Heridas en el alma

Es curioso como toda mi vida no me he concentrado en nada más que para lo que se supone estoy destinado. Y ahora que lo veo aquí, llorando en mis brazos, sé que todo lo que alguna vez creí saber no era más que basura. Sucia e inservible basura que los demás me metieron en la cabeza para conseguir lo que querían sin tomar en cuenta mis sentimientos.

Sí, mis sentimientos...

Porque no soy una máquina. Soy un ser humano que respira, que ve, que escucha y que sobre todo, siente. Tal vez no lo expreso con palabras; tal vez mis amigos ríen y aunque estoy yo ahí, no hay más señal de mi existencia que mi cuerpo silencioso e indiferente.

¡¿Qué acaso nadie se da cuenta?!

Todos los días tengo unas inmensas ganas de gritar, de reír a carcajadas, de saltar, de hacerme notar. Pero es que simplemente, ese no soy yo. Hace tiempo descubrí que no puedo fingir ser alguien que nunca seré. Yo me acepto como soy, eso es seguro, pero el problema está en que quien yo soy es una persona que parece no encajar en ningún lado.

Mis amigos son muy diferentes. Me quieren. Eso lo sé. Pero a ellos no les es difícil expresar sentimientos. Ellos pueden mirarme y decir lo mucho que me aprecian sin ninguna vergüenza o traba.

Yo, en cambio, no puedo más que estar con ellos. Es mi única manera de expresarles mi cariño: con mi compañía. Yo no sé cómo abrazar, cómo dar consuelo ni siquiera sé cómo hablar de nada que no sea beyblade.

Y ellos no se dan cuenta.

Todos los días me quemo por dentro, me aplasta la frustración, y ellos parecen estar ajenos a mi sentir.

Ni siquiera me preguntan cómo me encuentro. Pero si ellos se sienten tristes o quieren mi apoyo, me buscan y yo les tiendo mi mano. No me estoy quejando. Es sólo que no sé cómo puedo abrir mi corazón como ellos lo hacen. Sé que no podrían leer mi alma y adivinar mi tristeza, pero es que ya nada me es suficiente para apaciguar este dolor.

La mayoría del tiempo ellos bromeaban, jugaban y reían. Yo permanecía en un rincón alejado, siempre a distancia prudente. Temía acercarme porque sabía que no encajaba. Qué fácil para ellos disfrutar los momentos aún conmigo a un lado sin saber cómo comportarme. Es tan difícil pensar en algo gracioso qué decir o adivinar el momento adecuado para decirlo. Pronto descubrí que eso no se puede aprender. Simplemente nace de cada persona. Entre más piense la mejor manera de hacer las cosas menos aparecen las respuestas, no puedo aprender a ser amigable o sociable porque sencillamente no lo soy.

Y cuando ya tenía suficiente con qué lidiar, vino el peor problema. La amistad es muy difícil. Sé que es mi culpa pues fui yo quien quiso tener amigos. ¿Y el amor?

El amor es una bella ilusión que la gente inventó para no tener que enfrentar el mundo real. Al menos eso me dijo mi abuelo. Toda mi vida estuve seguro que así era y no me importaba ser cruel al mofarme de mis amigos cuando se enamoraban. Sobre todo de Ray, porque él se comporta tan estúpido y cursi a veces. No me di cuenta cuánto significó para él hasta que lo viví en carne propia.

Yo no quería enamorarme. Pero no supe con certeza qué era eso que sentía hasta que fue inevitable e imposible de borrar.

Es que es una persona maravillosa. Al ver sus ojos puedo perderme en ese mar ambarino y olvidar los problemas que atribulan mi alma. Se me olvida el sufrimiento por un instante al refugiarme en su mirada pero pronto, éste regresa más fuerte pues me doy cuenta que tampoco sé cómo manejar esto.

Ahora estamos todos reunidos porque Salima y Kane se están casando. Bueno, en realidad, todos están adentro de la iglesia mientras que Ray y yo estamos en un rincón del atrio.

