CAPITULO 8: PLANES
En casa de Kanon, una chica y su novio le estaban dando cuentas a su padre sobre la carta del director que le llegó esa noche.
-Eso fue lo que sucedió, papá- dijo Karina. Kanon seguía cruzado de brazos.
-¿Y piensas que voy a creer semejante historia?-
-¡¡Papá!!-
-Señor, es cierto...- dijo Héctor- si no nos cree, puede hablar con Saga o con mi hermano Rigel...-
Kanon ignoró a Héctor. Estaba muy enfadado. Irene puso su mano en el hombro de Kanon para calmarlo un poco. En ese momento, Kiki apareció.
-¡Kiki!- dijo Karina con alegría.
-Kanon, tengo un mensaje de parte de Mu- dijo Kiki, y le explicó lo que había sucedido, lo mismo que le habían dicho Karina y Héctor. Kanon se calmó un poco, pero aún seguía mirando a Héctor con cierto resentimiento.
-Gracias, Kiki- dijo Kanon, más tranquilo. Kiki desapareció y Héctor se despidió para volver a su casa. Kanon se volvió hacia Karina- lo que hiciste hoy estuvo bien- dijo- pero me temo que tendrás problemas...-
-¿Problemas?-
-Sí, pero no te preocupes- dijo Kanon, dándose la vuelta subiendo las escaleras hacia su habitación.
-Papá es raro...- murmuró Karina, haciendo reír a Irene.
-Tu padre está arrepentido de no haberte creído desde el principio- dijo Irene- pero está orgulloso de lo que hiciste...-
-¿En serio?- preguntó Karina, e Irene asintió- ¿sabes? Se necesita un curso para entender a los padres...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Mientras tanto, Rigel acompañó a Arika a la casa de Piscis. Arika pasó directo a su habitación, y el chico se detuvo respetuosamente en la puerta.
-Pasa- dijo ella, quitándose los zapatos y tendiéndose sobre la cama con los ojos cerrados- me duele demasiado la cabeza... tal vez sería bueno que duerma un poco...-
-Eso significa que deseas que me vaya...-
-Yo...- dijo levantándose, pero Rigel la interrumpió.
-No te duele nada, Arika- dijo Rigel, adivinando sus pensamientos- te conozco muy bien...-
-Rigel, yo...-
-Dime solo una cosa- dijo Rigel, tomándola de los hombros- ¿qué tengo que hacer para que me quieras?- y la sacudió ligeramente. Arika cerró los ojos, asustada del comportamiento de Rigel. Éste se dio cuenta y la soltó- lo siento... desde hace más de cinco años, cuando apenas llegamos aquí y comenzamos a entrenar, me enamoré de ti. A pesar de que elegiste a Diego, yo respeté tu decisión. Pero ahora, no puedo seguir así...-
Arika lo miró. No se había imaginado todo lo que Rigel había esperado por ella. Y no se sentía inferior por no llevar una armadura dorada. Su mirada de ternura y sus ojos húmedos la llevó a acercar sus labios a los de él. Pero el fantasma del recuerdo de su otro chico la hizo apartar su rostro en el preciso momento en que sus labios se iban a unir.
-Lo siento, Rigel- dijo ella, apenada.
-No, yo lo siento- dijo él- ya me voy... no te volveré a molestar...- pero al tratar de salir de ahí, tropezó y cayó junto con Arika sobre la cama. Ella se sonrojó visiblemente, haciendo sonreír a Rigel.
-Lo siento...- dijo él sin levantarse.
-Está bien- dijo ella- pero estás sobre mí... ¿no te piensas levantar?-
-No- dijo él- si no me das un beso...-
Arika sonrió y besó su mejilla. Rigel también sonrió y negó con la cabeza.
-No te pases de lista- dijo Rigel- sabes a que tipo de beso me refiero...-
Ella lo besó rápidamente en los labios y se sonrojó de nuevo. Rigel volvió a negar con la cabeza.
-¿Qué?- dijo ella.
