Un Fanfic de Ranma ½  Por Trent O'Donoghue

Traducido por Edward Masters (RBB)

Todos los personajes de Ranma ½ son propiedad de Rumiko Takahashi, publicado por Shogakukan en Japón. Cualquier personaje de otras series referido en este Fan-Fic pertenece a sus respectivos dueños. Éste es un trabajo de Fanfiction con fines de entretenimiento y no de lucro, si tratara de ganar dinero estaría trabajando o estudiando y no escribiendo Fanfics  J.

Conociéndose Más Tarde

Capítulo 3

El estomago de Akane rugió mientras terminaba de limpiar el baño. Con ésta noche se completaba una semana desde que llegó a vivir con los Saotome, y las cosas se empezaban a poner de tal manera que ya casi tenía organizadas sus rutinas diarias, bueno, cuando menos entre semana. Levántate, sal a correr por las mañanas y práctica algunas katas, entrenamiento, ducha, pelea con Ranma en el desayuno, escuela, tarea, cena, más entrenamiento, ducha, cama. Una visita al restaurante de Ukyo y tres visitas sorpresa por parte de Shampoo fueron las únicas ocasiones en las que escucharon de las prometidas de Ranma, nada malo considerando que ambas chicas eran muy hostiles cuando Ranma o su madre no estaban mirando. Ya había empezado a hacer amigas en la escuela, aunque el separar a aquellas que querían ser amigas tan solo para acercarse a Ranma estaba disminuyendo las cifras rápidamente.

Como hoy era domingo, Ranma había ido a dar masajes a la clínica con el Doctor Tofu, pero había dicho que regresaría en la tarde para comenzar con el entrenamiento para el torneo, Akane no estaba segura que quería decir con eso. Aunque el Doctor Tofu nunca dijo no a la proposición de que ella aprendiera algunas de las técnicas para dar masajes y que ayudara los domingos, Nodoka, eventualmente alegó convincentemente que ella todavía necesitaba ayuda en aprender a cocinar y que preferiría enseñarle los domingos en lugar de que Akane trabajara. Akane instantáneamente supo que Nodoka pretendía que esto ocurriera como una forma de entrenamiento marital, pero no quería oponerse a la mujer que había sido una buena amiga mientras crecía sin su madre, y que ahora la dejaba quedarse en su casa. Además, realmente necesitaba mejorar sus habilidades culinarias, aunque la Tía estaba siendo muy estricta al hacerla tirar toda la comida que preparó ésta mañana por que no estaba a la 'altura de su mesa'.

Al entrar a la sala empezó a acomodar todo, mientras que distraídamente escuchaba la televisión. Su estomago rugió una vez más mientras miraba el reloj. Casi la hora de la comida. Las peleas en el desayuno con Ranma habían continuado, y el tonto todavía no había descubierto el truco. Se veía tan deprimido después de perder nuevamente ésta mañana. Ranma se había puesto en ayunas en secreto desde el día anterior con la creencia de que el hambre lo haría un poco más rápido. Había empezado a usar palillos en ambas manos desde el desayuno del viernes. La verdad es que todo esto era muy bueno para su autoestima de Akane, pues él todavía era mejor que ella en las artes marciales.

Akane sonrió alegremente al recordar otra memoria de Ranma durante la semana pasada. Al medio día todavía seguía lleno a causa del enorme desayuno que había tenido, y no podía terminarse la comida, mientras que ella atacaba su parte con mucho animo al no haberse terminado el desayuno completo. Ranma vio esto como un reto más, así que intentó de acabarse la comida hasta el punto de enfermarse. A ella le preocupaba un poco el subir de peso, pues había estado comiendo demasiado en los últimos días.

Como hacía más de dos semanas a que Ranma había declarado que la derrotaría antes del fin de mes, hoy se cumplía el plazo. Compadeciéndose de él lo llevó al baño para que la Tía no viera, sólo dios sabe lo que pensaría, ahí fue donde le enseño la base de las Artes Marciales Culinarias. Abrió la boca tan grande como pudo y metió el puño de la mano hasta adentro. Siendo eso, lo más avanzado que aprendió de las enseñanzas de la escuela 'La Belle France'. Casi se ahogo con su propio puño al ver la reacción de Ranma. Él la miraba fascinado, después empezó a mover la cabeza en afirmativa como si estuviera pensando, pero la mirada en esos ojos azules decía que no tenía ni idea de que hacer.

Otro profundo sonido proveniente de su estomago se dejó escuchar. Volteó a ver la pantalla justo cuando empezaba un comercial de un restaurante de ramen. Salió una modelo súper atractiva, ultra delgada en un vestido pegadito de piel mientras atacaba un enorme tazón de tallarines con los palillos y, posiblemente usando algún truco de fotografía, arrojaba enormes bolas de tallarines a un grupo de luchadores de sumo hambrientos, justo antes de empezar a comer, al centro de la pantalla, bajo la sonriente cara de la modelo aparecían las letras 'Shishimi para llevar, derrotando las hambres más grandes de todo Japón'.

Pensamientos viciosos de 'modelos anoréxicas' con 'figuras plásticas' jugando a ser 'artistas marciales' y 'comiendo todo lo que quisieran' le pasaron por la mente justo antes de escuchar los golpes rítmicos en la puerta. Levantándose del piso y acomodándose la ropa y el mandil se dirigió a la entrada principal de la casa mientras pensaba en 'modelos anoréxicas' con 'figuras plásticas' jugando a ser 'artistas marciales' y 'comiendo todo lo que quisieran' que aparecían para apalearla por dichos pensamientos.

Al abrir la puerta con un 'hola' en la boca, se encontró frente a la cara de la misma 'modelo anoréxica' con 'figura plástica' jugando a ser 'artista marcial' y 'comiendo todo lo que quisiera' del comercial. Su largo cabello dorado estaba arreglado en dos colas idénticas sobre recostadas a lo largo de la espalda. Un pequeño, y muy ajustado vestido rojo se apretaba sobre la desarrollada figura, las largas y desnudas piernas terminaban justo al comienzo de unas sandalias del mismo color con diseños intrincados, todo esto formando una perfecta combinación sobre el sorprendente cuerpo de la chica. Un broche de oro y plata estaba colgado del generoso escote mientras sus grises ojos la miraban desde su fino rostro.

Sakura Shishimi miró fijamente a la chica en frente de ella. Una sonrisa ostentosa apareció en sus labios al darse cuenta que simplemente era la sirvienta y no otra rival tratando de robarle su amor. Con una voz melodiosa se dirigió a Akane. "Estoy aquí para hablar con mi prometido, Ranma Saotome."

Akane parpadeó dos veces ante la cara de otra más de las prometidas de Ranma. Antes de que pudiera contestar la voz de Nodoka se dejó escuchar justo detrás de ella.
" Oh lo siento mucho, mi hijo está atendiendo un asunto a petición mía, ¿le puedo ayudar en algo señorita Shishimi?"

Los ojos de Sakura se encendieron. Pasándole una revista y un tazón de ramen a Akane en las manos entró a la casa mientras murmuraba, "Toma un descanso." Akane miró brevemente notando una fotografía de Sakura en la portada de la revista de modas, con las letras 'Entrevista exclusiva'.

"Suegra, que gusto verla. Tenía la esperanza de encontrarme con mi prometido, ya que me fue posible tomarme la tarde libre de mi ocupadísima carrera de modelaje, y tenía la esperanza de pasar algo de tiempo junto a él."

Para Akane, la voz de Nodoka sonaba más falsa que la miel de maple. "Desafortunadamente Ranma no regresará si no hasta muy tarde ésta noche. Lo siento pero tu suerte no pudo haber sido peor. Es que, como verás, no hay forma de comunicarme con él."

A pesar de la dulzura en las voces de las mujeres Akane pudo ver fácilmente la frialdad en los ojos de ambas.

