Capítulo 9




El resto de las vacaciones pasaron como siempre: largas para unos y cortas para otros, pero el curso se reprendió como cada año. Los alumnos se notaban más relajados, les costaría un par de días volver a agarrar el ritmo, pero los profesores seguían como siempre, o más contentos, ya que durante la primera semana no tendrían mucho que corregir.

De entre todas, había algunas personas que destacaban por su actitud: Draco Malfoy no aguantaba estar en las clases con Tonks -y esta, a su vez, no aguantaba tener a Malfoy en sus clases. Harry, Ron y Hermione se notaban tensos, posiblemente debido al trabajo y a tener que aguantar a la misma persona y Severus parecía no saber reorganizar su vida después de los cambios que se habían producido en ella.

- ¿Quieres que te ayude? – Preguntaba Tonks a un Severus muy atareado.
- No, no hace falta, baja ya a cenar, nos vemos luego – contestó él dándole un beso.

La chica se dirigió antes a su despacho a dejar unas cosas, y al llegar ahí se encontró a un conocido.

- ¡Remus! – Lo abrazó. – ¿Qué tal has estado?
- Bien, me voy cuidando, ¿y tu? – Contestó respondiendo al abrazo. – He tenido que visitar a Dumbledore por unos asuntos y pensé en hacerte una visita a ti también.

La chica sonrió e invitó al hombre-lobo a pasar a su despacho, ofreciéndole té una vez dentro. Él aceptó gustosamente las invitaciones, y empezaron a habar y hablar y hablar y hablar... (tiende al infinito...). El sol se fue, aburrido, para dejar paso a una tenue luna decreciente, el té fue remplazado por cervezas de mantequilla seguidas por copas de vodka y las risas iban en progresión. A Remus le estaba gustando ver a Tonks sonreír y disfrutar de nuevo, y eso era realmente por lo que él se sentía feliz.

- Tonks... – dijo el hombre seriamente al cabo de un rato. – Me alegra verte feliz de nuevo. Este tiempo he estado preocupado por ti... Eres una de las pocas personas que realmente me importan, y no soportaba verte hundida, yo me hundía contigo...Sólo quería decirte que yo... bueno, yo estoy... enamorado de ti.

La chica se quedó muda sin saber como reaccionar... No le había contado lo de Severus, de haberlo hecho posiblemente ahora no se encontraría en aquella situación: en su despacho con Remus acercándose para besarla... En un acto de evitar lo que estaba a punto de suceder se levantó bruscamente.

- Remus yo...

¡Toc, Toc, Toc!

Llamaron a la puerta. Tonks abrió y se encontró con Severus... [Genial – pensó. – Que oportuno... ¿Y ahora qué?]

- Hola... – Severus notó algo raro en la sala y se auto invitó a entrar. – No bajabas a cenar y subí a ver si estabas... – vio a Lupin – ...bien. ¿Qué haces aquí, licántropo?
- Hola Severus – contentó el otro hombre intentando que su tono de voz sonara con la amabilidad usual, intento que terminó en frustración. –Vine de visita, ¿y tu?
- Creo que eso no es de tu incumbencia...

Se miraban con mucho odio, Severus porque estaba en el despacho de su novia a solas con ella y Lupin porqué, lo quisiera o no, se estaba poniendo en el papel de Sirius, aunque su sentido común le dijera que no lo hiciese.

- Yo decidiré que me incumbe y que no.

Tonks empezó a rogar a Merlín internamente que no hiciera que la situación empeoraba... O podría terminar muy mal.

Severus desvió su mirada hacia la chica, como pidiendo una explicación que no recibiría por el momento.

Lupin miraba alternamente a los dos con expresión de entender algo que hacía mucho tiempo que intentaba comprender. Decidió dejar que su orgullo le quemara por dentro, y odiando cada vez más a Severus decidió irse para no poner en un problema mayor del que ya había a esa chica que tanto le gustaba.

Cuando se fue, dejando a Severus y a Tonks solos en la sala, la chica dio un suspiro antes de mirar al hombre.

- ¿Qué ha pasado con Lupin?
- Eso ya te lo ha dicho él... Vino de visita.
- ¿A verte a ti?
- A ver a Dumbledore, y de paso a mi. ¿Estás enojado?
- No, solo celoso. Porqué estabas aquí... – echó un vistazo a su alrededor y contempló las copas y compañía. - Creo que me voy ya hacia mi despacho. Adiós. – Se fue sin más.

La chica recogió lo de encima de la mesa con un golpe de varita y se sentó nuevamente.

- ¿Cuándo hace que estás con Snivellus? – Escuchó una voz detrás suyo.
- No empieces a llamarle Snivellus.
- Está bien... lo siento. Pero, ¿pensabas contármelo algún día? – La voz del Lupin no sonaba enojada para nada, pero si triste, decepcionada, y sobretodo distante...
- Sí, pero aún no había pensado en hacerlo. No me lo había planteado, vamos.
- Ah... Bueno, creo que será mejor para todos que me vaya ya – se acercó a darle un beso en la mejilla y se fue también.

La chica creyó entonces que lo mejor que podía hacer era ir a hablar tranquilamente con Severus... Y así se encaminó a su despacho travesando los pasillos ya solitarios a aquellas horas.

Cuando llegó no llamó. Pensó que si de todos modos lo hacía él no contestaría, así que no se tomó la molestia y entró directamente.

- ¿Hola? – Preguntó una vez dentro.

Severus la miró desde la silla en la que estaba sentado ojeando un libro.

- ¿Ya ha terminado la fiesta?
- Severus, ¡no salgas con esas por favor! Tan solo hablábamos, y tomábamos algo. No hagas una montaña de esto...
- ¿Por qué no?
- Porqué no me gusta cuando estamos todo el día enojados el uno con el otro y sin hablarnos.

