El ganador se lo lleva todo
por Karoru Metallium
XIX
It's hard to breathe
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Había pasado más de una semana desde que Anna le diera a Len la noticia del compromiso entre Suisei y Horohoro, semana durante la cual en la casa Asakura no le habían podido ver ni un pelo al joven chino. Simplemente Len se negaba a ir, por no toparse con los recién prometidos, y la itako lo comprendía perfectamente, a pesar de que apenas si se habían hablado desde ese día, todas las veces por teléfono.
Y vaya día... recordó Anna, mientras caminaba de regreso a casa desde el instituto.
El joven se lo había tomado tan mal como ella suponía, y teniendo el carácter que tenía, fue muy difícil lograr que se calmara y se fuera a casa. Claro que en el ínterin, varios árboles y asientos del parque sufrieron diversos tipos de 'accidentes' y mutilaciones por parte del furioso y confundido shaman...
- ¡¡¡¡¿¿¿¿Qué está tratando de hacer ese idiota????!!!! - sonaba tan rudo y tan Len como siempre, pero no podía pasarse por alto el extraño brillo en aquellos ojos amarillentos, ojos que hablaban de dolor y decepción mientras que sus puños destrozaban un árbol con una furia extrañamente metódica y sistemática.
Por suerte el parque estaba poco concurrido ese día y ningún policía estaba a la vista, por lo que los destrozos que causó desahogando su furia no tuvieron mayores consecuencias para él.
Pero Anna no podía olvidar la mirada herida en los ojos del fiero joven y la forma en la que sus hombros se habían encogido y su espalda se había encorvado levemente, como si hubiera recibido un tremendo impacto físico además de la herida moral.
Lo que no sabía era lo que podía estar pasando por la mente del shaman chino. Ya con no saber los motivos de Horohoro para meterse en semejante paquete era más que suficiente para tener la cabeza a punto de estallar.
- Entenderás que no puedo visitarles por un tiempo... necesito pensar, y no podré hacerlo si los veo juntos, porque entonces sólo sentiré ganas de retorcerles el pescuezo a los dos - el tono de su voz era casi indiferente, pero la rubia lo conocía bien y sabía que la procesión iba por dentro.
- Lo comprendo, Len. Pero espero que tú también comprendas que Yoh preguntará el porqué, y que al menos él se merece una explicación...
- Díselo. No me importa. No me importa nada.
- No todo se ha perdido, Len; es sólo un compromiso y aún no sabemos los motivos, muchas cosas pueden pasar. No hay nada definido, no hay fechas, ni siquiera han mencionado decírselo a la familia. Pilika está devastada por la idea, pero aún trata de hacer entrar en razón a Horo, aunque sea a golpe limpio. Tú no estarás pensando en darte por vencido, ¿o sí?
- No lo sé. Necesito pensar y en este momento siento que no puedo, Anna. Necesito estar solo, quiero estar solo.
Así lo había dejado. Lo había llamado tres o cuatro veces durante la semana para saber cómo estaba: los tres primeros días estuvo encerrado sin querer ver a nadie ni hablar por teléfono, por lo que Jun había servido de mensajera; pero al cuarto día accedió a hablarle, y era obvio que lo estaba pasando muy mal, aunque logró responder y concentrarse a medias en lo que le preguntaba.
Yoh se había mostrado muy afectado por la noticia de la reacción de Len, pero no pudo acercársele ni hablarle; en primer lugar porque el joven chino se había negado y en segundo porque él estaba demasiado ocupado.
Las cosas en casa estaban revueltas con los preparativos de la boda, para lo cual ya habían visitado la casa los encargados del ceremonial, enviados por la abuela del shaman, para determinar el lugar preciso en el que debía levantarse el altar para la ceremonia.
Esa noche, al terminar la cena, la pareja se sentó en la sala después que los demás se retiraron, a revisar la lista que había traído Manta con las direcciones de los amigos del torneo.
- Bueno, al menos has reducido la lista - exclamó Anna, sorprendida -, aunque yo diría que con las lilies, como tú las llamas, ya tenemos un batallón...
- No seas exagerada, Anna. Si es que pueden venir, animarán la fiesta; además, así Shalona y las demás tendrán oportunidad de reunirse con los solteros de la partida y quizás...
- ¿Ahora resulta que me has salido casamentero? - la itako no pudo evitar una sonrisa.
