Detective Conan es una producción de Gosho Aoyama, todos sus derechos le pertenecen a él y a sus respectivos proveedores. Este fic no está hecho con fines de lucro, simplemente escribo por el gusto de escribir y para dar gusto a los lectores, así que, por favor, no me denuncien. Gracias n_n;
NA – Esta serie sigue el hilo del tomo 26, justo después de la reaparición de Shinichi (Shinichi's Rebirth). Este tomo aún no ha sido traducido al español y por eso mismo y para que entendáis más este fic, ya estoy en ello. De momento, os recomiendo que leáis esto para entenderlo mejor. Será un pequeño resumen, sólo para no perderos mucho en los primeros capítulos n_n
Tomo 26, capítulo 7 – Desenlace – Conan vuelve a ser Shinichi gracias al antídoto de Ai, pero este sólo dura 24 horas y justo cuando se había decidido a hablar con Ran (ya estaban los dos en un restaurante) se vuelve Conan.
::Simbología::
"…" Lo que dice un personaje
*…* Lo que piensa un personaje
- - - - - Cambio de escena
/ /···\ \ Flash Back
Empezando a Olvidar
Cap. 1 – ¿Empezar a olvidar?
Un fic escrito por CiNtUrO-cHaN (CCF)
En el enorme pabellón se respiraba un ambiente de griterío y euforia. Todo el mundo tenía los ojos clavados a la pista, donde se jugaba la semifinal. Un montón de adolescentes, los cuales vestían los uniformes de sus respectivos institutos, vitoreaban y animaban a su equipo. Era la mañana de un soleado sábado y, en lugar de asistir a clase (NA: Recordad, en Japón sábado también es un día de colegio), los estudiantes iban con el permiso del centro a esa competición conmemorativa del día del deporte que se celebraba a toda la ciudad.
"¡¡KYAAAAAAAAAAA!!"
Todo el mundo contuvo la respiración al ver la potente patada que esa persona había impactado al cuerpo de su adversario. Alguien como ellos, de su misma edad, impresionante. Todos callaron durante un instante, mientras el abatido intentaba salir del mareo que le proporcionaba esa patada y un séquito de puñetazos que acababa de recibir. Acto seguido, se desplomó abatido. Su contrincante se ajustó el obi negro. El árbitro se acercó y alzó la mano hacia arriba, y luego la bajó hasta la ganadora.
"¡Gana por KO! ¡Teitan pasa a la final!"
Todo el instituto Teitan –una mancha de uniformes azules y corbatas verdes- se puso de pies, saltando eufóricamente, con pancartas ondeando a la vista de todos. Todo eran gritos de aplauso y felicidades a la indiscutible capitana del club de kárate de Teitan, la imbatible Ran Mouri, que ya se estaba retirando de la pista con los puños más relajados, pero algo avergonzada por el griterío de todo su público.
Ran oyó por los altavoces que la otra semifinal empezaba. Ella se dirigió hacia una sala dirigida a los karatekas y se 'tiró' literalmente al sofá, resoplando.
"Buuh… Estoy echa polvo…"
Recostó su cabeza en el brazo del sofá, con la respiración agitada. Se limpió las gotas de sudor que corrían a través de su cara, ya con menos fuerza que antes. Realmente, la contrincante de Kokochi no lo hacía nada mal. Suerte que en un despiste suyo, pudo batirla. Pero realmente le había costado. Últimamente no estaba muy concentrada, ni en los estudios ni en los deportes. Por ejemplo, el otro día en lugar de poner sal a la comida puso azúcar. Kogoro y Conan se atragantaron y ella lo escupió rápidamente. Estaba claro que últimamente no se encontraba en sus casillas. Y, aunque intentase negarlo, Ran sabía por qué.
"¡¡RAN!!"
La puerta se abrió con ruido y entraron un sinfín de compañeros de su clase, encabezados por Sonoko Suzuki. Ella se sentó con esfuerzo, pero antes de que pudiese decir nada ya los tenía a todos encima.