-Eres muy mala, ¿sabes?- dijo Rigel- te mostraré como se hace...- y la besó con una extraordinaria mezcla de ternura y pasión. Ella se sorprendió en exceso, pero pronto se sintió en sintonía con él y respondió al beso. El tiempo no pasaba y las manos de ambos ya se estaban introduciendo bajo las ropas del otro... Rigel se separó y se levantó, acomodando su camisa.
-Bueno, ya me levanté- dijo él, ofreciendo la mano a la chica para ayudarla a levantarse.
-Gracias- dijo ella, aún sintiendo que le faltaba el aire por el beso.
-Bien...- dijo él- supongo que debería irme- dijo Rigel. Arika no respondió. Estaba completamente sonrojada por el beso y por la falta de aire. La besó en la mejilla con ternura- piensa en lo que te he dicho- le dijo antes de salir- y ya no llores, me duele verte tan triste...-
-Está bien- dijo ella, porque estaba tan confundida que no sabía que decir. Rigel la miró por última vez y salió.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
En un lugar oculto, los siete generales marinos de Poseidón estaban en reunión.
-¿Cuáles son las órdenes, señor?-
-Mañana al atardecer- dijo el líder, el Dragón marino- vayan al Santuario y tráiganme al chico del que hablamos... el que el señor Poseidón ha elegido-
Seis hombres asintieron.
-Traigan también a esa chica y al niño...- agregó- son indispensables para mi plan...-
-Señor- dijo Escila- ¿y si los caballeros se interponen?-
-Tienen dos opciones- dijo el líder- hacer que se unan a nosotros, o eliminarlos-
-¿Unirse a nosotros?- dijo Escila- ni en sueños...-
-Tal vez- dijo el Dragón marino- tal vez yo pueda convencer a uno...No importa- agregó- hagan lo que quieran, mientras traigan al chico que necesitamos...-
-Sí, señor- dijo Sirena- antes de la media noche de mañana lo tendrá...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Al día siguiente, Myra ya no fue a la escuela, sino al mediodía fue al Santuario a practicar con Kiki, y se sorprendió mucho de ver ahí a Karina y a Héctor.
-¿Qué... no deberían estar en la escuela?-
-Nos expulsaron- dijo Karina- el director se enteró de que te ayudamos a escapar...-
-... y lo usó como pretexto para echarnos...- agregó Héctor- así que decidimos venir aquí...-
-A mi padre no le agradó nada- dijo Karina- pero gracias a Kiki no me mató...-
-Y a mi hermano no le va a gustar nada esto...- dijo Héctor- por cierto, ¿lo has visto, Kiki?-
-No, y eso es extraño- dijo Kiki- Rigel siempre llega temprano- cerró los ojos y trató de ubicar su cosmo...- no lo encuentro...-
-Tal vez fue a hablar con Saori- dijo Myra.
-O salió del Santuario- dijo Karina
Héctor no dijo nada. Había ubicado el cosmo de su hermano en la casa de Piscis la noche anterior. Y era el único, además de Umi y Shun, que sabía que Rigel estaba enamorado de Arika, y no quería que nadie más se enterara.
Karina estaba a punto de preguntar a Héctor sobre sus pensamientos, pero en ese momento llegaron Iris (la hija de Aioros), Jasón (el hijo de Aioria) y Takato.
-¿No han visto a mi maestra?- preguntó Takato. Todos negaron con la cabeza.
-Aquí estoy, Takato- dijo Arika, apenas llegando. Unos segundos después, Rigel llegó hacia ellos, pero del lado contrario. Arika evitó su mirada.
-Malas noticias, Rigel- dijo Kiki- a tu hermano lo expulsaron de la escuela...-
-Me lo imaginaba- dijo él- era algo lógico para ese canalla de director...-
Héctor asintió.
-Bueno- dijo Arika- vamos a trabajar, Takato- y se fue.
-Tú también, Héctor- dijo Rigel- ni creas que vas a estar de perezoso todo el tiempo...-
Héctor sonrió, lanzando a su hermano mayor una mirada astuta. Rigel lo reprendió con la mirada y ambos se alejaron para entrenar.
-Ya es tarde- dijo Iris- se acabó el descanso. Umi va a matarnos si llegamos tarde- y corrió hacia el recinto de las amazonas.
-Espera, voy contigo- dijo Karina.