- Tanto como eso, no. Pero una boda siempre es una buena oportunidad para que los solteros conozcan a otros solteros y quién sabe... las mayores siguen sin novio, y eso que nos llevan unos cuantos años. ¿No sería genial que encontraran pareja aquí?
- Vale, no me meteré con tus razones "románticas". A ver... aquí tenemos a Lyserg Diethel. Éste es el chico del péndulo, ¿no? El que ahora es detective - hizo una leve mueca que Yoh notó de inmediato.
- ¿No te agrada Lyserg?
- Hombre, tanto como no agradarme... lo que pasa es que me parece que es demasiado bonito para ser de verdad - la rubia se cubrió la boca con una mano para no reír a carcajadas, y su prometido la miró, su expresión oscilando entre la sorpresa y la diversión.
- ¡Anna! Ya me gustaría ver la cara de Lyserg si escuchara eso...
- Lo siento, pero no lo puedo evitar. El chico es tan bonito que parece de plástico, y esa actitud tan seria, atormentada y melodramática parece sacada de una novela rosa de esas de época... sin embargo, no me desagrada, y si tienes planes de emparejarlo con alguien, pues perfecto.
- Eres la monda - a estas alturas, Yoh reía a carcajadas.
- Ya que tiene actitud de héroe atormentado de novela rosa, como las que lee Tamao, no sería descabellado pensar en juntar a esos dos. Además son muy cromáticos y harían la portada perfecta, rosa y verde, con un título como "Arrastrados por la pasión" o "Condéname a tu amor"...
- ¡El colmo! - lágrimas de risa rodaban por las mejillas del shaman - Pero en fin, Annita, parece que conoces muy bien las novelas rosa de Tamao... las has leído, ¿eh?
Anna tuvo la gracia de sonrojarse.
- ¡Por supuesto que las he leído! Una tiene que documentarse para después poder opinar... pero eso no significa que yo... que yo... ¡no significa que me gusten!
- Jejeje, sí, claro, Annita - dijo, guiñándole un ojo y haciendo que la rubia se pusiera como un tomate - supongo que estás MUY documentada...
- ¡Yoh! - exclamó, en tono de advertencia.
- Cálmate, Annita, que no te estoy acusando de nada. ¿Qué tiene de malo que las hayas leído? - se inclinó hacia ella y le besó la punta de la nariz - Ya sé que daña un tanto tu imagen fría y dura, pero conmigo no tienes porqué temer. No me voy a burlar. Incluso puede que tus lecturas románticas y apasionadas resulten provechosas para mí ^^.
- ¿Provechosas...? - la rubia se quedó sin palabras al ver la expresión un tanto pícara de su prometido, y casi se atraganta - ¡¡YOH ASAKURA!! ¡¡Eres un pervertido y un baboso!!
- Perdona, Annita, perdona. Dejémoslo para después y sigamos con la lista, ¿vale? - dijo el shaman con voz ahogada. Tenía un buen motivo para ello: las manos de la itako le apretaban el cuello.
Casi de inmediato, Anna lo soltó y volvió a tomar la lista como si nada, marcando el nombre de Lyserg.
- Por lo menos sabemos que alguien estará muy contento con la venida de Lyserg Diethel... nuestro querido Ryu. Lo que no sabemos es si a Lyserg le complacerá verlo, porque ahora que es un adulto no creo que le agrade mucho que Ryu lo mire con los ojitos como corazones...
Yoh volvió a mondarse de risa en el piso, mientras su prometida, ceño fruncido y venita asomando en la frente, seguía con su inspección de la lista.
- A ver... sigamos. Fausto tiene que venir, por supuesto. Es un amigo muy cercano, aunque hace un par de meses que no lo vemos; no creo que haya regresado aún de su viaje a Alemania...
- Ya casi ha terminado sus investigaciones y regresa la semana entrante, me lo dijo Manta; ellos siempre se comunican a través del correo electrónico.
- Es raro cómo esos dos terminaron siendo tan amigos después de que Manta le tomara terror a Fausto por querer usarlo para sus experimentos, ¿no?
- No es tan raro, ambos son buenas personas. Yo sabía que Fausto no era malvado, y al final todo resultó bien, justo como yo pensaba - risita de Yoh (patente pendiente).
