CAPÍTULO 2: INCREDULIDAD

Saga estaba profundamente dormido, cuando un par de manitas lo despertó. Abrió los ojos, y vio frente a él un par de ojitos azules llenos de lágrimas.

-Karlos, ¿que pasa?- preguntó Saga, somnoliento.

-Tuve una pesadilla, papá- contestó el niño de ocho años. Saga lo acompañó a su cuarto. Había un chico de trece años dormido en una cama, mientras del otro lado de la habitación había una cama vacía. El niño se volvió a meter en la cama. Saga lo arropó y se sentó junto a él.

-Cuéntame que soñaste- le dijo Saga.

-Una sombra- dijo el niño, abriendo los ojos muy asustado- una sombra oscura...-

-¿Y qué hacía esa sombra?-

-No sé, pero me daba mucho miedo- esta vez, algunas lágrimas surgían de los ojitos azules del pequeño.

-Fue un mal sueño, Karlos- dijo Saga, tratando de tranquilizarlo- fue solo tu imaginación... verás como no sucede nada de eso...-

-Eso espero...- dijo el pequeño. Saga limpió sus lágrimas con el pulgar, y se quedó junto a él hasta que se durmió. Entonces volvió a su habitación.

-¿Qué sucedió, Saga?-

-Karlos tuvo una pesadilla, Aydé- dijo Saga- pero ya se volvió a dormir-

-Me alegro- dijo Aydé, besando la mejilla de Saga y cerrando los ojos para volver a dormir. Saga, sin embargo, no se quedó tan tranquilo. Tenía un mal presentimiento que no podía describir.

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Aioria se levantó en medio de la noche por un vaso con agua. Vio que la habitación en el segundo piso de su casa tenía encendida la luz. Subió, para ver a un joven pelirrojo de catorce años entrenando.

-Jasón, son las tres de la madrugada- dijo Aioria- mejor vete a dormir, porque mañana por la mañana no podrás levantarte temprano, y sabes que Umi es muy estricta...-

-Pero papá...-

-Nada de peros, hijo- dijo Aioria- para entrenar y ser fuerte, también necesitas dormir bien-

-Está bien...-

-Buenas noches, hijo- dijo Aioria.

-Buenas noches-contestó Jasón.

Aioria volvió a su habitación y se acostó de nuevo.

-Tu hijo aún estaba entrenando, Marín- dijo Aioria- no puedo creerlo...-

-Quiere ser como su padre- dijo Marín. Aioria sonrió.

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En un templo de la India, un niño rubio de ojos azules miraba como su madre guardaba varias cosas en su maletín.

-¿Qué sucede, Mataji?- preguntó el niño- ¿a dónde vamos?-

-A Grecia- dijo la mujer- tu padre debe volver, y lo acompañaremos...-

-¿Porqué?-

-Porque Buda se lo ha ordenado así...- contestó ella- y ya no hagas preguntas-

El pequeño no quedó satisfecho con esa explicación y fue hacia la otra habitación, donde Shaka también metía sus cosas en una maleta.

-Bapú, ¿porqué nos vamos?-

-Mataji ya te lo explicó, Raji- dijo Shaka- tenemos que volver a Grecia para servir a Atena...-

-Pero yo no quiero dejar mi hogar, Bapú- protestó el pequeño. Shaka se arrodilló y miró al pequeño a los ojos.

-Cuando yo tenía tu edad, tuve que ir a Grecia por la fuerza. Pero Grecia se convirtió en mi nuevo hogar...-

-No entiendo, Bapú- dijo el niño, cruzando los brazos- Grecia no será nunca mi hogar como Calcuta...-

-Lo entenderás algún día, Raji- dijo Shaka- pero ahora debemos irnos...-

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-Aioros, despierta...-

No hay respuesta. Aioros sigue profundamente dormido. La joven junto a él insistió y lo movió hasta que él despertó.

-Vamos, mi cielo, levántate...-

-Ya voy, Andrea, ya voy...-

-Vamos, papá- dijo una chica de trece años- ¡¡llegaré tarde a mi entrenamiento!!-

-Ya voy, Iris- dijo Aioros, levantándose perezosamente.

-Te estaré esperando afuera, papá- dijo Iris, cubriéndose el rostro con una máscara de plata.