-Oigan, ¡espérenme!- dijo Jasón, y corrió detrás de ellas.
Los tres corrieron y se reunieron donde estaban los demás aprendices. Umi hizo sonar su silbato.
-¡Iris! ¡Karina! ¡Jasón! ¡Llegan tarde!- gritó Umi. Los tres sintieron una gota de sudor en su rostro.
-Lo sentimos- dijo Jasón- lo que sucede fue que...-
-¡No quiero excusas!- gritó Umi- ¡veinte vueltas al Santuario, los tres!-
-Pero es el primer día de Karina- protestó Umi.
-¿Ah, sí?- dijo la entrenadora- entonces, que ella de veinticinco...-
Karina le lanzó una mirada asesina a si compañera. Dafne, la hija de Afrodita, comenzó a reírse como tonta, burlándose de sus compañeros. Umi hizo sonar el silbato de nuevo.
-¡Dafne!- gritó- ¿acaso quieres acompañarlos?-
-No, maestra...- contestó.
-Lástima- dijo Umi- porque tú darás treinta vueltas-
-¿Qué?-
-Ve el lado positivo, Dafne- dijo Iris- las primeras veinticinco estarás acompañada...-
Iris, Karina y Jasón rieron en voz baja, para que Umi no los castigue más, y cumplieron toda orden que Umi les dio. Dos horas después, los aprendices salieron de su entrenamiento casi arrastrándose. Umi los miró, satisfecha.
-Están progresando- les dijo mientras se alejaban- mañana el entrenamiento será más duro...-
-¿Más?- susurró Dafne- ¿acaso es eso posible?-
-Así parece- dijo Jasón. Dafne bufó.
Myra se había quedado con Kiki practicando la teletransportación.
-Casi lo logras- dijo Kiki- pero parece que hay algo que te detiene...-
Myra se encogió de hombros.
-Kiki- dijo Myra- ¿tú sabes que sucede con Arika y Rigel?-
-¿Perdón?-
-Es que- dijo Myra- hace rato, noté algo en los ojos de Rigel. Está...-
-...enamorado de Arika, sí- dijo Kiki- desde hace mucho tiempo, pero ella salía con un chico llamado Diego, quien perdió la armadura de Escorpión contra Umi-
-¿Y...?-
-No me preguntes a mí- dijo Kiki.
-Bueno, le preguntaré a ella- dijo Myra- ¿puedo ir ahora?-
-Sí- dijo Kiki- pero no te alejes mucho de aquí...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Mamá, tengo que hablar con ustedes- dijo Altaír.
-Ahora no, hijo- dijo Saori, mirándolo fijamente. También ella había sentido una ventisca fría y húmeda y había estado meditando en ello. Tal vez Mu y Shaka sí tenían razón...
-¡Mamá!- gritó Altaír, enfadado.
-Ya no reclames, Altaír- dijo Saori- ahora vete de aquí...-
De mal humor, Altaír salió del templo de Atena y de las Doce Casas.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Shaka, no puedes negar que esto tiene algo que ver- dijo Mu- no puede ser coincidencia-
-Estoy de acuerdo contigo, Mu- dijo Shaka- pero, ¿qué podemos hacer?-
-Ir al Santuario- dijo Mu- ir a advertirles...-
-No nos creyeron la última vez que venimos- dijo Shaka- no nos creerán ahora...-
Mu se volteó. No sabía que hacer, y no le gustaba esta situación. Y no le agradaba que no les creyeran.
-Calma, Mu- dijo Shaka- ya pensaremos en algo...-
-Bapú- llegó Raji- ¿puedo ir al templo?-
-No, Raji- dijo Shaka- hay algo peligroso para ti muy cerca de ahí... yo te acompañaré más tarde...-
-Está bien- dijo Raji cabizbajo y subió a su habitación. Mientras Shaka y Mu discutían en el piso de abajo, Raji entró a su habitación y se dejó caer en la cama. No se dio cuenta que una sombra lo estaban esperando...
Abajo, Mu y Shaka seguían discutiendo y no se percataron de la presencia de nadie más hasta que se escucharon unos ruidos en la habitación sobre ellos. En ese momento...
