CAPÍTULO 10: RESCATE

Cuando Mu estaba con Saori y Julián, Shaka llegó. Los dos se impresionaron al escuchar de Mu lo que sucedió.

-Lo siento- dijo Saori con tristeza.

-Yo también- dijo Julián- les debo una disculpa...-

-No es momento de eso- dijo Shaka- tenemos que hacer algo...-

-Sabemos que ellos están vivos- dijo Rigel- Dragón Marino lo dijo-

Los caballeros dorados miraron a Rigel.

-Dijo que ellos los tenían...- continuó el caballero de plata- y que ustedes deben estar al margen si no querían que los lastimaran...porque creo que planean atacar-

-Entonces- dijo Mu- debemos recuperarlos antes de que se decidan a atacar el Santuario...-

-Tienes razón- dijo Shaka. Al ver a Saori y Julián tan preocupados, agregó- no se preocupen... les diremos a los demás antiguos caballeros dorados, ellos nos ayudarán-

-No sé como agradecerles- dijo Saori- todo lo que han hecho por mí siempre...-

-No te preocupes, Saori- dijo Mu- tú prepara a tus caballeros para defenderte y defender el Santuario...-

-Así lo haré-dijo ella, mientras los dos caballeros y Rigel se retiraron.

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

Myra estaba entredormida, cuando sintió unas manos en su espalda que la movían ligeramente para despertarla. Abrió los ojos asustada, se levantó y se apartó. Era Raji. Tenía los ojitos azules bañados en lágrimas.

-¡Raji!- dijo Myra sorprendida- ¿estás bien?-

Raji no respondió, solo abrazó a Myra por la cintura y comenzó a llorar. Myra le acarició los cabellos rubios, con la intención de calmarlo.

-¿Qué pasa, Raji?- dijo Myra- ya no llores...-

-Qui...quiero a Bapú...- dijo el niño entre sollozos.

-Tu papá vendrá por nosotros- dijo Myra- igual que mi papá, no llores...-

-Eso es lo que crees- dijo una voz conocida. Era...

-¡Altaír!- dijo Myra- ¿qué sucedió?-

-Ya no soy ese mortal- contestó Altaír- ahora soy el inmortal Poseidón...-

Myra lo observó, sorprendida. Era exactamente igual, excepto por sus ojos. Se veían diferentes, aunque eran del mismo color. Raji se había escondido detrás de ella, porque se dio cuenta de que el chico no era el mismo.

-¿Y para qué nos quieres?- preguntó Myra. Altaír frunció el entrecejo.

-Habla con más respeto, mortal- dijo Altaír. Le lanzó una mirada malvada- los necesito para evitar que los antiguos caballeros dorados ayuden. Si no lo hacen, tenemos ganada la batalla...-

-¿Y nos usas para chantajearlos?- dijo Myra enfadada.

-¡Te dije que me hables con más respeto!- gritó Altaír. Myra dio un paso atrás instintivamente.

-Lo siento- dijo ella. Altaír la miró con odio.

-Manténganse aquí y sin dar problemas, y no les haremos daño- dijo Altaír, saliendo y cerrando la puerta de golpe. Raji volvió a comenzar a llorar.

-No te preocupes, Raji- dijo Myra en voz baja- he podido encender mi cosmo ligeramente, una vez. Tal vez eso llame la atención de nuestros padres...-

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

-¿Qué dices?- preguntó Milo sorprendido. Mu y Shaka estaban ligeramente entristecidos y cabizbajos.

-Mu, Shaka- dijo Camus- yo les ayudaré...-

-Y yo- dijo Shura de inmediato. Los dos sonrieron.

-No saben como se los agradezco- dijo Mu.

-Y yo- dijo Shaka- ahora, tenemos que movernos, antes de que Poseidón decida atacar el Santuario, y utilice a Myra y Raji como chantaje para que no ayudemos...-

-Entonces, vamos de inmediato- dijo Aldebarán.

-¿Y el Santuario?- preguntó Máscara Mortal- ¿quién lo protegerá?-

-No te preocupes- dijo Saga- ahí están los nuevos caballeros dorados, y los que fueron caballeros de bronce ya han peleado contra Poseidón...-

-Sí, y además están los hijos de algunos de nosotros- dijo Aioria.