-Estaré ahí en un momento- dijo Aioros. Se vistió a toda prisa y salió junto con su hija hacia el Santuario.

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Shaka llegó a Grecia esa mañana, y lo primero que hizo fue dirigirse a la casa de Mu, siguiendo su cosmo. Éste, sintiendo el de Shaka, apareció en la puerta para recibirlo.

-Shaka, me alegra verte...-

-A mí también, Mu- dijo Shaka- también lo has sentido, ¿verdad?-

Mu asintió, muy serio.

-Fue lo que pensé- continuó Shaka.

-Deberíamos ir con Saori- dijo Mu- ella debe estar al tanto de esto...-

-Y... ¿conviene dejar...?- preguntó Shaka, algo preocupado, con un gesto significativo. Mu se encogió de hombros.

-No lo creo- dijo Mu- no sería seguro...-

-Vamos, entonces- dijo Shaka.

-¿Ya tienes donde quedarte?-

-Sí- dijo Shaka.

-Entonces vamos- dijo Mu- aún tenemos tiempo, pero no debemos abusar de él...-

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-Señor, todo está resultando como lo esperaba...-

-No son tontos... claro que lo sospechan...-

-¿Y que debemos hacer? Si atacamos...-

-¿Quién dijo que íbamos a atacar de pronto?-

-Perdón, señor, yo creí que...-

-No... a ellos no podemos vencerlos con fuerza, sino con astucia...-

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-¡Mu! ¡Shaka!- dijo Saori, sorprendida de ver a sus dos antiguos caballeros dorados, tras quince años de ausencia. Los dos se inclinaron levemente, y los inspeccionó con la mirada. Ninguno de los dos parecía haber envejecido. Detrás de ellos dos, había otras dos personas. Una chica de catorce años quien Saori supuso que sería la hija de Mu, y un niño rubio de ocho años que de seguro sería el hijo de Shaka.

-¿Qué sucede?- preguntó Saori.

-Saori, hemos venido a advertirte algo- dijo Mu.

-Es de suma importancia que te prepares- dijo Shaka- porque sabemos que alguien planea atacarte...-

-...y los nuevos caballeros dorados no lo podrán contener- agregó Mu.

Saori los miró, incrédula. Después de quince años de paz, le costaba creer que alguien quisiera atacarla.

-Em...bien- dijo Saori- y... ¿qué sugieren que haga?-

Estaban a punto de contestar, cuando dos personas más entraron. Eran Julian y su hijo.

-He escuchado todo cuanto han dicho, antiguos caballeros- dijo Julián- y me cuesta trabajo creer en lo que dicen, a menos de que me den una prueba de ello...-

Mu y Shaka lo miraron con enojo. ¿Acaso no era suficiente prueba que ambos habían abandonado sus hogares y su tranquilidad para venir a advertirle?

-Como dije- continuó Julián- a menos de que tengan pruebas concretas, no simples suposiciones, será mejor que no molesten a Saori...-

Saori guardó silencio. Mu y Shaka se retiraron, sorprendidos por esta actitud de Julián, pero aún más sorprendidos de que Saori no haya intervenido. Más aún, eso les demostraba que ella tampoco les creía. Salieron de ahí seguidos por Myra y Raji. Una vez que la puerta del templo de Atena se cerró, Mu y Shaka se miraron.

-¿Qué sucedió, Bapú?- preguntó Raji. Myra no dijo nada, solo se limitó a mirar a su padre, interrogante.

-Lo intentamos, Mu- dijo Shaka, ignorando a Raji- pero sabíamos que podía suceder...-

-¿Qué haremos entonces?- preguntó Mu.

-Tendremos que vigilar nosotros- dijo Shaka- y actuar si es necesario...-

-Tienes razón- dijo Mu.

-Seiya y los otros que fueron caballeros de bronce nos ayudarán- dijo Shaka- si hablamos con ellos y les pedimos que vigilen...-

-... y Kiki también...- agregó Mu.

-Entonces hablemos con ellos- dijo Shaka- andando...-

-Myra, Raji- dijo Mu- los veremos en la entrada del Santuario en un rato...-

-Sí, padre- dijo Myra. Los dos antiguos caballeros bajaron hacia la casa de Acuario, buscando a Hyoga. Mientras tanto, Myra y Raji se quedaron curioseando alrededor del patio del templo de Atena.