"¡Eres fantástica, Ran!"
"¡Lo has hecho de fábula, felicidades!"
"¡Eh, ¿cuándo me vas a enseñar a patear así?!"
"¡Enhorabuena!"
Ran los miró con cara de cansancio. Oyó voces de adultos detrás del griterío. Eran algunos profesores y su entrenador. Como pudieron, hicieron fuera la multitud, alegando que debía descansar. Luego, todos los profesores le dieron la enhorabuena, ya que ella había sido la única que se había clasificado en la final en todas las categorías del kárate.
"Esto, chicos" dijo el entrenador, el señor Kijikata, a los demás profesores "¿Nos podrían dejar un momento a solas?" Todos asintieron y desaparecieron tras la puerta. Hubo un silencio incómodo, roto a veces por los gritos del público. El señor Kijikata se sentó al lado de su karateka con una expresión de gravedad.
"Ran, ¿qué te ha pasado hoy?"
La pregunta desarmó a la chica por completo "¿A mí? Nada…" dijo ella, con una sonrisa fingida. Él se incomodó.
"Entre el maestro y el discípulo
ha de haber respeto, pero también confianza." El hombre que, pese a su edad se
mantenía verdaderamente en buenísima forma, miró a la chica a los ojos "Tú eres
mi mejor pieza, y lo sabes. Sé que mañana ganarás el torneo, pero me tienes
preocupado. Últimamente te noto muy desconcentrada. Tú misma lo habrás notado
hoy, en la pista."
"Sí, maestro." Dijo ella con culpabilidad.
"No tienes por qué entristecerte, todo el mundo tiene días malos. Pero… escúchame, ahora no te estoy hablando de maestro a discípulo, sino de viejo a joven. Si tienes alguna preocupación, o ves que mañana no estarás en forma, no luches. Un pequeño descuido puede costarte un hueso roto, en el peor caso."
"Tranquilo, señor Kijikata, yo estoy bien. Es sólo que hoy… bueno, he perdido la concentración con todo el público y…"
Ran lo miró tan bien como pudo, esperando que colara. El hombre suspiró y se alzó. Ella lo siguió con la mirada.
"Es que… bueno, últimamente no estoy muy animada…"
El señor Kijikata se volvió hacia la chica, la cual miraba hacia el suelo con preocupación. Él sonrió "Lo sé" Ran alzó la vista "Y por eso no quiero que compitas así. ¡Alégrate, mujer! Sea el problema que sea, déjalo aparcado al menos durante mañana por la mañana. Piensa que has llegado a la final, diablos, ¡ojalá yo también pudiera! Pero ya ves, esta vieja carraca ya apenas puede enseñar."
Ambos rieron con gusto "Está bien. Mañana me esforzaré al máximo." Dijo Ran con sinceridad. El viejo hombre asintió lentamente, abriendo la puerta.
"¡Esta es mi chica!"
Ran observó la puerta cerrarse y poco a poco su sonrisa se fue disipando. Realmente esperaba hacerse caso a ella misma, pero era tan difícil apartar la mente de 'su problema' que… ¡maldición! Ran meneó la cabeza *El señor Kijikata acaba de irse y yo ya me estoy deprimiendo. ¡Bien! ¡Mañana será un día nuevo! ¡Pienso estar concentrada al cien por cien!*
Ran se alzó, cogió su bolsa y se dirigió a las duchas.
- - - - -
Ya eran las ocho pasadas. El famoso detective Kogoro Mouri y el pequeño Conan Edogawa estaban tumbados en respectivos sofás, mirando la tele. Sus tripas empezaban a rugir desde hacía un rato, y los dos no paraban de echar furtivas miradas a la puerta, a la espera de que Ran llegase y preparase la cena.
"Ju…ya sé quién es el asesino…"
Kogoro y Conan seguían mirando la tele, una película que trataba sobre un complicado homicidio en una habitación cerrada con más de quince sospechosos. Kogoro sonrió.