- Qué modesto eres, señor Todo-va-a-salir-bien... bueno, decidido: Fausto viene. Continuemos ahora con la lista. Chocolove... el moreno aquel de los chistes malos. ¿Qué hace ahora? Me figuro que estás enterado...
- Tiene su propio circo y ha tenido bastante éxito.
- Bueno, no está mal. Ahora que lo pienso, será estupendo tenerle aquí, así Horohoro y Len tendrán a quién echarle la culpa de todo. Será la pera de boxeo oficial de la fiesta.
- No seas mala...
- Como sea, Chocolove viene; pero no puedo prometer no estrangularlo si se atreve a llamarme Anna Banana otra vez - suspiró al ver que Yoh se reía de nuevo -. Si lo hace y te atreves a reírte de eso en público, el estrangulado serás tú, Yoh Asakura...
- Oh, vamos, Anna, no seas pesada. Es sólo una bromita, ¿qué tiene de malo? Las bananas son ricas y además amarillas como tu cabello ^^. Tu nombre rima con muchas palabras... podría ser Anna Ventana, Anna Mañana...
- ¡Como no te calles vas a terminar molido a golpes! - le advirtió la itako, que estas alturas ya estaba que echaba humo por las orejas - En fin, Chocolove, a ver si nos anima con su brisa de la risa, ya que no con sus chistes. Aunque, si mal no recuerdo, Pilika era la única que se reía de sus chistes, aparte de ti...
- ¡Hey! Algunos no eran tan malos - se defendió Yoh -. Y sí, la pequeña Pilika era la única que se reía... ¿será buena idea juntarla con el moreno? Ay, no, Horo lo mataría de todas todas...
- Si no lo ha matado ella antes por haberse comprometido con Suisei... - dejó caer Anna en tono cáustico.
Tanto los habitantes temporales como los permanentes de la casa Asakura se habían visto afectados desde que recibieran la noticia del compromiso de Horo con Suisei.
Los más conspicuos eran Tamao, Manta y el señor Takehito, que se limitaban a mirar a la pareja con los ojos muy abiertos, como esperando que en cualquier momento les crecieran dos cabezas a cada uno o se presentara un escándalo.
Ryu trataba de hablar con el ainu a solas, en vano porque éste lo evitaba; por su parte, Suisei se paseaba por todos lados sonriente y triunfal como una reina, y ya había hecho costumbre el estamparle besos inesperados a su "prometido" frente a todo el personal.
Pilika, por su parte, no le dirigía la palabra a su hermano (por no gritarle, porque Anna les había prohibido pelearse, aunque eso no había evitado que tuviesen varios encontronazos cuando ella no estaba) y mucho menos a la pelirroja causante de todo el lío.
La pequeña ainu se limitaba a lanzarle miradas de odio infinito a Suisei y de te-estrangulo al peliazul, todo en un silencio casi absoluto. Y una Pilika silenciosa no auguraba nada bueno.
- No sé cómo vamos a hacer para que se reconcilien antes de la boda - murmuró Anna, ausente -, no quisiera verlos enojados ese día.
- No seas tan negativa. Fíjate, yo tengo confianza en que para ese día todo estará arreglado y tanto Horo como Pilika serán los mismos de siempre... - dijo Yoh, sonriendo.
- ¡Tú y tu bendita confianza en la gente! No es un solo lío el que tiene que resolverse; son muchos. No sabemos porqué se ha comprometido Horo con Suisei; podría estar enamorado de ella, o puede pensar que lo está...
- No lo está - dijo el shaman de cabellos castaños, moviendo la cabeza en señal negativa.
- ¿Cómo es que estás tan seguro? Sé que no eres tan despistado como aparentas, pero es muy raro que te muestres tan seguro de eso...
- Piénsalo bien, Anna. Horo no es feliz; no está alegre con la perspectiva de estar con ella, como lo estoy yo por estar contigo. No se alegra cuando ella lo besa, como me alegro yo cuando tú me besas; al contrario, se sobresalta, como si le asustara... yo creo que su idea era usar a Suisei como tapadera, pero pasó por alto que ella podía tener otros planes. En otras palabras, ella se le ha salido de control...
- Tiene que haber estado muy desesperado para recurrir a ella, sabiendo cómo es - dijo la rubia, pensativa.