Él no puede dejar de llorar y lamentarse. Me duele tanto verlo así... estoy sufriendo doblemente porque me sucede lo mismo y porque no puedo decirlo.

Él me mira y me pregunta si hay algo mal consigo. Yo le respondo que no, que él está bien; lo digo de corazón pero intento esconder el sentimiento que me recorre el pecho. Él sigue hablando y explicando, intentando encontrar una razón lógica. Pero es en vano, en el amor la lógica no tiene cabida.

Ray cree que es muy poca cosa para que alguien lo quiera. Me parte el corazón escucharlo decir eso, quisiera estrecharlo fuertemente y hacer que se sienta seguro y amado entre mis brazos. Pero no puedo... de nuevo esa barrera que me impide sacar lo que siento. Entre más quiero gritarle lo mucho que significa para mí, decirle que es la persona más importante en mi vida, que es mi luz y mi fuerza, mi naturaleza me reclama e intenta reprimir más fuertemente ese sentimiento, hundiéndolo en el fondo de mi ser y llevándome consigo.

Él sigue hablando y yo lo escucho. Abre su corazón totalmente. Es el momento mágico que tanto esperé; sin embargo, me abruma ver lo que él guarda dentro. Como yo, también tiene sus propios demonios con los cuales luchar.

Me dice lo que ya sabía. Alguna vez estuvo enamorado de Mariah. ¡Cómo no recordarlo si todo el mundo se daba cuenta! Se ponía tan nervioso, torpe y estúpido cuando ella estaba cerca... parecía que ella estropeaba su cordura.

¡Cuánto no duró enamorado! Fueron varios años, pues ya sentía algo por ella desde antes de macharse de su aldea. Y fue una tarde lluviosa cuando por fin se arriesgó a decírselo. Desnudó su corazón frente a ella y expuso sus sentimientos. Y cuando más vulnerable estaba, ella lo mandó al diablo hiriéndolo profundamente. ¡Qué tonto había sido! ¿Cómo pudo atreverse a tanto? Sólo alguien estúpido podría bajar la guardia de esa manera. Eso fue lo primero que pensé. Después no pude sino admirarlo porque yo jamás tendría la valentía de descubrir mis sentimientos.

Aún recuerdo el dolor de sus ojos cuando supo que ella estaba con Lee. Su mejor amigo de la infancia se casaría con la chica de la que siempre estuvo enamorado. Sentí un odio inverosímil hacia aquellos dos. Hacia él porque para nadie era un secreto el amor de Ray por Mariah y aún así no le importó, ¡ni siquiera tuvo el valor de decírselo en su cara! Ray se enteró porque esos dos insensibles le enviaron la invitación a la boda. Hacia ella también sentí odio porque le rompió el corazón a Ray de la peor manera en que se puede. Pasó demasiado tiempo antes que en sus ojos volviera a brillar aquella luz que tanto amo.

En realidad, él nunca habló ni nos dijo cómo sucedieron las cosas. Ahora me cuenta todo lo que sintió entonces y se me forma un nudo en la garganta al recordar cómo estuvo en aquella ceremonia, tan impávido y sereno mientras veía a esa chica jurarle amor a otro. Por eso de nuevo crece la admiración por él. Yo jamás habría podido estar en su lugar ni mucho menos felicitarlos con una sonrisa en la cara mientras por dentro su ser se derrumbaba.

No puedo evitarlo y sin detenerme a pensar pongo una mano sobre la suya y la aprieto suavemente para reconfortarlo. Fue un impulso que me nació del corazón. Me doy cuenta de lo que hice y lo miro aterrado, pero él me sonríe tristemente agradeciéndome con la mirada.

De nuevo, por culpa de un impulso que me nace del corazón, le digo que ya no piense en ello. Esos son recuerdos que ya no significan nada. Le recuerdo que pudo volver a enamorarse mientras que Lee y Mariah apenas duraron un año y se separaron.

