CAPÍTULO 11: LA PELEA COMIENZA
En los jardines del Santuario...
-Miren eso- dijo Iris.
-¿Quiénes son ellos?- preguntó Dafne.
-Son... son los guardias y generales marinos de Poseidón- dijo Jasón.
-¿A que han venido?- preguntó Dafne. Iris puso los ojos en blanco.
-Se nota que no has escuchado a Umi...-
-¿Escuchar?- preguntó Dafne- ¿qué hay que escuchar de Umi?¿su silbato?-
-Tonta...- murmuró Iris.
-Umi dijo que planeaban atacar el Santuario- dijo Jasón- y no dejar a nadie vivo...-
-Entonces, tenemos que detenerlos- dijo Iori.
-¿Y qué planean hacer solos contra los generales marinos?- preguntó Takato- son demasiado poderosos...-
-No me refería a eso- dijo Iori- los generales marinos son muy fuertes, cierto, pero los guardias...-
-¡Tienes razón!- gritó Jasón.
-¿Qué dices?- preguntó Iris a su primo- ¿te has vuelto loco?-
-No- dijo Jasón- esta es mi idea: dejemos los generales a los caballeros dorados... pero podemos reducir el número de guardias...-
-¿Quieres decir que... ataquemos a esos payasos con intentos de aletas?- preguntó Iori, y Jasón asintió. Takato se echó a reír.
-Estoy de acuerdo- dijo Takato. Los demás asintieron.
-Bueno, vamos- dijo Jasón.
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En la casa de Aries.
Kiki se paseaba en círculos, preocupado. Saori le había ordenado que no saliera de su casa, porque atacarían el Santuario. Sin embargo, le costó mucho trabajo obedecer esta orden, porque estaba preocupado por Myra.
Sintió un cosmo. No. Varios. Parecía que todos los soldados de Poseidón se habían decidido a atacar. Con su cosmo, avisó a Sebastián de Géminis y Pierre de Tauro, y se preparó para defender su casa.
Llegaron varior guerreros, entre soldados y generales marinos. Todos se lanzaron contra él.
-¡CRISTAL WALL!-
Con la pared de Cristal, los detuvo. El Caballo de Mar dio un paso adelante.
-Yo me encargaré de este caballero- dijo - los demás, sigan adelante...-
-No me digas- dijo Kiki- ¿y que te hace pensar que podrán pasar...?-
-Que ya te vencí una vez- dijo Caballo de Mar- y lo haré otra vez- y, mientras hablaba, encendió su cosmo y destruyó la pared de Cristal.
Los demás soldados y generales marinos aprovecharon y pasaron por la casa. Kiki no hizo movimiento alguno para detenerlos. Ya se ocuparían los demás. Pero él tenía un asunto pendiente con el general marino.
-Ahora- dijo Caballo de Mar- prepárate a morir...-
-Ni lo sueñes- dijo Kiki- primero te haré pagar por lo que hiciste anoche...-
-¿Esa chica era tu novia?- dijo Caballo de Mar- lástima...-
-¿Qué dices?-
-Que una vez que acabemos con ustedes, haremos lo mismo con ella...-
-Por eso mismo- dijo Kiki- no puedo permitir que me mates...-
Caballo de Mar sonrió con incredulidad.
-¡STARDUST REVOLUTION!-
Caballo de Mar esquivó el ataque de Kiki.
-Tonto- dijo Caballo de Mar- ¿crees que podrás vencerme con un ataque tan débil?- encendió su cosmo- ya verás de lo que soy capaz-
-No me digas...- dijo una voz.
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En la casa de Tauro...
-Hazte a un lado, caballero de Tauro- dijo uno de los soldados- y tu muerte será más rápida y sin dolor...-
Pierre sonrió.
-¿No me digan?- dijo Pierre- ¿acaso creen que me haré a un lado y los dejaré pasar?-
Seis soldados se lanzaron contra él. Pierre encendió su cosmo.
-¡GRAN CUERNO!-
Los seis soldados que se habían lanzado contra Pierre cayeron al suelo, muertos.
-¿Alguien más desea morir?- dijo Pierre. Un soldado que no pertenecía a los generales marinos, dio un paso al frente.