"¡Ja! Está clarísimo. El asesino tiene que ser Sogunama, el padre de la víctima…" dijo él, rascándose la barbilla para hacerse el interesante.
Conan lo miró de reojo "Puees… yo creo que el asesino es la señorita Daidoku, la mayordoma."
Kogoro se lo quedó mirando "¿Qué estás diciendo? ¿Acaso dudas de mis dotes detectivescos?"
Conan lo miró con los ojos entrecerrados *¿'Dotes detectivescos'? ¡Vaya morro, si él no ha resuelto un caso en su vida!*
El protagonista de la película sonrió. Kogoro miró con atención la escena, mientras que Conan se alzaba con confianza a picar algo a la cocina.
"El asesino del señor Maremoto es…"
Kogoro tragó; Conan empezó a beber despreocupadamente.
"¡¡…Es usted, la señora Maremoto!!"
Toda la familia se giró hacia la mujer de la víctima, la señora Maremoto, la cual lucía un rostro pálido, parecido al de Kogoro.
"¡¿Era la tía esa?! ¡Pe-pero…!" Kogoro no paraba de mirar la televisión, como si fuese el protagonista fuese a decir algo como 'es broma, tranquilos, el asesino es Sogunama'. Pero no. La consternación siguió en la película. Kogoro frunció el ceño. Entonces vio que Conan estaba sentado a su lado, con los ojos clavados al televisor.
"Je, je. Conan, tú tampoco has dado en el clavo, ¿eh? Claro que yo ya sabía que la asesina era ella. Sólo quería hacer parecer esto más interesante…" dijo él, con aires de autosuficiencia.
Quien no estaba tan sereno era Conan. Al oír el nombre del asesino, se atragantó con la bebida y empezó a toser, al tiempo que se dirigía al televisor. Ambos aguardaron a que el protagonista dijera su hipótesis. Ambos escucharon con atención, todo tenía sentido, estaba clarísimo que el protagonista no se había equivocado. Se habían equivocado ellos. Se había equivocado él.
Eso traumatizó en cierta manera al pequeño detective, que no paró de darle vueltas al asunto en toda la noche. ¿Se había equivocado? ¿Él? ¡¿Shinichi Kudo se había equivocado en decir quién era un asesino en una PELÍCULA?! *Ah… mierda, últimamente no doy ni una… y hasta el otro día le contesté a la señorita Kobayashi que siete por nueve eran setenta-y-dos… ¡maldita sea! Debo tener fiebre.*
Al cabo de un rato de terminar la película, cuando Kogoro y Conan se estaban planteando encargar comida a domicilio, Ran llegó a casa con la bolsa de deporte y un enorme ramo de rosas rojas.
"¡Hooola! ¡Ya estoy aquí, siento haber llegado tan tarde!"
Como la cosa más normal del mundo, Ran puso las flores en un jarrón y fue a dejar la bolsa en su habitación. Luego se dirigió a la cocina a preparar la cena. Conan se acercó a las flores con el ceño fruncido.
"¿Q-Quién te ha dado eso, Ran-neechan*?" Preguntó él, con la máxima inocencia que pudo aparentar.
Ran sonrió desde la cocina. Eso aún hizo ponerle más nervioso.
"Hija, si pescas a alguien al menos que esté bien de pasta…"
Conan se giró hacia Kogoro horrorizado, pero Ran le gruñó "¡Papá! ¡Estas flores me las han regalado los de mi clase por quedar finalista en el torneo de kárate de mañana!"
Conan pasó de una sorpresa a otra "¿Torneo de kárate? ¿Finalista?"
Ella asintió "Como hoy era el día del deporte, se han celebrado varios encuentros y competiciones esportivas a lo largo del día en todos los institutos de Tokio. Mañana, que es domingo, se van a jugar las finales. No me digas que no lo sabías…"
"Pues no… esto, ¡pues entonces felicidades!" dijo él, sonriendo algo nervioso *Uff… por un momento pensé que…*
"¿Así que mañana juegas una final?" preguntó Kogoro desde el comedor, leyendo el periódico.