Él me contesta que eso no significa nada. El amor es tan injusto y siempre le ha tocado tener las de perder. Me dice que fue un estúpido por creer que alguien podría quererlo, que fue un completo imbécil por volver a confiar. Y es que el amor sólo trae sufrimiento. En esto último, yo estoy de acuerdo con él.

Después de lo de Mariah, Max pasó mucho tiempo con él. Al principio creímos que era sólo para tratar de animarlo pero después supimos que entre ellos había algo más... Fueron novios durante casi un año hasta que el mismo Max cortó su relación.

Yo ya me lo temía y tenía mis sospechas, que fueron confirmadas al cabo.

Al menos Max fue el único que tuvo la delicadeza de terminar con él de una forma suave, me dice Ray. Hablaron y al final entendieron que no iba a funcionar. Max sólo se había fijado en él porque cuando sucedió lo de Mariah, notó por primera vez lo que yo sé con seguridad: que Ray es una persona muy sensible y humana; conjuga la fortaleza de un luchador con la sensibilidad de un amigo, es fiel y confiable, cuando ama entrega todo arriesgando con ello su corazón. Eso seguramente deslumbró a Max y no lo culpo, pues eso mismo me hizo caer en la perdición que es el amor. Lástima que tantas cualidades no pesen tanto como el amor, ése que ahora tiene con Michael. Aún más lástima que Ray sí se haya enamorado, ya que con las atenciones y cariños de Max no pudo evitar comenzar a sentir algo más que afecto de amigos.

Sé que le dolió porque ahora me dice lo que entonces no pudimos ver. Ray comenzó a ocultar su dolor para que Max no se sintiera culpable; tristemente lo ocultaba tras una sonrisa. Me dice que está feliz que no haya perdido su amistad con Max pero que en el fondo había deseado que funcionara. De nuevo cree que no fue lo suficientemente bueno para que alguien como Max se fijara en él. Yo le digo que eso es mentira pero él no escucha y derrama más lágrimas.

¿Por qué no puedo ser alguien más al menos durante una hora? Así podría dejar que él viera dentro de mí y supiera todo. Pero entonces desecho esa idea porque no quiero que vea lo que me duele vivir.

Fue poco después que terminó con Max cuando no pude evitar saber cuánto amo a este chino. Lo amo con tanta intensidad que aun después de tantos años todavía sigue avivando el fuego cuando me mira.

Al poco nos encontramos con Kane, Salima, Jim y Goki. Salima buscaba cualquier pretexto para acercarse a Ray, por más estúpido que fuera. Era obvio que a la chica le gustaba y Ray se daba cuenta, pero fingía no hacerlo porque temía salir lastimado otra vez. Un día, Tyson se hartó de la situación; el muy imbécil sermoneo a Ray sobre nuevas oportunidades para amar y una sarta de idioteces que lo convencieron. Yo tuve que verlo enamorarse poco a poco de Salima, sufriendo porque ella estaba logrando lo que yo jamás podría.

Me dolía profundamente verlo regalarle sonrisas a todo el mundo menos a mí, hablarle a todo el mundo menos a mí, besarla a ella mientras yo moría de celos. Esa fue la razón por la que me distancié de él. No podía soportar tenerlo cerca y saber que jamás sería mío. Mi personalidad alguna vez huraña, se tornó más fría que un glaciar, tan reservada que parecía otro.

Ya no hablaba porque no creía necesario gastar palabras en cosas sin trascendencia. Entonces mis amigos sólo acercaban cuando querían tratar cosas importantes. Para ellos me convertí en una especie de máquina que se conectaba al amanecer, entrenaba, comía, decía un par de palabras y se desconectaba en la noche.

Así continúa hasta la fecha. Aunque ellos no lo sientan ni lo deseen, me están haciendo a un lado conforme pasa el tiempo. Los nuevos amigos son de ellos pero no míos, las bromas son de ellos y yo no figuro, sólo existo y se dan cuenta porque ocupo un espacio y porque les quito un poco del aire que respiran. Sólo soy el capitán sin sentimientos.