-Te crees muy fuerte, caballero de Tauro- dijo el soldado- pero no podrás vencerme-
Pierre frunció el entrecejo. Los demás soldados y generales avanzaron a la siguiente casa.
-Te demostraré como eres inofensivo ante mí- dijo el soldado. Encendió su cosmo. Pierre hizo lo mismo- ahora, conocerás mi temible poder...-
Se atacaron mutuamente, pero el ataque del soldado era más poderoso. Pierre fue lanzado contra una de las columnas. El caballero de Tauro se levantó, tambaleante. A diferencia de su maestro Aldebarán, Pierre no era tan alto, y era delgado. Sintió una gota de sangre escurriendo por su mejilla.
-¿Lo ves, caballero de Tauro?- dijo el soldado- estás perdido...-
-Aún así- dijo Pierre- no te dejaré pasar, no me rendiré...-
-Entonces, prepárate a morir...-
-¡Detente!- dijo una voz grave y autoritaria.
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En la casa de Géminis...
Sebastián detuvo el avance de varios soldados, pero otros más los generales marinos pudieron introducirse a la siguiente casa.
-Morirás, caballero de Géminis- dijo uno de los soldados.
-Sí, somos siete contra ti solo- dijo otro.
-No me impresionan- dijo Sebastián, encendiendo su cosmo.
-Oh, no nos subestimes- dijo el primer soldado- no somos tan débiles como los soldados de antes. De hecho, somos tan fuertes como un general marino...-
Sebastián frunció el entrecejo.
-Eso ya lo veremos- dijo, encendiendo su cosmo- ¡A OTRA DIMENSIÓN!-
Los soldados sellaron su técnica y contraatacaron, hiriendo a Sebastián.
-Ahora, ríndete- dijo un soldado.
-¡Nunca!- dijo Sebastián con convicción.
-Entonces, ¡muere!- gritaron.
-Eso tampoco está entre sus planes...- dijo una voz.
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En la casa de Cáncer...
Roberto, el caballero de Cáncer, trató de detener a los generales, solo consiguiendo ser lastimado por ellos. Un par de soldados se quedó atrás mientras los demás avanzaban hacia la casa de Leo.
-Ríndete, caballero- dijo uno de los soldados- o morirás...-
-No se rendirá- dijo una voz.
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En la casa de Leo...
-Vaya, veo que Poseidón es un mal perdedor...- dijo Ikki- y no solo él, sino también algunos de sus generales- agregó echándole una mirada a Diego.
-¡Maldito Ikki!- dijo Diego entre dientes- ¿cómo te atreves a insultarme?-
-¿Insultarte?- dijo Ikki- no, si lo de cobarde y mal perdedor es decirte la verdad...-
-Me las pagarás...- dijo el Dragón Marino entre dientes.
-Me encantaría matarte, Diego- dijo Ikki- pero Umi nos lo ha prohibido...-
-¿Y eso porqué?-
-Porque ella quiere hacerte pedazos personalmente- dijo Ikki- te espera en la casa de Escorpión...-
-Entonces- dijo Escila, dando un paso hacia adelante- continúen ustedes, yo me encargaré de este intento de león...-
Los demás caballeros avanzaron. Escila e Ikki se quedaron mirando fijamente.
-Te derrotaré con mi poder- dijo Ikki- ¡PUÑO FANTASMA!-
-¡AGUIJÓN DE LA ABEJA REINA!-
El ataque de Escila fue mucho mayor que el de Ikki, e hizo que éste cayera al suelo, herido. Escila rió.
-Vaya- dijo Escila- creí que sería algún reto vencerte, pero veo que no...-
-Eso es lo que crees- dijo Ikki- pelearé hasta el final...-
-Bien dicho, Ikki- dijo una voz.
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En la casa de Virgo...
-¿Qué demonios hacen aquí?- preguntó Shun sorprendido. No podía creer que los generales marinos hayan llegado ya a la casa de Virgo.
-¿Te sorprendes?- preguntó Kraken- y esto no es nada... llegaremos hasta el templo de Atena y la destruiremos...-
-No se los permitiré- dijo Shun.
-Yo pelearé contra él- dijo Kraken- ustedes adelántense... yo los alcanzaré en un momento...