-Shaka, ¿sientes ese cosmo?- dijo Mu.
-Sí, y viene de...- y se levantó a toda prisa y subió las escaleras. Mu se teletransportó hacia la habitación. Estaba vacía, y la ventana abierta. Había varias cosas tiradas en el suelo, y faltaban algunas mantas de la cama de Raji, y el niño había desaparecido. Shaka miró la escena.
-Fueron ellos- dijo Shaka, entendiéndolo todo, y sin poder evitar que un par de lágrimas se le escapen de los ojos.
-Shaka...-
-No digas nada, Mu- dijo Shaka volviéndose hacia él- mejor prepárate... ¿sabes quien sigue?-
-¡Myra!- dijo Mu y, sin decir nada más, se teletransportó hacia el Santuario.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Entonces- dijo Sirena- ¿cuál es el plan?-
-Bien- dijo Dragón Marino – Crisaor fue ya por el niño.... Kraken y Escila irán por el muchacho...-
-Bien- dijo Kraken.
-En seguida- dijo Escila.
-Lymnades, tú e Hipocampo irán por la chica...-
-Claro- dijo Hipocampo.
-Tengan cuidado, porque con ella hay un caballero dorado...- dijo Dragón Marino.
-No hay problema- dijo Lymnades- ¿tú que harás?-
-Yo les ayudaré a que tengan el camino libre- respondió el Dragón Marino- porque tengo un asunto que arreglar en este Santuario... manos a la obra...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Altaír salió de la casa de Aries, fastidiado de ver a Myra con Kiki. Pasó por los jardines y terrenos del Santuario, muy cerca del lugar donde Takato entrenaba con Arika. Vio a dos hombres con armaduras doradas que se acercaban a él. Le pareció extraño verlos.
-¿Caballeros dorados?- preguntó- ¿qué hacen aquí?-
-Oh, no somos caballeros dorados- dijo uno.
-¿Entonces?- preguntó Altaír.
-Esto fue demasiado fácil- dijo uno al otro, ignorando a Altaír- tomémoslo, Kraken...-
-¿Qué? ¡NO!!!-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
CONTINUARÁ...
En casa de Kanon, una chica y su novio le estaban dando cuentas a su padre sobre la carta del director que le llegó esa noche.
-Eso fue lo que sucedió, papá- dijo Karina. Kanon seguía cruzado de brazos.
-¿Y piensas que voy a creer semejante historia?-
-¡¡Papá!!-
-Señor, es cierto...- dijo Héctor- si no nos cree, puede hablar con Saga o con mi hermano Rigel...-
Kanon ignoró a Héctor. Estaba muy enfadado. Irene puso su mano en el hombro de Kanon para calmarlo un poco. En ese momento, Kiki apareció.
-¡Kiki!- dijo Karina con alegría.
-Kanon, tengo un mensaje de parte de Mu- dijo Kiki, y le explicó lo que había sucedido, lo mismo que le habían dicho Karina y Héctor. Kanon se calmó un poco, pero aún seguía mirando a Héctor con cierto resentimiento.
-Gracias, Kiki- dijo Kanon, más tranquilo. Kiki desapareció y Héctor se despidió para volver a su casa. Kanon se volvió hacia Karina- lo que hiciste hoy estuvo bien- dijo- pero me temo que tendrás problemas...-
-¿Problemas?-
-Sí, pero no te preocupes- dijo Kanon, dándose la vuelta subiendo las escaleras hacia su habitación.
-Papá es raro...- murmuró Karina, haciendo reír a Irene.
-Tu padre está arrepentido de no haberte creído desde el principio- dijo Irene- pero está orgulloso de lo que hiciste...-
-¿En serio?- preguntó Karina, e Irene asintió- ¿sabes? Se necesita un curso para entender a los padres...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Mientras tanto, Rigel acompañó a Arika a la casa de Piscis. Arika pasó directo a su habitación, y el chico se detuvo respetuosamente en la puerta.
-Pasa- dijo ella, quitándose los zapatos y tendiéndose sobre la cama con los ojos cerrados- me duele demasiado la cabeza... tal vez sería bueno que duerma un poco...-
-Eso significa que deseas que me vaya...-
-Yo...- dijo levantándose, pero Rigel la interrumpió.