Sakura finalmente rompió la mirada con su futura suegra, y se ventiló distraídamente el rostro con unas hojas de papel. "¿Entonces tal vez le pueda pasar éstas?"

"Por supuesto, ¿Qué son?" Tomando los papeles, los ojos de Nodoka jamás se alejaron de los de Sakura.

"Oh, es simplemente el papeleo preaprobado para que su hijo y esposo se puedan saltar las preliminares hasta los eventos televisados del torneo. Los ejecutivos decidieron que algunos de aquellos que tuvieron un buen desempeño el año pasado podrían pasar directamente a las finales."

"Oh Dios, mi esposo no estará en la ciudad durante las próximas semanas, se va a perder el torneo."

"Ah, en ese caso…" Su mano de Sakura se dirigió a agarrar una de las dos páginas, pero Nodoka las movió para ponerlas distraídamente sobre su mejilla.

Nodoka miró hacia Akane con la pregunta implícita en el rostro. Akane movió la cabeza en afirmativa dos veces, rápidamente.

"Hay otro estudiante de la Escuela de Combate Libre en el área, ¿sería posible pasarle el lugar de Genma?"

"Oh, no lo se, es viable que los productores no aprueben que cualquier persona pase a las finales de tal manera."

"Si estás preocupada por sus habilidades de combate, alegremente te puedo decir que el mismo Ranma confesó casi perder en su primera pelea de práctica. Tu recuerdas, ¿no Akane?"

La sorpresa fue evidente en el rostro de Sakura, antes de que ésta se volteara a mirar a Akane.

Al seleccionar las palabras cuidadosamente Akane miró fijamente a Sakura, como la Tía había demostrado. "Oh si, Ranma se refirió a la 'ocasión' como la vez que había estado más cerca de la derrota en mucho tiempo, y admiró los movimientos de la escuela Tendo." Hizo su mejor esfuerzo para mantener la vaga sonrisa ante la mirada fulminante de la prometida.

"¿Escuela Tendo?"

"Oh si," La sonrisa de Nodoka era falsa como la de antes. "El otro heredero de la escuela de Combate Libre se está quedando con nosotros por el momento."

"Oh cielos, si no vive en Juuban no se le permitirá competir."

"Ah, pero mientras tenemos a los dos herederos entrenando juntos, se están quedando aquí y atienden la misma escuela. Así será por algún tiempo."

Sakura finalmente decidió que no valía la pena seguir discutiendo. "Estoy segura que podremos llegar a un acuerdo. Enviaré a uno de los productores para que firmen el papeleo para dejarle tomar el lugar de su esposo."

"Excelente, hablando por las dos ramas de la Escuela de Combate Libre te doy las gracias."

La voz de Sakura tomó un tono un poco más agudo. "Oh, no es necesario Madre, es decir, casi somos familia. Dale a Ranma todo mi amor, Bye Byyye." Dándose la vuelta rápidamente salió por la todavía abierta puerta principal. Dos hombres en oscuros trajes la dirigieron hasta una larga limosina que estaba estacionada detrás de ellos.

"¡Mi hijo se casará con esa mocosa mimada sobre mi cadáver!"

Akane casi se ahoga con la cucharada de ramen en la boca al oír éstas palabras. Eso era lo más cerca a maldecir que había escuchado de la Tía.

"Pensé que Ranma estaba en la clínica."

"Oh, estoy segura de que así es, pero Sakura sabe que es ahí donde él estaría. Lo que quiere decir que la gente en la clínica la vio llegar y lo escondieron."

"¿Qué? ¿Qué tan mala es?"

"La última vez que lo encontró en la clínica, lo arrinconó en un cuarto de examinación, y usó su escuela de artes marciales en un intento para desnudarlo y llevárselo a la cama. Su técnica se basa en el uso de los palillos como arma de combate, y Ranma todavía tenía que diseñar una forma de contraataque sin lastimarla. Eventualmente logró escapar, pero para cuando llegó a la casa… bueno, al principió pensé que había conseguido una versión moteada de su vestuario favorito. Después me di cuenta que los puntos eran color piel. Tenía pequeños moretones por todo el cuerpo, y el Doctor Tofu dijo que en el cuarto de examinación parecía haber estallado una bomba de confeti color blanco y rojo."

Akane cerró la puerta con el pie mientras se llevaba otra cucharada de ramen a la boca. Pasándose lo último del contenido siguió a Nodoka hasta la cocina. "Es mejor que Ranma empiece a rezar para que ésta cuarta prometida sea más su tipo, por que así como lo veo, sus opciones son bastante malas."

Mientras Akane pasaba para poner el tazón dentro del lavabo, se perdió la sonrisa en el rostro de Nodoka.

Nodoka sacó un libro de recetas del estante sobre el refrigerador. "Estaba pensando que sería buena idea si intentaras hornear algo ésta tarde, ¿que te parece si tratamos con las galletas?"

"Claro." Su voz de Akane no denotaba gran entusiasmo.

"¿No te gustan las galletas?"

"No es eso, las galletas me encantan. Es solo que la última vez que cociné galletas, lastimaron a un par de chicos."

"¿Gravemente?"

"No, todos regresaron al siguiente día, pero estaban muy molestos."

Sus ojos de Nodoka se entrecerraron sospechosamente. "¿Cuántos chicos fueron?"

Akane contestó sin levantar la mirada de sus pies. "Veintidós."

Nodoka agarró fuertemente la banca y trató de no reírse "Estoy segura que el problema eran los ingredientes."

Su voz de Akane era casi un susurro "Solo horneé quince galletas, y sobraron tres."

La risotada que se escuchó desde la sala cubrió completamente la risa que se escapó de sus labios de Nodoka. Las dos mujeres voltearon a ver a Ranma revolcándose en el piso, muriéndose de la risa.

Akane no estaba nada de contenta con la reacción de Ranma y salio pataleando de la cocina. Ranma fue silenciado en medio de sus carcajadas cuando ella pasó sobre de él dando pasos sorprendentemente cortos sobre su cuerpo.

Recuperando el control sobre su propia boca, Nodoka puso cuanto reproche pudo recaudar en su voz al dirigirse a la pila de risas sobre el piso de la sala. "No es de gusto reírte así de una mujer Ranma, deberías disculparte."

Ranma volteó la mirada hacia su madre y pudo ver en sus ojos que esto le causaba mucha gracia. "Está bien mamá, me disculparé pero no me des esa cara, casi te mueres en el intento de no reírte."

"Ese no es el punto. Asumo que regresaste para ver si Sakura ya se había ido."

"No es tan difícil de adivinar mamá."

"Dice que te quiere mucho, pero también dejó el papeleo para el torneo. ¿Debo asumir que todavía quieres entrar?"

Ranma asintió con la cabeza y ella continuó. "Ha decidido que como tu y tu padre salieron muy bien el año pasado, los dos no necesitan pasar por las preliminares. Como tu papá se está quedando con el de Akane, Akane y yo la convencimos de que le dejara el lugar a ella… ¿no te parece?"

Ranma dejó de agitar la cabeza y se encogió de hombros. "Oh no, no es eso. Es solo que pasar por las preliminares le daría oportunidad de familiarizarse con el estúpido ring y entender un poco más las reglas, pero eso no importa tanto, yo le puedo enseñar."

"Entonces ve a hablar con ella mientras preparo la comida."

Ranma no perdió la sonrisa mientras se levantaba y limpiaba el polvo de la ropa. Encontró a Akane bajando las escaleras con el gi de entrenamiento puesto. "Oye, Akane… discúlpame, no me estaba riendo de ti… no quise… mira, si le hubiera pasado a alguien que no fuera tú, también te hubieras estado riendo en el piso conmigo, es que es una historia muy chistosa." Miró a los ojos de la chica fijamente con la esperanza de haber dicho lo correcto.