Todos los generales y cuatro soldados avanzaron hacia la siguiente casa.
-Ahora, caballero de Virgo- dijo el general- prepárate a morir...-
Shun frunció el entrecejo y se preparó para defenderse.
-¡AURORA BOREAL!-
Shun fue lanzado contra la pared de la casa de Virgo, y luego cayó pesadamente al suelo. Cuando trató de levantarse, sintió su tobillo inestable.
-Ahora que estás herido- dijo Kraken- no hay nada ni nadie que pueda salvarte de morir...-
-Yo no estaría tan seguro...-dijo una voz.
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En la casa de Libra...
Los miembros del ejército de Poseidón llegaron a la séptima casa. Shiryu estaba en la entrada, no dispuesto a dejarlos pasar.
-Hazte a un lado, caballero de Libra- dijo Crisaor- o prepárate a morir...-
Shiryu alzó una ceja.
-Ni lo sueñen- dijo Shiryu- de aquí no pasarán...-
-Lo siento, Shiryu- dijo Diego el Dragón Marino- pero tengo un asunto pendiente con Umi de Escorpión...-
-Vayan ustedes- dijo Crisaor- yo me quedaré aquí y acabaré con este sujeto...-
-Bien- dijo Sirena- andando...-
-No los dejaré pasar...-
-Eso lo veremos- dijo Crisaor- ¡LANZA DORADA!-
Shiryu apenas logró esquivar el ataque, pero los soldados y los tres generales restantes avanzaron hacia la siguiente casa, dejando a Crisaor con Shiryu.
-Ríndete o muere- dijo Crisaor. Shiryu encendió su cosmo.
-No te ensucies las manos, Shiryu- dijo una voz- yo acabaré con él...-
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En Casa de Escorpión...
No fueron necesarias las palabras. Los soldados y los dos generales marinos pasaron silenciosamente por la casa. La mirada de Umi estaba puesta en el chico frente a él.
-Eres un traidor, Diego- dijo Umi.
-Tu amiga ya se encargó de decírmelo- dijo Diego- pero le di su merecido...-
Umi encendió su cosmo, y Diego también. Se atacaron mutuamente, pero ninguno de los dos ataques dio en su blanco, sino chocaron en el aire.
-Me vengaré por lo que hiciste, Umi- dijo Diego- te destruiré, y luego a esa tonta de Arika y al maldito Rigel...-
Umi frunció el entrecejo.
-Ni lo sueñes- dijo Umi- de aquí no pasarás...-
-Entonces, defiéndete- dijo Diego- ¡RED DE ENERGÍA!-
-¡AGUJA ESCARLATA!-
Al dar ambos ataques en sus blancos, el brazo derecho de Umi quedó paralizado por una pequeña réplica de la red de energía; y una aguja se clavó dolorosamente en el vientre de Diego, atravesando la escama.
-Puedes haberme herido- dijo Diego- pero ya no puedes atacar...-
-Ni tu tampoco- dijo Umi- ¡RESTRICCIÓN!-
El cuerpo del general marino quedó totalmente paralizado. Con su mano izquierda, Umi apuntó a Diego con la uña roja de la Aguja Escarlata.
-Ahora, te haré pagar por lo que le hiciste a Arika- dijo Umi- ¡AGUJA ESCARLATA!-
Otras tres agujas dieron en el blanco.
-Veo que lo haces muy bien, Umi- dijo una voz- quizá no necesitas mi ayuda...-
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En Casa de Sagitario...
-¡No pasarán por aquí!- dijo Seiya en voz alta. Los generales marinos y los soldados de Poseidón rieron.
-No me digas- dijo Lymnades- entonces, yo me ocuparé de ti... los demás sigan...-
-No los dejaré pasar- dijo Seiya. Como respuesta, Lymnades lo atacó con su 'Salamandra Satánica'. Seiya logró esquivarla, pero la intención del general marino no era herirlo, sino distraerlo para que pasen los demás.
Seiya sacó el arco de Sagitario y lo apuntó a Lymnades, mientras éste le respondió atacando de nuevo. Ambos ataques chocaron y desaparecieron.
-Seiya, Seiya...-dijo una voz- me decepcionas... nunca aprendiste a usar ese arco...-
-Si tú eres...- murmuró Seiya.
