El ganador se lo lleva todo

por Karoru Metallium

IX

Cosas del Amor

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Anna estaba de pie afuera de la habitación de Tamao, reuniendo las fuerzas para atreverse a entrar y hablar con la chica. No era una tarea fácil; podía parecer fría y controlada cuando así lo quería, pero este caso era delicado.

La itako siempre había sido consciente del profundo cariño que la chica sentía por Yoh desde que eran niños, y que muy probablemente se había convertido en amor al pasar los años. Lo sabía, pero desde el principio, cuando comenzó a enamorarse de Yoh, Anna había decidido que sería él quien demostrara a cuál de las dos prefería, si acaso escogía entre ambas.

Nunca pensó en retenerlo si él quería a otra persona, a pesar de la arrogancia que siempre mostró al respecto... y a decir verdad muchas veces pensó que él podía preferir a la chica del pelo rosa, porque Tamao sería la esposa perfecta en el más estricto sentido de la palabra. No tenía poderes especiales ni grandes conocimientos, pero comprendía y apoyaba a Yoh, era dulce y cariñosa, amiga leal y excelente ama de casa.

Cualidades muy deseables en una esposa.

Sin embargo, él había decidido permanecer con Anna. ¿Qué podía decirle a Tamao para mitigar su dolor, cuando ni ella misma sabía los motivos por los que Yoh había decidido casarse, y eso también le dolía?

- Tamao... ¿puedo pasar?

El silencio duró un minuto entero, durante el cual la rubia esperó, haciendo un esfuerzo por no morderse las uñas o echar abajo la puerta, lo que se le ocurriera primero.

- Pase, señorita Anna - contestó una vocecita ahogada.

La rubia no se lo hizo repetir y entró en el rosado santuario de Tamao, que se había visto obligado a albergar a Suisei la noche anterior. La chica se encontraba echada sobre un montón de cojines en diversos tonos de rosa echados sobre la gruesa alfombra de color crema en un rincón de la habitación, con la cara oculta.

Anna se sentó al lado de la frágil figura.

- Perdóneme - la voz, ahogada por el cojín en el cual ocultaba su rostro, temblaba.

- ¿Que te perdone? ¿Porqué?

- Por reaccionar así...

- Tamao, mírame - cuando la chica no hizo ademán de volverse, Anna dijo algo que muy pocas personas habían escuchado de sus labios - , por favor.

Como respuesta, la joven se volteó a mirarla. Su rostro estaba acongojado y manchado de lágrimas, y sus labios temblaban.

- No tengo nada que perdonarte, porque no eres culpable de nada... pero creo que es hora de que hablemos claro tú y yo.

- No, señorita Anna, por favor - suplicó - , no era mi intención... yo no quiero molestar, nunca he querido causar problemas ni a usted ni al joven Yoh...

- Y nunca lo has hecho, ni lo harás, porque eres nuestra amiga.

Los ojos color rosa se abrieron desmesuradamente.

- Tamao, sé lo mucho que te duele lo que Yoh ha anunciado hoy, a pesar de que siempre has sabido lo del compromiso. Sé que lo quieres. Pero tú, al igual que yo, debes haber pensado en todos estos años que la decisión estaba en sus manos y que fuera la que fuera la aceptaríamos. ¿Estoy en lo cierto?

- Yo... siempre pensé eso. Pero no pensé que usted... después de todo, usted es su prometida, y yo...

- No soy tan desalmada como crees - su boca se torció en una sonrisa irónica.

- Yo nunca he pensado en usted como una desalmada - Tamao estaba escandalizada.

- Serías la única persona que no lo ha pensado, porque motivos más que suficientes les he dado a todos para creerlo. Pero en fin, lo que quiero que sepas es que ninguno de los dos hemos querido herirte con esto.

- Lo sé - la chica se frotó la cara enérgicamente, tratando de borrar las huellas de su llanto y de sonreír al mismo tiempo - . Pero es raro lo que siento, señorita Anna, ¿sabe?

- ¿Lo que sientes? ¿Qué cosa?

- Verá, es que yo... sabía que este día iba a llegar, tarde o temprano, y...

- Imagino que tuviste esperanzas al ver que no nos casábamos hace dos años...

- ¡No, no, usted no entiende! Yo nunca dudé de que ustedes se casarían...

- ¿¡Cómo!? - Anna la miró, sorprendida.

- Usted dice que la decisión estaba en sus manos, señorita Anna, pero yo siempre he sabido que esa decisión estaba tomada - por un momento la tristeza ensombreció de nuevo su carita - , nunca he tenido ni la más mínima oportunidad, pero todos tenemos derecho a soñar, ¿verdad?

La ingenua declaración de Tamao confundió aún más a la rubia.