Akane le regresó la mirada y finalmente asintió con la cabeza, "Está bien, tal vez sea un poco gracioso, pero eso no me hace sentir mejor. Después de que eso pasó nadie quería ni voltear a ver mi comida. Excepto Kuno, y a mi no me gustaría darle nada de lo que yo hago. Hey, como voy a participar en este torneo, ¿me puedes dar algunos consejos en como derrotar a Sakura?

"Claro, déjame cambiar de ropa y te veré afuera."

Akane tuvo que interrumpir el calentamiento para evadir y rodarse hacia un lado mientras que la patada voladora de Ranma ponía una dentadura sobre el jardín.

"Buenos reflejos, eso te ayudará en contra de Shampoo. Déjame calentar un poco y te diré algo sobre las reglas del torneo. Oye, ¿Quién es este Kuno del que me contaste?"

Ranma empezaba a sospechar que ese extraño gesto de disgusto que había visto en su cara de Akane varias veces estaba dirigido específicamente a ese sujeto. Comenzando con un gemido de frustración ella empezó con la descripción de Tatewaki Kuno.

"Tatewaki Kuno es el idiota mas despreciable, pervertido, tramposo, loco, engreído y miserable del que jamás escucharás."

Pensamientos acerca de cierto maestro de artes marciales pasaron por la mente de Ranma "No estoy seguro… yo conozco a unos cuantos idiotas bastante pervertidos. ¿Qué a caso no es ese el campeón de Kendo de Japón?"

"Si, es él… tramposo. Hace más de un año el idiota decidió que estaba enamorado de mí. Todo el tiempo me estaba retando a combate tratando de obligarme a que saliera a una cita con él. Cuando me negaba a pelear, él simplemente hacía el reto y empezaba a atacarme antes de que pudiera contestarle. Un día en la escuela vio que un chico me estaba invitando a salir, así que dio un discurso declarando que para poder salir conmigo tendrían que derrotarme en combate. Después de eso, la mayoría de los demás chicos me esperaban en las mañanas, a la entrada de la escuela y me atacaban. Kuno siempre se esperaba hasta que ellos acababan con la esperanza de agarrarme cansada. Aún así no me podía ganar, pero estuve cerca de perder más de una vez. Después encontró una espada que concedía deseos…"

"¿Espada de los deseos? ¿Todavía la tiene?"

"Todavía tiene la espada, pero ya usó los tres deseos. El primero pidió una cita conmigo. Con la ayuda de la espada me derrotó y toda la escuela me presionó para que aceptara la cita. Después en la cita pidió besarme. Ésta vez la espada me paralizó y no pude evitar que me besara."

"Espera… espera… ¿usó magia y te forzó a que lo besaras? ¡Maldito infeliz!"

Akane miró la extraña postura de combate que Ranma había tomado, pero pronto se olvidó de ello para continuar con la historia. "Sí, después usó el último deseo para volverse el Campeón más grande de Kendo que haya vivido y así poder sacarme más citas." Akane se veía disgustada al recordarlo. "En un segundo ya lo era. Solo una pelea y me había ganado fácilmente. Antes podía lanzar poderosas corrientes de aire, pero ahora eran tornados y vientos cortantes. ¡Mejoró tanto! Después de la segunda cita empezó a fastidiar a mi papá pidiéndole mi mano en matrimonio. Afortunadamente mi hermana y yo lo distraíamos al mandarlo a varios torneos para que según nosotras 'demostrara que tan bueno era'. Estaba a punto de salirme de casa y escapar cuando el Abuelo me detuvo y empezó a entrenarme con sus ataques especiales. Cuando Kuno regresó yo había mejorado más que nunca, y lo derroté definitivamente. Todavía me persigue, pero ya no me gana fácilmente, ahora yo tengo la ventaja."

"Éste abuelo tuyo debe ser genial, un gran artista marcial, ¿práctica el estilo de combate libre como nosotros?"

"Oh si, pero él no es realmente mi abuelo. Así le gusta que lo llamemos, es cierto que tiene sus defectos, pero me ha ayudado demasiadas veces, le debo mucho. Y después de que dejó de manosear a mis hermanas, amigas y a mí, hasta es divertido estar con él."

Ranma empalideció visiblemente, "¿¡Manosear!? No… ¿No me digas que te refieres al viejo pervertido?"

"¿El Maestro Happosai?"

La cara de Ranma cambió nuevamente, ahora roja de rabia. "Tengo que alejarlo a la fuerza de aquí cada vez que viene. Ese sucio pervertido ha sido un dolor de cabeza más grande en un solo año que mi padre en toda mi vida, y eso es bastante."

"No es tan malo, deberías de tratar de llevarte bien con él, yo no sería ni la mitad del artista marcial que soy sin la ayuda del Abuelo."

"Es peor Akane, por culpa de él y de sus enemigos mi Mamá ha sido secuestrada dos veces, yo he sido apaleado y manoseado, y mis amigos han sido lastimados. Él mismo me ha causado un sin fin de dolores. Trató de usar magia para hacer que me enamorara de él o que lo obedeciera en cinco ocasiones diferentes. Un sin fin de intentos de robar mi ropa interior de chica, y siempre trata de tomar fotografías mías. No, el ayudarte a ti ha sido la única vez que he sabido de él ayudando a alguien que no sea él mismo. La única ayuda que me ha dado en mi entrenamiento es tratar de hacer que dejara las artes marciales definitivamente. Demonios, incluso a entrenado a mis enemigos con técnicas especialmente diseñadas para derrotarme. No quiero tener nada que ver con ese estúpido viejo pervertido."

Ranma se levantó y comenzó a hacer una kata de calentamiento, dejando a Akane sentada y perdida en sus pensamientos. Sabía que Happi causaba problemas para muchas personas, pero la mayoría de ellos siempre fueron inofensivos, ahora había escuchado de alguien a quien había aprendido a confiar que realmente había lastimado gente.

"Lo siento Ranma, no se que decir. Odio el pensar en lo horrible que sería mi vida sin su ayuda."

Ranma no quería alegar con Akane, especialmente acerca del viejo decrepito. "Mira Akane, olvidémonos de eso por ahora. Hay que comenzar con el entrenamiento, ¿si?"

Ranma volteó a mirar a Akane después de la práctica, se le podía notar ligeramente el sudor en la cara. "El torneo Shishimi es de uno contra uno, dos de tres caídas en el cuadrilátero. Después te llevaré al lugar donde solía practicar el año pasado. Si te noquean, te lanzan del cuadrilátero o te ponen de espaldas planas por mas de tres segundos en contra la lona perderás. Puedes rendirte, pero si quedas noqueada por más de cinco minutos perderás esa ronda y la siguiente pelea."

"¿Quién hizo las reglas?"

"Lo más seguro es que fue Sakura, la regla del nocaut es de seguro. Va con otra regla, el equipo que lleves al cuadrilátero no podrá ser reemplazado ni tampoco puedes recibir ayuda de nadie hasta que la ronda termine a menos que haya sangrado. El año pasado usó una droga para noquearme en mi forma de chica, mamá me pudo despertar justo a tiempo con el olor de comida."

"Parece que Sakura se lo tiene todo bien planeado."

"Bueno, ese es su estilo principal, y solo te he dado la punta de la montaña de trucos y trampas. Te enseñaré sus movimientos y técnicas principales para que la hagas caer antes de que pueda tratar de usar sus trucos más sucios."

Después de intercambiar sonrisas Ranma continuó "Bueno, el mismo cuadrilátero fue diseñado con varias trampas en mente para despistar a los oponentes de Sakura…"

Akane admiraba la vista mientras trataba de recuperar el aliento, limpiándose el sudor de la frente con la mano y secándola sobre los pantalones negros. Como estaban entrenando fuera de la casa habían quedado de acuerdo en que Akane usaría algunas de las prendas más viejas (y pequeñas) de Ranma en lugar del usual gi de entrenamiento. Las miradas que recibía de algunos de los hombres mientras corrían hasta éste lugar eran algo halagadoras, incluso había descubierto a Ranma mirando más de una vez.