-No te duele nada, Arika- dijo Rigel, adivinando sus pensamientos- te conozco muy bien...-
-Rigel, yo...-
-Dime solo una cosa- dijo Rigel, tomándola de los hombros- ¿qué tengo que hacer para que me quieras?- y la sacudió ligeramente. Arika cerró los ojos, asustada del comportamiento de Rigel. Éste se dio cuenta y la soltó- lo siento... desde hace más de cinco años, cuando apenas llegamos aquí y comenzamos a entrenar, me enamoré de ti. A pesar de que elegiste a Diego, yo respeté tu decisión. Pero ahora, no puedo seguir así...-
Arika lo miró. No se había imaginado todo lo que Rigel había esperado por ella. Y no se sentía inferior por no llevar una armadura dorada. Su mirada de ternura y sus ojos húmedos la llevó a acercar sus labios a los de él. Pero el fantasma del recuerdo de su otro chico la hizo apartar su rostro en el preciso momento en que sus labios se iban a unir.
-Lo siento, Rigel- dijo ella, apenada.
-No, yo lo siento- dijo él- ya me voy... no te volveré a molestar...- pero al tratar de salir de ahí, tropezó y cayó junto con Arika sobre la cama. Ella se sonrojó visiblemente, haciendo sonreír a Rigel.
-Lo siento...- dijo él sin levantarse.
-Está bien- dijo ella- pero estás sobre mí... ¿no te piensas levantar?-
-No- dijo él- si no me das un beso...-
Arika sonrió y besó su mejilla. Rigel también sonrió y negó con la cabeza.
-No te pases de lista- dijo Rigel- sabes a que tipo de beso me refiero...-
Ella lo besó rápidamente en los labios y se sonrojó de nuevo. Rigel volvió a negar con la cabeza.
-¿Qué?- dijo ella.
-Eres muy mala, ¿sabes?- dijo Rigel- te mostraré como se hace...- y la besó con una extraordinaria mezcla de ternura y pasión. Ella se sorprendió en exceso, pero pronto se sintió en sintonía con él y respondió al beso. El tiempo no pasaba y las manos de ambos ya se estaban introduciendo bajo las ropas del otro... Rigel se separó y se levantó, acomodando su camisa.
-Bueno, ya me levanté- dijo él, ofreciendo la mano a la chica para ayudarla a levantarse.
-Gracias- dijo ella, aún sintiendo que le faltaba el aire por el beso.
-Bien...- dijo él- supongo que debería irme- dijo Rigel. Arika no respondió. Estaba completamente sonrojada por el beso y por la falta de aire. La besó en la mejilla con ternura- piensa en lo que te he dicho- le dijo antes de salir- y ya no llores, me duele verte tan triste...-
-Está bien- dijo ella, porque estaba tan confundida que no sabía que decir. Rigel la miró por última vez y salió.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
En un lugar oculto, los siete generales marinos de Poseidón estaban en reunión.
-¿Cuáles son las órdenes, señor?-
-Mañana al atardecer- dijo el líder, el Dragón marino- vayan al Santuario y tráiganme al chico del que hablamos... el que el señor Poseidón ha elegido-
Seis hombres asintieron.
-Traigan también a esa chica y al niño...- agregó- son indispensables para mi plan...-
-Señor- dijo Escila- ¿y si los caballeros se interponen?-
-Tienen dos opciones- dijo el líder- hacer que se unan a nosotros, o eliminarlos-
-¿Unirse a nosotros?- dijo Escila- ni en sueños...-
-Tal vez- dijo el Dragón marino- tal vez yo pueda convencer a uno...No importa- agregó- hagan lo que quieran, mientras traigan al chico que necesitamos...-
-Sí, señor- dijo Sirena- antes de la media noche de mañana lo tendrá...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Al día siguiente, Myra ya no fue a la escuela, sino al mediodía fue al Santuario a practicar con Kiki, y se sorprendió mucho de ver ahí a Karina y a Héctor.