"Sí, contra Shikano Michi, la otra finalista del instituto de Uebara. Papá, ¿prefieres sushi o…?"
Kogoro la cortó "¡Hazme lo que quieras, pero esta vez ponle SAL!" Ran hizo un gruñido y a Conan se le escapó una pequeña risita.
Conan se acercó hasta la cocina "Ran-neechan, ¿a qué hora es el torneo?"
"Mm… bueno, empieza a las diez, pero yo no lucho hasta las once y media más o menos. ¿Vas a venir con tus amigos?" le preguntó ella sonriendo.
"Uhm… No sé si ellos podrán, pero yo sí que iré."
"¡Anímame fuerte, ¿eh?!"
"Je, je. Claro."
"¡Ya verás como Ran tumba a todos sus oponentes, Conan!"
Él lo miró sonriente *Ja-ja… No, si moralizada sí que está…*
Un grito que provenía del comedor les interrumpió "¡¡RAAN!! ¡Rápido, tengo hambreeeee!"
Ambos lo miraron con cara de 'No cambiará nunca'. Ran se giró hacia Conan "¿Podrías ir parando la mesa?"
"Ah, claro."
- - - - -
Ya eran casi las tres de la madrugada. Conan no podía dormir, hacía demasiado calor y su cabeza no le dejaba tranquilo. El recuerdo del caso de la tele le rondaba por la cabeza. ¡Y lo peor es que, al oír luego al protagonista, le pareció la solución más lógica del mundo! ¿Cómo había podido fallar algo así? Empezó a pensar. ¿Y si alguna vez había resuelto algún caso mal y al que había culpado aceptaba las culpas, dejando al asesino libre? Era algo descabellado, pero una cosa así ya le ocurrió una vez, en el caso que resolvió justo cuando volvió a ser Shinichi por primera vez a causa de la bebida de Heiji.
Irremediablemente, Conan se acordó de los recientes sucesos. Hacía apenas una semana que dormía en su auténtica casa con su auténtico aspecto. Esa fue la primera vez en mucho tiempo que creyó que las cosas mejorarían. Y todo parecía aparentemente normal: Ran vino a buscarle a su casa con 'Conan', aunque ella no sabía que su pequeño acompañante era ni más ni menos que Ai disfrazada. Ambos fueron a Teitan, y allí vio amigos a los que hacía meses y meses que no veía. Luego citó a Ran al restaurante. Lo tenía decidido: ahora que había recuperado su aspecto, ahora que volvía a ser Shinichi Kudo, se lo diría. Le diría qué sentía él, y hasta llevaba un anillo…
Conan se puso algo rojo, pero aún así triste. Todo hubiese sido perfecto, pero no. Parecía que tuviese el destino en contra. Justo después de resolver ese dichoso caso en el restaurante, se transformó en Conan en los aseos. ¿Por qué? ¿Por qué a la hora de la verdad siempre escogía los casos? No es que fueran más importantes los asesinatos que Ran, la pura y mera verdad es que tenía miedo. Miedo de enfrentarse a Ran, miedo de ser rechazado y no volverla a mirar más, y por eso se excusó y fue a resolver el caso. Ese fue el pensamiento que le torturó durante días y días, sin poder conciliar el sueño. Otra oportunidad a pique. A saber cuánto tardaría la próxima, a saber si Ran aún le estaría esperando…
El pequeño detective se alzó, sudando. Se puso las enormes zapatillas y andó a tientas hasta el comedor. Un buen vaso de leche fría tal vez le ayudaría a tranquilizarse.
Miró a la cocina. Allí había luz; poca, pero había. Abrió la puerta y se encontró con Ran, la cual parecía sobresaltada al verle.
"Conan, me has asustado…" dijo ella, con la mano al corazón.
El chico se sirvió un poco de leche y se sentó enfrente suyo "Lo siento. ¿Tú tampoco puedes dormir, Ran-neechan?" preguntó inocentemente Conan. Ella negó con la cabeza.