Después de la comida Ranma la llevó a paso firme hasta un bosque a quince kilómetros de distancia. Sobre una colina había una enorme cisterna de cuando menos cincuenta metros de ancho sobre soportes metálicos de más de veinticinco metros de altura. Al saltar la acera y trepar por la oxidada tubería llegaron hasta la cima y al mirar pudieron ver el panorama sobre Bokuto y el área aun más grande de Juuban. La vista era sorprendentemente hermosa. Desde ahí pudieron ver los edificios grandes como la escuela, estación de policía y hospital, de tal manera que pudieron localizar más o menos donde se encontraría la casa de Ranma, todo esto frente al panorama de los lejanos rascacielos de Tokio.

El techo del tanque de agua estaba algo dentado y necesitaba ser pintado nuevamente. La forma abultada de la parte superior daba la impresión de ser un semi-domo, pero el tiempo lo había retorcido un poco. Aparte de la escalera metálica que estaba aun lado solo se encontraban otros ocho muros redondos de acero que estaban distribuidos a distancias iguales a la orilla. Los pasos resonaban en el interior vacío del tanque.

Akane fue distraída de su apreciación del panorama cuando Ranma se alejó de ella girando, saltando y rodando sobre el techo. No fue si no hasta cuando se acercaba a la otra orilla que notó la pañoleta sobre sus ojos. "¡RANMA!"

Ranma sonrió al escuchar el pánico en la voz de Akane, pero continuó hasta el último de sus saltos y giró en el aire cayendo sobre sus pies mirando hacia ella. Mientras se quitaba la pañoleta de los ojos observó rápidamente. Estaba a menos de dos metros de la orilla del tanque. Sus intenciones habían sido de caer a cuando menos tres metros, pero el pequeño error no era de importancia.

"¡Idiota! ¿Qué diablos crees que estás haciendo?"

"Así fue como aprendí a confiar en mi sentido del tacto. Tienes que sentir el piso mientras avanzas, si no tus tobillos se pueden doblar y te lastimarás. No es tan difícil. Vamos, es tu turno, deja que tu cuerpo piense por ti."

Algunas veces Akane todavía se sorprendía de ver lo que Ranma consideraba entrenamiento. No era que tuviera algo malo en lo que se refiere a práctica, pero en teoría sonaba ridículo. La caminata sobre los barandales era buena práctica en general. Cuando la ropa se lo permitía ella le acompañaba sobre el barandal, y aunque todavía no podía correr, el progreso se notaba fácilmente. Algunas veces cuando salían de la escuela él se detenía a practicar en el área de juegos infantiles del parque dando saltos imposiblemente rápidos entre los castillos.

Akane empezó arrojándose sobre el piso y rodando, sintiéndose un poco avergonzada por la falta de acrobacias aéreas comparada con Ranma. Después de unos cuantos metros cayó mal y se dobló la muñeca lo suficiente como para detener sus movimientos.

Escucho a Ranma hablar, al parecer un poco decepcionado, "Vamos, yo se que puedes hacerlo mejor. Siente el piso al tocarlo y ajusta tu posición. Mantente ligera sobre tus pies hasta que tu cuerpo de de la señal de que es seguro." Akane reanudó el ejercicio, esta vez haciéndolo mejor aunque un poco más lento.

"Más rápido, aumenta la velocidad."

Akane empezó a sentir enojo al escuchar su voz. Se apuró tratando de sentir el camino claramente. Finalmente llegó hasta donde él estaba.

"Bien, ahora trotemos un poco."

La chica lo miró secamente mientras se limpiaba el sudor de la frente. "¿Tuve que hacerlo de la forma difícil antes de trotar?"

La cara de Ranma fue iluminada por una sonrisa maliciosa mientras le arrojaba un trozo de tela. "Lo difícil todavía ni empieza."

"Oh no, no no, de ninguna manera."

"Oh si."

"Ranma, estas loco, no voy a correr por toda la orilla con los ojos cubiertos. Me puedo caer."

"Nunca te dejaría caer Akane."

Akane fijó la mirada hacia él mientras se le sonrojaba la cara completamente. La manera en la que lo había dicho, no con su arrogancia usual, si no como una promesa de no permitir que fuera lastimada nunca. Visiones de los golpes ligeros durante las prácticas de combate, o cuando ella se resbaló de la cerca y él la sostuvo entre sus brazos y otras tantas pequeñas ocurrencias le pasaron por la mente.

El rostro de Ranma mostraba una inocencia absoluta, ni siquiera estaba enterado de lo que había dicho. Akane al no poder mirar más aquellos ojos tomó la pañoleta de su mano y comenzó a atarla frente a sus ojos.

Ranma se alejó unos pasos mientras ella terminaba. '¿Me pregunto que le pasará?' "Okay, solo sigue mi voz Akane." Con eso él empezó a caminar de espaldas alrededor del tanque recitando una canción que había escuchado de unos monjes en un templo Shinto cuando él y su padre se encontraban entrenando. La canción mantenía un ritmo complejo que era bastante difícil de aprender. Lo escogió para evitar que Akane se basara en el ritmo de éste, y así forzarla a usar sus sentidos y tomar el paso ella misma.

Akane comenzó a caminar detrás de él dando pasos lentamente, tratando de usar solo la pequeña área de sus dedos sobre el disparejo metal. Mientras los minutos pasaban Ranma le urgía a que aumentara la velocidad una y otra vez para forzarla a usar todo el pie. Pero sin importar cuanto la criticara ella no accedía.

Las visiones continuaban distrayendo a Akane e impidiéndole que se enfocara. En una de esas Akane tropezó y se cayó. Aún así ella no dejaba de tratar, seguía la voz de Ranma que se escuchaba metros adelante, y pensaba en arrojarse hacia la derecha, justo al centro del tanque si se sentía caer.

Después de una segunda vuelta tambaleó y comenzó a caerse a la izquierda. Pero incluso antes de tocar el metal, ella sintió sus fuertes manos sobre el hombro, y fue alzada hasta estar en la posición inicial. Al quitarse la venda de los ojos lo vio parado casualmente a unos metros de distancia. Todavía podía sentir las reverberaciones de las pisadas en el domo de metal, dejándole saber que acababa de regresar.

"¿Qué? Vamos, son solo unas cuantas vueltas más."

Estuvo parada tratando de pensar en qué gritarle, pero nada parecía estar justificado. Poniéndose la venda nuevamente, empezó a seguir la voz una vez más. El saber que él no la dejaría caer le brindó fuerza a su enfoque y pronto ya estaba corriendo sobre el desnivelado metal.

Ranma la hizo correr alrededor varias veces más, antes de empezar un zigzagueo sobre el domo. Pronto se podía notar el cansancio en el rostro de Akane, decidiendo así saltarse el final. Brincó hacia ella quitándole rápidamente la venda de los ojos mientras pasaba por encima.

Akane se espantó de repente al no escuchar más su voz, inmediatamente la venda desapareció de su cara. Justo cuando sus ojos se ajustaban a la luz, se agachó evadiendo un puñetazo. La pelea había empezado.

Jiro Ohata corría en la calle. Odiaba tener que hacerlo, pero ésta podría ser la oportunidad que necesitaba. Cortésmente saludó a las dos chicas que pasó al dar vuelta en la esquina. El joven poseía una atractiva figura en pantalones negros y camisa blanca, su cabello café perfectamente arreglado y sus ojos oscuros y brillantes. Miró el reflejo propio sobre las ventanas de una tienda y distraídamente pensó en que ahora que había dejado las artes marciales se veía aún mejor, pues al perder tono muscular su cuerpo se moldeó más delgado y elegante.