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En la casa de Capricornio...
Miguel, el caballero de Capricornio, se enfrentó solo contra diez soldados de Poseidón. Venció a cuatro, pero aún seis eran muchos para él. Ni siquiera con su ataque Excalibur lograba vencerlos.
-Esa espada no se usa de esa manera, Miguel- dijo una voz.
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En la casa de Acuario...
En Acuario, varios soldados se quedaron y dejaron a avanzar a solo tres personas más hacia la casa de Piscis, a pesar de que Hyoga hizo todo lo que pudo para evitarlo. Los veinte soldados que quedaron sufrieron las consecuencias...
-¡EXTINCIÓN AURORA!-
Veinte hombres cayeron al suelo, congelados.
-Veo que no necesitas mi ayuda después de todo, Hyoga...- dijo una voz fría.
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En la casa de Piscis...
Entraron tres personas. Una de ellas, era el general marino de Sirena. Los otros dos iban encapuchados y no se podían ver sus rostros. Arika, a pesar de estar herida, se puso su armadura y salió a su encuentro.
-Bien, bien- dijo Sirena- la pecesita salió a defender su casa...-
Arika frunció el entrecejo.
-Más vale que no los detengas- dijo Sirena, sacando su flauta- y te prometo que tu muerte será rápida y sin dolor...-
-Ni lo sueñes- dijo Arika- no moriré, y tampoco los dejaré pasar...-
-Ya lo veremos- dijo Sirena, y comenzó a tocar su flauta. A pesar de que no avanzaba hacia el general marino, Arika quedó inmóvil mientras los dos hombres encapuchados pasaron hacia el templo de Atena.
-¡No!- dijo ella, tratando de librarse de la música.
-Es inútil que te resistas- dijo Sirena- nadie puede librarse de la Sinfonía de la Muerte Final-
-¡ROSAS ROJAS!-
El ataque del caballero de Piscis distrajo a Sirena, que dejó de tocar.
-Muy inteligente...- dijo Sirena- pero... ¿te librarás acaso de mi siguiente ataque?-
-¡ROSAS PIRAÑAS!-
-¡CLÍMAX DE MUERTE FINAL!-
Ambos ataques chocaron y penetraron uno en el otro, así que la escama de Sirena fue destruida, y el ataque de Sirena le dio a Arika, quien chocó contra una columna del Templo y cayó al suelo.
-Destruiste mi escama y mi flauta- dijo Sirena- pagarás por ello...- sonrió- ahora que estás tan herida, será muy fácil deshacerme de ti...-
-No tan fácil- dijo una voz.
-¿Qué? ¿Quién es?- preguntó Sirena.
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-Fuimos mucho para ellos- dijo Jasón, pisando la cabeza de un guardia.
-Somos demasiado- dijo Dafne.
Iori miraba preocupado en dirección a las Doce Casas.
-¿Creen que mis padres estén bien?-preguntó Iori.
-Claro- dijo Jasón- tus padres son caballeros dorados, los más fuertes de todos-
-Sí- dijo Takato- ya verás como todo sale bien...-
Iris rió por lo bajo.
-¿Qué?- preguntó Dafne.
-¿Qué no lo saben?- preguntó Iris. Todos negaron con la cabeza- ¿acaso no sabes dónde están nuestros padres?-
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Las dos personas encapuchadas llegaron al Templo de Atena.
-Atena debe estar tras esa puerta- dijo una con voz femenina.
-Bien, entremos...- dijo el otro con voz masculina.
-No tan rápido- dijo alguien. Ambos se volvieron. Era el caballero de plata de Orión.
-Largo de aquí, caballero de plata- dijo la mujer, quitándose la capa- o te enfrentarás a mí, Tetis la Sirena-
-Entonces, así será...- dijo Rigel.
-¿Y pelearás contra mí?- dijo ella.
-Si eres una mujer malvada, claro que sí- dijo Rigel.
-Pelea tú con él- dijo el hombre- yo tengo asuntos que atender con Atena...-
Y entró solo al Templo, mientras Rigel peleaba contra Tetis.
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CONTINUARÁ...
Creo que ya adivinan quienes son los que llegan, ¿verdad? Hasta la próxima...
