Capítulo
2
Era el día de la llegada de los alumnos a Hogwarts, y todos los profesores
aguardaban en el Gran Comedor, menos McGonagall, Sprout y Hagrid.
Severus y Tonks a penas se habían visto en los escasos días que habían transcurrido
desde lo ocurrido en el despacho de él y no habían vuelto a hablar, así que
al verla Severus empezó a pensar en ello de nuevo...
[¿Cómo
he sido tan estúpido? ¿Por qué tuve que hacerlo? Desde luego no es el mejor
modo... ¿El mejor modo? ¡¿Pero qué estoy diciendo?! No, no... ¿O si? ¿Me
gusta? ¡¿Qué?! No... Si, si me gusta... Y a ella.... ¿le gustaré yo? No,
por favor, cómo va a fijarse en algo como yo... No, definitivamente. Pero...
Cuando llevé inconscientemente la mano a su cintura no dijo nada... Ni luego...
¿Será que realmente no le ha molestado? O, ¿es que está tan enojada que no
puede ni hablarme? Veremos hoy si me dice algo... Vamos a pasar toda la cena de
lado...]
Y
ella notó esa sensación extraña en el hombre...
[¿Estará
pensando en lo del otro día? Si, está nervioso... Severus Snape nervioso,
tiene su gracia, él que siempre se ve un hombre tan severo, serio, preparado
para todo, corpulento, atracti... ehh... Si, bueno, eso... Pero la verdad es que
yo tampoco puedo olvidar esa sensación cuando puso la mano en mi cintura... ¡Me
quedé de piedra! ¡No me lo esperaba en absoluto! Aix... Luego, de camino a mi
despacho, me arrepentí de no haberle dicho algo de eso... Ahora debe pensar que
le odio por lo que hizo... Y no lo hago, no... más bien me gusta... Es un
hombre interesante, de los que hay pocos... Sirius era como él en ese
aspecto... ¿Se puede saber porque tengo que ponerme a pensar en Sirius ahora?
Otra vez me invade este sentimiento de tristeza que llevaba tiempo lejos de
mi... ¿Por qué? Como siga pensando esto me pondré triste, y quién sabe si a
llorar.. Definitivamente me duele, y mucho, lo de Sirius... Pero cambia de tema,
Tonks, cambia...]
Al
parecer el hombre notó que ella entristecía, y quiso hacer algo pero temía
estropear aún más la situación...
–
A partir de ahora eres Profesora oficialmente – se decidió a decir para
quitarle lo que fuera que tenía en la cabeza.
–
¿Qué? Ah, si, estoy algo nerviosa – contestó ella, probando si eso serviría
de excusa para su actitud. El hombre pensó que no era momento de ponerse irónico.
–
Todos estamos igual el primer día que hacemos de profesores en alguna parte.
– Ella rió, y él se alegró – ¿Qué?
–
No, nada, solo que no te imagino nervioso por tener que hacer de profesor...
–
Oh, vamos, hay una primera vez siempre... Pasada esta todo se hace más normal y
ordinario... demasiado ordinario.
–
Ya...
–
¿Ya? ¿Qué ocurre?
–
No, solo que... Bueno, esa simpatía no te pega... – terminó de decir esa
frase al hombre y acto seguido se arrepintió de haberlo hecho.
–
Ya bueno, como sea – contestó él, medio enojado, girándose e fijando su
mirada el los alumnos de segundo para arriba que en ese momento entraban al Gran
Comedor para tomar asientos en las mesas de sus casas.
–
Lo siento... – murmuró ella.
–
¿Cómo? – Dijo el interesado.
–
Que lo siento... – dijo remarcando las palabras.
Ambos
tenían la sensación que por cada palabra que pronunciaban estropeaban más y más
la situación, así que optaron por callarse, los dos.
Los
alumnos se sentaron, al rato apareció McGonagall con los alumnos de primero,
tuvo lugar la selección de las casas, cenaron, Dumbledore hizo un discurso de
bienvenida, les presentó la nueva profesora y pudieron abandonar la sala.
Hermione y Ron se acercaron a la mesa de los profesores cuando todo el mundo se
levantaba, mientras que Harry se iba charlando con Neville.
–
Hola, Profesora Tonks – dijo la chica educadamente.
–
Hola chicos.