"Hace días que no puedo…" dijo al tiempo que bebía otro sorbo de leche. Conan se interesó por el tema.
"¿Y por qué no? ¿Estás nerviosa por la final de mañana?"
Ella sonrió "En parte. Pero hay otras cosas."
Conan la miró de reojo "¿Qué cosas?" Por alguna extraña sensación, sabía que él tendría algo que ver en esa conversación. Ahora que caía, aún no había llamado a Ran como Shinichi para pedirle disculpas por lo de la otra noche. Tal vez ella siguiera molesta…
Ran giró la vista, cansada "Cosas… No lo entenderías, Conan." Dijo secamente "Venga, bébete la leche y vamos a dormir…si no duermo, el señor Kijikata me matará…"
"O-Oye, Ran."
Ran miró a Conan. Parecía algo contrariado "¿Qué ocurre? ¿Te encuentras mal?"
"No, no, si yo estoy bien. Pero… ¿y tú?"
Ran arqueó los ojos "¿Yo? Yo también estoy bien, creo."
Conan frunció el ceño "¿Es por Shinichi?"
Ran se lo quedó mirando. Ese niño siempre daba en el clavo, siempre lo acertaba todo. ¿Cómo podía saberlo? ¿Tanto se le notaba? En fin, en Conan siempre confió y siempre se lo contó todo, ¿por qué no ahora?
"Honestamente, sí." Dijo ella, mirando a Conan "¿Es todo? ¿Quiere algo más, señor detective?" dijo Ran sonriendo.
"No, bueno. Es que… me preguntaba si… bueno, el otro día llamó Shinichi, ¿sabes? Y se me olvidó decírtelo. Creo que estabas con Sonoko. Me dijo que su móvil se había roto y que en unas semanas tal vez no podría llamar. Así que me dio un mensaje para ti."
"¿Así que en unas semanas no podría llamar?" Ran entrecerró los ojos "Conan, Shinichi se ha pasado MESES sin llamar."
El chico se puso nervioso "Bue-bueno, la cuestión es que me dijo que te dijera que sentía mucho lo del otro día. Lo del restaurante, ya sabes."
Ella miró despreocupadamente hacia la ventana "¿Ah, sí? ¿Y qué más te dijo?"
"Ehm… bueno, que te pedía disculpas y que ya quedaríais otro día…"
Ran se puso de pies, mirando a Conan "¿E-En serio? ¿Te dijo que quedaríamos otro día? ¿¡Cuándo!?"
Conan supo en seguida que Ran le había malinterpretado. Mejor pensado, había sido él el que no había sido claro. ¿Y ahora qué? Ran creía que él vendría y que quedarían un día de estos… Miró a Ran, atemorizado. La chica esperaba su respuesta impaciente con una enorme sonrisa y un ligero tono rojizo en sus mejillas. Esa imagen aún le dolió más.
"Bueno, no me malinterpretes, Ran-neechan. Él dijo que podríais quedar, pero no dijo 'un día de estos'. Cuando resuelva el caso ya vendrá y…"
El niño miró tímidamente a Ran. Su sonrisa se había borrado, y sus ojos empezaban a brillar. El corazón de Conan se aceleró.
"R-Ran-neechan, no te preocupes…" intentó decirle Conan "Seguro que tarde o temprano aparecerá…"
Ella le sonrió "Sí, eso es lo que llevo pensando desde hace año y medio… pero, ¿sabes? Desde que me dejó plantada la otra noche que he pensado mucho sobre eso…"
Conan abrió los ojos.
"Si él casi nunca llama, y no digamos venir a verme, ¿cómo voy a esperarle? ¿Y si él nunca se ha planteado de volver? ¿Quién me asegura que él va a volver, y que no se ha comprado una casa a vete tú a saber y se ha quedado allí? ¡Shinichi no puede tardar año y medio en resolver un caso, Conan! ¡No me lo creo!"