Abby L.
En los jardines del Santuario...
-Miren eso- dijo Iris.
-¿Quiénes son ellos?- preguntó Dafne.
-Son... son los guardias y generales marinos de Poseidón- dijo Jasón.
-¿A que han venido?- preguntó Dafne. Iris puso los ojos en blanco.
-Se nota que no has escuchado a Umi...-
-¿Escuchar?- preguntó Dafne- ¿qué hay que escuchar de Umi?¿su silbato?-
-Tonta...- murmuró Iris.
-Umi dijo que planeaban atacar el Santuario- dijo Jasón- y no dejar a nadie vivo...-
-Entonces, tenemos que detenerlos- dijo Iori.
-¿Y qué planean hacer solos contra los generales marinos?- preguntó Takato- son demasiado poderosos...-
-No me refería a eso- dijo Iori- los generales marinos son muy fuertes, cierto, pero los guardias...-
-¡Tienes razón!- gritó Jasón.
-¿Qué dices?- preguntó Iris a su primo- ¿te has vuelto loco?-
-No- dijo Jasón- esta es mi idea: dejemos los generales a los caballeros dorados... pero podemos reducir el número de guardias...-
-¿Quieres decir que... ataquemos a esos payasos con intentos de aletas?- preguntó Iori, y Jasón asintió. Takato se echó a reír.
-Estoy de acuerdo- dijo Takato. Los demás asintieron.
-Bueno, vamos- dijo Jasón.
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En la casa de Aries.
Kiki se paseaba en círculos, preocupado. Saori le había ordenado que no saliera de su casa, porque atacarían el Santuario. Sin embargo, le costó mucho trabajo obedecer esta orden, porque estaba preocupado por Myra.
Sintió un cosmo. No. Varios. Parecía que todos los soldados de Poseidón se habían decidido a atacar. Con su cosmo, avisó a Sebastián de Géminis y Pierre de Tauro, y se preparó para defender su casa.
Llegaron varior guerreros, entre soldados y generales marinos. Todos se lanzaron contra él.
-¡CRISTAL WALL!-
Con la pared de Cristal, los detuvo. El Caballo de Mar dio un paso adelante.
-Yo me encargaré de este caballero- dijo - los demás, sigan adelante...-
-No me digas- dijo Kiki- ¿y que te hace pensar que podrán pasar...?-
-Que ya te vencí una vez- dijo Caballo de Mar- y lo haré otra vez- y, mientras hablaba, encendió su cosmo y destruyó la pared de Cristal.
Los demás soldados y generales marinos aprovecharon y pasaron por la casa. Kiki no hizo movimiento alguno para detenerlos. Ya se ocuparían los demás. Pero él tenía un asunto pendiente con el general marino.
-Ahora- dijo Caballo de Mar- prepárate a morir...-
-Ni lo sueñes- dijo Kiki- primero te haré pagar por lo que hiciste anoche...-
-¿Esa chica era tu novia?- dijo Caballo de Mar- lástima...-
-¿Qué dices?-
-Que una vez que acabemos con ustedes, haremos lo mismo con ella...-
-Por eso mismo- dijo Kiki- no puedo permitir que me mates...-
Caballo de Mar sonrió con incredulidad.
-¡STARDUST REVOLUTION!-
Caballo de Mar esquivó el ataque de Kiki.
-Tonto- dijo Caballo de Mar- ¿crees que podrás vencerme con un ataque tan débil?- encendió su cosmo- ya verás de lo que soy capaz-
-No me digas...- dijo una voz.
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En la casa de Tauro...
-Hazte a un lado, caballero de Tauro- dijo uno de los soldados- y tu muerte será más rápida y sin dolor...-
Pierre sonrió.
-¿No me digan?- dijo Pierre- ¿acaso creen que me haré a un lado y los dejaré pasar?-
Seis soldados se lanzaron contra él. Pierre encendió su cosmo.
-¡GRAN CUERNO!-
Los seis soldados que se habían lanzado contra Pierre cayeron al suelo, muertos.
-¿Alguien más desea morir?- dijo Pierre. Un soldado que no pertenecía a los generales marinos, dio un paso al frente.