-Sí- dijo Afrodita, y Aioros asintió.

-Bien- dijo Camus- vayamos, no podemos perder más el tiempo...-

-Pero, ¿saben dónde están?- preguntó Shura. Mu asintió.

-Mi hija aprendió con Kiki a despertar su cosmo...- dijo Mu- ya lo hizo una vez, y estoy seguro que lo hará de nuevo...-

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

En la casa de Piscis, Arika abrió los ojos. Todo el cuerpo le dolía. Se preguntaba cómo había llegado ahí, y porque no había muerto.

-¿Estás bien?- preguntó Umi. Arika la miró y asintió.

-¿Qué... que pasó?- preguntó Arika- ¿los detuvieron?-

Umi negó con la cabeza.

-No pudimos detenerlos- dijo Umi- y no solo se llevaron a Altaír, sino también a Myra, la hija de Mu-

-Parece que Takato alcanzó a avisarle a Kiki, pero ambos fueron atacados por otros dos generales...-

-¡Takato!- dijo Arika, preocupada por su aprendiz- ¿está bien?-

-Sí- dijo Umi- estaba inconsciente, pero despertó hace siglos y está ileso...-

Arika suspiró aliviada, pero se entristeció.

-No te pongas así, tontita- dijo Umi- si ese...mal perdedor...vuelve a intentar entrar al Santuario, lo venceré de nuevo... mira que tratar de matar a mi amiga...- Arika sonrió levemente ante la mirada molesta de Umi- yo lo mataría...-

-Y yo también- dijo un chico. Arika se sorprendió al reconocer la voz de Rigel.

-Hola, Rigel- dijo Arika- supongo que tú me salvaste...-

Rigel asintió. Umi notó algo en las miradas de ambos, y prefirió mejor retirarse a la casa de Virgo con Shun. Rigel se sentó junto a ella. Arika trató de sentarse sobre la cama, pero al apoyar una de sus manos, la notó entablillada.

-¿Qué...?-

-Te lastimaste la muñeca- le dijo Rigel, ayudándola a sentarse- y también un tobillo... tal vez del esfuerzo que hacías para librarte de su red de energía...-

-Me imagino...- dijo ella- Rigel, yo...-

-No digas nada- dijo Rigel sonriendo- yo lo vi todo...-

-¿En serio?-

-Llegué casi al mismo tiempo que tú...- dijo Rigel- pero quería saber como reaccionarías al enfrentarte a Diego de nuevo...-

-Rigel, lo siento...- dijo derramando algunas lágrimas. Rigel la abrazó.

-No llores- dijo Rigel- no hiciste nada malo...- bajó la cabeza- yo soy quien debe disculparse contigo, Arika, por no haber confiado en ti...- Arika se limpió las lágrimas-escuché cuando le dijiste que ya no lo amabas...-

Rigel la besó en la frente con ternura.

-Prepárate- dijo Rigel- parece que los Generales Marinos y Poseidón nos atacarán pronto...-

-Lo haré- dijo Arika.

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

-¿Lo lograste, Myra?- preguntó Raji.

-Hago lo que puedo- dijo ella- solo que... no lo logro...-

-Inténtalo de nuevo...-

-¿Intentar que?- dijo un hombre en la entrada. No era uno de los generales marinos, sino un guardia normal.

-Nada que te importe- dijo Myra. El hombre frunció el entrecejo.

-No deberías hablar así, niña- dijo el hombre- dime que intentabas o...- le lanzó una mirada malvada a Raji. Myra se colocó frente al niño, separándolo del guardia.

-Deja a Raji en paz- dijo Myra.

-No me digas...- dijo el guardia- entonces dime que querías hacer o el niño pagará las consecuencias...-

-Traté de usar mi cosmo, ¿de acuerdo?- dijo Myra- aunque nunca lo he logrado...-

-¿Trataste de que?- dijo el hombre, furioso. Se acercó a ella y la tomó por un brazo. De un tirón, la lanzó a una esquina de la celda. Luego, se acercó a Raji y extendió su mano para tomarlo por el cuello- ya verás, niña tonta... por tu culpa morirá él...-

Myra sintió un escalofrío. Corrió hacia él, pero sabía que no llegaría a tiempo, y que el guardia podría fácilmente rechazarla. Se concentró y logró teletransportarse. De una patada, apartó al hombre de Raji.