Conan la miraba culpable "Es verdad… Shinichi está en un caso y volverá…"
Eso fue la gota que colmó el vaso. Las lágrimas de la chica empezaron a brotar sin freno "¡¿Ah, sí?! ¡¿De veras lo crees así?! ¡¡Shinichi me ha tomado por idiota, no tiene ninguna intención de volver, Conan, lo se!! ¡¡El otro día, en el restaurante, quería decirme que se iría, o que yo ya le aburría, pero se acobardó y se fue a la francesa!!" Ran giró la cara y se puso de pies. Conan la siguió sin saber qué hacer.
"R-Ran-neechan, Shinichi nunca pensaría algo así…" dijo con la esperanza que se lo creyera.
Ran se secó las lágrimas y entró en su habitación "Ya me da igual, ya todo me da igual…" y cerró la puerta, dejando a Conan con la frase al aire. Se quedó unos instantes delante de su puerta, sin saber qué hacer. Nunca hubiera imaginado que llegaría el día en que Ran explotaría.
Miró enfadado hacia la puerta y comenzó a tirar hacia su habitación. *Idiota, yo no estaba nervioso por lo que has dicho.* Conan entró cansado y soñoliento a su habitación; se tiró a la cama y se puso ambas manos a la cabeza, intentando pensar. Había una cosa clara. *Je, je, será mejor que mañana llame a Ran, porque sino…*
Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, y su sentido del oído oyó un pequeño ruido provenir de la habitación de al lado. Conan, picado por la curiosidad, apoyó su oreja en la fría pared. Sí, sin duda alguna oía algo. Pero era tan flojito, tan suave… Al instante lo reconoció. No era la primera vez que lo oía. Silenciosamente, volvió a tumbarse, con un sentimiento de culpabilidad. *Otra vez llorando…*
- - - - -
Un estruendoso, endiablado y ruidoso ruido despertó a medio edificio. El 'bibibibi, bibibibi' retumbaba por todas las mentes cercanas al pequeño aparato. Kogoro Mouri no fue una excepción. Con los nervios de punta, se alzó bruscamente hacia la habitación de Ran.
"¡¡RAN!!" Dijo mientras daba fuertes golpes a la puerta "¡¡PARA ESE BICHO DE UNA PUÑETERA VEZ!!"
Sin embargo, el despertador siguió sonando. Y Ran no decía nada. Kogoro frunció el ceño y entró. Ran estaba en su cama, ajena a todo el alboroto, tapada con la manta y durmiendo profundamente. El famoso detective hizo un chasquido de lengua y se dirigió hacia el pequeño aparato. Al instante, alguien abrió la puerta. Era, ni más ni menos, el pequeño detective con una cara de 'apaga esa cosa o la tiro por la ventana'. Kogoro paró el despertador y se dirigió hacia su hija.
"¿Por qué habrá puesto el despertador tan temprano?"
Conan bostezó "Hoy es el torneo de kárate, ¿recuerda?"
"¡Ah! Pues entonces, será mejor que la despierte…eh, Ran…" Kogoro empezó a sacudirla ligeramente, pero ella seguía durmiendo. Kogoro miró con duda a Conan. Él se encogió de hombros, bostezando de nuevo.
"¡Ran, eh Ran!"
La chica pareció recuperar la conciencia "Ññ… brr…"
"¡Ran, si no te levantas harás tarde al torneo ese!" le gritó su padre. La reacción fue inmediata. Ran abrió los ojos como naranjas y se levantó de sopetón, y por poco que no choca con la cabeza de su padre. Sin embargo, lo hizo tan bruscamente que se mareó.
"¿Te encuentras bien, hija?"
Ella se incorporó "¿Ah? Sí… ¿el despertador no ha sonado?"
Conan y Kogoro se la quedaron mirando. *Si tu supieras…*
"Bueno, será mejor que salgáis de mi habitación y así tal vez pueda cambiarme…" dijo ella, mirándolos con el ceño fruncido. Kogoro salió a regañadientes *Encima que la despierto y mira como me lo agradece…debería haberla dejado durmiendo. Ya se parece a su madre…*
Al cabo de diez minutos, Ran salió con el uniforme de deportes de Teitan y una bolsa de deportes donde llevaba el gi** y demás cosas para cambiarse y bañarse después. Se dirigió hacia la cocina y empezó a prepararse su almuerzo.