El hombre sonrió, se levantó y se acercó a ella para abrazarla.

- Está bien, no nos peleemos – contestó con una sonrisa pícara justo antes de empezar a besarla.

Tonks contestó al beso, que no tardó en convertirse en un mutuo arrebato de pasión. Él la llevo hasta el dormitorio, la sala de al lado, y ella siguió disfrutando ahí con él. Pero al quitarle la camiseta algo la hizo detener. La marca de una calavera con dos serpientes en el antebrazo izquierdo del hombre había llamado su atención. Se quedó contemplándola, y él al notar eso se empezó a incomodar y quiso retirar el brazo que fue retenido.

¿Qué fue eso que en un tiempo ya pasado lo incitó a unirse a lord Voldemort? Sí, era Slytherin y todo eso, pero no todos los Slytherin son como los Malfoy... Al contemplar el dibujo una sensación de ironía la invadió... Sí, eso que había odiado y aún odiaba, ese dibujo, era en gran parte gracias a lo cual ahora estaba con Severus. De no ser así posiblemente él hubiera seguido con una vida normal al salir de Hogwarts y jamás se hubieran conocido.

Pasó una mano por ahí, cosa que provocó una sensación extraña en el hombre. Ella lo miró, dejó su brazo al ver que él lo miraba con arrepentimiento.

Él también se preguntaba por qué se hizo mortífago... Cuando se unió le parecía una especie de salvación y estaba completamente convencido, y ahora... Como cambiaban las cosas, de un extremo a otro y parece que no nos damos cuenta hasta pasado el tiempo. Recordó una conversación que tuvo con Dumbledore hacía años acerca de ese mismo grabado en su piel. Él estaba perdiendo la cabeza por no poder quitárselo, era más joven y no terminaba de aceptar los hechos. El Director le dijo en cambio algo que le tranquilizó. Se mostró muy bueno y comprensivo con Severus desde que este acudió en busca de su ayuda... Le dijo que esa marca era una parte de su identidad, de lo que había sido y lo había llevado a lo que ahora era. Que la guardara dentro de sí, lo la marca física, sino lo que esta significaba, para acordarse de lo que había sido y cuales eran las ideas que tenía en el constante presente.

Miró a Tonks, y esta a su vez también le miró a los ojos para seguir besándolo y desnudándolo para terminar los dos revueltos entre las sábanas, olvidando los recuerdos y viviendo el presente...



La mañana siguiente un rayo de sol empezó a molestar a Severus, pero este pareció no enterarse hasta pasado un rato. Sonrió al ver a la chica cuando abrió los ojos.

[Hermosa forma de despertarse – pensó con una sonrisa interna de satisfacción.]

Aún cuando ella se despertó se quedaron un rato más en la cama antes de decidirse a subir a desayunar.

Cuando entraron encontraron al Director, que mostró una sonrisa burlona al verlos.

- Menuda sincronización para venir a desayunar... – comentó contento en un tono como si pensara en voz alta. – Tengo la primera noticia del día para ti, Severus. – El hombre lo miró con cara de qué-se-ha-hecho-de-lo-de-no-news-good-news. – Ayer por la noche un alumno de tu casa se batió en duelo con otro de Gryffindor.
- ¿Malfoy otra vez?
- Sí. Están en la enfermería... McGonagall está ahí.
- ¿Qué hicieron? – Preguntó mientras empezaba a desayunar despreocupadamente.
- Oh, nada que pueda resultar nuevo... Harry ha terminado sin pelo y de color rosa mientras que Draco tiene cuatro brazos y una nariz de cerdo considerable.

A Severus le pasó algo por la cabeza al escuchar a Albus, de despidió cortes y rápidamente. Llegó a la enfermería con una alegría interna que supo disimular a la perfección, y una vez allí se encontró con Madame Pomfrey, McGonagall, Potter y Malfoy.

- Hola Profesor – lo saludó la Jefa de los leones. – Veo que ya le han informado de lo ocurrido.

Severus asintió y desvió su vista hacia los alumnos para contemplarlos bien. La verdad es que su aspecto era gracioso... muy gracioso.

- ¿Les ha impuesto ya un castigo? – preguntó a la mujer.
- No, no aún.
- Bien, yo tengo uno. – Malfoy lo miró con cara de ¿tu-castigarme-a-mi? – Madame Pomfrey, deje de buscar un remedio, no se moleste. – La mujer, dudosa, obedeció. – Si no me equivoco, los efectos de los hechizos que se han echado no durarán más de unos días. Hasta entonces, que vayan así, y pobre de ustedes que se salten una clase o comida. – Harry miró a Snape con mucho odio, no le gustaba para nada la idea de ir así por los pasillos, pero consideraba que a Malfoy le gustaría menos aún. El rubio por su parte miraba a Snape algo desconcertado por el castigo, por así llamarlo, que le había impuesto. Pensó que, si su padre no estuviera en la situación que estaba, Snape no se habría atrevido a hacerlo.

Y la verdad es que el castigo tuvo mucho éxito en la escuela de magia, solo se habló de eso en la siguiente semana.










*- Laura-san -*

Lamento mucho haber tardado tanto en actualizar eso, pero he tenido algunas dificultades para hacerlo... he tenido menos horas para estar en frente el PC, y la inspiración para escribir e ideas de como seguir huían de mi... Pero bueno, aquí lo tienen, todo suyo -^o^-

Tengo que dar gracias a Parvati por ayudarme con es capítulo ^^

Ah, y déjenme algún review, aunque sea para decirme que me quieren matar... T.T!!