- Confieso que no comprendo...

- ... Yoh la quiere a usted y siempre lo ha hecho.

- ¿Eso crees? - ahora eran los ojos oscuros de la rubia los que parecían platos.

- No lo creo, lo sé. Siempre he respetado eso, señorita, créame. Y lo raro es que me he sentido triste cuando lo ha anunciado, pero ahora siento alegría porque al fin se han decidido y sé que serán muy felices - afirmó, casi entusiasmada y con un brillo soñador en sus ojitos.

Por un momento Anna no supo qué pensar. Tamao conocía bien a Yoh, así que lo que decía tenía sentido; pero, por otro lado, era una romántica incurable y podía ver romance hasta en una pelea de gatos. No por nada una de las paredes de la habitación estaba ocupada por un librero lleno a reventar de novelas tan rosadas como su dueña, del tipo "y vivieron felices para siempre"...***

Pero ni de casualidad se le iba a ocurrir confiarle a Tamao sus dudas, ¡ni hablar! El capítulo referente a la niña del pelo rosa e Yoh se estaba cerrando en ese momento y ella no iba a reabrirlo. Además, la chica la miraba con tal confianza y fe en lo que decía que no hubiera podido convencerla de que ella lo dudaba.

- Bien, dices cosas con sentido y me alegro. Y déjame decirte que creo que lo que siempre has sentido por Yoh es un gran cariño, no amor... pero eso lo sabrás cuando lo encuentres de verdad, y deseo de todo corazón que lo hagas.

- Gracias señorita Anna, ojalá...

Viendo que la chica, aunque todavía triste, estaba asumiendo todo el asunto con bastante presencia de ánimos, la rubia suspiró con alivio. Había confirmado que el cariño de Tamao por Yoh era firme, pero no apasionado ni nada que se le pareciera, así que no estaba enamorada... y pronto se le pasaría.

- Espero que no te quedarás todo el día aquí encerrada...

- ¡¡¡Ay, no!!! ¡¡Tengo clases!! - se puso en pie de un salto y empezó a revolver en su armario.

- También yo - Anna salió de la habitación rosada con una pequeña sonrisa en su rostro.

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Manta y Ryu, que estaban en la cocina lavando los platos, se sobresaltaron al escuchar un estrépito y gritos en la sala. Corrieron a ver qué pasaba, y encontraron a la pelirroja Suisei muerta de risa observando cómo el ainu de pelo azul trataba de alcanzar al joven de ojos amarillentos, que lo eludía con facilidad.

- ¡Espera! ¡¡¡Me las pagarás!!! ¡¿¿¿¿¡¡¡¡Cómo te atreves a intentar seducir a mi hermanita!!!!????

- ¿Qué, estás sordo? Te dije que sólo conversábamos, y ella lo confirmó...

- ¡Pero pones en peligro su reputación!

- No es cierto, porque en esta casa sólo hay gente de confianza...

- ¡Siempre tienes que salir con una respuesta "lógica", pero no te creo!

- Porque tengo la lógica que a ti te falta, Loroloro. Pero, aún en el supuesto negado de que anduviera tras Pilika, ¿qué tendrías en contra? No soy un mal partido: soy bien parecido, sé ser amable cuando hace falta y además tengo dinero - retrucó el joven chino, con una mirada cargada de malicia.

Horohoro casi se atragantó de rabia.

- ¡ALÉJATE DE MI HERMANA!

- No tienes que pedírmelo. Te repito que no tengo la menor intención de meterme con tu hermana.

Manta alcanzó a ver el rostro acongojado de Pilika, que se alejaba por el corredor luego de escuchar el franco rechazo de Len.

- ¡¡Espero que no, porque te daré tu merecido!! Yo no soy como Yoh, que no mueve ni un dedo mientras sonsacas a su prometida, ¡¡Pilika tiene quien la defienda!!

Ante esto, Manta aguzó todos los sentidos...

- ¿Qué has dicho? - la expresión de Len se ensombreció peligrosamente.

- ¡¡¡Que te hemos visto con Anna en el parque!!! ¡¡¡Y no será para nada bueno que la citas ahí!!!

- No vas a meter a Anna en los problemas que tengas conmigo, ¿entiendes? Ella es mi amiga, como lo es Yoh. - su tono era de clara amenaza, pero Horohoro no retrocedió.

- Si yo no la meto, ¡¡¡la metes tú, comprometiéndola!!!

- ¡BASTA YA! - Anna estaba en la puerta de la sala, detrás de Ryu y Manta. Había llegado sin ser notada, llevaba al hombro el bolso con sus bártulos de pintura, y a juzgar por su mirada acerada estaba más que furiosa - No van a pelear más en esta casa, ¿entendido? En cuanto a ti, Horohoro, me da igual que pienses que soy una maldita sin corazón, pero no puedo tolerar que pienses que juego sucio...