"Conan, vístete rápido si quieres ir conmigo." Le dijo Ran desde la cocina. La chica oyó un sí de respuesta desde su habitación, y siguió preparando el almuerzo.
Y de repente, sin previo aviso, empezó a moverse de un lado a otro, como si fuese a perder el equilibrio. Rápidamente se apoyó con ambas manos en los muebles.
*Ah…se me nubla la vista…*
Poco a poco se sentó a la silla próxima. Apoyó su cabeza en su mano. Estaba sudando. Y estaba cansada. ¿Tenía fiebre? Si ayer se encontraba perfectamente… o no. Pensándolo mejor, ayer no se encontraba en uno de sus mejores días de estado de ánimo. ¿Eso quería decir que todo esto era por culpa de su preocupación? ¡Ni hablar! ¡Le había prometido a su maestro que lucharía y vaya si lo haría!
"¿Ran-neechan?"
Ran se volteó hacia Conan. La chica sonrió "¡Ah, buenos días! Tu desayuno ya está listo. Cómetelo deprisa, vamos."
Él se sentó sin quitarle ojo de encima a Ran. Parecía que hoy no se encontraba muy bien. Desde la puerta había visto como si fuera a perder el equilibrio.
"Esto, ¿te encuentras bien, Ran-neechan?"
Ella le sirvió su plato de tortitas y un vaso de leche, y con una sonrisa que le pareció a Conan bastante forzada, dijo "¡Perfectamente!"
Conan, no muy aliviado, empezó a desayunar. Al terminar, ambos se dirigieron corriendo hacia el instituto de Ikushikuwa, donde se celebraban todas las finales del día de hoy. Conan seguía preocupado por Ran, y la miraba de reojo a la mínima de cambio. Tenía una expresión extraña. Una especie de felicidad fingida. Un brillo extraño en los ojos. Conan la miró de reojo, con el ceño fruncido.
*Ran… ¿qué tramas?*
Fin del cap. 1
CONTINUARÁ
* Conan llama a Ran 'Ran-neechan', que es algo así como hermana mayor Ran. He decidido que en este fic no pondría los prefijos de '-kun', '-chan', '-san/sama', etc. Pero este sí que lo conservé, porque en cierto modo me gusta. Se diferencia cuando Conan piensa en Ran inocentemente en cuando piensa en ella como Shinichi n_n
* El gi o do-gi es el traje que utilizan los karatekas y otros practicantes de judo, etc. Es ese kimono blanco atado con el cinturón (en el caso de Ran, negro ;).
Notas de la Autora
n_n ¡¡Holaaa!! ¡¡CiNtUrO-cHaN a la carga de nuevo!! Jejejej os ha gustado? ¡Espero que sí! Dejando a parte el otro fic de 'The case of the mystery APTX 4869', este fic no va a tratar sobre cómo Conan se vuelve mayor, y hasta dudo que aparezca la organización (sí, "dudo", no descarto nada para mayor énfasis jiji), y como sois muy observadores habréis notado que este fic va a tratar sobre Ran-Conan-Shinichi **^-^** ainssss :P
Pero, claro, habrá partes del capítulo que no entenderéis si no os habéis leído el tomo 26… pero tranquilos, tranquilos, que ya lo estoy traduciendo n_n
¡Bueno, espero que os haya gustado este nuevo fic! Si tenéis alguna duda, o creéis que no podréis esperar a que traduzca el núm. 26 y queréis preguntarme algún detalle… ¡¡escribidme!! Ni lo dudéis!
Escribid a cinturo@3xl.net para cualquier duda que tengáis n_n
Y nada más. Salu2 a to2!!!
CiNtUrO-cHaN (CCF)
·17| Julio | 03·