-Mira nada más- dijo Myra- mi padre dijo que aquí vio morir a Atena, con otros caballeros, antes de la batalla de Hades...-

-¿En serio?- preguntó Raji, sorprendido.

-Eso no es gran cosa- dijo la voz de un chico. Myra y Raji levantaron la vista. Era el chico que había entrado a la habitación de Saori junto con Julián Solo. Era alto, de cabellos azules y ojos verdes.

-¿Qué dices?- preguntó Myra.

-Que lo que cuentas no es gran cosa- dijo el chico- mis padres son dioses, mientras que sus padres fueron simples caballeros dorados y sus madres...nadie-

Myra se enfadó bastante por el comentario del chico. ¿Quién demonios se creía que era?

-No sé quien te creas- dijo Myra de mal humor- pero más vale que dejes hablar así de mis padres y de los de Raji...-

-No tienes que enojarte, bonita- dijo el chico. Myra se sonrojó. Nadie jamás se había dirigido a ella así, excepto sus padres.

-No seas grosero con ella- dijo Raji frunciendo el entrecejo.

-No estoy hablando contigo, enano- dijo el chico, y se volvió a Myra con una sonrisa- me llamo Altaír...-

Myra cambió su cara de sorpresa por una expresión astuta, la misma que Mu utilizó cuando estaba rodeado de espectros de Hades.

-Mucho gusto, Altaír- dijo ella, inclinándose leve pero burlonamente- ahora, ¿podrías dejar de portarte como un payaso presumido y dejarnos en paz?-

Altaír frunció el entrecejo. No le agradó lo que le había dicho la chica.

-Como quieras- dijo Altaír, dándole la espalda- creo que sus perdedores padres los están esperando...-

Raji se enfureció, pero Myra lo detuvo con un gesto.

-Nuestros 'perdedores padres' salvaron a tu madre más de una vez, Altaír- dijo Myra con serenidad- no olvides eso... vamos, Raji-

Y ambos bajaron las escaleras. Altaír se quedó mirándolos.

-Es bonita- se dijo- no me agrada su padre, pero ella es linda...-

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Irritada, Myra bajó las escaleras hacia donde su padre le había indicado, seguida por Raji.

-No puedo creer a ese sujeto- murmuraba- ¿cómo se atrevió a hablar así de mi padre y de Shaka?-

-Lo sé- dijo Raji. Si Myra estaba enojada, Raji estaba furioso- ya verá cuando...-

-No es para tanto, Raji- dijo Myra, tranquilizándose- solo ignóralo y ya...-

-¿Ignorar a quien?- dijo una voz alegre de pronto. Ambos voltearon, y vieron que se trataba de Kiki.

-Ah, hola, Kiki- dijo Myra.

-¿Quién se atrevió a molestarlos?- preguntó Kiki- si está en mis manos, le daré su merecido...-

-No lo creo- dijo Myra, algo malhumorada- es ese chico Altaír... insultó a nuestros padres-

-Ya veo- dijo Kiki- será mejor que lo ignores... no podrás ganarle, porque el niño se cree porque es 'hijo de dos dioses...'-

-Eso ya lo vimos- dijo Raji.

-¿Y tú como te llamas?- preguntó Kiki- eres el hijo de Shaka, sin duda-

Raji asintió.

-Sí- dijo él- me llamo Raji-

-Mucho gusto, Raji- dijo Kiki- yo soy Kiki, el caballero de Aries. No soy tan bueno como tu padre o el padre de Myra, pero lo intento...-

Myra y Raji sonrieron.

-Por cierto- dijo Kiki- ¿dónde están sus padres?-

-Dijeron que los esperáramos abajo- dijo Raji.

-Entonces los acompaño- dijo Kiki- yo tengo que volver a la casa de Aries...-

-¿Y que hacías acá arriba?- preguntó Myra.

-Vine a pedirle algo al caballero de Acuario- dijo Kiki- aunque Hyoga está negado, peleando todo el tiempo con su hija Cristaly... ni hablar...-

-Vamos pues...- dijo Raji- quiero irme de aquí para ver a Mataji...-

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Mataji = mamá Bapú = papá

CONTINUARÁ...

Bueno, chicos, el capítulo dos... Sigan mandando reviews...

Abby L.