El ganador se lo lleva todo

por Karoru Metallium

Veamos... estee... es mi primer fanfic de Shaman King, lo he hecho para complacer a tres amigos (que probablemente serán los únicos en leerlo xD), y les advierto tres cosas: 1- Amo el romance y el drama, así que si lo ven muy angsty no se extrañen, ni esperen que haya mucho de comedia (estoy demasiado acostumbrada a escribir novelas, a ponerme seria tipo puñal clavado en el corazón, la culpa es de Chris, gomen ^^); 2- Seguramente me he tomado muchas libertades con la serie, así que no es un canon; 3- Me gusta la introspección, y está escrito en gran parte describiendo los sentimientos de Anna. Una vez advertidos, on with the show...

I

La angustia de Anna

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Como todas las mañanas, la rubia se levantó, se duchó, se vistió y se encaminó a la cocina, en la que el desayuno estaba ya servido. Se sentó a la mesa, en el lugar que siempre ocupaba, y musitó un seco "buenos días" casi inaudible.

- Buenos días, Anna - respondió el enano cabezón sentado a su izquierda. Manta Oyamada casi no había cambiado con los años: había crecido unos pocos centímetros, que no bastaban para alcanzar a sus amigos; pero seguía siendo el incondicional con un corazón tan grande que no le cabía en el cuerpo.

- Buenos días, Anna - saludó el otro ocupante de la mesa con su sonrisa tranquila (y a menudo irritante) de siempre.

La aludida comenzó a comer en silencio, observando a hurtadillas a los dos chicos. No, hombres, se corrigió mentalmente. Si bien Manta no había crecido demasiado en tamaño, indudablemente había madurado mucho en los últimos cinco años, y había pasado de ser un estudiante modelo a ser un empresario en ciernes.

Con respecto a Yoh Asakura, no cabían dudas de que era un hombre. Lo probaban no sólo su elevada estatura y su cuerpo bien tonificado por los años de duro entrenamiento, sino también su mirada, que no era ya la indolente y distraída de su preadolescencia, sino una mirada tranquila, inteligente y misteriosa que delataba una sabiduría superior a su edad.

Aunque a veces todavía soltaba aquella risita enervante, que parecía incongruente en un joven de diecinueve años, la verdad es que resultaba casi imposible adivinar qué pasaba en realidad por la cabeza de Yoh. Anna lo había intentado, aun escudada en su frialdad, y no lo había logrado.

Su prometido...

Siendo una niña muy pequeña, durante su entrenamiento como itako, Anna Kyôyama había aprendido a controlar y reprimir sus emociones. Sabía que mostrar sus debilidades o ser excesivamente emotiva no la llevaría a buen puerto en ninguna circunstancia, ni profesional ni personal. Por lo tanto, se había acostumbrado a la perpetua máscara de frialdad y aburrimiento a tal punto que se había convertido en su segunda personalidad.

Cuando llegó el momento de reunirse con su prometido para comenzar su entrenamiento, ella no había esperado encontrar lo que encontró. Y no, no se trataba de la pereza y la indolencia tan aparentes en el Yoh de trece años; se trataba del perenne optimismo, de la sonrisa feliz, como si él supiera algo que los demás no sabían y que le daba tranquilidad.

Al conocerlo, Anna se enojó. Se indignó. Quiso darle una paliza, aunque no lo demostró, salvo en los entrenamientos.

Y se enamoró. El estorbo supremo para una perfeccionista, para alguien que quería y debía conservar la sangre fría en todo momento. Una cosa era ser su prometida y otra muy distinta era quererlo demasiado; la presión alcanzaba niveles insoportables, y en más de una ocasión la indomable itako había perdido los nervios ante los riesgos que corría el joven shaman.

Una cosa era preocuparse por su futuro esposo, y otra muy distinta angustiarse por el hombre que amaba...

... y otra peor ver que los años pasaban, sin que nada ocurriera para romper la tensión que sentía, para bien o para mal.

- ... Anna?

Se sobresaltó al darse cuenta de que Manta ya no estaba en el comedor y de que Yoh se había inclinado hacia ella y que la miraba con preocupación reflejada en sus ojos negros.

Estaba MUY cerca.

- Qué - logró articular la rubia en el tono más plano que pudo conseguir.

- Hace rato que te hablo, y estás perdida en el espacio. Y eso no es de hoy. ¿Qué te pasa?

- Nada. ¿Qué habría de pasarme?

- Me preocupas - dijo simplemente el joven.

- ¿En serio? - esta vez el tono fue glacial, a pesar de la calidez que sintió al escuchar ese par de palabras.

- Por supuesto que sí. Eres mi amiga, ¿o no?

- ¿Me consideras tu amiga, Yoh?

- Claro - sus ojos se cerraron y la característica sonrisa apareció.

- Yoh... - empezó la rubia, vacilante.

- ¿Mmmm?

- ... se te hace tarde...

- ¡¡¡¡¡¡AAAAAYYYYY!!!!!! ¡¡¡Me había olvidado que hoy tengo clases más temprano!!! - dicho esto, salió del comedor como una tromba y Anna apenas tuvo tiempo de salir al pasillo para verle salir corriendo de su habitación cargando un bolso negro lleno de libros - ¡Hasta la tarde, Anna!

¿Quién habría pensado que el flojo de Yoh Asakura se convertiría en un estudiante modelo, a pesar de sus ocasionales despistes? Y más aún... que estudiaría administración para trabajar con Manta... xD

Por su parte, Anna se retiró a su habitación y tomó el gran bolso de lona con todos sus útiles de pintura para irse a su clase en el instituto de bellas artes. Había descubierto que era una artista bastante más que regular.

Antes de salir, echó un vistazo a la habitación de Yoh, un lugar bastante extraño en el que libreros atestados compartían espacio con mesas repletas de objetos raros en un atractivo desorden que contrastaba con la prístina cama recién hecha y el escritorio muy ordenado. La itako no pudo evitar que una sonrisa curvara sus labios.

El ser lleno de contrastes que era su prometido siempre se las arreglaba para sorprenderla, a pesar de tantos años de conocerse y de vivir juntos.

Anna quería que la situación entre ellos se aclarara de una vez por todas. Lo deseaba más que nada.

- Su amiga, soy su amiga. Sospecho que no me dice toda la verdad. Por todos los cielos - clamó en voz alta - ¡¡¡que ocurra algo de una buena vez!!! Ya no soporto más...

No imaginaba la rubia que su deseo se cumpliría muy pronto...

Próximo capítulo: Cuidado con lo que deseas...

N. A.: Jojojo, creo que sé adónde voy pero todavía no sé cómo voy a llegar, esperemos que fluya... y se escuchan ideas y sugerencias ^^. El título del fic viene de una canción de ABBA, "The winner takes it all", mi favorita del grupo, muy hermosa y MUY angsty. Amo la música de los 60 y 70 ^^.