Capítulo 11


Tonks se levantó tarde el día siguiente, por suerte era sábado. Por lo visto ya se había enterado todo el colegio en el desayuno de lo ocurrido en San Mungo, los periódicos habían pasado de mano en mano. Albus le dijo que Severus había marchado a petición suya para hacer un recado, pero que esa misma noche ya estaría ahí. También le dijo que Lupin estaba en una habitación libre que había cerca de su despacho. Se había quedado esa noche y marcaría hacia Grimauld Place después de comer. Así que, después de lo que pasó ayer, decidió ir a hablar con él y arreglar las cosas, puesto que ahora se encontraban en una situación incómoda. No habían vuelto a hablar desde el día en que estuvieron en su despacho, y en la conversación de ayer no se habían dirigido la palabra, solo habían hablado en general. Se dirigió a la habitación indicada y llamó a la puerta que fue rápidamente abierta por el hombre lobo.

- Hola, ¿qué tal? – esa era una pregunta despreocupada, que no esperaba respuesta. Remus se giró y penetró en la habitación para recoger unos pergaminos del suelo. Tonks entró detrás suyo y cerró la puerta.
- Bien... supongo. ¿Y tu?
- Voy haciendo.
- Oh... Yo en realidad vine a hablar de lo del otro día...
- ¿Hay algo que hablar? – Remus se giró muy serio y se quedó mirando a la chica. – Si no quieres contarme nada, no lo hagas, en serio – dijo dando a entender que no pensaba eso.
- ¡Claro que quiero contarte las cosas! ¿Pero que ha sido de nuestra amistad? Solo quiero que volvamos a estar como antes, ¡ayer lo pasé muy mal pensando que estabas enojado conmigo y quizás murieras y no te volviera a ver!
- Sabes que no es amistado lo que yo siento hacia ti. Y créeme, a mi no me hubiera importado morir ayer.

Tonks se quedó de piedra por lo que le acababa de decir Lupin.

- Por... ¿por qué?
- ¡Porque ya no queda nada que me incite a seguir aquí! Todo lo que hay o todos los que conozco no son más que amigos que realmente no pasan de conocidos. Están los de la Orden, pero realmente no tienen tiempo. ¿No ves que yo estoy solo ya aquí? ¡Ni siquiera puedo cuidar de Harry!
- ¡No estás solo! – Dijo la chica dando un paso hacia él. – ¡Y yo no quiero que te vayas! De verdad... Lamento mucho no haberte dicho lo de Severus y haberte molestado o herido con eso, por favor... ¡Perdóname!, – Tonks estaba a punto de llorar, su voz empezaba a temblar, – pero no digas que no te importaría morir ahora... Por favor...

El hombre lobo se acercó a ella para quedar a un palmo. Le agarró la cara con las palmas de las manos suavemente y le habló mirándola directamente a los ojos.

- ¿Y en qué quieres que tenga fe para seguir? Tu no me quieres, y eso es un hecho. – La chica puso sus manos encima las manos de él, que se encontraban aún sobre sus mejillas.
- Que no te ame no quiere decir que no te quiera, y eso sí es un hecho.

Fue en ese momento que Remus se calmó y se atrevió a acercarse más a la chica... Y terminó besándola. Ella primero se quedó quieta, luego respondió al beso y pasó las manos por el cuello del hombre. Pero cuando la intensidad aumentó ella se replanteó la situación y se separó de golpe bajando sus manos que quedaron encima el pecho del hombre –y pudo apreciar a que velocidad palpitaba su corazón– y mirando hacia el suelo que tenía a un lado. Las manos de él estaban en la cintura de la chica, y se quedó quieto ante la reacción de ella, esperando, ilusionado, que se lo volviera a replantear.

- No puedo hacerle esto a Severus – dijo ella.
- No me lo hagas tampoco a mi – respondió él, y la chica volvió a mirarle a los ojos. – Por favor... – Se acerco lentamente para besarla nuevamente con miedo a que ella le girara la cara o se alejara, pero eso no ocurrió, y volvieron a juntar sus labios... Tonks se alejó, pero no bruscamente esta vez, pasados unos segundos.
- Yo... Creo que será mejor que me vaya.
- Adiós...
- Adiós.

Caminó por los pasillos hasta encontrarse con Hermione, y se extrañó de no verla sin sus inseparables amigos.

- Están entrenando a Quidditch... Yo iba a la biblioteca a buscar un libro. ¿Qué haces tu sola por aquí?
- Pues... dejar que el tiempo pase antes de que algo interesante por hacer se me presente. ¿Te importa que te acompañe?
- No, en absoluto – contestó la Prefecta sonriendo. – Yo... Bueno, me gustaría preguntarte sobre algo... o mejor dicho, sobre alguien, si no es demasiado atrevido...

Tonks ya se la imaginaba interrogándola sobre Severus, o Lupin, peor, pero... ¿cómo iba ella a saber algo de eso?

- Hay un chico por aquí, alto, moreno, que andaba con Dumbledore antes... ¿no sabrás quién es? Me extrañó verle porque aquí no suele pasearse nadie que no sea del personal que trabaja aquí o alguna visita puntual del Ministerio... Y no tenía pinta de trabajar ahí.
- Oh, si, tiene que ser Erik, Erik Joseph. No se quién es, la verdad me tiene algo curiosa. Lo conocí ayer, en el incidente de San Mungo... – Tonks entristeció por un momento, a lo que Hermione preguntó:
- ¿Tenías algún pa-... conocido allí?
- No, no – contestó la Auror sonriendo.
- Oh, me habías asustado por un segundo... Bueno, ya hemos llegado, ¿tienes que entrar por algo?
- No, que va, por nada, ¡ya nos veremos!
- Sí, y gracias por acompañarme. ¡Adiós!

