance de Sirius. El pelinegro lo tomo en sus fuertes manos, y lo subió hacia la luz para verlo mejor, pero no le pareció haberlo visto, además de que ni le interesaban, ni era muy bueno en pociones.
Pregunto sutilmente que era eso, el rubio respondió que era una extraña poción, que había aprendido a hacer, y funcionaba, parecido a un licor muggle, servia para que el que la tomara confesara la verdad, y además de eso, la persona que estuviera con el pudiera trastornar sus sentimientos y pensamientos para que el susodicho no tuviera idea de lo que hizo. Que era mucho más sutil y eficiente que una pócima de amor, porque ningún detector de Hogwarts lo encontraría.
Si es tan bueno, porque no lo pruebas con Snape?- pregunto el gryffindor. Porque el esta tan entrenado en eso de las pociones, que lo descubriría rápidamente.- respondió el Slytherin
Sirius, le dio varias vueltas al frasquito, pensando en si dársela o no; era tan humillante esta situación, tener que recurrir a esto, para poder ganar el corazón de aquel ser mitad humano; pero, por otro lado, lo amaba tanto, que aunque quería que fuera feliz, no soportaría verlo en los brazos de su peor enemigo.
Y como se supone que debo dárselo?- interrogo el pelinegro.
El rubio abrió su mochila y de ella saco dos envases de Pepsi blue, y le comento que el sabia que Lupin, no era muy conocedor en eso de los muggles, así que le dijera que eso era una nueva bebida, y que la había conseguido para despedir que mañana se iban a separar.
La separación, mañana, Sirius no se encontraría allí, y Remus se iba a quedar, y aunque lo trato de convencer de todas las formas posibles no consiguió, que fuera a su casa para pasar las vacaciones juntos. Se notaba que el desgraciado licántropo lo tenía todo planeado, quería pasar las navidades junto al infeliz de Snape.
El rubio dio señas de irse, a lo que el pelinegro lo tomo del brazo y le planto un fugaz beso en los labios, el rubio se sorprendió, pero levanto los hombros, y además Sirius no estaba tan mal, digamos físicamente, porque se veía a leguas que tenía la mente chiquita. Sirius mientras tanto, sacudía la cabeza, porque había hecho eso, pero vio como el rubio se alejo como si nada, así que el tomo la misma actitud y olvido ese hecho, no sin antes relamer sus labios y encontrar el sabor de hierbabuena del rubio.
Dispuesto a probar este filtro de amor
para tenerte ya
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh
Abrió los envases de Pepsi, vertió en una de ellas el liquido, y en la otra un hechizo que servia de señalador solo a sus ojos, para saber cual era la buena. Gracias a Dios, tendría toda la tarde libre, se iría a dar paseos por todo el castillo y sus terrenos, esperando no llevar a su mente las imágenes del pensadero, y tampoco pensar en que Remus y Snape quien sabe que podrían estar haciendo en estos momentos.
Se sentó en el frío piso de una de las torres, no estaba muy seguro de cual era, donde le entraba un rayo de luz directo al rostro, parecía un ser sin alma así, mirando al infinito, sin inmutarse por nada, ni siquiera parpadeaba. Solo reacciono, cuando noto que anocheció, se levanto y se dirigió a la sala común, para llevar a cabo su plan.
Llego al cuadro de la dama gorda, dijo la contraseña y entro. Sintió un olor muy conocido un olor de café y tierra mojada, un olor tan único que sin mirar, hubiera sabido que estaba ahí, era el inconfundible aroma de Remus. Si, ahí estaba con las narices metidas en un libro, tan hermoso, tan único, tan preciso en cada movimiento que realizaba, que hacia que Sirius dudara de lo que había visto momentos antes.
Era seguro, que si se hubiera enterado por boca de el, hubiera sido capaz de perdonarlo; por mucho que le doliera hubiera sido capaz de ver a Remus y a Snape cerca. Pero no, Remus no había confiado plenamente en el, así, que no iba a permitir que fueran felices, además de que sino era el, seria un rubio, el que no los dejaría descansar.
Orines de sapo negro, una piedra de la calle
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh
Siete clavos, agua bendita
lagrimas de selva virgen
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh,
Se sentó cerca al licántropo, el cual lo miro y le dedico una hermosa sonrisa; en ese instante, Sirius tuvo ganas de llorar, de dejarles el camino libre, de desearles mucha suerte, pero se contuvo y comenzó una charla amena. Le pregunto por ultima vez si quería acompañarlo en navidad, a lo que el castaño dijo que no, que le gustaba estar en Hogwarts en esa época.
Sirius, despreocupadamente; saco los dos envases de Pepsi y observando cual estaba sin pócima, lo tomo para el, y le dio el otro a Remus. El castaño tomo dudoso el envase y le pregunto a su amigo que era, el le respondió que era un nuevo licor que había conseguido en Hogsmeade y que era muy potente.
Brindaron y tomaron, Sirius no sintió nada, ya que solo era gaseosa, pero vio como Remus tenia un gesto de ensoñación en el rostro, así que decidió hacer lo que le había dicho Malfoy. Le pregunto si el amaba a Snape, lo que le respondió el castaño, lo hizo volverse pedazos, también le pregunto si alguna vez lo había amado a el, Lupin pensó un momento, y dijo que era mas bien algo así como una amistad platónica, pero nada mas serio.
El pelinegro no se encontraba furioso, como se había encontrado Malfoy, se sentía más bien derrotado, humillado y además de eso usado. Le ordeno a Lupin que mañana cuando despertara, hubiera olvidado esa charla, además debía aborrecer a Severus Snape y debería viajar con el a la mansión Black.
Sirius lo tomo en brazos y lo llevo a la habitación, donde junto sus labios a los del castaño por unos segundos, era demasiado adicto a sus besos, a su pelo, a sus ojos, a toda su persona: y no podría soportar que otro ser fuera dueño de eso, y soporto esa carga, pensando que mañana, el slytherin sabría que nunca mas iba a poder acariciar ese cabello, ni esa piel; mucho menos besar esos labios y que ni se imaginara tener su corazón.
Sirius también se dedico a dormir, pensando en una y mil formas de degollar a Snape, de cómo hacer que sufriera, pero pensándolo bien, creía que el desposarlo de Lupin seria suficiente.
Me amaras con este elixir
te amarrare con este sortilegio
no dudo que hará efecto
oh, oh, oh, oh, oh,
Reviews:
Lia: muy amable de tu parte decir todo eso aquello de mi fic, no sabes lo que me alegra saber que te guste, espero que sigas leyendo. También te mando muchos besos.
Maiza Herlo: gracias por seguir leyendo, te agradezco muchísimo las felicitaciones, un abrazo muy fuerte.
Karen Lupin: Aquí esta la continuación. Espero te guste.