-¿Qué... no deberían estar en la escuela?-
-Nos expulsaron- dijo Karina- el director se enteró de que te ayudamos a escapar...-
-... y lo usó como pretexto para echarnos...- agregó Héctor- así que decidimos venir aquí...-
-A mi padre no le agradó nada- dijo Karina- pero gracias a Kiki no me mató...-
-Y a mi hermano no le va a gustar nada esto...- dijo Héctor- por cierto, ¿lo has visto, Kiki?-
-No, y eso es extraño- dijo Kiki- Rigel siempre llega temprano- cerró los ojos y trató de ubicar su cosmo...- no lo encuentro...-
-Tal vez fue a hablar con Saori- dijo Myra.
-O salió del Santuario- dijo Karina
Héctor no dijo nada. Había ubicado el cosmo de su hermano en la casa de Piscis la noche anterior. Y era el único, además de Umi y Shun, que sabía que Rigel estaba enamorado de Arika, y no quería que nadie más se enterara.
Karina estaba a punto de preguntar a Héctor sobre sus pensamientos, pero en ese momento llegaron Iris (la hija de Aioros), Jasón (el hijo de Aioria) y Takato.
-¿No han visto a mi maestra?- preguntó Takato. Todos negaron con la cabeza.
-Aquí estoy, Takato- dijo Arika, apenas llegando. Unos segundos después, Rigel llegó hacia ellos, pero del lado contrario. Arika evitó su mirada.
-Malas noticias, Rigel- dijo Kiki- a tu hermano lo expulsaron de la escuela...-
-Me lo imaginaba- dijo él- era algo lógico para ese canalla de director...-
Héctor asintió.
-Bueno- dijo Arika- vamos a trabajar, Takato- y se fue.
-Tú también, Héctor- dijo Rigel- ni creas que vas a estar de perezoso todo el tiempo...-
Héctor sonrió, lanzando a su hermano mayor una mirada astuta. Rigel lo reprendió con la mirada y ambos se alejaron para entrenar.
-Ya es tarde- dijo Iris- se acabó el descanso. Umi va a matarnos si llegamos tarde- y corrió hacia el recinto de las amazonas.
-Espera, voy contigo- dijo Karina.
-Oigan, ¡espérenme!- dijo Jasón, y corrió detrás de ellas.
Los tres corrieron y se reunieron donde estaban los demás aprendices. Umi hizo sonar su silbato.
-¡Iris! ¡Karina! ¡Jasón! ¡Llegan tarde!- gritó Umi. Los tres sintieron una gota de sudor en su rostro.
-Lo sentimos- dijo Jasón- lo que sucede fue que...-
-¡No quiero excusas!- gritó Umi- ¡veinte vueltas al Santuario, los tres!-
-Pero es el primer día de Karina- protestó Umi.
-¿Ah, sí?- dijo la entrenadora- entonces, que ella de veinticinco...-
Karina le lanzó una mirada asesina a si compañera. Dafne, la hija de Afrodita, comenzó a reírse como tonta, burlándose de sus compañeros. Umi hizo sonar el silbato de nuevo.
-¡Dafne!- gritó- ¿acaso quieres acompañarlos?-
-No, maestra...- contestó.
-Lástima- dijo Umi- porque tú darás treinta vueltas-
-¿Qué?-
-Ve el lado positivo, Dafne- dijo Iris- las primeras veinticinco estarás acompañada...-
Iris, Karina y Jasón rieron en voz baja, para que Umi no los castigue más, y cumplieron toda orden que Umi les dio. Dos horas después, los aprendices salieron de su entrenamiento casi arrastrándose. Umi los miró, satisfecha.
-Están progresando- les dijo mientras se alejaban- mañana el entrenamiento será más duro...-
-¿Más?- susurró Dafne- ¿acaso es eso posible?-
-Así parece- dijo Jasón. Dafne bufó.
Myra se había quedado con Kiki practicando la teletransportación.
-Casi lo logras- dijo Kiki- pero parece que hay algo que te detiene...-
Myra se encogió de hombros.
-Kiki- dijo Myra- ¿tú sabes que sucede con Arika y Rigel?-
-¿Perdón?-
-Es que- dijo Myra- hace rato, noté algo en los ojos de Rigel. Está...-
-...enamorado de Arika, sí- dijo Kiki- desde hace mucho tiempo, pero ella salía con un chico llamado Diego, quien perdió la armadura de Escorpión contra Umi-
-¿Y...?-
-No me preguntes a mí- dijo Kiki.