–
No sabíamos que usted nos daría clases de Defensa, vinimos a saludarla...
–
Al fin tendremos otro profesor decente, ¡ya era hora! – dijo el pelirrojo.
Hablaron
poco, se despidieron y al fin cada uno se fue a su habitación. Tonks estaba
demasiado agotada, no sabía porque, tampoco había hecho nada aquél día, pero
de todos modos se tumbó en la cama quedándose dormida sin siquiera quitarse
los zapatos.
Primer
día de clases. No estaba nerviosa, curiosamente estaba muy tranquila. Se levantó
temprano, se ducho, vistió y bajo a desayunar mientras revisaba las clases. La
primera hora tendría a los de quinto año de Gryffindor y Ravenclaw, y la
segunda a los de sexto de Gryffindor, otra vez, y Slytherin, la casa de Snape...
Cuando
llegó al aula los alumnos esperaban en la puerta, y mostró una sonrisa cuando
vio que todos estaban curiosos por la nueva profesora.
Siguiendo
el Plan de Estudios al pie de la letra, como le habían dicho, dedicó la
primera clase a hablar de los TIMOS
a los alumnos de quinto, claro que a su modo... Los chicos se encontraban con
las varitas guardadas y los libros encima la mesa, por costumbres del año
pasado.
–
Supongo que todos habéis hablado de los TIMOS
con alguien que los haya hecho, y la verdad es que son duros, sobretodo porque
es algo absolutamente nuevo para vosotros. Vendrán examinadores del Ministerio
de Magia, como posiblemente ya sabréis, a haceros los exámenes, tanto escritos
como prácticos. Podéis iros despidiendo de la idea que vais a sacar buenas
notas en todos. Si sois buenos obtendréis notas elevadas en dos o tres,
posiblemente suspenderéis alguno. Tenéis que poner en orden vuestras
prioridades. Durante el curso se os facilitará información sobre empleos y
carreras para los magos, pensad en que asignaturas piden buenas notas y dedicaos
a ellas, sin abandonar las otras. Otra cosa de la que os voy a hablar son de las
clases. El año pasado no hicisteis una clase práctica en todo el curso, una
con Profesor – añadió mirando a Ginny y Luna, que estaban de lado, – y la
práctica es de lo más importante. Tendremos que recuperarla este año. El
Ministerio de Magia ha diseñado un plan de estudio al que hay que adaptarse.
Combinan práctica y teórica, lástima que no dijeran nada de las proporciones.
¡Guardad los libros y agarrad las varitas! No tardéis en llegar a la Sala de
Prácticas, o me veré obligada a quitar puntos – esto último lo dijo medio
riendo mientras empezaba a andar hacia la clase contigua.
Esa
clase le pasó rápida y alegre, viendo como se les daban a los alumnos los
hechizos que tenían que haber practicado el año pasado. Lo mismo hizo con los
alumnos de sexto curso cuando llegó la hora con ellos.
–
Parece mentira lo incompetente que se vuelve el Ministerio cuando gente con
cerebro no está para ponerle rumbo. El año pasado no querían hechizos, ahora
no quieren libros... – Decía Malfoy en tono elevado.
–
En ese caso, señor Malfoy – intervino Tonks sonriendo – puede sentarse en
una mesa de la clase del lado e estudiar el primer capítulo del libro que tanto
parece echar de menos.
El
chico Slytherin se quedó callado, pero mirando a Tonks con malicia. Obviamente
su comentario había querido ofender a la profesora, pues sabía que estaba en
la Orden, pero no esperaba una respuesta tan cortante por su parte. Pasó el
resto de la clase sin decir nada más –pero sin olvidar sus miradas de odio ni
un instante– y ella le hizo caso omiso. No fue a comer, no tenía hambre,
estaba muy contenta por como iban las clases y quería revisar la de primer año
que tendría aquella tarde. Esa clase sería distinta, además tenía que
concienciarles de la importancia de Defensa Contra las Artes Oscuras.
La
hora de cenar llegó pronto. Bajó al comedor y a medio camino se encontró con
Harry, Ron y Hermione.
–
¡Hola chicos! ¿Qué tal el primer día?
–
Muy bien, Profesora Tonks...
–
No, no, no hace falta que me llames así ahora... Me siento rara, siempre me habéis
llamado Tonks... – dijo ella con una sonrisa dulce.