-Te crees muy fuerte, caballero de Tauro- dijo el soldado- pero no podrás vencerme-
Pierre frunció el entrecejo. Los demás soldados y generales avanzaron a la siguiente casa.
-Te demostraré como eres inofensivo ante mí- dijo el soldado. Encendió su cosmo. Pierre hizo lo mismo- ahora, conocerás mi temible poder...-
Se atacaron mutuamente, pero el ataque del soldado era más poderoso. Pierre fue lanzado contra una de las columnas. El caballero de Tauro se levantó, tambaleante. A diferencia de su maestro Aldebarán, Pierre no era tan alto, y era delgado. Sintió una gota de sangre escurriendo por su mejilla.
-¿Lo ves, caballero de Tauro?- dijo el soldado- estás perdido...-
-Aún así- dijo Pierre- no te dejaré pasar, no me rendiré...-
-Entonces, prepárate a morir...-
-¡Detente!- dijo una voz grave y autoritaria.
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En la casa de Géminis...
Sebastián detuvo el avance de varios soldados, pero otros más los generales marinos pudieron introducirse a la siguiente casa.
-Morirás, caballero de Géminis- dijo uno de los soldados.
-Sí, somos siete contra ti solo- dijo otro.
-No me impresionan- dijo Sebastián, encendiendo su cosmo.
-Oh, no nos subestimes- dijo el primer soldado- no somos tan débiles como los soldados de antes. De hecho, somos tan fuertes como un general marino...-
Sebastián frunció el entrecejo.
-Eso ya lo veremos- dijo, encendiendo su cosmo- ¡A OTRA DIMENSIÓN!-
Los soldados sellaron su técnica y contraatacaron, hiriendo a Sebastián.
-Ahora, ríndete- dijo un soldado.
-¡Nunca!- dijo Sebastián con convicción.
-Entonces, ¡muere!- gritaron.
-Eso tampoco está entre sus planes...- dijo una voz.
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En la casa de Cáncer...
Roberto, el caballero de Cáncer, trató de detener a los generales, solo consiguiendo ser lastimado por ellos. Un par de soldados se quedó atrás mientras los demás avanzaban hacia la casa de Leo.
-Ríndete, caballero- dijo uno de los soldados- o morirás...-
-No se rendirá- dijo una voz.
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En la casa de Leo...
-Vaya, veo que Poseidón es un mal perdedor...- dijo Ikki- y no solo él, sino también algunos de sus generales- agregó echándole una mirada a Diego.
-¡Maldito Ikki!- dijo Diego entre dientes- ¿cómo te atreves a insultarme?-
-¿Insultarte?- dijo Ikki- no, si lo de cobarde y mal perdedor es decirte la verdad...-
-Me las pagarás...- dijo el Dragón Marino entre dientes.
-Me encantaría matarte, Diego- dijo Ikki- pero Umi nos lo ha prohibido...-
-¿Y eso porqué?-
-Porque ella quiere hacerte pedazos personalmente- dijo Ikki- te espera en la casa de Escorpión...-
-Entonces- dijo Escila, dando un paso hacia adelante- continúen ustedes, yo me encargaré de este intento de león...-
Los demás caballeros avanzaron. Escila e Ikki se quedaron mirando fijamente.
-Te derrotaré con mi poder- dijo Ikki- ¡PUÑO FANTASMA!-
-¡AGUIJÓN DE LA ABEJA REINA!-
El ataque de Escila fue mucho mayor que el de Ikki, e hizo que éste cayera al suelo, herido. Escila rió.
-Vaya- dijo Escila- creí que sería algún reto vencerte, pero veo que no...-
-Eso es lo que crees- dijo Ikki- pelearé hasta el final...-
-Bien dicho, Ikki- dijo una voz.
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En la casa de Virgo...
-¿Qué demonios hacen aquí?- preguntó Shun sorprendido. No podía creer que los generales marinos hayan llegado ya a la casa de Virgo.
-¿Te sorprendes?- preguntó Kraken- y esto no es nada... llegaremos hasta el templo de Atena y la destruiremos...-
-No se los permitiré- dijo Shun.
-Yo pelearé contra él- dijo Kraken- ustedes adelántense... yo los alcanzaré en un momento...
Todos los generales y cuatro soldados avanzaron hacia la siguiente casa.