-¡Aléjate de él, maldito!- dijo Myra enfadada.

-¡Myra! ¡Te...!- dijo Raji sin creerlo.

-Aunque puedas teletransportarte- dijo el hombre- no podrán salir de aquí...-

El hombre lanzó su puño contra ambos, pero Myra volvió a teletransportarse unos pasos hacia un lado con Raji. Antes de que ella pudiera reaccionar de nuevo, el hombre intentó golpearlos de nuevo, pero su mano chocó contra una pared de cristal.

-¿Qué demonios...?-

-Es una pared de cristal- dijo una voz- si sabes lo que te conviene, aléjate de mi hija...-

-¡Papá!- dijo Myra, al ver a Mu materializándose junto a ella. Shaka se materializó segundos después junto a Mu.

-¡Bapú!- gritó Raji, abrazando a Shaka.

-Todo está bien, Raji- dijo Shaka- salgamos de aquí...-

Camus y Milo abrieron la puerta desde afuera.

-Todo libre- dijo Milo- Aldebarán y los otros ya barrieron con todos los guardias...-

Camus vio al sujeto en el suelo y lo tomó por el cuello

-¿Dónde están los generales marinos, idiota?- preguntó con frialdad. Como el hombre no estaba dispuesto a responder, Camus lo empujó contra la pared y fríamente repitió la pregunta.

-En el Santuario- dijo el hombre- igual que el señor Poseidón y el resto de los guardias...-

-¿Y a qué demonios fueron?-

-Tienen órdenes de destruirlo, y de no dejar a ninguno con vida...-

Los cuatro antiguos caballeros dorados sintieron un escalofrío. No solo había caballeros en el Santuario. Las familias de Seiya y los demás vivían ahí.

-Mu, Shaka...- dijo Camus.

-Lo sé- dijo Shaka- vámonos- Mu asintió.

-Papá- dijo Myra- Altaír es Poseidón...-

Milo y Camus se sorprendieron, pero Mu continuó impasible.

-Me lo imaginaba- dijo Mu- Poseidón siempre ha reencarnado en los miembros de la familia Solo... así tenía que ser...-

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

En la Casa de Sagitario...

-¿Qué nos van a atacar?- preguntó Seiya, incrédulo. Umi solo puso los ojos en blanco. No le agradaba lidiar con él.

-Pues si no me crees, no es mi problema, Seiya- dijo Umi- yo ya te advertí... y más te vale que mandes a Miho y Dido a un lugar seguro...-

-¡No!- gritó Dido- yo no me voy de aquí...-

-Sí te vas...- dijo Seiya.

-No me voy- gritó Dido.

-¡Que sí!-

-¡Que no!-

-¡Dido!-

-¡Papá!-

Umi puso los ojos en blanco de nuevo, mientras Shun solo reía discretamente. Su hijo Iori nunca había causado tantos problemas...

-Umi- dijo Shiryu- ¿qué debemos hacer para prepararnos?-

-Tengan cuidado- dijo Umi- los generales marinos no pelean limpio. Vencieron a Kiki y a Arika, pero pelearon dos contra uno... no se confíen...-

-¿Algo más?- preguntó Hyoga.

-Sí- dijo Umi- el Dragón Marino fue el chico contra el que competí por la armadura de Escorpión...-

-¿En serio?- preguntó Seiya.

-Sí- dijo Umi- así que ese es mío...-

Sebastián, el caballero dorado de Géminis, entró interrumpiendo la reunión.

-Umi- dijo- los Generales Marinos y el resto de los guardia de Poseidón ya llegaron... están en la entrada del Santuario...-

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

En la entrada del Santuario, Poseidón y sus siete generales, junto a veinte soldados, se prepararon para entrar.

-Ya escucharon mis órdenes- dijo Poseidón- no dejen a nadie con vida...-

Los generales y los soldados asintieron y entraron. Poseidón los siguió.

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- x-x-x-x-x-x

CONTINUARÁ...