Miró directamente a la escuela Bokuto, buscando ver los daños. Uno de los alambrados había sido derribado, notó mientras se acercaba. Abrió el teléfono móvil presionando 'remarcar' antes de colocárselo al oído.

"Hola, habla Toko."

"Soy yo, ¿A dónde están?"

"Está dándole la tercera vuelta al gimnasio. Ni siquiera se ha dado cuenta."

"Bien, ya casi llego."

Cerrando el celular lo metió dentro de su bolsillo. Caminando más lentamente se acercó al gimnasio mientras se acomodaba la ropa. Sabiendo lo inestable que era el sujeto, decidió tomarse unos segundos para concentrarse, éste hombre sería indispensable para hacer sufrir a Ranma, y lo tenía que incluir en sus planes.

Al dar vuelta en la esquina lo encontró caminando testarudamente hacia él. Sus ropas estaban sucias y llenas de polvo, incluyendo la pañoleta que sostenía su descuidado cabello. Los zapatos y pantalones mostraban lodo seco y una rama con hojas secas colgaba de su mochila.

"¿Ryoga Hibiki?"

Ryoga levantó la cara rápidamente para mirar a quien estaba interrumpiendo sus pensamientos. Miró cuidadosamente al joven parado frente de él. "¿Te conozco?"

"Probablemente no, mi nombre es Jiro Ohata, un gran fanático tuyo."

Ryoga resopló al pensar en la idea, la única persona que tenía fans y que él conocía era Ranma.

Ohata notó el enojo y la tensión en la expresión y puños del chico. Una sonrisa apareció sobre sus labios mientras desarrollaba su plan. "Los enemigos de Ranma siempre serán de mi agrado."

Ryoga se quedó congelado al escuchar esto. "¿También odias a Ranma?"

"Me encantaría ver a esa desgraciada pelirroja remolida hasta volverse polvo."

Ryoga se quedó perplejo. "Sabes que él es un hombre, ¿no?"

Un gesto de disgusto apareció en el rostro de Ohata. "Claro que si, Incluso más que tú. De cualquier modo, los dos queremos ver al hermafrodita derrotado y destrozado." Al ver la confusión de Ryoga cuando escuchó la palabra 'hermafrodita', Ohata disminuyo su estimación del intelecto del chico perdido.

Ryoga dejó de pensar en el significado de 'hermafrodita' y apretó los puños dejándolos tronar. "Sólo dirígeme hacia él."

Ohata sonrió ligeramente e hizo una señal para que Toko se acercara. "Tienes un gran entusiasmo, pero yo tengo una mejor idea. Derrótale frente a todo Japón."

Ranma miraba desde la cerca mientras Akane cojeaba hacia la casa. "Lo hiciste muy bien hoy, Akane. Estoy sorprendido de la resistencia que tienes

Akane lo ignoró mientras regresaba tiesamente hacia la casa. El sol estaba metiéndose y todas las luces de la calle empezaban a ser encendidas. Ya estaba arrepentida de haberse negado a que la cargara.

"Si todos los días, saliendo de la escuela practicamos estarás lista para el torneo en dos semanas."

Akane decidió conservar energías así que solo le regresó una mirada sucia.

"En serio Akane, lo hiciste muy bien. Después de no entrenar para nada ésta semana, me temía que no fueras más que una marimacho y no tuvieras ni un poquito de artista marcial."

Akane simplemente reaccionó. Cansancio olvidado, el mazo estaba fuera y listo para buscar la cabeza del chico.

Ranma simplemente evadía y sonreía. "¿Qué fue eso? Que deprimente."

Ranma continuó evadiendo de espaldas, siguiendo el recorrido hacia la casa. Le encantaba ver éste modo de enojo ligero en el que a veces se ponía. Ere diferente de su otro modo de coraje real. Esto era más… bueno… jugueteo entre amigos.

Los pensamientos de Ranma fueron distraídos por el sonido metálico de cadenas en movimiento. Un sonido que encontraba bastante familiar. Ranma evadió el mazo y levantando a Akane saltó.

Akane llena de pánico al ser abrasada por Ranma reaccionó de acuerdo con su entrenamiento y le dio un codazo antes de soltarse de sus manos. Al verse sobre el aire rodó y calló sobre sus pies en el techo de una casa a la orilla de la calle.

Ranma aterrizó al lado de ella, pero al estar aturdido del golpe en la cabeza, calló sobre su cara antes de deslizarse hasta el piso quedando en un matorral.

"Ya te tengo, Saotome."

Akane miró hacia abajo, su mirada dirigida hacia el hombre con las cadenas enredadas alrededor de un buzón de correo. Vestía una bata blanca con los lentes sobre la cabeza. Su largo cabello era negro, obviamente muy bien cuidado. Aunque su japonés era perfecto, el acento era chino.

"Contestarás una pregunta antes de que te mate." Ordenó la figura frente al buzón.

Akane decidió que estaba cansada y quería que todo esto terminara rápidamente. "Hey, ese no es Ranma."

"¿Eh?" La figura se puso los lentes sobre los ojos y volteó a mirar a la chica sobre el techo, antes de regresar la mirada hacia el buzón." Oh, gracias. ¿Sabes a donde se metió?"

"Ah, se agachó. ¿Te puedo preguntar por que lo vas a matar?"

El chico recogió las cadenas bajo sus mangas y levantó los hombros. "Habito. Tenía la esperanza de que con algo de suerte no entrara al torneo."

"Lo siento compadre, pero estoy dentro. Necesito el dinero para pagar unas deudas de papá." Ranma salio debajo de los arbustos en el jardín.

Akane aprovechó la oportunidad para saltar de la cerca.

"¿Cambiarías de opinión si dijera por favor?"

"No se puede hacer. ¿Qué tiene que ver Shampoo con todo éste alboroto?" Ranma preguntó, sabiendo que ella se encontraba de alguna manera envuelta.

"Cologne no la dejará perder éste torneo, la momia le ha estado enseñando una nueva técnica. La 'Apuñalada de Veinte Estrellas'. No deja de hablar de lo que ustedes dos harán en celebración de victoria."

"Tratará de celebrar conmigo aunque solo ella gane. Demonios, tratará de celebrar con solo entrar al torneo. ¿Para que es ésta técnica?"

"Supuestamente es una de las técnicas favoritas de Roe Ling Pinn la Destructora. Una de las más temidas ancianas de nuestra historia, tanto por su proeza como por su habilidad en mantener a los hombres en su lugar. La técnica solo esta disponible para las mujeres. Las bases de la técnica… no las conozco."

Ranma solo movió la cabeza en negativa mientras Akane se le acercaba a ambos. Mousse la miró antes de inclinarse. "Lo he encontrado, gracias por tu ayuda."

"Oh, Mousse, ella es Akane Tendo. Akane, Mousse de las Amazonas. Akane se quedará con nosotros durante los próximos meses."

"Oh, hola, Shampoo mencionó que una… alguien… se quedaba con Ranma."

Akane notó el titubeo rápidamente y sonrió. "Estoy segura que no usó esas palabras."

"Bueno, Shampoo no conoce muy bien tu idioma."

" Llegan tarde… Oh dios, Akane te ves agotada."

Akane miró pesadamente mientras entraba a la casa. "Lo estoy Tía, lo estoy."

"Ve a bañarte rápidamente mientras preparo la cena."

Akane aceptó y caminó por el pasillo, anticipando la ducha.

Sus ojos de Nodoka se dirigieron directamente a los de Ranma, "Ranma, por que está tan cansada Akane?"

Él se encogió de hombros. "Entrenamiento. Lo hizo muy bien."