-Ahora, caballero de Virgo- dijo el general- prepárate a morir...-
Shun frunció el entrecejo y se preparó para defenderse.
-¡AURORA BOREAL!-
Shun fue lanzado contra la pared de la casa de Virgo, y luego cayó pesadamente al suelo. Cuando trató de levantarse, sintió su tobillo inestable.
-Ahora que estás herido- dijo Kraken- no hay nada ni nadie que pueda salvarte de morir...-
-Yo no estaría tan seguro...-dijo una voz.
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En la casa de Libra...
Los miembros del ejército de Poseidón llegaron a la séptima casa. Shiryu estaba en la entrada, no dispuesto a dejarlos pasar.
-Hazte a un lado, caballero de Libra- dijo Crisaor- o prepárate a morir...-
Shiryu alzó una ceja.
-Ni lo sueñen- dijo Shiryu- de aquí no pasarán...-
-Lo siento, Shiryu- dijo Diego el Dragón Marino- pero tengo un asunto pendiente con Umi de Escorpión...-
-Vayan ustedes- dijo Crisaor- yo me quedaré aquí y acabaré con este sujeto...-
-Bien- dijo Sirena- andando...-
-No los dejaré pasar...-
-Eso lo veremos- dijo Crisaor- ¡LANZA DORADA!-
Shiryu apenas logró esquivar el ataque, pero los soldados y los tres generales restantes avanzaron hacia la siguiente casa, dejando a Crisaor con Shiryu.
-Ríndete o muere- dijo Crisaor. Shiryu encendió su cosmo.
-No te ensucies las manos, Shiryu- dijo una voz- yo acabaré con él...-
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En Casa de Escorpión...
No fueron necesarias las palabras. Los soldados y los dos generales marinos pasaron silenciosamente por la casa. La mirada de Umi estaba puesta en el chico frente a él.
-Eres un traidor, Diego- dijo Umi.
-Tu amiga ya se encargó de decírmelo- dijo Diego- pero le di su merecido...-
Umi encendió su cosmo, y Diego también. Se atacaron mutuamente, pero ninguno de los dos ataques dio en su blanco, sino chocaron en el aire.
-Me vengaré por lo que hiciste, Umi- dijo Diego- te destruiré, y luego a esa tonta de Arika y al maldito Rigel...-
Umi frunció el entrecejo.
-Ni lo sueñes- dijo Umi- de aquí no pasarás...-
-Entonces, defiéndete- dijo Diego- ¡RED DE ENERGÍA!-
-¡AGUJA ESCARLATA!-
Al dar ambos ataques en sus blancos, el brazo derecho de Umi quedó paralizado por una pequeña réplica de la red de energía; y una aguja se clavó dolorosamente en el vientre de Diego, atravesando la escama.
-Puedes haberme herido- dijo Diego- pero ya no puedes atacar...-
-Ni tu tampoco- dijo Umi- ¡RESTRICCIÓN!-
El cuerpo del general marino quedó totalmente paralizado. Con su mano izquierda, Umi apuntó a Diego con la uña roja de la Aguja Escarlata.
-Ahora, te haré pagar por lo que le hiciste a Arika- dijo Umi- ¡AGUJA ESCARLATA!-
Otras tres agujas dieron en el blanco.
-Veo que lo haces muy bien, Umi- dijo una voz- quizá no necesitas mi ayuda...-
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En Casa de Sagitario...
-¡No pasarán por aquí!- dijo Seiya en voz alta. Los generales marinos y los soldados de Poseidón rieron.
-No me digas- dijo Lymnades- entonces, yo me ocuparé de ti... los demás sigan...-
-No los dejaré pasar- dijo Seiya. Como respuesta, Lymnades lo atacó con su 'Salamandra Satánica'. Seiya logró esquivarla, pero la intención del general marino no era herirlo, sino distraerlo para que pasen los demás.
Seiya sacó el arco de Sagitario y lo apuntó a Lymnades, mientras éste le respondió atacando de nuevo. Ambos ataques chocaron y desaparecieron.
-Seiya, Seiya...-dijo una voz- me decepcionas... nunca aprendiste a usar ese arco...-
-Si tú eres...- murmuró Seiya.