Ninguno se daba cuenta del torrencial de pensamientos que en mi mente había, yo estaba en un plano que ellos no comprendían y ni siquiera se esforzaban en hacerlo. Suficientes cosas en qué pensar tendrían. Max con Michael, Tyson obsesionado con ser el mejor, Kenny tratando de seguirle el ritmo a Tyson, y Ray muy enamorado de Salima.

Entonces, ¿por qué habrían de gastar su tiempo en notar mi llanto nocturno? ¿O en preguntarme qué lo ocasionaba?

Es tanto lo que quisiera decir, poco lo que me atrevo y nada lo que les importo a los demás.

En el fondo no me importa. Yo sí me preocupo por ellos. Yo sí estoy sufriendo con Ray al verlo rechazado en el amor.

Esa maldita Salima no se tocó el corazón. Mariah fue poco en comparación. Lo sé porque Ray me dice que lo que siente por Salima jamás lo había sentido por nadie, ni siquiera por esa gata. Me dice que nunca podrá olvidar ese amor. Yo le contesto que sí podría, pues igual que las veces anteriores, siempre encontró una nueva oportunidad de amar. Él me replica que esta vez es diferente. Que fueron amores muy diferentes y que yo no podría entender a menos que lo sintiera. Me dice que el amor verdadero es imposible de olvidar y cuando se siente, es fácil reconocerlo. Yo bajo la mirada.

¿Por qué me dices todo esto? ¿Crees acaso que no lo sé? Si es así, explícame entonces qué es esto que siento por ti. ¡Es amor verdadero! Eres un tonto a veces... antes podías leer mi corazón a través de mis ojos y ahora eres incapaz de distinguir esta enorme pasión que es el amor que te profeso.

Pero tal vez sea porque tus lágrimas te impiden ver con claridad. Lloras amargamente al saber que la mujer que más has amado y que, según tú, jamás dejarás de amar, se entrega a otro para toda la vida.

Dime, ¿cómo puedes lamentarte? Deberías odiarla. Después de todo, ella sólo llegó un día y frente a todos te dijo que ya no quería andar contigo. Yo intenté alejar a los demás para que hablaran a solas pero ella fue más rápida en decirte que te dejaba por Kane. Que con él sería más feliz. Que sólo te buscó para darle celos a él pero que en el fondo siempre le gustaste.

¡Qué gran disparate! Esa mujer no sabe nada de sentimientos. Por supuesto, tampoco está interesada en saberlo pues no le importó verte llorar de dolor. Incluso la escuché decir que te habían invitado a la boda por mera apariencia social. No podían invitar a todos menos a ti. Obviamente, eso no te lo voy a decir, no quiero herirte más de lo que ya estás.

Aún me cuesta comprender cómo llegamos a estar aquí sentados en este rincón, tú llorando y yo escuchando en silencio.

Creíste que si le explicabas todo lo que ella es para ti, volvería a tu lado. Qué equivocado estabas. Si hubiera sabido, jamás te habría dejado cometer semejante insensatez.

Te presentaste antes de la boda y le hablaste de tus sentimientos, como si fuera tu única salvación. Ella te exigió que te fueras y cuando le robaste un beso, te golpeó con rabia, como si fuera ella y no tú el ofendido.

Personalmente, creo que es otra estupidez.

De verdad no entiendo como en cada vez olvidas lo anterior y entregas todo. Como vuelves a confiar ciegamente para ser decepcionado. No entiendo por qué sigues abriendo tu corazón a la gente si sabes que te van a lastimar. Por eso deberías hacer lo que yo y alejarte antes que se alejen de ti.

Pero tú no eres así, y me alegro pues tal como eres te amo. En este momento soy yo a quien abres tu corazón, aunque sea como un amigo. Esta vez, ten la seguridad que no te voy a fallar.