"Estoy segura que así fue." Con un suspiro Nodoka relajó su postura hacia su hijo. "No la trates tan mal, todavía no está a tu nivel. Ahora ven y ayúdame con la mesa."

Akane miró a Ranma mientras inhalaba la comida. Aún sin pelear él comía rápido. Akane no podía culparlo, pues estaba ansioso por tomar un baño. Inconscientemente movió los hombros para deshacerse del dolorimiento por el entrenamiento del día.

"Ya terminé, estuvo genial mamá. Me voy a bañar."

Nodoka vio a Ranma partir con una sonrisa en la boca, como riéndose de una broma privada.

Al mirar a Akane su tono de voz se volvió más serio.

"Akane querida, ¿crees que Ranma llegue a ser un buen instructor de artes marciales?"

Akane pensó acerca de los sucesos del día, mientras tragaba algo de arroz. Finalmente movió la cabeza afirmando, "Si aprende algo de paciencia, sí. Sabe mucho, y también es bueno para enseñarle a alguien como hacer bien las cosas, pero no tiene la paciencia cuando me tardo en aprender algo."

Nodoka asintió con la cabeza y quedó pensativa por unos momentos. "Gracias, Akane. ¿Te gusta entrenar con él?"

Akane dirigió la mirada hacia el baño antes de que una sonrisa picara apareciera en su rostro. "Si, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que trabajé así de duro, no desde que el Abuelo me empezó a entrenar. La mayor parte de mi entrenamiento durante este par de años pasados ha consistido en peleas con pervertidos." Las dos empezaron a reír ligeramente pero Akane hizo una mueca por el dolor y endurecimiento que sentía en los músculos.

Nodoka la miró pensativamente. "Akane querida, ¿estás muy adolorida?"

"Si, no creo que mi cuerpo tenga la condición para lo que hicimos hoy."

"Akane, Ranma ha sido entrenado en cinco diferentes tipos de masaje. Tal vez sería bueno que te diera uno antes de que te fueras a la cama."

"¡No! Errr… quiero decir, no gracias Tía."

La Tía la miró directamente. "¿Hay algún problema, querida?"

"Ninguno, es solo que…"

"Akane-chan, yo creo que esos pervertidos que te han hecho la artista marcial que hoy eres, también te han dado un… mal entrenamiento."

"Pero Tía…"

"Akane, te voy a hacer una pregunta y me gustaría que me dieras una respuesta honesta. ¿Una de las razones por las que escapaste de casa y viniste aquí fue por que estabas siendo forzada a casarte con algún pervertido?"

Mirando hacia los ojos de Nodoka, Akane se abstuvo de negar y simplemente bajó la mirada hacia la mesa. "Yo… bueno… tal vez."

"Akane, no te forzaré a que te dejes dar el masaje, pero creo que te haría bien, y no solo para los músculos."

Akane pensó en ello un momento antes de asentir con la cabeza. "Gracias Tía."

Ranma caminó hasta la cocina mientras se secaba el cabello con la toalla, vestía una camiseta negra, con los pantalones de un pijama negro y espirales rojos. "Oye mamá, ¿sobró algo? ¿Akane ya se durmió?"

Nodoka le pasó el tazón con una gentil sonrisa. "Apúrate. Akane te está esperando."

"¿Uh? ¿Para que?" Salió de entre los tragos de sopa.

Nodoka lo volteó a mirar con una sonrisa curiosa. "Le sugerí que le darías un masaje para aliviar el dolorimiento muscular antes de que se fuera a dormir."

"Oh, buena idea, probablemente no podrá dormir si no se lo doy." Al terminar con el tazón lo puso dentro del lavabo junto con los palillos y abrió uno de los gabinetes altos, donde tomó un par de botes de cremas y aceites antes de dirigirse hacia las escaleras.

Ranma llegó hasta el descanso y caminó directamente hasta su cuarto. Recostada sobre la cama estaba Akane. Una buena cantidad de Akane. Vistiendo tan solo un sostén deportivo y lo que Ranma asumió bragas bajo la toalla sobre su trasero, todo un verdadero panorama. Su mente se congeló. No era simplemente la vista por si misma, si no aumentada por algo más. El deseo.

Akane estaba volteada hacia el otro lado de la puerta, no queriendo ver mientras Ranma la miraba, sobre todo aquel sonrojo que la había poseído durante los últimos minutos.

El cuerpo de Ranma reaccionó como era de esperarse. Su boca cayó abierta, los ojos se le salieron y los puños se cerraron. La mano sosteniendo el bote de cristal estaba bien, la otra, que tenía el bote de plástico se cerró soltando un chorro de crema cayéndole éste en la cara y dentro la boca. Recuperando los sentidos se dio la vuelta, caminó frente su escritorio y puso los botes sobre este antes de que una toalla fuera arrojada y lo golpeara en la cara. Con un 'gracias' silencioso para su Madre Ranma se limpió el rostro y escupió cuanto pudo de la crema. La puerta se cerró con un ligero 'click'.

Akane volteó la cabeza para verlo al escuchar los extraños sonidos que hacía, pero le estaba dando la espalda mientras se limpiaba la cabeza con una toalla. "¿Algo anda mal?" Preguntó sin saber que respuesta esperar.

"No" La voz de Ranma era aguda mientras tosía antes de pasar saliva. "Bleh… No, nada anda mal, ¿Qué podría estar mal?" Aventando la toalla sobre su hombro apretó algo de la crema en sus manos y se dio la vuelta nuevamente, pensando en que el sabor amargo se quedaría con él por la duración de la sesión.

Al verlo voltear Akane regresó a su posición anterior, su memoria registrando todas las ocasiones durante la semana en las que Ranma pudo haber sido todo un pervertido pero que no lo fue.

Ranma trataba desesperadamente de no quedarse mirando su semi-desnuda figura. Ya había masajeado sus tres prometidas cuando menos una vez cada una sin tener éste nivel de dificultad, y ciertamente había visto una cantidad decente de mujeres desnudas. Pero ninguna de ellas era Akane, ¿Por qué ésta vez era diferente?

Dándose por vencido, Ranma se enfocó y acercó hasta la cama baja, donde se arrodillo para estar a un nivel adecuado.

Akane estaba virtualmente aguantando la respiración, sin saber que esperar cuando él la tocara por primera vez.

La chica suspiró violentamente cuando la mano de Ranma tocó su hombro, espantándolo en el proceso, "¡¿Qué?! ¡¿Te lastimaste ahí?!"

Akane reunió toda su voluntad. "No, está bien, es que tus manos están frías…"

"Oh, rayos, lo siento. No estaba poniendo atención."

Antes de que Akane pudiera considerar que era a lo que él le estaba poniendo atención, un par de manos casi calientes le empezaron a masajear los hombros.

"Guau, estás muy tensa. Dame un segundo, uno, dos y tres." Mientras Ranma contaba en voz alta, sintió como una de las manos dejaba el hombro y se movía hacía abajo, siguiendo la espina, contando vértebras antes de moverse al lado y oprimir. Una corriente de energía pasó por cada uno de los nervios de su cuerpo hasta que dio un espasmo. Entonces empezó a masajear nuevamente. "Mucho mejor."

"¿Qué hici… ahhh… que me hiciste?"

"Solo un punto de presión que el Doc me enseñó para relajar a la gente. No lo puedo usar en la mayoría de personas a las que atiendo."

Akane se sintió derretir bajo sus fuertes manos. Sintió como cambiaban entre tipos de masajes, de gentil a shiatsu y otros que ni siquiera podía identificar. Movía las manos entre los diferentes grupos musculares de los hombros alrededor del sostén deportivo, algunas veces alcanzando abajo para llegar a los huesos, antes de moverse sobre los brazos.

"¿Por qué no puedes usar ese punto normalmente?" Salió de entre suspiros de alivio.