- ¡¡¡Yo no he dicho eso!!! ¡¡¡No fue mi intención, Anna!!! - el joven ainu estaba a todas luces avergonzado.

- Bien, lo voy a decir alto y claro para que lo entiendan TODOS - su mirada se posó en Manta, que se encogió visiblemente - : Len Tao es mi amigo. AMIGO, ¿escucharon bien? Tengo derecho a tener amigos como todo el mundo, aunque no sea monedita de oro para caer bien a todos. Ahora, cada quien se va a hacer lo que tenga que hacer.

Horohoro, avergonzado y furioso, salió al patio. Suisei se quedó en la sala, pensativa, sus ojos verdes brillando con alguna intención maliciosa. Manta y Ryu se retiraron de nuevo a la cocina, no sin que antes el primero viera salir de la casa a Anna, e inmediatamente después a Len.

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- No te irás a enfadar conmigo si te doy un aventón, ¿o sí? - la joven subió al auto de Len haciendo una mueca.

- Qué me voy a enfadar. Pero tu querido Horohoro tiene una mente cochambrosa.

- Ni tanto, ni es el único... la verdad es que yo no había pensado en ello, Anna, pero ahora se me ocurre que es por eso que Manta nos mira raro cada vez que estamos en la misma habitación tú y yo. El enano en el fondo es toda una comadre. Y, pensándolo bien, hasta el propio Yoh nos ha mirado raro...

- ¿Ah, sí?

- ... ¿no será que el viejo Yoh está celoso? - aventuró el joven, pensativo, y Anna le miró con interés.

- ¿Tú crees?

- Ay, Anna, no sé. De todos modos, vaya una sorpresa que han dado esta mañana ustedes dos... ayer andabas muriéndote porque no sabías si te quería y hoy resulta que se casan... y no te veo nada contenta.

- Porque no lo estoy... bueno, lo estoy, y a la vez no lo estoy... demonios...

- A ver - dijo el shaman con paciencia.

- ¿Porqué le ha dado por casarnos, así tan de repente?

- ¿Me lo preguntas a mí? Hace dos años que esperas este momento y ahora te da miedo porque crees no saber porqué lo hace. Tú deberías saberlo, hablaron anoche y de eso salió la sorpresita de hoy, ¿no? ¿Qué te dijo?

- Pues... sólo que no me iba a obligar a seguir con el compromiso, pero que él sí quería casarse conmigo si yo quería... y yo acepté.

- Lo dicho: me parece que lo hemos puesto celoso y por eso se ha puesto las pilas. Te quiere, Anna, y te quiere asegurar.

- Pero... ¿porqué no me dice que me quiere?

- Entre su despiste y tu orgullo, vamos servidos. ¿Porqué no se lo dices tú a ver qué te responde?

- ¡LEN TAO!

- Vale, vale, está bien, no se lo digas. Pero hay que sacárselo de la manera que sea. Ya se me ocurrirá algo.

- Len... que me das miedo... además no creo que sea prudente que te metas con Yoh, ni siquiera yo lo he intentado, salvo en los entrenamientos. Si algo he aprendido es que nunca se sabe cómo puede reaccionar.

- Ya veremos. Mientras tanto, te aconsejo que vayas quitando esa cara de amargura con la que te levantaste esta mañana, porque el pobre chico de veras va a pensar que no quieres casarte con él y que ya te has arrepentido de aceptar...

- ¿Tan mal me veo? - preguntó, preocupada, tratando de mirarse en el espejo retrovisor.

Len sonrió. Anna no era una mujer como las demás, no solía preocuparse demasiado por el aspecto cosmético de su arreglo. Aunque siempre andaba bien arreglada con alguno de sus trajes negros, no llevaba espejo, ni polvera, ni labiales en su bolso.

- Tú nunca te ves mal aunque lo intentes. Pero esta mañana tenías cara de haberte tragado un limón. El pobre Yoh no paraba de mirarte y de parecer MUY preocupado.

- ¿Crees que debo tratar de andar sonriente, entonces?

- ¡No! ¡Si haces eso lo asustarás de veras! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAYYYYYY!!!!

Un certero golpe vengativo de la rubia casi lo hizo perder el control del auto

Próximo capítulo: Golpes a mi puerta

*** Dedicado especialmente a María: bruja, esto es para ti y tus bárbaras, jazmines y julias xDDDD.

N.A.: Ya sé, va lento... pero así es como se desarrollan mejor las ideas xDDDDDDD, por eso el 10 ya va a medias ^___~. Gracias por los reviews... y esperen más introspección para los próximos caps pq me está dando la vena dramática!!!!