Ya has descargado tu dolor y ahora sólo quedan las lágrimas. Te abrazo y recargas tu cabeza en mi pecho. Eres como un pequeño niño en busca de protección. No dudo un segundo en susurrarte al oído palabras de consuelo ni en acariciar tu cabello mientras tú sigues sollozando con la cara escondida en mi abrazo.

¿Yo estoy consolándote y abrazándote? Creí que no sabía cómo. Es por el amor que te tengo que sólo a ti he podido mostrar esta parte que acaba de nacer de mí.

Quisiera tomar tu rostro entre mis manos, limpiarte las perladas lágrimas que empañan tu hermosa mirada ámbar y darte un beso en los labios que expresara todo lo que estoy sintiendo por ti.

Pero no puedo.

Soy esa persona que no puede expresarse. Pienso un millón de ideas y sólo digo una palabra. Sueño mil fantasías y sólo permanezco en un rincón alejado. ¿Por qué no puedo ser diferente? Tal vez así te fijarías en mí pero entonces no sé si me hubiera fijado en ti. Y te habría herido.

Me alegro de ser yo.

Mi relación contigo siempre ha sido diferente que con los demás. Al principio eras tú quien me buscaba e intentaba integrarme al grupo. Poco después era yo quien te buscaba para conversar. Siempre hemos sido grandes amigos. Al estar juntos no son necesarias las palabras porque presientes que no las tengo.

Quisiera romper la barrera de hielo y perderme en ti. Sin embargo, soy yo quien no quiere confiar por temor a resultar herido. Tú en mi lugar te arriesgarías. ¿Y yo qué hago? Quedarme en la seguridad con nada.

Te pido comprensión. Después de lo que acabas de sufrir, regresarás a China, me dices. Ya lo sabía. Aún tienes asuntos pendientes con tu tribu. Yo me quedaré en Japón, tal vez vaya a Rusia. No estoy seguro qué rumbo tomará mi vida pero sé que será alejado de la tuya.

Por eso no encuentro razón para intentar algo. No importa cuánto hayamos compartido, nos vamos a separar. A pesar de tanto tiempo juntos, quedó mucho en el aire y no hay oportunidad de decirlo, ni intención de mi parte. Eres mi amigo pero a la vez estás muy lejos de mi alcance. Vivirás una vida feliz, estoy seguro que volverás a enamorarte. Yo viviré recordándote y nunca me atreveré a amar.

Sé que soy estúpido por pensar así pero es el único camino y no hay marcha atrás.

Las campanas suenan anunciando que ya van a salir los novios. Te separas de mi abrazo y me dices que te irás, no quieres verla junto a él. Yo te digo que voy contigo, que no me gustan esas cursilerías. En realidad quiero estar a solas contigo por última vez.

Caminamos juntos en silencio hasta llegar a casa de Tyson. No hay nadie, todos están en la boda. Pasan un par de horas y el lugar sigue en silencio.

Estás sentado en una piedra del pequeño estanque sumergido en pensamientos que desconozco; estás nostálgico, muy callado. Yo te miro desde el dojo, me da miedo acercarme.

Regreso a mis cavilaciones... realmente es muy triste vivir. Es una constante agonía que quisiera terminar. No podría... no es falta de valor ni nada por el estilo. Es sólo que no tiene caso cometer alguna estupidez. Debe haber algo que justifique mi existencia, estoy seguro, y espero que no tarde.

No me percato que has entrado al dojo hasta que te sientas a mi lado. Te miro y me derrito por dentro al sentir tu mirada clavada en la mía.

—Kai —me dices—, gracias.

En seguida me abrazas y siento ganas de llorar. Estaba muy abatido antes que vinieras y lo único que conseguiste fue tocar la fibra más sensible de mi espíritu. Derramo sólo una lágrima que rápidamente seco al rozar tu hombro cuando nos separamos. No quiero que me veas llorar. No debes saber lo que me martiriza.

—¿Por qué me das las gracias? —te pregunto.