-Bueno, le preguntaré a ella- dijo Myra- ¿puedo ir ahora?-
-Sí- dijo Kiki- pero no te alejes mucho de aquí...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Mamá, tengo que hablar con ustedes- dijo Altaír.
-Ahora no, hijo- dijo Saori, mirándolo fijamente. También ella había sentido una ventisca fría y húmeda y había estado meditando en ello. Tal vez Mu y Shaka sí tenían razón...
-¡Mamá!- gritó Altaír, enfadado.
-Ya no reclames, Altaír- dijo Saori- ahora vete de aquí...-
De mal humor, Altaír salió del templo de Atena y de las Doce Casas.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Shaka, no puedes negar que esto tiene algo que ver- dijo Mu- no puede ser coincidencia-
-Estoy de acuerdo contigo, Mu- dijo Shaka- pero, ¿qué podemos hacer?-
-Ir al Santuario- dijo Mu- ir a advertirles...-
-No nos creyeron la última vez que venimos- dijo Shaka- no nos creerán ahora...-
Mu se volteó. No sabía que hacer, y no le gustaba esta situación. Y no le agradaba que no les creyeran.
-Calma, Mu- dijo Shaka- ya pensaremos en algo...-
-Bapú- llegó Raji- ¿puedo ir al templo?-
-No, Raji- dijo Shaka- hay algo peligroso para ti muy cerca de ahí... yo te acompañaré más tarde...-
-Está bien- dijo Raji cabizbajo y subió a su habitación. Mientras Shaka y Mu discutían en el piso de abajo, Raji entró a su habitación y se dejó caer en la cama. No se dio cuenta que una sombra lo estaban esperando...
Abajo, Mu y Shaka seguían discutiendo y no se percataron de la presencia de nadie más hasta que se escucharon unos ruidos en la habitación sobre ellos. En ese momento...
-Shaka, ¿sientes ese cosmo?- dijo Mu.
-Sí, y viene de...- y se levantó a toda prisa y subió las escaleras. Mu se teletransportó hacia la habitación. Estaba vacía, y la ventana abierta. Había varias cosas tiradas en el suelo, y faltaban algunas mantas de la cama de Raji, y el niño había desaparecido. Shaka miró la escena.
-Fueron ellos- dijo Shaka, entendiéndolo todo, y sin poder evitar que un par de lágrimas se le escapen de los ojos.
-Shaka...-
-No digas nada, Mu- dijo Shaka volviéndose hacia él- mejor prepárate... ¿sabes quien sigue?-
-¡Myra!- dijo Mu y, sin decir nada más, se teletransportó hacia el Santuario.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
-Entonces- dijo Sirena- ¿cuál es el plan?-
-Bien- dijo Dragón Marino – Crisaor fue ya por el niño.... Kraken y Escila irán por el muchacho...-
-Bien- dijo Kraken.
-En seguida- dijo Escila.
-Lymnades, tú e Hipocampo irán por la chica...-
-Claro- dijo Hipocampo.
-Tengan cuidado, porque con ella hay un caballero dorado...- dijo Dragón Marino.
-No hay problema- dijo Lymnades- ¿tú que harás?-
-Yo les ayudaré a que tengan el camino libre- respondió el Dragón Marino- porque tengo un asunto que arreglar en este Santuario... manos a la obra...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
Altaír salió de la casa de Aries, fastidiado de ver a Myra con Kiki. Pasó por los jardines y terrenos del Santuario, muy cerca del lugar donde Takato entrenaba con Arika. Vio a dos hombres con armaduras doradas que se acercaban a él. Le pareció extraño verlos.
-¿Caballeros dorados?- preguntó- ¿qué hacen aquí?-
-Oh, no somos caballeros dorados- dijo uno.
-¿Entonces?- preguntó Altaír.
-Esto fue demasiado fácil- dijo uno al otro, ignorando a Altaír- tomémoslo, Kraken...-
-¿Qué? ¡NO!!!-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x
CONTINUARÁ...