El día pasó lento y aburrido para Tonks, que se encontró con una sorpresa al bajar a cenar una hora antes por el aburrimiento.

- ¡Remus!... hola. Creía que te ibas después de comer.
- ¡Hola! Sí, en principio lo hacía, pero Albus me ha pedido que le ayudara esta tarde en unas cosas y me quedé a cenar. Me iré mañana, al final.
- Oh, ya veo. Cenas pronto – dijo la chica sentándose a su lado.
- Sí, bueno, se trata de que no me encuentren muchos alumnos... No soy profesor, y muchos se extrañarían de verme cenando con todos.

Tonks no supo que contestar, así que se quedaron los dos en silencio incómodo cenando. Al cabo de un rato Remus se decidió a hablar.

- Tonks... ¿Nos volveremos a ver? – Esa pregunta asustó a la chica, que no supo exactamente como reaccionar...
- Yo... yo no se si...

En ese momento Erik entró al comedor a cenar pronto, seguramente por la misma razón que Lupin.

- ¡Hola! – Saludó enérgicamente Tonks sin saber si dar las gracias o maldecirlo por entrar en ese momento.
- Hola – saludó Lupin.
- Hola, ¿qué tal estáis?
- Bien, ¿y tu? ¿Hasta cuando estarás en Hogwarts? – preguntó Tonks. – ¿Te vas a quedar un tiempo?
- Bueno, la verdad es que me voy a quedar una semana por... unas cosas, luego... no sé, ya veré.
- Aquí todo el mundo se queda por "unas cosas" – dijo la chica fastidiada por tanto secretismo.
- Je, je, no es que no quiera contártelo, – dijo Erik amablemente, – es que si alguien debe hacerlo no soy yo... ya sabes.
- Oh, entiendo... – dijo ella igual que fastidiada que antes. – Bueno, me voy a dar una vuelta, se me ha pasado el hambre...

Ella se fue y los dos hombres se quedaron charlando en el comedor un rato más. Se fue a su habitación y se tumbó en la cama para recapacitar un poco. Lupin le había dicho que si se volverían a ver, obviamente no para decir "hola" y cosas rutinarias... pero ¿y ella? Ella no quería volverlo a ver... Es decir, sí, sí quería, pero no para lo mismo que él. Para ella él siempre había sido un muy buen amigo, pero sabía que por mucho que se lo intentara explicar él se sentiría herido. Y creería que no le importaba nada y solo lo hacía para intentar hacerlo menos daño... Pero tenía que intentarlo, ¡ella amaba a Severus! No a Remus... Por Merlín, ¡no podía estar haciéndole eso a Severus! Se sentía tan culpable... No, eso tenía que acabar. Tenía que ir a hablar con Remus antes de que se fuera y dejárselo claro... No quería hacerle daño, ¡pero tampoco a Severus! Además, Remus, auque en un principio no fuera a mostrarlo, era bastante adulto como para entender su situación.

Se levantó de la cama y se fue hacia la habitación de Remus, donde estaría él haciendo las maletas. Llamó a la puerta y al aviso del hombre lobo entró.

- Hola... – dijo tímidamente.
- Hola – dijo él, mirándola con una expresión de alegría.
- Remus yo... Yo solo vine a hablar contigo de lo de antes. Yo... bueno, no se como decírtelo, y por favor no me interrumpas – añadió ágilmente cuando el abría la boca para tomar aire. – Verás... Mira, yo amo a Severus y no quiero hacerle esto. No se lo merece, y no me digas que tu tampoco o algo parecido como ya hiciste, ya lo sé, pero... yo estoy con él, así que te pido que... lo entiendas.
- ¿Que lo entienda?
- Sí, y lo respetes...
- Pides mucho... Si es verdad que no me amas dímelo, claro y alto, di "no te amo"... Y impídeme que te bese otra vez – dijo acercándose. – ¿De verdad no me amas?

La chica que quedó en blanco, no se podía creer lo que estaba haciendo Remus... Pero antes de que le diera tiempo a reaccionar ya la estaba besando... Era tan dulce... Pero ¡era Remus! Tenía que pararlo... pero... un poco no hace daño a nadie... ¡Sí! Sí lo hace... pero... pero... se encontró con sus manos otra vez sobre Lupin... otra vez... otra vez no, no podía hacerle esto a Severus dos veces...

Y en ese momento la puerta de la sala se abrió bruscamente y entró, de las más de 6000 millones de personas que habitan el planeta, la peor que podía entrar en esa sala...

Severus se quedó de piedra con lo que presenció. Vio como Tonks se separaba rápidamente de Lupin y lo miraba sin saber tampoco que decir, y a Lupin... Habría jurado que al licántropo le vio una suave expresión de miedo o angustia. Salió de la habitación sin decir palabra antes de que ninguno de los dos tuviera tiempo a reaccionar y se fue a encerrar en su despacho de las mazmorras. No, si no estaba equivocado antes con eso del amor... La confianza daba asco, lo acababa de comprobar.



-{ Laura-san }-

Yuxx!! Hasta ahí el capi de hoy... Espero que les haya resultado interesante xD! Nah, no tardaré mucho en poner el siguiente... 3 días como mucho, aunque quizás mañana mismo xD! Nos vemos, dejenme algún reviewcito TT.TT y suerte! =D


PD -- Se sigue queriendole cambiar el título a FF xD!