—Porque tú eres el único que puede comprender el dolor.

Tienes razón. Puedo comprender el dolor. Mi vida está basada en sufrimiento. ¿Pero dices que soy el único? Sonrío al vislumbrar los alcances de esa frase. Me has visto como alguien especial de entre todos y por eso me confías tus sentimientos. También me sonríes. Ahora soy yo quien te abraza.

—Gracias —te digo.

—¿Por qué me das las gracias? —me preguntas con una sonrisa abierta.

—Por confiar en mí.

Tu sonrisa cambia casi imperceptiblemente. Nadie lo hubiera notado. Pero yo, que conozco a la perfección las líneas y expresiones de tu rostro, lo pude ver. ¡Maldición! Ya viste en mis ojos lo que siento. Todo lo que siento.

Intentas disimular porque sabes que no quería que te dieras cuenta. Besas mi mejilla con ternura y te levantas para encaminarte a la puerta.

No puedo permitir que te vayas. ¡No quiero que te vayas! Todo lo que he reflexionado al momento también es basura. Sólo cuenta lo que siento. Me levanto y me acerco a ti. Te tomo un brazo para jalarte. Ahora te encuentras en mis brazos a escasos centímetros de mi rostro.

Te miro profundamente. Estoy seguro que puedes ver con claridad a través de mí. Termino con el espacio entre nosotros con un beso largo, condescendiente y lleno de mi amor por ti. Es el mágico momento que tanto había soñado: tenerte en mis brazos para poder besarte.

Nos separamos. Me miras seguro de que puedo ver a través de ti. Y así es: no quieres lastimarme, eso dice tu mirada. Yo tampoco, te digo con los ojos. Hay tantas cosas que nos separan. Tú no me amas, yo a ti sí. Estás temeroso de volver a salir lastimado, yo también. Quieres estar un tiempo solo para olvidar a Salima, a mí me da igual estar solo pues siempre lo he estado. Confías plenamente en mí, me has abierto tu corazón y sabes que entre todas las personas del mundo, yo jamás te defraudaré. Yo confío plenamente en ti pero no estoy seguro de abrir mi corazón, jamás me defraudarías pero ahora no es el momento.

Acaricio tu mejilla y te digo en silencio que esperaré. Sé que quieres confiar y volver a amar. Sé que si lo intentas conmigo, ya nunca volverás a llorar.

Debemos separarnos un tiempo. Después veremos qué sucede. Mientras, yo soñaré contigo.

A lo lejos escuchamos que están llegando. La casa que permaneció en silencio desde que te agradecí tu confianza, ahora es interrumpida por palabras de mi boca.

—Confía en mí —te pido.

—Siempre lo he hecho —me dices.

Te vuelvo a besar en la boca. Tú puedes sentir mi amor pero yo no siento lo mismo de tu parte. Tú me besas con algún tipo de cariño más fuerte que la amistad pero más débil que el amor. Esperaré y el tiempo premiará mi paciencia fortaleciendo ese sentimiento.

Mañana te irás. En el plazo que no estés, borraré mis tristezas e intentaré ser mejor persona. Mañana será otro día. Dejaré el pasado atrás y miraré hacia el futuro con la esperanza en ti. Contigo se irá este Kai frío y oscuro. Cuando regreses vendrá tu amor y un Kai más feliz.

Dejaré de pensar tanto para actuar un poco más. El amor no necesita un por qué. Si tú, aún después de hoy, estás dispuesto a volver a amar, ¿por qué no puedo yo intentarlo al menos una vez?

Una persona que no ama por temor a ser herida, es como alguien que se suicida por temor a la muerte.

-----------------------------------------

Este es one-shot. Creo que parece inconcluso pero ahí termina. Esto es algo que me tenía por ahí guardado pero sentí que debía publicarlo, si no, entonces ¿para qué escribir?

Si quieren dejar reviews, adelante. Si no, de cualquier forma, gracias por leer.

Saludos!