En
ese momento pasó Snape por su lado a paso ligero con un libro en las manos. Su
mirada se cruzó con la de Tonks, pero era una mirada fría, muy fría.
–
Como odio no haberme podido librar de Pociones... – Dijo Harry.
–
¿Cómo? – Tonks estaba confundida, aunque quien sabe si por el comentario o
la mirada...
–
Bueno, quiero ser Auror, y para ello necesito cursar Pociones, así que no he
podido dejar la asignatura...
–
Ya entiendo...
–
Lo mejor de todo – añadió Ron – es que siendo la primera clase ya ha
quitado cincuenta puntos a Gryffindor, estaba de muy mal humor.
–
¡¿Cincuenta?! ¿En la primera clase? – Tonks sabía que Snape favorecía a
Slytherin, pero no se imaginaba hasta que punto.
–
Si, le gustaría castigarme, – explicó Harry – pero creo que, al igual que
yo, no aguantaría verme más horas de las estrictamente necesarias, así que...
–
Bueno, tu intenta no darle motivos para que se enfade, yo intentaré compensar
los puntos que os quita... – Tonks les guiñó un ojo y se fue hacia el
comedor.
Cuando
llego pudo observar que Severus se encontraba ya sentado en su lugar, y un odio
hacia él la invadió. ¿Quién se había creído que era para quitar tantos
puntos a Gryffindor y mirarla de esa manera? Con lo maleducados que eran algunos
de su clase...
–
Hola – le dijo Tonks con un tono muy enojado.
–
Hola – contestó el más enojado aún.
–
¿Qué? Con tensión acumulada, ya veo.
–
Cállate, ¿quieres? Déjame que tenga un rato en paz mientras ceno. Y procura
no echarme nada por encima. – El odio que sentía Tonks cada ves iba a más.
¿Cómo se atrevía a hablarle así? ¿Qué le había hecho ella?
–
Si te molestaras en buscar tus errores – dijo ella pausadamente y conteniendo
las ganas de soltarle una bofetada – quizás te darías cuenta que no eres
mejor que yo. – Dicho esto la chica se fue discretamente para no llamar la
atención, sin cenar. Le había pasado el hambre.
Severus
tampoco tenía ganas de cenar en aquel momento y tenía ganas de seguirla para
decirle algo, sin saber el que, pero tuvo que abstenerse ya que quedaría muy
extraño que dos profesores se levantaran seguidamente de la mesa y se fueran.
Sabía que no había sido justo con Tonks. Sabía que no tendría que haber
dicho lo que dijo, pero aún así sentía odio hacia ella. Se levantó cuando no
pudo más y se fue hacia su dormitorio.
Oyó
un ruido, abrió la puerta de su habitación y se encontró con Tonks.
–
Vengo a buscar la poción para Lupin, hoy hay luna llena.
–
Si, claro... Pasa.
–
No, me espero aquí.
Severus
se quedó mirándola con la mente en blanco, y de pronto se vio abalanzándose
sobre ella y empezando a besarla apasionadamente. Rodeó su cuerpo con sus
brazos y ella respondió haciendo lo mismo, pero entonces, por muy fuerte que la
agarraba, una fuerza tiraba de ella, separándola, llevándola lejos por un
pasillo cada vez más oscuro... Empezó a correr y correr con todas sus fuerzas
detrás de ella, pero como más corría él más rápido se alejaba ella.
De
pronto se despertó sudado en su cama. Observó su habitación, oscura y vacía.
No había sido más que un sueño... Pero un sueño muy real. Tonks estaba afectándole
mucho, por más que intentaba convencerse de que no era amor no podía, no podía
negarlo. Decidió tomarse la poción para dormir son soñar. Mañana sería otro
día.
*- Laura-san -*
Hola a todos otra vez ^^
Este capitulo es algo distinto... Severus y Tonks se enfadan, pero ¿hasta
cuando? Bueno, no se sabe, esto del amor es muy contradictorio...
En el próximo capítulo ^^
¡Espero no tardar en hacerlo y subirlo!
Gracias a Angelus diabolicus, barbi-black y Virginia W. de Malfoy, que dejaron
reviews. ^^
Ah, y Virginia, he seguido tu consejo y permitido que usuarios no registrados
escriban. ^^ En realidad ni sabía que no podían escribir... xD