"Cuando la escuela se dio cuenta de que estaba dando masajes, varias de las chicas estaban viniendo constantemente los domingos, después mis prometidas supieron y estaban aquí casi todas las noches tratando de que les diera uno, y Shampoo buscaba más que eso, lo cual atraía a Mousse destrozando paredes y en fin, destruyendo totalmente el lugar. No fue si no hasta que mamá decidió que validaría el derecho de Sakura, de cuando hizo el trato con papá, que las convencimos que sería mejor si no les daba a ninguna de ellas masajes en casa, esto les hizo pensar que ya no tenían que estar aquí tratando de evitar que las otras se acercaran todo el tiempo."

"Después estaban en la clínica todos los domingos y el Doc empezó a tener problemas con ellas y otras tratando de romper citas cuando descubrían que yo no estaba disponible. Así que me tuvo que asignar solo con pacientes sufriendo de problemas médicos. Ahora, ese punto que acabo de aplicarte inflige tensión al sobre el sistema entero, lo cual no es bueno para heridas en los tendones, huesos rotos y otras partes.

Los dos estuvieron en silencio mientras él terminaba con los brazos y se movía hacía las piernas. Ranma se encontró con que su control se le escapaba nuevamente y trató de empezar la conversación, pero no se le ocurría ningún tema.

Akane casi estaba dormida por el relajamiento cuando Ranma terminó con las pantorrillas y empezó en las rodillas, levantando la pierna inferior para rotarla con una mano y manipular la rodilla misma con la otra. Se acababa de dormir cuando el chico avanzó a los muslos, sus ojos se abrieron rápidamente al pensar en cuan vulnerable estaba frente a Ranma justo ahora. Entre el relajamiento y el cansancio, ¿podría detenerlo si intentaba algo?

"¿Te lastimé?"

"¡¿Qué?!" La voz de Akane se escuchó demasiado alto para ambos.

"Te acabas de poner demasiado tensa, ¿te lastimé? ¿Algo anda mal?"

Akane escucho la preocupación en su voz y se calmó. "No, me quedé dormida y me espanté. Perdona."

"Oh."

Akane se relajó al pensar en todas las oportunidades que Ranma había tenido antes para ser pervertid. Decidiendo que la distracción la ayudaría a relajarse mientras sus fuertes manos la arrullaban con el calor radiando hacia sus muslos y…

"¿Cuál es la historia con Mousse? Un minuto te ataca, y al siguiente son amigos."

Ranma estaba contento de haber recibido un tema, así que con gusto lo tomó. "Mousse vino siguiendo a Shampoo, cuando ella me persiguió desde China. Él está totalmente obsesionado con ella, aunque lo trata tan mal. Al principio apareció intentando derrotarme, con la esperanza de que Shampoo lo amara al pensar que la única razón por la que Shampoo me quiere son sus estúpidas leyes."

"¿Es cierto?"

"Ya dejé de tratar de adivinar eso. Creo que como soy un hombre no me puede ver como un igual, así que tal vez me ama hasta cierto punto, claro, si eso tiene sentido para ti. Una vez Shampoo encontró un estúpido broche que hacía que el que lo usara reversara sus sentimientos. De repente me odiaba, tanto como me amaba, pero en reversa, simplemente me ignoraba a menos que estuviéramos cara a cara, entonces me aplanaba al nivel del pavimento. Al principio estaba un poco preocupado, después mamá dijo que esto significaba que ella ya no quería ser mi prometida así que la ignoramos por algún tiempo. Al día siguiente ya estaba encima de mi otra vez tratando de ponerme el broche a mí. Después trajo un gato que encontró para tratar de… bueno…"

Akane recordó lo que la Tía Nodoka había dicho acerca del temor de Ranma hacia los gatos. "¿El Nekoken?"

Las manos de Ranma se detuvieron inmediatamente. "¿Ya sabes acerca de eso?"

"La tía me dijo. Espero que no estés enojado."

Ranma estuvo callado por unos momentos. "Nah, solo significa que no te vas a espantar cuando ocurra la siguiente vez."

Akane podía escuchar el disgusto en su voz, muy parecido como cuando hablaba de la maldición. Trató de regresar a la historia para que se olvidara de ello. "¿Entonces trató de ponerte en el Nekoken?"

"Cuando estoy en el Nekoken sólo me acerco a aquellas personas a las que aprecio, así que estaba tratando de usar el broche para controlarme. El gato me espantó y yo escapé, corriendo por la calle tan rápido como pude. Claro, Sakura decidió venir a verme y tan pronto como la vi estaba sobre ella como un pervertido, la tiré sobre el pavimento. Cologne llegó y me quitó la joya antes de que yo… la lastimara."

Akane dejó caer la cabeza en derrota al ver que su cambio de tema lo llevó directo hasta otro que le causaba angustia. "¿Por qué Shampoo te querría en el Nekoken?"

"Después hablé con mamá acerca de eso, y del hecho de que Cologne se encontraba cerca. Como no puedo ser controlado en el Nekoken, simplemente no me pueden arrastrar hasta su aldea. Cologne ha estado tratando de hacerse amiga de mamá desde que descubrió lo del Puño del Gato, me imagino que la necesitan para calmarme si es que me quieren llevar de regreso a China. Shampoo estaba planeando en demostrar como ella podía controlarme con el broche y convencer a Cologne en dejar a mamá y llevarme sin ella."

Akane sintió cuando las manos abandonaron sus muslos y esperaba que levantara la toalla cuando volvieron a aparecer en su espalda inferior. Dejó salir un suspiro, pero si fue por alivio o desilusión no estaba segura.

"De regreso a Mousse, el trató de derrotarme muchas veces, pero en los últimos meses finalmente aceptó que yo no quería a Shampoo y ya no trata de matarme. Él solo quiere a Shampoo. Normalmente siempre es cruel con él, pero cuando estaba usando el broche era verdaderamente cruel. Cuando descubrimos que el broche invierte los sentimientos del que lo usa, Mousse estaba feliz."

"Tienes unos amigos muy raros, Ranma."

"Bienvenida a la vida extraña de Ranma Saotome."

Akane sonrió gentilmente al sentir sus manos sobre la espalda. Notó como trabajaban alrededor de los tirantes gruesos del sostén. Las palabras de Nodoka le vinieron nuevamente. Con toda su voluntad preguntó, "¿Sería más fácil sin el sostén?"

Ranma no notó el titubeo en su voz mientras trataba de mantener el enfoque. Intentó contestar de la manera mas casual posible, "Un poco, pero puedes dejarlo así si quieres."

"No Ranma, confío en ti."

Ranma se volteó mientras ella se levantaba. Al tratar de ocultar su nerviosismo poniéndose más crema en las manos notó unas varillas de incienso que había dejado hasta arriba del estante al lado de su escritorio. "Oye, tengo algo de incienso, puede que te ayude a relajarte."

Escuchó a Akane aceptar mientras se estiraba para alcanzar las varillas, tratando de no pensar acerca de ella. Al halar los pequeños palillos de incienso hacia abajo, se cayeron varios cuadrados los cuales agarró en el aire rápidamente por reflejo.

Maldiciendo el trasero su padre cara de panda, Ranma se acercó para poner los condones de regreso en su lugar, sobre el último estante. Fue entonces cuando escucho el extraño ritmo de los pasos en el pasillo.

Shampoo entró por la puerta con un ligero y seductivo "¡Nihao Airen!", agitando su voluptuosa figura que estaba cubierta tan solo por la más sugestiva lencería. Se detuvo congelada cuando vio a la hermosa chica en bragas aventando el sostén sobre el respaldo de una silla y 'esposo' en ropa de dormir sosteniendo condones.

Con un grito inarticulado soltó la caja de ramen y sacó los bomboris para enfrentarse a Akane. "LADRONA DE ESPOSO" La voz retumbó por el cuarto mientras los otros dos la volteaban a ver.