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En la casa de Capricornio...
Miguel, el caballero de Capricornio, se enfrentó solo contra diez soldados de Poseidón. Venció a cuatro, pero aún seis eran muchos para él. Ni siquiera con su ataque Excalibur lograba vencerlos.
-Esa espada no se usa de esa manera, Miguel- dijo una voz.
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En la casa de Acuario...
En Acuario, varios soldados se quedaron y dejaron a avanzar a solo tres personas más hacia la casa de Piscis, a pesar de que Hyoga hizo todo lo que pudo para evitarlo. Los veinte soldados que quedaron sufrieron las consecuencias...
-¡EXTINCIÓN AURORA!-
Veinte hombres cayeron al suelo, congelados.
-Veo que no necesitas mi ayuda después de todo, Hyoga...- dijo una voz fría.
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En la casa de Piscis...
Entraron tres personas. Una de ellas, era el general marino de Sirena. Los otros dos iban encapuchados y no se podían ver sus rostros. Arika, a pesar de estar herida, se puso su armadura y salió a su encuentro.
-Bien, bien- dijo Sirena- la pecesita salió a defender su casa...-
Arika frunció el entrecejo.
-Más vale que no los detengas- dijo Sirena, sacando su flauta- y te prometo que tu muerte será rápida y sin dolor...-
-Ni lo sueñes- dijo Arika- no moriré, y tampoco los dejaré pasar...-
-Ya lo veremos- dijo Sirena, y comenzó a tocar su flauta. A pesar de que no avanzaba hacia el general marino, Arika quedó inmóvil mientras los dos hombres encapuchados pasaron hacia el templo de Atena.
-¡No!- dijo ella, tratando de librarse de la música.
-Es inútil que te resistas- dijo Sirena- nadie puede librarse de la Sinfonía de la Muerte Final-
-¡ROSAS ROJAS!-
El ataque del caballero de Piscis distrajo a Sirena, que dejó de tocar.
-Muy inteligente...- dijo Sirena- pero... ¿te librarás acaso de mi siguiente ataque?-
-¡ROSAS PIRAÑAS!-
-¡CLÍMAX DE MUERTE FINAL!-
Ambos ataques chocaron y penetraron uno en el otro, así que la escama de Sirena fue destruida, y el ataque de Sirena le dio a Arika, quien chocó contra una columna del Templo y cayó al suelo.
-Destruiste mi escama y mi flauta- dijo Sirena- pagarás por ello...- sonrió- ahora que estás tan herida, será muy fácil deshacerme de ti...-
-No tan fácil- dijo una voz.
-¿Qué? ¿Quién es?- preguntó Sirena.
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-Fuimos mucho para ellos- dijo Jasón, pisando la cabeza de un guardia.
-Somos demasiado- dijo Dafne.
Iori miraba preocupado en dirección a las Doce Casas.
-¿Creen que mis padres estén bien?-preguntó Iori.
-Claro- dijo Jasón- tus padres son caballeros dorados, los más fuertes de todos-
-Sí- dijo Takato- ya verás como todo sale bien...-
Iris rió por lo bajo.
-¿Qué?- preguntó Dafne.
-¿Qué no lo saben?- preguntó Iris. Todos negaron con la cabeza- ¿acaso no sabes dónde están nuestros padres?-
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Las dos personas encapuchadas llegaron al Templo de Atena.
-Atena debe estar tras esa puerta- dijo una con voz femenina.
-Bien, entremos...- dijo el otro con voz masculina.
-No tan rápido- dijo alguien. Ambos se volvieron. Era el caballero de plata de Orión.
-Largo de aquí, caballero de plata- dijo la mujer, quitándose la capa- o te enfrentarás a mí, Tetis la Sirena-
-Entonces, así será...- dijo Rigel.
-¿Y pelearás contra mí?- dijo ella.
-Si eres una mujer malvada, claro que sí- dijo Rigel.
-Pelea tú con él- dijo el hombre- yo tengo asuntos que atender con Atena...-
Y entró solo al Templo, mientras Rigel peleaba contra Tetis.
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CONTINUARÁ...
Creo que ya adivinan quienes son los que llegan, ¿verdad? Hasta la próxima...
Abby L.