- Ahí está el quid de la cuestión. Muy desesperado, en efecto. ¿Qué podría ser tan desesperante para Horo, que lo ha llevado a ponerse en manos de alguien como Suisei?
- ¿El sentirse atraído por primera vez hacia alguien de su mismo sexo, por ejemplo?
- Mi punto, precisamente. Y yo diría que va mucho más allá de la simple atracción; Horo tendrá la cabeza a pájaros y el genio fácil, pero no es un imbécil y sabía en lo que se estaba metiendo. Lo cual nos dice que no está simplemente desesperado, sino también aterrorizado por lo que siente por Len. No me gustaría estar en el pellejo de ninguno de los dos.
- Pobre Horo. Pobre Len - suspiró Anna, sinceramente preocupada -. Pero, aún si ellos se arreglaran, aún habría problemas. Está Suisei, que no sabemos qué se trae entre manos, y que podría hacer alguna cosa terrible para impedirlo; está Pilika, que se alegraría si lo de Horo y Suisei se cancelara, pero que no sabemos cómo reaccionaría ante la idea de su hermano y Len. Ella misma está algo prendada de Len, por si no te has dado cuenta.
O.O!!!
- ¿En serio? - Yoh frunció el ceño, pero luego sonrió - Parece cosa de familia que a ambos hermanos les guste la misma persona ^^. Pero aún así no creo que lo de Pilika hacia Len sea muy en serio, no la he visto hacer mucha alharaca al respecto. Ya se le pasará, y quiere tanto a su hermano que seguramente se alegrará al verlo feliz.
- Con todos estos problemas, y todos los obstáculos, ¿aún sigues pensando que todo se arreglará? - la itako lo miró, incrédula, y él soltó su risita chocante de costumbre.
- ¡Todo va a salir bien, Anna, ya verás! Tendremos una boda perfecta y nuestros amigos serán tan felices como nosotros - abrazó a la boquiabierta rubia - ¿Acaso no es ése el final perfecto de las novelas rosa que has leído? ¿Porqué el nuestro no habría de ser perfecto también? ¡Ay! - se quejó, al recibir un pellizco tipo torniquete por parte de su prometida.
- Uno: porque la perfección no existe. Dos: porque eso sucede en las novelas, pero en la vida real las cosas no son tan fáciles, idiota.
- ¿Ah, no? Pues yo tengo dos frases para ti, mi señorita sabelotodo. Uno: La realidad supera a la ficción. Dos: ¡El amor siempre triunfa! - dijo, adoptando una pose justiciera.*
- Ya lo veremos, señor Cupido, ya lo veremos... ahora sigamos con la lista, o no acabaremos nunca.
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Como todas las mañanas en la casa Asakura, cada quien se preparaba para salir después del desayuno.
Yoh había salido más temprano que de costumbre pues le tocaba pasar a ver a los abuelos antes de irse a trabajar. Anna, que también tenía que salir más temprano ahora para poder irse caminando al instituto y llegar a tiempo, terminó de arreglarse, tomó su bolso y salió al pasillo.
Al salir, tuvo oportunidad de observar una escena entre los hermanos que la dejó pensativa. No estando Suisei a la vista, Horohoro decidió aprovechar el momento para tratar de hablar con su hermana; pero ésta lo desdeñó con un gesto frío que era muy raro de ver en aquel lindo rostro siempre tan alegre.
- Pilika, por favor, quisiera que me comprendieras... - observar al enorme ainu reducido a una masa triste y suplicante era algo también muy raro.
- ¡No me dirijas la palabra! No te atrevas, no hasta que hayas recobrado la razón - dijo la chica, sombríamente.
Sin más, la pequeña peliazul salió al porche, dejando a un Horohoro tan taciturno y distraído que tropezó con Anna al volverse para ir a su habitación.
La rubia no le dijo nada, ni siquiera lo regañó, y él se disculpó con aire ausente, tomando esta vez el camino a la cocina. Seguramente iba a tomar un "tentempié", aunque acababa de desayunar: su reacción ante la presión que le imponía la actitud que había tomado, y la de todos hacia su compromiso, era comer más y más y a todas horas. Si seguía así acabaría con los suministros en un santiamén.
La rubia itako salió al porche y suspiró al ver a Pilika sentada en una esquina, con el ceño fruncido y la mirada perdida, pensando seguramente en lo que podría hacer para que su hermano entrara en razón y se alejara de la venenosa pelirroja.