Ranma se quedó congelado mientras miraba a la Amazona.

Akane estaba sorprendida por la repentina aparición de la agresora del cabello púrpura. Giró para preguntar a Ranma que pasaba y vio que tenía condones en la mano. Vio rojo '¡Confié en él!'

"¡PERVERTIDO!"

wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack wack

Ranma trataba de recuperar el equilibrio, pero los dos lados de la cara le ardían demasiado. Sus ojos se enfocaron finalmente en los pechos de Akane. Akane estaba furiosa en frente de él, las manos abriéndose y cerrándose para aliviar el ardor de las palmas lastimadas. Ella miró en la dirección que él veía.

WHAM

Shampoo quería matar a la chica del cabello oscuro, pero ahora estaba golpeando a Ranma. Todo era tan confuso.

Tratando de cerrar una bata, y con su cabello hacia abajo, Nodoka Saotome corrió hasta el cuarto de su hijo, y miró la escena. Shampoo en un pequeñito negligé azul, con bomboris parada al lado de una caja del Nekohanten que goteaba sopa al piso. Akane tenía un gesto de furia en la cara y se estaba poniendo la bata, mientras Ranma estaba tirado sobre las puertas rotas de su armario. "¿Qué está pasando aquí?"

"¡Ladrona de maridos pegó a esposo!" "¡Ranma es un pervertido!"

Nodoka podía sentir el comienzo de un dolor de cabeza. "¡Deténganse! Akane, ¿Por qué dices que Ranma es un pervertido?"

Akane caminó hasta el escritorio y levantó un condón. "Me estaba dando el masaje tan solo para tener sexo conmigo. Me hizo quitarme el sostén y después sacó estos."

Shampoo estaba a punto de decir algo pero fue interrumpida por la mano de Nodoka en frente de ella. Akane le vio el gesto duro en el rostro. La voz calma mientras extendía la mano hacía Akane para recibir el condón. "Dime exactamente que fue lo que pasó."

"Me pidió que me quitara el sostén, y cuando yo lo hacía el dijo que iba a agarrar incienso pero en verdad estaba sacando los condones. Después Shampoo entró como loca."

Nodoka miró los condones y después a Ranma que estaba inconsciente todavía con las varillas de incienso en la mano. "Okay, Akane, por favor cálmate. Shampoo, ¿Por qué estás aquí?"

"Shampoo aquí con comida para esposo. Bueno por que ladrona de maridos roba lo que no de ella."

"Akane y mi hijo no iban a tener sexo, Shampoo. Ranma le estaba dando un masaje a Akane por que yo se lo pedí."

Shampoo todavía no estaba contenta con la respuesta, pero desde hace tiempo había aprendido que el no respetar a la mamá de Ranma jamás le ayudaría en su causa.

"¿Por qué no me preguntaste antes de entrar a mi casa, Shampoo?"

Shampoo puso una carita bien bien linda mientras trataba de preparar una excusa, "Shampoo vio luz apagada, no quiso despertar."

"Shampoo, vete a casa, tendré unas palabras con Cologne mañana en la mañana con respecto a tu comportamiento."

Shampoo empalideció ligeramente pero se montó en su burro. "No, Shampoo proteger a esposo de ladrona."

"¡No soy una ladrona!"

"Akane, dije que te calmaras. Shampoo vete a casa, si sigues visitando a estas horas sin mi permiso consideraré tus derechos con respecto a mi hijo inválidos.

"Abuela no acepta."

"¿Incluso después de lo de Saffron?"

Akane había estado viendo el argumento hasta éstas últimas palabras dichas por Nodoka en un tono bajo. Shampoo se mostró derrotada antes de asentir con la cabeza y mirar agresivamente a Akane. "Ladrona toca a esposo, ¡Shampoo le da beso de muerte!", diciendo eso dio la vuelta y salió del cuarto.

Nodoka miró a la Amazona partir, tratando de encontrar su centro, con el corazón latiendo en los oídos. Finalmente miro hacia la chica del cabello oscuro que estaba al lado de la cama. "¿Mi hijo te pidió que te quitaras el sostén?"

Akane consideró los ojos oscuros frente a ella. "Dijo que no tenía que hacerlo, pero que sería más fácil sin el."

Nodoka sonrió ligeramente al ver última pieza en su lugar. "¿Podrías alcanzar hasta ese estante y bajar algunas de esas varillas de incienso?"

Akane se miró un poco perpleja antes de estirarse de puntitas y agarrar varias varillas. Al regresar notó otro condón asomando por la orilla del estante.

Nodoka se estiró y lo agarró, sosteniéndolo como evidencia. "Cuando Ranma y su padre regresaron del viaje de entrenamiento había un problema con respecto a la hombría de Ranma y la maldición. En un esfuerzo para que Ranma pareciera ser más hombre, Genma escondió condones por todo su cuarto con la creencia de que yo los encontraría y así vería a Ranma mucho más varonil. Desafortunadamente mi esposo es un idiota, y fue muy liberal en su distribución de condones aquí. Como puedes ver estos han estado en ese lugar por más de un año. Estoy segura de que si Shampoo no se hubiera entrometido, Ranma simplemente los hubiera aventado a la caja."

Akane asintió avergonzadamente mientras aceptaba la explicación. Miró hacía abajo al bulto inconsciente sobre el closet. "¿Qué hacemos con él?"

Nodoka sonrió. Tomando la toalla de la cama, se arrodillo y enderezó la caja de sopa. Enmoheciendo la toalla dentro de la sopa, la sostuvo frente Akane. "Acerca esto bajo su nariz."

Akane rió ligeramente e hizo como se le pidió, frunciendo el ceño al notar la hinchazón en el rostro de Ranma.

Nodoka abrió la caja y se sorprendió al ver que los tallarines todavía estaban dentro del tazón. Con movimientos rápidos y usando la segundo toalla secó la base y la dejo sobre la mesa antes de empezar a limpiar todo el jugo del piso.

El olor del ramen le devolvió la vida a Ranma. Empezó a sonreír antes de ver que Akane estaba cerca de él y retirarse en temor de ella. "Puedo… puedo explicar."

"La Tía ya lo hizo. Perdóname por pegarte." Se paró y se retiró mientras él se levantaba. Sin darse la vuelta habló rápidamente. "Mejor me voy a dormir, gracias por el masaje."

"Eh… seguro." Ranma volvió la vista de ella a su mamá y luego de regreso a ella cuando salía.

Levantándose Nodoka sostuvo la caja de ramen. "Akane solo se espantó. Vio los temores que tiene hacia otros reflejados en ti. Necesita este tiempo alejada de ellos para poderse sentirse bien de nuevo." La señora Saotome sonrió mientras salía del cuarto, "Oh, me imagino que Shampoo tratará de atacar a Akane durante la semana, trata de mantenerla calmada cuando la veas. Buenas noches hijo mío."

"Buenas noches Mamá." Distraídamente pensó en Shampoo y en la situación en general mientras le entraba al tazón de tallarines, notando rápidamente como el sabor fallaba en quitarle la amargura causada por la crema que se había tragado.

30 de Junio del 2004

Nuevamente les recuerdo a todos los lectores que el Autor de este Fic es Trent O'Donoghue y que yo simplemente soy el traductor. Como siempre el capítulo ha sido retrasado por más de un año, sin embargo aquí está.

Muchas gracias a todas aquellas personas que se dieron el tiempo de escribir e-mail's con sus comentarios o que dejaron revisiones en FanFiction.net, les aseguro que todas sus criticas y opiniones valen y sobre todo me animan a escribir más seguido. Sobre todo gracias a Trent por permitirme el traducir ésta gran historia.

Para ponerte en contacto con el autor encargado de ésta historia manda tus comentarios en inglés a

Edward Masters (RBB)

www.animestone.com