Se disponía a hablarle cuando la sorprendió un bocinazo y el rechinido de llantas casi a su lado; se volvió y casi se desmaya de la impresión al ver que era el deportivo verde de Len, con su dueño sentado al volante.
- ¡Len! - exclamó, sorprendida.
- Sube, Anna. Te llevo.
Sin dudarlo, la chica se subió al auto, alcanzando a ver la cara sorprendida y pensativa de Pilika, que había observado la escena.
Cuando ya estaban a cierta distancia de la casa se decidió a hablarle. Len tenía un aspecto muy decidido, aunque no podía ver sus ojos ya que llevaba gafas oscuras; seguramente con el fin de ocultar las ojeras que a estas alturas debían de ser casi moradas.
- Me alegro mucho de que hayas decidido salir, Len. No te hacía bien estar encerrado...
- Necesitaba estar solo para reflexionar y tomar una decisión - su tono era firme de nuevo, sin rastros de la furia y la amargura que lo habían invadido desde que se enterara de la noticia.
- Deduzco que la has tomado. ¿Y bien? ¿Cuál es?
Lo miró atentamente, pero no podía deducir nada de su expresión. ¿Acaso había decidido darse por vencido y tratar de olvidar lo que sentía por el ainu?
- No voy a rendirme. Voy a luchar, Anna.
O.o!!!!!!!!!
- ¿Y qué piensas hacer?
- No lo sé muy bien aún. Pero he reflexionado, lo he pensado bien, y estoy seguro de que ese idiota siente algo por mí; quizás no sea algo tan intenso como lo que yo siento por él, pero sea lo que sea no voy a dejar que se pierda sólo por su terquedad.
Se quitó los anteojos oscuros y Anna pudo ver las profundas ojeras bajo sus ojos; pero el contraste con las ojeras oscuras lo hacían las pupilas amarillentas que brillaban con ese fuego interno que hacía irresistible su mirada decidida.
- No la quiere, ni ella a él. Si va a rechazarme, que sea porque no siente nada por mí; no porque esté asustado de sentirlo o porque quiere cubrirse las espaldas. Yo voy a luchar por él, aunque él no quiera o tenga miedo de luchar por mí.
La itako sonrió, admirada. Era evidente cuánto lo quería. No era algo pasajero, ni una simple atracción, y probablemente por parte de Horo existía un sentimiento similar, si Yoh tenía razón.
Y casi siempre la tenía, el muy condenado.
Próximo capítulo: Me quiere, no me quiere, me quiere...
* No pude resistirme. Esa es una frase que diría la querida justiciera Ameria de Slayers, ¿verdad? Pero también Yoh podría decirla, ¡porque confía tanto en la gente y es tan positivo como ella! ¿O no? xD
Sol_Himura: Gracias por tu review, mujer. Sí, tengo msn pero está hasta las metras de gente, y casi no me conecto porque las escasas horas de navegación que tengo debo dedicarlas a mis páginas, y apenas lo abro me caen encima xDDDD. ¿Y dónde están tus fics? Venga, que quiero leerlos! ^^.
Kathy Asakura de Tao: ya veremos de darle a Pili su compensación... pero no creo que sea con Len xD.
Laila Doremi: qué bueno verte por aquí otra vez. Gracias por tu consejo para lograr relajarme, lo he puesto en práctica cuando he podido, la verdad es que termino agotada casi siempre. He tenido que dejar el proyecto de mi page de CSI para dedicarme a mantener las que tengo, así que no saldrá U.U... pero, ¡viva Grissom! xDDDDDDDDDD
Hidrazaina: jejejeje, ya verás, ya verás... no sólo lo de la Suis, sino lo que traigo pendiente con Anna. Gracias por estar ahí pendiente ^^
Suisei: mana, la idea de la guagua está buena, tendré que hacer que se vayan de luna de miel a Puerto Rico para que suceda el "accidente" xDDDDDDDDDDDD
Gracias a anna-chan, SaKKuRi, anna, Anna Diethel Asakura, Rally, Cristina, Brenda-chan y Hermione Potter. Estoy muy contenta con todos, y no es por la cantidad de reviews (al fin y al cabo el número no determina si una historia es buena o va bien), sino por la calidad de los que me dejan ^^.
I'm not crazy, I'm just a little unwell...
